Cada 10,000 años (NejiTen)

Re: Cada 10,000 años (NejiTen)

Holaas a todouuss :33, GOMEN si los hice esperar, (si lo hice D:) pero pss tengo cosas que hacer y más fanfics de los que ocuparme Dx pero bueno jajaja, aquí la conti, GRACIAS A TODOOS MIS LECTORES DE CORAZONN GRACIAS <3 los amuu por ustedes escribo este fanfic y que alegria me da que les guste ^^ así que sin más dejo la conti :p




Capítulo 6. “Sexta profecía cumplida, lluvia de meteoritos” (parte 2)





Un viento helado invadió todo, el silencio se hizo presente.
El final había llegado, o eso creían. Un resplandor encandiló los rostros de los shinobis que caían, justo antes de impactar en el río. Apretaron sus orbes fuertemente, sus cuerpos se habían estremecido, ¿era el final de todo?


—N... Neji —logró articular la castaña. Estaba sumamente sorprendida.


Él susodicho abrió sus ojos al escuchar la voz de la castaña, ¡no estaban muertos!, ¿pero cómo?

—Los collares —susurró el Hyuuga mirando los sobredichos.


Aquellas figuras alusivas al sol y a la luna se habían entrelazado y mantenían un extraño brillo. Era extraño, y mucho. Tenten y Neji estaban realmente se sorprendieron, ambos jóvenes estaban atónitos, ¿cómo era que esos collares les salvaron la vida?, seguro tendrían mucho poder.


—¿Qué son realmente estas cosas? —interrogó la chica.

—No lo sé —respondió su acompañante con una mirada llena de dudas y seriedad.

—Eh... Neji —habló la kunoichi con un leve sonrojo en su rostro.


Fue en ese instante cuando el genio se percató en la situación en la que estaban. Ambos habían quedado frente a frente, parados en el río. Sus cuerpos estaban pegados y los collares unidos hacían que sus rostros estuvieran a centímetros de rosarse.

—Hmph —giró un poco su cabeza.


Desatoraron el amarre y se separaron, ninguno decía una palabra, era bastante embarazoso, y más porque segundos antes se habían declarado, ¡claro que no lo hubieran hecho si hubieras sabido que no morirían!

—Neji yo...


Tenten intentó decir algo, pero un grito desgarrador la interrumpió.

—¡¿Qué fue eso Neji?!


Él shinobi activó su byakugan y sin perder tiempo analizó el contorno, y al pasar su vista por un punto en específico su mirada se tornó aterradora.

—Vamos Tenten —fue lo único que dijo para después salir corriendo.


Ella corrió tras de él, tenía un presentimiento, era malo, de alguna manera sabría con lo que se encontraría. No pasó mucho para llegaran al lugar donde habían estado con todos, pero... estaba diferente.

Miles de cadáveres de aldeanos adornaban el suelo, muchos de ellos quemados y mutilados. Era como un cementerio, ningún niño había sobrevivido; muchos shinobis tanto de la arena como de Konoha habían perecido, pocos eran los sobrevivientes.


—Esto es... horrible —logró gesticular la niña de las armas.

—¡Sakura-chan! —se volvió a escuchar un grito proveniente de la misma voz.


Ambos se acercaron sin dudar, era espantoso; allí estaba ella, Haruno Sakura yacía tendida en el piso, su cuerpo estaba quemado y mostraba heridas profundas, y a su lado... Naruto, Sasuke, Lee, entre otras personas, le rodeaban.

—Lo, lo lamento tanto Naruto-kun, yo debía protegerla, era mi compañera —se disculpaba Lee sin poder contener el llanto.

—Deja de llorar idiota —regañó el joven azabache, quien mantenía una mirada fría y seria.


No era que no le importara la muerte de su compañera y amiga, al contrario... fue un golpe duro para él, porque aunque nunca lo había dicho, la quería, era su amiga y por supuesto que le dolía su muerte.

—Ella está bien ahora, así que deja de comportarte como un chiquilín —volvió a reprimir el Uchiha.

—Sasuke —susurró el rubio—, supongo que... tienes razón.


Se puso en pie con su amiga en brazos y junto con Sasuke y Lee se fueron a buscar un lugar digno en donde dejar reposar el cuerpo. Por su parte, los castaños miraron la terrible escena, no dijeron ni una palabra, pero era terrible ver semejante sufrir.

—Muchos murieron —se animó a decir la joven.

—Sí —asintió con la cabeza.


Ambos caminaron lentamente, mirando en el piso a los cadáveres que residían y reconociendo varios. Entre ellos: Aburame shino, Konohamaru, Moegi, Yuhi Kurenai, Sabaku no Kankuro, Sabaku no Matsuri, Akimichi Chouji entre otros más.

Los pocos sobrevivientes se reunieron frente a las dos autoridades. Ambos kages presentaban miradas melancólicas, sus preciados pueblos habían muerto, y pocos eran los shinobis sobrevivientes.


—Presten atención —llamó Tsunade—, las perdidas fueron grandes, sé que lo que voy a decir sonará muy cruel, pero ya no hay más nada que hacer.


Pausó, era difícil decir la cruda realidad, aunque la verdad, era que todos en algún lugar se imaginaban lo que quería comunicar.

—A partir de ahora ya no habrá equipos de dos, ya no habrá planes ni estrategias para sobrevivir a las catástrofes —prosiguió la Hokage.

—¡¿Qué es lo que quiere decir dattebayo?! —preguntó Naruto quien al parecer no había comprendido la decisión final.

—Que de ahora en adelante cada quien se las averiguará para sobrevivir, ya no somos todos, no somos nada —contestó el Kazekage con crueldad—, en pocas palabras, preocúpate por salvar tu pellejo.


Todos pensaron que el Uzumaki gritaría y diría estar en desacuerdo, pero esta vez no fue así... simplemente calló, no gesticuló alguna palabra.

—Bien, les deseo la mejor suerte, si quieren permanecer aquí háganlo, son libres —concluyó Tsunade para después darse la media vuelta y subirse a la estatua del primer Hokage.


La luna daba sus últimos alientos, brillaba con la poca luz que le quedaba en el oscuro cielo. Mucha tristeza... no había otra cosa en el entorno, las cosas iban de mal en peor y terribles.

—La luna va a morir —murmulló Tenten.

—Se siente... amargo —contestó el Hyuuga.

—Neji, ¿qué está pasando?


El poseedor del byakugan no respondió inmediatamente, sus pensamientos divagaban, un extraño dolor en su corazón aumentaba cada vez más.

—Nada, eso es lo que pasa... nada —respondió con frialdad a la pregunta.

—Neji nii-san —se escuchó una voz.


Se encontraban sentados en el pasto, viendo las ruinas de las antes estatuas del valle del fin, cuando la prima de Neji apareció.

—¿Qué sucede Hinata-sama?

—Vine a despedirme —respondió ésta con un tono bajo.


Él Hyuuga no entendió muy bien, así que sólo le dedicó una mirada interrogante.

—Yo... no voy a seguir más —gesticuló entrecortadamente al tiempo que se empañaban sus ojos.


El viento sopló jugando con el cabello de la niña, y fue sólo cuestión de segundos para que el genio captara la idea, las intenciones de Hinata.

—No lo hagas —repuso Neji con su típica tranquilidad.

—Pero... yo no quiero estar aquí, todos los del clan han muerto, Hanabi, mi padre... sólo quedamos tú y yo —pequeñas lágrimas comenzaron a resbalar—, Neji nii-san, adiós.

—¡No Hinata! —gritó Tenten al ver que la susodicha se suicidaba con un Kunai.

—Tsk —farfulló el Hyuuga.

—¡¿Por qué Neji?! —gritó histérica la castaña—, ¡¿por qué no la detuviste?!, si sabias lo que iba a hacer.


El Hyuuga cerró sus ojos, se levantó del pasto para después colocar en sus brazos el cuerpo sin vida de Hyuuga Hinata.

—¿Para qué? —preguntó dándole la espalda—, ella quería esto, de todas formas lo haría.


Los achocolatados ojos de Tenten se abrieron de para en par hasta su límite, las lágrimas amenazaban con salir, ¡¿qué diablos le pasaba?!, ¡dejó que su propia prima se suicidara en frente de sus ojos?!, sus palabras si que eran crueles.

Neji por su parte, caminó lentamente hasta la orilla del acantilado por el cual, él había caído junto con Tenten horas atrás; una vez ahí, sin dudarlo ni pensarlo dejó caer a Hinata, dejando así, que el río se la llevara.

La luna... estaba al borde de la muerte, su resplandor era nulo, desaparecería en cualquier momento. Neji regresó al lugar donde se había separado de su compañera.


—Tenten —llamó a la chica buscándola con su mirada.

No recibió respuesta, ella ya no estaba ahí, ¿dónde estaría?, nuevamente repasó con la mirada a su alrededor, buscando la silueta de la castaña, pero sin tener resultados.


—Mierda —murmuró entre dientes.

Cerró sus ojos para después abrirlos con su byakugan activado, volvió a buscarla con la mirada pero no la encontró.

—¡Tenten! —exclamó con voz fuerte.

—¿Qué sucede? —se escuchó una voz.


De inmediatamente se giró y... allí estaba ella, fue entonces que sus ojos volvieron a la normalidad.

—¿Dónde estabas? —preguntó irritado.

—Por allá —respondió ella señalando cierto sitio.

—No es verdad, yo te busqué con mi byakugan y no te vi —dijo fríamente—, además... ¿cómo es que no pude sentir tu chakra?

—No lo sé, yo tampoco pude sentir el tuyo —respondió la chica sin interés alguno y con una cara de molestia.


El Hyuuga se quedó pensativo, analizando cada aspecto y cada detalle que había sucedió, llegando así a una conclusión.

—Byakugan —nuevamente activó sus ojos—, que raro, no puedo verte con el byakugan, ¿los collares serán los culpables?

—No lo sé —contestó con enojo la castaña.


La actitud de la chica le irritaba mucho al genio, desde que volvió la notó molesta y cortante, ¡sí que era rara!

—¿Qué te pasa? —preguntó fríamente el genio.

—Nada.

—No mientas.

—Es la verdad ¡no me pasa nada! —gritó la castaña

Ante esto, Neji tomó por los hombros a la chica y la acorraló contra un árbol, la miró seriamente para después pronunciar:


—Lo preguntaré una vez más, ¿qué te pasa?

Tenten miró con desprecio a su compañero, nuevamente sus ojos se empañaron y con mucho odio empujó al Hyuuga, liberándose de él.


—¡¿A ti que te pasa Neji?!, ¡eres un egoísta!

—Lo dices por Hinata-sama —aseguró el chico.


Tenten quiso decir algo, movió sus labios pero las palabras no le salieron, así que el Hyuuga prosiguió.

—Te lo dije, ella quería eso, yo no era nadie para interponerme en sus decisiones.

—¿¡Qué no eras nadie!?, Neji, ella era tu familia, ¡eras su primo!

—Tenten entiende —se molestó—, ella no deseaba vivir más, yo no me interpondría en sus decisiones.


La kunoichi de las armas le miró con desprecio, las palabras del genio eran horribles, ella no podía entender sus palabras, así que sin más que hacer tomó una difícil decisión.

—¿Así?, pues entonces...


Tenten se le adelantó un poco, quedando unos metros frente a él, dándole la espalda.

—Qué...


Intentó decir algo el Hyuuga, pero al instante la chica sacó un Kunai y con todas sus fuerzas se dispuso a enterrarlo en su pecho.
Unas gotas de sangre mancharon el pasto, la afonía se hizo presente, ni un ruido, nada.

—¿Por qué Neji?, ¿por qué me detuviste? —preguntó la chica en susurro.


Milésimas de segundos antes de que el Kunai se incrustara en el pecho de la chica, el genio Hyuuga detuvo con fuerza la mano de la chica, alcanzándole a rosar la mano el filo del cuchillo, por lo que una pequeña herida apareció.

—Dímelo Neji, ¿por qué me detuviste? —insistió la castaña.

—Basta Tenten —susurró a su oído.

—¿Basta qué? —preguntó al tiempo que se separaba del Hyuuga, y tiraba el Kunai—, ¿Por qué te interpones en mi camino?, tú no detuviste a Hinata que es de tu propia sangre, ¿por qué me detienes a mí.


Neji se quedó callado, no estaba nervioso, sabía lo que debía responder, pero no sabía si podría hacerlo.

—Eres una tonta —fue lo único que pudo decir antes de abrazarla suavemente.


Las gotas saladas se escaparon de Tenten, resbalaron delicadamente por su mejilla y sin pensarlo, casi por instinto correspondió al abrazo.

—Quise mucho a Hinata —susurró sin dejarla de abrazar—, Tenten, yo no soy nadie para interponerme en tu camino ni en tus decisiones.

—Entonces, ¿por qué lo hiciste?

—Porque... —pausó un poco—, quería decirte algo antes.

—¿Qué cosa? —preguntó ella sin soltar el abrazo del Hyuuga.

—Si tú te quieres ir ya, está bien, pero... creas o no, si estoy aquí... es por ti, si te suicidas, yo no lo haré, seguiré viviendo sin una razón.


Los ojos de Tenten se abrieron hasta su límite, ¿qué le decía?, ¿a caso había oído bien?, ¡Hyuuga Neji le estaba diciendo que la necesitaba!

El genio se separó de ella, levantó el Kunai del pasto, miró seriamente a Tenten, le entregó el arma, para después tomar sus manos y llevarlas con el Kunai envainado hasta su pecho; dejando así la punta filosa rosando el pecho de la chica.


—Te quedaste ahí ¿no? —le preguntó fríamente—, ahora sí... has lo que quieras.

Después de esas palabras Neji se dio la media vuelta y comenzó a caminar, Tenten miraba a Neji sin dejar de apuntar el arma a su corazón, su respiración era agitada, ¿qué le pasaba?

—Adiós —susurró la castaña.

Un vientecillo sopló, los últimos segundos de la luna pasaron, su brillo se apagó por completo, para después desvanecerse a tiempo constante, hasta... desaparecer por completo. Murió.












Espero que les haya gustado :3 pronto les traigo la conti Lol.

 

Re: Cada 10,000 años (NejiTen)

Hola a todoosss >w< aqui yo subiendo conti en fanfislandia e,e tal y como lo había promentido, perdón si los hice esperar, pero ando ocupadita jeje GRACIASS A TODOOOSS MIS LECTORES, disculpen si no puedo luego contestarles a todos pero saben que los AMOOOO n___n y sin más la contiii.



Catástrofe número 7, “robo de almas·










—Adiós —susurró la castaña.


Un vientecillo sopló, los últimos segundos de la luna pasaron, su brillo se apagó por completo, para después desvanecerse a tiempo constante, hasta... desaparecer por completo. Murió.

La total oscuridad se hizo presente, la peor parte acababa de comenzar, sería la lucha más difícil de todas.

—Adiós… luna —volvió a susurrar la kunoichi para después dejar caer el kunai.


Neji activó sus byakugan para poder ver, recargó su brazo derecho en un árbol, cerró sus ojos y comenzó a meditar.

—No te quitaste la vida —pronunció el Hyuuga al sentir la presencia de su compañera.

—No —negó con voz melancólica—, somos un equipo.


El genio se dio la media vuelta, era frustrante no poder ver a su compañera ni con su byakugan, todo por esos collares. Pero para pronto, pequeños destellitos comenzaron a hacer acto de presencia en el cielo; eran estrellas, las únicas fuentes de luz que alumbraban, era débil su resplandor, pero al menos lograron verse; ya no era sólo oscuridad.

—Hmph —esbozó una media sonrisa—, así es... somos un equipo.

Fue por impulso, pero Tenten no pudo evitar abalanzarse sobre el Hyuuga. Lo abrazó como nunca lo había hecho y éste, por supuesto que le correspondió.

No estaban muy conscientes del tiempo, la noción se había perdido, pero la repentina aparición de las estrellas les hizo entender a los sobrevivientes, que era noche, tiempo de descansar, y los castaños no pusieron reproche a esto, pues realmente estaban cansados, había sido un “día” sumamente terrible y agotador.

—Durmamos aquí —anunció Neji.

Con ayuda de sus preciados ojos el genio logró encontrar un lugar seguro donde descansar; detrás de la cascada, se había formado una cuevecilla, sería segura, sin duda el mejor lugar para descansar tranquilos, claro, eso sí, para entrar al lugar tuvieron que atravesar el chorro del agua, por lo que se empaparon.

—Puedes quitarte la ropa, no voy a mirar —pronunció Neji con suma tranquilidad, al tiempo en que se giraba para darle la espalda a su compañera.

—Sí —asintió la castaña con suavidad, acompañada de un ligero rubor en sus mejillas.


Ambos se despojaron de sus prendas mojadas, quedando sólo en ropa interior. Se daban la espalda, podían sentir la presencia del otro, y para qué negarlo, la curiosidad por voltear era grande.

—Hay que dormir —decidió hablar el poseedor delo Byakugan.

Éste se dispuso a recostarse en el húmedo suelo, pero... algo extraño sucedió

—¿Ten… Tenten? —articuló con un toque de nervios al sentir cómo la susodicha lo abrazaba por la espalda.

No se pudo contener, la chica de los chonguitos se giró y atrapó al Hyuuga por detrás en un cálido abrazo.

—Perdón Neji —dijo al final—, pero... no quiero seguir fingiendo.

—¿Qué quieres decir?


La chica lo soltó y lo obligó a girarse, encontrándose frente a frente. Un leve pero muy leve toque carmesí apareció en el rostro del Hyuuga, y con mucha razón, pues su compañera estaba en paños menores, su perfecto cuerpo estaba al descubierto, además que se había quitado las vendas que todas las kunoichis se ponían en el busto para mantenerlo firme, y por consecuencia modelaba su sostén, el cual dejaba visible una pequeña parte de su cuerpo. Pero Tenten no se quedó atrás, su corazón se había acelerado, pues era la primera vez que veía a Neji en tal estado, sí claro, antes ya lo había visto en traje de baño, pero esa vez era diferente, bastante diferente.

—Cuando íbamos cayendo... pensamos que íbamos a morir, y tú me ibas a decir algo —gesticuló la castaña con bastante pena, recordando aquél momento.


“—No hay nada que hacer… Tenten... perdón por no haberme dado cuenta antes, pero creo que te…”


—En ese momento ibas a decir algo... pero yo me adelanté y te dije que... te dije te ama... —estaba muy nerviosa, sentía que su pobre corazón se le iba a salir, pero ya no podía dar vuelta atrás.

Desde luego el genio Hyuuga sabía muy bien a dónde quería llegar Tenten, y aunque su orgullo era grande, a esas alturas ya no había pretexto alguno para ocultar más sus sentimientos, así que tomó su decisión.

Se acercó más y más a ella, posó una de sus manos en su mejilla, ante esto la joven dejó de hablar, se quedó petrificada mientras se perdía en los ojos perlados de Neji. Sus respiraciones chocaban, estaban a menos de nada, ya podían saborear sus labios y aunque el corazón de ambos latía a mil por hora, ya no podían retroceder.

—¡Ah! —gritó Tenten.

Sus labios estaban a punto de tocarse, pero en ese instante los collares dejaron salir un resplandor, el cual provocó una chispa en medio de los labios de ambos jóvenes, cancelando así, el beso.

—¿Qué fue eso? —preguntó extrañada la chica al tiempo en que humedecía un poco sus labios, pues realmente le había dolido aquel disparo.

—No lo sé —respondió el Hyuuga pensativo—, ¿habrá sido coincidencia?, o quizás...

Las sospechas se le vinieron encima al genio, y con ganas de comprobar su teoría, nuevamente se acercó al rostro de la kunoichi, intentó besarla, pero... nuevamente pasó lo mismo.

—¡Ah! —volvió a gritar la castaña al recibir un segundo choque eléctrico en sus delicados labios.

—¿Por qué los collares nos impiden besarnos? —interrogó el shinobi con mucha ansiedad.

—No lo sé, pero no lo intentes de nuevo —reprochó infantilmente mientras sobaba sus quemada boca.

Hubo un momento de silencio, Neji que era todo un genio, no aceptaba lo que pasaba, debía haber alguna explicación lógica, pero no la hallaba. Nuevamente se le vino una idea a la mente.

Por tercera vez se acercó a Tenten, ésta quiso evitarlo, pero sus acciones se vieron irrumpidas cuando el Hyuuga le besó la frente.


—¿Neji? —dijo atónita.

—Intenta besarme —le pidió con naturalidad.


Ante esto la castaña abrió sus ojos de par en par y un terrible sonrojo se le vino, ¡¿qué le sucedía?!, una hora atrás no eran nada más que amigos y compañeros, y ahora estaban semidesnudos y pero aún le estaba pidiendo que lo besara.

—Neji... no creo que... ¡ya tienes las pruebas!, los amuletos nos prohíben besarnos, si lo hago solamente nos volveremos a quemar con esa chispa, ¿o es que acaso eres masoquista?

Él Hyuuga sonrió de lado y dejó escapar una pequeña ricilla.

—Está bien, mejor descansemos.

Ambos se acostaron, hacía frío así que Tenten decidió pegarse al cuerpo de su “amigo”

—Esto es frustrante —susurró el genio.

—¿Qué cosa?

—No poder besarte... las cosas han cambiado —contestó con seguridad y sin mostrar ningún tono en particular.

La kunoichi se encogió un poco, era verdad lo que decía, las cosas habían cambiado, ella tenía la plena seguridad que su amado le correspondía, se amaban y a pesar de no poder juntar sus labios, el estar tan cerca la hacía sentirse dichosa.

—N... Neji —pronunció su nombre con un gran sonrojo al sentir que la hábil mano del Hyuuga acariciaba su abdomen—, ¿qué haces?


No le contestó, pero en un ágil movimiento, se giró y logró acorrala. Él se sostenía con una mano para no aplastarla, su otra mano se mantenía ocupada deshaciéndole su peinado de chonguitos mientras con cuidado besaba su cuello.

Ella tampoco pudo contenerse, se dejó llevar por el Hyuuga, pero al mismo tiempo disfrutaba de su torneado cuerpo, acariciándolo con sus delicadas manos.

Estaba más que claro, el amor entre ellos ya no podía seguirse escondiendo, y a pesar de no poderse demostrar su amor con dulces besos en los labios, decidieron hacerlo con sus cuerpos, total nadie los vería ahí, y perder la virginidad en una noche antes del fin del mundo con la persona amada, no era una mala idea.







En ese mismo lado, fuera de la cascada, aún quedaban algunos shinobis, todos dispersos, pensando en si vivir o morir.

—Quién diría que una problemática como tú sobreviviría hasta este día —habló burlonamente el último Nara con vida.

—No seas tan presumido, no olvides que yo te he salvado en varias ocasiones —alardeó su acompañante.
—¿Y qué piensas hacer Temari?

—No estoy segura, supongo que me iré con Gaara, haber hasta donde logramos llegar —respondió la Sabaku no mirando al cielo—, ¿y tú tienes pensado hacer algo?, o piensas rendirte como de costumbre.

—No tengo motivos ya para vivir, estoy solo, pero la idea de suicidarme está descartada —contestó colocando sus brazos en su nuca.

Temari pensó un poco las cosas, sintió ganas de decir algo, pero un nudo en el estómago se le formó, pero para fin de cuentas decidió decir:

—Si quieres vago... puedes venir conmigo y con mi hermano.

Shikamaru quedó perplejo, esa mujer sí que estaba llena de sorpresas, pero en cierto punto le agradaba la idea.

—De acuerdo, pero esta vez seré yo quien te salve —contestó con una media sonrisa arrogante






Las horas transcurrieron, podría decirse que la noche había llegado a su fin —difícil saberlo a ausencia del sol y de la luna—, pronto los pocos shinobis de restantes de la Arena y Konoha despertaron de su descanso.


—Neji —habló la castaña.

Éste al escuchar la voz de su compañera abrió sus ojos, nuevamente no veía nada, la oscuridad seguía invadiendo.

—Ya se secó tu ropa, póntela —le dijo la kunoichi, dándole sus prendas.

Ella ya se había vestido y pronto el Hyuuga hizo lo mismo.

—Deberíamos salir a buscar algo de comer, pero... no quisiera volverme a mojar.

—¿Tienes algún sello explosivo? —le preguntó el genio.

—Sí, tengo tres.

—Lanza uno y cuando el agua se parta en dos hay que salir —propuso inteligentemente, no por nada era un genio.

Y Así lo hicieron, Tenten lanzó su sello y en cuanto hubo oportunidad salieron corriendo. Caminaron un poco y Neji tomó un par de ramas, luego sacó su último sello que poseía y lo explotó para lograr prenderles fuego, haciendo así, un par de antorchas para iluminarse.

—Toma —le ofreció una a su compañera.

—Gracias.


Después de eso no dijeron nada, se limitaron a buscar alimento, y luego de mucho rato lograron encontrar unas frutar.

El ambiente era un poco denso, ambos degustaban sus alimentos mientras pensaban una y otra vez en lo sucedido la “noche” anterior. Algo podría suceder.


—Tenten —habló con seriedad el joven.

—Sí —afirmó—, yo también lo siento.

Una extraña sensación comenzó a invadir los corazones de ambos, era una especie de tortura, algo insoportable. La ansiedad se apoderaba de ellos, sabían que se acercaba, pero ¿qué podían hacer?

—¡Ah! —pegó un terrible grito la kunoichi al tiempo en que ponía sus manos en su cabeza y se retorcía de dolor.

A Neji le pasaba los mismo, sólo que éste no gritaba. Pronto los amuletos comenzaron a brillar y casi de inmediato unas imágenes se presentaron en las mentes de ambos.



Una especie de shinigami, ¿o un monstruo?, ¿demonio quizás?, no lo sabían, pero era horrible, varias personas de todo el mundo eran arrastradas a las llamas del infierno, sus almas eran arrancadas de forma brutal, mientras aquella criatura se alimentaba del sufrimiento de los demás.



—¡Neji! —gritó Tenten en cuanto aquellas imágenes cesaron.

—Tranquila —dijo él con la respiración agitada—, eso que vimos... debe ser una representación del robo de almas.

—Ya viene —se asustó la chica.

—Pronto, debemos escondernos de los demonios, si nos ven estamos muertos.


Al instante Neji tomó de la muñeca a Tenten, comenzaron a correr, la sensación de muerte estaba cada vez más cerca, podían sentir como los espíritus estaban emergiendo, en busca de almas que llevarse.

—¡Ah! —la castaña tropezó y cayó.

—¡No mires atrás Tenten! —gritó con euforia el chico al notar que su compañera giraba su cabeza.

Rápidamente la ayudó a ponerse en pie y siguieron corriendo. La cosa empeoró cuando miles de gritos comenzaron a resonar, ya había comenzado el robo de almas, debían escapar ¡ya!, sin embargo el terror de ser arrastrado al infierno... quizás sería lo que pondría fin a todo.


















Bueno procuraré subir conti lo mas pronto posible jeje x9

 

Re: Cada 10,000 años (NejiTen)

Holaaa a todooos, lamento mucho si me tarde en poner conti jajaj pero pues ya saben todos mis pretextos jaja xDD en fin tengo que anunciar que este fanfic ya está llegando a su fin, ese capi, quizas sea el penúltimo, y el proximo el final, pero quizas el capi final lo divida en dos partes jaja entonces aún faltarían dos contis más, pero aún no estoy segura de eso, en fin les AGRADEZCO A TOOOODOOS por leer este fanfic en especial a: MAR-CHAN Y A SUSIE n_n va para ustedes, ojala les gustee n_n






Capítulo 8. La tormenta



Un suspiro melancólico. Eso fue lo que exhaló el mundo.

Tenten estaba aferrada al cuerpo de Neji, ambos con la respiración agitada, se mantenían atónitos, habían pasado un terrible rato.

Trauma; palabra que definía perfectamente el estado en el que habían quedado los jóvenes shinobis, luego de haber estado a tan sólo un segundo de la muerte, además... lo más doloroso. Vieron cómo eran arrastradas al infiero a varias personas, algunas conocidas, y aunque no lo fueran, era realmente doloroso ver tal espectáculo.


—Calma —susurró Neji rompiendo el abrazo.

—Fue... espantoso —logró articular, mientras secaba sus ojos.

—Ya pasó, hemos logrado sobrevivir y eso es lo que importa.


Comenzaron a caminar, no tenían un rumbo fijo, simplemente se dejaban llevar por sus cuerpos, las cosas habían cambiado.

Escucharon un extraño ruido, de inmediato sus reflejos reaccionaron, se pusieron en guardia y observaron con atención, no había nada que los desconcentrara, de alguna manera, todo lo que les había sucedido los había vuelto bastante ansiosos y nerviosos, no dudarían matar si fuera necesario.


—¡Están vivos! —se escuchó un grito que emergía de entre los arbustos.

—¡Ah! —gritó la exaltada Tenten—, Oh son ustedes.


La castaña dejó salir un suspiro de alivio, mientras que Neji permanecía de forma natural. Aquellos dos sí que los había asustado, incluso al genio, aunque no lo demostró.


—No hagan eso de nuevo —pidió la kunoichi.

—¿Hacer qué dattebayo?

—Creímos que habían muerto —habló el Hyuuga.

—Por poco lo hacemos —contestó el acompañante del rubio; Sasuke.


Un viento helado acarició los rostros de los presentes, una calidez resopló sus corazones, era como una señal de que ya todo el peligro había pasado, aunque... la penúltima profecía se acercaba; lluvia de meteoritos.


—¿Quiénes sobrevivieron? —preguntó Tenten.

—No lo sabemos —respondió Naruto—, pero vimos que Gaara, su hermana y Shikamaru se pusieron a salvo.

—Yo vi a Kakashi, creo que él también está vivo —respondió Sasuke.


Hubo un momento de silencio, extrañamente se sintió algo raro, una sensación incómoda. Neji y Sasuke cruzaron miradas, pero no fue una simple mirada, sus ojos reflejaban inseguridad, desconfianza, cosa que no pasó desapercibida por Naruto y Tenten, aunque éstos no entendían.


—¿Sasuke? —habló Naruto, todo extrañado.


Éste no prestó atención al llamado del rubio, sus ojos seguían clavados con los del Hyuuga; debía moverse rápido si quería completar su “plan”

Un segundo, esa mínima fracción de tiempo, el Uchiha movió sus ojos hacia el cuello de Tenten, y fue eso, lo que bastó para que el genio de Neji se percatara de sus intenciones.


—¡Corre Tenten! —exclamó el Hyuuga.

—¿Eh? —la chica no entendía la reacción de su compañero.


Fue cuestión de milisegundos, Neji gritaba mientras que Sasuke se abalanzaba contra la maestra de las armas.

—¡Suéltame! —gritó Tenten mientras se forcejeaba.


Neji no dudó ni un segundo en agarrar a Sasuke y moverlo de forma violenta, lo que causó que el Uchiha no lograra su objetivo.

—¡¿Qué demonios haces Sasuke?! —gritoneó Naruto sin entender nada.


Tenten se colocó junto a Neji, y frente a ellos estaban los otros dos. Nuevamente los dos genios se lanzaban miradas, esta vez asesinas; el ambiente era sumamente tenso.


—Esos collares —habló Sasuke señalando dichos objetos—, tienen un extraño poder, con eso han logrado sobrevivir.


Los ojos del Uzumaki se abrieron de par en par, mientras que Neji y Tenten se pusieron en guardia, muy atentos a los movimientos de sus ahora enemigos.


—Naruto... tú nunca intentarías... —empezó a decir Tenten, pero ésta fue silenciada cuando el rubio esbozó una media sonrisa diabólica.

—Ciertamente Tenten, en otro tiempo yo hubiera detenido a Sasuke, pero las cosas ahora son diferentes, esto es una guerra contra el fin del mundo, ¡y de ninguna manera Uzumaki Naruto morirá dattebayo!


Fue en ese momento cuando la castaña recordó aquella parte del escrito que encontraron con los amuletos “Egoístas todos serán para su vida salvar, será el amor lo que ya no existirá y lo único que los podrá salvar.”


—¡Claro, por eso se comportan así! —exclamó Tenten—, ellos están poseídos por el egoísmo.

—Así es —afirmó el Hyuuga.


Fue entonces que el Uchiha y el Uzumaki sacaron sus armas y comenzaron a atacarlos. Con agilidad y destreza, lograron evadir y bloquear cada kunai y shuriken lanzado.

—¡Kage Bunshin no Jutsu!

Se vieron rodeados por cientos de clones de Naruto, pronto estos se colocaron en parejas, y comenzaron a concentrar energía en sus manos; debían apresurarse si querían escapar de aquello.


—¡Katon Goukakyuu no Jutsu!


Una enorme bola de fuego comenzó a emerger de la boca del Uchiha, eso, combinado con el ataque de Naruto sería letal.

—¡Rasengan! —gritaron todos los clones al unísono, formando un estruendoso vozarrón.


—Mierda —farfulló Neji con los dientes apretados.

—¡Muévete! —le gritó Tenten al tiempo en que lo tomaba por la mano y lo jalaba.


Comenzaron a correr. Tarde, muy tarde, la tremenda energía se compactó, chocó contra el suelo y a la velocidad de la luz comenzó a expandirse; imposible escapar de semejante amenaza.

El silencio era perfecto, no había nada, no se escuchaba absolutamente nada. Sasuke y Naruto recorrían con la mirada el entorno, buscando rastro de las cenizas de sus “camaradas”.


—¿Habremos carbonizado los collares también? —preguntó el incrédulo Uzumaki.

—Si es así, entonces no eran tan poderosos.



¿Qué día era?, quién sabe, ¿la hora?, imposible saberlo. Los pocos sobrevivientes que habían quedado eran presas del desconsuelo, todos habían perdido la razón. La mismísima Hokage, Tsunade Senju, se suicidó durante el robo de almas, no aguantó.


—¿Estamos... vivos? —la débil voz de Tenten irrumpió en el silencio.


Ambos, lentamente abrieron sus ojos y rompieron el abrazo que los unía. ¿Dónde estaban?, nuevamente... ¿había sido obra de esos amuletos?


—Tengo miedo —susurró la castaña—, Neji, nosotros también somos egoístas ¿no?, si no lo fuéramos... habríamos compartido el secreto de los collares desde un principio con Tsunade-sama.

—Puede ser —afirmó—, pero de haberlo hecho, las cosas habrían salido peor, todos querrían tener los amuletos, y comenzarían a matarse unos a otros con tal de conseguirlos.

—Pero... ¿Por qué nosotros?

—Aunque ya no creo en el destino como antes... Esta vez pienso que los amuletos nos eligieron, no creo que haya sido casualidad que los encontráramos, fue el destino.


Tenten sintió unas enormes ganas de besar a Neji, era frustrante el no poder hacerlo. Ahora que sabía que sus sentimientos eran correspondidos quería estar junto a él. ¡Maldita sea!, un beso es la muestra de amor más fuerte, incluso más que el sexo, ¿por qué no podía besarlo?


—Ya viene —susurró el genio con la vista hacia el oscuro cielo.

—Sí puedo sentirlo... Estamos a punto de presenciar la tormenta más grade de la historia.

—Y estamos en un bosque, debajo de los pararrayos por naturaleza. Si nos quedamos debajo de los árboles ten por seguro que no duraremos mucho.


Corrieron, Neji con su byakugan buscaba un lugar seguro, pero no veía nada, sólo hectáreas y hectáreas de puro bosque. ¿Qué harían ahora?


—¡Rayos! —gritó la kunoichi al escuchar un tronido, para acto seguido sentir gotitas de agua sobre su cuerpo.

—La lluvia no tardará en convertirse en tormenta, ¡rápido!


Aceleraron el paso, era crucial encontrar un lugar seguro, pero ¡dónde, dónde!


—¡Neji! —Tenten pegó un grito aterrador cuando un rayo cayó en medio de ellos, ocasionando que se soltaran.


El impacto fue duro, no había sido un rayo normal, tenía una fuerza sobrenatural; tanta que había lanzado con fuerza a la castaña.


El genio corrió tras de ella, una terrible ventisca se unió al ambiente, la lluvia aumentó y aumentó, era un estruendoso chocar del agua. Activó su Byakugan y de inmediato la visualizó, ella aún seguía siendo impulsada por el impacto que recibió. Su cuerpo había pegado en la tierra y estaba rebotando, dirigiéndose hacia un destino letal.


—¡Tenten! —gritó Neji cuando logró acercarse un poco más a su compañera.


Ella no escuchaba sus gritos, había caído desmayada, su cuerpo era como un títere del viento, no ponía resistencia alguna.


El tiempo se detuvo para Neji, todo pasó en cámara lenta frente a sus ojos. Aquella castaña, a la cual amaba, y no podía negarlo más, cayó en una barranca. No pudo alcanzarla, fue muy tarde. Simplemente vio cómo la figura de su compañera desaparecía en el abismo de aquél agujero.


—No —susurró.


Quizás fue la primera vez es su vida que sintió algo parecido, fue como si le hubieran succionado el alma de la manera más dolorosa. No quería perder más tiempo, se lanzaría, tuvo las intenciones, pero esta vez la suerte no estaba de su lado, un segundo rayo, con una fuerza mayor que el anterior, chocó frente a él, lanzándolo lejos de la barranca.

La tormenta había comenzado, era una lluvia combinada con vientos, relámpagos y rayos sin igual. De inmediato el bosque comenzó a arder en llamas, se escucharon algunos gritos, sin duda, todos aquellos que habían sobrevivido estaban muriendo, o tal vez no.

Hyuuga Neji, había quedado inconsciente el suelo, la lluvia lo cubría mientras miles de rayos caían alrededor de él pero ninguno lo tocaba. ¿Casualidad?


Dos grandes destellos iluminaron el cielo en particular.

 

Re: Cada 10,000 años (NejiTen)

Hola a todos XD hay ya sé, me quieren matar por tardarme tanto :3 jeje etto... gomeeen ^^U pero bueno ya saben lo que dicen, más vale en la tarde que nunca, ah... no así no va xD hay bueno ya jeje, etoo... tenía pensado hacer de este el último capi, pero decidí que no, el último será el siguiente ok, este es el post final. xD disfrútenlo y 1000000 GRACIAS A TOOOODS POR SUS COMENTS Y POR LEERLO, perdón si no les respondo pero saben que los pareciio n_n



Capítulo 9 "El nuevo mundo" (parte 1)


Parecía no tener fin. Aquella monstruosa tormenta estaba aniquilando lo poco que quedaba del mundo. Simplemente... aterrador, cruel, abismal.
Los estruendosos truenos resonaban con la furia de la naturaleza, los vientos eran huracanados, y la lluvia se había convertido en un diluvio tan intenso... que parecía quemar todo lo que tocaba.

Sintió todo su cuerpo empapado, podía percibir el maltrato del agua.
Lentamente y con mucho esfuerzo abrió sus ojos, miró a su alrededor; su corazón se estremeció por completo.

—Esto es...


Los rayos la rozaban mientras que rocas gigantescas, impulsadas por el grotesco aire, la amenazaban con golpearle. Ella se mantenía atónita, no movía ni un músculo pese a las adversidades. Se sentía confundida, por un momento olvidó todo, no pensaba en nada, simplemente miraba cómo su mundo era destruido.

Sin entenderlo, sus ojos se cristalizaron, y fue cuestión de segundos para que sus lágrimas comenzaran a derramarse sin control, las cuales se perdieron entre la lluvia.

—Qué... cruel es todo esto —susurró entrecortadamente, sus sollozos pronto se convirtieron en un llanto aterrador.


Cuánto tiempo pasó exactamente no se sabe, pero Tenten lloró por horas, su corazón estaba afligido, lastimado, mal herido... Simplemente dejaba que su alma se desahogara. No se había movido del lugar en el cual despertó, todo el tiempo permaneció de rodillas, siendo acompañada en todo momento por la tormenta final, por aquella maldición que la había separado de... ¿de quién?

—¡Neji! —gritó de un de repente.


Frenéticamente comenzó a buscarlo con la mirada. Fue bombardeada por miles de imágenes, toda su vida pasó por su mente, haciéndola recordar todo y regresar a la realidad.

—Es verdad —recordó—, fui golpeada por un rayo y... debí haber caído por aquella barranca.


Intentaba pensar en algo, pero simplemente no podía concentrarse, le era imposible; igual no tuvo tiempo de pensar mucho, puesto que una balacera de rayos se abalanzó sobre ella.

—Por poco... muero —dijo entrecortadamente—, es difícil esquivar estos rayos, esto está muy peligroso.

Y no sólo por las descargas eléctricas, si no porque, la lluvia se había transformado en diluvio, el nivel del agua comenzaba a subir considerablemente, sin duda alguna en poco tiempo el agua la cubriría por completo.


—Un segundo... —se percató de algo—. ¿Qué rayos es ésta ropa?

No se había percatado, pero había perdido sus antiguas ropas, no vestía su atuendo ninja habitual... En vez de eso, portaba un vestido sencillísimo color blanco, que le llegaba arriba de las rodillas, su cabellos no estaba acomodado en dos bolitas, si no que estaba suelto, libre de bailar con el viento, y por último sus pies estaban descalzos, pero no tenía tiempo que perder en su vestuario, el cómo estaba vestida era lo menos que le interesaba, por lo que no dio importancia y se dedicó a buscar lo que de verdad anhelaba.

—¡Neji!, ¿¡dónde estás!? —gritaba a todo lo que le daba su garganta.

No recibía respuesta ni la recibiría pronto, Hyuuga Neji se encontraba muy lejos de ella, y aunque no lo quería admitir, en su corazón ella lo sabía, sabía que probablemente no vería a Neji pronto, o quizás... jamás.





Por otro lado, el joven genio acababa de despertar de su inconsciencia, su cuerpo estaba adornado por varias heridas que sangraban sin parar. Se sentía muy débil, sus fuerzas se habían ido, se habían esfumado junto con... junto con la persona que buscaba.

—Mierda —musitó mientras esquivaba el tronco de un árbol que casi le pegaba.


Tenía su byakugan activado, no para buscar a Tenten, pues sabía que no la podía ver gracias a los “malditos” amuletos, pero lo usaba para defenderse de los relámpagos y demás amenazas, puesto que definitivamente no moriría, no lo haría hasta encontrar a su compañera.

—¡Tenten! —gritó con la esperanza de que contestara.

Tampoco recibió respuesta.

—Imposible... Ella no puede estar muerta, no, definitivamente no.


La desesperación comenzó a apoderarse de él, no sabía para donde correr, dónde buscar; sus manos temblaban de deseo, deseo por poder abrazar a su amiga y sentir que la protegía, eso, quería protegerla, encarnar su ausencia lo hacía perder la paciencia, la cordura y la estruendosa lluvia no le ayudaba en nada.

—¿Por qué estoy así?

Se detuvo un momento al notar su vestuario, sí, efectivamente al igual que Tenten, él también había cambiado de atuendo. Vestía un pantalón y camisa sencilla igualmente blanca, su cabello también había quedado totalmente suelto, descalzo, y las dos únicas dos cosas que poseía de su anterior vestimenta era: las vendas en su frente que cubrían su marca y el amuleto de la luna.

—Tenten —susurró.

El agua había subido bastante, ya le llegaba hasta las rodillas; tenía un mal presentimiento, todo estaba llegando a su final... El fin del mundo... lo estaba viviendo en carne propia, y no se refería a las catástrofes, si no a la ausencia de Tenten, sí, eso era para él mucho peor que el fin del mundo.

Era tan cruel, dos almas que nacieron para estar juntas habían sido separadas en el último momento, tal vez no volverían a verse, lo sabían, pero aún así seguían buscándose, anhelándose, el corazón de uno le gritaba al otro, tal vez sea cursi y sentimientos muy impropios de Hyuuga Neji, pero para él todo eso de mostrarse frío y serio había quedado en último término, en el mundo ya no quedaba nadie con quién mostrarse de esa manera, ya no había personas a las cual impresionar y mostrarles su orgullo y dignidad Hyuuga, no... Solamente quedaba alguien... una sola persona, la cual lo conocía al cien por ciento, la única a la que no le podía mentir, la única que había sido capaz de mirar a través de su máscara de hielo... Tenten, sin duda alguna la encontraría.




Su corazón no podía ser lastimado más de lo que ya estaba, o al menos eso pensaba, pero se equivocaba, a cada segundo seguía siendo lastimado... seguía siendo aniquilado.

—Lee —pronunció débilmente, sus castaños cabellos se movían brutalmente mientras que sus hinchados ojos marrones no podían despegarse de la figura de su preciado compañero.


El cadáver de su querido amigo yacía flotando, siendo zarandeado por las olas que el viento formaba en el agua, puesto que ya había subido todavía más de nivel, de hecho, cubría hasta la cintura de la kunoichi.

—Fuiste un buen chico... Lee, nunca te dije lo mucho que te quiero, ¡Lee!

Dejó escapar un grito, uno de esos que vienen del alma, no sin antes pasar por el corazón y causarle una herida más. Abrazó el cuerpo sin vida del shinobi numero uno en Taijutsu, realmente le dolía mucho, era el tercer cadáver de un preciado amigo que se encontraba. Kakashi y Gaara habían sido las otras dos víctimas en manos de la destrucción que Tenten se había topado.


Decidida, ató una roca con una soga al cuerpo de su amigo, le besó la mejilla, y luego de unas palabras de despedidas, lo dejó libre... El cuerpo se sumergió, desapareció lentamente en el oscuro abismo del agua, perdiéndose en los arrullos de la eterna muerte.

—Hasta pronto... Lee.

Siguió su camino. Quizás no había pasado mucho tiempo, pero se había transformado en una mujer nueva, haber visto tanta muerte y desgracia había logrado que su corazón se hiciera más fuerte, ahora más que nunca, estaba dispuesta a permanecer con vida y encontrar a Neji... sí lo encontraría.




Las estrellas salieron, melancólicas por la ausencia de la luna, pero aún así hicieron acto de presencia, la lluvia, aunque pareciera imposible, comenzó a aumentar su fuerza, era impresionante lo que se veía, era simplemente imposible... nadie podría sobrevivir, pero aún... quedaban dos personas, ¿o más?

—Me has traído muchos problemas —masculló el genio con mucho odio.

Cerró los ojos, tomó aire y de un solo impulso arrancó el collar de su cuello. Fue extraño... y mucho. Al momento que desprendió el objeto de sí, una serie de imágenes se vinieron a su mente: todos los momentos vividos con Tenten desde que encontraron los amuletos y unas escenas desconocidas para él. Pudo ver a su compañera, ella se encontraba gritándole, parecía que lo buscaba desesperadamente, ella portaba un vestido blanco... para ser sincero... su vestimenta era similar a la que traía él.

—¡Tenten! —gritó al tiempo en que abría los ojos.

¡No había sido solamente un pensamiento!, si no que había logrado ver el presente, había visto lo que estaba haciendo ella en ese preciso momento, ¿pero dónde estaba?, no había podido distinguir el lugar.

Volvió a colocarse el amuleto, lo encerró en su puño, lo apretó y cerró fuertemente los ojos, tratando de volver a ver a su compañera, buscar alguna pista de dónde podría estar... Pero nada, no logró ver nada.


“Tenten, Tenten ¿dónde estás?” —pensó con desesperación, con profundidad.

“¿Neji?”

Sintió cómo su corazón rebotaba, ¡¿había escuchado bien?!, ¡esa había sido la voz de ella!

“¿Tenten?” —volvió a pensar, pero sin soltar el medallón.

“¡Neji!, ¿en serio eres tú?”

“Podemos... escuchar nuestros pensamientos” —afirmó, mientras que su expresión daba un suspiro de alivio.

“Pero... ¿cómo?, si yo me la he pasado pensando y no te había escuchado, ¿o acaso no eres tú en verdad?

“Sí lo soy... pero tienes razón, no había escuchado tus pensa... un minuto, Tenten ¿estás sujetando tu medallón?”

“Sí, ¿tú también?”

“Así es, eso debe ser, cuando sujetamos nuestros amuletos podemos hacer uso de la telepatía”


Una sonrisa se dibujó en los rostros de ambos, ¡por fin se habían podido comunicar!, cierto, no se había visto, no se podían abrazar, sentir, oler, tocar, pero al menos ya sabían que estaban vivos, y eso era suficiente para seguir luchando, se reencontrarían.


“Estás llorando” —afirmó el Hyuuga.

Efectivamente la kunoichi se había soltado a llorar, y pese a que eso no se puede pensar... Neji lo notó, no necesitó oír su llanto para sentir su dolor, se había percatado del sufrir de la chica.


“Perdóname Neji... es sólo que, no sé que hacer, quiero verte, quiero abrazarte, y... quiero besarte, pero no puedo, es más, siento que no podremos vernos otra vez...”

“No digas eso, Tenten, nos veremos otra vez, dime en dónde estás y yo iré para allá en este momento”

“Es que no lo sé, no tengo ni la menor idea en dónde me encuentro”


No podía culparla, ni él mismo, que es un genio, sabía en donde se encontraba, era lógico que Tenten no lo supiera, pero aún así no se rendiría, la encontraría, antes de que fuera demasiado tarde, puesto que la tormenta no se calmaría, al contrario... empeoraría.

“¡AH!” —la castaña pegó un grito tanto mental como físico.

“¡¿Qué te sucede?! —cuestionó el Hyuuga con angustia, pero sin gritar, puesto que él era prudente y debía guardar la calma.


No recibió respuesta, la comunicación no se había cortado, puesto que podía sentir su presencia, era como si ella hubiese enmudecido.

“Tenten” —insistió.

“U... una enorme... ola, Neji, ¡el mar ya se comenzó a levantar, viene un tsunami!”


Los orbes perlados del genio se abrieron de par en par, ¡era cierto!, él también pudo ver cómo a lo lejos se acercaba una enorme, pero realmente gigantesca ola, la cual sin dudarlo, acabaría con todo, inclusive con sus vidas.

“Tenten...” —le habló con un dije de serenidad y al mismo tiempo perturbación.

“¿Qué sucede?” —respondió también con voz queda, pero no por serenidad, si no por el horror que le causaba lo que veía, pues sería cuestión de segundos para que aquella ola la alcanzara.

“Quiero que me prometas algo... Prométeme que sin importar cómo correrás por tu vida, que te salvarás cueste lo que cueste, no sé pero... siento que tú y yo no debemos morir... aún, aún debemos estar con vida”.

“Sí” —recibió una respuesta de seguridad.

No dudaba de las palabras de Neji, puesto que ella también lo sentía, algo le decía que su parte aún no terminaba, que debía hacer algo importante y que no lo haría sola... debía encontrar a Neji, lo necesitaba más que nunca.