Botineras (SasuSaku, NaruHina, NejiTen, GaaMatsu, ShikaTema, SaiIno & JiraTsuna)

¡Ohayo!!!
Les traigo el capi 24, algo tarde lo se, pero entre examenes, graduacion y vida social, apenas si tengo tiempo apra escribir xD
les comento asi rapido que este capitulo es, creo, el mas importante (y hasta ahora el mas largo tambien) para la historia, contiene muchas cosas de GRAN importancia asi que leanlo bien (y no olviden comentar xD)
Ah, y les cuento que los fics que he publicado aqui en FFL (o en CZ hace ya tiempo xD) y que no continue los estare continuando en fanfiction.net, con el usuario DawnAngel14 (no queria repetir el nombre xD)
Besotes!!! Los dejo con la historia!!
Rocio



Nota: Aqui les dejo las canciones de Utau y Hinata (La primera de Hinata no se los dejo porque ya la puse en un capitulo anterior, el del cumple de Hinata)

Utau:
Primera (subtitulos incluidos)
Segunda

Hinata:
Segunda (mi favorita de todas :D)

Capitulo 24​

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La médica de ojos claros llegó al nivel superior de la exposición de arte. Se encontró con una máquina de bebidas de Coco-Cola, sacó su billetera y cuando estaba a punto de sacar el dinero para la máquina, se le acercó un hombre de cabello gris y lentes redondos.

—Disculpa —preguntó el hombre con un tono amable— ¿De casualidad sabes dónde están los baños?

—Claro —dijo ella, dándose la vuelta para señalarle el camino— Es por all…

No llegó a terminar. En cuanto se dio vuelta, Kabuto saltó sobre ella, amordazándola con su mano y con una expresión de victoria en su rostro. No había nadie cerca, por fortuna, pero Ino no era como Tenten. Ella reaccionó instantáneamente, tal vez Tenten no había llegado a reaccionar porque en su secuestro vio como desmayaban a Neji.

La rubia dio batalla. Se retorció y pateó con fuerza, intentando zafarse del agarre del Yakushi. Fianlmente, logró liberar un poco su boca y morder como una fiera la mano del hombre, lo cual causó que instintivamente la soltara.

La Yamanaka entonces salió corriendo al instante. Pero al llegar con las escaleras para bajar a buscar ayuda, fue interceptada por Itachi, quien la agarró con más fuerza e inmediatamente la puso a dormir con cloroformo.

—Ah, gracias Itachi-san —agradeció Kabuto con un falso tono inocente.

—No hay de que —dijo el Uchiha con frialdad, tomando a la inconsciente Ino en sus brazos.




























—Felicidades, Sai-kun —lo felicitó Sasori en cuanto el pelirrojo se separó de Death the Kid y regresó a la exposición, aunque la voz del colorado seguía siendo tan seca como de costumbre, por lo que era difícil decir si era una felicitación o había envidia escondida en sus palabras. En el caso de Deidara, sin embargo, descifrar el sentido era mucho más sencillo.

—¡Como se atrevió a insultar así mi arte mmm! —soltó furioso el rubio— Maldito suertudo.

—Oh… perdona —dijo Sai, confundido como de costumbre ante las sensaciones humanas como los celos de Deidara.

—No tienes que disculparte, porque el próximo me comprara a mí sin dudas mmm —repuso el Yamanaka con orgullo— ¿Verdad, Sasori no danna?

—Claro, ¿por qué no? —musitó Sasori, luego agregó por lo bajo para que solo Sai oyera— Si el próximo esta tan o más loco que Kid, es posible…

—Por cierto, ¿dónde está Ino? —demandó saber entonces el morocho, al no localizar a su novia.

—Fue a buscar unas bebidas —recordó el pelirrojo— Que extraño que aún no haya vuelto…

En eso comenzó a sonar el celular de Sai. Lo sacó de su bolsillo y comprobó que quien lo llamaba era un número desconocido, no identificado por su aparato.

—¡Sai! —exclamó la voz de Ino del otro lado del móvil.

—Ino, ¿dónde estás? —preguntó inmediatamente el futbolista. Después de lo ocurrido con Tenten, podía esperarse lo peor.

—Tranquilo, volví a casa porque me sentía un poco mareada —confesó la rubia con calma— No quería preocuparte…

—Esta bien, pero no desaparezcas así, me preocupas aún más —dijo Sai, suspirando de alivio.

—Bueno, voy a ir a dormir un rato, nos vemos.

—Cuídate, por favor. Adiós.











Itachi cortó la comunicación telefónica y le entregó el aparato a Kabuto, quien se encontraba en el asiento de conductor de una camioneta de Easter. El Yakushi sonrió satisfecho.

—El modificador de voz funciona bien —aseveró el Uchiha con frialdad.

—Bien, entonces vamos con Orochimaru-sama de inmediato —coincidió Kabuto.

—Ve tú, yo tengo cosas que hacer —se negó Itachi.

—¿Qué cosas? —se intrigó el hombre de cabello gris.

—No es de tu incombencia —le espetó el moreno.

—Orochimaru-sama no te dará mucho crédito por la misión cumplida entonces —le dijo el Yakushi.

—Ah bueno, entonces espera que lo voy a anotar en mi lista de cosas que me importan una mierda —escupió el Uchiha secamente.

—Como lo desees —decidió Kabuto. Abandonó a Itachi y partió hacia las oficinas de Easter.






































Tenten corrió y corrió sin cesar. La canción finalizaba, pero ella quería ver el concierto. Tan apresurada estaba, que ni se dio cuenta y se chocó con una enfermera al final de un largo pasillo.

—Oh disculpe —se apresuró a disculparse la joven de chonguitos. Vio que todos los papeles que traía la enfermera habían caído al suelo y la ayudó a recolectarlos— Aquí tiene.

—Muchas gracias señorita —le agradeció la enfermera, poniéndose de pie y partiendo.

Ahora Tenten dobló en el pasillo y llegó a la sala donde se desarrollaba el concierto, o mejor dicho donde se desarrolló el concierto, porque ya había terminado, y todo el mundo se había puesto de pie y dispersado por el lugar, lo cual había causado un caos de gente, el lugar estaba abarrotado, para horror de Tenten. Suspirando a causa de la decepción, la modelo amnésica dio media vuelta y regresó con “Namu”.

—No estuviste mal —comentó Shizune a su compañera médica. Ambas caminaban de regreso al ala oeste del hospital, lugar de trabajo de ambas.

—Por fortuna sabía la letra, sino… —Sakura se interrumpió a sí misma cuando su celular comenzó a sonar con la canción “Paparazzi” de Lady Gaga— ¿Me pregunto quién será? ¿Hola?

—Sa… Sakura —saludó la temblorosa voz de la Hyuuga del otro lado.

—Oh, eres tú Hinata, ¿cómo te va? —contestó la Haruno.

—No muy bien, necesito que vengas al Sawgrass Mall, a la plaza principal —le pidió Hinata.

—¿Qué sucedió, Hinata? —se preocupó la médica de cabellera rosada.

—Es más creíble si te lo cuento en persona, por favor ven tan rápido como puedas —rogó la modelo de cabello azulino y la comunicación de cortó.







































Ikuto caminó por detrás de bambalinas hasta llegar al pequeño camarín de su hermana menor. Ella no se imnutó al verlo, siguió alisando su rubio cabello y aplicándose su maquillaje.

—Utau —habló el Tsukiyomi después de un momento de silencio— ¿Por qué desafías a esto a Hinata?

—¿De verdad quieres saber? —preguntó ella sin voltearse.

—Por algo te lo pregunto…

—Ikuto, es más que obvio que siente algo por ti —explicó la rubia— Y ya que yo no puedo tenerte por obvios motivos, sólo hay una persona a la que le permito estar con mi hermano, mi amiga…

—Ya lo sé —interrumpió Ikuto.

Naruto caminaba de aquí para allá detrás de bambalinas, más nervioso que nunca. Hinata se había encerrado en “su” camarín, presa del pánico escénico. Su única esperanza era que Sakura llegara pronto, porque había oído la conversación telefónica del otro lado de la puerta. Pero al pasar cerca del camarín de Utau y ver a Ikuto entrar, se quedó del otro lado de la puerta escuchando la conversación, al no tener nada mejor que hacer.

—Pero aún no puedo regresar a nuestro hogar —dijo Ikuto— Aún tengo que resolver lo que vine a hacer a esta ciudad.

—Lo comprendo —suspiró Utau, dándose vuelta y enfrentando a su hermano mayor— Desde que nuestro padrastro se retiró, Easter se ha estado moviendo extrañamente. Supe que tienen un nuevo jefe que es espeluznante y, según los rumores, malvado.

—He venido aquí a averiguar sobre sus movimientos extraños, pero no logré averiguar nada —confesó el violinista— Aunque sí hay algo peculiar. Los hombres de Easter me han estado persiguiendo desde que llegué a la ciudad, gracias a que me estoy quedando en casa de Naruto es que he logrado evitarlos.

—Me pregunto que están planeando estos sujetos… —murmuró la cantante.

En eso, Naruto se volteó al ver como la puerta del camarín de Hinata se abría. De ella, salieron su novia y su prima, de la mano. Hinata le sonrió, se la veía más confiada, algo más segura de sí misma. Al parecer, Sakura le había dicho algo que la había alentado a sacar valor de algún lugar en su corazón y superar sus miedos.

—Iré a hablar con Utau —dijo la Hyuuga, decidida, y se fue a hacer lo que dijo.

—No te ví llegar, Sakura-chan —comentó el Uzumaki, volteando hacia la médica en cuento Hinata se marchó.

Entonces fue que lo notó. Apenas desapareció de vista la Hyuuga, el semblante de Sakura cambió. La Haruno dejó de mostrar esa sonrisa confiada y cálida, y su rostro ahora expresaba preocupación y… ¿pena?

—¿Qué sucede, Sakura-chan? —se preocupó el rubio.

—Naruto… —musitó la chica— Mientra venía hacia aquí… me encontré con Itachi Uchiha…

Flashback​

—Debo correr más rápido —jadeó la Haruno, apurando el paso— Hinata necesita de mi ayuda, me pregunto que sucederá…

Pero en ese momento, mientras corría por las calles desiertas, detectó a una persona, alguien que se metió por un callejón sin salida. Era alto, llevaba el cabello atado en una coleta, tenía ojos negros, Sakura lo reconoció de una foto que había visto en la casa de su novio y abrió los ojos como platos. Cruzó hasta ese lugar, y le gritó al hombre que le daba la espalda.

—¡Espera, Itachi Uchiha!

El susodicho se detuvo en seco. Giró sobre sus talones y se enfrentó a la muchacha de ojos color jade. Fruncio el ceño al no reconocerla, e inmediatamente preguntó su identidad.

—¿Y tú quién eres?

—Mi nombre es Sakura Haruno —dijo ella apretando los dientes— Soy la novia de Sasuke Uchiha, ¿te suena?

—Ah… Sasuke… —murmuró él sin inmutarse, enfrentándola sin miedo— ¿Se te ofrece algo?

—Quería hacerte una pregunta… —soltó ella sin más— ¿Tú abandonaste a Sasuke a su suerte cuando él tenía seis años?

El silencio de Itachi fue su respuesta. La Haruno apretó los puños y le lanzó una mirada asesina al hombre.

—Entonces es cierto… —musitó Sakura— ¡¿Cómo pudiste?! ¡Es tu hermano! ¡Tu misma sangre! ¡¿Acaso no tienes corazón?! ¡¿Cómo duermes por las noches?! ¡¿Cómo puedes vivir con ese pasado?!

Sakura planeaba seguir añadiendo comentarios como esos, pero las acciones del Uchiha se lo impidieron. Itachi la tomó del cuello y la aprisionó contra la fría pared de ladrillos grises de ese callejón sin salida. Ella intentaba zafarse, pero apenas si podía respirar por el furioso agarre del hombre.

—No todo lo que ves es lo que parece ser… murmuró Itachi a su oído— Recuerda esa frase. Cuando llegue el momento, comprenderás lo que quiere decir.

La liberó, dejándola tanto confundida como asustada. La Haruno dio un lento paso hacia atrás, luego otro tembloroso paso hacia atrás, luego otro más, y antes de que ella misma se diese cuenta ya estaba corriendo desesperadamente lejo de Itachi…

Fin Flashback​

—Sakura-chan… —murmuró el Uzumaki lentamente.

Él conocía la historia de Sasuke. Después de todo, él lo había rescatado de las calles junto con Jiraiya. Sabía que Itachi era un sujeto peligroso, aún recordaba que cuando Jiraiya intentó contactarlo para que volviese con Sasuke, Itachi le había ordenado que no lo haría, y que si volvía a contactarlo lo asesinaría. Y no lo decía en broma. La historia de los hermanos Uchiha estaba envuelta en misterio, lo único que Naruto sabía con certeza era que Itachi había abandonado a Sasuke a su suerte, y solo eso le bastaba para odiarlo con todo su ser.

Tan sumido en sus pensamientos estaba, que no se dio cuenta que Sakura lo estaba abrazando, temblando de miedo y al borde del llanto, víctima de un imcomprendible terror.

—No sabes lo horrible que fue —musitó la Haruno temblorosamente— Creí… creí que iba a matarme…







































Itachi Uchiha se sentó sobre una caja de madera del calejón. Dejó salir un suspiro que no sabía que había estado guardando, y dirigió su mirada al cielo.

Ya había anochecido. No había luna ni estrellas, todo el firmamento nocturno estaba siendo cubierto por pesadas nubes negras, que amenazaban con descargarse en forma de lluvia sobre al ciudad en cualquier momento.

—Sakura Haruno… —susurró Itachi, recordando las palabras que la chica había pronunciado— Si tan sólo supieras la verdad…

Un paso muy liviano se oyó en la entrada del callejón, pero no paso desapercibido por el perceptivo Uchiha. Itachi giró hacia allí. Sus ojos se encontraron con los azules de una mujer, una fémina de cabello negro azabache liso y recto que recorría desde su espalda hasta su cadera. Tenía muy buena figura y muy buenas curvas, su piel era un poco más oscura que la del Uchiha, y su vestimenta consistía en un vestido color crema sin mangas de una sola pieza con el fondo similar al de un pareo.

—Ishizu Ishtar —la identificó Itachi, poniéndose de pie.

—¿Por qué me citaste aquí, Itachi Uchiha? —quizo saber la mujer.

—Eres la única persona en la que puedo confiar de todo Easter —confesó él.

—¿Y a qué debo ese honor? —preguntó ella sin inmutarse.

—A diferencia de Orochimaru o Kabuto, tú te interesas por tus seres queridos —se explicó el Uchiha— Supongo que podríamos decir así que somos similares…

—Después de lo que sucedió recién con Sakura Haruno, lo dudo —afirmó Ishizu.

—¿Tú observaste eso? —se sorprendió Itachi, sobre todo porque no la había detectado.

—No importa, no tienes porque explicarme tus motivos —se adelantó la Ishtar— Dime porque me llamaste.

—Hay algo que deseo averiguar —reveló Itachi— Quiero saber porque Kushina Uzumaki sigue confinada en Easter…







































—Orochimaru-sama…

Kabuto ingresó al laboratorio de Easter. Primero se encontró con su jefe de espaldas, luego localizó a Ino recostada donde antes había estado Tenten, inconsciente.

—Kabuto, hiciste un buen trabajo —dijo Orochimaru— Déjame adivinar, quieres saber los resultados.

—Así es, ¿tuvimos éxito? —preguntó el Yakushi.

—Sí, y no —reveló su superior— Como predije, he logrado eliminar efectos secundarios, como la amnesia que causamos en Tenten Ama. Pero ha resurgido un efecto que creíamos haber eliminado. Feromonas.

—¿Feromonas? —repitió Kabuto, haciendo memoria.

—¿Recuerdas a Shiho Nanako? —le recordó Orochimaru— Ella solía ser una joven tranquila, tímida y pacífica.

—Luego realizamos experimentos en ella —añadió el joven de cabello gris— Todo salió bien hasta que le surgió ese efecto secundario relacionado con las feromonas, lo cual causó en ella un síndrome obsesivo-compulsivo, la liberación de hormonas hizo que ella se obsecionara con la primer persona del sexo opuesto que ella viese.

—Según oí, esa persona fue Shikamaru Nara —mencionó Orochimaru— Lo mismo sucedió con Ino Yamanaka, pero ya conozco la cura para esos efectos.

—¿Cuál es? —se intrigó el empleado de Easter.

—Un beso de aquella persona por la que se obsecionó —reveló el hombre de cabello negro y grasoso, volteando hacia Kabuto y saliendo así de la habitación— Deshazte de ella, ya no la necesito. No me importa si la matas o la abandonas a su suerte, mientras no queden rastros que apunten hacia nosotros.

—Descuide, Orochimaru-sama, sé como funciona esto —dijo el otro ajustando sus lentes.





























Siguiendo el consejo de su hermana mayor, Gaara golpeó la puerta del departamento que solía compartir con Kankuro. Había acudido a ella en busca de su consejo, y Temari le había sugerido que fuese con su hermano y hablaran las cosas como gente civilizada.

Matsuri sostuvo su mano con firmeza y le sonrió, logrando así renovar la determinación del pelirrojo, quien tocó la puerta nuevamente. Entonces se entreabrió la puerta. Estaba abierta, lo cual extrañó al deportista.

Entraron al apartamento. Todo estaba revuelto, desparramado, destruido. Era obvio que Kankuro había estallado de rabia y había empezado a revolear y romper cosas. La pregunta era, ¿dónde estaba el castaño?

—Gaara, encontré algo —lo llamó Matsuri desde la cocina.

La modelo había estado revisando ese sector del apartamento. Allí, sobre la mesa, encontró una nota escrita a mano. Gaara identificó inmediatamente la casi ilegible caligrafía como la de Kankuro. Comenzó a leer en voz alta.




“Gaara, Matsuri, les escribo esto porque aún no estoy listo para decirlo. Pero pronto lo estaré. Como habran notado, me fui. He decidido que lo mejor ahora es tomar distancia, porque permanecer allí no me permite respirar con tranquilidad, necesito aire. Por eso partí a la estancia del tío Yashamaru, que esta algo alejada de la ciudad y me hará bien respirar un poco de este aire diferente. Tomaré este tiempo para pensar y… para olvidar. Porque mis sentimientos hacia Matsuri no son nada comparados con los tuyos, Gaara. Matsuri, has cambiado a Gaara, tu amor lo convirtió en el hombre bondadoso y amable que hoy tienes a tu lado, y yo no puedo negar eso. Pero mis sentimientos siguen confusos. Sólo espero que estos días en el campo me ayuden a comprenderlos.
Sayonara,
Kankuro…

PD: ¡Más te vale que no te tomes mi sake, Gaara!”




—Él realmente se… —murmuró la joven, sin poder terminar la oración.

Las palabras de Kankuro eran… tan ciertas… pero entonces, ¿por qué le dolían? Culpa, eso era. Sentía culpa de haber enamorado a Kankuro sin intención, sin hacer nada. Y sentía culpa de que los hermanos se enemistaran por ella. El silencio fue interrumpido por el celular del Sabaku No.

—Hola —respondió el pelirrojo— Sí, enseguida voy hacia allá. Descuide, yo le aviso a Shikamaru. Adiós.

—¿Qué sucedió? —preguntó ella, pero el futbolista no le contestó, sino que hizo otro llamado telefónico.

—Shikamaru, encuéntrame en la entrada de tu departamento en cinco minutos. Acaba de llamarme la policía —informó él— Han capturado a Shiho.







































—Maldición —maldijo el Uchiha, caminando en dirección a su departamento lo más rápido posible. Ya había anochecido, y hacía mucho frío para alguien que, como él, vesía sólo una musculosa y unos bermudas— ¿Por qué rayos tuve que quedarme sin comida en un momento como éste?

Fue entonces cuando la vio. No la había notado hasta entonces. Alguien se subió a una camioneta y huyó, no pude distinguir bien, pero cuando la camioneta partió, notó que había estado detenida junto a un callejón. En el callejón, había alguien inconsciente.

—Oye, ¿estás bi… —preguntó él mientras se acercaba— ¡¿Ino?!

Sus ojos oscuros no lo engañaban. Ino Yamanaka era quien estaba inconsciente sobre el frío suelo del callejón. Miró a ambos lados en busca de un culpable, pero no había ni un alma en toda la calle. Tomó las bolsas de supermercado que traía con una mano y agarró a la rubia con la otra, y la cargó de regreso a su departamento. Resolvió llamar desde allí a Sakura, ella sabría que hacer, después de todo era una médica y era la mejor amiga de la Yamanaka…

























—¿Estás lista? —le preguntó Utau.

Hinata estaba detrás de la gran cortina negra de la derecha del escenario. Ya había anochecido en el Sawgrass Mall, y el escenario en el centro del shopping había captado la atención de la gente, y gracias a la popularidad de Utau el público era inmenso, no había ni un lugar vacío. Hinata tragó saliva, luego respondió decidida. Ya no había vuelta atrás.

—Hagámoslo —dijo la Hyuuga, y ambas salieron a escena.

—Suerte, Hinata —le deseó Sakura al verla partir.

—¿Sabes cómo funciona esto? —le preguntó Utau con una sonrisa malévola, mientras todos aplaudían a las dos féminas.

—Serán dos canciones, un cover y una original —se adelantó una voz desconocida. De quien sabe donde, surgió Kakashi Hatake para contestar esa pregunta.

—¿Qué hace usted aquí? —preguntó Hinata, extrañada.

—Yo lo llamé para que haga de presentador y juez —explicó Utau.

—En caso de empate, habrá una tercera canción aleatoria —continuó con la explicación el Hatake.

—Sí eso es todo, empecemos —declaró Utau— Comenzaré con mi canción original, así que Hinata, apártate.

Hinata y Kakashi se hicieron a un lado mientras Utau tomaba un micrófono y comenzaba a interpretar su canción, “Meikyuu Butterfly”. Era una canción espléndida, el público además la conocía y plaudía a Utau con fervor.


Utau:
“Open your shiny eyes in the silent night
fushigi na yoru maiorita,
ashioto tatezu shinobiyoru
nayamashi ge na kuro neko no poozu”


La canción de Utau continuó mientras ella sonreía al público. “Es una profesional” reconoció mentalmente Hinata. “¿Cömo podría compararme con ella?”


Utau:
“tsuki akari o se ni ukabu shiruetto
'kocchi e oide' to hohoende temaneki

yokubou no kage ugomeku machi
tenshi no furi de samayoi
taisetsu sou ni kakaeteru
ikiba no nai ai no kakera

nemuri ni tsuku koro anata mo dokoka de
shiawase na yume o mite iru no?
hoshizora ni kisu o shite ii ko wa mou oyasumi

mitsumenaide tsukamaenaide
mayoikonda batafurai
jiyuu utau dare ni mo mienai hane
kakushiteru no anata no mune no oku”


Utau finalizó su canción y todo el mundo la aplaudió. Le entregó el micrófono a Hinata, quien avanzó temblorosa hacia el centro del escenario. Respiró profundamente, pero os nervios seguían estando allí, al igual que toda esa gente…


“Qui… quiero invitarte a co…”


No pudo ni comenzar a cantar su canción, Para Vos, la canción que había cantado por primera vez en su cumpleaños. Estaba demasiado nerviosa, no podía hacerlo…

—¡Hinata! —gritó Naruto desde detrás del escenario— ¡Olvídate de toda esa gente! ¡Tan sólo canta, canta tan bien como tú sabes hacerlo!

—Naruto… kun… —murmuró la Hyuuga, luego asintió y tomó el micrófono con ambas manos, decidida— Perdonen por eso, pero ahora sí voy a comenzar a cantar.


Hinata:
“Quiero invitarte a conocer,
la vida que imaginé…
donde no existe el dolor,
y cae un río de amor…”




































—Aquí es —indicó Marik, abriendo la puerta del apartamento.

“Namu” abrió la puerta del apartamento 2B de ese edifico sobre la calle Hitsuya. Tenten entró, era espacioso y contaba con un balcón con una bonita vista. Había dos habitaciones, supuso que una pertenecía al rubio y la otra a su hermano.

—¿Este es tu hermano? —preguntó la modelo amnésica, observando una foto en la cocina.

—Sí, es mi hermano Odion, y ella es mi madre. Él se fue de la ciudad a visitarla —dijo el Ishtar, que estaba revisando la heladera— Tengo poca comida, ordenaré una pizza. ¿Qué sabor te gusta?

—No lo sé, no lo recuerdo —confesó Tenten con una sonrisa optimista— Tendremos que averiguarlo. ¿Y dónde vive tu madre?

—En El Cairo —contestó él, tomando el teléfono— Toda mi familia, incluído yo, somos de Egipto.

La pizza no tardó mucho en llegar. Marik contaba también con un vino y le sirvió una copa a cada uno, mientras cortaba un pedazo de pizza para cada uno. Alzó la copa para brindar.

—¿Por qué brindamos? —preguntó ella.

—Porque pronto recuperes la memoria, y porque al menos pueda sacarte una sonrisa esta noche —propuso él, a lo que ella sonrió mínimamente— ¿Ves? Ya vengo por un buen camino…

—Gracias, Namu —sonrió Tenten, chocando sus copas y luego procediendo a cenar.



































Hinata se mordió el labio inferior. No había estado mal su canción, pero Utau demostró ser superior y ganó la primera ronda. La segunda ronda eran covers. No sabía cual elegir, Sakura le eligió una canción por ella y le dijo que pensara mientras la cantaba. La canción era “Teenage Dream” de Katy Perry. Utau nuevamente abrió el show, esta vez con “I Love Rock And Roll” de Brtney Spears.


Utau:
“I saw him dancin’ there by the record machine…
I know he must have been about seventeen…
The beat was going strong
Playin’ my favourite song
I could tell it wouldn’t be long
Till he was with me, yeah with me
I could tell it wouldn’t be long
Till he was with me, yeah with me
Singin’”


“I love Rock & Roll,
So put another dime in the jukebox baby
I love Rock & Roll,
So come and take the time to dance with me”



































Tsunade golpeó con su increíble fuerza la dura y fría pared gris de la celda. Era una celda sucia, oscura, solitaria, mal iluminada, y la única compañía que tenía la desolada Senju era la del manager, que simplemente estaba cruzado de brazos, con expresión triste y mirándola golpear inútilmente la pared.

—Mierda —maldijo la rubia, golpeando por última vez la pared al tiempo que una lágrima resbalaba por su mejilla y moría en el suelo.

—Pronto saldremos, Tsunade —le aseguró Jiraiya, aunque sin mucha convicción en su voz.

—¿Cuándo? —preguntó ella, sin voltearse— ¿Una semana? ¿Dos? ¿Un mes? ¿Un año? Cheryl, ella…

—Tsunade —interrumpió el albino, acercándose a ela y tocando su hombro— De nada sirve que te preocupes así…

La Senju se volteó y lo abrazó. Lo hice instintivamente, necesitaba de su contención en un momento como este. Y además… sentía culpa. Se sentía culpable de que por ayudarla a ella, en este momento él también tuviera que pagar, todo por su culpa…

—Perdóname —susurró la blonda— Es por mi culpa que tú… que tú también estés…

—Tú ya deberías saber el porque estoy yo aquí —la interrumpió él— Aquí… contigo…

Flashback​

La rubia oyó suaves golpeteos en la puerta de su habitación. El manager reveló su identidad y ella le permitió pasar, tras soltar un bufido, clara señal de que aún estaba enfadada.

—Si vienes a disculparte, pierdes tu tiempo —escupió ella enseguida. Lo que acababa de pasar la avergonzaba tremendamente.

—De hecho, a eso venía —aseveró el albino— No fue mi intención, Tsunade. Es sólo que me perdí y…

—No lo menciones, por favor —le pidió Tsunade inmediatamente.

—Sólo quería decirte lo bella que te ves, no has cambiado en lo absoluto —le sonrió Jiraiya seductoramente. Y se dio vuelta para irse, su primera noche en la casa de la Senju no había empezado con el pie derecho pero esperaba con esto poder enmendarlo un poco…

—Jiraiya —la voz de Tsunade lo hizo detenerse al instante— ¿Antes tú… tú pensabas que…

—Eras hermosa —completó él— Realmente jamás me animé a invitarte a salirpor una sencilla razón.

—¿Cuál? —se intrigó ella.

—Me golpeabas por lo menos tres veces al día, dudaba poder sobrevivir —explicó el hombre.

—Oh —comprendió la Senju.

—Buenas noches —se despidió él, dispuesto a irse.

—Jiraiya —pero la voz de Tsunade lo hizo detenerse nuevamente— Perdonporhabertetratadoasi.

—¿Qué? —preguntó él, la mujer dijo todo tan rápido que no comprendió nada.

—¡Dije perdón por haberte tratado así! —exclamó ella, tanto apenada como sonrojada.

—No te hagas problema —le sonrió el manager.

—¿Puedo pedirte un favor? —pidió la jefa del hospital— ¿Podrías… darme… un abrazo?

No se tardó ni un segundo en abrazarla. La contuvo con fuerza, ella se sintió tan cómoda entre sus brazos, tan cálida y protegida, como si fuera invulnerable a cualquier cosa que sucediera fuera de aquella habitación.

—Te quiero —susurró ella con una voz dulce que hacia tiempo que no usaba.

Acercó su rostro al de él y lo besó. Las caricias no se hicieron esperar, la pasión se apoderó de ellos mientras continuaban ese apasionado beso. No les importaba si se quedaban sin oxígeno, solo les importaba continuar besando al amor de su vida, esa persona por lo que sentian tanto, tanto que había sido guardado y escondido por tanto tiempo…

Fin Flashback​

—Te quiero, pervertido —susurró ella dulcemente al oído de Jiraiya mientra éste la abrazaba.

—Yo también te quiero, Pechunade —murmuró él con una sonrisa.

Pero contrario a lo que cualquiera esperaría, Tsunade no se transformó en una fiera y comenzó a golpearlo como si su vida dependiese de ello. En vez de eso, la Senju simplemente dejó salir una pequeña risita con aires de inocencia, mientras él acariciaba sus rubios cabellos con dulzura.

—Oye… Tsunade… —murmuró él— Sabes que estuvimos casados todo este tiempo ilegalmente, ¿verdad?

—No me digas —dijo con ironía la médica.

—¿Qué dices de hacerlo legal? —propuso él— Claro, no es la mejor situación para discutirlo, no tengo anillo pero…

—Acepto —lo calló ella, poniendo su dedo índice sobre los labios de él.

Porque ella hora ya sabía que por más de que no estuviesen rodeados de cosas bonitas, de que a su alrededor no todo brillara, de que no tuviese el anillo ni estuviese arridillado como correspondía, ella sabía que eso no importaba, porque sabía que lo amaba con locura y pasión. Tuvieron que separarse cuando oyeron los pasos del guardia de la celda.

—Senju, Garan, quedan libres —reveló el guardia, abriendo la celda.

—Pero… ¿cómo? —musitó Tsunade, incrédula.

—Alguien pagó su fianza —informó el hombre, guiándolos fuera de la celda a encontrarse con una mujer.

—¡¿Tú?! —exclamaron los dos al unísono.

—Sí, yo —respondió Mei con una sonrisa.

—Pero... si tú nos sacaste… tú trabajo… —comentó Tsunade.

—Prefiero estar desempleada que trabajar para una vieja perra envenenada como esa —interrumpió Mei, y ambas mujeres rieron.




































Concluída la presentación de Utau, Hinata avanzó a escena. Su canción anterior había ganado la atención del público, pero la canción de Utau era demasiado conocida para que una desconocida como ella pudiese ganarle. Sin embargo, sus voces eran similares, ambas jóvenes usaban un tono dulce y melodioso en sus canciones, incluso en temas más pesados y rockeros como el recién interpretado por la Hoshina.

La Hyuuga tomó aire y miró su derecha, donde Ikuto observaba todo con detenimiento. A su izquierda, estaba Naruto, observando todo apenado. ¿Cómo podía definir lo que sentía por esos dos hombres? Recordó entonces lo que le dijo la Haruno cuando eligió la canción por ella. “Piensa en tus sentimientos cuando cantes. El hombre que te haga sentir como describes en tu canción, es el que amas de verdad…”


Hinata:
“You think I’m pretty, without any make-up on
You think I’m funny, when I tell the puch line wrong
I know you get me, so I’ll let my walls come down,
Down…”

“Before you met me, I was a wreck
But things were kinda heavy, you brought me to life
Now every February, you’ll be my valentine,
Valentine…”

“Let’s go all the way tonight
No regrets, just love
We can dance, until we die
You and I, we’ll be young forever”

“You make me, feel like I’m living a
Teenage dream, the way you turn me on
I can’t sleep, let’s run away and
Don’t ever look back, don’t ever look back
My heart stops, when you look at me
Just one touch, now baby I believe
This is real, so take a chance and
Don’t ever look back, don’t ever look back…”


“Mis sentimientos…” murmuraba internamente la Hyuuga, y de repente sus ojos se abrieron bien grandes. ¿Cómo había podido siquiera dudarlo? La persona que la había ayudado a salir adelante, que se había preocupado por ella, que reía de sus sonrojos y tonterías, que creía que ella se veía hermosa aún cuando no se había siquiera arreglado, peinado o maquillado, el que hacía que sus mejillas se encendieran con sólo tenerlo cerca y que causaba que con solo tocarla su corazón se estremeciera, sin duda su amor correspondía a una sola persona…

Flashback​

—Ya llegué —anunció Deidara al ingresar a su casa.

Era ya de noche. Concluída la exposición, Sai muy amablemente lo alcanzó hasta su hogar.No oyó a nadie, así que simplemente subió a su estudio de arte y dejó allí los cuadros que no había podido vender, es decir, todos. Eso lo llenaba de rabia, por lo que se puso a dibujar para desquitarse.

—Llegaste —se oyó una tenebrosa voz desde las sombras.

El rubio artista se volteó de inmediato, dejando a un lado sus cosas de arte para ver a Shiho Nanako en el marco de la ventana, su cabello rubio desarreglado meciéndose con el viento y sus gafas espiraladas reflejando la luna.

—Tú eres… la loca… —la identificó Deidara, y ella simplemente rió.

—Así que así me llaman —dijo ella— Pues sí, soy “la loca”.

—¿A qué viniste? —preguntó él inmediatamente enojado, sabía lo que le había hecho a su vieja amiga Temari.

—Sabes bien a que vine —aseveró ella— En esta historia de amor, nosotros vendríamos a ser los dos que salen perdiendo, así como los “losers” en el amor. Pero eso peude arreglarse. Yo me quedo con Shikamaru y tú con Temari, ¿qué dices? ¿Socios?

Ella le tendió una mano para afianzar el trato. Él la miró, luego miró la mano que le tendía. Pensó las cosas un momento y luego se decidió… tomó su mano con seguridad… y luego la apretó con todas sus fuerzas, haciendola retorcerse de dolor. Luego la noqueó con una poderosa patada.

Fin Flashback​

—Así que eso fue lo que pasó —comprendió Shikamaru, una vez finalizado el relato de Deidara.

—Supongo que después de todo te sirvió hacer karate en la secundaria —aseveró Gaara.

—Eso creo —dijo Deidara con una sonrisa orgullosa— Por cierto, ¿dónde está Temari?

—En mi casa, Matsuri se quedó con ella —explicó el Nara.

Estaban en la puerta de la casa del rubio. La policía se estaba llevando a Shiho en un patrullero, como el manicomio de la ciudad tenía ua pésima seguridad, decidieron pagarle a la loca una estadía en un campo lejano de la ciudad, un lugar alejado llamado Sunagakure, para que no volviese a molestar.

A algunas cuadras de la escena, se encontraba Kankuro, subiendo sus maletas al baúl de un taxi. Tras haberlo logrado, cerró el baúl y se sentó en el asiento trasero del taxi.

—¿A dónde me dijo que lo llevara? —preguntó el taxista, un hombre viejo que se estaba quedando pelado.

—A Sunagakure, a la estancia Sabaku No —indicó el castaño.







































—Naruto-kun —sonrió Hinata, mirando hacia donde el rubio se encontraba. Le extendió una mano, y el Uzumaki se acercó a tomarla.

Hinata:
“I might get your heart racing,
In my skin-tight jeans
Be your teenage dream tonight
Let you put your hands on me,
In my skin-tight jeans
Be your teenage dream tonight…”

Hinata tuvo que dejar de cantar para poder besarlo. Hacia ya mucho que no lo besaba, bueno, en verdad desde la noche anterior, pero se sintió como años para ambos. No pudo contener su amor, rodeó el cuello delrubio con ambos brazos mientras él no se apartaba del amor de su vida.


Utau:
“You make me, feel like I’m living a
Teenage dream, the way you turn me on
I can’t sleep, let’s run away and
Don’t ever look back, don’t ever look back…”


Hinata y Naruto tuvieron que dejar de besarse para creerlo con sus propios ojos. Era Utau quien ahora cantaba, y lo hacía sonriéndole a la pareja. Parecía ser que por fin se había dado cuenta de lo equivocada que había estado, que no tenía sentido competir tras haber presenciado el amor que se tenían esos dos…









































Los ojos claros de la Yamanaka se abrieron con lentitud. Ino no reconoció bien el lugar, era un apartamento, sin duda, estaba acostada en un sillón de cuero negro, tapada por una manta marrón. Se sentó apropiadamente y vio a alguien hablando por teléfono de espalda a ella.

—¿Sasuke-kun? —murmuró Ino.

—No puede ser, contestador otra vez. Sakura, ¿dónde estás? —se quejó el Uchiha, colgando el teléfono. Se volteó hacia la blonda— Por fin despiertas, Ino.

Entonces, los ojos de Ino se iluminaron. Literalmente. Una luz blanca muy extraña apareció en sus irises celestes en cuanto hizo contacto visual con el novio de la Haruno. Inmediatamente, se puso de pie de un salto.

—Buenos días, Sasuke-koi —saludó ella con un otno jovial, fresco y seductor.

—Es de noche —la corrigió él— Un momneto… ¡¿Sasuke-koi?! (A/N: Koi es como se le dice a los novios en japonés)

—Ay, no te preocupes, no te incomoda ¿verdad? —a cada palabra, Ino se acercaba más a Sasuke, hasta que lo arrinconó contra una pared— Wow, ¿qué te pasó acá?

—¿Dónde? —preguntó él, suponiendo que tenía una mancha o un raspón que no había visto.

—Aquí —pero en vez de eso, la Yamanaka tomó el brazo del Uchiha y comenzó a tocarlo y acariciarlo— Increíble. ¡Que bíceps! ¿Vos estás yendo al gimnasio? ¿O estás tomando algún tipo de vitaminas? Porque… wow, sencillamente estás como más…

—Ino, ¿qué rayos te pasa? ¿Te sentís bien? —preguntó Sasuke, que no comprendía esa faceta promiscua y provocativa de la médica.

—Es que nose que me pasa pero… —sentenció ella— Me encantás.

Y dicho esto, lo besó en los labios antes de que él tuviese tiempo de reaccionar. El beso duró unos segundos, él abrió los ojos como platos al sentir su beso. Ella lo siguió besando desenfrenadamente, pero pasados unos segundos, sus ojos recobraron su normalidad y volvió ella misma a la normalidad… y ella abrió los ojos como platos…

—¡No! —gritó ella, saltando hacia atrás y apartándose tan rápido como le era posible de él.

Él cayó sobre sus rodillas, sin poder creer lo que acababa de suceder. Ella corrió al baño y se lavó la boca con cepillo, dentífrico, jabón, incluso shampoo y acondicionador (y de paso, realizó en su mente una nota mental de preguntarle luego a Sasuke para que rayos tenía acondicionador). Quería vomitar, porque así se sentía. Como el vómito, no podía haberlo hecho, traicionar a Sakura…

—¡Eso fue terrible! —gritó la Yamanaka.

—¡Horrible! —la secundó el azabache.

—Espera —dijo, saliendo del baño y con el fin de conservar algo de su orgullo— ¿El beso o la situación?

—El beso fue bueno —confesó él, pero luego se tapó la boca horrorizado— ¡Pero eso es malo!

—¡¿Ahora que mierda hacemos?! —exclamó la doctora, al borde de la histeria.

—Tenemos que mentir, por supuesto —dijo Sasuke— ¡¿Tienes una mejor idea?! ¡Esto nunca sucedió!

—¡¿Realmente puedes hacer eso?! —sollozó la chica— ¡¿Realmente puedes mirar a Sakura y a Sai a los ojos y no odiarte o querer matarte?!

—Tenemos que… —objetó el muchacho, con sequedad en su voz, y tristeza en sus ojos…






Continuara…










¿Cuál fue tu parte favorita de este largo capitulo?
Debe ser feo estar en esa lista de Itachi, ¿no?
¡¿Se casarán Jiraiya y Tsunade?!
¿Se habrán acabado de una vez las locuras de Shiho? (Me pregunto cuantas veces hice ya esta pregunta XDDDD)
¿Cuál fue tu canción favorita de todas las que cantaron Hinata y Utau?
¿Podrán Ino y Sasuke esconder este terrible secreto?






Proximamente....

-¡Secretos revelados! ¡El origen de Easter!
-¡Terrible culpa! ¡El dolor de Ino y Sasuke!
-¡Plan de recuperación! ¡Cheryl Mashiro!
-¡Viendo el futuro! ¡Ishizu y Tenten!
-¡La búsqueda de Kankuro! ¡La salvación de Shiho!
-¡Experimento final! ¡Hinata Hyuuga!

 

¡Holis!!!​

Bueno, esto es algo triste de anunciar, pero no volvere a subir capitulos hasta enero :(​

Lo se, sueno como una mala persona, pero por mas que me esfuerze no creo que llegue a terminar el capitulo 26 para antes del 2 de enero, dia en que me voy de vacaciones con mi familia. Y regreso de esas vacaciones el 15, y el mismo dia me voy para pinamar con mis amigas!! En fin, hasta fin de enero lamento decir que no estare mucho por aqui​

Ademas, como habran notado, mi aparicion x el foro bajo muchisimo, eso es porque en las vacaciones apenas si estoy en mi casa. Ultimimente estoy siempre con mis amigas, yendo de la casa de una a la de la otra, o con Eze, mi novio, y apenas si anduve por casa xD. Recien hoy tuve tiempo de ponerme a escribir, gomen!!​

Como sea, volvamos a la historia, para todas las que no entienden muy bien que es Easter este capitulo les parecerá muy interesante, ya que se explica casi todo (lo que falta queda para el capitulo 26 :o)​

Oh, y aca les dejo el link a la cancion, es una de mis favoritas, muyhermosa y 100% recomendable!!!​

Besote que me estoy llendo! Disfruten y comenten!!!​

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Capitulo 25​

El tiempo pasó. Días, uno tras otro, pasando tan velozmente que se convirtieron en semanas. Apenas si se dieron cuenta nuestros protagonistas de lo rápido que pasaba el tiempo.

Durante este tiempo, Ino y Sasuke vivieron con mucha presión y un ambiente a su alrededor siempre tenso. No se animaban ni a cruzarse las miradas, con fin de no levantar sospechas. Pero cuando la situación pasaba a mayores, cuando Ino flaqueaba, varias veces estuvo a punto de confesar, siempre salvada por el Uchiha. Y aunque el dolor era insoportable para cualquier ser humano, Sasuke lo soportaría porque no había nada que el odiaría más que lastimar a su amada Sakura, así como Ino tampoco podría hacer sufrir a Sai y haría todo lo posible para no herirlo.

Pero este tiempo también trajo cosas positivas. Homura, el anciano del Departamento de Adopción, se jubiló, y poco después la vieja Koharu pasó a mejor vida (aunque según Tsunade terminó en el infierno). El puesto fue ocupado por Hiruzen Sarutobi, un anciano de muy buen corazón y padre de Asuma. Él logró un acuerdo con Jiraiya y Tsunade, entregándoles la custodia definitiva de Cheryl una vez que el matrimonio seconsolidara. El casamiento es en tan sólo unos días, y Shizune fue la encargada de todo lo referente a la ceremonia por iglesia, así como de la celebración luego, el brindis, en fin, Tsunade la puso a trabajar de “wedding planer”.

Shikamaru se mantuvo ocupado con algo que lo preocupó desde aquella vez que estuvo cerca de morir. Las últimas palabras de su padre lo llenaban de intriga, por lo que se puso a investigar quien era el tal Easter del que Shikaku había hablado. No obtuvo muchos buenos resultados, pero Naruto le informó lo que había oído de Utau e Ikuto el día del concierto de Hinata y Utau, por lo que resolvieron juntarse con la cantante para averiguar algo.

Y hablando de Naruto, después del recital su relación con Hinata anduvo de mil maravillas. Su amor floreció como una hermosa rosa, cada día estaban más unidos que nunca, hasta que finalmente sucedió. Hinata decidió que había que dar un paso más adelante y resolvió mudarse con el Uzumaki. El rubio aceptó, Ikuto se mudó al departamento de la Hyuuga y la modelo comenzó a vivir con Naruto, lo cual trajo un poco de orden al desordenado apartamento del chico.

Neji siguió buscando a Tenten sin rendirse. Imprimió miles de papeles que decían “Buscamos a Tenten Ama”, y sus amigos se repartían los días para ayudarlo. Hinata, Naruto, Temari y Sakura eran quienes más lo ayudaban, pero claro que todos colaboraban a la hora de buscar a su amiga perdida. El Hyuuga apenas si comía o dormía, y su rendimiento en el club bajó preocupantemente a ojos de Asuma.

Tenten, por su parte, no tenía ni la más remota idea de todo lo que ocurría en su ausencia. Ella siguió viviendo con “Namu”, indiferente a toda la gente que la necesitaba y extrañaba. Sin embargo, sucedió algo inesperado. Un día, despertó súbitamente y recordó su nombre. No sabía como lo logró, pero solo sabía que al despertar, ella sabía que su nombre era Tenten. Marik, preocupado, contactó a Orochimaru, quien le dijo que solo eso sabría por ahora, que tardaría al menos un año en recobrar siquiera la mitad de sus recuerdos, como había sucedido en el caso de Kushina.

Kankuro permaneció todo este tiempo en el campo de su tío Yashamaru en Sunagakure, haciendo una vida tranquila que lo ayudó a intentar olvidar a Matsuri. No tardó ni tres días en enterarse, gracias a Shikamaru que lo llamó para ver como estaba, que Shiho se encontraba en ese mismo pueblo. Fue a verla para cerciorarse que seguía allí encerrada, y en efecto la encontró en el manicomio del pueblo, cuya seguridad era bastante eficiente. Sin siquiera darse cuenta como, Kankuro terminó pasando con ella varias horas, era la única persona que conocía en todo el pueblo y con él no parecía comportarse tan loca, pero cuando se nombraba a Shikamaru, su locura regresaba y los guardias debían intervenir. Sin embargo, Kankuro disfrutaba de alguna manera de su compañía, y llegó a conocer bastante de ella durante esos días en Sunagakure.







—Es aquí, dattebayo —dijo el Uzumaki, entrando a la tienda de ramen, seguido por su amigo de cabello castaño en forma de piña.

Naruto y Shikamaru ingresaron a Ichiraku Ramen. No había mucha gente, no más de dos o tres personas comiendo silenciosamente. Los dos futbolistas caminaron hacia la barra del centro, donde Hoshina Utau comía su ramen con tranquilidad. Para sorpresa de los muchachos, había una gran pila de platos vacíos a su lado, parecía que la cantante andaba con hambre.

—¿Tú comiste todo eso? —se sorprendió Naruto.

—El ramen es mi comida favorita —comentó Utau sin inmutarse— Uzumaki Naruto, ¿a qué me has llamado?

—Quiero saber… —comenzó Naruto.

—Queremos saber —interrumpió Shikamaru— Sobre Easter.

Entonces, la rubia por poco y se atragantó con su comida. Dejó el platillo a un lado y giró el rostro para enfrentar a los muchachos con ojos desafiantes.

—¿Por qué les interesa Easter? —quizo saber ella.

—Es complicado de explicar —murmuró el rubio.

—Y problemático —añadió el Nara— Pero realmente necesito saber sobre ellos. Mi padre me advirtió que me cuidara de ellos.

—Y lo bien que hizo —opinó la hermana de Ikuto— Esta bien, les contaré la historia de Easter…










































Del otro lado de su escritorio, Jiraiya le sonrió. Tsunade se sonrojó levemente, luego regresó al tema que estaban discutiendo en la oficina del manager.

—Debemos decidir que color de flores queremos —mencionó Tsunade— Las rosas son demasiado románticas para mi gusto, las violetas no son mi estilo… Oh, y tenemos que decidir la torta. Además, aún no he decidido el vestido, no me gustó ninguno de los modelos que me mostró Shizune. Y también…

—Tsunade —la interrumpió el albino— Ya tranquilízate. Sabes que los detalles son lo de menos, mientras seas tú la que me acompañe al altar…

El rsotro de la Senju se encendió y ella no pudo evitar sonreir. Podía no ser el hombre ideal y romántico que ella esperaba, pero aún así era el hombre que amaba, y esas palabras no hacian más que confirmarlo. Se habría arrojado a sus brazos de no ser porque alguien golpeó la puerta suavemente.

—Adelante —permitió Jiraiya, y se sorprendió de ver a Ikuto en su puerta— Tú eres… ese amigo de Naruto… ¿verdad?

—Amigo… —murmuró el Tsukiyomi— Sí… supongo que podría decirse que sí…

—¿Y en que puedo ayudarte? —preguntó el hombre.

—Creo que mejor me retiro —decidió la blonda— Hablamos después, Jir…

—No, por favor… quédese también —le pidió el joven de irises como zafiros— Necesito hablar con ambos.

—¿Qué se te ofrece? —se intrigó la mujer.

—He oído un rumor —informó Ikuto— Que Orochimaru Kujira es el líder de Easter.

—Orochimaru… —musitó Jiraiya con calma— Sí, según he oído ese es su trabajo hoy en día. ¿Por qué ese interés en él?

—Mi nombre es Tsukiyomi Ikuto —reveló el joven— Soy el hijo de Tsukiyomi Aruto…



































—Mi familia ha sido la dueña de Easter por generaciones —inició su relato el cantante— Tsukiyomi Aruto, mi padre, fue el jefe anterior de la compañía.

—¿Y qué hace exactamente la compañía? —preguntó el arquero.

—En aquellos tiempos donde nos pertenecía, Easter era una financiera —explicó la Tsukiyomi— Realizaba préstamos a pequeñas y medianas empresas para que pudiesen progresar y luego devolvían el dinero una vez que prosperaban, es algo más complicado que eso pero básicamente de eso se trataba. También eran auspiciantes de recitales y conciertos, los míos incluídos. Mi camino como cantante comenzó gracias a Easter, luego dejé la empresa para independizarme y ganar dinero por mi cuenta, sin tener que depender de Easter. Pero todo cambió cuando mi padre desapareció.

—¿Desapareció? —se sorprendió Naruto.

—De un día para el otro, nada más se supo de él —relató ella con cierta tristeza— Mi madre, Souko Hoshina, nunca fue una persona muy fuerte, y con la desaparición de mi padre su frágil corazón estalló en mil pedazos. Dos meses después de su desaparición, ella enfermó gravemente y murió poco tiempo después.

—Lo siento —dijeron los dos muchachos al unísono.

—Esta bien —prosiguió la rubia— Pero en esos momentos mi hermano no tenía ni la mitad de la edad necesaria para tomar el control de la compañía, así que comenzó una gran disputa entre poderosas familias que deseaban adquirir la empresa. Al principio el control fue tomado por un anciano llamado Kazuomi Hoshina, hermano mayor de mi madre, pero murió al poco tiempo ya que su salud no era mucho mejor que la de ella.

—¿Y quién tomó el control entonces? —demandó saber el castaño.

—Eso es algo que desconozco —contó la cantante— Mi hermano y yo fuimos adoptados por los Hotori, una familia muy bondadosa que cuidó de nosotros con mucho amor. Cuando Ikuto cumplió la mayoría de edad, intentó recobrar la empresa, pero nadie le hizo caso. La compañía mudó sus oficinas centrales a esta ciudad, según habíamos oído, y poco tiempo después el vino aquí para averiguar sobre Easter, porque había estado actuando muy extraño.

—¿A qué te refieres con extraño? —preguntó Shikamaru.

—Desde que obtuvo un nuevo director, Easter dejo de actuar como empresa financiero o auspiciadora —les dijo Utau— Sus actividades se reducieron increíblemente, de hecho jamás financiaron o auspiciaron nada más. Para tratar de obtener información, fingí un concierto que necesitaba que auspiciaran, y lo que me dijeron fue que no realizaban ese tipo de actividades, lo que me dejó perpleja y muy confundida. Además… ha habido desapariciones…

—¿Desghapajitiotes? —“dijo” Naruto. Su boca estaba llena de ramen, el cual había dejado Utau y él ahora comía sin problema alguno. Tragó, y luego habló claramente— ¿Desapariciones?

—Así es. Mucha gente ha desaparecido desde que Easter comenzó a moverse extrañamente, todos de esta ciudad. También, he visto una viso en el diario donde realizaban una especie de pruebas en la gente, inofensivas claro, pero me llamó mucho la atención —explicó Utau, sacando una lista de su bolsillo— Esta es la lista de gente que ha desaparecido. Todos ellos han tenido en algún momento de su vida contacto con Easter, y todos aquellos que están resaltados con resaltador rosa fueron hallados muertos.

Shikamaru y Naruto leyeron la lista con ojos desorbitados. La encabezaban Hiro y Mikato Ama, ambos resaltados en rosa. Luego venían Fugaku y Mikoto Uchiha, padres de Sasuke y ambos también resaltados. Seguían la lista Minato Namikaze, Kushina Uzumaki (la cual no estaba resaltada), Inoichi e Inechi Yamanaka, Shikaku y Yoshino Nara, Hanara Haruno (que tampoco estaba resaltada), Hiashi Hyuuga, y la lista continuaba, pero luego de leer eos nombres los chicos ya habían tenido suficiente.

—Mis padres… —murmuró el Uzumaki— ¿Por qué están…

—Supongo que eres el hijo de Kushina Uzumaki y su esposo Minato —supuso Utau— Él murió por envenenamiento, pero jamás se encontró el cuerpo de Kushina, a pesar de que desapareció.

—¿Envenenamiento? Me habían dicho que… fue un.. ataque cardí… —murmuró el Uzumaki, al borde del llanto. Shikamaru lo contuvo, algo a regañadientes pero era su amigo después de todo.

—Tranquilo Naruto —susurró su amigo, soteniéndolo, con su brazo alrededor del Uzumaki— Utau, mis padres en esta lista… ¿acaso significa que ellos causaron su muerte?

—No puedo confirmarlo —afirmó ella— Pero si es seguro que tuvieron contacto con Easter, luego desaparecieron y fueron hallados sin vida…

—Los padres de Sasuke —musitó Naruto, releyendo la lista— El teme me contó que quedó huérfano a los seis años, y luego su hermano lo abandonó. Y Hiashi Hyuuga… es el padre de Hinata, se supone murió el año pasado de un ataque cardíaco.

—La historia de los Hyuuga es muy problemática —dijo Utau, Shikamaru algo molesto de que ella usara su palabra favorita— Según los rumores, Easter fue quien contrató a un secuestrador para obtener a Hinata y experimentar con niños, pero el plan fue un fracaso total y tanto el secuestrador como Hizashi Hyuuga, tío de Hinata, murieron.

—Entonces… ¿Easter fue quien causó la muerte del padre de Neji? —soltó Naruto— ¿Y qué por eso Neji odiara a Hinata?

—Es una posibilidad —aceptó Utau— Pero recuerden que esto son solo rumores, nada concreto.

—Hanara Haruno es la madre de Sakura-chan, mi tía —agregó Naruto— Ella esta muy enferma, lo esta desde que eramos pequeños, y Sakura-chan me dijo que aún no ha mejorado, sino que sigue empeorando. Actualmente se está tratando en el hospital Kunoichi, donde trabaja Sakura-chan.

—Yo creo que puede tratarse de envenenamiento —opinó la Hoshina— Un veneno similar al que mató a Minato, haciéndolo parecer una muerte por causas naturales. Pero hasta aquí llegó mi investigación, Ikuto se ocupó de recolectar más información pero aún no tenemos nada más.

—Utau-chan… gracias por tu tiempo —le agradeció el Uzumaki— No te preocupes, descubriremos a esos malditos.

—Gracias… Naruto… —sonrió Utau mientros los deportistas se retiraban.








































—Así que eres el hijo de Aruto… —murmuró Jiraiya.

—Debí haberme dado cuenta, eres idéntico a él —comentó Tsunade con una cálida sonrisa— Supongo que sabes que nosotros conocemos a tu padre.

—Por lo que me contaron, ustedes dos fueron, junto con Orochimaru, al mismo colegio que él —dijo Ikuto— Y fueron sus tutores, ya que él era unos años más joven que él.

—Pero muy inteligente —agregó el albino— Además, provenía de una familia que necesitaba que él aprendiera, para que él pudiese manejar la empresa familiar sin problemas, y por eso lo adelantaron algunos años.

—Era un excelente alumno, y un muchacho encantador —opinó la Senju— Pero luego tuvo que dejar la ciudad para convertirse en el director de Easter. Según oí, luego de algunos años se casó y tuvo dos hijos, pero luego desapareció y su esposa murió.

—Todo eso es cierto —aceptó el violinista— Mi tío tomó el control de Easter, pero falleció luego, y ascendió a director un hombre que aclamaba ser un viejo amigo de Tsukiyomi Aruto, y luego me enteré que fue su tutor en la secundaria Sannin. Investigué, y me enteré que tuvo como tutores a ustedes tres.

—Y como ves, ni Tsunade ni yo somos los líderes de Easter —completó Jiraiya— Eres tan listo como tu padre. Y estás en lo correcto, Orochimaru es el director de Easter. Pero luego de que ascendió, no volví a saber de él.

—Tampoco yo. Sólo oí que había regresado a la ciudad e instaló las oficinas centrales de Easter aquí, pero nada más —añadió la jefa del hospital Kunoichi— ¿Acaso tú sabes a que se dedica Easter?

—Es lo que quiero averiguar —dijo Ikuto— Pero al menos ya tengo donde seguir mi investigación. Gracias por su tiempo, Tsunade-sama, Jiraiya-sama.

—Ikuto —el manager lo llamó antes de que se retirara— Tal vez deberías saber algo más… —Ikuto volteó, intrigado— Tú padre sigue con vida.

—¿Cómo sabes eso? —preguntó el joven de cabello azulino.

—En mi cumpleaños, recibí esto —dijo Jiraiya, sacando de su escritorio una carta y entregándosela al Tsukiyomi— A pesar de los años, Aruto sigue mandándome cartas a menudo. Aunque me gustaría saber donde está, jamás pude rastrear el origen de esas cartas.

—Ya veo —murmuró Ikuto, devolviéndole la carta— Muchas gracias… Jiraiya-sama.






































—¡Buenos días! —exclamó Tenten, entrando a la cocina.

—Por fin despiertas —se sorprendió Marik al verla entrar.

—Es que tenía mucho sueño —rió la muchacha, abriendo la heladera y sacando un jugo de naranja.

—Bueno, yo iré a bañarme —dijo él, y salió de la cocina.

La modelo se sirvió un vaso de jugo y comenzó a tomarlo para refrescarse un poco. En eso, sonó el timbre del apartamento. La chica fue a abrir ya que “Namu” se encontraba aún en el baño, y se sorprendió de encontrar allí a la mujer de las fotografías que decoraban la casa, a esa mujer de cabello oscuro y aire misterioso, se sorprendió tanto que por poco dejó caer su vaso al suelo.

—¿Se encuentra Marik? —preguntó ella con calma.

—Tú eres… su hermana… Ishizu Ishtar —la identificó Tenten.

—Eso es correcto… ¿y tú quién eres? —preguntó Ishizu.

—Me llamó Tenten, soy… una amiga de Namu… —y luego encontró algo que no concordaba— Espera, tú dijiste que buscas a Marik. Aquí no vive ningún Marik, debes haberte confundido…

—No, yo estoy en lo correcto, dije… —negó Ishizu, pero se interrumpió a sí misma— Así que así es como lo quiere el destino…

—¿Qué? —preguntó la morocha de chonguitos, temiendo por la salud mental de esa mujer— Ishizu, ¿te encuentras bien? No estás loca, ¿verdad?

—Por supuesto que no —dijo la mujer egipcia— Tenten, ¿crees en el destino?

—Bueno, esa es una pregunta algo complicada… —opinó la morocha— Realmente no lo sé, soy amnésica pero… algo en mi interior suena cuando oigo esa palabra… tal vez este relacionada con mis recuerdos olvidados…

—Eso tiene sentido —comentó la Ishtar— Si me permites pasar, puedo decirte tu destino.

—Claro, pero, ¿cómo? —quizo saber Tenten, permitiéndole el paso.

—Es simple. Ven, siéntate —ordenó Ishizu, sentándose en la mesa de la cocina, y Tenten la imitó. Luego, sacó un mazo de cartas y cortó el mazo en tres pedazos— Escoge uno.

—El de la derecha —decidió la modelo amnésica.

Ishizu tomó los otros dos mazos, el del medio y el de la izquierda, y los mezcló entre sí. Luego, tomó el de la derecha que Tenten había escogido y lo desparramó sobre la mesa. El mazo consistía de nueve cartas, que quedaron arregladas en tres hileras de tres cartas cada una.

—La primera carta que de vuelta será el comienzo de tu destino —explicó Ishizu, dando vuelta dicha carta— Hmp. Interesante.

—¿El bufón? —preguntó Tenten, mirando la carta, que tenía una especie de payaso de cabello dorado, ojos claros, y una ampla sonrisa.

—Significa que hay alguien que tú conoces y es un bufón, una persona cómica —dijo Ishizu— La primera hilera es de la amistad, la segunda sobre el futuro, y la tercera sobre la fortuna. Esta primera carta simboliza a alguien con las características de un bufón que es un verdadero amigo.

—Tal vez este verdadero amigo me este buscando —sugirió Tenten con esperanza— Oh, por favor, sigue con esto Ishizu, puede ser de gran ayuda para mí.

—Si así lo deseas, seguiremos con la segunda carta —e hizo lo que dijo. La segunda carta era una mujer de cabello corto sin colorear, guantes blancos y ojos verdes— La doctora. Es extraño, pocas veces aparece, por lo general aparece el médico, que simboliza la salud. Pero la doctora en esta caso en la hilera de amistad significa que conoces a una persona que fue o es doctora.

—O conocía, mejor dicho —murmuró Tenten con desgano— ¿Qué sigue?

—La arena —dijo la Ishtar, dando vuelta la carta para revelar una figura encapuchada rodeada por arena— La tercer persona que es una amistad verdadera esta relacionada con la arena.

—Pero la arena no me recuerda a nada —comentó la joven.

—Prosigamos a la segunda hilera, el futuro. Esta es la más importante en lo que se refiere a tu destino —explicó la hermana de Marik, dando vuelta otra carta, donde salió un hombre con escasas vestimentas, un arco y una flecha— El cupido. Hay dos cartas que simbolizan el amor, esta y El corazón. Pero hay una diferencia, el corazón indica que vas a conocer al amor de tu vida, mientras que el cupido indica que ya lo conoces.

—Pero, ¿eso significa que ya lo conozco y lo olvide? —preguntó Tenten— ¿O acaso… —dirigió su mirada al baño donde Marik aún se duchaba y se sonrojó— ¡Sigamos con esto!

—Calma, por favor. Veamos como afecta la siguiente carta a la primera —dijo Ishizu serenamente, y dio vuelta para descubrir a un hombre y una mujer que se daban la espalda el uno al otro— El encuentro. Significa que ocurrirá un encuentro importante proximamente, y según las cartas esto está relacionado con el amor de tu vida. Ahora, presta atención, la siguiente carta es la más importante de todas.

—De acuerdo —afirmó Tenten, pero mientras Ishizu daba vuelta la carta…

—Tenten, ¿me das unos minutos con mi hermana? —Marik irrumpio en escena en ese preciso instante— Solo será un momento.

—Claro, me iré a bañar mientras tanto, pero cuando vuelvo seguimos con las cartas —decidió Tenten, y abandonó la habitación.

—Mira la siguiente carta, hermano —dijo Ishizu, mostrándole una carta completamente oscura— La muerte. Significa que el encuentro con el amor de su vida traerá la muerte.

—Ishizu, no puedes simplemente aparecerte así de la nada —la interrumpió su hermano— Tenemos órdenes, tú debes estar en los cuarteles generales mientras yo mantengo aquí a la desmemoriada.

—Sólo he venido a darte una advertencia —dijo Ishizu— Nosotros tenemos una razón para estar donde estamos, pero todo tiene un límite. Hermano mío, confío en que tu sabes donde queda ese límite.

Y con esas palabras, la enigmática mujer juntó sus cartas y se retiró.








































—¡Sai! —exclamó la Yamanaka, que no esperaba verlo parado en la puerta de su apartamento.

—¿Vine en un mal momento, preciosa? —preguntó su novio, extrañado por su reacción.

—N… no, ¡claro que no! Pero… ¿qué haces aquí? ¿Por qué viniste sin avisar? —preguntó ella algo nerviosa, haciéndolo pasar.

—Necesito hablar contigo, Ino —dijo él, poniéndose serio. Cerró la puerta y la Yamanaka quedó de espaldas a él, bien quieta pero escuchando— Hace días que estás rara. Puedo ser algo distraído, pero no soy Naruto. Sé que te pasa algo.

—Nose de que habl…

—Siempre que estoy a tu alrededor tartamudeas —la interrumpió el deportista— Siempre estas tensa y nerviosa cuando te veo, y tus besos son cada vez más fríos. Estás distante. Y no me has mirado a los ojos en semanas. Si no puedes confiar en mí y decirme que te pasa…

—Sai… —murmuró Ino, dándose vuelta para mirarlo con aquellos ojos claros al borde del llanto— ¿De verdad… quieres… saber… eso?










































Kankuro salió de la habitación especial que se usaban para las visitas al manicomio de Sunagakure. Al salir, se encontró con una persona que realmente no pensaba encontrar allí.

—¿Chiyo-sama? —se sorprendió el futbolista al ver a la anciana jefa de la aldea frente a él.

—Kankuro-san, ha pasado mucho tiempo —dijo ella— He oído que viniste de visita. Es bueno saber que no nos has olvidado. A pesar de que tus padres los criaron en la gran ciudad, ustedes venían aquí para las vacaciones de verano.

—Sí, eran buenos tiempos. También oí que su nieto Sasori esta viviendo en la ciudad, aunque no lo he visto personalmente —comentó el Sabaku No.

—He estado trabajando como médica en el caso de esta amiga tuya, Shiho —dijo Chiyo, que era una médica experta pero ya retirada por cierto— Hay algo extraño en su cuerpo, por eso me llamaron los médicos de este lugar. Al parecer, alguien le insertó sustancias extrañas en su cuerpo. Hay factores no identificados en ella. Por favor, debes…

Kankuro oyó sus órdenes y decidió cumplirlas sin problemas. Regresó a la sala para visitas, lo cual sorprendió a la muchacha allí presente.

—¿Kankuro? ¿Acaso olvidaste algo? —preguntó Shiho, sorprendida.

—Sí, había algo que quería preguntarte —dijo el castaño— ¿Recuerdas alguna vez haber sido parte de algún experimento extraño? ¿O haber ingerido sustancias raras o algo por el estilo?

—No realmente… Oh, ahora que lo pienso, recuerdo que en un momento necesitaba dinero para mis estudios, y un tipo me ofreció mucho efectivo a cambio de realizar unas pruebas inofencivas en su compañía.

—¿Recuerdas que compañía? ¿O quién era el sujeto? —preguntó Kankuro, ahora muy preocupado.

—A él no lo recuerdo bien. Y la compañía, creo que se llamaba Easter o algo así…
















































—Perdóname… —fue todo lo que Ino pudo decir, ya que si decía una sola palabra más iba a estallar en llanto.

Sai no pudo expresar expresión alguna. Su rostro estaba notablemente triste, pero él sencillamente no sabía como reaccionar ante esta situación. Y esto incluso sacaba de quicio a la Yamanaka.

—¡Reacciona! ¡Grítame! ¡Golpéame! ¡Odiame! ¡Escúpeme! ¡Haz algo! —vociferó la rubia, ahora llorando a más no poder— ¡Por favor! ¡No te quedes solo parado ahí! ¡Desquítate conmigo! ¡Golpeame hasta sangrar si es necesario! Pero por favor… no te quedes ahí parado… callado… por favor…

—Ino… —murmuró Sai lentamente— Te confesaré algo. Yo nunca he sido bueno para expresar mis emociones. De hecho, mucha gente cree que carezco de ellas. Pero tú no. Fuiste la primera y única persona que despertó emociones en mí. Esos sentimientos se convirtieron en amor. Pero aunque te amo… no puedo mirarte. Me duele mirarte, Ino… Supongo que… esto es un adiós…

El muchacho de cabello negro dio media vuelta, abrió la puerta del departamento y salió. Y aunque no era bueno para las emociones, Ino estaba segura de que vio una lágrima deslizarse por su pálido rostro. Cuando se fue, cayó al suelo sobre sus rodillas y lloró. Y lanzó un grito desgarrador, intentando así liberar un poco su dolor.

Pero con sólo llorar no le era suficiente. Ahora vendría lo más dificil, tendría que revelarle su traición a su mejor amiga. Sin poder dejar de llorar por más que lo intentará, débilmente se levanto y caminó hacia el teléfono. Lo tomó entre sus temblorosas manos y lo llamó.

—Perdóname, Sasuke-kun —dijo ella— Lo dije. Le dije la verdad a Sai.

—¡¿Acaso eres idiota?! —tronó el Uchiha del otro lado.

—¡No! ¡Soy humana! ¡No soy tan fuerte como tú, Sasuke! —sollozó ella con aún más fuerza— ¡No puedo seguir más! ¡Voy a llamar a Sakura! ¡Y si realmente la amas, entonces ven de inmediato para mi departamento!

Media hora después de ese llamado, Sasuke estaba en el hogar de la Yamanaka. Ella le había mandado un mensaje a Sakura, no podría haberle hablado siquiera. Llegó diez minutos después de Sasuke. Ino se había limpiado las lágrimas y estaba un poco mejor, pero aún tenía los ojos rojos por el llanto.

—¿Sasuke? ¿Qué haces tú aquí? —preguntó la Haruno cuando él le abrió la puerta. El muchacho no contestó y la dejó pasar, cuando ella vio a su amiga— ¡Ino! ¡Estás llorando!

—Sakura, hay algo muy importante que debo decirte —dijo la Yamanaka, parándose junto al Uchiha y frente a su amiga.

—Por supuesto, dime Ino-puerca —sonrió la médica, lo cual hizo a los otros dos odiarse a si mismos aún más.

—Co… corté con Sai —musitó la blonda.

—¡¿QUÉ?! —exclamó la Haruno— ¡Oh My God! ¡¿Qué rayos sucedió?! ¡¿Qué te hizo?! ¡¿Cómo fue…

—¡Sakura! —gritó el delantero, haciéndola callar— Déjala hablar. Ino tiene que decirte algo muy importante…







































—Hola, Temari —saludó Shikamaru al llegar al hogar de la rubia de cuatro coletas.

La muchacha lo saludó con un beso en los labios. Matsuri y Gaara, que estaban hablando entre ellos en un rincón, se acercaron a los otros dos. Temari había estado leyendo una revista de moda.

—¿Trajiste lo que te pedí? —preguntó la Sabaku No. Shikamaru asintió y le entregó la comida que le había pedido al vago que comprara— ¿Ramen? ¿Acaso estás poseído por Naruto o algo por el estilo?

—Estaba en una tienda de ramen, así que aproveche —dijo el castaño— Por cierto, el tiempo esta horrible, va a llover en cualquier momento.

—Entonces mejor vamos partiendo de inmediato —opinó Gaara— Odio manejar con lluvia.

—Tienes razón, además estoy cansada —dijo Matsuri— Adiós, Temari. Adiós, Shikamaru-kun.

Se despidió de ambos con un beso en la mejilla. Gaara y Shikamaru se estrecharon las manos, luego el pelirrojo le dio un beso en la mejilla a su hermana y abandonaron el departamento de los Sabaku No.









































—Es una broma, ¿verdad? —murmuró Sakura tras un largo silencio— ¡Ja! ¡Que graciosa es la cerda! Basta de chistes malos, Ino, Sasuke. Mejor ordenemos algo de comer, que me estoy muriendo de hambre…

—¡Sakura! —la potente voz de Sasuke la calló de nuevo— No es ninguna broma. Todo lo que te contó Ino… todo es cierto…

Los orbes verdes de la Haruno se abrieron a más no poder. Miró al azabache, luego dirigió su mirada a la rubia, que miraba al suelo con tristeza, incapaz de mirarla a los ojos. La sonrisa de Sakura se evaporó como una gota de agua en el desierto.

—¡Perra del mal! —tronó la muchacha de cabello rosado, cazando a su ex-mejor amiga del cabello y comenzando a golpearla en el vientre— ¡Maldita! ¡No te mereces nada! ¡Mierda!

—¡Tranquilízate, Sakura! —gritó el Uchiha, atrapándola y alejándola de Ino, que cayó al suelo llorando.

—¡No me toques! ¡Tú no me toques! —sollozó la joven, empujándolo lejos suyo— ¡Están muertos! ¡Los dos! ¡Para mí, Sasuke Uchiha e Ino Yamanaka están muertos! ¡No quiero verlos nunca más en mi vida!

Llorando como endemoniada, salió del apartamento corriendo. Cerró la puerta con tanta fuerza que pareció que la había destruído. Ella corrió hasta salir del edificio, y luego corrió sin dirección alguna. Quería alejarse, dejar el dolo atrás, mientras la lluvia ahora la empapaba de pies a cabeza mientras corría sin rumbo debajo de la tormenta que acababa de desatarse sobre la ciudad. Y sus lágrimas se mezclaban con las gotas de lluvia mientras ella avanzaba con un solo objetivo, alejarse de ellos…
































—Me pregunto porque tardará tanto Naruto-kun… —suspiró Hinata.

La modelo de cabello azulino se encontraba en su hogar, esperando a su amado Uzumaki. El chico le había dicho que iría a una reunión con Shikamaru en Ichiraku Ramen, que luego compraría un poco de ramen y se lo llevaría para comerlo juntos.

Pero ya había pasado bastante desde entonces. Y la chica ya empezaba a preocuparse. Para entretenerse, se había puesto a ver videos en Youtube en la computadora de Naruto. Tenía contraseña, sí, pero estamos hablando de Naruto. Hinata adivinó la contraseña en el primer intento. “Ramen”, más obvio imposible.

—A ver este —decidió Hinata, seleccionado el viideo que le gustaba— “Hay un lugar”, de Teen Angels. Me gusta esa canción… —miró alrededor, como para comprobar que no había nadie— Bueno, si no hay nadie… no habrá problema en que yo…

Y cuando comenzó a sonar la melodía, tuvo que cantar, adoraba esa canción…




Hinata:
“Hay un lugar al que me voy
cuando estoy triste,
es un lugar dentro de mí
que nunca viste,
me lo inventé para sentir
que me quisiste,
es un lugar al que me voy
cuando estoy triste…”



Matsuri miró por la ventana del auto de Gaara hacia la lluvia que mojaba el vidrio. A través de ella, vio mucha gente que caminaba bajo paraguas de varios colores, protegiéndose de la tormenta. Por alguna razón, la lluvia la ponía melancólica, tal vez debido a que sus padres habían muerto en un accidente durante una tormenta. Sí, probablemente era eso. Pero por alguna razón, del alma le nacieron esas palabras…



Matsuri:
“Y si te vas…
también me voy…
y si no estás…
tampoco estoy…
y nada importa, nada sirve, nada vale,
nada queda… sin tu amor…”



Sakura corrió y corrió. Hasta que eventualmente desaceleró y caminó bajo la lluvia. Caminó pesadamente hasta que hallóun callejón vacío y sin salida, el mismo callejón donde había enfrentado a Uchiha Itachi. Se apoyó contra la fría y mojada pared, se deslizó hasta quedar sentada en el suelo, con la mirada hacia el piso y la lluvia mojándola mientras ella abrazaba a sus piernas con sus brazos.



Sakura:
“Un laberinto sin final
donde me pierdo,
y corro y corro sin parar
y no te encuentro,
y aunque de vos quiera escapar
siempre me acuerdo
que existe en mí algún lugar,
donde te tengo…”



—¿Sakura? —lo sorprendió ver a su prima en ese estado y en ese lugar. Naruto se le acercó, cargando varios platos de ramen, y ella, llorando, simplemente lo abrazó.


Mientras tanto, Ino se encontraba en su departamento. Sasuke se había marchado, o por lo menos eso creía. No lo había siquiera mirado desde la partida de Sakura. Estaba sentada en el alfeizar de la ventana, con la espalda apoyada contra el lado de la misma, observando la lluvia caer, así como caían las lágrimas de sus ojos.




Ino:
“Y si te vas…
también me voy…
y si no estás…
tampoco estoy…
y nada importa, nada sirve, nada vale,
nada queda… sin tu amor…”



Tenten acababa de salir de la ducha, cubierta por una toalla. Con otra toalla, se secó frente al espejo su cabello, que estaba suelto y ahora era bastante largo. Se miró al espejo, y por alguna extraña razón que desconocía, antes de saber como, estaba cantando.



Tenten:
“Y si te vas…
¡también me voy!
y si no estás…
tampoco estoy…
y nada importa, nada sirve, nada vale,
nada queda… sin tu amor…”



La muchacha de cabellos rubios suspiró mientras miraba al techo con una sonrisa en su rostro. No podía evitar sonreir, estaba con el hombre que amaba, y lo hacía con pasión y locura.



Temari:
““Y nada importa, nada sirve, nada vale,
nada queda… sin tu amor…”



—¿Dijiste algo, problemática? —preguntó el Nara.

—Na… nada, vago —mintió ella instantáneamente.

Él simplemente le sonrió y se acercó a ella para besarla y acariciar nuevamente su cuerpo desnudo sobre la cama de la Sabaku No, a lo que ella accedió con gusto. Temari lo envolvió en sus brazos mientras sus grandes pechos se apretaban contra el bien trabajado pecho de Shikamaru.




















La canción finalizó en el mismo momento en que alguien tocó el timbre. Hinata apagó todo inmediatamente y se dirigió a la puerta.

—Seguro que Naruto-kun se olvidó la llave de nuevo —opinó la Hyuuga, pero al abrir la puerta descubrió lo equivocada que estaba— ¿Qui… quién eres?






Continuara…







¿Cuál fue tu parte preferida del capitulo?
¿Comentarios sobre la historia de Easter?
¿Y sobre lo ocurrido entre Sasuke, Sakura, Ino y Sai que me dices?
¿Qué opinas de Kankuro y Shiho? ¿Podrá él ayudarla a salir de la locura?
¿Qué me dicen de la última escena de ShikaTema?
¿A quién habrá encontrado Hinata al final?










Proximamente, en el capitulo 26...

-¡Haruno vs Yamanaka! ¡La historia de dos enemigas por naturaleza!
-¡La investigación de Chiyo! ¡¿No hay otra manera de salvar a Shiho?!
-¡Hyuuga Hinata! ¡La sombra de Uzumaki Kushina!
-¡¿Kiba ayuda a sus amigos?! ¡La canción de Neji!
-¡Cartas del destino! ¡Ishizu y Neji!