Cansancio.

Tema en 'Relatos' iniciado por Kei, 3 Junio 2012.

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    Kei

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    Título:
    Cansancio.
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
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    Cansancio
    Nunca me percaté de la diferencia de entender 'ligero ejercicio' que había entre él y yo.
    Sí, bueno, las caminatas, ejercicios matutinos y vespertinos y su afición por la bicicleta debieron haberme abierto los ojos.

    "Vamos a dar una vuelta" recuerdo sus palabras en ese instante, mientras él miraba con emoción su bicicleta recién limpiada.

    Acepté gustosa sin pensarlo dos veces. Llevaba días que esa bicicleta nueva que me había comprado me rogaba que la andara de una vez por todas y... así lo hice.

    El sol era el más brillante que había sentido desde que me había mudado a este lugar. Claro que... rara vez salía de mi habitación.

    Él estaba delante de mí guiándome el camino, mientras lucía tan brillante, feliz y su sonrisa era como ninguna otra. Realmente se notaba cuánto ama a ese metal sin oxidar.

    —¿Ves? ¡Esto sí que es vida!

    —Sí..., vida... ¡Yuupi! —decía sin muchos ánimos mientras mis piernas ardían de cansancio y trataba de alcanzarlo.

    ¿Cómo es que esa velocidad era posible?, tenía la misma bicicleta y su misma edad, pero él lucía como si estuviese volando mientras yo me miraba como un trapo viejo con piernas casi sin funcionar.

    —Vamos... vamos a dar un descanso Alex... ¡Muero de sed! —grité como niña mimada, Alex tan solo volteó la mirada e hizo media sonrisa para después con el dorso de su mano quitar el sudor de su frente.

    —¿Tan rápido? —preguntó con tono divertido y paraba la bicicleta—. ¡Vamos! Antes déjame enseñarte a andar en bicicleta en la arena, te resbalarás un poco y caminará lento pero...

    Sus palabras pararon de sonar cuando dijo que 'antes' haríamos algo más. ¡Oh infierno, llévame de una buena vez!

    Con lentitud y casi obligatoriamente me dispuse a oír sus lecciones como si para maestro él estuviera hecho, mientras hacía ejemplos y quería que los hiciera después de él. Sus cabellos rubios seguían escondidos bajo esa gorra vieja que seguía intentando entender por qué la traía y sus ojos verdes tras esos lentes oscuros que no tenían ninguna razón de existir.

    —Eliza... Eliza... ¿me... me estás escuchando? —preguntaba mientras caminaba con su bicicleta a un lado y se acercaba a mí—. Esta es la última demostración, luego sigues tú, ¿sí?

    —Sed... Alex, tengo sed.

    —¡Bieen! —decía con pesimismo y desilusión—. Iremos a tomar algo de agua.

    Las tiendas parecían no existir y mientras mis piernas parecían cobrar vida de nuevo para buscar una tienda, Alex seguía tarareando “Eye of the Tiger” con las energías al cien. ¡Vaya ironía!

    —¡Oh, aquí es! —dijo con esmero, mientras se paraba y me ayudaba a bajarme.

    Mis ojos brillaban como nunca y de mi bolsillo saqué un billete y se lo di a la señora sin esperar cambio alguno. ¡Qué va! ¡Mi salvadora no merece darme cambio!

    El agua parecía llevarme al paraíso, pero algo no me calmaba el cansancio.

    —Dame. —gruñó.

    Tome otro trago más y aún así no me sentía mejor, me empecé a marear y los codazos de Alex me hacían lucir como que bromeaba.

    —Creo que vomitaré —dije mirando el suelo.

    —¿Se... segura? —asentí con lentitud y esperaba a que algo desagradable salía de mi boca, pero... no fue así.

    —Necesito... necesito sombra.

    Mis ojos miraron hacia la pared, la hermosa pared de enfrente de nosotros y sin pensarlo dos veces crucé a ella.
    Me recargué y cerré los ojos por unos segundos, luego los abrí y seguía sin sentirme mejor.

    Alex seguía viéndole detalles a su bicicleta mientras esperaba a que me sintiera mejor, pero de pronto mi vista comenzó a fallar.

    —No veo... —susurré.

    Mis ojos miraban algo oscuro pero no los tenía cerrados; parpadee y seguía sin funcionar.

    —¡¡¡ELIZA!!!

    Escuché el sonido de su bicicleta caer al suelo y luego... nada.
    Abrí mis ojos y estaba en el suelo con un leve ardor en el mentón, las rodillas y las palmas de mis manos.

    —¡No te duermas! ¡Despierta! —Sus manos parecían golpear levemente mis mejillas para evitar que mis ojos se cerraran. ¿Qué diablos me pasaba? Ni yo lo entendía.

    Me senté sobre la banqueta y seguía sus instrucciones de respirar lentamente y calmarme, pero supe en ese instante que todo estaría bien.

    —Bueno, ya te ves mejor, lo más seguro es que fue por insolación —decía tocándome la frente y hablando como buen doctor que era—. Te dije que trajeras gorra y gafas de sol, pero nunca me haces caso. Bueno... al menos anímate, Eliza. Dicen que los raspones son sexis.

    Hoy comprendí cuatro cosas que no me había percatado antes: la primera es que salir a andar en bicicleta por cuatro kilómetros sin haber tomado agua antes, sin haber calentado antes y con el sol a todo lo que da son mi peor enemigo; lo segundo es que ése chico amante del deporte me ama más que a su bicicleta; lo tercero es que los raspones no eran sexis, y lo cuarto es que una chica sudada después de hacer ejercicio no es sexy como lo presumen las marcas de desodorante masculinos.

    —¿Y bien? ¿Lista para los cuatro kilómetros de regreso? —decía sonriente.

    —¡Yuupi...! —dije alzando los brazos con amargura.

    Maldito cansancio.

    Basada en una historia real... la mía hace unas horas 3:.
    La verdad es que Alex aqui se muestra como mi novio o mi hermano, pero realmente fue mi padre x3
     
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  2.  
    Tubbiefox

    Tubbiefox Entusiasta

    Virgo
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    Yo sabía que era una anécdota xD, y no porque te acose, y lo haya visto todo.

    Creí que se iba a morir la jovencita Kei :B, me imaginé que terminaría así, vos diciendo "ese día me morí". Hubiera sido hilarante (la frase, no tu muerte; aunque...).

    Lo único que no me cuadró fue el género, muy sombrío, y nada que ver, si la historia es de humor en gran parte. Ay Kei, qué risa. Me ha gustado y alegrado la noche~
     
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  3.  
    Kei

    Kei Usuario popular

    Virgo
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    Mehh~
    Quizás resultó un tanto gracioso, pero creí que me iba a morir.
    Lo más patético es que no ví mi corta vida pasar frente a mis ojos e.e
     
  4.  
    cuki

    cuki Entusiasta

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    Primero de todo, tú historia, o anécdota, como la quieras llamar, me ha resultado graciosa, eso sí, espero que no te hicieses mucho daño.
    Pero bueno, pasemos a los fallos.
    Vigila los tiempos verbales. Por ejemplo en la frase `` Realmente se notaba cuánto ama a ese metal sin oxidar ´´ has utilizado dos tiempos verbales distintos.
    Después cuando dices: yo me miraba como un trapo viejo…, tendrías que decir, yo me veía.
    Y por último, te comes palabras, pero tranquila que eso también me pasa a mí.

    De nuevo decirte que creo que hasta la fecha, esta tu historia que más me ha gustado.
    Nos vemos.
     
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