Tokorozawa Bosques de Totoro [Bosque]

[Estanque de luciérnagas]

Sasha se hizo algo de rogar con su respuesta, lo que me pareció algo bastante cruel por su parte teniendo en cuenta lo orgulloso que se me debía notar por aquella teoría... que al final resultó ser equivocada, para mi gran decepción. Asentí ligeramente con la cabeza cuando anotó que igualmente había sido a los trece, así que suponía que mi teoría podía seguir siendo cierta a pesar de todo, y por tonto que pudiese parecer, eso hizo que el trago por el error ni siquiera me pareciese tan malo.

Su obvio interés por mi primera afirmación no me sorprendió en lo más mínimo, aunque sí logró sacarme una sonrisilla pícara que no pretendí disimular para nada. Al final lo descartó, pero desgraciadamente ella también falló al elegir una de las opciones restantes; entendía su razonamiento, pero en realidad resultaba que solo era un adolescente con alma de señora mayor.

—Me gusta viajar, pero no me gusta meterme en un compromiso de ese estilo si considero que no puedo cumplirlo, así que siempre he procurado que durase lo máximo posible o negarme a ello antes de ir a más —le expliqué, aunque en realidad no pensaba que hubiese mucha razón para hacerlo, y le sonreí nuevamente cuando se estiró para coger la petaca.

Sopesé sus siguientes opciones con cuidado, porque sabía que todavía tenía alguna oportunidad de acertar ahora que el alcohol no me había afectado demasiado, y después de un buen rato decidí que la más lógica sería la primera opción; tenía todas las pintas de ser una dog person, ¿y acaso no me había mencionado a su perrita hacía nada? Efectivamente, aquella fue la respuesta acertada, y una nueva sonrisa victoriosa se apoderó de mis labios.

Ella ya sabía lo que quería, y yo ya sabía que estaba de acuerdo, así que no tuve necesidad de esperar mucho más antes de inclinarme hacia delante en busca de sus labios. Podía haber vuelto a hacer trampas, como diría ella, pero no confiaba demasiado en que tuviese otra oportunidad de acertar; también podía haberle dado un beso más breve y superficial, pero lo cierto es que en el momento no me apeteció para nada. Llevé la mano hasta su mejilla apenas un segundo después de la unión y profundicé el beso hasta donde sentí que su cuerpo me lo permitía, manteniendo el beso un rato largo, hasta que sentí la necesidad de separarme para recuperar algo de aire.

Pasé el pulgar por su piel con cuidado, rozándole apenas la comisura de los labios en el proceso, y le sonreí con suavidad antes de volver a mi sitio anterior.

>>Me han educado en casa durante mucho tiempo, nunca he tenido una mascota y mi primer beso con un chico fue a los quince.

 

Al final yo también fallé con mi suposición y Kenneth se tomó el tiempo para explicarme su razonamiento mientras bebía. Tenía todo el sentido del mundo, vaya, y me parecía, de hecho, muy destacable de su parte, pero eso no quitaba que pudiera molestarlo al respecto, ¿verdad?

—¿O sea que has estado en varias relaciones, Kenny boy? —tanteé, acercándome a él para picarle apenas el pecho—. Ahora te haré hablar sobre todas y cada una de ellas, que lo sepas.

Era consciente de que le había nombrado a Betty hacía nada, pero a veces mi neurona no se aceitaba bien en estos juegos y no quería echarme media vida pensando. Al final acertó, la tontería dibujó una sonrisa sutil en mi rostro y lo miré de soslayo, asintiendo. Recordaba perfectamente lo que había dicho querer en un principio y la estupidez, antes que ponerme nerviosa, me lanzó un chispazo de satisfacción al cuerpo. Pensé que se pondría en digno y esperaría a que me encargara del asunto, pero no tuve que mover un músculo.

Vaya servicio, ¿eh?

Recortó la distancia en silencio y recibí su boca, ahogando una sonrisa a último momento. Pensé, otra vez, que tratándose del comienzo del juego se limitaría a un beso simple, pero se empujó suavemente, sentí su mano en mi mejilla, y solté el aire por la nariz, separando los labios. Alcancé el costado de su cuello con la yema de los dedos, afirmé el contacto apenas por debajo del borde de su camiseta y presioné, hundiéndome en su boca sin un jodido problema.

Un rato después se separó, pestañeé para enfocar mejor el mundo y su pulgar tentó el borde de mis labios antes de regresar a su posición. Me había pillado bastante en frío y no se me ocurrió ninguna tontería que decir, de modo que permanecí quietecita y obediente hasta que me dio sus opciones. La sonrisa debía delatarme, de todos modos.

A ver, ¿las mentiras más absurdas posibles cuáles eran?

—Hmm... Voy a seguir colgándome de tus viajes porque quiero y porque puedo, y con eso diré que... nunca has tenido una mascota —arriesgué, aunque no había ignorado para nada el contenido de la tercera afirmación—. Let's see... Tengo dos hermanos, soy la única hija del primer matrimonio de papá y mi estación favorita es la primavera.

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el dadito está en la página anterior uwu7 Como no sé cuál es la respuesta correcta (creo que la A? aunque no sé por qué???), cuando te despiertes nomás me dices y edito mi post de ser necesario

 

[Estanque de luciérnagas]

Mi explicación sobre el asunto de las relaciones logró despertar el interés de Sasha, cosa que no me sorprendió demasiado pero sí que logró divertirme, pues no esperaba que estuviese tan interesada al respecto. Bajé la vista para seguir el camino que hizo su dedo sobre mi pecho, reflejando la misma diversión que estaba sintiendo por medio de una sonrisa, y me encogí de hombros en afán de quitarle algo de importancia al asunto.

—Solo un par, tampoco creas. No sé si es que los atraigo, pero al final siempre acabo conociendo a gente que prefiere lo casual —le expliqué, sin mayor complicación; estaba siendo consciente de que el alcohol me estaba empezando a soltar la lengua más de lo normal, pero tampoco era algo que me preocupase demasiado en aquellos momentos.

Luego vino el beso y la chica, por supuesto, se acopló a mi ritmo sin ningún problema. No era que se me hubiese ido la pinza tampoco, vaya, pero técnicamente era la primera vez que nos besábamos, después de bastante tiempo ya, y uno nunca podía saber. Fue relativamente corto, pero exactamente como había esperado que fuese, y no pude evitar sonreírme a medida que nos separábamos, al haber sentido el tacto de su mano en mi cuello en todo momento.

Decidí continuar jugando como si nada tras el beso y Sasha, una vez más, se acopló a mis intenciones sin aparentes quejas al respecto; su sonrisa me decía todo lo que necesitaba saber de todos modos. Le solté las frases de turno, pues, y esperé pacientemente a recibir su respuesta. Mi sonrisa se ensanchó al empezar a escuchar su justificación, imaginándome por donde iban a ir los tiros ya, y negué lentamente con la cabeza cuando terminó por elegir lo que había sospechado.

>>Tuvimos una tortuga en Gales. Buenas mascotas, ¿eh? No hacen nada de ruido —le dije con cierto ánimo, dejando salir una risa nasal justo después, y no tardé demasiado en suavizar de nuevo la expresión, entornando apenas los párpados—. Y siempre he ido a la escuela, aunque haya sido a una cuantas diferentes —añadí, guiñándole el ojo con aire juguetón al terminar de hablar.

Después llegó mi turno de nuevo, sopesé que la verdad era que tenía dos hermanos y... fallé una vez más. Volví a coger la petaca para darle un trago a la bebida, no sin antes haber negado con la cabeza en un gesto de derrota, y me tomé un par de segundos extra para asimilar la nueva cantidad de alcohol en mi cuerpo. Volví a reír suavemente y, sin ninguna clase de planeación al respecto, decidí tumbarme sobre la manta para sentirme más... ¿cómodo? Sí, digamos que cómodo.

>>Una vez, mis padres me llamaron mientras estaba en la cama con alguien, mi casa es Slytherin y nunca me he saltado una clase.

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llevamos poquito jugando, so of course no hay problema real, pero he pensado que podríamos tener un free pass cada una en caso de que los dados nos anden jodiendo demasiado y básicamente poder decidir a dedo la respuesta que queramos en al menos una ronda, no sé qué que te parece uwu (y no es que quiera saber lo que Sasha quiere pedir, para nada (?)

 

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No me había pasado desapercibida su sonrisa apenas separarnos del beso, detalle que me impulsó a repasar mis propios labios entre sí casi sin darme cuenta. Seguimos el juego, volví a errar y no lo demostré, pero la tontería me frustró un poco. No me gustaba perder, debía ser mi ley más universal, y aquí no estaba atinando una sola respuesta. Solté el aire por la nariz y me explicó de su tortuga, primero, y su trayectoria escolar después. El detalle era innecesario, pero comprendí sus intenciones al vuelo. Me sonreí, almacené la información y desvié brevemente la mirada, acomodándome el cabello a la espalda.

—Wrong —murmuré, picándole la nariz junto a una risa baja. Bueno, al menos los dos andábamos de inútiles—. Tengo tres hermanos menores: Danny, que es el mayorcito, y los mellizos, Fanny y Lulu. Todos son del segundo matrimonio de papá, y yo fui la única del primero. Ah, y mi estación favorita es el verano.

Me hacía mucha gracia la forma en que Kenneth estaba colando opciones polémicas de forma casual entre otras bien normalitas. Me picó la lengua por elegir la primera, pero al final me acobardé y la segunda no me cuadraba; tenía toda la pinta de ser un muchachito Ravenclaw. Me decanté por la tercera, entonces, y... volví a fallar.

—C'mon! —me quejé, dejando caer ambas palmas sobre la manta, con el torso girado hacia él ahora que se había acostado—. This game is getting on my nerves, Christ.

Igual se me coló una risa en medio, si al final andábamos de coña. Resoplé, le di un buen trago a la petaca y, sin pensarlo mucho, me dejé caer a su lado. Seguimos jugando un buen rato, riéndonos y deformando el propósito original hasta convertirlo en una competencia de quién inventaba las mentiras más descabelladas. Me la pasé super bien y perdí la noción del tiempo.

En cierto punto, nuestras risas se evaporaron sobre el silencio y le presté atención al paisaje. La densidad del follaje cerraba el paso hacia el cielo y me desinflé los pulmones, relajando el cuerpo. Las luciérnagas pululaban sobre el lienzo negro, muy negro, y apreciar la escena esbozó una sonrisa suave en mi rostro.

—You would not believe your eyes if ten million fireflies lit up the world as I fell asleep —canté en voz baja, prácticamente en un susurro que se deslizó en mi respiración, y mantuve la vista sobre nosotros—. ¿Alguna vez cazaste luciérnagas? Es curioso, si lo piensas. Usualmente la idea de una cacería se asocia a la violencia, la imposición agresiva de una voluntad sobre la otra. Muchas veces, se asocia con la muerte. Pero cazar luciérnagas es lo opuesto. —Alcé el brazo y lo dejé suspendido, detallando las lucecitas esquivando mis dedos—. Tienes que acercarte a ellas con suavidad y aguardar.

Conforme los segundos transcurrían, los bichitos fueron asimilando mi presencia. Algunos me rozaron la piel, otros me chocaron con cierta torpeza y una única luciérnaga se posó, aferrándose al dorso de mi dedo índice.

—Cazar luciérnagas es pedirles permiso. Entiendo que podría estar engañando a las pobres almas y aplastarlas de repente, pero... creo que habla de las intenciones en sí mismas. Que si piensas bien, si buscas el bien, eventualmente las cosas irán bien. Me gusta pensar así, es... un consuelo, ¿no? —Sonreí un par de segundos—. Hotaru, se llaman aquí. Los japoneses mucho tiempo creyeron que las luciérnagas contenían el alma de los soldados caídos, y también representaban una metáfora del amor apasionado en la poesía tradicional.

Había divagado de lo lindo, pero no me molestó ni avergonzó. La presencia de Kenneth me relajaba bastante en general. Poco a poco destensé el brazo, apoyando la mano en mi estómago, y giré el rostro hacia él.

—Love and war. Pretty intense for a tiny little insect, don't you think? —Le sonreí, fue un gesto suave y agregué, casi en un susurro—: ¿Te parece si vamos volviendo, cielo?

 

No había que ser ningún genio para darse cuenta que Sasha podía llegar a ser algo competitiva, pero lo cierto era que tampoco podía atribuirme todo el mérito del descubrimiento cuando la chica misma prácticamente lo admitió después de errar una vez más en su turno. Yo tampoco estaba especialmente brillante, de puro milagro había acertado una de todas las rondas que llevábamos, pero por suerte no me lo estaba tomando como algo personal (y eso que también podía llegar a tornarme bastante competitivo si la situación lo requería).

La chica acabó dejándose caer a mi lado, y continuamos con el juego, aunque el mismo acabó deformándose hasta convertirse en una competición por ver quién decía las mentiras más absurdas; todo el alcohol que acabamos llevando en las venas ayudó bastante con la tarea. Después de un buen rato de risas, un silencio para nada incómodo se instauró sobre nosotros, y no mucho más rato pasó hasta que Sasha volvió a hablar. Me habló de cazar luciérnagas y yo le puse toda mi atención a sus palabras, intercalando miradas entre su rostros, las luciérnagas que nos iban rodeando y el cielo ya encapotado de estrellas.

—Entonces 'cazar' quizás no sea la palabra más adecuada, ¿no crees? —murmuré, sin apartar la vista de su mirada en ningún momento—. Aunque, vaya, no soy ningún experto, en Galés no tenemos luciérnagas...

La reflexión de Sasha me pareció linda, aunque lo que realmente más me agradó de toda la situación fue sentir que estaba lo suficientemente cómoda en mi presencia como para divagar de esa manera; me sentía liviano, de todos modos, y ni siquiera lo pensé demasiado antes de contestarle, a pesar de que genuinamente no tenía ni idea de lo que estaba diciendo. Después me ofreció volver y asentí con la cabeza, levantándome (a duras penas) para poder ayudarla a ella luego.

>>Gracias por dejarme secuestrarte~ —canturreé una vez ambos estuvimos de pie, inclinándome para dejarle un beso superficial en los labios—. Me lo he pasado muy bien conociéndote un poco más.

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tarde pero seguro uwu7 it was a pleasure to have this little date with sashie <3