Botineras (SasuSaku, NaruHina, NejiTen, GaaMatsu, ShikaTema, SaiIno & JiraTsuna)

Re: Botineras (SasuSaku, NaruHina, NejiTen, GaaMatsu, ShikaTema, SaiIno & JiraTsuna)

¡Hola!!
Bueno, aqui les dejo la conti, agradezco mucho sus comentarios, son todos muy amables :D
Les cuento que este capi tiene GaaMatsu, JiraTsuna, SasuSaku, y un poquito de ShikaTema (ya veran porque poquito)
para el proximo, les prometo NejiTen, NaruHina, SaiIno, JiraTsuna y seguramente también SasuSaku y ShikaTema
Sin más, los dejo con el capi, les mando un beso a todas!
Rocio



Cantidad de palabras: 2596

Botineras

Capitulo 3​

—Y eso fue lo que sucedió — finalizó su historia Tenten, mientras ponía la luz de guiño hacia su derecha. La historia, naturalmente, fue su encuentro con Neji Hyuuga.

—Vaya, todo un encuentro romántico — suspiró Matsuri, a quien le encantaba todo lo que tuviera que ver con el amor.

—No veo lo romántico en cargar gasolina — señaló Temari, que se encontraba en el asiento de copiloto.

—¿Pero que no lo ves? Es el destino — le indicó Matsuri — Estan hechos el uno para el otro.

—¿Y cómo lo sabes, si apenas si se conocen? — le preguntó la rubia — ¿Y es probable que jamás se vuelvan a ver?

—Esto…. — la joven castaña se había quedado sin argumentos, y se volteó a su amiga restante en busca de apoyo. — Hinata, tú piensas igual que yo, ¿verdad?

—¿Eh? N-no lo sé — tartamudeó la chica de ojos perlados, quien estaba mirando por la ventanilla el espectáculo de estrellas que tomaba lugar en el hermoso cielo de esa noche, llena de estrellas que alumbraban el mundo. La joven Hyuuga se encontraba pensando en lo que contó Tenten. “No es posible…¿Neji-san?” pensaba ella hacia sus adentros.

—Por fin llegamos — exclamó Temari, mientras Tenten desaceleraba al llegar al lugar del evento. “Tsuki” las esperaba.



—Buenas noches señoritas — les saludó amablemente un hombre uniformado. — Soy del valet parking, si me permite…

—Oh, por supuesto — dijo Tenten, entregándole la llave de su automóvil al hombre. El muchacho se subió al coche de la morocha y fue a estacionarlo.

—Buenas noches, ¿sus nombres por favor? — les preguntó una mujer con una lista en la mano, parada frente a la puerta del establecimiento.

—Tenten Ama, Temari Sabaku No, Matsu… — comenzó a introducir Temari.

—Ah, ya sé quienes son, las modelos que autorizó Gai — la interrumpió la mujer, y las chicas asintieron — Adelante y diviértanse.


El salón era enorme. Simplemente enorme. El techo estaba pintado de ángeles y demás figuras religiosas, y varias de las paredes también. Distribuídas estratégicamente por todo el lugar, se encontraban varias mesas con tragos de todo tipo, aunque también había una barra al final del salón. El lugar, además, estaba lleno de gente vestida de manera lujosa y con aire de importancia. Algunos de ellos eran conocidos a las chicas, como conductores, modelos, deportistas, en síntesis famosos, pero había otros que ellas no tenían ni idea de quien eran, como empresarios o demás profesionales que asistían al evento como benefactores. Después de todo, era una fiesta benéfica, ya que se celebraban los diez años de la fundación de la organización “Tsuki” para niños desamparados.






—¡Tsunade-sama! ¡Perdone al tardanza! — exclamó la joven médica rubia, corriendo hacia su superior.

—No te preocupes, acabo de llegar — dijo Tsunade, lo cual tranquilizó a Ino. La mujer miró a la joven de ojos azules, luego miró la entrada del salón y de nuevo a Ino. — ¿Dónde está Sakura?

—Aquí, Tsunade-sama — anunció la Haruno.

Sakura caminó hacia su jefa. Vestía un elegante vestido color verde jade marca “Prada”, que hacía juego con sus ojos. Era largo hasta sus pies pero tenían un tajo que dejaba entrever su pierna. Maquillada perfectamente y con su corto pelo rosado suelto, podía decirse que era toda una belleza para haberse vestido tan de apuro.

—Ambas se ven preciosas — las felicitó la mujer mayor. Ella utilizaba un vestido azul océano de “Dolce & Gabbana” y su perfume “Chanel No. 6” se olía a la distancia, era un aroma delicioso. — Entremos ya, que es la hora.

—Por cierto, Tsunade-sama, veo que ya puede sonreír — observó Ino. Tsunade se encontraba de buen humor, así que ignoró el comentario.

—Tsunade Senju, Ino Yamanaka y Sakura Haruno — las introdujo la directora del hospital ante la mujer de la puerta.

—Aquí están. — la mujer señaló los nombres en la lista y los tachó con una lapicera negra — Adelante y diviértanse.



—Guau, este salón es más grande que mi casa — fue la primera impresión de la Yamanaka.

—Yo podría vivir aquí sin problemas — comentó Sakura, maravillada — Este lugar es muy hermoso.

—Solía ser una iglesia — les contó Tsunade mientras se dirigía a la barra a saludar a alguien — Pero el cura, un tal Hidan, se volvió un asesino loco y ahora esta iglesia se usa para eventos benéficos como este.

—De acuerdo, eso me dio escalofríos — asintió la rubia tras escuchar la historia, mirando como Tsunade se apartaba de ellas. Algo nerviosa, decidió tomar jugo para calmarse. Lo que no sabía era, que en realidad ese era el famoso “Jugo Loco” que algún gracioso repartió por todas las mesas, una mezcla de jugo de naranja y vodka. Y pronto surgiría efecto…





—Bien, yo digo que nos sentemos a estudiar el ambiente — le propuso Kankuro a su hermano Gaara.

—¿Cómo cuando hacemos reconocimiento del campo? — preguntó el pelirrojo inocentemente.

—Exacto, síganme — respondió el Sabaku No y guió a su hermano menor a través del salón.

Los diez futbolistas había llegado hace no mucho más de diez minutos. Neji ya estaba allí, esperándolos, puntual como siempre. Asuma se encontraba en el sector de “Permitido fumar”, Jiraiya en la barra, y los demás conversando entre ellos por allí, dispersados por todo el lugar. Finalmente, los dos deportistas tomaron asiento en unas sillas al fondo del lugar, no muy lejos de la barra.

—¿Qué opinas del equipo femenino de hoy, Gaara? — preguntó Kankuro con tono oícaro. — Mira esa morocha de allí, mejor delantera que Sasuke ¿eh?

—Hm — Gaara le lanzó una mirada de que hiciera silencio a su hermano que hizo que Kankuro temiera por su vida.

—No puede ser…¡Kankuro! ¡Gaara! — exclamó la voz de una mujer, conocida para los Sabaku No.

—¡Temari! — la reconoció el joven castaño, viendo a su hermana correr hacia ellos en compañía de una chica de cabello castaño. La abrazó en cuanto se acercó.

—¿Cómo han estado? ¡Hace como años que no los veo, hermanos! — sonrió la rubia de cuatro coletas.

—Hola Temari — la saludó el Sabaku No menor.

—Hola Gaara, cuentenme de ustedes, que es de su vida. No los he visto desde que me fui de casa para estudiar modelaje — recordó la Sabaku No mayor.

—Pues, nosotros hemos logrado entrar en un equipo de futbol, ¿no nos has visto en Konoha? — le relató el chico castaño.

—No, sabes que no veo deportes, excepto tal vez lucha libre — dijo Temari. Entonces recordó algo — Ah, perdóname Matsuri. Chicos, ¿recuerdan a Matsuri, verdad? — Señaló a la joven que la acompañaba.

—¿De la secundaria, verdad? — le preguntó el pelirrojo.

—Sí. Hola, Gaara-sama — le saludó la modelo, tratando de ocultar su sonrojo. La verdad es que antes de irse de la secundaria para ser modelo, ella estaba enamorada del hermano menor de su amiga, y al parecer no lo había olvidado por completo.

—Oye Temari, ¿no sabes donde son los baños? — preguntó Kankuro

—Sí, ven, yo te guío, que tengo que ir al tocador — accedió la rubia, dejándo a los otros dos solos. Matsuri tomó asiento junto a Gaara.

—No sabía que me recordaras — le confesó la castaña. — Creí que sólo me veías como la tonta amiga de tu hermana.

—Y así era.. — murmuró el pelirrojo

—¿Qué?

—En realidad eras eso, una amiga de mi hermana, ¿o no? — preguntó Gaara, y Matsuri tuvo que darle la razón.

—Sabes, hemos logrado convertirnos en modelos — le contó Matsuri para romper el hielo, tarea más que difícil con Gaara, — Actualmente estamos buscando manager, ya que el anterior, Kakuzu, nos estafó y se fue con todo nuestro dinero.

—Malvado ladrón — soltó Gaara. — Ven mañana a eso de la una al club, puedes hablar con mi manager.

—¿En serio? ¡Muchas gracias! — exclamó Matsuri. Y le agarró un impulso en ese momento, y abrazó al Sabaku No.

Al darse cuenta de lo que hacía, rápidamente se apartó, fueron sólo segundos. Pero en esos segundos, Gaara sintió algo. No sabía que, pero algo en su corazón. Algo que le causaba calor, una sensación de calidez, pero no el agobiante calor del sol, sino un calor placentero, como una brisa de verano que era calurosa pero refrescante a la vez. En resumen, sintió algo hermoso que jamás había sentido. Matsuri, apenada por haber sido tan impulsiva, se alejó del chico antes de que él dijera algo.






—Oye tú — Sakura se acercó a un muchacho de traje negro — ¿Uchiha Sasuke, verdad? Gracias por acompañarme hace un rato. No sabía que venías a esta fiesta.

—Ah, tú eres…. — intentó recordar Sasuke — ¿Sakura, no?

—Así es. —asintió la joven médica — Estoy aquí en compañía de mi jefa, Tsunade del hospital Kunoichi.

—¿Eres secretaria? — preguntó el Uchiha indiferentemente.

—No, soy doctora — le corrigió ella. La indiferencia de Sasuke la sacaba de quicio. “¡Cha! ¿Por qué no puede hablarme como una persona normal?” — ¿Tú a qué te dedicas?

—Soy deportista…¿Oye qué le sucede a esa chica? Creo que bebió demasiado — Para horror de la joven de cabello rosado, el capitán de “Konoha F.C.” señalaba a Ino Yamanaka, quien se tambaleaba por todo el lugar, completamente bajo los efectos del alcohol.

Un sujeto la atrapó y la ayudó a ponerse de pie. La acompañó a una silla, donde la rubia se sentó con cierta dificultad.

—¡Tsunade-sama va a matarnos! — exclamó la Haruno — Digo, ven, ayúdame con ella.

—¿Por qué yo? — preguntó Sasuke con frialdad.

—Porque eres el único aquí. ¿No eres cobarde, verdad? — Ella no sabía ni porque le decía esto que en realidad no tenía mucho sentido en la situación, pero tuvo el efecto esperado. Sasuke y Sakura fueron a comprobar que Ino se encontraba bien.




Mientras tanto, Tsunade tomaba un poco de sake lentamente, sin siquiera mirar a las personas a su alrededor. Su mirada vacía estaba en el espejo detrás de la barra, que la reflejaba. Se preguntaba a sí misma que hacía ella, una mujer mayor, disfrazada mediante cirujías, intentando aparentar quien no era. Ella no era así, ella solía ser tan distinta…

—¡Tsunade Senju, tiempo sin verte! — exclamó una voz masculina tras ella.

La rubia de dos coletas se dio vuelta para encontrarse con un hombre de su misma edad, cabello largo y blanco y tenía puesto un traje café. Se sentó al lado de Tsunade y ordenó un poco de sake también.

—Jiraiya, no te había visto desde la graduación — sonrió la directora del hospital.

—Has cambiado mucho, Tsunade — refleccionó el hombre — Ya no puedo llamarte pecho plano, ¿eh?

Tsunade se hechó a reír, y los dos viejos amigos de la secundaria comenzaron a recordar todos los momentos que habían vivido cuando asistieron juntos a la misma escuela.





Durante este tiempo, Ino se sentía cada vez peor. Un amigo de Sasuke la llevó a su departamento, y la Haruno no tenía palabras para agradecerle su ayuda.

—Muchas gracias Sasuke, una de las dos tiene que quedarse, Tsunade-sama no es muy buena para conservar al calma que digamos — decía la chica.

—¿Tan mala es? — preguntó el Uchiha

—En realidad sólo es exigente, es una buena persona — comentó Sakura. — Por cierto, dijiste que eras deportista, ¿dónde juegas?

—En Konoha F.C., soy su mejor jugador y capitán — dijo con orgullo el joven azabache.

—No, lo siento, no sé mucho de deportes — admitió la joven de cabello rosado.

—Ellas van a poder explicarte — dijo con horror Sasuke, con ojos desorbitados y sañalando algo.

El chico señaló la entrada del salón, donde habían aparecido un grupo incontable de chicas. Sasuke las reconoció enseguida, eran ellas, las fans obsecionadas…

—¡¡Allí esta Sasuke, chicas!! — gritó una rubia, que parecía ser la líder.

—¡¡¡AHHHHH!!! — todas las chicas dejaron salir un gritito agudo antes de lanzarse a la caza del Uchiha.

—¡Tienes que ayudarme a huír! — le rogó el joven a la Haruno.

—Tengo una idea, por aquí — le indicó ella.

Lo tomó de la mano y ambos corrieron, tratando de salvarse de la estampida. Los ojos de Sakura pronto dieron con su objetivo, el baño de hombres. Cerró sus ojos antes de entrar, y en cuanto lo hizó cerró la puerta con llave.

—¿No hay nadie, verdad? — preguntó la chica antes de abrir sus ojos.

—No. ¿Qué haremos ahora? — preguntó el joven de ojos negros

—No se me ocurre otra manera que por al ventana — señaló la ventana sobre el segundo inodoro. Se subió al inodoro y rompió el vidrio con su zapato.

—Rápido, la puerta no aguantará mucho más — repetía Sasuke mientras Sakura salía por la ventana. Las chicas pegaban portazos cada vez más fuertes.

—Toma mi mano — Sakura le extendió su mano derecha. El Uchiha la tomó y la joven lo subió, sacándolo justo antes de que las locas irrumpieran en el baño.

—Tuvimos suerte, ¿eh? — rió la joven, echada sobre el verde césped.

—Puede decirse — admitió Sasuke — Vamos, te llevaré a tu casa.

—¿En serio? — se sorprendió ella

—¿No querrás enfrentarte con ellas, verdad? Ni yo podría — dijo el joven.

—Tienes razón, vámonos — reconoció Sakura y aceptó la propuesta.





—Chicas, estoy cansada — reconoció Tenten a sus dos amigas.

—Yo también, quiero ir a dormir — dijo Matsuri.

—Y-yo qui-quiero descansar — murmuró Hinata, feliz de no tener que ocultar más su cansancio. — ¿Dónde está Temari-chan?

Como respuesta a su pregunta, apareció la rubia…..discutiendo a los gritos con un joven de cabello de piña.

—¡¿Estás sordo o qué?! — vociferó la Sabaku No — ¡Te dije que te movieras de mi camino!

—Yo estoy descansando aquí mujer, que fastidio — suspiró Shikamaru.

—Tú eres el fastidio, muevete o te moveré yo

—No seas problemática.

—Entonces no te busques problemas

—Una mujer jamás podría vencerme

—¿Quieres probar?

—¿Qué sucede aquí? — preguntó un hombre de seguridad, acercándose a ambos con mirada severa.

—¡Él empezó! — exclamó Temari

—¡Ella empezó! — exclamó Shikamaru al mismo tiempo.

—Me temo que ambos se tienen que ir — dijo el hombre, los tomó a ambos y prácticamente los tiró a la calle.

—Y ahora sí nos vamos — dijo Tenten, ahogando un bostezo mientras salía del salón — Al fin y al cabo, no ganamos nada viniendo aquí.

—Claro que sí — reclamó Matsuri y la joven de ojos chocolate arqueó las cejas — Se los contaré en el camino.

—Señor — Tenten se acercó a un hombre que estaba en la entrada. — Disculpe, ¿a usted debo pedirle que me devuelvan mi auto?

—Así es, ¿tiene su ticket? — preguntó el hombre del valet parking.

—Chicas, ¿quién lo tiene? — preguntó la joven morena, revisando su cartera pero sin éxito. No podía haber sido tan descuidada de perderlo…¿o sí?

—Yo no — dijeron las otras dos al unísono, revisando sus bolsos.

—¿Qué sucede? — preguntó la Sabaku No, acercándose a sus amigas.

—No encontramos el ticket — le contó la joven de cabello azulino.

—Sin tícket, no puedo devolverles su auto — explicó el hombre

—No puede ser, ¿qué hacemos? — preguntó Tenten

—¿Necesitas ayuda? — preguntó una voz a sus espaldas. Del salón, acababa de salir un joven de ojos perlados.

—¡Neji! — exclamó Tenten — Que suerte que estás aquí, ¿cómo puedo recuperar mi auto si perdí mi t…

—Tú — la interrumpió Neji, pero mirando a otra person, no a Tenten sino a la joven Hyuuga que comenzó a temblar en cuanto lo vio.

—Ne-Neji-san — tartamudeó Hinata.







—Fue genial reencontrarnos, Tsunade — sonrió Jiraiya

—Creo que tienes razón, fue divertido — la mujer le devolvió la sonrisa.

—Sabes, se esta haciendo tarde, te acompañaré hasta tu casa — se ofreció el hombre.

—Pero que modales tan poco propios de tí. — se sorprendió la jefa de Sakura e Ino. — Si no mal recuerdo, nunca fuiste muy cortés y educado con las niñas.

—Puede ser, pero soy bueno con las personas que me importan — reconoció el manager.

—¿Yo…te importo? — preguntó Tsunade, algo confundida.

—Por supuesto que sí — dijo él como toda obviedad — Ahora vamos, que se hace tarde y la noche se acaba.



Pero la noche aún estaba lejos de acabarse…..



Continuara….

 

Re: Botineras (SasuSaku, NaruHina, NejiTen, GaaMatsu, ShikaTema, SaiIno & JiraTsuna)

¡Hola chicas!! perdón, pero me tome unas vacasiones, por eso no estuve en el foro estas semanas
pero aqui les traigo la conti!!
espero les guste, y quiero marcar algo que me dijeron.
Tienen razon, no soy buena controlando el OoC, sobretodo con los chicos más fríos como Sasuke, Gaara, Neji, prometo hacer mi mejor esfuerzo!!
sin mas, el capi :D
bye!!

Botineras​

Capitulo 4​

—Ne-Nej-Neji-san — tartamudeó la joven, con terror en sus ojos perlados.

—Hinata-sama… — murmuró el Hyuuga.

—¿Se conocen? — preguntó una muy confundida Tenten, mirando primero a su amiga y luego al chico de larga cabellera.

—Él es mi primo… — susurró Hinata débilmente.

—Nosotros no somos nada parecido a familia — afirmó Neji, dirigiendo su mirada llena de odio a su prima.

—Ne…

—Oye, no seas tan cruel — soltó Temari, fulminando al chico con la mirada.

—¿Ustedes son sus amigas? — preguntó Neji — Deberían apartarse de ella. Sólo causa desgracias, además de que es un desastre, así lo ha decidido el destino.

—¡¿Qué dices?! — vociferó Tenten, colocándose frente a Hinata como para protegerla.

—¡Digo que es un desastre! ¡Una fracasada! ¡No merece nada! ¡Ella causó todo! — respondió el Hyuuga en el mismo tono de voz.

—¡Basta, Neji! — interrumpió la voz de un muchacho que salía del salón de fiestas.

Todos se dieron vuelta para encontrarse con un joven de cabello rubio y desmarañado, que parecía que había intentado alisarlo pero sin éxito, y unos orbes claros como una fresca mañana de verano. En cuanto lo vió, la Hyuuga comenzó a creer en el amor a primera vista, se quedó anonadada, y ligeramente rubirazada, mirándolo, olvidándose por un momento de la situación que estaba viviendo.

—¿Qué esta sucediendo? Tú no eres así, de veras — dijo el rubio, mirando a las cuatro mujeres.

—Ella sucede, Naruto — Neji apuntó un dedo amenazador a su prima, que bajó su mirada como apenada por algo.

—¿Quién es ella? — preguntó Naruto, exáminando a la chica. “Es linda…pero no puede ser una ex-novia de Neji, siempre nos cuenta de sus ex-novias para hacerse el superior”

—Ella es Hinata, mi prima y la razón por la que mi padre ya no vive — se explicó Neji, causando que todos los presentes quedaran atónitos.







El auto de Sasuke Uchiha era, en opinión de Sakura, como un entierro. No porque fuera de color negro como los ojos del dueño, sino porque el silencio dentro del automóvil hacía que la muchacha de hebras rosadas se sintiera en uno.

La chica miraba por la ventana con la mirada perdida en las luces de la noche, en las hermosas estrellas, en los faroles que se repetían a lo largo de la calle, y en el mar que reflejaba la gran luna.

Así es, se encontraban en una calle desde la cual se podía ver el bello mar nocturno, dado que la calle y la playa estaban separadas por una importante diferencia de altura, se podía observar el agua en su más perfecta calma sin problemas.

—Sasuke-kun, ¿puedo poner algo de música? — preguntó inocentemente la joven de ojos jade, extrayendo un CD de su cartera —Tengo lo último de Justin Bieber.

—Ni lo pienses, no escucho basura — sentenció el Uchiha, sin despegar sus ojos negros del camino.

—Entonces, quiero pedirte un favor — pidió la Haruno. —Déjame aquí.

—¿Qué? — se extrañó él, confundido. —Estamos en el medio de la nada, en caso de que no lo hayas notado.

—Claro que lo sé, pero es que… — intentó explicar la jóven, mirando el paisaje —Es tan hermoso, quiero bajar a la playa. Es una hermosa noche, y me gusta caminar.

Entonces, Sasuke detuvo el automovil y se estacionó junto al cordon para que Sakura pudiera descender sin problema alguno.

—Muchas gracias, Sasuke-kun — sonrió ella antes de que él subiera la ventanilla del acompañante.

La joven de cabello rosado descendió las grandes piedras que servían como una suerte de escalera para acceder a la playa. La muchacha se quitó sus zapatos para dejarlos en una roca, y sus pies descalzos entraron en contacto con la arena. La chica avanzó y sus pies pronto dieron con las pequeñas olas que rompían en la costa, mojando sus dedos y haciéndole un ligero cosquilleo en ellos. Una suave brisa acarició el cabello de la jóven tan tiernamente como un abrazo maternal, mientras ella se sentaba en la arena y su mirada se posaba en el horizonte.

—¿Qué haces? — preguntó la voz de un muchacho confundido tras ella.

—¡Sasuke-kun! ¿No te habías ido? — se sorprendió la Haruno.

—Es un poco obvio que no — comentó Sasuke y se sentó a su lado. —¿Qué es lo que te atrae de este lugar?

—No lo sé — confesó Sakura, observando el vasto e infinito mar — Tal vez sea la arena, la brisa, las olas, el reflejo de la luna. Algo de la playa por la noche me encanta, es una imagen hermosa para mí.

—Que molestia — suspiró Sasuke, dirigiendo su mirada al astro reflejado en el agua.

—Tal vez sea una molestia, pero soy una molestia feliz — se definió la joven de orbes jade con una sonrisa. — Creo que ya es demasiado tarde, debería irme.

—También yo — recordó el Uchiha, mientras la chica se ponía de pie. —¿Me ayudas? —Le tendió una mano a la muchacha.

Sakura tiró de la mano derecha de Sasuke para intentar levantarlo, pero no tuvo la suficiente fuerza para lograrlo y terminó cayendo sobre su pecho. Estando ambos tan cerca, era inevitable el sonrojo por parte de ambos, pero Sasuke miró en otra dirección para disimularlo.
Lentamente, la Haruno se puso de pie, y Sasuke la imitó, pero esta vez sin solicitar ayuda. Ambos treparon las piedras, Sakura con sus zapatos en sus manos, y al llegar arriba, Sasuke le ofreció alcanzarla hasta su hogar, pero la joven de hebras rosáseas prefirió caminar y disfrutar de la bella noche.

Y la muchacha partió, moviendo sus caderas al caminar. Sasuke no pudo evitar mirarla alejarse, resaltando sobre la belleza de la noche, pero pronto se recuperó de su estupor y salió disparado de regreso a la fiesta cuando recordó que olvidó algo….una persona.





—Neji, debe haber algo mal — intentó comprender Tenten.

—No hay forma en que Hinata pudiése lastimar a alguien — afirmó Matsuri.

—Ella no fue la asesina — aclaró el Hyuuga — Les contaré todo desde el principio.


Neji POV

Flashback


—Hermano, estoy muy feliz de que pudieras venir a visitarnos — le decía a mi padre su hermano gemelo, Hiashi Hyuuga, con una sonrisa en el rostro.

—Hace tiempo que no te veía, Hiashi — asintió papá.

Miré a mi alrededor. A mis cinco años, todo el lugar parecía monstruosamente gigante. Las paredes de la casa de mi tío eran de proporciones colosales, de una madera fina (importada de Italia según el tío Hiashi) y sobre nuestras cabezas se mecía un gran y majestuoso candelabro, tan blanco como mis propios ojos.

—¿Te gusta la casa, Neij? — preguntó mi tío, notando mi curiosidad.

—Es muy bonita… — iba a agregar algo más, pero un sonido abrupto de afuera no me lo permitió.

—Es la alarma — reconoció el sonido Hiashi — Hinata…


Los dos hermanos salieron disparados en dirección al cuarto de mi prima, pero antes mi padre gritó que no saliera de la habitación, que podía ser peligroso. Hiashi iba armado, por supuesto, temiendo lo peor.

Pero mi curiosidad infantil fue muy fuerte, y me asomé por la puerta para detectar unas sombras en el pasillo. Reconocí dos, una pertenecía a mi padre y la otra a su hermano gemelo. Había dos más, una grande que se imponía sobre una pequeña. Me asomé aún más para detectar a un hombre desconocido, de negro y enmascarada. Un ladrón sin duda alguna.

Examiné mejor la situación para detectar a Hinata detrás del ladrón, que sostenía un arma de fuego igual a la que Hiashi le apuntaba al pecho.

—Déjenme ir, y nadie saldra herido — respiraba pesadamente el ladrón, viendo su intento de secuestro frustrado. Obviamente, no contaba con la alarma o hubiera sido más cauteloso.

—Entregame a mi hija, y luego márchate — ordenó tío Hiashi ferozmente.

—¿Quieres a tu hijita? Aquí esta tu hijita — y el malvado disparó.

—¡Papá! — gritó la pequeña Hinata, empujando levemente al ladrón antes de que disparara.

Este empujón causó que la bala penetrara el corazón de mi padre, en lugar del de mi tío, que inmediatamente disparó como reflejo y acabó con el peligro.


Fin Neji POV

Fin Flashback


—Pero mi padre murió a sangre fría, ante mis ojos y por culpa de Hinata — finalizó Neji.

—Ne… — comenzó a decir Hinata, pero fue interrumpida.

—¡Tenía cinco años! — exclamó Tenten, saltando frente a su amiga en su defensa. —¿Qué esperabas? ¡Ponte en su lugar!

—Neji, no exageres, no es para odiarla ni mucho menos — le decía Naruto, que jamás había visto esa faceta de su compañero de equipo.

—Neji-san — dijo Hinata, y todos la miraron —Tu eres mi familia…por favor…perdóname. Ti…tienes todo el derecho a odiarme, po…porque fue mi cul…culpa, pe…pero…

—Todos estos años le estuviste guardando rencor y odio, ¿no es así? — interrumpió nuevamente la morocha de chonguitos.

—Sí, y lo siento, pero esto no se soluciona así como así — se defendió Neji, clavando su mirada en su prima.


—¡Lo encontré! — exclamó la voz de Matsuri desde el fondo.


Todos los presentes clavaron sus miradas en la joven castaña, que, algo recluída de la situación, acababa de extraer con expresión triunfal del fondo de su cartera el ticket del valet parking.

Al verse tan observada, su expresión se volvió más apenada y sintió un poco de verguenza de su repentina exclamación. Temari, sin embargo, tomó sin más el papel y se lo entregó al muchacho encargado del valet parking.

—Aquí están sus llaves, su auto esta en el espacio A8 — indicó el hombre como si fuera una máquina.

—Neji-san.. — Hinata repitió el nombre de su primo, mirándolo con una mirada que exigía, necesitaba el perdón de su primo.

Las lágrimas estaban por comenzar a derramarse lentamente. Tenten agarró a la Hyuuga, le lanzó una mirada severa a Neji, y se marchó al espacio A8 junto a sus amigas, per antes de irse dijo algo más.

—Búscame cuando la perdones — y las muchachas se fueron.

—Neji, ¿estás bien? — preguntó el joven con cabello dorado, viendo el Gol blanco de Tenten partir.

—Claro que no, ¿necesitas algo? — fue la rápida respuesta del Hyuuga, tan fría como un balde de agua fría, mientras el muchacho de ojos perlados extraía su ticket de estacionamiento del bolsillo de su saco. No quería permanecer un segundo más en la dichosa fiesta.

—Sí, ¿por casualidad no has visto al teme? — preguntó el nueve de Konoha F.C. —Se supone que debe llevarme a casa, pero no lo encuentro por ninguna parte…







—Gracias, Jiraiya — le agradeció Tsunade, bajando del automovil. —Gracias por la velada, de verdad fue muy divertida.

—Espera — le pidió él, tomándola de la mano antes de que descendiera del auto. — Aún hay algo que no me dices, no soy tonto, Tsunade.

—Y yo no soy buena mintiendo — suspiró la Senju con una sonrisa, admitiendo su derrota. —Hay algo que dijiste que no comprendo bien.

—Oh, las mujeres no siempre me comprenden pero siempre ceden — rió el manager — Vamos, dime que te preocupa.

—¿Qué quisiste decir con que yo te importo? — preguntó la mujer.

—¿Eso es lo que no comprendes? ¿Algo tan simple? — el hombre de hebras blancas estalló en carcajadas —¡Pero si eso es tan simple, mujer! Quise decir justamente eso, tu me importas. Eres mi vieja amiga de toda la vida, incluso si no nos hemos visto en años no nos hemos olvidado del otro porque yo te importo y tu me importas.

—Jiraiya…

—Es más, ¿qué te parece ir al cine mañana? Un amigo me regaló cupones para un avant premiere, y son dos — guiñó su ojo derecho a la mujer mientras hablaba.

—Lo pensaré — fue la respuesta de la directora del hospital.

—Bien, entonces llamame si te decides a venir — sonrió él, entregándole una tarjeta con su número.

—Nos vemos — sonrió Tsunade, besando a su amigo en la mejilla antes de tomar la tarjeta y salir del carro.





El sol inundó de luz todo el departamento de Ino Yamanaka. No fue, definitivamente, una buena idea la de dejar las cortinas abiertas. La luz era tan radiante y fuerte, que dio contra los cerrados ojos de la Yamanaka, que dormía en ropa interior del lado derecho de su cama de dos plazas.
Finalmente, la luz fue tan poderosa que los ojos de la joven de entreabrieron lentamente. Distinguió una figura borrosa junto a ella.

—Buenos días — susurró la persona a su lado.

Era una voz definitivamente masculina. Ino la distinguió y abrió los ojos como platos antes de gritar tan fuerte, que más tarde los vecinos se quejarían.



Continuara…