One-shot Calidez [Sinon & Anna - The Walking Dead]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Hygge, 18 Septiembre 2016.

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    Hygge

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    Título:
    Calidez [Sinon & Anna - The Walking Dead]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2380
    Calidez

    Se encontraba tumbada en el frío suelo, sola, en el centro de lo que parecía ser un edificio en ruinas. O algo parecido, quizá; todo estaba completamente destrozado a su alrededor. No había luz alguna que se filtrase entre los recovecos de aquella estancia desolada; la nula visibilidad le hacía pensar que el día, probablemente, habría llegado a su fin. Volvió a sentir ese aire congelado recorrer todo su cuerpo y se acurrucó aún más sobre sí misma, somnolienta, desconcertada. El frío helador del invierno era tan extremo en aquel punto que no se sentía con las fuerzas suficientes como para abandonar su zona de confort, su cuerpo se encontraba arropado por algo que le brindaba cierto calor, cierta... comodidad. Por alguna razón, se sentía reconfortante.

    Su instinto de máxima superviviente sin embargo le impedía mantenerse allí, indefensa en aquel desconocido lugar por mucho más tiempo. Más aún recordando los putrefactos seres que podrían estar rondando zonas próximas a la suya, sedientos de carne humana. Con desgano se despojó de aquello que hacía las veces de manta para levantarse con cuidado de no hacer sonido alguno, manteniendo el mayor sigilo posible, e intentó distinguir entre la penumbra algún signo que le diese alguna indicación del paradero donde se encontraba. Lo último que quería hacer ahora era llamar la atención.

    Tuvo que sujetarse y palpar la pared más próxima para mantener el equilibrio, pues sus piernas parecieron no querer colaborar. Se encontraba ciertamente débil, y Anna odiaba sentirse así. No recordaba cómo había llegado hasta allí, y tampoco sabía nada del paradero de sus compañeras. Aquello, sumado con el temor que le proporcionaba la idea de que pudiese haberles pasado algo en su ausencia, la llenaba de una horrible impotencia.

    El sonido de unos pasos puso a la joven en estado de alerta. Sin vacilar, tomó lo primero que encontró tirado entre los escombros para poder defenderse ante una posible amenaza, con su corazón latiendo contra su pecho cada vez con más frecuencia. En su estado sabía que se encontraba indefensa y desprotegida, y que probablemente, si las cosas se complicaban, podría no llegar a contarlo. Pero se aferró con todas sus fuerzas al valor que le había mantenido con vida y encaró a la sombra que se acercaba hacia ella, cada vez más cerca.

    Pero antes de poder asestar el primer golpe, una voz hizo que abriese los ojos sorprendida, bajando el arma al instante.

    —¡Anna, al fin despiertas! —la figura de una joven algo menor que ella apareciendo entre las ruinas hizo que una gran sonrisa se dibujase en sus labios, y la recibió con los brazos abiertos una vez se acercó corriendo hacia ella; por suerte, Petra estaba sana y salva—. Llevo vigilándote desde que llegamos a este edificio y no dabas señales de vida, me voy un momento al baño y... ¡pum!, despiertas de repente. Desde luego, tienes el don de la oportunidad.

    —¿Dónde estamos, Petra? ¿Me he perdido algo? —cuestionó tras separarse de su compañera, llevándose una mano a su cabello mientras miraba a su alrededor—. Lo último que recuerdo es que estábamos caminando hacia la ciudad más próxima mientras nevaba con fuerza, en medio de la nada. ¿Cómo he llegado hasta aquí, y dónde está Sinon?

    La morena la miró por unos instantes y sonrió, henchida de orgullo, mientras se señalaba con el pulgar.

    —Jé, eso ha sido todo gracias a mí. O bueno, más bien fue gracias a Sinon, que fue la que te cargó hasta aquí cuando te desmayaste a causa del sobreesfuerzo. Pero yo la ayudé a llevar tus cosas, ¡incluso me felicitó por ello!

    —Espera, ¿dices que me desmayé, y que Sinon me ha traído hasta aquí? —murmuró, totalmente sorprendida. El asentimiento de su compañera hizo que parpadease aún más perpleja—. Eso es un poco... difícil de creer. Ella me odia, ¿por qué iba a ayudarme de esa forma?

    En cierta forma, Anna tenía sus razones para poder pensar así; en aquel pequeño grupo no había día que ambas chicas no discutiesen entre ellas, día sí y noche también. Sus personalidades chocaban entre ellas inevitablemente, causando más de una vez disputas por banalidades. Petra ya se había acostumbrado a ellas, incluso había veces que se lo tomaba con humor.

    Realmente, aquel dúo explosivo se había convertido en su única familia.

    —Ella no te odia, Anna. Es más, se la veía muy preocupada cuando te desvaneciste de repente en la nieve. Bueno, no lo dijo expresamente, pero se le notaba en su expresión. Pocas veces la he visto así —agachó la cabeza, jugueteando con la manga de su chaqueta mientras hablaba. Sentía un poco de envidia ante aquella situación, no lo iba a negar, pues Sinon era alguien... difícil de socializar. Petra siempre hacía esfuerzos de todo tipo por acercarse más a ella y ganarse su amistad, pero la fría coraza que protegía a aquella chica se lo ponía difícil a cualquiera. A cualquiera... excepto para Anna—. Quizás, si no me crees, esta prueba te sirva lo suficiente.

    La joven siguió la dirección en la que apuntaba Petra, sin entender a dónde quería llegar. Su corazón le dio un vuelco al hallar en el suelo la chaqueta que siempre llevaba Sinon encima, y la única prenda lo suficientemente cálida que tenía para resistir el frío de aquel duro invierno, tirada justamente donde había arrojado aquella prenda con la que se había acurrucado. Instantáneamente sus mejillas sufrieron un ligerísimo rubor, y recogió del suelo la cálida chaqueta para abrazarla contra su pecho.

    —Ella te dejó su chaqueta al ver que no dejabas de temblar, a pesar de que hoy le tocaba montar guardia fuera. Aún sigue allí, no sé cómo puede resistir el frío de ese modo —antes de poder agregar algo más observó en silencio el gesto de Anna y supo, desde ese mismo instante, que nada de lo que fuese a decirle serviría para hacerle cambiar de opinión—. Deberías quedarte aquí hasta que te recuperes por completo, aún estás muy débil, y no será bueno para tu cuerpo esforzarte demasiado. Ya has visto que hasta las mejores supervivientes tienen sus límites.

    —Gracias, Petra —le sonrió a su joven amiga por preocuparse por ella, quien le devolvió el gesto al instante—. Pero creo que ahora me toca a mí devolverle el favor.



    ***


    El primer contacto con el frío del exterior la obligó a abrazarse a sí misma inconscientemente. Tal y como sospechaba, la noche había caído en su ausencia, el momento más peligroso del día en un apocalipsis zombi como era esa. Pequeños copos de nieve descendían suavemente sobre aquella ciudad desierta, por desgracia, sin ningún niño que pudiese disfrutarla como solo ellos sabían hacerlo. Era muy probable que ya no quedasen niños, y sin ellos, la ilusión que brindaban algún día acabaría por desaparecer por completo.

    Tal y como Petra le había dicho, distinguió la figura de Sinon sentada sobre el asfalto en completa soledad, protegida débilmente del frío y de la nieve por el pobre techo que aún seguía en pie. Tan solo un par de camisetas que apenas le proporcionaban calor la cubrían, y sintió un ligero escalofrío al verla así. ¿Cómo podía esa cabezota estar ahí fuera en ese estado? Acabaría por enfermarse si continuaba así, y no iba a permitírselo.

    Caminó un par de pasos sigilosos en completo silencio, manteniendo la chaqueta abrazada contra ella y su respiración regulada. Su técnica era envidiable, y pocas veces se sabía cuándo iba a aparecer. Pero un pequeño trozo de cristal camuflado entre la nieve le hizo cometer el fallo, fallo que Sinon no tardó mucho en percibir, y acabó captando su atención.

    Bastaron únicamente un par de segundos para tener a la chica frente a ella con su inseparable vara de metal en mano, observándola con completa seriedad; su rostro se relajó ligeramente al ver que se trataba de la irritante rubia que creía inconsciente. Suspiró, frunciendo el ceño con un deje de molestia en su expresión.

    —Puedes relajarte, solo soy yo.

    —Por desgracia —gruñó por lo bajo, gesto que le sacó una pequeña risita a Anna. Había cosas que nunca cambiaban—. ¿Tú no deberías estar dentro con Petra?

    —Así es, pero he venido a verte. ¿Acaso te preocupa que pueda enfermarme? Quizás... ¿la fría Sinon se preocupa por mí? —esta vez no perdió la oportunidad de hacerla enojar como solo ella sabía, y observó victoriosa cómo desviaba su rostro hacia otro lado. Bingo.

    —Solo prevengo futuras molestias, no nos conviene que seas una carga si te llegas a enfermar. Los zombis no van a esperar hasta que te recuperes, y yo tampoco.

    Anna, esta vez, se limitó a suspirar. Y para sorpresa de Sinon, tomó asiento a su lado contra todo pronóstico. Al principio iba a rehusarse e irse a otro lado, pues ella evitaba cualquier interacción física, se tratase de quien se tratase. Pero esta vez, quizás porque no era conveniente hacer mucho ruido, o quizás porque no se sentía con ganas de gastar sus energías en nimiedades, permaneció a su lado. Quién sabía si se trataba de otro motivo oculto, pero para Anna ese gesto no pasó desapercibido.

    Fue entonces cuando Sinon sintió que le colocaban algo en los hombros, y al girarse vio que Anna le había devuelto la chaqueta. Alzó una ceja, desconcertada.

    —Gracias por el gesto, Sinon. Pero tú la necesitas más que yo —murmuró, observándola con sus penetrantes ojos rubí que parecían mirar a través de ella. No sabía cómo diablos lo hacía, pero siempre le hacía sentir demasiado expuesta.

    —Yo aguanto mejor el frío, no me hace falta. Además, puedes considerarlo como que ya estamos en paz. Tú hiciste lo mismo conmigo.

    Y de nuevo, Anna se encontraba con la chaqueta en su regazo. Frunció el ceño e infló sus mejillas por unos instantes. Qué chica tan tozuda. No obstante, sus últimas palabras hicieron que se girase hacia ella con genuina sorpresa en su expresión. ¿Aún tenía presente el recuerdo de cuando le dejó su chaqueta aquella vez? Eso significaba que quizás, aquel gesto suyo no le había resultado tan indiferente. El simple hecho de que la chica quisiera devolverle el favor le hizo reconsiderar que quizás, muy en el fondo, sí que llegase a importarle de alguna forma.

    Disimuló la pequeña sonrisa que amenazaba con salir agachando su cabeza, y dejó de lado aquellos pensamientos para centrarse en lo que ahora era más importante.

    —¡Claro que lo necesitas! No eres una roca, puedes acabar enfermándote tú también si sigues así, ¿no crees? —pero esta vez, no recibió respuesta alguna. Suspiró, exasperada, pero una idea hizo prender la bombilla en su cabeza—. Ya sé cómo solucionar esto.

    Y antes de que Sinon pudiese siquiera replantearse hacia dónde quería ir la chica, sintió su cuerpo demasiado próximo al suyo. La miró, con sus mejillas enrojecidas por la vergüenza, y sintió una calidez especial rodearla; Anna había colocado su chaqueta alrededor de ambos cuerpos.

    —¿P-p-pero qué demonios estás...?

    —Así nos daremos calor la una a la otra y ninguna podrá pasar frío. ¿No es una idea brillante? —y sonrió, sonrió como una pequeña niña cuando conseguía lo que quería, apoyando su cabeza en el hombro de la peliazul por primera vez sin temer el rechazo de su parte. La chaqueta no era lo suficiente grande para abrigarlas del frío del exterior, pero ambas se proporcionaban el calor necesario.

    El rostro de Sinon había enrojecido de sobremanera, desviando la cabeza hacia otro lado para que no pudiese percibir ese gesto, pero ya era demasiado tarde para eso. Balbuceando palabras ininteligibles intentó apartarse del contacto de la joven, pero algo dentro de ella le impidió hacerlo. Permaneció allí, totalmente vulnerable, sintiendo la mirada incesante de Anna posada en ella.

    —I-idiota... Sabes perfectamente que no me gustan estas co...

    —¿Puedo dormir con vosotras yo también? —interrumpiendo la pequeña charla, ambas chicas alzaron la cabeza para ver a Petra permanecer de pie frente a ellas, observando la escena con algo de timidez mientras sujetaba su manta frente a ellas. Casi se olvidaban de ella—. Me habéis dejado sola allí atrás, no es justo.

    —Claro que sí, Petra, ven aquí —rió con suavidad Anna, invitándola con un movimiento de mano a acurrucarse junto a ambas. No estuvo de más dirigirle una mirada significativa a Sinon para que no opusiera resistencia, y si bien al principio costó, acabó por resignarse a ello.

    La más joven se acurrucó en el regazo de Anna, quien pasó una mano por su cabello con cariño, y comenzó a cerrar los ojos lentamente, apoyada aún en Sinon. En un abrir y cerrar de ojos, la peliazul había sido incluída en aquella genuina muestra de cariño de la que no estaba acostumbrada, y en la que sin embargo no se sentía tan incómoda como esperaba. Sentía que de algún modo podría acabar acostumbrándose a ello. Su rostro, disimuladamente, se relajó lo suficiente como para dejar entrever una efímera sonrisa que casi parecía haber sido obra de su imaginación.

    —Estás mucho más linda cuando sonríes, ¿sabes? —dijo la rubia casi en un murmullo, su voz haciéndose cada vez más débil, hasta que finalmente cayó en los brazos de Morfeo.

    Sinon, quien confiaba en que ambas se encontraban ya dormidas, admiró a la chica acurrucada a su lado con sus mejillas aún encendidas. Iba a relatar, a negar sus palabras, a quejarse como solía hacerlo, pero las palabras no salieron de sus labios. Observó en silencio cómo la respiración de ambas chicas se volvía más lenta y pausada, y supo que ya no merecería la pena intentarlo. Con el ceño ligeramente fruncido, notó lo tranquila que se veía Anna dormida. Probablemente, aquella era una de las pocas veces que se la podía ver así, y en su interior se alegraba de poder tener un minuto de paz al menos.

    Acomodando su hombro para que la joven se inclinase con suavidad hacia su lado, y así pudiese dormir en una posición más cómoda, apartó un mechón de su cabellera rubia de su rostro, y desvió la mirada hacia el cielo nocturno.

    —Desde luego, calladita está más guapa.


    Fic dedicado especialmente al trío de supervivientes de The Walking Dead <3 @Error Akazami @Nekita ¡Espero que les guste!
     
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    JO JO JO. FELIZ NAVIDAD. Septiembre, un par de meses más tarde: los crossovers bizarros vuelven al ataque. Y esta vez, Sinon está en el universo de TWD.

    Pero eh! El domingo que viene vuelve la segunda parte de la novena temporada, y hay cierta mujercita que junto con su hermanito siguen viendo la serie. Quién lo hubiera dicho. Así que a este le tengo cariño.

    Tanto cariño como parece que le tenías a Sinon: ¡se ve que el fanservice japonés no solo afecta a la audiencia masculina después de todo! Y OH MY GOD. Los orígenes de la obsesión yuri por fin aparecen. Ya estaban tardando.

    La influencia de los anime yuri estaba en pleno auge en el segundo semestre del ’16, al parecer. Todo muy fluff. Gold, esto te va a gustar. De paso dejale otro comentario, que este fic estaba medio vacío de comentarios.
     
  3.  
    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado fifteen k. gakkouer

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    Cómo de gracioso es que justo le haya comentado a noir un fic que se llama calidez también y en el que también comparten ropa por el frío (?)

    Y este también ha sido super cute, omg, es que escribís tan bonito todos que quiero llorar. Y esta pareja, ay... si no recuerdo mal no ha tenido la mejor de las suertes, porque más de una vez se ha cancelado el rol donde estaban, pero me parece super lindo que sigáis shippeándolas y dando material de vez en cuando porque se ve como una relación adorable, la verdad.

    So Sinon es un poco tsundere y Anna is a cutie pie, maravilloso. No conocía la existencia de Petra, pero me ha agradado. Jo, en verdad se ve que la relación de las tres es super cute y realmente necesaria en toda aquella situación, para los pocos humanos que quedan...

    Anyways, todo el escrito es super cute, jo. Me encanta como escribes Andy, porque le pones mucho detalles y se siente todo muy genuino y real, el lector sigue en todo momento toda la acción y los sentimientos de los personajes y haces que no sea necesario conocer el fandom, el rol o los personas tan en profundidad para entender y eso es genial <3

    Las shippeo, y creo que el hecho de que no haya sido canon es irrelevante, porque tenemos fics preciosos para leerlas y disfrutarlas, y eso vale más que nada, sobre todo cuando son fics como estos uwu
     
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