Todo quedó quieto cuando ella se desvaneció, pálida y sin vida. Y quiso, sin lugar a dudas, acompañarla siempre. Abrió los ojos con sorpresa cuando ese olor frutal llegó a él, no podía irse. No podía dejar a su pequeña cachorra. Triste fue a abrazarla, jurándole que nunca la abandonaría. [III. Adolescencia] Veintiséis Un escalofrío le recorrió de pies a cabeza, ¿no podían mandarla a ningún otro instituto? O mejor aún, ¿no mandarla a ninguno? Su hija estaba sobre una escalinata mientras acomodaban el ruedo de la falta verde. ―¿Me veo como mamá? ―Ni de cerca, eres una flacucha Midori, debes entrenarte más. La adolescente infló las mejillas en un mohín, y masculló un ‘idiota’ en su contra, el mayor alzó una ceja en su dirección, ¿desde cuándo lo insultaba abiertamente? Aún era una chiquilla. “Pero en unos años tendrá la edad de Kagome cuando nos conocimos” Meditó, ¿sería igual de indómita que su madre?
Todo quedó quieto cuando ella se desvaneció, pálida y sin vida. Y quiso, sin lugar a dudas, acompañarla siempre. Abrió los ojos con sorpresa cuando ese olor frutal llegó a él, no podía irse. No podía dejar a su pequeña cachorra. Triste fue a abrazarla, jurándole que nunca la abandonaría. Ventisiete Era peor, incontrolable, quejumbrosa, quería tanto y él no se lo consentiría. Deseaba hacerlo, pero era imposible que mientras ésta más lo desafiara más la consintiera. ―¡Puedo defenderme sola, estaré rodeada de amigos! ―No ―gruñó en una orden. «Todos esos amigos son chicos, y mayores» ―¿Por qué eres tan anticuado? ―Él se rió con sorna, ¿en serio?―. ¡Que no la hayas podido defender no quiere decir que yo no pueda defenderme sola! ―espetó roja de ira, salió corriendo escaleras arriba para encerrarse. El medio demonio apretó los puños hasta que le sangraron las palmas de las manos. ¿Qué hacía mal?
Aw Kai, me encatan. Siempre que vuelves a seguir este fic, siento como me picas con una barita en el corazón :´) Es tan lindo, pero a la vez taaan triste muchas veces. Y este último capitulo me dio cosita :´c Pero aqui me tienes, siempre leyendo siendo fiel seguidora ♥ Así que esperaré el siguiente paciente :3
Todo quedó quieto cuando ella se desvaneció, pálida y sin vida. Y quiso, sin lugar a dudas, acompañarla siempre. Abrió los ojos con sorpresa cuando ese olor frutal llegó a él, no podía irse. No podía dejar a su pequeña cachorra. Triste fue a abrazarla, jurándole que nunca la abandonaría. Veintiocho. Él nunca hubiese querido regresar allí. Vio la cueva, las marcas no se habían ido, y agradecía enormemente que Midori solo recordara lo que ella quería, su mente infantil la protegía. Hace unas horas no le dolía, es decir, su vida había seguido adelante, pero que su hija le recordara lo inútil que fue le destruía el corazón. ―¿Y es que nunca planeas decírselo? ―Vete mocoso ―masculló en cuanto vio a un Shippo ya hecho adulto detrás de él. ―No fue tu culpa, de nadie. Simplemente estaba débil Inuyasha. ―¡Pero yo no estaba ahí¡ ―¡Midori se hubiese quedado sola!
Omg! Tan corto y tan revelador 030 Me encantaría saber MÁS!! Kai cosita porque me dejas sufriendo siempreee xD Se me estruja el kokoro de ternura y tristeza cada vez y lo sabes xD Me encantan, kai avísame al siguiente :3
Veintinueve. Había una tenue luz rosa rodeándolas, pero parpadeaba, como si estuviera débil. ―¿Mami? ―preguntó la pequeña mientras corría detrás de su madre, se cayó en un charco causado por la lluvia, no veía nada por aquella noche sin luna. ―Tranquila Midori, solo vamos a refugiarnos de la lluvia. ―La tranquilizó mientras la cargada en sus brazos. Kagome no podía estar tranquila, sus poderes, ahora aún más tenues que antes la estaban dejando. Empezó a correr en cuánto sintió más auras a su alrededor, tratando de levantar una barrera no muy fuerte se adentró a una cueva. Debía hacerlo esa noche.
Treinta. Entrar por la ventana le traía recuerdos, nunca lo había hecho antes, pero lo sentía necesario. Su hija se removía en la cama, la arropó lo mejor que pudo para que no pasara frío, y se quedó velando su sueño como lo hizo con su madre muchos años atrás. ―Debo contárselo pronto… Le dio un puñetazo al ogro que tenía delante, trataba, en su forma humana, de detener la mayor cantidad de demonios que podía. ¿Quién diría que una híbrido con poderes espirituales sería tan llamativa? En cuánto llegó a la cueva se le escapó un grito, la barrera ya no estaba. No veía a Kagome ni a su hija, pero sí a varios demonios acercándose a un punto luminoso y desapareciendo, mientras sus manos se llenaban de sangre. Sintió su cuerpo palpitar en cuántos los rayos del sol empezaron a emerger, su sangre demoníaca hirvió dentro y aún consciente de sí arremetió con los demonios que quedaban. La luz le quemó la piel, y vio allí en el suelo, a su mujer, sin respirar, extendiendo la mano hacia un punto de luz que chupaba la poca energía espiritual que tenía… Al final lo había hecho, había cambiado su vida. . . . Se reincorporó perlada en sudor y con lágrimas recorriendo su rostro, silenciosamente se hizo un ovillo en la cama soportando los sollozos en su garganta. Sabía que su padre estaba allí, y se acurrucó en sus brazos cuando este la abrazó. Lloró con fuerza. ―Ya lo recordé todo. ―No es tu culpa Midori ―le consoló, ¿se iban a repartir las culpas ahora? ―¡Claro que sí, si yo no hubiera nacido mamá estaría viva! Sintió que algo dentro de ella se rompía, y cuando apartó a Inuyasha de su agarre, vio sus manos quemadas por el poder espiritual. Era un monstruo.
Ay ño :( Aun no entiendo eso de que cambió su vida por algo luminoso pero ahí medio la voy agarrando. Uf, esto es muy triste, muy realista. Una parte de mi cree que Kagome se sacrificó para revivir la perla y que así Midori e Inuyasha junto a todos sus amigos volvieran a su época.