Tokorozawa Bosques de Totoro [Bosque]

[Inicio] H1 -Grupo 2

Quizás me lo soñé, pero me pareció que a la chica una cuota de satisfacción le cayó encima cuando le pasé la pelota de ser la líder. Si fue el caso me importó bien poco, si ella estaba bien con eso y me libraba de tener que ponerme en ese lugar, funcionaba para todos, de modo que me di por servido. Me limité a verla irse cuando llamaron a los líderes y husmeé desde nuestra posición para ver a los demás: Sonnen, Alisha, Sasha y Anna. Ah, bendito entre todas las mujeres.

Como era medio chismoso vi el intercambio entre Anna y Sonnen por encima, me pareció que el otro le decía algo y con eso uní algunos puntos, no demasiados, claro. Igual eso era lo de menos, cuando la niña volvió con nosotros nos pusimos en marcha no mucho después, guiados por un profesor, y ella aprovechó el tiempo para repartir las linternas, preguntó quién quería encargarse del mapa y me acerqué a ella para husmear por un costado.

—Puedo hacerlo yo —resolví con calma, pues porque ya mucho descaro era haberla puesto de líder y no ayudar en nada.

La cosa fue que el profe en cuestión, el que nos guiaba, desapareció así de la nada y yo medio fruncí el ceño, aunque aflojé los gestos cuando Jack casi se choca conmigo. Recordé que había dicho que era un miedoso, bueno no así, pero se entendía y eso me hizo preguntarme si ya estaría cagado hasta las patas. Me dio algo de pena, la verdad, así que estiré la mano en su dirección y lo sujeté por el antebrazo un instante, como para anclarlo al mundo. Fue entonces que me di cuenta que estaba algo agitado.

Pobre desgraciado, se nos iba a morir aquí.

No dije nada, Anna estuvo hablando un rato y le contesté de tanto en tanto, para mantener el flujo de palabras, medio distraer a Jack ya de paso y hacer tiempo. Al menos así fue hasta que el niño apareció, pequeño con ropas tradicionales y máscara de kitsune. Otro desconcierto, otro susto para Atkinson y otro punto para la prueba de valor.

Como vi que al pobre le estaba dando de todo, a pesar de que formuló la pregunta, me acerqué y me agaché a la altura del niño. Era película de terror cliché, pero ni modo, nobleza obligaba, así que le sonreí al pequeño medio en automático.

—Solo podemos ayudarte si hablas con nosotros —añadí suavizando la voz—. Estaría si contestas lo que preguntó mi amigo.

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post más que todo para decir que por mí está bien la pregunta de Jackie uwu

[Inicio] F6 - Grupo 4

A ver, no era mentira que ser el líder me la traía bastante floja, si ignoraba puestos de autoridad de mentira como los que brindaban las escuelas era por aburrimiento más que nada. Lo que me había molestado era el tono ambiguo de Makris, que era otra amargada del culo como yo pero con la incapacidad de filtrar las emociones que le pasaban por la cara; de hecho se estaba pegando la pulseada para sacarme de mis casillas pero me comporté solo por el recordatorio de adulto responsable de Cayden, el codazo con el que me dijo que esta era amiga de Jez y más me valía no ponerme demasiado insoportable.

Se negó a avisarle a Yoshida, me cagué en mis muertos internamente y fui yo a recoger las mierdas. Cuando llegué con el resto de líderes, todas chicas para la gracia, no me sorprendió en absoluto de ninguna de las caras desde Alisha, queen bee estándar, hasta Anna que podía ser bastante mandona, aunque suponía que se podía decir lo mismo de mí.

Recibí las cosas, suspiré con cierta pesadez pero cuando sentí el toquecito en el hombro y vi que era Anna se me escapó una risa floja que me aflojó el cuerpo. Lo de siempre, estaba hecho un imbécil.

—Nos vemos, capitana.

Eso sí, bastó que ese intercambio acabara para que volviera con el resto con la cara de culo de siempre y mientras caminábamos detrás del profesor le fui alcanzando las linternas a Cayden, que las repartió a los otros dos antes de dejarse la propia. El resto sucedió con el patrón desconcertante pero esperable de la situación, el profesor desapareció, esperamos como imbéciles, probé las frecuencias de radio y luego nos ubiqué en el mapa con ayuda de Cayden "Ojos Biónicos" Dunn.

La aparición del niño me pilló en frío, separé los ojos del mapa y lo que dijo no ayudó en nada, pero cuando dejó de hablar le hice una seña al pelirrojo para que se encargara. Digamos que era el más suavecito de cara y de personalidad, asumí que sería bueno con los niños y ya, cosa que se confirmó con lo que le dijo de que lo resolveríamos juntos y no sé qué. Muy de hermano mayor para un chico que era hijo único, la verdad.

Crimson se acercó también, le habló al niño y nos buscó a los demás con la vista. El menor hizo una seña, le llamé la atención a Cayden para que viniera también y así pudimos escuchar al chico que soltó tremendo speech desde una racionalidad que no le esperé nunca. Alcé las cejas, medio sorprendido, pero pronto volví a la cara de póker usual.

—Es un niño —reclamó Dunn en un murmuro quedo, emocional como podía ser—. ¿Por qué suena a interrogatorio policial?

—Porque estamos en una prueba, Puppy —advertí con firmeza—. Lo debió mandar alguien. Todas las preguntas importan, la verdad, pero ahora pienso que deberíamos averiguar si tiene nombre y de dónde viene. Lo básico cuando se pierde un niño en el supermercado, así podríamos saber si tiene a dónde volver o de dónde huir.

—No es el superm-

—Do it, Puppy —ordené cerrándole la boca en ese instante—. Si yo me le acerco es posible que lo asuste más, no se me dan bien los niños.

El otro tomó aire, lo soltó y asintió con la cabeza, antes de volver con el niño le dedicó una sonrisa a modo de disculpa a Mattsson. Al volver con Crimson y el niño se agachó de nuevo, linterna en mano y se encargó de parecer incluso más inofensivo que de costumbre.

—¿Puedes decirnos quién eres y de dónde vienes? —preguntó con suavidad, esperando no alterarlo de más o lo que fuese, y se quedó esperando.

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Si a los que andan activos les parece, entonces nos quedamos con esa pregunta owo

[Inicio] H5 - Grupo 3

Había notado la pequeña dosis de emoción que se le coló a Kenneth al regresarme el saludo y la tontería me puso un poco suavecita, la verdad, porque me dio algo de ternura. Tampoco tuve tiempo de hablarle directamente ni nada, pronto estuvimos hablando de que brillábamos como faro, que Kakeru era la noche con lucecitas y de la líder con su co-capitana. El grupo era variopinto, pero parecía bueno y eso bastaba.

Cuando Alisha volvió con las cosas repartió las linterna, le dio el mapa y la brújula a Verónica y nos pusimos en marcha. Ingresamos al bosque, de la nada nos quedamos solos y empecé a ponerme un poco nerviosa a pesar de estar aquí con un grupo de gente, pero era que eso del bosque no era lo mío. Qué va, me podía saltar un bicho en la cabeza, pisar una serpiente, ver un sapo, ¡demasiadas cosas juntas!

Igual los nervios se me pasaron apenas vi aparecer al niño con máscara, el corazón me dio un vuelco en otra dirección y me acerqué inmediatamente después de Kenneth, imitando sus movimientos sin darme cuenta. El muchacho le preguntó algo que me pareció válido, así que solo me quedé cerca porque me preocupó ver a un niño pequeño allí solo. Era la lucecita de apoyo moral, digamos.

—Puedes hablar con nosotros —concedí en un tono de voz parecido—. No tengas miedo, te vamos a cuidar.

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otro post de confirmación de pregunta, por mí nos podemos quedar con la que formuló Kenny boy uvu

[Inicio] F4 - Grupo 1

Al final habría que darle las gracias a la aparición de Alethea, porque si no yo me habría quedado atascado en la otra mierda aunque fuese versión light y no era bueno para nadie. El caso es que como me acerqué a husmear desde atrás de Sasha escuché la respuesta a medias y luego me contestó la pregunta que había formulado, afirmando que sí era la chica que pensaba.

Lo de que no sabía si lo de Riamu contaba como presentación oficial me hizo algo de gracia, me encogí de hombros y aunque no reaccioné mucho más, sí que me revolqué un poco en el hecho de que Ri-chan andaba por ahí contándole de mi existencia a su amiga. El motivo me importaba entre poco y nada, porque me servía igual.

—Shimizu, sí. Dime Arata de todas formas, estamos en confianza —solté apenas terminó de hablar—. El gusto es mío. Siempre es bueno conocer las amistades de Ri-chan~

Total que la pelota del líder seguía picando allí en medio, incluso cuando la chica faltante apareció, la de apellido Sugawara que imaginé sería hermana de Haru porque tenía los mismos ojos. Al final como la cosa dio tanta vueltas sin resultados Sasha terminó tomando el puesto, se retiró a traer las cosas y nos quedamos esperándola. Me presenté con la rubita cuando Alethea se acercó a hablarle a Wickham, pues porque qué iba a hacer si no, pero tampoco le hice conversación porque nos tuvimos que empezar a mover.

Nos quedamos solos, nadie volvió y el arco introductorio comenzó, pero pues yo estaba curado de espanto en la vida y era peor que un loro con ansiedad, así que iba a preguntarle a Sasha cómo había pasado el resto de la tarde luego de dejar la mesa de los estúpidos, quería decir, de los chicos cool, para matar tiempo cuando me cortaron la intención al vuelo. Un niño pequeño apareció de la nada y se me encendieron las alarmas, porque meter niños en esto me parecía jodido hasta a mí.

Alethea nos miró, dijo que quizás debíamos preguntarle algo al respecto y yo suspiré con cierto hartazgo, pero me separé de ellos para acercarme al crío. Al estar frente a él me agaché, suavicé los gestos sin darme cuenta y estiré los brazos al frente, busqué entre la tinta hasta que di con el zorro plateado y lo señalé dedicándole una sonrisa al chiquillo.

Se había sobresaltado por algo que ninguno de nosotros había detectado.

—Se parece al que llevas —le dije con el tono que usaba con mis hermanos, que en nada se parecía al que usaba en general y cuando relajé los gestos seguí hablando—. Te podemos ayudar, pero tienes que contarnos qué pasa. ¿Acaso te están persiguiendo?

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si prefieren preguntar otra cosa me chiflan por el grupo o donde sea y lo cambio *inhales*

me dejé la neurona quemada en este rant, cada día más cerca de tener trastorno de personalidad disociativa we

 

Grupo 3 (Alisha, Jezebel, Kakeru, Kenneth, Verónica)

El niño retrajo los brazos ligeramente cuando Kenneth se acercó a él, pero no llegó a retroceder y el tono que empleó el muchacho pareció calmarlo. Recuperó una postura más relajada, paseó la mirada entre los demás miembros del equipo y volvió a Thornton y Jezebel, quien había imitado a su compañero. Éstos, gracias a la cercanía, podrían oír la respiración agitada del niño chocando contra su máscara.

—¿Lo que he...? —musitó con cierto apremio y la idea se perdió. Agachó ligeramente la cabeza, no sabrían definir si pensativo o contrariado—. Yo... no lo sé. No estoy seguro. Lo siento, ani-ue, onee-san, no... no estoy seguro.

Parecía a punto de echarse a llorar, pero bastante de improviso alzó el rostro y palmeó sus ropas hasta extraer un papelito de su bolsillo.

—Encontré esto cerca de aquí —explicó con voz temblorosa, extendiéndole el objeto a Kenneth y Jezebel—. Tiene un montón de cosas escritas pero... no sé leer. Mi hermano es mejor con esas cosas, ¡es muy inteligente! Mamá siempre dice que está destinado a grandes cosas.

El papel lucía amarillento y había sido doblado sobre sí mismo dos veces. Si le echaban un vistazo, encontrarían lo que parecían ser dos porciones de texto independientes una de otra. La caligrafía era prolija y la tinta parecía vieja.

“Aparentemente, fui la creación de un artesano. También fui un regalo. Los humanos dicen muchas palabras complicadas, pero esas dos las he oído mucho. Los niños me adoraban, aunque en mi presencia reían tanto como discutían y me tomó varios años comprenderlo. Fue mucho, mucho después de que ya no jugaran conmigo.”

Busquen bien, bien al Norte del santuario, dentro del bosque. Dicen que hay manantiales cristalinos borboteando alrededor.​

Ciertamente, era una porción de información bastante críptica. Cuando lo leyeron en voz alta y el niño pudo comprender su contenido, dio un ligero respingo y recuperó parte de la vitalidad.

—¡Ah! ¡Está hablando de eso! —¿Eso? ¿Qué era eso?—. Sí, creo que... creo que lo recuerdo un poco. ¿Quizá sea una pista? ¿Y debamos encontrar las demás?

Juntó las manos al frente, tímido, y los miró a todos antes de agregar:

—¿Podrían... ayudarme, por favor?

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¡El grupo 3 ya tiene su primera pista! Como probablemente ya dedujeron, su objetivo es encontrar un objeto. Hay tres pistas repartidas por el mapa que podrán encontrar (la primera ya la tienen, así que quedan dos). Tendrán un máximo de tres intentos para encontrar la próxima pista. Para esto, estando en una casilla determinada deberán utilizar la acción Investigar (x3). Un ‘En desacuerdo’ de mi parte les indicará que no han encontrado nada.

En cualquier momento pueden intentar Adivinar (x3) qué es el objeto (incluso sin tener todas las pistas), para esto deberán activar su walkie-talkie y decirlo. Tendrán, también, tres intentos. Un ‘En desacuerdo’ de mi parte les indicará que han fallado.

Una aclaración importante: todos los objetos se denominan por un nombre específico en japonés. Es la única forma de adivinar el objeto.

Con respecto a los movimientos en el tablero, las decisiones son colectivas, es decir: sólo un miembro del equipo deberá especificar las acciones de movimiento. Los movimientos se restringen a las casillas contiguas exceptuando las diagonales. Cada vez que pasen por primera vez por una casilla, deberán esperar a que los habilite para seguir moviéndose: un rating ‘de acuerdo’ implicará que pueden moverse a otra casilla sin problema. Caso contrario, el GM intervendrá. Le recomiendo fuertemente a cada equipo que mantenga un registro de las casillas por las que ya pasaron, ya que esos caminos podrán volver a hacerlos en automático (por ejemplo: si ya recorrieron de C1 a C5 casilla por casilla, pueden ‘saltar’ de C5 a C1 automáticamente).

Toda esta información podrán encontrarla en cualquier momento en el apartado de Mecánicas de juego, dentro de 'Prueba de valor'. A su vez, en Registros estudiantiles podrán acceder al registro de pistas encontradas por cada grupo.

Well then, el Grupo 3 ya puede empezar a moverse. ¡Mucha suerte!

Grupo 2 (Anna, David, Fiorella, Jack, Kohaku)

Quien finalmente se dirigió al niño fue Jack, aunque vete a saber cuál de los dos estaba más asustado. El pequeño tuvo que alzar considerablemente la vista para encontrar los ojos de Atkinson y se lo notó nervioso al respecto, sus manitos jugueteando contra su pecho con un trozo de papel. Casi al mismo tiempo, sin embargo, Maze también se adelantó y se colocó a la altura del pequeño, regresándole una porción de tranquilidad.

—¿No es obvio? ¡Siempre son los mismos! —argumentó, irritado, y por un momento pareció olvidarse del miedo—. Tian-chan, Aka-chan, ¡incluso Yosu-chan! Creía que Yosu-chan era más bueno que los demás, ¡pero todos se ríen de mí y son malos conmigo! ¡Todos!

Su voz se quebró y agachó la cabeza, sollozando en voz baja. Vaya, al parecer la pregunta de Jack había tocado un lugar sensible...

—Me han dicho que no ande solo de noche, que es peligroso, pero... pero quiero encontrarlo —prosiguió, entre las lágrimas, y sorbió la nariz con fuerza antes de extender su bracito—. Encontré esto, pero no lo entiendo. Ustedes entienden lo que dice, ¿verdad? Son más grandes que yo, y los adultos saben muchas cosas. Mamá sabe muchas cosas, Oba-san también.

Maze alcanzó el papel que el niño le extendía. Era una hoja algo maltrecha escrita con trazos torpes y bastante infantiles.

“Las manos que me tejieron eran amables y delicadas, aunque demasiado grandes. No comprendí demasiado, ni siquiera al sentir el calor del pequeño niño, hasta que el cielo se opacó y lo oí riéndose entre los cultivos. No… se estaba mojando.”

Busquen sobre el camino. Dicen que hay un gran árbol blanco en su punto boreal.​

El niño, repentinamente inquieto, se pegó a Maze y comenzó a dar saltitos sobre la punta de sus pies para alcanzar a leer el contenido que el muchacho estaba recitando en voz alta. ¿Para qué, si había dicho que no lo entendía? Quién sabe.

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¡El grupo 2 ya tiene su primera pista! Todas las explicaciones de rutina las encuentran en el primer spoiler del post.

Grupo 4 (Adara, Altan, Cayden, Clementine, Hubert)

Clementine se había acercado al niño, pero los demás se reunieron al centro para cuchichear y esa imagen pareció absorber toda la atención del pequeño. Se removió, incómodo, y resolló ligeramente al tomar aire. Clementine podría notarlo muy nervioso.

—L-lo siento, no quiero molestarlos, no... —farfulló, en voz muy baja, y las manitos le temblaron. Intentó enfocarse en la chica frente a él, aunque sonó confundido—. ¿Lo que busco?

No tuvo mucho tiempo para pensarlo, de todos modos, pues la junta se disolvió y uno de aquellos chicos, el pelirrojo, empezó a caminar en su dirección. El niño retrocedió un paso y permaneció allí, al parecer, forzándose a sí mismo a no huir. En verdad lucía asustado.

—M-me llamo Kodai —balbuceó, con la vista clavada en el suelo—, y soy... soy de aquí. He vivido aquí toda mi vida.

Pareció buscar los ojos de Cayden un instante, aunque fue efímero y de inmediato regresó a la seguridad del césped.

—¿Salieron a jugar? D-dicen que es peligroso salir a jugar, pero si están aquí... —Los miró con timidez y sacó un papelito de su bolsillo, dudando antes de alcanzárselo a Cayden y Clementine—. ¿Podrían leerme esto, por favor?

Era una nota casera y el papel poseía un ligero aroma a carbón y humedad. La caligrafía lucía rígida y cuidada.

“La primera vez que vi la cerilla encendida en la mano de aquel humano lunático fue un momento horrible. Pensé que me iban a quemar ¡y me quemaron! Pero yo no me quemé. ¿Que lo que digo no tiene sentido? Pues aprendí de ustedes. Lo que los humanos hacen jamás tiene sentido, ¡jamás!”

Busquen entre las piedras, en el extremo oriental del territorio de los tengu. Dicen que la laguna está protegida por ellos.​

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¡El grupo 4 encontró su primera pista! Pueden encontrar las explicaciones pertinentes en el primer spoiler de este post.

Grupo 1 (Alethea, Arata, Ayako, Joey, Sasha)

Que fuera precisamente Arata quien decidió acercarse pareció provocarle más curiosidad que espanto al niño. Desde que dio el primer paso se quedó quieto, siguiendo sus movimientos en silencio. Shimizu se agachó, extendió el brazo y le marcó un tatuaje puntual. El pequeño pareció absorbido por la imagen de aquellos dibujos en su piel y asintió, llevando una manito a su máscara. Tenía razón, se parecían.

—¿Por qué tienes tantos dibujos? ¿Te los hiciste tú? Están muy bonitos —soltó de repente, considerablemente más tranquilo, y alzó a mirar a Arata—. ¿Persiguiéndome? No, ¿por qué me perseguirían? ¿O quién? ¿A ustedes los están persiguiendo?

La última pregunta pareció sembrar una idea en su cabeza y se encogió sobre sí mismo antes de agregar:

—S-si los están persiguiendo puedo ayudarlos... —ofreció, aunque no sonaba nada convencido—. ¡Como un intercambio! Con los demás niños siempre estamos intercambiando nuestros juguetes, incluso mamá intercambia muchas cosas con los demás. ¡Puedo ayudarlos y ustedes me ayudan también!

Vaya, aquella idea parecía haberle gustado más. Se convenció sin que nadie del equipo aceptara y rebuscó ansioso entre sus bolsillos hasta alcanzarle una nota a Arata. Era un papel perfumado, aunque también lucía viejo y algo desgastado. Pese a ello, la caligrafía era hermosa.

“Todo era jolgorio junto a ella. Recuerdo verlos danzando, a los niños riendo, mientras la música sonaba y mis cuerdas vibraban. Todo por ese entonces era jolgorio. El cielo brillaba y las estrellas ondulaban sobre el agua.”

Busquen en un tronco blanco. Dicen que cerca hay una estatua gigante.​

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¡El grupo 1 encontró su primera pista! Pueden leer todas las explicaciones pertinentes en el primer spoiler del post.

Y con esto, procedo a morirme *c muere*

 

[H5] Grupo 3

Algo en la piel, las tripas o vete a saber qué me había avisado que la dichosa prueba había iniciado desde que pusimos pie en el bosque. Quería decir, el comportamiento del profesor era de por sí bastante revelador, pero de una forma u otra se lo podía atribuir a la eterna paranoia. Vivir pretendiendo anticiparse al futuro no era sano, eso seguro, pero de vez en cuando ostentaba utilidades. La desaparición del hombre, el niño y el ambiente ominoso en general no lograron incomodarme demasiado.

Claro que apenas íbamos empezando, ¿cierto?

Había sentido el impulso de acercarme al pequeño, pero dudé y Thornton y Vólkov acabaron ganándome de mano. Tres habrían sido multitud, así que permanecí cerca de Alisha y Verónica mientras los otros dirimían con el recién llegado. Los escuché desde mi posición, aunque parte de mi atención se la robó el gorrión que tenía al lado, sobre el hombro de Maxwell. ¿Estábamos junto a una princesa de Disney?

—¿Es tuyo? —le pregunté por mera curiosidad, en voz baja, para no ir a interrumpir el meollo principal—. ¿Cómo se llama?

Los chicos volvieron con un papel escrito con muchas cosas raras, y me quedé dándole vueltas a la primera parte mientras oía a Verónica intentar ubicarse acorde a las indicaciones finales. También miré al niño. Tenía que ser parte de la prueba, ¿cierto? Eran demasiadas coincidencias. Y muy crípticas, también. Costaba un poco creerlo, la verdad, eso de poner a un crío en medio de un bosque oscuro a... actuar.

—¿Hacia dónde nos movemos ahora, entonces? —pregunté, junto a una sonrisa serena.

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relleno que nadie pidió uwu7

 

[H5] Grupo 3

Al recibir los ojos de Verónica suavicé un poco más el semblante, quizás en un intento por que se sintiera cómoda hablando conmigo. Lo llevaba haciendo toda la vida, me resultaba natural y automático. Deslicé la mirada de regreso al pajarillo conforme me respondía, el cual había volcado su atención en mí. Poseía una paleta de colores bastante llamativa. Conque Copito, ¿eh?

—Hola, Copito —murmuré, como si fuera lo más normal del mundo hablar con un ave, y hasta alcé la mano para agitarla suavemente.

La chica entonces lo acercó a mí. Parpadeé, alzando un poco las cejas, y estaba por decir algo cuando el pequeñín me picoteó el cuello de la camiseta. Su plumaje me hizo cosquillas en el cuello y reí en voz baja. ¿Le tranquilizaba mi cercanía? Bueno, suponía que calmar a otros seres vivos siempre era una especie de halago en cualquier universo. Le sonreí a Verónica, fue un agradecimiento en sí mismo y giré el cuello en la dirección que estaba marcando.

—Me parece bien a mí —concedí, mirando al resto del grupo, y el comentario extra de la albina me arrancó otra risa liviana—. Hostias, tienes razón. ¿No estará el mundo queriendo decirme algo? Además de romperme el corazón, claro.

 

[Inicio] H5 - Grupo 3

Al pobrecito la respiración le iba mal, se la escuchaba chocar contra su máscara, pero el tono de Kenneth pareció calmarlos y como mi acercamiento fue un reflejo del suyo siguió en la misma línea. Se disculpó porque no estaba seguro qué era lo que buscaba encontrar y no podía, ante lo que negué con la cabeza, diciéndole que no pasaba nada.

Al final no extendió un papel doblado, estiré la mano y lo abrí frente ambos, de forma que pudimos leerlo en voz alta. Al hacerlo el niño pareció recordar algo, pero la información era bastante poca todavía, quería decir, de parte suya y me permití una sonrisa, pues porque no tenía remedio.

—Te ayudaremos, cielo. No te preocupes —dije de inmediato, ni me lo cuestioné.

Le dejé el papel a Kenneth, luego de eso usé el hombro del muchacho para incorporarme y solo lo pensé después, momento en que le pedí disculpas antes de volverme al resto aunque ya Verónica estaba atendiendo el asunto. Solo entonces noté el pajarito que estaba con Vero, pero no dije nada, en su lugar Kakeru preguntó y yo acerqué despacio a ambos para husmear los puntos que había señalado ella en el mapa.

—A mí también me parece bien —comenté cuando creí que no iba a cortarles mucho la conversación y al reparar en el gorrión sonreí para mí misma—. Bueno, parece que Kakeru estará muy bien cuidado con este club de chispitas.

[Inicio] H1 - Grupo 2

El pobre niño se puso nervioso apenas alzó la vista hacia Jack, lo que fue comprensible por demás, pero pareció poder calmarse cuando yo me agaché. Respondió bastante irritado, como si a nosotros no nos faltara todo el contexto y acuso a medio mundo de repente, olvidándose del miedo que traía al encontrarse con nosotros. En el mismo desborde de emociones el pobre empezó a sollozar y yo alcé las cejas, sorprendido, pero no me atreví a tocarlo ni nada.

Esperé hasta que me extendió un papel, esperando que nosotros los entendiéramos porque éramos más grandes que él, así que lo tomé para leerlo. Estaba algo maltrecho y los trazos eran torpes, pero pude hacerlo. Me enderecé antes de empezar a leerlo en voz alta y cuando el niño me escuchó se pegó a mí, dando saltitos para alcanzar el papel.

Había dicho que no entendía nada, pero me hizo algo de gracia y bajé la mano para que pudiese ver el papel, incluso si no podía leerlo. A la vez escuché la voz de Fiorella, asentí con la cabeza y le di el mapa luego de estirarlo, y acerqué los ojos para poder verlo bajo la luz de alguna de las linternas.

—Dice que vayamos sobre el camino y que al norte hay un gran árbol blanco. Empezamos aquí —dije señalando la zona sur, bordeando el lago, y deslicé el dedo hasta el primer tramo de camino, en línea recta de nuestra posición—. Podemos avanzar directo hasta aquí, donde comienza el camino.

Al decir eso alcé la vista para mirar a los demás, esperando por sus opiniones.

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Propongo movernos a H2, si les parece a todos owo

[Inicio] F4 - Grupo 1

El enano sintió curiosidad más que miedo ante mí, digamos que lo entendía, y cuando le señalé el zorro en los tatuajes alzó una mano a su máscara antes de acordar que se parecían. Sonreí, fue suave, y apoyé los brazos en mis piernas ahora que estábamos entrenando en el tema o eso creí hasta que abrió la boca para preguntar por los dibujos, haciéndome soltar una risa entre divertida y enternecida.

—Los tengo porque son super geniales, ¡obvio! Aunque no me los hice yo, fue una amiga —respondí y poco después el pequeño me respondió lo importante.

No me dejó corregirle que no, que nadie nos perseguía (no que nosotros supiéramos, quería decir) y lo seguí escuchando ofrecernos el intercambio antes de siquiera dejarnos hablar, pero no sonaba muy seguro. Total que cuando paró el monólogo me entregó un papel, estaba perfumado y tenía una caligrafía bonita, aunque parecía viejo.

Lo leí solo primero, luego en voz alta y traté de poner la neurona a funcionar para recordar la distribución del espacio, porque de por sí los mapas se me daban un poco como el culo así que no tenía caso pedirlo. Mientras me carburaba el cerebro regresé la atención al niño.

—Me parece muy valiente el intercambio que ofreces, pero empecemos por ayudarte a ti, ¿qué dices? —añadí y le guiñé un ojo, cómplice. Acto seguido miré a los demás—. El tronco blanco no debería estar demasiado lejos.

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wey iba a esperar otra respuesta o algo pero esto me puso muy soft desde que lo leí, así que es puro relleno (? supongo que podríamos movernos a G4 de no ser ande muy cegatona most likely than you think, pero igual yo decidí la pregunta antes así que lo dejo a votación del público

 

[Grupo #3]

Aprovechando que la albina número tres se había ofrecido tan amablemente a ser "co-capitana", no dudé absolutamente ni un segundo en encargarle la mayor parte de la responsabilidad al volver junto a ellos después de la mini-reunión con los profesores. Hombre, me gustaban las actividades al aire libre y mandonear a la gente, pero si conseguía quedarme con eso al mismo tiempo que me quitaba el coñazo de tener ciertas responsabilidades de líder, tremendo win-win, ¿o no? Para la gracia, la chiquilla aceptó el mapa y la brújula encantada, así que con eso finiquitado, pudimos seguir al profesor hacia el interior del bosque no mucho después.

Era de noche, todo daba mucho miedo, yadah yadah, y finalmente nos encontramos con un crío en mitad de la nada. Dejé que Kenny-boy y Jezzie se acercasen a él, porque yo no me llevaba demasiado bien con los niños en general, y esperé a que hablasen lo que tuviesen que hablar antes de poder continuar con la prueba (que vaya, no había que ser ningún genio para saber que todo eso era parte de la misma). Aproveché el momento para poner la oreja en lo que sea que Verónica y Kakeru estuviesen hablando, relativamente curiosa también por el pájaro que de repente se le había puesto encima a la otra, pero al final no capté demasiado antes de que los otros dos se nos acercasen con un papel en la mano.

Leí la pista en cuestión sin tener mucha idea de a lo que se refería, aunque para nuestra suerte, Ken sí que pareció reaccionar ante la información. Verónica señaló una zona del mapa que hizo asentir con la cabeza al muchacho y, una vez nos pusimos a caminar en esa dirección, le di un golpecito en el hombro para llamar su atención. Leyó mis intenciones bastante bien, pues antes de siquiera abrir la boca para preguntarle al respecto, el chico ya me estaba respondiendo.

—¿Te acuerdas de lo que te he contado que me ha pasado con la piedra maldita en el agua? Ha sido mientras visitaba esa zona, que justamente tiene un santuario, bosque y laguna, así que creo que es la dirección correcta, sí.

—¿Habéis oído, lucecitas mágicas? —alcé la voz inmediatamente después, para llamar la atención de los demás—. Dice que vamos por buen camino~

>>Moverse a: F5


[Grupo #1]

Asentí con la cabeza cuando el chico dijo que podía usar su nombre en lugar del apellido, ampliando apenas la sonrisa por el comentario que añadió al final. En cualquier otro escenario, quizás no hubiese sentido tanta confianza hacia él, pero no creía que tuviese mucho sentido a aquellas alturas. Después de eso elegimos a la líder, nos preparamos para entrar al bosque y nos encontramos con el niño cuando el profesor nos dejó a solas. Curiosamente, fue Arata quien se acercó al mismo para preguntarle qué le pasaba, lo que acabó creando una imagen de lo más... peculiar, diría. Al rato, el chico nos extendió una nota que todos leímos, y quizás no teníamos mucha idea de a qué se refería el acertijo, pero al menos pude asentir con la cabeza ante el comentario del rubio.

—La estatua gigante debe referirse a la de Totoro que hemos visto esta mañana —añadí, y miré el mapa para poder ubicarnos mejor en el espacio—. Y sí, diría que no estamos demasiado lejos de la misma.

>>Moverse a: G4

 

[F5] Grupo 3 (Alisha, Jezebel, Kakeru, Kenneth, Verónica)

El grupo comenzó a dirigirse al santuario tras conversarlo entre todos, adentrándose en la oscura densidad del bosque. El niño se mantuvo pegado a ellos, concretamente a Jezebel, y pudieron caminar durante un tiempo con calma. Parecían ser sólo ellos, aunque el pequeño seguía sobresaltándose de tanto en tanto y clavando su mirada más allá del follaje, como si pudiera ver u oír cosas que los demás no.

El camino, al menos, era recto y bastante claro. Se detuvieron un momento para revisar el mapa y reanudaron la marcha, aunque poco después... Jezebel iba con el niño, probablemente atenta a tranquilizarlo si hiciera falta, cuando sintió algo tras su espalda. Fue una incomodidad, una incertidumbre que se inyectó en sus venas y le tensó el cuerpo, y un segundo antes de girarse pudo jurar que escuchó cómo alguien la olfateaba de cerca.

Pero no había nada.

Ocurrió casi al mismo tiempo que el resto del grupo se frenaba, pero por razones diferentes. Si apuntaban con sus linternas podrían ver una gran cantidad de flores cortadas desperdigadas sobre el camino, la mayoría aplastadas o maltrechas, y un poco más adelante, el nacimiento de unos rastros que brillaban de rojo carmín bajo la luz. Salpicaduras al principio, luego cintas acompañadas de marcas en la tierra. Parecían... garras.

Estaban todos tan compenetrados en aquel rastro iluminado por las linternas que, por breves segundos, descuidaron el resto del entorno. Esta vez fue Alisha quien creyó oír que la olfateaban de cerca, justo sobre la oreja, y se giró de golpe. A su lado, junto a todo el grupo, había un hombre gigantesco. Debía medir dos metros o más, sus rasgos eran orientales y su tez, atigrada. Portaba ropas tribales, envuelto en pieles de diversos animales, y sobre la cabeza llevaba una capucha de lobo. Cristales y campanas tintinearon junto a sus movimientos. En una de sus manos llevaba un inmenso tridente, que descansaba en el suelo y de sus picos chorreaban hilillos de... ¿sangre? El hombre se irguió lentamente tras olfatear a Alisha y los miró en profunda seriedad, estoico.

—No huelen bien —fue todo lo que dijo y se dio la vuelta, desapareciendo entre el follaje.

Al darles la espalda, los estudiantes pudieron ver que llevaba un instrumento musical colgando de ella. Vaya, eso había sido... había sido algo atemorizante.

—No se preocupen, Kendatsuba no nos hará daño —avisó el niño, quien parecía bastante tranquilo—. Sólo le gusta olfatear cosas que tengan buen aroma, pero es amable y pacífico. Sigamos.

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¡Yokaidex actualizada! Han topado con el primer yokai y, con ello, inauguramos una nueva mecánica: las barras de cordura.

Todos los personajes iniciarán con una barra de cordura de veinticinco puntos, la cual irá descendiendo conforme se topen con sucesos que los asusten. Cada suceso conlleva un dado particular, el cual determina la máxima cantidad de puntos de cordura que pierden. Aquellos con cinco o más puntos en agudeza sensorial podrán lanzar primero 1d3: si sacan 1, significa que se anticiparon al suceso y éste no consigue asustarlos; si tienen un punto en agudeza sensorial, frente a cada aparición perderán un punto de cordura base extra.

La barra de cordura está segmentada en cuatro estados generales, a saber:

• Tranquilo (25-20 puntos): las apariciones te sobresaltan, pero recuerdas rápidamente que todo es un juego y no dejas que el ambiente te sugestione.
• Nervioso (19-13 puntos): la sucesión de apariciones comienza a mellarte la compostura. Intentas recordar que estás a salvo pero estás muy atento a cada sonido y cada sombra que crees ver.
• Asustado (12-6 puntos): dejas de pensar con mucha claridad, sientes el corazón en el pecho y la oscuridad del bosque comienza a tornarse realmente opresiva. No sabes si podrás aguantar muchos más sustos.
• Aterrorizado (5-0 puntos): el juego te gana, ya no te sientes a salvo y ni siquiera estás seguro si lo que ves es realmente sobrenatural o parte de la prueba de valor.

Algunos estados conllevan efectos secundarios y medidas de restauración que les serán explicadas conforme los personajes entren en ellos.

Esta explicación ya fue agregada a Mecánicas de juego y podrán acceder al estado actual de los personajes en Registros estudiantiles.

Pueden avanzar con normalidad.

[G4] Grupo 1 (Alethea, Arata, Ayako, Joey, Sasha)

El grupo estuvo de acuerdo con la idea inicial de Arata y se pusieron en movimiento. Decidieron seguir el camino hacia el Oeste en busca de aquel supuesto árbol blanco. El niño iba junto a ellos y lucía bastante tranquilo, incluso emocionado por el hecho.

—¡Hacía mucho que no hablaba con tantas personas! —soltó de repente, junto a una risilla—. Qué divertido.

Bueno, al menos alguien la estaba pasando bien, ¿no? No habían recorrido demasiado terreno cuando Sasha se detuvo de golpe, escaneando los alrededores con su linterna. Los demás reaccionaron al instante, con los sentidos inevitablemente a flor de piel.

—¿Oyeron eso? —musitó la chica.

El silencio se agolpó contra sus oídos y, al prestar atención, pudieron escuchar... una especie de lamento. Sollozos, una respiración algo agitada, risitas y una voz aguda, bastante gangosa, mascullando cosas ininteligibles. Los estudiantes se miraron entre ellos y fue Ayako la que se acercó al borde del camino, donde los arbustos crecían casi sin espacios intermedios. Estuvo a punto de abrir la maleza cuando un chillido pronunciado los alertó del otro lado y se giraron en redondo. Una mujer pasaba corriendo a su lado y se detuvo al recibir la luz de las linternas. Los miró, encandilada, y el grupo pudo comprobar que era... absurdamente fea. Llevaba un kimono blanco y raído, hecho jirones a la altura de sus rodillas. Iba descalza y las piernas que asomaban por debajo de la tela eran pálidas y esqueléticas. Tenía una joroba y el cabello, negro y lacio, desparramado sobre la cara. La mujer se jaló mechones de pelo y los observó con la expresión desencajada. Las cuencas de sus ojos estaban hundidas y tenía la boca llena de... ¿arena?

—¡No soy Kiku! ¡Soy tu esposa! —chilló, contorneándose de formas extrañas, y se acercó a Arata de forma torpe—. ¡La esposa que asesinaste! ¡Me cargaste con bayas, me empujaste al estanque y me ahogaste!

Sonrió de repente, una mueca que les permitió vislumbrar su dentadura amarillenta y deforme, y se giró hacia Joey.

—¡No me digas que no lo recuerdas! ¡Soy yo quien te maldijo, a ti y a tus esposas! ¡Yo soy Kasane!

Y empezó a reír, histérica, para salir corriendo de repente. El grupo sólo pudo quedarse allí, escuchando su voz histriónica hacer eco hasta diluirse en la lejanía, para por fin calmarse.

—Qué bueno que no pasó nada grave —dijo el niño—. Kasane es un alma atormentada, sigue deambulando por el bosque en busca de su esposo y suele confundir a muchos hombres jóvenes con él. —Miró a Joey y Arata—. Tuvieron suerte.

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¡Yokaidex actualizada! Las demás explicaciones las encuentran en el spoiler de arriba, polluelos. Pueden avanzar con normalidad.

 

[H3] Grupo 2 (Anna, Maze, Fiorella, Kohaku, Jack)

Anna le encargó el mapa a Maze apenas él se ofreció, y luego de que el grupo debatiera brevemente la ruta a tomar se pusieron manos a la obra. Anna lideraba la marcha, mientras que Kohaku se había puesto al corte de Jack de forma sutil y progresiva. El niño siguió rebotando entre Maze y Fiorella, por demás curioso con sus colores de cabello. Según él, era la primera vez que veía personas pelirrojas en su vida.

La travesía por el bosque estaba siendo bastante llevadera gracias a los ánimos del pequeño, aunque esa regla probablemente excluyera a Jack. Aún no habían encontrado ningún camino, sólo habían abandonado la playa para internarse en la espesura de la vegetación y, por ende, debían tener más cuidado con dónde pisaban. Debido a sus posiciones, Anna fue la primera en notar algo extraño por delante de ellos. Lo primero que vio fue tierra volando entre los arbustos, seguido del sonido repetitivo y característico de una pala contra el suelo. Aminoró el ritmo, volteando hacia sus compañeros brevemente, y se acercaron. Al bordear un grueso árbol se encontraron con un hombre encorvado y de espaldas, plenamente concentrado en su tarea. Ni siquiera las luces de las linternas lo interrumpieron de seguir cavando. Su respiración se oía algo agitada y parecía estar murmurando en voz baja, aunque no conseguían entender qué decía.

—Uhm, ¿señor? —tanteó Anna, extrañada. Nada—. Señor, ¿necesita ayuda?

El pozo era ya bastante hondo. Los estudiantes se miraron entre sí y, antes de que pudieran tomar alguna decisión, el hombre chilló de repente. Fue un alarido agudo y pronunciado, no sonó natural y mandó la pala a volar en dirección al grupo, forzándolos a esquivarla. Sus movimientos se tornaron primitivos, similares a los de un mono, y se lanzó de rodillas al suelo para escarbar con las manos, enviando tierra en todas direcciones; cuando pareció chocar contra algo sólido, ligeramente hueco, el mundo se congeló por un instante. Él se detuvo, incluso pareció que había dejado de respirar, y el niño le jaló de la ropa a Anna, señalando un poco más arriba. Hiradaira apuntó la linterna por encima de la cabeza del hombre y abrió grandes los ojos.

Escondida entre los arbustos, justo frente al pozo, había una lápida.

No tuvieron tiempo de reaccionar. El hombre giró el cuello violentamente hacia el grupo y toparon con un rostro que no era humano. Por debajo del cabello renegrido asomaban un par de ojos escarlata, grandes y redondos, y su boca, ancha, estaba llena de colmillos ensangrentados. Toda su cara, de hecho, aparecía embadurnada en sangre. La criatura volvió a chillar, perforándoles los oídos, y comenzó a removerse en su lugar, claramente nervioso y alterado.

—V-vamos —pidió el niño, ansioso—. Dejémoslo tranquilo, no podemos hacer nada. Los mōryō siempre hacen esto, se alimentan de cadáveres humanos.

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¡Yokaidex actualizada! Pueden seguir moviéndose con normalidad.

Puntos de cordura:
Anna Hiradaira [22/25]
David Mason [24/25]
Fiorella Bianchi [24/25]
Kohaku Ishikawa [24/25]
Jack Atkinson [22/25]

 

[Cordura: 24/25 | Grupo #1]

Mientras íbamos avanzando por el bosque, el niño pareció calmarse un poco gracias a nuestra compañía, y a pesar de que el ambiente a nuestro alrededor era de todo menos tranquilizador. Lo cierto es que no podía evitar seguir dándole vueltas a todo aquel asunto del niño, preguntándome si los otros grupos también se habrían encontrado con uno y si todo aquello realmente entraba dentro del presupuesto de la academia para un simple prueba de valor; no era demasiado sorprendente, de todos modos, si el Sakura era conocido justamente por ser un colegio algo pijo.

Acabé caminando bastante distraída por andar metida en mis pensamientos, lo que por supuesto acabó jugándome una mala pasada cuando nos vimos interrumpidos por... ¿por un espíritu? S-seguramente siguiese siendo todo parte del acto, pero por Dios, cuando la señora aquella comenzó a gritarles a Arata y Joey, genuinamente me asustó que pretendiese hacer algo más; tanto, que acabé acercándome instintivamente al niño para intentar protegerlo en el peor de los escenarios. Al final, y por suerte, no fue el caso, así que pude relajar ligeramente el cuerpo cuando volvimos a estar solos y suspiré, recuperando la calma.

—Será mejor que sigamos... —murmuré, tras carraspear suavemente—. Creo que la estatua estaba por aquí...

>>Moverse a: G5
>>Investigar (G5)

 

[G5] Grupo 1 (Alethea, Arata, Ayako, Joey, Sasha)

La aparición de aquella mujer tan extraña había sacudido momentáneamente los ánimos del grupo. Joey había retrocedido apenas medio paso cuando vio que se le venía encima y, tras ese desliz, permaneció estoico. La miró en silencio, siguió cada uno de sus movimientos, hasta que la mujer desapareció. Recién entonces tomó mucho aire y lo soltó de un bufido, sacudiendo apenas los hombros.

—En fin, ¿seguimos? —propuso, esbozando una sonrisa ligera.

Sasha se había acercado casi instintivamente a Arata cuando la mujer lo señaló primero, pero el asunto no pasó a mayores y permaneció allí, un poco por detrás del muchacho. Nada de lo ocurrido le había causado gracia, aunque tampoco podía decir que le sorprendiera. El Sakura siempre se rifaba sus campamentos de alguna forma. Tras comprobar que Alethea se había quedado junto al niño, repasó al grupo con la vista y reanudó la marcha.

Por suerte, no toparon con más... encontronazos de ningún tipo. Cuando las linternas iluminaron un árbol increíblemente blanco, el grupo se acercó y comenzó a buscar en los alrededores. Fue Sasha quien alzó la voz de repente, incorporándose.

—¡Aquí! Lo encontré.

Era otro pedazo de papel, muy similar al primero y con la misma caligrafía. Se reunieron en torno a la chica para leerlo.

“Su hijo también era muy amable. Lo había visto crecer, al pequeño, hasta que adquirió la edad suficiente para acomodarme en su regazo y dominar la plectra. Llevaba muchos años viendo tristeza en los ojos de su madre, pero cuando le enseñaba a tocarme… por unos minutos volvía a ser ella.”

Busquen en el límite entre la tierra y las inmensas aguas, en el corazón de la reserva.​

El niño oyó la pista con atención y se mantuvo taciturno, aparentemente hundido en sus pensamientos. Muy bien, ya iban dos. Tocaba encontrar la tercera, ¿no?

Contenido oculto

¡Segunda pista encontrada! Pueden moverse con normalidad.

Amane Zireael Etihw

 

[Inicio] F6 > F5 - Grupo 4

El cuchicheo obviamente iba a poner nervioso al niño, incluso a mí me hubiese puesto nervioso que un grupo de estúpidos se pusiera a susurrar cosas justo después de que yo apareciera, pero había que hablar las cosas y no teníamos muchas opciones. Entre más nos tardáramos más expuestos quedábamos, permanecer demasiado tiempo en un lugar en medio de una prueba de valor era casi tan peligroso como moverse sin pensarlo antes.

Cuando Cayden volvió a su misión de recadero-niñero me di cuenta que el chiquillo estaba realmente asustado, porque mira que dar un paso atrás ante la cara de Dunn era hasta preocupante. Asustaba más una ardilla que este cachorrito, pero el contexto lo justificaba, digamos.

—¿Kodai? —apañó Cayden, su tono de voz sonaba estúpidamente suave e imaginé que le estaba sonriendo al niño aunque este lo miró menos de dos segundos—. Es un bonito nombre.

Su pregunta hizo que el pelirrojo soltara una risa muy baja, no tuvo nada de burlona, y no respondió porque pronto el niño les entregó un papel a él y a Clementine, pidiendo que lo leyeran. Cayden asintió, carraspeó un momento y se puso a leer la nota, tanto para el niño como para nosotros. Conforme recitaba las palabras del papel me ubiqué en el mapa y volví a sacar el bolígrafo del bolsillo.

—Oriente... Al Este —murmuré para mí mismo y puse un punto en la laguna más al extremo.

Había notado los movimientos de Adara por el rabillo del ojo, así que estuve atento hasta que apareció a mi lado y su dedo encontró el papel, deslizándose al camino.

—Podemos seguir el camino hasta la bifurcación que rodea la laguna —añadí mientras guardaba de nuevo el lapicero y cerraba el mapa—. A moverse.

Cayden seguía junto a Clementine con la atención en Kodai, así que se incorporó bastante despacio y extendió su mano hacia el pequeño. Puede que se viera a sí mismo en los nervios tan grandes que tenía el chiquillo, quién sabe, pero estaba siendo especialmente paciente.

—¿Vamos? —le dijo, como si no estuviéramos en media carrera por ver quién se meaba primero en los pantalones—. No puedes quedarte aquí solo. Te vamos a ayudar.

Contradecía todos los principios maternos de "No hables con extraños", pero Dunn tenía un punto. Con espantos planificados o no, no podíamos dejar a un niño solo en medio de la reserva.

[Cordura: 23/25]
H5 > G5 > F5 - Grupo 3

Por lo menos Kenneth estaba mejor ubicado en el espacio, así que pronto Alisha llamó nuestra atención y todos comenzamos a movernos aunque, ¿íbamos a irnos sin siquiera buscar al profesor? ¿De verdad? Muy prueba de valor y lo que quisieras, pero eso sonaba un poco ilógico dentro del plan de acción. Lo pensé, claro, pero no lo dije y me acompasé al ritmo del grupo.

El niño se mantuvo pegado a mí, cosa que obviamente le permití, pero eso también me dejó a mí el pase de notar con algo más de claridad sus reacciones. Seguía sobresaltándose, su mirada miraba la línea del follaje, más allá y todas las veces mis ojos siguieron el mismo camino. Esperaba ver algo, lo que fuese, pero nunca notaba nada.

No mucho después lo sentí, algo a mi espalda que me llenó de incomodidad. El cuerpo me reaccionó en automático, me giré, sí, pero de inmediato busqué cubrir al niño con todo mi cuerpo sin siquiera procesarlo; pero lo que escuché siguió engarrotándome los músculos.

¿Alguien... me había olido? ¿Acababan de olfatearme?

Me quedé estaqueada en esa posición, con el corazón en la garganta, y por ello me perdí el resto del espectáculo. Solo reaccioné cuando uno de los haces de luz, el de Alisha, bailó en otra dirección y volteé la cabeza para ver qué estaba pasando. Fue cuando lo vi.

Era pequeña y delgada, muchas veces el mundo se me antojaba un poco más intimidante por ello, pero cuando vi la silueta del hombre supe que era más alto que cualquiera de mis compañeros de curso que tuvieran potencial de jugadores de basket. De nuevo me moví para interponerme entre la figura desconocida y el niño, aunque cuando lo vi erguirse luego de haber olfateado a Alisha un asco inmenso me corrió por el cuerpo.

¿Qué no olíamos bien? Vaya, pues perdón.

La voz del pequeño me trajo de regreso al mundo, recordé que todo debía estar planificado y solté un montón de aire por la nariz. El sobresalto inicial desapareció, pude calmarme y retomé la marcha junto al niño.

—Tenemos que seguir, sí.

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supongo que seguimos hacia E5 (?

con los demás respondo en otro momento, que se me va a fundir el cerebro asvhde

 

[Cordura: 23/25]
F4 > G4 > G5 - Grupo 1

La imagen que di al acercarme al niño me importaba entre poco y nada, de algo me tenía que servir haberme pasado toda mi adolescencia cuidando a mis hermanos, así que más me valía usar esa carta. Además suponía que era más sano para todos mantenerme distraído antes de que comenzara a hablar como radio descompuesta o a fastidiar, como siempre, así que ganaba todo el grupo de alguna manera.

Como fuese, cuando todos tenía la dichosa nota leída Alethea concordó conmigo y no tardamos demasiado en ponernos en marcha. El chiquillo hasta parecía emocionado por estar rodeado de gente, lo que me hizo cierta gracia, iba con la atención puesta en el enano así que cuando Sasha se detuvo de repente casi paso directo, pero su pregunta de inmediato me lanzó relámpago por el cuerpo.

La fuerza de la costumbre, suponía.

Lo que escuché no mucho después me hizo comprimir los gestos, la rubita pretendió abrir la maleza y estuve por decirle que no fuese estúpida, que se quedara quieta, cuando el chillido nos hizo voltearnos. Una silueta corrió a nuestro lado, se detuvo más allá y las luces la encandilaron, pero también nos dejaron ver que era... Por todos los Dioses del panteón, ¿era normal que fuese tan fea?

Iba a decirlo, lo juraba por mi madre, estuve a un pelo de soltar que era más fea que una indigestión con mariscos pero la hija de puta pretendió acercarse a mí y yo retrocedí medio paso, con las facciones contraídas todavía. Más que miedo lo que sentía era una confusión bastante importante y aún así no me pasó desapercibido que Sasha se había acercado.

La loca se había ido, el niño dijo que tuvimos suerte y para mí eso ya era pensar demasiado, así que mejor lo dejé correr. La pelirroja se había quedado un poco detrás de mí, pero retrocedí para darle un toquecito en el costado antes de seguir el camino. Una suerte de señal para que no se preocupara demasiado, suponía.

No tardamos en llegar al lugar de la siguiente pista, ella la encontró y nos apiñamos a su alrededor para leer. Era parecida a la otra, dejó al niño absorto eso sí, y me pregunté a dónde diablos íbamos a ir a parar en esta búsqueda. Esperaba que no fuese a los brazos de otra loca, eso sin duda, pero con la de mierdas que se inventaba esta escuela de niños pijos nunca se sabía.

—Asumo que será la orilla del lago —resolví unos segundos después.

Movimiento: H5 (?)

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dijimos que probaríamos en H1 pero no encontré algún mensaje que especificara el camino que íbamos a tomar hacia allí, así que cualquier cosa ahí confirman gabs y mary

fuera de eso, post de super relleno lmao

 

[Cordura: 23/25 | Grupo #3]

Pasado un tiempo caminando, habíamos acabado adentrándonos bastante en el bosque, y el ambiente estaba... sospechosamente tranquilo, a decir verdad. No era ninguna novata, ni en el Sakura ni en las actividades que organizaban, y sabía que aquella prueba de valor podía no ser ninguna broma si la organización así lo quería; podía predicar que no era una persona asustadiza y decir no tenerle miedo a la prueba, pero no había que ser ningún genio para notar que mi cuerpo sí que estaba algo más tenso desde que el profesor había desaparecido y nos había dejado solos en mitad del bosque, de noche y teniendo que cuidar de un crío desconocido. Really, el asunto no pintaba demasiado bien para mis posibles nervios.

De momento estaba yendo todo bastante bien, sin embargo, y sentí que me podía relajar un poco mientras seguíamos caminando hacia el bendito santuario; esa decisión, claramente, fue un terrible error. Me pareció escuchar un ruido extraño a mis espaldas, pero no le di demasiada importancia pensando que habría sido algún miembro del grupo que se había quedado atrás, y antes de que pudiera darme cuenta, noté una presencia invadiendo mi espacio personal y... for fuck's sake, ¿alguien me estaba olfateando? Me giré en un movimiento brusco, iluminando al maldito pervertido en el proceso, y joder, fue un milagro que la linterna no se me hubiese caído de la mano.

—Holy shit! —exclamé, sin poder ni pretender controlar el volumen de mi voz, y me preparé mentalmente para pelear con la torre aquella hasta que... se fue.

El hijo de puta dijo que no olíamos bien y se fue.

El crío soltó algo de que este bicho no nos haría daño, pero no había sido a él al que le habían olfateado por la espalda, eh. En fin, por suerte se había ido, así que tras dejar salir el escalofrío que había estado reprimiendo hasta el momento, seguí al resto del grupo hacia delante; no pude dejar de echar algún que otro vistazo fugaz a mi espalda de vez en cuando aún así.

—Creo que deberíamos ir más al norte desde aquí —escuché decir a Kenneth, después de haber estado buscando la siguiente pista en la parada que hicimos, y por mi parte asentí con la cabeza, en un gesto algo distraído, antes de redirigir la marcha hacia el norte.

>>Moverse a: D6
>>Investigar (D6)