Café, baile y Arte [Rin/Sessh] [Sango/Naraku]

Re: Café, baile y Arte [Rin/Sessh] [Sango/Naraku]

Katy, me amarás por este cap. Lo presiento. No lo tenía planeado ni nada, surgío de inspiración y a mí me fascinó.:P ¡Espero que les agrade chicas!

Advertencia: No se emocionen, no es reecuentro¬¬. xD No me maten esto es esencial de saber:o, tengan paciencia.:oxD

8. ¿Quién me ha robado el mes de Abril?​

Donde las mejores cosas de la vida pasan en ese mes. ​

(FLASH BACK)​

​

*Contado por Rin
* Mente de Rin en el Flash Back

Entramos a la casa, todavía la puedo recordar con claridad, tan blanca, tan limpia, tan acogedora como sus brazos sobre mi piel. Me sentía tan fuera de lugar cuando entre, no debía de estar ahí, además yo la chiquilla de quince años interrumpiendo la vida intima de la psicóloga y el bailarín, tenía tanta pena sabía que mis mejillas estaban al 100% del rojo.

Qué incomodo.

-Siéntate Rin pequeña, no quiero que te lastimes más - Me dijo Lily con una amplia sonrisa en su rostro mientras que me ayudaba a llegar al sofá de la estancia - Ponte cómoda. Sessh amor...

Tomate. Tomate. Tomate. Rojo, rojo, ¡ROJO! ¡Ah!

-... rente una cuantas películas Podrías traer palomitas, papas, refrescos, chocolates... - La boca se me hizo agua, no me había dado cuenta de lo tarde que era y del hambre que traía encima. Lily me miraba fijamente con ternura y yo solo me derretía ante sus azules ojos.

-Estás cómoda Abejita? Ven, te ayudaré a cambiarte.
- P... Pero, no traigo mi pijama - Dije apenada mientras Lily me levantaba con facilidad, estaba casi segura de que Sesshomaru me veía desde la cocina y eso soltó aún más mi pánico interior.
- ¡OH! No hay problema ven, te pondré una mía.

Acaso esto no puede ser más penoso?

Me llevó casi cargando al cuarto donde Sesshomaru y ella dormían todas las noches, mi dejó sobre la gran y suave cama, sacó de uno de los cajones del closet un conjunto muy peculiar. Un short rosa con café y una blusa blanca para dormir. Me sonroje de solo verlo, Pretendía que me pusiera eso?

Error. Esto si podía empeorar.

Me ayudó a cambiarme. Mentí que sentía frío para que por lo menos me diera unos pantalones pero me dio una gran sudadera de Sesshomaru, que me quedaba gigante, tanto que al traerla puesta parecía que era lo único que llevaba puesto.

¡Horror! Que dulce aroma.

Me quede con ella, olía tan delicioso que no pude quitármela, olía a él. Salimos de la habitación y al verme Sesshomaru ya tenía todo preparado en frente de la televisión, las películas, la botana y su hermosa sonrisa.

- ¡Te ves adorable! - Sentí un puñal en el esófago.

Adorable. Claro. ¿Qué esperabas Rin? ¿Qué te digiera sexy?

- No te burles.

La noche si fue divertida, después de que mi vergüenza desapareciera y me sintiera más cómoda entre ellos. Dormí en una habitación aparte y por fin di un suspiró de tranquilidad. El sueño me cayó como una rica lluvia a una sequía en Sonora.

A la mañana siguiente el Dr. Shikon me atendió, era un señor tan amable y simpático.

- Mmm... Qué mal, mal, mal - Suspiré.
- ¿Qué pasa? - Pregunté.
- Pequeña, tienes un gran desgarre en la pierna de tercer grado.

Auch.

Salimos del consultorio, directo a la farmacia para comprar mis medicinas. Desde que entramos al carro Sesshomaru no había dicho ni una sola palabra, llevaba el semblante frío y tenso. Parecía disgustado conmigo. Se bajo del coche al llegar a la farmacia, yo lo miré fijamente desde el flamante automóvil, mis ojos se llenaron de amargas lágrimas que presurosas bajaron por mis mejillas. Me sentí tan idiota. Logré secarlas y alinear mi voz para que al hablar no se quebrara cuando el llegó al automóvil. Arrancó, di gracias porque el no se fijaba en mi, nos paramos frente al semáforo en rojo y me miraba, trataba de que mis ojos no llegaran a su rostro pero era inevitable.

- ¿Lloraste?
- No - Contesté cortante y claro.
- ¿Porque? ¿Qué pasa?
- No, nada. No fue nada.
- Rin, mírame - Sus ojos ambarinos estrujaron mi ser, todo mi interior se revolvió cuando sus pupilas reflejaron las mías - Dime que te paso.

Su retrato se fue llenando de agua en mis ojos, tanto hasta que no logré divisarlo.

- Lamento todo esto. Te decepcione.
- Nunca me has decepcionado Rin. Nunca pienses eso, eres mejor de lo que pensé - Lo miraba como si fuese la ultima vez que lo haría y el me dedicó una cálida sonrisa que blando mi alma, limpió las lágrimas y arrancó en dirección a mi casa.

*****​

​

Así pasé los tres restantes fines de semana de ese mes, Abril. A veces me quedaba hasta el domingo, era tan divertido y anhelaba la compañía de Sesshomaru. Una que otra vez Lily se encontraba ausente de viernes a Sábado, porque iba a visitar a sus padres lejos de la cuidad, me quedaba sola completamente con el. Lo conocí de una manera increíble, como nadie lo habrá de conocer nunca en su vida. Puedo decir que toqué lo más profundo de su ser y me dejaba estar ahí varios ratos. Perdía la cuenta de las horas junto a él, al principio me asustaba ese extraño sentimiento que me invadía de pies a cabeza, era horrendo y desconocido. Después quise no aceptarlo.

- ¿Qué es lo que sientes?
- No lo sé, es raro, me asusta.
- ¿Te asusto?
- No.

*****​

​

- Tú sabes que sabes que yo se que lo sabes.
- ¿Eh...? ¿Qué es lo que sé?
- Rin, sabes.
- Sé algo. ¿Pero y si no es lo que sabes tú?
- ¿Qué es lo que sabes?
- Dímelo tú primero.
- No dímelo tú.

Ambos negábamos los sentimientos ocultos detrás de cada mirada. Yo, por miedo a lo desconocido, por miedo al amor verdadero, por temor a lastimar y a ser lastimada. Ahora que lo pienso era muy egoísta al principio. El, porque sabía que esto no podría ser, porque podría que si alguien, mis padres, maestros se enteraban nunca podría verme de nuevo, por temor del ser y el deber ser de sí mismo.
Al paso del tiempo, el amor me carcomía por dentro y mi corazón palpitaba de tal manera que mis latidos se transformaban en taquicardias ya no lo pude evitar.

- Sessh, tenemos que hablar de esto.
- Y mucho.
- Es que es tan complicado y no sé por donde empe... - Al menor respiro el ya estaba a centímetros de mi cuerpo, de mi cara y de mis labios.
- No sé que me pasa ni que me has hecho pero te amo con todo mi ser, no quiero más navegar y naufragar entre la gente. No soporto seguir hundiéndome así - Se acercó más a mí que mis piernas flaqueaban, si no me hubiera tomado por la cintura seguro habría caído, sus labios rozaron mi oreja y susurraron con ese aliento cálido y dulce:

- Mis manos sueñan tu piel, mis ojos siempre te ven, mis labios tropiezan y mi corazón me pide que te busque en cualquier lado porque estoy enamorado y nunca te quiero perder, mi alma se ha negado a seguir viviendo así, porque juro que te amo, Rin.

Mi cuerpo entre relajado, a punto del desmayo se congelo y se quedo inmóvil no sabía como eso podía ser posible, nada tenía sentido. Pero esas palabras las recordaba siempre, los versos de la canción más hermosa y perfecta, Juro que te amo era mi canción favorita en ese entonces y la recuerdo por siempre.
El gran temor de Sesshomaru en realidad no era el de perderme si no el de este amor. El estaba por cumplir los 30 y yo era una reciente quinceañera. El temía estar robándome mi juventud, de disfrutar las cosas que debía de estar viviendo a esa edad. Pero yo siempre le hice entender que no.

*****​

​

- Ya no quiero nada contigo Houyo, la relación está bastante mal y no...
- Está perfecta Rin.
- No Houyo no lo está.
- Es que tú eres la que nunca se interesa por nosotros siempre andas ocupada en cualquier cosa que en mí, siempre es " no puedo tengo que ir a mi practica de baile", " es que el equipo de baile". Nunca Houyo.
- Exageras Houyo, te quiero pero es...
- Yo te amo Rin - Agarró y me beso a la fuerza.
- ¡Houyo quítate! - Lo aparte de mí más con asco que con indignación, ¿Cómo se atrevía a tocar los labios que Sesshomaru había besado?
- ¡VES!
- Houyo, tranquilízate hablemos trasquílame...
- ¡NO ME VOY A TRANQUILIZAR!
- Entonces lo mejor es que me vaya.
- ANDA VETE YA - Agarré mi chaqueta y salí de su casa. Pero me siguió hasta la acera - No, Rin espera.
- Houyo suéltame, me voy.
- ¿Nos vemos mañana cielo?
- No Houyo, me voy, no solo de tu casa también de tú vida. Adiós.

Caminé rápido hacia el coche de mi madre quien me lo había prestado ese día.

- ¡Bien! Ni te sorprendas cuando te enteres que siempre te engañe con Yura, tu "mejor" amiga.

Mi corazón se frenó pero el motor del coche aceleró hasta patinar la calle. Yura? No era posible. Agarré el celular y la llameé.

- ¿Diga?
- ¿Yura?
- Rin, amiga. ¿Cómo estás?
- ¿Es cierto que me engañaste con Houyo? - Mis lágrimas salieron sin reten, las dejé correr, como también salieron todas esas contraídas con dureza.
- Rin, claro que no, este... ¿¡Quien te dijo tal mentira!? Qué le crees más a esa persona que a tu mejor amiga, ¡Que maldita eres!
- El me lo dijo Yura, ¡EL!
- ¿Quien?
- Houyo, ¡DIME LA VERDAD! Por primera vez en tú vida dila.
- SI, esta bien sí. Pero es que tú te lo buscaste. ¡Tú andas con Sessh siempre y eso no está bien Rin! Abre los ojos.

Colgué el teléfono y mágicamente el motor se aceleró a máxima velocidad. No podría creer lo que había escuchado, debía de estar soñando.

En un momento despertaré.

Y lo último que vi fue un destello blanco, cegador y místico. Después todo negro.

Yura era mi mejor amiga, y como era lógico ella sabía todo hasta el momento de mi "relación" con Sessh. Desde el principio se notaba recta y ajena a ese tema. ¿¡Porque no lo vi antes!?

Hipócrita.

De vez en cuando tengo vagos recuerdos de escuchar las voces cuando estaba inconsciente. De repente la voz de Sango siempre se encontraba presente en mi subconsciente. Creo recordar que ella platicaba conmigo, aún yo inconsciente. Me hablaba de como Yura iba de vez en cuando a verme y de como había cambiado. No era la dulce y tierna buena amiga mía, si no un clon de Kagome, Ayame y Tsubaki.

Desperté el 13 de Diciembre. El accidente de automóvil lo registraron el día 1 de Mayo, 7 meses inertes en una cama de hospital en un coma. Desperté y vi a mi madre, junto con mi hermano Yentsen, mi hermana May y Sora con Sayuri en sus brazos, mi sobrina de 5 meses ya. En una esquina divisé a mi padre, junto a un hombre de cabellos plateados y a una joven de cabello negro sentados en una esquina.

El mes de Abril se había acabado, ¿Mi amor se había acabado? ¿Cómo todo pudo pasar tan rápido? Alguien de seguro me lo había robado. ¿Quién me ha robado el mes de abril? Donde las mejores cosas de la vida pasan en ese mes. ¿Quién? ¿Cómo pudo sucederme a mí?
Tuve una amnesia terrible durante uno o dos meses antes de regresar a la escuela. Y siempre el hombre de hermosos ojos y lacios cabellos plateados me visitaba y me repetía al oído cada cuando estábamos solos:

- Juro que te amo.

Parecía que Sesshomaru trataba de hacerme recordar con esa palabra. Pero solo el tiempo me recordó. Sango siempre estuvo ahí junto con el para ayudarme. Mi vida con Sango empezó ahí, junto con mi vida con Sesshomaru quien intentaba invadir mi ser de nuevo.

FIN FLASH BACK.

Ahora que lo veO en demasiado xD. Por Kami!, para que no se aburran xD.
¡Las adoro!
Besos
Kannayasha.

 

Re: Café, baile y Arte [Rin/Sessh] [Sango/Naraku]

Tipo novelaxD... ¬¬
Estuve muy inspirada esa nochexD y deje ir mi imaginación muy lejosxD.
Además de que la idea mi surgió mientras escuchaba precisamente la canción del título del cap. La adoro de verdad.
Pronto Pondré la conti, espero que mis examenes no me estorbenxD
Besos

 

Re: Café, baile y Arte [Rin/Sessh] [Sango/Naraku]

:) Ay que linda SHARIO, te adoro también, estás de suerte. Aquí tienen la conti queridas, lo que tanto pedían. :P

9. Qué gusto verte de nuevo.​

Kagura miraba atónita a Rin, quien con lágrimas en su rostro ya se había levantado de su asiento con la taza de café vacía en su mano. Sango intentaba disimular la averguenza que sentía cada vez que Rin contaba aquello, pensar que era ella parte de su pasado cruel e inolvidable, de ella su mejor amiga.
- Descuida... -Dijo Rin al escuchar a Kagura levantarse de su asiento en su dirección, de seguro para consolarla - No puedo contenerme, pero estoy bien.
Sango miraba a su amiga, le sorprendía la fortaleza con la cual Rin se presentaba apesar de que muy dentro de sí misma, solo se escuchaban los trozos de corazón que caían trozandose cada vez más.
Rin, todavía lo sigues queriendo por eso te duele, por eso te quema. Lo extrañas, lo quieres de vuelta, sentir su amor dentro de ti como siempre anhelas cada noche, lo amas. Aún.
El día transcurrio tranquilo, sin agitaciones ni confesiones dolorosas. El Domingo paso rápido mientras las jóvenes dormían todo el día, soñando profundamente con su amor correspondiente.

*****​

- No olvides llamar, amor.
- No lo haré
- Te amor,regresa pronto - Kagome lo enchangó con sus brazos sobre el cuello, para besarlo precipitadamente. ¿Qué más daba seguirlo? Besarla como se debía, con pasión. Sería la última vez que lo haría. Dejaría de una vez por todas su pasado, su vida y el fracaso con el amor de su vida.
Adiós.
Sin más agarro su mochila y pasó a la parte del aeropuerto exclusiva para viajeros.

*****​

****​

***​

**​

*​

12 Horas de vuelo y 2 horas Después.​

Día Lunes.​

*​

Rin se hayaba en la universidad.​

**
***​

Sango recorría la cuidad, sin perder ni un segundo la historia de la cuidad ni su arte.​

****
*****
Kagura estaba por salir de su departamento.​

*****​

Rin caminaba atontada en sí mísma por toda la universidad, sin poder concentrarse en nadie más que en todos esos recuerdos, en los que Sesshomaru nunca podía faltar. Faltaba poco para la salida y moría porllegar a casa y tirarse en su cama.
- ¿Diga?
- ¿Sango? Soy Rin.
- ¡Rin! ¿Qué pasa?
- ¿Ya terminaste el Tour?
- Aún no, pero al terminar iré a otro. ¿Por?
-No, nada. Me iré a casa, nos vemos. Ciao.
- ¡Bye!
Rin colgó el celuar y lo guardo en una de las bolsas traseras de sus jeans. No se sentía con animos de ir a su practica de volei. Había logrado entrar al equipo representativo de volei de la universidad, llevaba ya cuatro años practicando ese deporte.
Casi los mísmos que lo deje de ver.
Amaba tanto el volei como el baile, pero el volei era algo que si podía segir ella sola.
Sesshomaru cuando era más joven jugaba volei. A veces depués de entrenar o antes nos jugabamos un mini partido entre los dos. Esos días...

*****​

Kagura se dirijía a la puerta cuando ésta sonó. Alguien tocaba pero no esperaba a nadie.
- ¡Prima!
- ¿¡NARAKU!?

*****​

El viaje a casa resultó ser reconfortable, apesar de la gran carga negativa que Rin sentía, la idea de tirárse en su cama por el resto del día resultaba emocionante. Subía por el elevador sin dejar de pensar en el pasado, la secundaria, el baile, el amor, el accidente y esos horribles meses de inconsiencia de los que no recordaba nada,más que estar sumergida en la negrura de su mente. Por lo menos Kagura ya lo sabía, detestaba contarla una y otra vez. Ya no habría necesidad de volver a tocar el tema. O eso esperaba.
El elevador paro y las puertas se abrieron al interior del penthouse, completamente desierto.
- Pensé que Kagura estaría aquí. Bueno mejor me voy a descansar.

No recuerdo haber dormido tanto desde hace tiempo, ni me dí cuenta cuando Sango llegó. No eran más de las doce de medianoche cuando a lo lejos escuche mi puerta abrirse y cerrarse.

La mañana del Martes saludo la cara de Rin con un cielo despejado y el astro rey radiante de energía.
Sango está muerta.
Rin se rió para sí, su amiga y compañera de cuarto se hayaba en su cama, totalmente destendida, ella sucia y sudada por los tantos tours a los que fue, prueba de eso tambien eran sus mejillas rojas y ardientes, quemadas a causa del sol español.
Rin salió a hurtadillas para no despertarla, al llegar a la cocina, su cuerpo se frenó de susto.
- Pero ¿Qué haces aquí?
- Haciendo el desayuno.
- Kagura, son las 6am.
- Lo sé, Rin - Kagura le sonrio. La joven se extraño al verla, nunca desayunaban en casa.
- ¿Hoy es un día especial...? - Preguntó Rin sentandose a la mesa mientras Kagura le pasaba el café.
-Mi primo llegó ayer - Contestó con una enorme sonrisa en su rostro.
Que pena. Y yo dormida toda la tarde.
La sangre fluyo hasta la cara de Rin, haciendo que agachara su cabeza y Kagura soltó una leve carcajada.
- Descuida, estabas deshecha, igual Sango. Lo más probable es que nos veamos hoy en la noche, ya se te hace tarde para la universidad.
Rin miró su reloj horrorizada. 6:40am.
- Ay, demonios, gracias por el café me iré a bañar.
Kagura rió y Rin salio como rayo al baño arrastrando su toalla. Sacó su ropa del armario del cuarto sin fijarse ni en que agarraba, ni en Sango que seguía en el mismo lugar donde la había dejado.
Torció la perilla del baño. Cerrada.
Carajo.
-Sango carajo, tengo que ir a la universidad, ¡tu no! - Gritaba mientras que tocaba frenética la puerta - ¡Ay Sango!
La joven se retiro echando humaradas de enojo, corriendo, cambiandose, peinando su lacio cabello negro y tomando sus cosas de la universidad.

*****​

Un golpeteo frenético lo hizo sobresaltarse, crispandole la espalda. ¿Quién...?
Sesshomaru extrañado salió de la ducha, enrollandose la cintura con su toalla y secandose rápido.
Sesshomaru, estas loco. Pero juro por mi vida que esa voz era la de Rin.
Ni aun así, tras el caos y los años en los que no se habían visto, el recordaba su voz como si la hubiera visto ayer.

*****​

- Ay que carajo...
- Esa boquita, Rin - Kagura la regaño desde el desayunador.
- Me voy a la universidad, ya no llegue a mi clase de filosofía, dile a Sango que...
- ¿Yo qué?
La voz de Sango irumpió la cocina y el rostro de Rin se quebró. Sango, despeinada y sucia como su pijama puesta estaba parada frente a ella, recien salida de la cama. La verguenza invadió a Rin.
¿ A quién le toqué?
- ¿Qué les pasa a las dos? - Kagura se levanto y tomo posición en medio de las amigas, quienes no dejaban de mirarse - ¡No empiecen a comportarse como animales ahora que está mi primo y sus amigos aquí!
- ¿Ya está aquí tu primo? - Preguntó Sango, apresurada y sorprendida.
- Si Sango está aquí... ¿¡Quién está en el baño!? - Rin rezaba en su cabeza que no fuese el primo de Sango, ¿Qué iba ahora a pensar el de ella?
La primera impresión es lo que cuenta. Carajo...
- ¡Buenos días! - Un joven de cabellos plateados y tez morena llegó a la conversación, la expresión de enojo de Kagura se llenó de emociones indescriptibles, mientras que los rostros de Sango y Rin mostraban impacto, horror y confusión.
- I... nu... ¿Inuyasha?
- Oh, por Buda.
- Dios, ¿Porqué tanto escandalo? -Preguntó adormilado Naraku, llegando a la cocina, con su lacio pelo negro. Sango se congeló.
¡Ahora si se murió! Se burló Rin, antes de ver como cierto personaje faltante arraivaba a la escena, destilando agua por cada rincón de su cuerpo como cuando sudaba después de cada clase de baile, recordo.
Ambos se miraron incredulos unos instantes, para después llenar sus cuerpos con sentimientos encontrados, viejos y nuevos.
PARO CARDÍACO, no Rin, sigues dormida.
El aire se tensó y sintió como algo le impedía caminar, tal vez porque ahora sus piernas eran de gelatina o porque un brazo fuerte la sostenía, pidiendole que no se fuese, el brazo de un amor olvidado.
Sesshomaru siguió mirandola desde el otro lado del apartamento, junto a su amigo y a su hermano. No podía hablar, luchaba con seguir respirando.
- R... Rin... - Dijo Sesshomaru. Ella cogió su mochila con cuadernos y su maleta con su uniforme de entrenamiento, ya que las había dejado en el suelo y salió de ahí, tan rápido como le fue posible. El corrió a su habitación, cambiandose deprisa para seguirla.

*****​

- Qué gusto verte de nuevo - Dijo dirijiendose a la mujer de sus cuadros, a la razón de su éxito, el motivo de su vida y la fuerza de su ser.
¡Sango dí algo! Por favor no te quedes aquí congelada. Se decía a sí mísma, tratando de encontrar algo hacer. Sin más dió la media vuelta y salió hacia su amiga. Espero alcanzar a Rin.
Era difícil para ella correr con las pantuflas pero pronto divisó la esbelta espalda de su amiga saliendo del edificio.

*****​

El pintor y el bailarín salieron juntos disparados a la calle en busca de una niña con maletas y una tipa en pijama.

*****​

- Al parecer nos quedamos solos - Dijo Inuyasha sentandose junto a Kagura en la mesa.
- No tenía idea de que...
- Shh... Desayunemos, ¡A pero que linda mañana, tan peculiar!
La risa inundó la cocina y enseguida el café de la mañanapara Inuyasha.

xD Espero que les haya gustadOp. Quiero sus opiniones:o...
Tengo unos cuantos planes sobre estos dos...
BesitOs
At' Kannayasha..

 

Re: Café, baile y Arte [Rin/Sessh] [Sango/Naraku]

Hola mis pequeñas y nuevas! ._.lamento decirles que por cuestionnes de salud (Ver bLog) no seguiré el FFc muy pronto pero haré todo que pueda para poner la conti rápido, las adoro!
BesisTos!

 

Re: Café, baile y Arte [Rin/Sessh] [Sango/Naraku]

xD

Revolución de parejas,me gusto eso. ¡NO! Miroku no es malo, solo un mujeriego ToT, perdón por la tardanza, espero poner la cOnti hoy, no me cuelguen xD...

 

Re: Café, baile y Arte [Rin/Sessh] [Sango/Naraku]

Bueno, aquí vengo, despueés de hace años xD con la conti:D

Cumplí:o. Espero que les guste:D



10. El elevador.

​

Sesshomaru y Naraku corrían perplejos, desesperados bajo el astro rey que peinaba todo Madrid con su luz.

*****​

​

Al llegar a la universidad, Sango y yo nos dirigimos rápidamente a los vestidores. Le cambié mi ropa por su pijama, mientras que yo me quedaría con mi uniforme deportivo por un buen rato.

— ¿Y ahora? — Preguntó Sango dejando caer su cuerpo en una banca del campus.
— ¿Ehh…? — Aunque supe con exactitud a que se refería, trate con indiferencia su pregunta.

Esto es un sueño. Muy malo. Extraño. Pesadilla para ser precisa. Que suene mi despertador, para levantarme de una vez, por favor.

— ¿Rin?

No. No sonará, ya sonó. Ya estoy despierta y todo esto es real. Por muy imposible que parezca.

Mi garganta formó un nudo enorme que hacía mi respiración entrecortarse.

— No sé. No sé, Sango, no sé.
— Esto. Es. Imposible.

No pude más. Las lágrimas llovieron frenéticas hacia mis mejillas y pronto la gravedad hizo su efecto al arrastrarlas al suelo. No podía ser más egoísta. Pensando que enseguida mi amiga me agarraría por los hombros y me consolaría al instante, hasta sentí rabia al ver que ella ni se tibio ante mis lágrimas. Al levantar la cabeza, mi ego calló al suelo lloriqueando, berreando su existencia. Era yo, la amiga quién debería ser la consoladora, Sango con sus ojos rojos e hinchados, con esas manchas que se creaban al deslizar agua por un rostro sucio presentes en sus mejillas, me dedicó una sonrisa torcida y falsa. Por lo menos ella trataba de decirme: “Todo estará bien, estamos juntas en esto” De alguna manera.

*****​

​

Llevaba más de 6hrs. Deambulando por Madrid, sola. Después de dejar a Rin en la universidad, solo caminé sin dirección.

FLASH BACK
—Te veo en casa. Pensaré en algo para ese entonces — Había dicho mi amiga deportista.
— No creo que deberíamos de irnos del departamento…
— Pues yo no creo poder soportarlo y sinceramente tú no eres más fuerte que yo, Sango.
—Rin, yo…
—Déjame intentarlo, ¿Sí?
—Adiós.

FIN DE FLASH BACK

Rin, a veces puedes ser una gran idiota.

Por más que quería regresar a casa mis pies no respondían a mi cerebro, y seguían caminando sin rumbo.
Ya eran más de las 5:30pm y yo seguía preparándome psicológicamente para llegar a ese departamento que casi llamaba “hogar”. ¿Cómo…?
Naraku seguramente andaba por ahí, buscándome. Hasta donde me percaté, el y Sesshomaru salieron detrás de nosotras pero los perdimos al adentrarnos a un callejón, de allí fui con Rin a la universidad, cambiamos de ropa y aquí estaba yo. Sola, con mi pasado pisándome los talones en alguna parte de España.

El regreso es inevitable Sango, acaba esto de una buena vez. Al mal paso darle prisa.

Suspiré a mi conciencia, tenía razón. Por mucho que odiara verle la cara a ese imbécil, tenía que regresar.

Además, mis deseos de verlo, superan mi odio.

—Qué ironía — Susurré. Veinte minutos más tarde, después de haber dado media vuelta, me encontraba frente al edifico del penthouse. Miré sobre mi hombro en busca de alguna figura alta de cabellos negros, mirándome fijamente, pero era en vano. Sabía perfectamente que Naraku estaría haya arriba, dando vueltas en un solo lugar, justo en frente de la puerta del ascensor para mayor preescisión junto con Kagura, Inuyasha y Sesshomaru, esperándome. A mí y a Rin. Para mi desgracia o suerte lo conocía demasiado.

Quién de seguro no volverá a menos para sacar todas nuestras pertenencias de aquí, es Rin, deberían de saber eso, la conocen tan bien como yo. Por eso talvez Sesshomaru no este allí. Bueno, ya no puedo ni tengo con qué perder o hacer más tiempo…

Apreté como quien no quiere la cosa, el botón que tenía grabado el número 23, y sentí como subí el elevador, tan lento a diferencia del sudor en mi cuerpo y la adrenalina en mi sangre.

*****​

​

Imbécil, no hay otro adjetivo. Im—bé—cil. Naraku, idiota.

Llevaba horas dando vueltas a todo el penthouse después de regresar en la mañana sin éxito de encontrar a la mujer que amaba en todo el universo. A diferencia de Sesshomaru quién sabe Dios donde estará, me quede en casa. Algún día tenía que regresar, ¿no?

Carajo. ¿Y si no regresa?

Inuyasha se fue con Kagura a un lugar que no recuerdo a una hora que no logró conseguir. Ya que en lo único que mi mente se enfocaba era ella, Sango.

¿Dónde estás?

Sabía que era lo menos que podía esperar, que sorpresa. Ella viviendo en mi casa desde hace tanto tiempo y yo ni en cuenta. Pero ¿Cómo no me di cuenta antes? Una que otra vez Kagura, mi prima había mencionado su nombre, Sango. Y yo creyéndome demente, y yo que ya había decidido olvidarla, ni en un millón de años.

Ahora más que nunca no debía desaprovechar la situación. Sería más que un idiota si mi orgullo me ganará, si me ego primitivo se apoderaba de mi ser. Era como sí mis cuadros me hubiera llevado a ella, como si esos retratos me hubieran guiado. Esto no era más que el destino en funcionamiento.

Solo espero que ella piense lo mismo. ¿A quién engañas?, claro que no, le fuiste infiel.

El sonido del las cuerdas sin aceite del elevador en movimiento me sacó de mis pensamientos.

Vecinos subiendo.
Arribé de inmediato. Sin embargo el poco aire que tenía n los pulmones se esfumó al dar mi corazón un vuelco espantoso. Causa: Sango parada en frente de mí, con nada más que la luz del elevador sobre su tersa y blanca piel. El penthouse llevaba horas a oscuras, como el color de mi ánimo.

*****​

​

A veces odio mi asertividad.

Sabía que Naraku estaría ahí, más no que estaría el solo y a oscuras cuando llegara. Logré que mis piernas dieran paso afuera del ascensor. Las puertas se cerraron al estar yo fuera de éste, y más cerca de aquel. La oscuridad reino al cerrarse las puertas, solo la tenue y débil luz de la ciudad que entraba apenas por las ventanas del departamento me hacía capaz de distinguir su rostro, lleno de sorpresa y nerviosismo. Seguro e también veía el mío.

¿Quién será quien hable primero?

*****​

​

La miré perplejo durante una eternidad, dos minutos. Cauteloso con cada movimiento de mi cuerpo, no quería que saliera corriendo de nuevo. Porque al parecer, sería yo quien hablara primero.

—Sango…

*****​

No sé que causo que mi cuerpo se derritiera, sí el escuchar mi nombre pronunciado con su viril voz o mi tembloroso intento de pronunciar el suyo.

—Naraku.

Permanecí inmóvil, dejé que el hiciera todo, porque en todo este día mi mente olvido que podía escudarse en el enojo, el orgullo y en el silencio ya que era el quien había cometido tan grave error, en mi vida pasada, en mi vida junto a el.

Podía yo en ese momento retirarme airoso a mi habitación o podía golpearlo hasta lastimarme, el no me detendría, se dejaría humillar hasta lo más bajo tras encontrar mi perdón. Sin embargo no quería lastimarlo, si era así caería con el. Si el estaba mal yo también, si el estaba bien, me dolía aceptar el no estarlo igual. Mi enojo era eso, solo eso. El saber que su traición no me lastimaba, si no el simple hecho de que lo había perdido y lo había encontrado en brazos de otra mujer, que no era yo.

¿Pero que pasa, que hago cuando después de todo eso, lo encuentro de nuevo, en está situación, solo y tan lastimado del corazón como yo?

*****

Rápido respondería a la pregunta que formulaba con su rostro. La conocía tan bien. No quería hacer nada, quería quedarme ahí, parado, apreciándola, inmóvil, divina y perfecta como la recordaba antes de romperla y destruirla.

—Mi amor… — Dije impaciente. Abalanzándome a hacia ella, tomándola fuertemente por los costados de su brazos.
—Yo no soy TÚ amor. YA NO. ¡SUÉLTAME! — Sus palabras me hirieron en lo más profundo, como una daga filosa y reluciente, que se movía como remolinos para causar el dolor más grande e irreparable posible, pero no me rendiría, aún no.

—Sango, déjame intentarlo de nuevo — Dije mientras ella delicadamente para mí cuerpo, me golpeaba con todas sus fuerzas.

Lloramos hasta que logré llevarla al elevador, y besarla hasta volver a tocar la calidez de su alma, hasta que mis lágrimas y las suyas se mezclarán, hasta que ella ya no golpeaba y me besaba con tanta o más pasión que la mía, aunque eso era imposible, no como el hecho de que ella regresaría mis brazos y me amaría de nuevo, como antes.

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¿Dónde estarás? Me dije, preocupado y desalmado, te he buscado todo el día y sé que no estarás arriba en la casa Rin, pero ya no puedo hacer nada.

Sesshomaru subió al penthouse sin más que su triste sombra detrás de el.

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Es más que tarde, perfecto las once de la noche, llegaré, silenciosa como un gato, directo a mi habitación, donde Sango me está esperando.

Rin subió por las escaleras del edificio, tratando de hacer más tiempo, además el elevador iba ocupado como en el número 23 tardaría años en bajar de nuevo.