Botineras (SasuSaku, NaruHina, NejiTen, GaaMatsu, ShikaTema, SaiIno & JiraTsuna)

Re: Botineras (SasuSaku, NaruHina, NejiTen, GaaMatsu, ShikaTema, SaiIno & JiraTsuna)

¡Bombones, traje su prometida conti!!!
Tiene un poco de cada pareja, excepto ShikaTema (por tengo algo MUY especial planeado para ella un poquitin mas adelante) y en especial, NaruHina y JiraTsuna.
Ahora me voy, es tarde y ando algo cansada, ademas tengo q terminar la conti de Destino Arreglado, mi long-fic de Pokemon, antes de irme a dormir (y q se me vaya la idea xD)
BESOS!!!
Rocio


Nota: Homura y Koharu son los dos ancianos del consejo de Konoha, esos dos viejos que siempre la andan molestando junto con Danzou.
Oh, y aquí la canción de Hinata: Para Vos
Es muy hermosa, de mis preferidas, la letra es preciosa, ojala ustedes también la disfruten. Pero una cosita: no pude conseguir una buena version de la canción, se repite cuando llega al final. Si quieren bajársela, se llama Para Vos, y pueden pedirme link de descarga por MP o bajarsela por Ares xD

Capitulo 16 ​

Jiraiya juntó los múltiples papeles sobre su escritorio y los acomodó correctamente a un costado del mismo. Luego, posó su mirada en la joven de cabello azulino sentada frente a él, que ese día vestía un vestido largo hasta sus rodillas, sin mangas, color celeste, de Rapsodia, muy hermoso. También, llevaba una cartera verde de Calvin Klein, y su calzado era blanco, de Converse. En síntesis, un estilo bien casual y urbano.


—Hinata —habló finalmente el manager— Confío en que serás capaz de informarles inmediatamente a las demás de esto, ¿verdad?

—Por supuesto —asintió la Hyuuga— Aunque… hay algo que me preocupa. Es sobre Temari, ya le conté lo del incidente con Shiho y Shikamaru…

—Sí, pero afortunadamente el desfile no será inmediatamente televisado, si no que hasta el mes que viene no saldrá en la pantalla chica —explicó Jiraiya— Bueno, eso es todo, gracias por venir. ¿Qué les paso a las demás, que no vinieron a la reunión?

—Las tres me dijeron que no podían —recordó la modelo de ojos perlados.




Flashback

—¡Hinata! —exclamó Temari por teléfono— Lo siento, pero Kankuro no me deja salir de aquí hasta que atrapen a Shiho, dile a Jiraiya que me disculpe.

—¡Hinata! —apenas cortó con la Sabaku No, Tenten la llamó— Mil perdones, pero tengo un asunto urgente que solucionar, no puedo ir a la reunión con Jiraiya.

—¡Hinata! —no pasaron ni cinco esgundos, y Matsuri ya la estaba llamando— ¡Gomenasai! Gaara me llamó de urgencia y no pude decirle que no, no puedo ir a la reunión, pidele disculpas de mi parte a Jiraiya…


Fin Flashback




—Ya veo —murmuró el albino.

—Mejor voy partiendo, tengo que tomar un colectivo —recordó la Hyuuga.

—Ah, espera —la detuvo el hombre— Feliz cumpleaños, Hinata.

—Arigato, Jiraiya —sonrió la chica, y luego salió de la oficina.



Poco después de su partida, ingresó otra mujer, mayor, de cabello rubio y con mucho más busto. Tsunade miró a su antiguo compañero de secundaria y rió.


—¿Estás listo? —preguntó la Senju, irónica.

—Por supuesto, cariño —dijo él, enfatizando la última palabra.



















Hinata descendió del colectivo. Estaba aún a unas cinco cuadras de su casa. En eso, mientras caminaba, comenzó a sonar su celular con la canción “Hey, Soul Sister”, de Train. Miró la pantalla, era de su casa. Suponiendo que era una de sus amigas, atendió sin más.


—¿Hola?

—¡Hinata! —el grito de Naruto le taladró el cerebro en cuanto lo oyó.

—¡Naruto-kun! ¿Qu… qué ha… haces en m… mi ca… casa? —el sólo pensarlo la hizo enrojecer como un tomate.

—Sakura-chan me mandó a buscarle algo, pero no lo encuentro por ningún lado, ¿podrías ayudarme a encontrarlo?

—Cla… claro, ense… enseguida llego —y cortó la comunicación telefónica. Las próximas cuadras, las corrió a toda velocidad.












Mientras tanto, en el departamento de Hinata, Naruto colocó el teléfono de la casa en su lugar correspondiente y se volvió a su prima de cabello rosado, indicándole que todo había salido tal cual ella lo había planeado. La Haruno se volvió a los invitados, Ino y Sai se ocupaban de dejar todos los abrigos en el cuarto de Hinata, Tenten se ocupaba de que Chouji no se acercara a las pizzas antes de que la Hyuuga llegara, Gaara y Matsuri charlaban en un sillón sobre quien sabe que cosa, Neji y Sasuke discutían que banda era mejor, Linkin Park o Metallica, Suigetsu tomaba agua recostado en un sillón en compañía de Shino, Lee jugaba un juego de acción de su celular, y aún no llegaban Kankuro, Temari, Kiba ni, por supuesto, la homenajeada.

Entonces, la puerta súbitamente se abrió para que entrara una enojada Sabaku No, arrojando a un rincón su gorra de béisbol, sus anteojos de sol negros, su bufanda roja tejida a mano, y una campera verde exageradamente grande. Rezongó, y luego enfrentó a Kankuro, que la acompañaba.


—Estoy de acuerdo con la parte de que me cuides y todo eso, pero no me agrada la parte donde debo taparme bajo diecisiete mil cosas para tapar mi cara —bufó la chica, sentándose junto a Matsuri.

—Mira, tú estas “muerta” —le explicó su hermano, usando sus dedos para imitar las comillas en la última palabra— Como por lo general los muertos no asisten a las fiestas de cumpleaños de sus amigas, debemos ocultarte para que la loca esa no te reconozca.

—Sí, lo sé, pero esa campera… —se quejó la rubia de cuatro coletas.

—Es un mal necesario —sentenció el castaño, cortante.

—Kankuro-san se ve tan lindo cuando protege a su hermana —rió Ino al contemplar la escena.

—El papel de hermano sobreprotector te queda mejor que a mí —añadió Gaara y Matsuri rió por lo bajo.

—Oigan, se supone que estén de mi lado —se enfadó el Sabaku No, pero luego suspiró y desistió— Como sea, voy a tomar un poco de agua. ¿Hinata aún no llega?

—No debe tardar, te dije que llegaríamos a tiempo —intervino Temari— Por cierto, no lo veo a Shikamaru, ¿no vendrá?

—No lo sé realmente —dijo Sakura, mirando a Sasuke con preocupación— No logré comunicarme con él para avisarle de la fiesta sorpresa.

—Tampoco vino a la práctica el martes —comentó el Uchiha— Es extraño, no suele faltar sin una excusa.

—Tal vez le paso algo —sugirió Naruto— ¡Tal vez la loca lo secuestró!

—¡Baka! —gritó Sakura.


La Haruno tomó al Uzumaki, lo batió, lo giró como si fuera un trompo y finalmente lo golpeó tan fuerte que literalmente voló hasta la puerta y se pegó contra ella de frente, quedando adolorido en el suelo.


—Eres mala… Sakura-chan… —murmuró el rubio con dolor.

—Eso es por hacer preocupar a Temari —sentenció sin más la médica de cabellos rosados, luego se volvió a su amiga más calmada— No te preocupes, seguramente se esta escondiendo de Shiho como tú lo estas haciendo, por eso no pude contactarlo.

—Seguramente tengas razón —dijo con cierta tristeza la Sabaku No.

—¿Qué es ese ruido? —preguntó entonces Sai.


Todos hicieron silencio. Eran pasos, lentos, pausados y secos, en el pasillo exterior. Alguien venía hacia el apartamento.


—Debe ser Hinata, ¡todos escóndanse! —ordenó la Haruno— ¡Naruto, las luces!


Naruto apagó las luces, dejando el hogar de la Hyuuga completamente a oscuras. Todos los invitados se ocultaron donde pudieron, aunque ya estaban en la penumbra de todas formas. Entonces, la perilla de la puerta giró con suavidad, y mientras el recién llegado entraba, todos saltaron apenas encendió de nuevo la luz…


—¡Sorpresa! —gritaron todos.


Pero en lugar de Hinata, la sorpresa se la llevó Kiba, que acababa de llegar. El Inuzuka se llevó tan grande y súbita sorpresa, que la torta de dulce de leche y chocolate que traía en sus manos, encargada por Tenten, salió volando por los aires y fue a parar al piso frente a ellos. El castaño dueño de Akamaru miró a los demás con furia.


—¿Qué creen que hacen? ¡Me asustaron! —vociferó él, enojado.

—¿Qu... qué su... sucede? —preguntó una voz a sus espaldas.


Hinata miraba la escena con confusión. Acababa de llegar a su hogar para encontrar esta bizarra situación, que claramente no esperaba, Kiba frente a ella con expresión de "oh-no-todo-se-arruinó", los invitados mirándose unos a otros confundidos, y una torta en el medio del suelo. Sakura se abrió camino entre la gente, empujando a todos en diversas direcciones en el proceso, en dirección a la Hyuuga y al alcanzarla, la abrazó con fuerza.


—¡Feliz cumpleaños Hinata! —exclamó la doctora— Ojala te gusta esta fiesta no-tan-sorpresa.

—¿Pa.. para mí? —se sorprendió la modelo.

—Ten, feliz cumpleaños —Kiba le entregó su regalo, un collar con una placa plateada, como la de los perros, que decía “Hinata”.

—Muchas gracias, Kiba-kun —le sonrió la muchacha.

—Ven, pasa, hay muchos regalos por abrir —indicó Ino, tomándola del brazo y haciéndola entrar— Este es mío.


Le dio un paquete liviano, color blanco. La chica desgarró el papel, y al ver el regalo de Ino, enrojeció violenta y abruptamente. La Yamanaka, satisfecha, se acercó a su oído y le susurró:


—Para que la uses con Naruto-kun —murmuró seductoramente, señalando su regalo, una tanga colorada tan fina como un hilo dental.

—¡Ino-chan! —chilló Hinata, tan roja como su obsequio.


Los demás se acercaron a la cumpleañera para entregarle sus respectivos regalos. Chouji le regaló una gran caja de Toblerone y otros chocolates variados, Shino le dio unas gafas negras idénticas a las que usaba él siempre, Lee optó por darle un libro sobre pelea, Suigetsu le dio uno sobre katanas y otras espadas que compró en el mismo lugar, Kankuro le entregó unas seis botellas de sake “para toda ocasión”, describió el Sabaku No, y Sasuke eligió como regalo una remera rosa con detalles lilas de 47 Street, que en verdad Sakura había elegido por él. Ahora, tan sólo faltaban los regalos de las chicas…


—Ten, este viene de parte de Gaara y mía —sonrió Matsuri, entregándole una bolsita blanca. La bolsa contenía un anillo dorado con las iniciales H.H. grabadas en el centro.

—Gracias, Matsuri, Gaara-kun, es hermoso —agradeció con emoción la muchacha de cabello azulino.

—Este es mío, ojala te guste —Temari le alcanzó un paquete azul— Sakura tuvo que comprarlo por mí porque mi hermano el guardabosques —le lanzó una mirada de soslayo a Kankuro— no me deja salir ni para respirar.

—¿Kankuro-san trabaja como guardabosques? —preguntó inocentemente Hinata.

—Es una manera de habl… no importa, tan sólo abre el regalo —sentenció la rubia de cuatro coletas.

—Gracias, Temari-chan —sonrió Hinata al ver un gorrito hermoso color beage de 47 Street, que unos días atrás había visto en un local y comentado que era muy bonito.

—No hay de que —sonrió la Sabaku No.

—¡Y ahora el mío! —se alegró Sakura, dándole una bolsa rosada como su cabello. Contenía un cuadro, con marco de madera de roble y una foto bastante grande en el. La foto se la habían tomado ayer, eran ellas, Sakura, Hinata, Ino, Temari, Matsuri y Tenten, abrazadas y sonriendo ampliamente— Es que realmente no tuve mucho tiempo… iba a comprar algo con Ino pero al final no fui, y sólo se me ocurri…

—Gracias, Sakura-chan —la interrumpió la Hyuuga, abrazando súbitamente a su amiga de cabello rosado— M… me enca… encanta…

—Oye, aún falta mi obsequio —intervino la modelo de ojos chocolate cuando sus amigas se separaron— Feliz cumple, Hinata.

—Gracias, Tenten —dijo la cumpleañera, admirando el perfume de Britney Spears, Believe, que tenía un aroma que a ella le encantaba, y abrazando también a Tenten-

—Hinata-sama —interrumpió la voz de Neji, captando la atención de la susodicha. Él estaba haciendo un gran esfuerzo porque su voz no sonara tan fría como de costumbre, y no lo hacía tan mal a decir verdad— No, simplemente Hinata. Aquí tienes, feliz cumpleaños.

—Neji-san… ¿me com… compraste al… algo? —observó ella, incrédula, recibiendo en sus manos un envoltorio marrón de parte de su primo.

—Ven, vamos a abrirlo —proupso Tenten. Guió a la chica y se sentaron en el sillón, despedazaron el papel para descubrir que era… —¿Te gusta? Yo creo que es hermosa.

—Neji-san… ¿en serio es para mí? —preguntó Hinata, sin poder creerlo. En su regazo, posaba una guitarra brillante y de muy buena calidad.

—¿No te gusta? —se lamentó él, apenado.

—No… es mu… muy boni… bonita… —sonrió la chica. Se puso de pie y le tendió una mano a su primo— Gracias, Neji-san.

—No hay porque, Hinata-sam… Hinata —él le devolvió la sonrisa y estrechó la mano de su prima, todos los presentes aplaudieron con emoción.

—Que bueno que se reconciliaron —se emocionó la muchacha de los chonguitos.

—Nee, Hinata —dijo Naruto, recordando algo— Ahora que tienes la guitarra, ¿puedes cantar tu canción?


Los invitados se volvieron súbitamente al Uzumaki, extrañados ante ese comentario. El rubio se encogió de hombros, y al sentir que todos los que lo miraban exigían una respuesta, contestó eventualmente.


—El otro día la ví escribiendo una canción muy bonita, quiero oírla, dattebayo —exigió como un niño encaprichado.

—No tenía idea que escribieras canciones —exclamó Sakura.

—¡Que cante! ¡Que cante! —coreó Ino, luego fue secundada por todos los demás a modo de coro— Que cante! ¡Que cante!

—¡Esta bien! —soltó repentinamente la Hyuuga— Es… esta bien… canta… cantaré…


























Jiraiya golpeó la puerta suavemente. Una voz dentro le concedió el paso, y entró seguido por Tsunade. Detrás de un escritorio repleto de papeles, se encontraban sentados dos ancianos, un hombre y una mujer. Él tenía cabello gris, barba algo larga del mismo color y usaba lentes redondos. Delante de él, había un cartel que leía: Homura Mitokado, y delante de ella, otro que decía: Koharu Utatane. La anciana tenía los ojos entrecerrados, cabello gris recojido en un rodete asegurado con una aguja de pelo tradicional japonesa. Ambos ancianos eran los encargados de una importante sección del gobierno, aquella encargada de la adopción de menores de edad.


—Tsunade Senju, ¿qué te trae por aquí? —preguntó Koharu mientras la pareja tomaba asiento frente a ellos.

—Hmp, veo que me reconoce —se sorprendió la rubia.

—Pues no es difícil, eres una figura popular, jefa del hospital Kunoichi, aunque debo admitir que con tantas cirugías estéticas se dificulta un poco —comentó la anciana.

—Vayamos al tema de nuestra visita —cambió de tema rápidamente Jiraiya, al ver que Tsunade comenzaba a enfadarse.

—Supongo que adopción, ¿no es así? —supuso Homura.

—En efecto, deseamos adoptar a Cheryl —habló más calmada la Senju— Mi amiga Shizune apeló hace poco para la tenencia, pero fue rechazada.

—Así es, y no me arrepiento —opinó Koharu— Esa muchacha no sólo esta soltera, sino que frecuenta salir por las noches y es muy joven aún. No esta lista.


“Estos ancianos me sacan de quicio” opinó para sus adentros Tsunade con rabia “Gracias a Kami que no debo trabajar y lidiar con ellos todos los días.”


—Aquí estan los papeles, por favor revise que este todo —le entregó el albino al anciano.

—Bien, me comunicaré con ustedes en cuanto lleguemos a una decisión en los próximos días, que tenga buen día —le deseó Homura.

—Igualmente —devolvió el saludo el manager, y se marchó junto con su “esposa”... pero antes…

—Jiraiya, Tsunade —los detuvo la anciana— Hay algo que no me consta aquí, su dirección, ¿dónde le mando el citatorio?

—Avenida Menma 403 —soltó el albino.

—Boulevard Amitie 123 —dijo Tsunade exactamente al mismo tiempo.

—¿Disculpen? ¿Estan casados y no conviven? —se extrañó Koharu.

—Etto… —intentó pensar rápidamente la Senju, pero nada se le ocurría.

—Es sólo que me mudé a su hogar muy recientemente —intervino Jiraiya— Nuestra dirección es Boulevard Amitie 123, ¿no es así, amor?

—Sí… allí vivimos… —argumentó ella lentamente
















—¡Esos malditos! —vociferó Tsunade al dejar atrás el edificio, ya en el auto de Jiraiya.

—Coincido contigo, las razones por las que rechazaron a Shizune… son de lo peor... —criticó suavemente Jiraiya.

—Pero aún así… estuviste muy bien Jiraiya, gracias —sonrió la rubia.

—No hay de que, tú harías lo mismo por mí, ¿verdad? —le devolvió la sonrisa el hombre.

—Sí… supongo que sí… —rió la jefa de Sakura e Ino, luego frunció el entrecejo al verlo tomar un camino diferente— Oye, mi casa no es por aquí, ¿a dónde vamos?

—Pues no se si lo notaste, pero debo mudarme urgentemente a tu hogar, ¡nos pueden descubrir!














Hinata tomó la guitarra y la posicionó correctamente. Estaba sentada sobre un sillón, y todos los demás invitados sentados en el suelo, frente a ella, todo un público expectante tan sólo para ella. Se aclaró la voz, tosió un poco y ese particular tono rosado se apoderó de sus mejillas mientras su canción iniciaba.



“Quiero invitarte a conocer
la vida que imaginé…
donde no existe el dolor,
y cabe un río de amor…

Si me ayudas a aprender a mirar,
yo te prometo enseñarte a soñar,
quisiera mostrarte el corazón que buscas,
vení conmigo”



Ino se encontraba junto a Sai, sonriente como nunca. Miró al morocho a su lado y acarició sus cabellos gentilmente, sin dejar de oír el bello canto de su amiga. Se acercó a su oído y le susurró ta bajo como era humanamente posible: “Te amo…”



“Quiero invitarte a respirar,
un aire de libertad…
vivamos esa ilusión
toda la vida de a dos

Sé que hay un puerto para compartir,
donde se escribe una historia feliz
quisiera mostrarte lo que quiero decir,
vení conmigo”



Matsuri sonrió débilmente y recostó su cabeza sobre el hombre de Gaara, quien se sorprendió un poco pero no se inmutó. Kankuro contempló esa simple escena con recelo. Había intentado en esos últimos días salir con otras mujeres, olvidarse de Matsuri, pero le era imposible, no podía eliminarla de su cabeza. Incluso había llamado accidentalmente Matsuri a su última cita, en vez de por su verdadero nombre. Debía hacer algo urgente... pero… se veían tan felices juntos… no quería ser quien destruyera ese amor…



“Para vos, este amor,
si me das un mundo mejor,
todos mis sueños te doy,
te doy

Para vos, este amor,
y yo escribo en tu corazón,
la letra de esta canción,
nuestra canción…”



Tenten posó su mirada en Neji, como si lo estuviera analizando. Era lindo, bonito, encantador, adjetivos positivos sobre su apariencia le sobraban, pero lo más importante, bien en el fondo era tierno y bueno, y siempre con ella era así, así de bueno, así de tierno, así de amable, así de gentil, así de perfecto… ¿Qué le sucedía? ¿Acaso se había enamorado de Neji Hyuuga?

Volvió a mirarlo. Esta vez, él la notó, pero cuando la miró ella apartó la mirada, como si le diera pena. Ahora, Neji la examinó. Era innegablemente hermosa, había que estar ciego para no notarlo. Sus curvas eran para el infarto, sus ojos… era simplemente imposible para él no perderse en esos obres chocolate, y su sonrisa… esa sonrisa podía iluminar completamente toda la ciudad… un momento, ¿acaso estaba sintiendo algo por Tenten?



“Quiero invitarte a conocer
la vida que imaginé…
donde no existe el dolor,
y cabe un río de amor…

Si me ayudas a aprender a mirar,
yo te prometo enseñarte a soñar,
quisiera mostrarte el corazón que buscas,
vení conmigo”



Tsunade miró como el albino conducía concentradamente. Incluso la radio iba apagada, el silencio era absoluto. Sin embargo, no había ni un alma en la calle, estaba desolada. Era un camino desierto que salía justo al hogar de Jiraiya, sacarían lo mínimo e indispensable por el garage rápidamente y se irían para no levantar sospechas. “Y todo lo hace por mí…” musitó para sus adentros la Senju, mordiéndose el labio inferior y mirándolo con ternura.

Se acercó lentamente a él, sin que el manager se diera cuenta de ello. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, se estiró con suavidad y besó tiernamente la mejilla derecha de Jiraiya. Él no desaceleró, no se detuvo mientras la rubia se apartaba de él totalmente sonrojada por lo que acababa de hacer, pero si estuvo atónito durante bastante tiempo, sin poder creer lo que acababa de suceder. Finalmente, sonrió, sin voltear a verla hasta que se detuvieron. Ella bajó apurada, intentando así evitar la vergonzosa situación. “Pero…” se dijo a sí misma mientras caminaba. “No me arrepiento de haberlo hecho… realmente me gusto…”



“Para vos, este amor,
si me das un mundo mejor,
todos mis sueños te doy,
te doy

Para vos, este amor,
y yo escribo en tu corazón,
la letra de esta canción,
nuestra canción…”



La muchacha de hebras rosadas estaba más que impresionada por la canción de su amiga. No sólo era hermosa, sino que ella misma la había compuesto, tanto la letra como las notas de la guitarra. Miró a Sasuke, que se encontraba a su lado. A diferencia de lo que ella pensaba, no estaba distraído o pensando en otra cosa, escuchaba la canción antentamente, hasta parecía disfrutarla. En eso, recordó la sorpresa de Sasuke hace algunos días… se preguntó de que se trataría… nada se le ocurría en verdad… pero aún así, confiaba que sería algo hermoso como el Uchiha… claro, sí era posible algo tan hermoso como él.



“Para vos, este amor,
si me das un mundo mejor,
todos mis sueños te doy,
te doy

Para vos, este amor,
y yo escribo en tu corazón,
la letra de esta canción,
nuestra canción…”



Naruto observó como Hinata llegaba a las líneas finales de su canción. Se escuchaba aún mejor de lo que esperaba cuando ella lo cantaba. Notó que, como la otra vez junto al lago Mizu, ella estaba al borde del desmayo, pero se mantenía bien, con una amplia sonrisa. Y notó que durante toda la canción, la Hyuuga no apartó sus ojos perlados del rubio. El Uzumaki recordó que aún debía darle su regalo… pensó en hacerlo una vez finalizada la canción… no parecía faltar mucho…


Y no se equivocó. La chica dio sus acordes finales y la canción terminó. Todos los presentes dieron un salto para ponerse de pie y aplaudirla con fervor. Ella simplemente enrojeció, y se sonrojó aún más al ver a Naruto acercársele a ella.


—Hinata, ¿puedo hablarte un segundo? —preguntó el futbolista de irises claras.

—Ense… enseguida… iré al baño… —accedió la muchacha, pero fue interceptada por Ino.

—Sai acaba de entrar al baño —le informó la Yamanaka— Mejor pasa al de tu habitación.


Hinata entonces recordó que su recamara contaba con un baño adicional dentro de la misma. Ingresó al baño y procedió a hacer sus necesidades. Una vez hechas, se lavó las mano y estuvo por dejar el cuarto, cuando notó algo en la ventana. No, estaba equivocada. Había alguien en la ventana, golpeando el vidrio suavemente.


—¡Tsukiyomi Ikuto! —exclamó la muchacha al verlo en su ventana, subido a la rama de un árbol. Lo dejó pasar dentro de la habitación.

—Ten —dijo él, entregándole una bolsa verde y mirando en otra dirección, como si estuviera apenado— Puedes tomarlo como un regalo de cumpleaños si quieres.


La chica abrió la bolsa para encontrar algo que por cierto no esperaba, y que definitivamente la sorprendió. Se trataba del pendiente de cristal que su madre le había dado en su lecho de muerte, completamente restaurado e intacto. Incrédula, la chica miró a Ikuto en busca de respuestas.


—Junté los pedazos en el local y lo mandé a reparar —admitió él. Hinata sospechó que se sentía culpable, pero que su orgullo no le permitiría admitirlo.

—Mu… muchas gracias… de verdad significa mucho pa… para mí —le agradeció la modelo de ojos perlados con una sonrisa, mientras se colocaba el pendiente alrededor del cuello.


En eso, llamaron a la puerta. Era Naruto, que necesitaba hablar con ella urgentemente, al parecer. La joven entonces entró en pánico, Naruto no debía, no podía ver a Ikuto allí con ella. Se abalanzó sobre la ventana e intentó abrirla, pero sin éxito. Justo en ese instante, se había quedado trabada. Miró alrededor y localizó un armario lo suficientemente grande. Tomó al Tsukiyomi y prácticamente lo arrojó dentro.


—No salgas, por favor —le suplicó la Hyuuga, y lo encerró dentro del closet.


La chica se dirigió a la puerta y la abrió súbitamente. El despistado rubio entró sin más, con su típica sonrisa de oreja a oreja. Hinata propuso que se sentaran en la cama, y así lo hicieron.


—Hinata, he querido hablar contigo desde hace un buen tiempo —suspiró el deportista, poniéndose serio súbitamente.

—¿D... de qué qui… quieres hablar, Nar… Naruto-kun? —preguntó tímidamente la muchacha de cabello azulino.

—Es que… no sé que me sucede… —se explicó el Uzumaki— Cuando estoy contigo… es como si no quisiera despegarme de tu lado… y cuando tú sonríes… se siente tan bien como cuando probé el ramen por primera vez, dattebayo… Hinata, ¿crees que me suceda algo?

—Naruto-kun —soltó ella simplemente. “Oh My God” decía al estilo Janice la Hyuuga en su mente, hábito que sus amigas le habían pegado “No puede ser tan despistado… ¿qué debo hacer para que se de cuenta?” Tomó aire y respondió— Naruto-kun… a mí me pasa lo mismo…

—¿Crees que sea alguna enfermedad contagiosa? —se preocupó él.

—No, s.. se tr… trata de o… otra co… cosa —Hinata tomó valor y lo escupió de una vez— Es amor. Cuando quieres estar todo el tiempo con esa persona… cuando verla sonreir te alegra el día… cuando su felicidad se convierte en tu felicidad… eso es amor…

—Ya veo —comprendió lentamente Naruto— Entonces te amo, Hinata.


Y dicho esto, sin esperar una respuesta, el rubio avanzó hacia la chica y besó sus tiernos y níveos labios.

Ella se sorprendió por la acción tan repentina, pero no lo detuvo. Es más, lo inspiró a seguir, colocó sus brazos alrededor de su cuello, acariciando tiernamente sus cabellos dorados como el sol. Él acarició su espalda y cabello, luego envolvió sus brazos alrededor de la cintura de la modelo y se dedicó simplemente a besarla con amor y pasión. Siguieron besándose apasionadamente sobre la cama de la Hyuuga, hasta que la maldita necesidad de oxígeno obligó a sus bocas a tomarse un respiro.


—Hinata —habló primero el Uzumaki— ¿Quieres ser mi novia?




Continuara…





¿Cuál fue tu parte favorita del capi 16?
¿Kankuro es muy sobreprotector con Temari?
Jiraiya y Tsunade conviviendo... ¿Predicciones?
¿Cuál fue, para tí, el mejor regalo que recibio Hinata?
¿Habra Ikuto oído todo desde el armario?





Proximamente, en el siguiente capi:

-Sai le revela su secreto a Ino (Venia en este capi, pero no me entró, lo dejé para después xD)
-Sasuke, Sakura y una sorpresa muy especial
-¡Preparativos finales! ¡Comienza un desfile muy hot!
-¡¿Naruto y Hinata afirman su relación?!
-¡La noche especial de Tsunade y Jiraiya!