Lucas Diamond Espeon se debilitó sin más, sin luchar, sin esquivar. Aunque cierto era que sus posibilidades eran nulas contra Meganium. Los dos entrenadores me habían entregado sus Pokémon para que me encargase de cuidarlos y de darles una buena vida. Cogí las eonita, seguro de mí mismo, y las guardé con las demás. Posteriormente, los dos salieron corriendo, el primero detrás de la segunda. ¿De qué huían, por qué tenían esa patente tensión constante entre ellos? No era de mi incumbencia, en cualquier caso, así que salí de la calle victoria, mi entrenamiento había acabado, ¡había sido mucho mejor de lo esperado! Y ahora, de nuevo, a combatir a la torre desafío.
Drake Orestes Llegamos por fin a la entrada de la Calle Victoria, luego de un largo viaje. Había pasado mucho tiempo desde mi última visita a aquella zona. Devolví a Crobat a su esférico para que pudiera descansar, mientras me preparaba para una larga búsqueda. —Crucemos los dedos. Contenido oculto Dados malvados, no tengo tiempo, dadme lo que quiero >:(
Drake Orestes Un Crustle apareció de entre la maleza, y avanzó poco a poco en línea recta. No lo perdimos de vista hasta que, mucho tiempo después, se arrastró pasito a pasito hasta perderse de nuestra vista. Ni siquiera noté cuanto tiempo había pasado hasta que el Crustle se fue de la zona. Me reprendí a mi mismo por distraerme de esa manera y continué la búsqueda.
Drake Orestes A la lejanía me pareció ver un pequeño Deino correr por toda la cueva. Dio un par de círculos por la zona y luego simplemente se echó de panza en el suelo, para posteriormente quedarse dormido. ... ¿Qué se fumaban estos pokemon exactamente?
Drake Orestes Decidí sentarme en medio de la cueva, mirando todo lo que aparecía alrededor. Estaba pasando mucho tiempo en vano, y sabía que hiciera lo que hiciera esto iba a tardar lo suyo. —Sólo es cuestión de tener paciencia...
Contenido oculto Me ponen la miel en los labios, los muy malditos >:'( Drake Orestes Se hizo el silencio. Esto solía ocurrir demasiado en cuanto buscaba hacer crecer a mi equipo, así que ya estaba preparado. Esperaba que no se prolongara demasiado... En cualquier caso, podía esperar. Mientras no me quedara dormido, todo en orden.
Drake Orestes Aparte de que aquel extraño Deino estaba intentando comerse mi camisa, todo seguía en orden. ... ¡¿E-eh?! Luego de algunos minutos molestos, volví a concentrarme en mi trabajo y aquel Deino volvió a dormirse.
Drake Orestes Toda la cueva volvió al silencio. Me sumergí en el silencio esperando a que algo apareciera, hasta que simplemente me quedé dormido. No se cuanto tiempo pasó exactamente, pero cuando desperté ya se había hecho de noche. Bien, podía seguir esperando.
Drake Orestes Estuve esperando sentado por más tiempo, hasta que sentí algo de peso extra en el hombro izquierdo. Alcé la vista y me encontré con un pequeño Shoobat mirándome de forma adorable. Volví a cerrar los ojos. Al poco tiempo se escuchó un chasquido, y el peso en el hombro desapareció. Supuse que Hiko tenía algo que ver con ello.
Drake Orestes ¿Algún día llegaría a aparecer lo que estaba esperando encontrar? Me estaba cansando poco a poco. Por el momento, sólo escuché un siseo que no me gustó nada. Esperaba que no se acercara demasiado, fuera lo que fuera.
Drake Orestes Un chirrido se extendió en toda la cueva, hasta hacerme abrir los ojos. Al final resultó ser solo el mismo Crustle de antes, que se arrastraba de vuelta a su sitio entre las demás rocas ...¿había ido sólo a hacer las compras o algo así?
Drake ¿Iba a quedarme aquí eternamente, buscando esos dos pokémon tan necesarios en mi equipo? Esperaba sinceramente que no. Por el momento, no encontré nada a mi alrededor. Tenía que aumentar mi energía y seguir buscando, o podría pasarseme allí la noche.
Drake Orestes Vagué un rato por la caverna sumergido en mis pensamientos, sin ocuparme de nada ni de nadie. No tenía idea de si el compañero que tanto estaba buscando ya habría pasado un par de veces por mi lado, pero cuando volví en mi solo pude observar a un pequeño Dratini nadando en un riachuelo. Seguí mi camino, un poco más calmado.
Drake Orestes Por un momento me pareció ver algo un poco diferente a lo que estaba acostumbrado...era un Seviper, pero a la vez no lo era. ¿Porqué su aspecto parecía tan extraño? Cuando volví a ver, la criatura no estaba en ningún lado. Al final será que lo habré imaginado...
Drake Orestes Nada. Nada de nada de nada. Empezaba a pensar que a lo mejor los pokemon que buscaba ya no se encontraban por esos lares. ¿Y si cambiaron de hábitat? Era posible, y eso me asustaba.
Drake Orestes Estaba empezando a impacientarme. ¿Que estaba pasando por esta zona? Pareciera como si la aparición de los compañeros que buscaba se debiera mas al azar de un ser malvado, más que simple cosa de ser paciente. Pero no podría ser así, ¿verdad? Eso sonaba ridículo. ...¿Cierto?
Drake Orestes Seguí sin encontrar absolutamente nada por la zona. A lo mejor debería rendirme e ir a otro sitio. Pero, ¿cuando vovlería a intentar venir por aquí? No solía tomarme mucho tiempo a lo que era capturar nuevos compañeros de equipo. Por si acaso, hice un ultimo esfuerzo.
Drake Orestes Nada. Lo unico que quedaba por hacer era irme de una vez. Saqué a Crobat de su esférico y remontamos el vuelo hacia Ciudad Témpera.
Lucas Diamond Tras el portal me aguardaba la calle victoria. La ruta era inmensa, pero no cabía esperar menos; después de todo, más allá aguardaba la sede del gran campeonato. Toda nuestra aventura tenía como fin ese torneo, poder participar y poder ganar... Sin embargo, su entrada estaba vetada a todo aquel que no tuviera una medalla, o en su defecto, algún podio. Y-y bueno... También dejaban pasar a gente como yo, que podía pagarlo. Busqué la entrada, que se encontraba cerca de aquella cueva secreta que descubrimos una vez, y pagué lo necesario para entrar.
Liza White La calle Victoria... El sueño de todo entrenador. Parecía ayer cuando iniciaba mi viaje, y aquel lugar quedaba realmente lejano de mi alcance. Y ahora estaba allí, recorriendo junto a mis pokémon cada recoveco de aquella extensa cueva plagada de entrenadores y de obstáculos. Por suerte contaba con todas las MOs necesarias para poder pasar, y mis pokémon eran lo suficientemente fuertes como para resistir el recorrido con enorme entereza. Y yo tenía las energías suficientes para estar a su altura. —Ya casi estamos, chicos. ¡Ya puedo ver la sede desde aquí!