Burger.

Tema en 'Literatura experimental' iniciado por Whatsername, 8 Septiembre 2012.

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    Whatsername

    Whatsername Procrastinadora prodigio

    Capricornio
    Miembro desde:
    11 Marzo 2012
    Mensajes:
    98
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Burger.
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1866
    ¡Waa! Esto es tan loco, loco, loco, loco. Enserio me debí de haber dado un balazo con una calibre cuarenta y siete. Okey no, no es cierto no sé como usar una pistola. Un día lo intenté y casi me rompo la cara, mi bello rostro. No, no es cierto. Bien no sé por que les estoy contando esto pero ya saben, ¿no? Es la confianza x'D bueno, el caso es que ya estrene mi cerebro; ¡así es, les estoy presumiendo rubias con retraso mental! Y además la encontré en mi cerebro mío de mí. O sea que loco, encontré una idea en mi cerebro asdfghjklñ. Se trata de unas imágenes muy buenas...
    Como la imagen cuenta y la mente, no se quejen e_é.




    Murmullos.

    Los molestos murmullos no dejaban mi oído en paz, era tan frustrante que juraría matarme con el tenedor que sostenía mi fuerte mano. Mis piernas estaban en perfecto estado, acomodas en la esponjosa plataforma de la silla. Una silla con madera fina de los más altos nogales.

    ¿Qué de esperar de este restaurante? Claro, el más famoso sin duda conocido por su nombre; Les Moustaches éleveur,un restaurante con mucha clase y visitado por los artistas de la televisión más famosos. Sin duda adoraba este lugar, no solo por lo material... Era aquella ser que me tenía a sus pies.

    Pasaba de mesa en mesa, nunca me toma la palabra. Siempre era lo mismo, era más que frustrante. Verla con aquel delantal en sus caderas, sus piernas torneadas cubiertas por aquella media transparente. Su cabello bien sujeto de un chongo, con su sonrisa y aquellos labios carnosos, me volvía loco. Esos ojos saltones de color, el color hermoso de un verde jade... Sus cabellos rosados.

    Era la ser perfectapara mí, solo para mí.

    Ahora yo estaba hambriento, no me apetecía un platillo de comida si no la rosada que amulaba por las mesas. Que envidia que le tenía yo a aquellas personas que le llamaban, era envidiable, me tenía que poner celoso aunque no quisiera realmente. ¿Era mía? Por supuesto que no, yo no puedo poner bajo mi poder a alguien que no me pertenece. Mía nunca será, ¿compartiré mi vida con ella? Claro, no lo tengo asegurado pero ¿quién dice que no puedo?...

    —¡Mesera, por favor por aquí! —el ensordecedor grito al fondo del local, llamó la atención de la Mosa.

    Inesperadamente ella trotó al sitio en el que le hablaron, sus caderas se movían con el movimientos que ejercían sus piernas... por Dios, ¿en que estoy pensando?. Esperé a verla salir de aquella esquina pero tardó mucho en recapacitar. Yo por otra parte me dediqué a pensar en otra cosa, distraerme de ella. Me rasqué la cabeza meciendo mis cabellos azabaches, mi flequillo hiso gracia al rosar. Mis ojos oscuros seguían buscando un método para poder ir a observarla...

    Hasta que me floreció una idea.

    Me levanté de mi cómodo lugar, dejando los cubiertos en la mesa, colocados desordenadamente. Di el primer paso analizando la situación; ella se localizaba exactamente en la mesa del fondo, mis planes eran ir al baño y para mi mala suerte estaban al otro extremo... Pero ¿solo iba a verla, no hablarle? ¿O si? Solo le daré un pequeño vistazo.

    —Disculpe, con permiso — alardeé mientras caminaba, la gente se atravesaba para pasar e interrumpir mi casería.

    Las mesas estaban algo amontonadas por la multitud de gente que se encontraba en el lugar, aún no logro entender como es que pueden caminar tan rápido los meseros para no tirar la comida. Un mito claro, bueno no exactamente.

    Alcé la mirada al frente logrando divisar a la pequeña chiquilla que me tenía drogado, por así decirlo. Pero un estúpido e inútil me cubría la vista, que desesperación de veras. Entonces avance más al frente para dar con los baños. El viaje se me hizo muy largo, la frustración me comía vivo ¿de verdad estaba tan enamorado de ella? Obvio idiota.

    —Hmp, cuidado señora —espeté tomándola por los hombros y tratando de hacerla aun lado, pero valla...

    —¡Oh pero mira que chico tan galán! —Dios santo, la mencionada era una verdadera señora. Su peso era anormal, su cara exageradamente tapizada con kilos de maquillaje, era un horror andante por la ciudad.

    —Emh, por favor si sería tan amable de... —como era de esperarlo, me interrumpió.

    —Recuerdo en mis tiempos no había jóvenes así, eres hermoso muchacho —apretó mis rasgos con su mano, también anormal por cierto. Yo solo hice un gesto de molestia — ¿A dónde vas guapetón?

    Vieja metiche.

    —¿Para que quiere saber? Disculpe —yo todo caballeroso, traté de sonar amable. Odio aparentar algo que realmente no tengo, pero era una emergencia ¿no?

    —Me encantan los difíciles.

    Su voz sonó en mi oído, fue como una estampida de moscas a mi oreja. Yo solo me estremecí y traté de esquivarla pero ella me cubría.

    —Si me disculpa —musité entre dientes— Voy al baño.

    Ella me sonrió, asquerosa mente y desprevenidamente. Yo alcé las manos en señal de paz y ella rio; como el mismo demonio envuelto en esa bestia.

    Después de pasarla suspire, pero eso no fue todo; la muy viva me apretó una nalga.

    —¡Oiga! —me quejé.

    —¡Llámame! —contestó, haciendo una señal con la mano izquierda. Genial otra pedófila más a mi lista, es un horror ser acosado por las personas sin vida social y sin amor.

    Sin amor, sobre todo.

    Me alejé y por fin, los baños al frente de mis ojos; pero esperen. Gire mi cabeza a la derecha y...

    —¡Cuidado tú! —aquella voz femenina erizo los vellos de mi piel, mis tímpanos se alegraron y sobre todo; yo estaba alegre.

    Todo paso tan rápido...

    Su cuerpo, angosto y ligero abajo del mío. Los ojos, los ojos fueron una experiencia triunfal porque eran como un mundo dentro de ella, como un paraíso sin ser conquistado. Su cara era perfecta, sus rasgos perfectos y finos. La adoraba, ella era la razón de todo... sin aún conocerla por Dios.

    Sus pechos estaban un poco levantados por la presión, lucia sexy abajo de mi, pero de pronto me doy cuenta que los estoy mirando demasiado y desvío mirada al frente, para mirarla a ella. Ella sonrió nerviosa, lo noto por sus manos al temblar y sus ojos encogidos, yo entendible me alce para ayudarla y pedirle una disculpa.

    Le estiré mi mano, ella muy indecisa la tomo. Su mano era fina y la mejor experiencia que pude haber tocado, aunque suene sin mucho sentido y con un poco de idiotez... pero así era. La jale y ella puso de su parte para poder enderezarla, una vez que se acomodo bien nos miramos a los ojos.

    —Hay no las ordenes, oh no que cansancio —la escuché quejarse.

    —Disculpa, no fue mi intención… —me interrumpió con todo el derecho, claro le di la debida palabra.

    —¡Claro que no! Fui yo por distraída, soy una torpe —se llevó a mano derecha a la frente secándose el sudor.

    —No, no, no. Descuida… eso suele suceder, bueno —titubeé al ver la mirada sorprendida de la rosada— No quiero decir que tu seas tonta porque… eres muy linda y…

    Me retracte en segundos, que parecían horas. Agaché mi mirada, sonrojada. No puedo creer que me esté pasando este a mí, un Uchiha; diciéndole a una chica que es linda. No la miré a la cara, ni siquiera sabía que era lo que pensaba de mí, tal vez que soy un torpe.

    Un armonioso sonido hizo que levantara mi cara.

    —Que tierno, gracias… —dijo ella entre risitas.

    —Hmp, es que yo no… —traté de sonar convencido pero— Pff, olvídalo… —bufé.

    Ella clavo sus ojos en los míos, como dagas envenenadas. Ese veneno era gloriosamente mortal, me llevaría al infierno en cuestión de segundos… hermosa sensación que corría por mis venas.

    —M-Me llamo Sakura, que mal educada soy por no presentarme —insinuó entre un tono tímido y fugaz.

    —No te preocupes. Mi nombre es Sasuke, para tus… ordenes —sonreí arrogante.

    Ella sonrió, hermosa. Le ayude a recoger las notas en donde ordenadamente venían apuntadas las órdenes. Venditas ordenes que me hicieran esta escena, ahora no me arrepiento de haberme topado con aquella… señora.

    Una vez que nos enderezamos de estar inclinados, nos miramos. Ambos reímos al vernos, con los ojos llenos de brillo y las manos temblorosas ella se abrazo a sí misma.

    —Y… bueno p-para compensar e-el quería decirte algo, claro si es que t-tu —tartamudeó, yo sonreí con ternura.

    —Lo que sea para quedar bien, ¿por que no? —dije con ironía y ambos reímos.

    Aquella petición me dejo más que hambriento; me pidió que aceptara comer con ella un platillo. Hamburguesas. No soy amante de las hamburguesas, no me gustan las odio. Me ensucio todo mi rostro y son muy estorbosas… pero lo que sea para hablar con ella.

    Nos sentamos en una de las mesas vip. Todo esta genial y radiante, claro esta ella me acompañaba y todo era perfecto, más que perfecto.

    El platillo se nos hizo llegar y yo lo miré con rencor.

    —¿Peleando con hamburguesas? —escuché a Sakura su tono sarcástico.

    —No nos llevamos muy bien que digamos —levanté una ceja acechante.

    Ella rió, lucía hermosa.

    Tome mi hamburguesa, entre mis manos. No esperaba dar mi primer beso con esa cosa, quería el beso de aquella mujer que tenía al frente.

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    Kei

    Kei Usuario popular

    Virgo
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    Pluma de
    Escritor
    A mí me gustó mucho, mucho. Me parece que tiene buena trama, buena ortografía, una originalidad de 10 y las imágenes ni se diga. Me gustó la parte donde metes a la viejilla pedófila x'D. Y bueno, me gustan cuando en los sasusakus la que cae por el otro es Sasuke y no Sakura -que luego la ponen como la boba.

    Buen escrito :'D
     

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