Cain, la vida una y otra vez

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Sweet blody rose, 21 Enero 2012.

Estado del tema:
No se permiten más respuestas.
  1.  
    Sweet blody rose

    Sweet blody rose Entusiasta

    Piscis
    Miembro desde:
    21 Enero 2012
    Mensajes:
    69
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Cain, la vida una y otra vez
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    1342
    Capitulo 15:

    Mientras en la aldea Kiabara miraba desde la ventana de su habitación hacia arriba preguntándose que habrá ocurrido. Estaba en otra de sus charlas con Kenji y Ryou pero fue interrumpida por ese gran estruendo.

    — ¡Hey Kira! ¿Estas ahí o que?-pregunto exaltada la castaña ojivioleta.
    — Ya déjala hermana, quizás ocurrió algo ¿Tu que sabes? –se encogió de hombros el castaño.
    — Perdonen –murmuro volviéndose a sentar en la cama- Es que escuche algo y me quede un poco intrigada…
    — ya, sigue contándonos que onda entre esa chica y tu hermano.
    — Pues- aspiro profundamente y luego soltó aire- El otro día justo estaba caminando cerca cuando Sakurano se le confeso a Kyo. Deberían haber visto su cara pálida. Lo que menos se esperaba que en menos de una semana esa chica gustara de el –se río inocentemente.
    — Vaya…-murmuro el ojimiel- ¿Ahora todos andan de amor y paz o que? –comento en forma de chiste.
    —Quizás- llevo su mano a su boca ocultando su leve risa- Por cierto Kenji. Cada día recuerdo más que sucedió en la anterior vida.
    — Dime que no recuerdas algo con lujo de detalle- revoleo sus ojos suspirando.
    — ¡Oye! ¡No! –negó con su cabeza totalmente sonrojada.
    — No le hagas caso Kiabara, mi hermano –lo codeo- Se esta pasando un poco de rosca, sin mencionar que ya esta anda fascinado con la idea del casamiento-una pequeña sonrisa picara figuro en su cara.
    — ¿¡Casamiento!? –preguntaron ambos al unísono.
    — Era broma –cerro sus ojos molesta.
    —Volviendo al tema-suspiro- Me preocupo cada vez mas con que se vaya a repetir la historia otra vez. No puedo permitir que los Mai se acerquen otra vez aquí y maten a todo el mundo. Pero se que son millones mas que nosotros-llevo sus manos a sus piernas cerrándolos en puños.
    —Tranquila. ¿No dijiste que hablarías con la líder y harías todo diplomático? –arqueo una ceja el castaño
    — Eso espero. No quiero otra vez tener que matarla y verme llena de sangre mía.
    — Aun me causa impresión imaginarme el hecho que te apuñalen –tembló por el escalofrío que recorrió el cuerpo de la castaña.

    Se quedaron bastante tiempo planeando que harían. Kiabara les había contado con anterioridad como sucedió el encuentro entre la líder de los Mai y ella y como llego al punto de repetir su vida para salvar al vida de su hija.
    La pelinegra corría sin sentido alguno hasta que se topo con una muchacha de cabello anaranjado atado en una coleta alta y ojos negros. Se quedaron mirando fijamente. Siendo ambas las lideres de los distintos clanes. La pelinaranja se decidió atacarla primero pero la morocha la esquivo de un brinco y apareciendo por atrás de ella, le pateo la espalda. La pelea siguió un largo tiempo hasta que quedaron frente a frente con rasguños en sus brazos y piernas. La ojinegra avanzo hacia la Caín decida matarla, cuando Kiabara creía que la había esquivado y siente un pequeño dolor en su estomago. Se toco con las manos y vio su sangre. Callo al suelo y se retorció de dolor. La herida era demasiado prefunda como para que se regenerara rápido. Se levanto del suelo y la acorro con un muro de tierra. Alzo su mano llena de sangre al cielo y un rayo callo sobre esa muchacha dejándola inconciente.
    Trato de alejarse caminando como pudo pero cayó al suelo a unos pocos pasos. Alzo su vista y vio caer a Kenji a su lado. Parecía que el estaba desmayado pero se lo escuchaba toser sangre y como se retorció en el suelo sintiendo frío. Nuevamente con las fuerzas de quien sabe donde se levanto del piso. Estiro ambos brazos a sus costados y empezó a murmurar unas palabras. El cielo se oscureció como si viniese una tormenta. El cielo estaba lleno de relámpagos que cada vez sonaban más fuertes y el viento empezó a soplar con más intensidad. Cerró sus ojos con fuerza deseando que todo terminara. O moría o volvería a intentar todo.

    Ambas chicas, la peligris y la rubia caminaban sonriendo maliciosamente. En especial Mirah sabiendo que tendría mas excusas para darle pena al morocho y que la besara. Si hacia eso, demostraría que al fin cumplió con su plan. La ojirosa la volteo a mirar intrigada por esa sonrisa codiciosa que llevaba su “creadora” proa si decirlo. Para su suerte no tenia que cambiar su aspecto como la muchacha a su lado. Le había permitido mostrarse así, diciendo que era su hermana mayor o su prima. Un cuento que seria creíble para cualquiera viendo el parecido físico y el mismo color de ojos. Tendría que robar ropa de por ahí para que no pareciese humana, pero ese era el menor detalle. Todo ese favor que le hacia a esa solo era por poder y quizás también por un poco de diversión. Aunque no le caía bien la idea de fingir ante los demás, tendría que mostrar esa tonta personalidad que mostraba con los humanos que vivían alrededor de su ex casa.

    Mientras Tamy estaba caminando, al voltear en la esquina, que era tapada por una de las tantas casas que había allí, choco con alguien. Cayó al suelo bufando por la caída. Alzo la vista y vio a un pelirrojo quejándose de su torpeza mientras se sobaba la espalda. Era muy hermoso pero no pensó en eso. Se levanto y le pego un codazo. Este solo se rasco la nunca pidiendo disculpas para luego quedándose viéndola a los ojos. Ella evadió la mirada y siguió caminando, tratando de seguirle el paso a la peligris que la dejaba atrás. El ojigris ante de seguir su caminar volteo a verla a esa muchacha. Si que le había llamado su atención.

    Kyo se encontraba sentado en una banca debajo de un gran árbol de cerezo pensativo. Estaba extrañando demasiado a esa chica. Cuando unos brazos calidos lo rodearon de repente. Volteo y se encontraba la peligris abrazándolo cariñosamente. Detrás del árbol, escondida estaba Tamy mirando la escena. Hizo una mueca con la actuación de Mirah.
    La ojirosa le dio la mano al morocho y se fueron a caminar por la aldea. La otra ojirosa quedo mirando perpleja como la había dejado sin decirle nada sobre lo que tenía que hacer. ¿No la iba a presentar? Cerró sus ojos y trato de contenerse. Todo iba por más poder. No podía exaltarse con algo tan simple. Al fin al cabo esa Caín siempre dejaba todo olvidado mientras se iba a hacer otra cosa.

    Bufando y pateando el suelo camino hacia el siguiente árbol que era mas bajo que el anterior. Bajo de este había un parque para los niños. Se sentó en una de las hamacas mientras miraba al suelo. Se estaba aburriendo. Mirah, no estaba cumpliendo con su promesa que jamás se aburriría estando con ella. Que mentirosa –pensó frunciendo el ceño.
    Un pelirrojo se le acerco y le llamo la atención tocando su espalda. La rubia voltea enojada y lo vio de pies a cabeza preguntándose porque la molestaba. El chico se encogió de hombros y solo le sonrío. Suspiro y se levantó de la hamaca lista para marcharse pero este la detuvo.

    — ¿Qué quieres? –arqueo una ceja mirando con molestia.
    — Solo quería saber que hacías por aquí, porque nunca te había visto antes- llevo ambos brazos hacia atrás, entrelazando sus manos con una sonrisa picara.
    — No debería importarte- dio un paso hacia un costado pero nuevamente la detuvo.
    —Al menos dime el nombre de la persona que moleste tanto –hizo una mueca.
    Quedo pensativa de espaldas al muchacho. ¿Seria conveniente decirle su nombre real? Si podía quedarse con su figura suponía que con el nombre también.
    — Simplemente me llamo Tamy –suspiro.
    — Es el diminuto de algo ¿No es cierto? –le sonríe.
    — De Tatsumi –murmuro no comprendiendo los motivos de aquella pregunta.
    — Vaya, es raro ese nombre. Nunca lo he oído por aquí.
    — Bueno si ya me presente, mucho gusto, hasta luego- dio media vuelta e hizo un leve movimiento de manos en forma de despedida.
     
  2.  
    Neith Abendroth

    Neith Abendroth Iniciado

    Escorpión
    Miembro desde:
    22 Enero 2012
    Mensajes:
    13
    vaya, me perdí de varios ,__, pero ya me puse al día ^^ Están excelentes, me encantaron >///< amo el rumbo que está llevando la historia ^^
    mucha suerte! Te seguiré leyendo ^^ Que estés bien =)
     
  3.  
    Sweet blody rose

    Sweet blody rose Entusiasta

    Piscis
    Miembro desde:
    21 Enero 2012
    Mensajes:
    69
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Cain, la vida una y otra vez
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    1732
    Oh pues me alegra mucho que haya varias personas que lo lean, enserio que si ^^ perdi un poco la inspiracion, pero tengo planeada una sorpresa si me recupero de mi crisis creativa jaja :p

    Aqui va el cap

    Capitulo 16:

    Kyo se encontraba sentado en una banca debajo de un gran árbol de cerezo pensativo. Estaba extrañando demasiado a esa chica. Cuando unos brazos calidos lo rodearon de repente. Volteo y se encontraba la peligris abrazándolo cariñosamente. La ojirosa le dio la mano al morocho y se fueron a caminar por la aldea.
    Mientras estos llevaban caminando un largo rato, el morocho se decidiò por detenerse.

    —Sakurano….oye espera- llamo la atención de la muchacha que le arrastraba hacia algún lugar.
    — ¿Qué sucede? –volteo intrigada.
    — Sobre lo del otro día….yo quería decirte….-la peligris sello sus labios con el dedo.
    — Piénsalo bien, no respondas sin antes haberlo echo ¿Ok?-le guiño el ojo.
    — Esta bien ¿Y adonde me llevas a todo esto?
    — Al bonito parque que se encuentra debajo del gran árbol –sonríe.
    — ¿Por qué quieres ir allí?-arqueo una ceja.
    —Mm…por nada en especial, pensé que seria bonito.

    Al llegar al parque ambos se sentaron en una hamaca que eran de un rojo y azul vivo. Se notaba que la madera estaba vieja pero se mantenía en buen estado. Sakurano alzo la vista hacia el cielo que se encontraba nublado.

    — Oye Kyo-le llamó.
    -¿Qué suced...?-sintió los suaves labios de la chica en los suyos y le correspondió. Abrió los ojos y vio que los ojos de la peligris se habían tornados rojos— Sa…Sakurano
    -¿Qué sucede? –se aparto de el.
    — Tus ojos se volvieron rojos-murmuro apenas.
    — ¿¡Que!? ¡Rayos! Maldito conjuro, pensé que duraría mas- hizo una mueca.
    — ¿Con…conjuro? –pregunto intrigado.
    — Perdóname debo irme –se marcho corriendo a la velocidad de un rayo.

    Luego de buscar por toda la aldea encontró a la rubia y se la llevo a un lugar aparte.

    — Tatsumi, me han descubierto, debemos inventar una mentira ya. Quiero seguir con el juego un poco más. Lo suficiente para enfrentar a Kiabara –se le formo una sonrisa maliciosa con esto último.
    — ¿Y que quieres que haga? ¿Qué yo me delate?
    — Quizás…-lo pensó un instante- Diremos que fingiste ser mi hermana que estaba muerta, inventa que lo hiciste porque no estabas segura que te aceptaran y cambia de forma a la “real” y quizás te tengan lastima. Y así me mantendré en el juego.
    — No se a que quieres llegar con todo esto- hizo una mueca- Engañaste a Kyo y ahora lo tienes muerto por ti.
    — Lo se y estaré muy feliz cuando se estere que todo fue una mentira-su mirada se torno picara- Pero hay que esperar un poco mas. Por favor Tatsumi-le rogó.
    — Agh. Haz lo que quieras Mirrah –bufo cruzándose de brazos.
    — ¡No me divertía tanto en años! –río mientras se marchaba corriendo.
    — A pesar de ser alguien supremo es bastaste infantil –suspiro y camino hacia el gran árbol que estaba frente a ella.

    Pasada una semana ambas chicas aun sostenían la mentira. Sakurano le mintió a Kyo diciéndole que fue un mal presentimientos que tuvo y que por eso sus ojos se volvieron rojos. Este tan ciego le hizo caso sin importarle bien los detalles. Durante esos días Tatsumi siempre andaba de aquí para haya con su supuesta hermana contando su historia y aquel pelirrojo con el que se había cruzado dos veces se le acerco nuevamente para hacerse su amigo. Ella lo trataba distante, no quería vincularse con nadie para sentirse luego ligada a esa persona. Fingió con su personalidad buena y amistosa ante el, haciendo que este también creyera la mentira.
    Se podría decir que el plan de Mirrah estaba saliendo a la perfección. Pero deseaba pelear con Kiabara. Para demostrarle a esa chiquilla quien era la mas poderosa.
    Un día mientras la morocha entrenaba en el campo de batalla con su hermana menor, la peligris se acerco a estas y las desafío.
    Kairi cayó enseguida. Sakurano era demasiado para ella. Kiabara decidida acabar la pelea, la enfrento. Su combate duró horas. Mirrah arrojaba todo los hechizos que se sabía y a su vez utilizaba sus poderes de los cuatro elementos para aumentarlos pero la ojiverde se seguía levantando del suelo cada vez más impresionada por los ataques de esta. ¿Dónde se suponía que había aprendido pelear así? Por un segundo llego a considerar que eran los mismos ataques que utilizo la legendaria Caín creadora de todo. Pero vaciló un instante ante una idea tan ridícula.
    Finalmente perdió la batalla y Sakurano río victoriosa. No había forma de vencerla si era la Caín supremo.
    Le dio la mano a Kiabara quien la rechazo y la miro con desprecio. Hizo una mueca y se alejo de ella. Mejor que no la tocara o descubriría quien era en verdad.
    Recordó aquella vez que la vio por primera vez. Era una joven de quince años, demasiado inocente, con sus amigos. Los mismos de siempre. Kenji, Ryoutsuko, Sobaku, Kiara y Kiyora. Todos ellos junto con la morocha habían tomado una decisión. Como solía siempre buscar diversión la peligris, ofrecía tratos por más poder, llevando a los dioses, humanos y a las demás ramas a la codicia. Pero debían pagar un precio. Ellos no vivirían demasiado, morirían al los pocos años de haber hecho el trato. El grupo decido por fin vencer a los semi-dioses, ya que se encontraban en mitad de la guerra, aceptaron el trato a cambio de su alma. Rió por dentro al recordar el rostro de todos llenos de frustración. Pero Kiabara se salio con la suya y no murió. La odiaba por eso. Su suponía que hizo un trato y tenia que seguirlo al pie de la letra y no andar repitiendo su vida para que todo salga bien. Aunque estaba molesta con ella, no dudaba en hacerla caer nuevamente en la trampa. Algo malo se avecinaba y lo sabía perfectamente. Necesitaría volver a tener el poder. Para vencerlos. Ni siquiera la propia Kiabara sabia del poder que posee al ser la reina y todavía tener el contrato en pie, no explotaba su máximo potencial y la única manera que se diera cuenta era enfrentándola en una batalla.

    La gente de la aldea empezaba a sospechar más y más de las misteriosas hermanas que aparecieron un día de repente. No tenía coherencia que sus padres murieran ni que no se las hubiera visto antes por el pueblo.
    Lamentablemente para. el gusto de Mirrah descubrieron la incoherencia entre las historias de ambas.
    Toda la aldea se entero de la mentira que había inventado la rubia y la llevaron presa a una cárcel en donde no podía utilizar sus poderes. Descubrieron que era semi-dios y estaban decididos a matarla. Mientras Sakurano lloraba maldiciendo la muerte de su hermana. Preguntándose porque le había pasado eso. La miraba con ojos de odio a la otra ojirosa. Todo ocurrió tan rápido que ni Kyo ni Kiabara notaron que sucedió. D e repente el hermoso mundo que se estaba armando el morocho en su cabeza había sido destruido. Sabiendo la mentira de Tatsumi, ya no estaba tan seguro de si Sakurano mentía o no.

    La cárcel estaba vacía, solo había sido construida para prisioneros Mai. Y justo la rubia entraba en el término a pesar de nunca pertenecer al clan. Sakurano podio por favor poder hacer recapacitar a la semi dioses a los vigilantes de esta y aceptaron. Entro en la celda caminando moviendo sus caderas a cada lado, con una sonrisa satisfecha.


    — Por fin vienes Mirrah, creí que esta era tu venganza- la miro desafiante.
    — Creo que fuiste una estupida ¡Te dije que solo si era necesario dijeras todas esas tonterías! –Le grito en la cara molesta- Ahora debo fingir que tengo el corazón roto y para peor seguro Kyo descubrirá todo –puso los ojos en blanco.
    — ¡Esto es lo que querías! No planeas darme el poder que me corresponde ¿No es cierto? –le comenzó a exigir aferrándose a los barrotes.
    — Tranquila –le acaricio la mejilla- Mi idea es convertirte en la siguiente de mi línea, pero debo acabar con la torpe de Kiabara.
    — No creo que puedas. Todo se fue por la borda. Pronto te descubrirán a ti –comento calmándose cada vez más.
    — Agh. Todo es cuestión de táctica –se cruzo de brazos- Ya la vencí a Kiabara, aunque admito que tuve que utilizar algunos trucos-hizo una mueca.
    — Creo que ya entiendo ¿No quieres que repita todo de nuevo y que enfrente a esos Mai? –arqueo una ceja.
    — Shh –La calló- Nadie tiene una idea de lo que se avecina y seguro pedirán consejos a los dioses de arriba o a mi. No vendría mal la segunda opción. Podría disfrutar su muerte de nuevo –se empezó a forma una sonrisa maliciosa en su rostro.
    — Cálmate Mirrah no te hagas ideas aun –suspiro- Primero sácame de aquí o me saldré por mi cuenta y me marcho a hacer destrucción a otra parte.
    — ¡Tonta! ¡Ni se te ocurra hacer semejante tontería! –le regaño- Ya inventé una mentira. Hare que te perdone y te mostraras toda buena diciendo que no fingiste tu personalidad, que te mostraste tal cual eres.
    — ¿En que momento planeas tantas cosas macabras?
    -No lo se- se encogió de hombros- Viviendo hace mas de tres milenios una aprende supongo. Y tu deberás seguir mis pasos –le guiña el ojo.
    — Claro, como digas- rodó los ojos
    — Ya te sacare. Espera a mañana que fingiré volver a hablar contigo y ya estaremos seguras que todo el mundo se creerá la mentira-aseguro sonriendo victoriosa.
    — Te tomo la palabra. Mañana temprano te quiero aquí ¿Me oyes?

    Esta la ignoro y saliò de la cárcel. Al pasar junto a los guardias fingió limpiarse las lagrimas de sus ojos, volteò y les agradeció con una sonrisa. Estos la saludaron con la mano y la vieron partir.
    Toda la aldea estaba conmocionada por la gran revuelta entre la familia de Sakurano. Volteaban a verla expectante y murmuraban por lo bajo. La peligris actuó como si le dolieran sus palabras cuando aumentaban más su satisfacción de su victoria.
    Paso al lado de Kiabara que la miro extrañada. Sentía algo al verla. Algo que le avisaba un mal presentimiento sobre ella. Como si ya la hubiera conocido en la otra vida.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  4.  
    Sweet blody rose

    Sweet blody rose Entusiasta

    Piscis
    Miembro desde:
    21 Enero 2012
    Mensajes:
    69
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Cain, la vida una y otra vez
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    1191
    Capitulo 17 :

    Kiabara se encontraba paseando como de costumbre por la aldea. Le ayudaba a tomar muchas decisiones al respecto pero tenia esa extraña sensación que algo olvidaba. Todos los días un nuevo recuerdo de su vida pasada aparecía en su mente. Algunos eran dolorosos y otros felices. Una imagen se intercruzaba con esos recuerdos. El cabello color castaño, a simple vista pareciera que fuera Kenji, pero tenia los ojos tan verdes como ella. ¿Quién seria esa chica? Le resultaba muy familiar. Tomo en cuenta que podría ser su hija, pero nunca llego a la adolescencia, aunque por su aspecto le dabas vente años o mas.

    Era imposible. Se repetía una y otra vez lo mismo. Su hija nunca pasó del nacimiento. A menos que…Negó con su cabeza rotundamente. Como ya había dicho antes, era imposible que su hija viviera tanto y la recordara tan perfectamente.
    Alzó la vista al cielo buscando una respuesta, y para su sorpresa este se volvió totalmente oscuro, como una tormenta. Exactamente igual a cuando repitió todo. ¿Seria posible que haya repetido su vida más de una vez? ¿Tanto quería que todo saliera bien? Y cuando bajó la vista lo vio todo. Como si viajara al pasado.

    La aldea seguía igual que antes. Las casas de madera, de tierra o de roca unas al lado de la otra. Como si fuera un barrio. Las grandes mansiones a la lejanía. Guirnaldas colgando por los techos decorando el largo camino hacia la gran mansión de los reyes. Se veía absolutamente hermoso como si formara parte de un cuento. Todos los aldeanos trabajando, cosechando, cuidando a los niños, leyendo, entrenando, vendiendo comida, ropa, etc.
    Camino por ese recuerdo y pudo divisar a esa muchacha otra vez. Ella era tan bonita. Sus ojos verdes que resaltaban desde lejos, su cabello castaño hasta la cintura, sus mejillas con un leve rubor y llevaba un largo vestido azul atado un poco mas arriba de la cintura para resaltar el busto. Era simplemente preciosa. Pero esta no estaba solía. Se reía junto a un hombre mayor de cabello tan castaño como el de ella y los ojos color miel más hermosos que pudieran existir.

    Sus ojos se abrieron como platos. Eran Kenji y Ryoutsuko. Sus dos grandes amores de su vida riendo y divirtiéndose como si nada hubieran pasado. Trato de acercarse pero nunca llegaba donde ellos. La imagen se volvía más distante y fría. Y de repente se encontró junto a unos cadáveres en el suelo. Se vio a ella misma tendida en el suelo llorando y pudo ver los cuerpos. Eran Kenji y su hija. Noto que se volvió a levantar del piso, se limpio las lagrimas y sus ojos tenían esa mirada decidida.

    El cielo se volvió a cubrir de nubes negras. El viento soplo a toda intensidad y se veían rayos arriba. Los brazos de la morocha se volvieron a extender a ambos lados y todo fue cubierto por una espesa neblina.

    Trato de detenerla pero fue imposible. Cuando despertó se encontraba en la actual aldea. Respiro detenidamente para recuperarse. Un recuerdo así no era fácil de procesar. Lo que mas lamentaba fue ver a su hija nuevamente muerta. El maldito destino no quería que viviese su vida. En algo estaba feliz. Quizás ella había vivido vente años como mínimo, feliz y plenamente.

    Mientras no se permitía llorar unos brazos calidos la abrazaron por detrás. Volteo y era su hermana menor que la miraba con la mirada clavada en ella. Sus ojos exclamaban compasión. No quería verla llorar como si supiera todo lo que paso.

    —Kairi ¿Qué haces?
    —Vine a buscarte. Pensé que me necesitabas después de todo eso –le sonrío.
    — Fue horrendo hermana. Tengo un dolor en el pecho por ese recuerdo. No quiero ver que suceda otra vez-hizo una mueca de tristeza llevando su mano a su corazón.
    — Tranquila –le acaricio la mejilla- Esta vez tienes que hacerlo todo bien, por el bien de tu familia y el de todos. Ya viviendo todo dos veces algunas historias cambian drásticamente y creo que eso te ayudara-la soltó y se poso en frente de ella.
    — ¿Cómo es que sabes tanto?-arqueo una ceja
    — Aunque no lo creas mi poderes van mas allá de todo –le guiño el ojo.
    — Ahora siento que eres mucho mejor que yo –se echo a reír la hermana mayor.
    — Vamos. No digas esas cosas. Pero ten en cuenta que para lo que me necesites estaré ahí para ti. Quizás empieces a recordar muchas cosas de tu vida original y te confundas así que llámame cualquier cosa ¿De acuerdo? –chasqueo los dedos.
    — De acuerdo –asintió- Oye quiero preguntarte algo.
    — ¿Que sucede? – preguntó intrigada.
    — Mm déjame ver como lo digo. ¿No sientes algo raro en Sakurano? No me lo puedo creer pero siento alrededor de ella una presencia negra-sacudió su cabeza ante esto ultimo.
    — Lo único que puedo decirte hermanita es que tengas cuidado. Algo malo se avecina y ella lo traerá- murmuro mientras fijaba la vista en el cielo.
    —Kairi ¿Acaso tú sabes…? –no termino su oración. Su hermana ya no estaba.

    Decidió volver a la mansión. Se acercaba el horario cuando platicaba con Kenji y Ryuo. Se puso a observar el camino hacia la mansión. Era el mismo que el de su recuerdo.

    Las casas llenas de guirnaldas colgando por los techos. Los Caín de habilidades normales trabajando en lo suyo y los niños corriendo de aquí para allá.

    Sobre una colina, en lo lejano de la aldea se notaba la casona con su color rojo antiguo pintado en ella y el pequeño porshe que tenia esta.
    Camino lentamente disfrutando la vista. Necesitaba despejar su mente y estar en calma.

    Al llegar a su casa subió las escaleras y se dirigió a su dormitorio. Se sentó en el borde de su cama pensativa. Restaban unos segundos para hacer el hechizo y poder hablar con ellos. Dibujo una sonrisa en su rostro y lo hizo. Seguro se sentiría mejor hablando con alguien.

    — ¡Kira! ¿Cómo estas? –pregunto la castaña ojivioleta sonriente.
    — No muy bien ¿Y ustedes? ¿Cuando vendrán hacia aquí?
    —Con respecto a eso –balbuceó Kenji por lo bajo – El maestro detecto a un grupo de Mai rondando cerca y son muchos. Acabarían con nosotros en un parpadear.
    — Agh. Me encantaría por fin acabar con esta rivalidad y poder convencerlos que dejen de agredir a las personas- suspiro Kiabara.
    — Sabes como son. Debes hablar con la líder para eso –se encogió de hombros Ryou.
    — ¡Tonta! ¿Acaso no sabes que corre peligro que la quieran matar de nuevo? –le recrimino su gemelo.
    —Oigan, esperen –los callo la morocho esforzándose en oír.
    — ¿Qué sucede? –preguntaron los gemelos al unísono.
    — Escucho unos pasos acelerados hacia aquí. Creo que es….-la interrumpió el sonido de la puerta abriéndose de par a par.
    — ¡Sobaku! –exclamo la ojiverde.
    — ¡Su majestad! ¡Debe venir enseguida! –le ordeno preparándose para irse de nuevo.
    — ¿Qué sucede Sobaku? ¿Por qué estas tan alterada?
    — ¡Los Mai están en esta zona! ¡Los exploradores nos acaban de avisar que se acercan millones de ellos para atacarnos!
    — ¿¡Que!? –exclamaron Ryou, Kenji y Kiabara con los ojos como platos.
     
Estado del tema:
No se permiten más respuestas.

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso