Botineras (SasuSaku, NaruHina, NejiTen, GaaMatsu, ShikaTema, SaiIno & JiraTsuna)

Re: Botineras (SasuSaku, NaruHina, NejiTen, GaaMatsu, ShikaTema, SaiIno & JiraTsuna)

¡Hola fieles lectoras! ¡Y lectorEs tambien! ¿por que no?
Les traigo la tan ansiada conti, y si repurebo historia quedara en sus conciencias!!! xD
Les traje NejiTen, SasuSaku, JiraTsuna, SaiIno, y la presentación en exclusiva de un nuevo tema de Hinata!!
Aqui les dejo el link, es una bella canción, suena en este fic como tema de fondo :D
Canción de Hinata
Y les comentaré algo... revelé en esta conti el pasado de algunos de los protagonistas (Sai, Sasuke, Tenten, Hianta y Neji), presten atencion a ello y recuerdenlo para el futuro... solo les advierto para que no lo olviden, ya verán porque ;)
Y me voy, buenas noches, muero de sueño!!!
Rocio


PD: Estoy buscando a alguien dotado del don de saber dibujar bien (ya que yo soy malisima dibujando xD), si alguna sabe, o sabe de alguien que sepa, aviseme por MP, porfis!! Busco el poder dibujar un par de imagenes importantes, como el dibujo de Ino o las fotos de Neji y Tenten en la cabina del capi 15 :D

Capitulo 17​

Kankuro suspiró. Lo había intentado, pero se había quedado finalmente sin argumentos. Miró a la muchacha de irises aguamarina y suspiró por segunda vez.


—De acuerdo, pero cuídate —decidió el Sabaku No.

—No seas melodramático, Kankuro —lo atajó Temari— No voy a morir sólo por quedarme en casa de Hinata.

—Es más, si lo piensas es menos probable que la venga a buscar aquí —opinó Ino.

—Está bien, vamos Gaara —dijo el castaño, y se marchó junto con su hermano del apartamento de Hinata.


Los hermanos de Temari eran los últimos en irse. Ya estaba por anochecer, sólo quedaban Temari, Matsuri, Sasuke, Sai, Sakura, Ino, Tenten y, por supuesto, la joven dueña de casa. Ya todos se habían ido, y las cuatro modelos se quedarían juntas en casa de la Hyuuga, ya que debían prepararse para el desfile de mañana. Sakura, que leía una revista de modas en un sillón, se puso súbitamente de pie y miró a su novio.


—Sasuke, creo que deberíamos irnos también —sugirió la médica— Esta anocheciendo, y las chicas tienen que prepararse para el desfile.

—Hmp, estoy de acuerdo, vamos —aceptó el Uchiha, luego se volteó hacia Ino, que había venido con ellos dos más temprano a la fiesta “sorpresa” — ¿Vienes?

—No se preocupen, Sai me lleva —informó la Yamanaka.

—Por cierto, ahora que mencionaste el desfile, Sakura —intervino Tenten— Vendrás, ¿cierto?

—Por supuesto que sí —sonrió la Haruno— Allí estaremos, ¿no es así, Ino-puerca?

—Claro que sí, frente de marquesina —acotó la rubia— ¿Vamos, Sai?

—Sí, es una buena idea —aceptó el morocho, poniéndose de pie— ¿No deberíamos despedirnos de Hinata?

—Tienes razón, es su cumpleaños, después de todo —estuvo de acuerdo su novia— ¿Dónde está?

—Esta en el baño, no se preocupen, vayan —los alentó la Sabaku No.


Pero no era cierto. La Hyuuga se encontraba en su habitación, intentando con todas sus fuerzas destrabar la molesta ventana. Ikuto ya había salido del armario, pero no había dicho una palabra desde que Naruto se había marchado, estaba sentado en silencio sobre la orilla de la cama. Evidentemente, por su mirada, la chica sabía que había oído todo. Finalmente, logró abrir la ventana y el Tsukiyomi se puso de pie inmediatamente.


—Adiós Hinata —se despidió el violinista, pero ella lo detuvo.

—Ikuto —lo detuvo la voz de ella, se frenó en seco sobre el marco de la ventana, ya casi afuera de la recamara— Gracias. Por no salir mientras… Naruto estaba aquí…

—Naruto es un sujeto con suerte —murmuró el joven de ojos zafiro.


Y con eso dicho, saltó desde la ventana. Hinata se abalanzó sobre la ventana, sorprendida por la acción casi suicida de saltar desde un segundo piso. Pero el joven cayó de pie, con una agilidad impresionante. El muchacho sonrió.


—Los gatos siempre caen parados —aseveró él, se puso las manos en los bolsillos y se alejó caminando.

—¡Hinata! —gritó la Sabaku No, ingresando súbitamente a la habitación— ¡Quiero que me cuentes todo lo que pasó con Naruto con pelos y señales!

—¡No se te ocurra omitir ni el más mínimo detalle! —le advirtió Matsuri, echándose sobre la cama de su amiga.






















—Veamos que hay en la radio —sugirió la Haruno, encendiendo el aparato.


Comenzó a sonar en el auto del Uchiha la nueva canción de Shakira, “Loca”, pero apenas comenzó, Sasuke oprimió un botón en el volante que apagó la radio. Sakura se volvió al conductor, enfadada.


—¡Estaba escuchando! —se quejó ella.

—Sakura —habló él con voz queda— Mira a tu alrededor.


La joven obedeció. Sus ojos se abrieron como platos, no reconocía el lugar. No sabía adonde la llevaba Sasuke, pero sin dudas no era una zona ni remotamente cercana a su residencia, era una zona algo vieja y venida a menos, llena de edificios oxidados y vagabundos. Se volvió al futbolista con curiosidad, pero antes de que pudiera hablar, él detuvo el auto. Se estacionó frente a un edificio grande y gris, al parecer un almacén, no donde se compran cosas sino una especie de bodega. Se quitó el cinturón y Sakura lo imitó, pero aún quería respuestas.


—¿Dónde estamos? —preguntó, completamente confundida y perdida.

—¿Recuerdas aquel algo especial que te mencioné en el hospital? —dijo el azabache con serenidad.

—Como olvidarlo, llevo días quemándome la cabeza intentando descubrir que es —recordó la Haruno.

—Ven, quiero mostrarte algo —y bajó del auto. Su novia lo siguió.


Ingresaron al almacén, como Sakura ya había imaginado que harían. El interior era inmenso, muy espacioso. No había mucho dentro, pero lo que ella rápidamente notó fue una alta plataforma. Había arneses, sogas, escaleras, y un par de cables giraban por ahí, de ellos iban enganchados los arneses. Miró a Sasuke, sin comprender que hacían ahí. El deportista tomó uno de esos cables y miró a su acompañante.


—¿Qué es esto, Sasuke?

—Yo solía vivir aquí —comentó él a modo de respuesta— En este barrio. Cuando mis padres murieron, lo único que me quedó fue mi hermano, Itachi. Pero él se fue, me abandonó para convertirse en jugador de fútbol. Creo que quería reunir dinero para que podamos sobrevivir, pero con el tiempo se olvidó de mí y tuve que aprender a arreglármelas solo.

—Que cruel —murmuró ella por lo bajo— ¿Qué edad tenías… cuando comenzaste a vivir por tu cuenta?

—Seis —respondió él con pesar— Cuando tenía doce, conocí al dobe y al Ero-Sennin, y ellos cuidaron de mí. Luego me volví jugador de fútbol, ya que se me daba bien en ese deporte.

—Pero había otra razón —dedujo ella— Eres jugador con la meta de llegar a ser mejor que Itachi, ¿no es así?

—Hmp, parece que no puedo engañarte —rezongó el muchacho de orbes oscuros— Sí, esa también fue la razón de mi elección. Quería venganza, por abandonarme cuando más lo necesitaba, derrotarlo en algo donde cree que es el mejor.

—Sasuke, ¿me trajiste aquí para contarme tu historia? —interrumpió la Haruno— Algo me dice que no es todo lo que quieres decirme.

—Sakura —la calló el Uchiha— Cuando estoy contigo, vuelo —Le tendió el cable del que se colgaba el arnés— Quiero que vueles conmigo…



























—Sai… —habló Ino lentamente— ¿Por qué vinimos a tu casa?

—Ya te lo dije —le recordó el morocho— Hay algo que quiero mostrarte.


Bajó del auto. Se dirigió al ascensor, su novia lo seguía en silencio, preguntándose internamente que rayos pretendía hacer el joven deportista. Llegaron al departamento de Sai, pero antes de abrir, se detuvo en seco. Giró hacia la fémina.


—Jamás le he mostrado lo que te voy a mostrar a nadie —le advirtió el muchacho— Es un secreto, se trata de compartir sentimientos muy privados y personales. Quiero que seas quien analize esto, que lo veas y me digas que piensas al respecto, que sientas que lo que vas a ver es, como explicarlo, etto, interprétalo como poemas sin palabras, como la expresión de los sentimientos de un joven que no suele expresar sus sentimientos de la manera convencional, sino de u…

—Oh My God, abra la puerta de una vez —lo interrumpió la Yamanaka, tajante, cansada del largo sermón de su novio.


El joven futbolista se encogió de hombros y abrió la puerta de su apartamento. Ingresaron, y lo que la chica observó, la deslumbró.


—Esto… esto es… —balbuceó ella, incrédula.


Había alrededor de un centenar de cuadros dispersos por la habitación. Pero no eran lienzos vacíos, eran pinturas, obras de arte producidas por el propio Sai. Y sí que eran obras de arte, eran bellísimas. Había una donde un gran sol dorado brillaba con esplendor sobre una ciudad oscura como la noche, el contraste era increíble. En otra pintura, hecha puramente con tinta china negra, había una mansión siniestra, oscura y antigua, enorme y de un estilo japonés, rodeada de arboles secos y sin hojas. La muchacha avanzó entre cuadros, maravillada, admirando todas y cada una de las obras de Sai.


—¡Es increíble! —exclamó Ino, girando hacia él— Eres muy talentoso, Sai.

—Eres la primera persona que puede ver mi arte —le confesó Sai con un dejo de timidez— Cuando mi hermano mayor murió, quedé solo, y comenzé a vivir en una calle donde vivían muchos artistas. Desde entonces, desarrollé un gusto por el arte.

—No entiendo, te gusta el arte y eres un artista talentoso, ¿por qué no te dedicas a ello? —preguntó la blonda, extrañada.

—Realmente… no creo estar listo aún para ser artista —opinó él— Aún me queda mucho por aprender. Mira, recientemente estuve trabajando en figura humana, pero no tengo modelo. Logré algunos bocetos, pero… —Señaló un lienzo blanco algo apartado, sobre un trípode de madera— aún no puedo trabajar en ello correctamente.

—No digas más —lo calló ella, colocando su dedo indice sobre los labios de su amado— Yo seré tu modelo.


















Tsunade suspiró. Había llamado al albino a comer mediante potentes gritos, pero no parecían haber resultado, ya que Jiraiya no aparecía. Resignada, la Senju subió las escaleras de su hogar para encontrar un fino pasillo que presentaba tres habitaciones, su propio cuarto, el baño principal y la recamara de su falso esposo. Como era su casa, ella entró directamente sin tocar, para llevarse una terrible sorpresa.


—Oye Jiraiya, te estoy llamando hace med… ¡¿Pero que rayos?! —exclamó ella al ingresar a la habitación.


Apenas entró, vio que el manager ya había desempacado y guardado toda su ropa en el placard. La sorpresa que se llevó Tsunade, que por poco y le causaba un ataque cardíaco, fue el hecho de que las paredes habían sido… redecoradas, por así decirlo. El hombre se había tomado la libertad de colocar posters y carteles de revistas de chicas muy sensuales y provocativas, entre las que se encontraban Kagome Higurashi, Mai Valentine, Tea Gardner, y otras tantas más.


—Oh Tsunade, no te oí —el manager se volvió a ella, tras pegar un poster de Blair*, con una sonrisa amable— Pensé en redecorar un poco la habitación, ya sabes, para pasar el tiem… ¿Qué te sucede? ¿Por qué me miras así?


En la planta baja, la muchacha que trabajaba medio turno en la casa para ayudar a Tsunade con la limpieza de su hogar, creyó oír un grito. Lo ignoró tras decidir que fue producto de su imaginación, pero luego se asustó al oír algo que caía escaleras abajo.

Jiraiya había sido golpeado y había rodado escaleras abajo, agonizando tras recibir un tremendo golpe mortífero de parte de la Senju. La rubia descendió las escaleras con una mirada asesina.


—¡Intentamos criar a una niña de ocho años y tú cuelgas ese tipo de cosas! —tronó con furia la mujer.

—Ca… calma Tsunade… enseguida los guardo de regreso —intentó relajarla él.

—Quémalos —ordenó la blonda— Destruye ese montón de estupideces pervertidas en este instante.

—Te estas volviendo vieja Tsunade, no seas así —trató de convencerla, pero fue aún peor, y cuando lo notó se tapó la boca inmediatamente.

—¿Cómo… me... llamaste? —susurró la jefa del hospital con ira contenida.

—Dije: Tsunade, no seas así, eso es todo —musitó con temor el hombre.

—¡Eres hombre muerto! —vociferó la Senju, y se arrojó a la caza del albino.
















El joven con ojos perlados ingresó al bar y se sentó inmediatamente en la barra. Necesitaba meditar, estar a solas por un tiempo, y este lugar era perfecto para ello. No había mucha gente, ya que era un día de semana y no era mucha la concurrencia durante tales días.

Suspiró, luego se le acercó el barman al verlo suspirar. Estaba vestido como un barman hombre, pero tenía innegable aspecto de mujer. Su cabello era largo hasta sus hombros, color castaño y llevaba una especie de extraño moño en la cabeza. Sus ojos eran color café, y su piel era aún más pálida que la de Neji. Le dedicó una sonrisa y habló en un tono sereno y algo femenino.


—Mi nombre es Haku —se presentó el barman— ¿En qué puedo servirte?

—Quiero una poción mágica que aclare mis ideas, por favor —dijo el futbolista con sarcasmo.

—¿Muchos problemas en que pensar? —preguntó Haku, mientras ponía un vaso frente a su clinte y procedía a ponerse a secar otro vaso.

—Realmente sólo uno, pero es… complicado —comentó Neji, tomando del vaso de whisky que Haku acababa de dejarle— Creo que me enamoré de alguien… pero no creo que pueda ser el indicado para ella.

—¿Por qué? —se sorprendió Haku, dejando el vaso a un lado— Puedes contarme, soy un barman, prácticamente un psicólogo, la gente me cuenta cosas como estas todo el tiempo.

—Hmp, puede que tengas razón —opinó el Hyuuga— Lo que sucede es que… ella es dulce… inteligente… amable… hermosa… tierna… yo no sé si soy lo que ella espera… no creo tener lo necesario para darle el amor que se merece…

—Comprendo —lo atajó el hombre con apariencia femenina— Parece que realmente no eres un experto en las relaciones, ni yo tampoco lo soy, pero puedo deducir por tus palabras que la amas. Y mucho. —Haku suspiró, luego el dedicó una mirada de comprensión y finalmente habló— Puedes hacer creer a la gente que no tienes sentimientos, puedes mantener al borde tus emociones y encerrarlas en una coraza de frialdad, puedes pretender que eres una sencilla herramienta del destino… pero estarias muy equivocado.

—¿De qué estás hablando?

—Cuando encuentras esa persona —se explicó Haku— Esa persona a quien estimas y quieres mucho, que una sonrisa suya ilumina tu día, cuando serías capaz de dar hasta lo que no tienes por ver a esa persona… entonces es cuando tu fortaleza se derrumbará. Y te encontrarás desprotegido, perdido, inseguro de que dirección tomar. En esos instantes, es cuando debes escuchar a tu corazón… sin importar lo que dicte, tu corazón será un guía infalible hacia la felicidad y el amor verdadero…

—¿Seguir al corazón? ¿Incluso aunque no sea razonable? —Neji estaba perplejo ante esta idea.

—El corazón tiene razones que la razón no comprende —sentenció Haku— Tan sólo detente a escucharlo por un momento, y encontrarás en tí mismo todas las respuestas. Nunca es tarde para cambiar… todos pueden cambiar cuando encuentran alguien que les da un sentido distinto a sus vidas…


Y tras estas profundas palabras, Haku se retiró a atender a otros clientes, dejando al Hyuuga muy pensativo. Y ciertamente tenía mucho en que pensar. Tenten Ama, esa mujer realmente había captado su interés desde el primer instante, no era como cualquier otra, había algo que la hacía especial y… innegablemente irresistible… Y aunque Neji seguía absorto en sus pensamientos, oyó algo que lo devolvió a la realidad…


—Un martini, por favor —ordenó una dulce y melodiosa voz tras él.


El deportista giró su cabeza y la distinguió, sentada un par de sillas hacia su derecha. Tenten Ama se encontraba algo distraída y no lo notó inmediatamente, pero al rato lo encontró con la mirada y se acercó rápidamente.


—Neji, no te había visto —lo saludó ella— ¿Qué haces aquí?

—Vine a despejarme un poco, estoy durmiendo en casa de Naruto, a unas cuadras de aquí, y era imposible ello allí —relató el Hyuuga.

—Me imagino —rió la morocha— Vine por motivos parecidos. Quería distraerme un poco, estoy algo nerviosa, con todo lo del desfile mañana y demás. Vendrás, ¿no?

—Po… por supuesto, Hinata-sa… Hinata nos dio entradas a mí y a los muchachos —asintió él.


Un tenso silencio se presentó mientras traían el trago de la modelo. Ella le dio un pequeño sorbo al recibirlo, luego lo dejó sobre la barra y giró hacia el futbolista.


—Oye Neji —dijo Tenten suavemente— Quería hacerte una pregunta, y espero no te sea incómoda pero… hay algo que Hinata dijo que me tiene un poco… incómoda.

—Dime.

—¿Es cierto que fueron distanciados tras la muerte de tu papá? —disparó la joven.


Neji se tomó su tiempo para asimilar la pregunta. Tenten creyó que no respondería, después de todo el Neji que ella conocía no solía ser tan abierto en cuanto a ese tipo de temas. Pero, eventualmente, respondió a la pregunta.


—Cuando mi padre pasó a mejor vida —respondió el Hyuuga— Pasé a vivir con mi tío Hiashi y mis primas, Hinata y Hanabi. Claro que, una semana después, ya me habían enviado a un instituto pupilo, el mejor de la ciudad. Estaba sólo en el mundo.

—Ya veo —comentó la joven de los chonguitos. “Eso explica el porque es tan frío con la gente… y el porque tenía rencor hacia Hinata, era rencor hacía su tío por deshacerse de él cuando más lo necesitaba…” dedujo ella internamente.

—Saqué excelentes calificaciones, las mejores de todo el colegio. Terminé la escuela un año antes, me adelantaron de curso. Todo el mundo me llamaba “el genio Hyuuga” —confesó el castaño— Cuando terminé, regresé a casa de mi tío, intentando poder conseguir trabajo en la empresa familiar. Pero lo que encontré, fue algo que sinceramente no esperaba.

—¿Qué sucedió? —preguntó la intrigada modelo.

—Hinata… ella había huído… —recordó Neji— Ella quería cumplir su sueño de ser una modelo, pero su estricto padre se oponía firmemente a la idea. Entonces, ella ahorró todo el dinero que pudo y huyó de su hogar para no volver jamás.

—Lo sé, me ha contado esa historia —replicó Tenten.

—Yo no podía creerlo —reveló él— Hinata… una muchacha tímida, reservada, callada e incapaz de oponerse a la corriente… ella había sido capaz de intervenir en su propio destino… de cambiarlo por algo que la apasionaba… supongo que entonces comprendí un poco de lo que es realmente el destino de cada uno… cada uno crea su propio destino, como tú bien dijiste…

—Neji… por fin comprendes… —sonrió la joven.

—Cuando conocí más tarde a Rock Lee y me invitó a unirme a Konoha F.C. con él, supe que era un indicio, no existen las casualidades…

—Sólo existe lo inevitable —completó la oración Tenten— Gracias por compartir tu historia conmigo, Neji.

—Al contrario, gracias por escuchar, se siente bien contarla al fin a alguien —suspiró el joven— ¿Y qué hay de tí?

—¿Qué hay de mí? —preguntó ella, confundida.

—¿Tienes alguna historia que compartir? —quizo saber el Hyuuga.

—No es una historia feliz que digamos —comentó la chica de ojos chocolate por lo bajo.

—Y la mía es un cuento de hadas —ironizó Neji, haciendo notar el sarcasmo en su tono de voz.

—Cuando yo tenía cinco años… —relató Tenten— Mis padres fueron asesinados frente a mis ojos.

—Lo siento —murmuró el futbolista.

—No hay problema —asintió ella con despreocupación— Era de noche, mi madre cocinaba una sopa de fideos y mi padre leía el periódico. En eso, mi madre sirve la comida. Tanto ella como mi padre dan un sorbo a la sopa para hacerme saber a mí si estaba caliente o no… y cayeron muertos al instante…

—¿Veneno? —se sorprendió él, ella asintió lentamente— ¿Atraparon al asesino?

—Jamás, la policía abandonó la búsqueda hace años —aseveró Tenten con rabia— Luego de eso, fui adoptada por una pareja de viejitos adorables, ellos cuidaron de mí hasta que terminé la secundaria, y ellos pasaron a mejor vida unos días después de mi graduación…

—Parece ser que el destino te jugo una mala pasada —musitó el Hyuuga— Lo siento.

—A ambos nos jugó una mala pasada —asintió ella— Creo que voy a volver, se esta haciendo tarde.

—Te acompañaré —dijo Neji— No es seguro que andes sola a estas horas…
























—Hinata —la llamó Temari, captando así la atención de su amiga de cabello azulino— ¿Qué es esto?

—Oh —soltó la Hyuuga al observar como la Sabaku No abría su cuaderno— Es al… algo así co... como mi dia… diario… es do… donde escribo mis canci… canciones…

—Ah, ya veo —suspiró la rubia de cuatro coletas mientras leía la letra de “Para Vos”, la canción que había cantado su amiga en el cumpleaños.

—Ojala pudiera cantar y escribir como Hinata —se lamentó Matsuri, leyendo el cuaderno junto con Temari.

—¿Y esta canción? —la modelo de irises aguamarina se detuvo sobre una canción en particular, titulada: “Things I’ll never say”.

—Es que no estoy segura sobre ella —mencionó Hinata— No se me dan muy bien las canciones en inglés…

—Vamos, cántala —le pidió la castaña, pasándole la guitarra que Neji le había regalado.

—Pe… pero… y si… —balbuceó la joven de ojos perlados.

—Si la cantas mal, te ayudaremos a corregirte —la atajó Temari y añadió, con un guiño de ojo— Para eso están las amigas, ¿no?

—Bu… bueno, si tú lo dices… —aceptó la otra modelo, tomando la guitarra en su poder y preparándose. Tragó saliva y comenzó su canto.



“Ladatadata ladatadatadadadatadada dadadadada”



“I'm tuggin' at my hair
I'm pullin' at my clothes
I'm tryin' to keep my cool
I know it shows

I'm staring at my feet
My cheeks are turning red
And I'm searching for the words inside my head"



Ino se deshizo de su abrigo y lo arrojó a otro lado del estudio de arte de Sai. Se sentó en un banco de madera, frente al lienzo en blanco donde él la dibujaría. Ella vestía un top azul, un jean gastado pero de un estilo moderno, y unas chatitas como calzado. Sonrió mientras él tomaba el lápiz negro y comenzaba con el dibujo.



“'Cause I'm feeling nervous
Tryin' to be so perfect
'Cause I know you're worth it, you're worth it
Yeah...”



—¡Sakura! —exclamó Sasuke— ¿Estás lista?


La chica miró al otro lado del lugar, a la otra plataforma, donde el Uchiha la miraba. Se encontraban a varios metros sobre el suelo, en esas altas plataformas donde debían arrojarse, enganchados a los cables y con un arnés colocado cada uno, y volarían, como en un circo. Sakura tragó saliva y asintió lentamente.

Sasuke se arrojó y el cable lo sostuvo, haciéndolo volar como todo un auténtico artista cirquense. Parecía que lo hubiera hecho antes, porque habilmente llegó a donde Sakura y la tomó de la mano. Ahora, ambos saltaron y volaron juntos, tomados de la mano. No se separaron mucho, de hecho el espacio que los separaba era muy poco.

La adrenalina de estar volando hizo que el pulso de la médica subiera instantáneamente, y rió mientras giraba junto con su novio. En eso, quedaron tan juntos que el espacio que separaba sus bocas era nulo. Comenzaron a besarse con pasión y fervor, sin importarles que estaban flotando a varios metros por encima de la tierra. Él la abrazó, la contuvo y la matuvo cerca suyo, como si tuviera miedo de que se escapara. No quería perderla, por primera vez en mucho tiempo, volvía a conocer lo que significaba el amor…



“If I could say what I want to say
I'd say I want to blow you away…
Be with you every night
Am I squeezing you too tight?
If I could see what I want to see
I want to see you go down
On one knee, marry me today!
Guess I'm wishing my life away
With these things I'll never say”



Jiraiya comió el último trozo de su pastel de papa y carne, dejando el plato limpio y sin un pedazo de comida sobrante. Frente a él, Tsunade tomó un sorbo de sake, acabando con la bebida en su vaso, y apartó un poco su plato, que estaba bastante lleno aún. El albino suspiró, ella aún tenía esa expresión molesta en el rostro, muy probablemente por la escena antes de la cena.


—Tsunade —habló él finalmente, rompiendo así con el silencio de una buena vez— Perdón por lo de antes. Si te molesta, los quemaré enseguida.

—Hmp, parece que comienzas a entender —bufó la Senju, aún molesta.

—Planeo ayudarte, pero si me sigues golpeando así, no llegaré con vida a la próxima entrevista —señaló con cierta ironía el albino.

—Entonces no busques motivos para que te golpee —sentenció la rubia con naturalidad— Mañana trabajo temprano, será mejor irme a dormir.

—También yo, el desfile es mañana —recordó el manager— ¿Vendrás?

—Probablemente vaya con Shizune —optó Tsunade— También irán Sakura e Ino, tengo deseos de conocer a sus novios. Sakura me dijo que quería que lo conociera.

—Pero si ya lo conoces —observó Jiraiya— Tú misma lo examinaste el domingo pasado.

—¡Es cierto! Entonces fue Ino quien me lo dijo —recordó la blonda— Bueno, te deseo buenas noches Jiraiya.

—Igualmente, que sueñes conmig… con los angelitos —dijo él antes de besarla en la mejilla y partir cada uno en sus respectivas direcciones.



“It don't do me any good it's just a waste of time
What use is it to you what's on my mind?
If it ain't comin' out, we're not going anywhere
So why can't I just tell you that I care?”



—¡Eso fue increíble! —exclamó Sakura, ya de regreso en el auto de Sasuke.

—Que bueno que te haya gustado —sonrió el Uchiha. Había dudado mucho si abrirse a ella o no antes de ese momento, pero siguió el consejo de Naruto, que para el romance era todo un baka pero al menos sabía de sentimientos, y no se había equivocado en lo absoluto. Lo había disfrutado, y mucho porque Sakura lo acompañaba— Ya llegamos a tu casa.


El joven futbolista descendió del auto tras haberse estacionado frente al edificio donde vivía Sakura. Abrió la puerta del copiloto para que la Haruno bajase, y ella allí lo hizo. Avanzaron hasta la puerta del edificio tomados de la mano, pero cuando estaban por separarse para que ella se fuese a dormir, la médica lo sostuvo de la mano con fuerza, impidiéndole irse.


—¿No quieres pasar? —preguntó ella con una sonrisita pícara.



“'Cause I'm feeling nervous
Tryin' to be so perfect
'Cause I know you're worth it, you're worth it
Yeah...”



—Ino, iré al baño un momento —informó el morocho— Por favor, no mires el dibujo aún.


Ino asintió con la cabeza. Pero al minuto de que Sai se había marchado, la curiosidad fue más fuerte que ella y fue a ver que tal venía el dibujo. Quedó maravillada, era un retrato tan perfecto, que hasta parecía una foto. Claro, aún faltaba colorear el fondo y algún que otro detalle, pero la obra maestra estaba ya casi completa. Quedó boquiabierta, literalmente, y en ese instante Sai regresó.


—Te pedí que no lo mires —musitó él.

—Gomen… ¡pero es genial! —exclamó la Yamanaka— No lo puedo creer… tienes tanto talento…

—Creo que ya tengo el nombre para este cuadro —aseveró Sai— Lo llamaré “Preciosa”, ¿qué opinas?

—Me gusta —sonrió ella— ¿Pero sabes que me gusta más?

—¿Comprar ropa? —sugirió el deportista.

—Puede ser, pero hay algo que me gusta aún más —indicó la rubia— Tú —Y lo besó apasionadamente en los labios.



“If I could say what I want to say
I'd say I want to blow you away…
Be with you every night
Am I squeezing you too tight?
If I could see what I want to see
I want to see you go down
On one knee, marry me today!
Guess I'm wishing my life away
With these things I'll never say”



Hinata detuvo su canto, ya que la canción había acabado. Miró a sus dos amigas, las cuales aplaudieron con fervor.


—¡Bravo! ¡Maravilloso! —exclamaban al unísono las modelos.

—Pero… aún no la he terminado —musitó la Hyuuga con timidez— ¿D… de verdad les gusta?

—¡Pero claro que sí! —soltó Temari, y en eso sonó el timbre— ¿Será Tenten?


Hinata fue a abrir, y la Sabaku No estaba en lo correcto. La morocha ingresó al apartamento con una sonrisa y abrazó a su amiga de ojos perlados, que la miró confundida.


—Creo que tenías razón —murmuró Tenten en voz baja al oído de su amiga— Neji puede ser muy bueno cuando se lo propone.


















Tsunade ingresó a su habitación, que era bastante amplia. Se quitó los zapatos, la remera y el pantalón, luego se sacó las medias blancas que traía y por último su ropa interior. La Senju giró sobre sus talones para tomar su pijama del placard cuando…


—¡AHHHHHHHHHHHHHHH! —gritó la Senju, tan fuerte como se lo permitían sus pulmones. Se arrojó a su cama y se envolvió con las sábanas.

—¡Por el amor de Dios, Tsunade! —exclamó Jiraiya, escondiéndose tras la puerta, a pesar de que ya lo habían visto. Ambos estaban completamente rojos, la blonda se envolvió en una manta y se asomó al pasillo para encontrarse con el albino mirando al suelo, muerto de verguenza.

—¡¿Qué rayos hacías espiándome?! —demandó saber ella inmediatamente, furiosa.

—Iba al baño, dejaste la puerta abierta y… —relató el maanger, pero ella lo calló.

—¡No lo digas! —lo atajó la doctora— ¡Ni siquiera lo peinses!

—¿Puedo decir algo? —solicitó el hombre— Esa manta... —señaló la manta marrón que cubría a la Senju— Tiene agujeros que me permiten ver tú… tú gran… “pechonalidad”.


Ella lo golpeó entonces con tanta fuerza, y fue tan fuerte el impacto contra la pared que ocurrió luego, que es probable que el albino no recuerde nada a la mañana siguiente.


—Al menos… ya puedo… morir tranquilo… —murmuró Jiraiya, adolorido mientras Tsunade cerraba su puerta con un portazo.




























Los primeros rayos dorados del sol matutino se infiltraron dentro de la habitación de ese apartamento. Las cortinas estaban descorridas, la dueña de casa solía despertarse con esa luz. Pero no esta vez, porque estaba exhausta de lo ocurrido anteriormente.

Él sí pudo despertarse. Se sentó apropiadamente en la cama, mirando por la ventana el hermoso día que prometía ser hoy. Sonrió y miró a la mujer que dormitaba a su lado. Acarició sus cabellos rosados, haciendo que sus ojos jade se entreabrieran gradualmente.


—Buen día, Sakura —susurró Sasuke con una voz tan hermosa, que parecía la de un ángel.




Continuara…





¿Cuál fue tu parte preferida de este capi?
¿Crees que Haku es un buen consejero?
¿Será Sai un buen dibujante? ¿Debería dedicarse al arte?
¿Crees que, a este paso, Jiraiya sobreviva?
¿Qué opinas de la escena final del capitulo?




Proximamente, en el capi 18:

-¡El desfile de las chcias! ¡Verano Hot!
-¡El regreso de Shikamaru!
-¡Ino conoce a Karin!
-¡El despertar de Sasuke y Sakura!






Nota: *He aquí los posters que colgaba Jiraiya, para que se hagan una idea:
Kagome Higurashi
Mai Valentine
Tea Gardner
Blair

No me vean a mi!! El es el pervertido!!

 

¡¡¡Hello darlings!!!
Sisi, aqui estoy de regreso con la prometida conti :)
tras haberme puesto de novia, pasar todo el dia fuera de la ciudad y que el nuevo FFL no me dejara subir contis, he encontrado un tiempito para terminar el capi 18 :D
Queria agradecerle profundamente a Kentaurus, que es un groso y me ayudo con este problemita que no me dejaba postear :D ¡Gracias!!!
Ahora, este capi contiene NejiTen, ShikaTema (algo, esperen al 19), SasuSaku, GaaMatsu y NaruHina, ademas del pasado de Ino (les recomiendo volver a leer el encuentro de Hinata con Ikuto, veran una similitud interesante, la primera en encontrarla se lleva de premio un lindo adelanto exclusivo ;) )
Y tengo algo que anunciarles... se acerca el capitulo 20, y para conmemorarlo decidi hacer de él un omake (episodio especial), y esto es lo que ustedes deben hacer:
Escriban una (o mas, pero no mas de cinco por favor) pregunta/s que les gustaria hacerle a Neji, Tenten, Sakura, Ino, Gaara, o cualquiera de los personajes del fic (esto incluye a TODOS los que aparecieron en algun momento, desde Naruto hasta Shiho)
dejen sus preguntas al final de sus comentarios!!
Adios amores, disfruten!!


Canciones del desfile:
I Like It: http://www.youtube.com/watch?v=TrzRmU51zTI
Sexy B!tch: http://www.youtube.com/watch?v=kL2aHV36uuU

Capitulo 18​

Sakura se levanto lentamente y le dio un beso fugaz en los labios al azabache. Se paró sobre la cama y localizó su ropa interior, la tomó en sus manos y procedió a ponérsela. Agarró una remera azul marino y un short negro, lo primero que encontró, y se fue para la cocina.

Sasuke se tomó su tiempo. Pensó un momento en lo bien que la pasaron la noche anterior, no sólo fue la primera vez que ellos dos… estuvieron juntos, pero también fue su primera experiencia sexual. Y le alegraba que hubiese sido con ella. “Me pregunto si tiene poderes para alterar los sentimientos ajenos” se preguntó él para sus adentros con sarcasmo, porque incluso él sabía que estaba cambiando. Se vistió su musculosa blanca y sus calzoncillos negros, luego tomó su jean y se lo llevó consigo a la cocina del departamento de la Haruno. Es que, realmente, era un día de mucho calor, en todos los sentidos de la frase.

—¿Quieres un poco? —la muchacha le ofreció un poco de té, que ella se estaba sirviendo.

—No gracias, prefiero café —contestó el Uchiha. Se volvió a la cafetera y procedió a preparar café.

—Hoy es el desfile —comentó la médica, sacando las tostadas del tostador— ¿Sabes a qué hora?

—Después del almuerzo comienza —le informó el capitán de Konoha F.C., ya sentado con su café. Sakura se sentó sobre su regazo, dejando sobre la mesa las tostadas y su té— ¿Tienes las entradas?

—Ino las tiene —respondió la joven de cabellos rosados— ¿Te dije que te amo?

—Sí, varias veces —replicó Sasuke.

—Pues te lo diré una vez más, te amo —dijo ella con una sonrisa, y lo besó nuevamente… pero en ese instante sonó el teléfono de la casa— ¿Quién será tan temprano? ¿Hola?

—¡Sakura-chan! —exclamó Naruto del otro lado del teléfono.

—¡Naruto, no grites por teléfono! —tronó Sakura, ya que hacia poco que se había levantado— ¿Por qué llamas a esta hora?

—¿Nee? ¿Cómo a esta hora? Sakura-chan, son las doce, hay que estar en una hora en el desfile —replicó el Uzumaki, algo confundido.

—¡¿Cómo que en una hora?! —gritó la Haruno, nerviosa— ¡Oh no! ¡Hay tal crisis! ¡¿Qué rayos me voy a poner?! Espera un momento… Naruto, a todo esto, ¿por qué me llamas?

—Quería preguntarte algo —anunció el rubio— ¿Me dejas pasar? Estoy en la puerta de tu departamento, traje el auto para ir, y además hay que pasar a buscar al teme…

—¿Cómo que ya estás aquí? —repitió Sakura en un tono de voz elevado, para que Sasuke oyera. Él captó lo que ella le dio a entender, y se puso rápidamente el jean y las zapatillas— Sí, enseguida te abro.

Luego de haberse asegurado de que el Uchiha estuviese vestido, la muchacha de cabellera rosada le abrió la puerta a su primo de orbes azules. El nueve de Konoha F.C. ingresó con una sonrisa, cruzando los brazos detrás de su nuca, como si fuera su propia casa. Se detuvo en seco al ver a su amigo frente a él.

—Teme, ¿qué haces aquí? —le preguntó Naruto al azabache, que se estaba poniendo su camisa de jean color azul cobalto, de manga corta, sobre su musculosa, pero sin abotonarla, de modo que se veía la musculosa blanca bajo su camisa.

—Etto… —tartamudeó el otro futbolista, no se le había ocurrido una excusa aún.

—Verás… puedo explicarlo… —balbuceó Sakura.

—No digan más, ya entendí todo —los calló el Uzumaki— El teme vino a tiempo y me estaban esperando para irnos, ¿verdad?

—Etto… ¡claro! Fue eso —mintió el Uchiha rápidamente.

—¡Por supuesto que fue eso! —lo secundó su novia, con una sorisa falsa al mejor estilo Sai— ¡Pero que te pensabas! ¿Nos vamos?

—Enseguida, sólo déjame calentar mi ramen en el microondas y nos vamos —decidió el joven de ojos claros.

—¡¿No se supone que debíamos irnos ya?! —saltó Sasuke, aún enojado con su amigo por irrumpir en su romántica mañana.

—Tranquilo, Sakura-chan aún no ha decidido su ropa, tardaremos una media hora hasta que nos vayamos —contestó el otro futbolista, poniendo su ramen instanténeo en el microondas.

—¡Oh no! ¡¿Qué me pondré?! —exclamó la doctora de irises jade, y se metió dentro de su habitación a revisar el placard.

—Hmp, como diría Shikamaru, “que problemática” —citó el morocho, haciendo las comillas con sus dedos cuando dijo la frase de Shikamaru.

— Hablando de Shikamaru, ¿has sabido algo de él? —preguntó Naruto, intrigado.

—No, ni yo ni nadie, Asuma ya está preocupad… —mientras el Uchiha respondía, giró lentamente hacia su amigo y…— Naruto, ¿exactamente cuanto tiempo pusiste tu ramen en el microondas?

—No lo se, sólo apreté botones hasta que empezó a andar —confesó el Uzumaki.

—¡Dobe! ¡Eso va a estallar! —exclamó Sasuke, echándose bajo la mesa.

—¿Qué dij… —el rubio no terminó su frase, porque fue interrumpido por el ruido de una pequeña explosión. La puerta del microondas salió volando y golpeó a Naruto en la cabeza, dejándolo inconsciente en el suelo.

Sakura salió, quince minutos después, de su habitación, lista para ir. Lucía un vestido blanco strapless, largo hasta un poco más arriba que sus rodillas y dejaba ver sus largas, níveas y bien formadas piernas en todo su esplendor. Calzaba unos tacos de cinco centímetros, color crema, que hacían juego con su vestido. Ya en la cocina, miró alrededor, buscando a su novio y su primo. Sasuke intentaba poner la puerta del microondas de nuevo en su lugar, mientras Naruto lloraba sobre su destruido ramen, que echaba humo negro de lo quemado que estaba.

—¡¿Qué rayos sucedió?! —vociferó la Haruno al encontrar tal situación.

—Etto… verás, Sakura-chan… —intentó explicarse Naruto, luego apuntó a Sasuke— ¡Fue todo culpa del teme!

—¡¿Qué clase de amigo eres dobe?! —le gritó el Uchiha con furia— Además, ¡esto fue culpa tuya, de tí y tu estúpida adicción al ramen! ¡La pizza es mucho más deliciosa que el ramen!

—¡No te atrevas a repetir eso! —chilló el Uzumaki, saltando hacia su amigo con rabia— ¡No hay nada más delicioso que el ramen!

—¡BAKA! —Sakura gritó tan fuerte, que las aves que estaban cerca del departamento volaron lejos de allí, asustadas.

—¡No, Sakura-chan! ¡No me golpees! —pero sus gritos no la detuvieron— ¡Sakura-chan!

Un ratito más tarde, Sasuke conducía el auto del Uzumaki en dirección a la fiesta, con Sakura sonriente en el asiento de acompañante y Naruto inconsciente en el asiento trasero, con el puño de su prima aún marcado en su mejilla derecha.






—¡¿Hola?! ¡¿Qué acaso no hay nadie aquí?! —exclamó la Yamanaka, golpeando con fuerza la puerta de roble.

—¡¿Qué acaso estas loca?! —gritó Karin, abriendo la puerta de su despacho bruscamente.

—¡Es que hace media hora que estoy esperando! —reclamó Ino, mirándo de arriba abajo a la psicóloga.

—¿Y qué se te ofrece? —preguntó la pelirroja, chasqueando la lengua.

—Vengo de parte de Hinata Hyuuga —respondió la blonda— Me pidió que le dijera que no puede llegar a su sesión de hoy. Bueno, ya lo dije, ya me voy, adiós.

—Espera un momento —la detuvo la Uzumaki— Si Hinata no viene, puedes tomar su turno, ¿quieres pasar?

—No gracias —se negó la joven— Es que… realmente no creo en la psicología y todas esas cosas…

—Es una ciencia científicamente comprobada, no se algo en que creer como los Reyes Magos —le espetó Karin, algo ofendida— Y es para solucionar los problemas, a tu amiga Hinata le esta resultando bastante bien, por lo que se.

—Sí, pero yo no tengo problemas —replicó la rubia— Soy perfecta, no tengo problemas de ningún tipo.

—Me imagino —ironizó la psicóloga.




Cinco minutos después…



—¡Y después me dejó! —sollozaba la Yamanaka, acostada en el diván rojo de Karin mientras la profesional tomaba notas en una libretita amarilla— ¡No podía creerlo! Esa fue sin duda mi peor relación. No, espera, mi peor relación fue un chico que salió conmigo y después me dejó por mi primo.

—¿Tu primo te robó un novio? —se sorprendió la colorada— Bueno, pues has tenido una vida amorosa complicada…

—¿Por qué todos los hombres son o unos imbéciles totales o son homosexuales? —se preguntaba la muchacha— A excepción de Sai, claro está.

—¿Sai? —repitió Karin, confundida.

—Es mi novio actual, llevamos seis días, siete horas y cuarenta minutos —informó Ino con alegría.

—Bien, hasta ahora no has tenido una buena relación amorosa, ¿alguna vez te pusiste a pensar la razón?

—No lo sé, supongo que mala suerte —intuyó la rubia.

—¿A lo mejor algo del pasado? —preguntó la Uzumaki— Cuéntame de tu pasado. El recuerdo más triste y antiguo que tengas.

Entonces la médica calló. Se sentó apropiadamente en el diván, miró al suelo un momento con melancolía y tristeza, se mordió el labio inferior, y luego habló.

—Mi séptimo cumpleaños…



Flashback

—¡Feliz cumpleaños Ino! —sonrió su madre con amabilidad.

—¡Una bici! —exclamó con felicidad la pequeña Ino.

—¿Te gusta? —le preguntó su padre, abrazando a su mujer.

—¡Me encanta! ¡Espera a que le cuente a mis amigas! ¡Gracias papá! ¡Gracias mamá! —la niña comenzó entonces a andar en bicicleta por todo el jardín, dejándo el pasto marcado a su paso.

—Trata de no romper las plantas —rió su madre, viéndola andar junto a su marido. En eso, sonó el timbre.

—Debe ser Asuma, dijo que vendría a saludar a Ino —asumió el padre de la familia, y fue a abrir la puerta… pero cuando lo hizo… —¿Quienes son ustedes?

Eran dos tipos sujetos grandes, vestidos completamente de negro y con gafas de sol también negras. Como respuesta, uno de ellos sacó un arma y disparó, matando en el acto al señor Yamanaka.

—¡No! —exclamó su esposa, corriendo hacia el jardín hasta encontrar a Ino.

—Mami, ¿qué está pasando? —preguntó la asustada nena.

—No te preocupes Ino, todo va a estar bien, quédate aquí y no salgas —le pidió su madre, la tomó en sus brazos y la metió detrás del cantero. Desde allí, los intrusos no podrían verla.

—Mami… no vayas… —lloró la pequeña Yamanaka.

Los dos hombres aprisionaron a la mujer. La madre de Ino opuso resistencia, se retorcía intentando escapar, pero uno de los tipos sacó un pañuelo con cloroformo y la puso a dormir…

Fin Flashback



—Después de eso… —prosiguió la doctora con voz queda— Pasé a vivir en casa de mis tíos… ellos fueron muy buenos conmigo e incluso pagaron mis estudios secundarios y universitarios…

—Ya veo… —comprendió la psicóloga— ¿Y jamás se volvió a saber nada de tu madre?

—Nunca, pero tengo asumido que pasó a mejor vida —musitó Ino.

—Ino, creo que el tiempo se nos acabó —concluyó la pelirroja, mirando su reloj— Pero creo que sería muy bueno que volvieramos a vernos. Habla con mi secretaria para programar otra entrevista.

—S… sí —contestó la rubia.

—¿Te sientes bien? —se preocupó la colorada.

—Claro, no hay problema —sonrió optimista, y salió de la oficina de la psicóloga.



Jiraiya les mostró el camino. Las cuatro modelos miraron alrededor, algo impresionadas. Estaban detrás de bambalinas, en el backstage del que pronto sería su desfile. El manager las guió hasta un pasillo largo y algo concurrido, se abrieron paso entre la gente hasta llegar a un camarín.

—Tenten, Hinata, este es su camarín —informó el albino— Tienen un tiempo para instalarse, las vendré a ver en un rato.

—Espera, ¿por qué vamos en camarines distintos? —preguntó la rubia de cuatro coletas.

—Por tí —contestó su manager— Hemos preparado un camarín con seguridad especial debido a tu caso, Temari.

—Oh, ya veo —comprendió la Sabaku No.

—Bien, entonces vamos, Matsuri, tú también, síganme —indicó Jiraiya, y los tres se fueron.

—Bien, veamos que tal —sonrió la joven de ojos chocolate, girando la perilla y abriendo la puerta de su camarín.

Las dos modelos entraron. El camarín contaba con un gran tocador, un espejo grande frente a el y un espejo de cuerpo completo contra la pared opuesta al tocador. Había una cama con sábanas rojas al fondo del camarín, y unas tres sillas negras junto al tocador. También había, sobre la cama, un montón de conjuntos de ropa. Las chicas se dirigieron a esto primero. Sobre cada pila había un cartelito blanco pegado con cinta a la ropa, que decía un nombre y un número. Había tres nombres, Tenten, Hinata y…

—¿Quién es Luisana? —preguntó Tenten con intriga.

—N… no lo sé… tal vez otr… otra modelo… —sugirió con timidez la Hyuuga.

—¿Estás nerviosa? —preguntó la morocha— No tienes que ponerte nerviosa, debes disfrutar el espectáculo. Recuerda que es lo que te gusta, tan sólo relájate y disfruta el show.

—Tienes razón… gracias, Tenten —sonrió la joven de ojos perlados— Pero hay algo que me preocupa… la ropa… es un poco ligera y… Neji va a venir al desfile…

—Es cierto, pero no debes preocuparte por ello —le aseguró su amiga— Es más, no puedo esperar a ver la cara de Neji, ¡hasta le pedí a Sakura que le sacara una foto!

—Eso no es muy alentador… —susurró Hinata por lo bajo, apenada ante la reacción de su amiga.

En eso, se vieron interrumpidas por el sonido de la puerta al abrirse. Una muchacha entró, las dos modelos abrieron los ojos como platos. La joven que acababa de entrar era hermosa, la más hermosa que ellas hubiesen visto en toda su vida. Su cabello era castaño claro, brillaba como el sol matutino en todo su esplendor, como si le hubiese tirado brillos que causaran ese mágico efecto. Sus ojos eran azules, claros y profundos como el mar caribeño, cristalinos como el agua. Tenia buenas curvas y una cintura envidiable, vestía un estilo sencillo y bien urbano, un vestido color blanco y unas chatitas también blancas. Les sonrió a las dos jovenes al ingresar.

—¿Ama Tenten y Hyuuga Hinata? —asumió la recién llegada, y las otras dos asintieron con la cabeza— Mi nombre es Luisana Lopilato, soy su compañera de camarín.

—Creí que eran de a dos —comentó Tenten— Mucho gusto, soy Tenten, y ella es Hinata, como ya debes saber, ¿no?

—U… un gus… gusto —tartamudeó la susodicha.

—El gusto es mío —dijo Luisana— Pues sí, los camarines suelen ser de a tres o cuatro en desfiles como estos, cuando las modelos son menos, entonces hay menos camarines, uno para cada una.

—Ah, ya veo —murmuró la chica de los chonguitos— Por cierto, esta ropa… ¿qué significan los números y los nombres?

—Los nombres indican quien la usa —explicó la Lopilato— Por ejemplo, este conjunto que dice “Hinata 3” indica que Hinata usa esta ropa, y el número indica el número de pasada. Es decir, si eres la número tres, entonces eres la tercer modelo en salir. Pero eso no es muy importante, siempre los conductores anuncian tu nombre antes de que salgas.

—E… eres toda una experta —observó Hinata, asombrada de la experiencia de la castaña. “Ella es tan bella… ¿estaré yo… a su altu…altura?”

—Llevo ya bastante tiempo modelando, ya le fui agarrando la mano —rió Luisana, pero en ese momento fueron interrumpidos por alguien de utilería que entró al camarín.

—Hyuuga, Ama, Lopilato, a maquillaje —ordenó el empleado, y las chicas obedecieron.




Temari y Matsuri tenían, a diferencia de sus amigas, el camarín para ellas solas. Sin embargo, la Sabaku No estaba algo molesta de que hubiera tantos guardias de seguridad en la puerta, no le gustaba que la sobreprotegieran, pero su amiga la convenció que era por su bien, que no debía preocuparse ni hacerse tanto problema tampoco.

—Bien, supongo que esta ropa es la que desfilaremos —intuyó la castaña, mirando la vestimenta sobre la cama y analizándola.

—La verdad me la llevaría toda a mi casa —confesó la rubia de cuatro coletas— Me gustan mucho todos estos conjuntos.

—¿Quién usaría tacos con un traje de baño? —preguntó Matsuri, sorprendida por una de las combinaciones de la Sabaku No.

—Que se yo, hay tanta cosa rara hoy en día —opinó la otra modelo— ¿No oíste del vestido de carne de Lady Gaga?

—Horrible y desagradable —comentó su amiga, entonces su celular sonó— ¿Hola?

—Matsuri, ¿cómo estás? —respondió la voz de Gaara del otro lado del aparato.

—¡Gaara! Muy bien, ¿tú como estás? —la castaña estaba sorprendida por esta llamada.

—Bien —contestó el pelirrojo— Te llamaba para desearte suerte, da lo mejor de tí.

—Gra… gracias, Gaara —se sonrojó levemente la muchacha— Temari esta conmigo, ¿quieres decirle algo?

—Dile que controle bien lo que usa, que la voy a estar mirando —aseveró el colorado— Tengo que irme, nos van a hacer pasar, adiós.

—Adiós —se despidió la chica, cortando la comunicación para luego suspirar— ¡Que bueno que no tengo hermanos controladores!



—¡Chicos! —los llamó una voz conocida a sus espaldas.

Gaara, Kankuro, Sakura, Sasuke, Neji, Kiba, Lee, Chouji y Naruto voltearon para ver a Ino corriendo hacia ellos, seguida por un agitado Sai. La rubia llegó hasta ellos y les entregó una entrada a cada uno. Se encontraban en la puerta del lugar donde se llevaría a cabo el desfile, pero tuvieron que esperar hasta que la Yamanaka llegara con las entradas, y encima fue la última en llegar.

—¡Hasta que llegas Ino-puerca! —estalló la Haruno— ¿Se puede saber que les tomó tanto?

—Oh, ya habra tiempo para explicaciones —rió la blonda, mirando a Sai.

—Ino provocó que una vieja enorme se enojara, tuvimos que correr para salvar nuestras vidas —jadeó el morocho.

—¡Ella me llamó rubia materialista y hueca! ¡Y yo no lo soy! —se defendió la médica, mirando a su amiga en busca de apoyo.

—A mí no me mires, son tus problemas —rezongó Sakura.

—¡Sakura! ¡Eres mi amiga! —gritó Ino.

—¿Podemos entrar, por favor? —pidió Sasuke— Están armando todo un espectáculo con sus gritos.

Era cierto. Todos los presentes miraban al grupo discutir, se habían puesto a gritar muy fuerte sin siquiera darse cuenta. Ino soltó una risita nerviosa y le dieron las entradas al hombre de la entrada, que los hizo pasar inmediatamente, para que acabara así la vergonzosa escena.

Dentro, el lugar era bastante amplio. Había una gran y larga pasarela en el centro, compuesta por varias tarimas cubiertas por terciopelo negro. Al principio de la pasarela, era más ancho, porque había dos grandes paneles blancos tras los cuales salían las modelos. A la derecha del inicio de la pasarela había una gran pantalla, y a la izquierda un escritorio donde iban los conductores. Alrededor de la pasarela había miles de sillas, las cuales estaban numeradas, y sus asientos eran en la primera fila afortunadamente.

El grupo localizó entonces a Asuma, que estaba fumando mientras hablaba con una mujer muy hermosa, que lucía un hermoso vestido color carmesí que resaltaba sus ojos. Al acercarse para saludar, la mujer se dio vuelta, revelando ser la co-conductora de este show, Kurenai Yuhi.

—Asuma-san, no sabía que vendrías —comentó el Uzumaki.

—Jiraiya me dio una entrada y me invitó a venir —explicó el director técnico— Oh, les presentó a Kurenai, es una vieja amiga mía.

—Un gusto —sonrió la conductora de ojos rojos.

—¿Sólo amiga? —preguntó Ino con picardía, haciendo que los dos mayores se pusieran algo nerviosos.

—Bueno… etto… eso es… —balbuceó el Sarutobi.

—Es complicado de explicar —sintetizó Kurenai— Llevamos poco tiempo saliendo, pero es un secreto, no queremos que los paparazzi arruinen nuestro romance.

—Ya veo —captó la Yamanaka— Lo sé, los paparazzi arruinan todo.

—Pero bien que te gustaría salir en las revistas y la televisión —opinó Sakura por lo bajo.

—Oigan, ¿por qué no vamos a ver a Hinata y las demás? —propuso Naruto.

—Siempre tan interesado en ver a Hinata, eh —lo burló Kiba.

—¡Cállate! —lo calló el rubio, enfadado— ¡Al menos tengo novia!

—Claro, porque tengo unas ganas de tener novia —ironizó el Inuzuka— La vida de soltero codiciado es mucho mejor, ¿verdad Kankuro?

—¿Qué? Oh sí, claro, lo que tú digas Kiba —reaccionó, un poco tarde, el Sabaku No.

—¡Diez minutos y comienza! —anunció una voz desde las sombras— ¡Tomen asiento por favor!

—Debo ir, nos vemos luego Asuma —se despidió Kurenai, le dio un beso en la mejilla y se fue en busca de Yamato.

—Vamos a sentarnos —propuso Neji, y todos obedecieron.






—¡Hola a todos y gracias por venir! —inició Yamato desde el escenario, parado junto a la bella Kurenai y micrófono en mano.

—Bienvenidos todos al desfile del año —anunció la Yuhi— Van a ver buena ropa, chicas lindas, y mucho, mucho más. Nuestra primera pasada es una marca famosísima, lanzando su nueva campaña verano 2011, 47 Street.

—Denle la bienvenida a nuestras modelos de 47 —presentó el hombre, y los aplausos comenzaron cuando salió la primera de las bellas modelos.

Comenzó a sonar el nuevo éxito de Enrique Iglesias y Pitbull, “I Like It”, para iniciar el desfile. La primera fémina en salir fue una morocha despanpanante, luciendo un vestido blanco de tela fina, un par de collares y pulseras como complemento, y un sombrerito rosa, todo de 47 Street por supuesto.

—¡Que bueno que vine! —se alegró Kiba al ver la hermosa modelo pasar frente a sus ojos.

—¡Quiero ese vestido, es hermoso! —exclamó Ino con brillos en sus ojos cristalinos.

—Ese gorrito me quedaría perfecto —comentó Sakura, mirando el accesorio con profundo deseo reflejado en sus ojos.

—Y eso es lo malo de llevar mujeres a los desfiles —murmuró su novio— Después de esto, seguro nos vamos al shopping a gastar fortunas.

Ahora, la morocha fue remplazada por la reconocida modelo Luisana Lopilato, que desfilaba con un short blanco y una remera verde, de un estilo bien de playa. También llevaba un bolso azul claro, también de un estilo playero. Luisana se posicionó al final de la pasarela como toda una profesional, mientras Hinata miraba desde detrás de bambalinas con timidez. Aún le daba algo de pudor tener que modelar ante tantas personas, pero por suerte no estaba sola allí.

—Tú puedes Hinata, no tienes nada que temer —le sonrió Tenten.

—Adelante Hinata, es tu turno —la alentó Matsuri, y entre ambas amigas prácticamente la empujaron a escena.

—¡He aquí a una de las nuevas modelos de Jiraiya! ¡Hyuuga Hinata! —exclamó Kurenai.

Hinata vestía una musculosa verde y una minifalda color azul marino, además colgaba de su cuello un collar con el símbolo de la paz como complemento. Maquillada a la perfección y con una tímida, pero amplia, sonrisa iluminando al público, era una auténtica diosa de la belleza. Ino y Sakura tuvieron que parpadear varias veces para reconocer a su amiga, mientras esta caminaba por la pasarela. Ella dirigió su mirada un momento a Naruto, que la miraba boquiabierto, e incluso parecía tener una hemorragia nasal (al estilo anime). Neji, por su parte, simplemente se guardó su opinión para sí mismo. “Hinata… el destino no ha elegido que seas lo que eres ahora… tú misma lo elegiste, y yo a eso ya no me puedo oponer” pensaba él con una disimulada sonrisa que nadie notó, a excepción de su prima.

—¡Y seguimos de estreno! ¡Les presento a Ama Tenten! —prosiguió el conductor del espectáculo.

—Buena suerte, Tenten — le deseó Hinata al salir de la pasarela.

—Arigato, Hinata —le devolvió la castaña.

La morocha no traía sus característicos chonguitos, se lo había soltado para que sea acorde a su estilo de vestimenta. Era un poco más largo que el cabello de Sakura, llegaba hasta un poco más abajo de sus hombros y brillaba bajo las luces del escenario. Su vestuario consistía en un vestido verde claro como el césped, corto hasta más arriba que sus rodillas, y un sombrero blanco grande de playa.


Neji, que se había estado reclinando en su silla, por poco se cayó de su asiento ante tal belleza que caminaba por la pasarela. Era increíble, desplegaba cada hermoso rastro de Tenten… y al verla recordó lo que Haku le había dicho anoche… “Debo decirle lo que siento…” se decidió internamente el Hyuuga.


—Oye Neji, cierra la boca, que te va a caer baba en el pantalón —lo burló la Yamanaka, el susodicho sólo soltó un bufido de protesta y miró en otra dirección.

—¡Y ahora con ustedes! ¡Suuna Matsuri! —anunció Yamato mientras Tenten regresaba.

—¿Quién es ella? —preguntó Naruto, confundido.

—Naruto, ya sabes quien es, la novia de Gaara —señaló su prima con voz cansina.

—¡¿Tiene apellido?! —se sorprendió el rubio.

La muchacha de cabello castaño caminó exhibiendo toda su belleza. Portaba una remera color crema, algo suelta y larga, llegaba a tapar casi todo su short de jean, aunque en verdad este no era muy largo que digamos, sino que dejaba a la vista sus espléndidas piernas.

Ambos hermanos Sabaku No quedaron estupefactos al verla así. Su belleza no tenía comparación, y Kankuro lo sabía, pero aún así… no podía, no podría hacerle eso a Gaara. Se resignó a mirar en otra dirección mientras el pelirrojo admiraba la belleza de su novia.

—¿Ya terminó? —preguntó Sasuke.

—Esta fue recién la primer pasada —contestó la joven de cabello rubio— Y son varias, ahora viene Kosiuko.

—Ayer hablé con el Ero-Sennin —les contó el Uzumaki— Me dijo que las chicas no harán más de una o dos pasadas.

—¡¿Por qué tan pocas?! —se alarmó la Haruno.

—Porque aún son amateurs —reveló su primo— Aunque no tengo idea de lo que eso significa.

—Significa que aún son principiantes, dobe —le explicó el capitán de su equipo con naturalidad— Supongo que eso significa también que les queda un largo camino aún.

—Bueno, pero si llegaron hasta aquí pueden ir por más, dattebayo —opinó el rubio— Creo que todas pueden llegar muy lejos.

—Por cierto, no he visto a Temari en esta pasada, me pregunto si vendrá en alguna otra —dijo Lee, pensativo— Es raro que la pongan separada de las demás, ¿no?

—Al parecer tomaron miles de medidas de precaución por esta tal Shiho —comentó Ino.

—Oh por Kami, ahora viene Victoria’s Secret —suspiró el Inuzuka con entusiasmo, mientras la música cambiaba por "Sexy Bitch", de David Guetta y Akon.

—¿Y eso qué es? —preguntó Chouji, interesado— ¿Se puede comer?

—No baka, es la mejor marca de mujer de todas —explicó el dueño de Akamaru.

—¿Por qué? —quizo saber Sai.

—No es tan así —sentenció la Yamanaka— Tan sólo lo dices porque los trajes de baño de esa marca son increíblemente ajustados y hacen que hasta la mujer más plana luzca sexy.

Todos los hombres la vieron, asimilando las palabras pronunciadas por la blonda. No fue hasta que vieron a las modelos desfilar esas bikinis que comprendieron lo cierto de esas palabras, cada traje de baño era más excitante para ellos que el anterior. Imaginen la cara de los hermanos Sabaku No cuando fue Temari la siguiente modelo de Victoria Secret.

La mayor de los Sabaku No contaba con un traje de baño de dos piezas, una bikini de un color turquesa profundo, la pieza de abajo era como una falda, y no se le veía así tanto el trasero, pero el top, la pieza superior, era estilo brasilero, sin tiras a los lados, y acentuaba su imponente busto. Sus cuatro coletas no estaban presentes, su pelo iba suelto, danzando con el viento…

—Me pregunto que hace Shikamaru, perdiéndose esto… —murmuró Kiba, ganándose así una mirada asesina por parte de Gaara.

—¿Insinúas algo? ¿Qué se está perdiendo Shikamaru? —preguntó con ira el pelirrojo.

—Ahora viene un intermedio, vayamos a saludar a las chicas —propuso Sakura, levantándose de su asiento e intentando alejar a Gaara de Kiba para evitar una confrontación entre ellos.




Pero donde estaba Shikamaru, como se preguntaba Kiba. Esa era una buena pregunta. El vago se encontraba en el mismo lugar desde las tres de la mañana de la noche anterior, en aquel desolado bar, tomando solo hasta que su efectivo se acabase. De más esta decir, por supuesto, que estaba borracho.

—Dame otro whisky, mozo… o moza… o lo que seas —le ordenó al barman.

—Soy varón —respondió Haku— Y ya has bebido mucho…

—A Temari no le importa, a nadie le importa —respondió el Nara— ¡Dame un whisky!

Entonces, el otro barman lo agarró y lo separó de Haku antes de que se pusiera violenta la cosa. Este era musculoso y corpulento, cabello oscuro, ojos grises y tendría alrededor de veinticinco años. Lo apartó de un simple empujón.

—Arigato, Zabuza-san —agradeció Haku a su compañero.

—No hay de que, ahora, tú —miró a Shikamaru— Vete de aquí, niño, ya vete a casa.

Y con esas palabras, Zabuza lo acompañó a la puerta y lo echó del bar. El muchacho con cabello en forma de piña caminó sin detenerse, en dirección al otro lado de la calle… los recuerdos le venían a la mente… Temari besándose con Deidara… Kankuro lo tomaba de las ropas y le decía que se alejara de su hermana… Shiho intentaba asesinar a Temari… Gaara secundaba lo que Kankuro había dicho…

Y estaba tan absorto en estos pensamientos, que ni vio venir al auto negro que lo atropelló. Cayó de espalda a la calle, y quedó inconsciente al instante, su cabeza golpeó el suelo con fuerza…

—Temari… —llegó a murmurar antes de perder al consciencia.




—¡Ah! —exclamó la Sabaku No, tomándose súbitamente el pecho, en el punto donde estaba su corazón.

—¿Sucede algo, Temari? —preguntó Matsuri, al notar que su compañera de camarín estaba algo rara.

—Nada, siento algo extraño, como una presión en el pecho —se explicó la rubia de cuatro coletas, con la mano en el corazón.

—Deben ser los nervios, vamos que nos esperan Gaara y los demás —decidió la castaña, y Temari la siguió.



Continuara…


¿Cuál fue tu parte favorita del capi 18?
¿Merecía Naruto la golpiza por parte de Sakura?
¿Qué les pareció el desfile?
¿Se vera sexy Temari con esa bikini?
¿Qué opinan de agregar un poquitin de AsuKure a la historia?


Proximamente, en el capi 19:

-¡Shikamaru Nara! ¡¿Vida o muerte?! ¡El amor de Temari!
-¡Regresa la loca! ¡Shiho conoce a una amiga de Temari!
-¡¿Neji confiesa sus sentimientos?!
-¡Naruto conoce a Ikuto! ¡¿Amigos o enemigos?!



¡No olviden dejar sus preguntas al final de sus comentarios!!