Los de Gryffindor estaban ya en la sala común, por fin podrían descansar aunque Seamus estaba practicando con su varita en el agua de su caldero, al ver aquello, todos alrededor se alejaron porque se imaginaban que podría ocurrir. El chico enfadado, puso empeño en hacerlo bien para demostrarles que podría lograr cualquier hechizo que se propusiera. —Ya verán como si—Piensa mientras agitaba su varita. Un destello se produjo en la sala y el chico acabó completamente bronceado de cara. Esta vez tampoco funcionó su hechizo.
Jajajajajaja es un peligro para sus compañeros y para él mismo. Así como lo era Ron cuando tenía la varita rota.