Caminar El médico ya había pasado por una situación similar. Los pacientes suelen pensar que saben más que él, y normalmente tiene la razón y se ve obligado a ver como los pacientes se deprimen al no aceptar la realidad. Esa joven, perdió a sus padres en un accidente de tránsito, su columna recibió un daño importante, a tal grado que, era seguro en un noventa y cinco por ciento que no volvería a caminar. La silla de ruedas pasó a ser su única amiga, y parecía haberlo aceptado. Después de todo, seguía con vida y tenía un futuro prometedor al haber ingresado a una buena preparatoria. Pero un día, la joven comenzó a ir al consultorio, para tomar rehabilitación, algo que el médico le recomendó no hacer, por los tan bajos chances de lograrlo. Pero parece que esta joven hizo amigos en su preparatoria, un chico y una chica. Estos dos siempre la acompañaron, y la animaron; siempre le dieron ánimos, le repetían que podía hacerlo. El médico, pasaba algunos minutos viendo los intentos de la joven para caminar, le parece un esfuerzo inútil, pero, en el fondo quiere que ella lo logre. Ya antes tuvo un paciente al que le dijo que no podría volver a realizar actividad física, y, para su sorpresa, le demostró que su diagnóstico se equivocaba, no solo volvió a realizar actividad física, sino que comenzó a jugar baloncesto sin mostrar signo de agotamiento alguno. Luego de casi dos meses, en los que no parecía haber mejoría en la situación de la joven, el médico le preguntó por qué lo seguía intentando. Su respuesta casi lo hace llorar; “Deseo volver a caminar. Quiero gozar de la vida junto con mis amigos, ellos creen que puedo hacerlo, y han estado conmigo cada día, en cada caída para ayudarme a ponerme en pie, cada vez que me siento desesperada me dan esperanzas, cada vez que quiero rendirme, me dan ánimos para seguir. Ya no es solo algo que hago por mí, es por ellos, que ni por un momento han dudado de que puedo volver a caminar. Ya no es mi deseo, es el de ellos”. Le tomó casi seis meses, pero, finalmente, la joven pudo mantenerse en pie con sus propias piernas, sin sostenerse de nada. Sus amigos la abrazaron, celebraron, y juntos lloraron. Incluso el médico, que la vio de lejos hacer tal hazaña, no pudo evitar llorar. Se había vuelto a equivocar, y está feliz de haberse equivocado. Contenido oculto Para la actividad 30 días de escritura: Deseos Personaje: Médico Palabra: Gozar Género: Chik-Lit