Finalmente, la batalla había llegado a su fin... ¿significaba esto que dejaríamos este bosque de una buena vez? Esperaba que la respuesta a esa pregunta fuera un sí...
(No importa, tranquilo ^^) Miré como habíamos ganado y me acerqué a Suicune para acariciarle. —Lo has hecho de maravilla. —el pokémon sonrió y se dejó acariciar. —Y gracias Yair, estuvieron geniales.
Me reí y asentí, mientras se escuchaba la entrada de la PokeDex de Suicune —Suicune, el pokémon tigre marino, es parte de una antigua leyenda de la región de Johto, sobre una torre quemada, corre por todo el mundo en busca de fuentes de agua limpia —mencionaba la Dex—
—Gran batalla, chicos —felicité a ambos, acercándome junto con Rojo—. ¿Qué dicen de dejar este condenado bosque de una vez ahora que ya terminaron?
—Cuidado que muerde. --bromeé a Rojo cuando se acercó al pokémon y este lo miró con aires de superioridad, y miré a Effy tras lo que dijo. --Y estoy de acuerdo. —dije para sacar a Sigiliphh y guardar a los demás. —Este sitio ya cansa. Dicho esto eché a volar sobre el pokémon indicándoles a los demás que les esperaba en Témpera
—Es muy cierto —admití, tras ver a Liza alejarse en su Sigilyph. Imitándola, saqué a mi Skarmory y me monté sobre él. En eso, miro a Rojo que se había quedado junto a mí—. ¿Vienes o te quedas? Rojo decidió ir caminando, así que salimos volando de inmediato con rumbo hacia Ciudad Témpera.
Inflo un cachete, dando a entender mi molestia—Oh, valla...—me paro y estiro—¿Salimos de aquí?—pregunte ya cansada de tantos pokemon insectos
--Claro pero espera tengo que llamar a pidgeotto--Le dije mientras daba un chiflido para que viniera pidgeotto--
—¿a donde vamos?—empece a caminar y acercarme a doddy el cual lucia cansado de cargar a alguien en su espalda—jaja, lo siento amiguito. puedes descansar—el sonrie y lo meto a su pokeball.
—Me parece bien....caminando ¿no?—pregunte mientras veía a pidgeotto y recordando el echo de que ni siquiera puede llevar a dos personas.
—¡Genial!—Lax se sale de su pokeball lo cual me extraño—¿que sucede lax?—el señala su barriga y me empiezo a reír— yo también tengo hambre—cargo a lax con facilidad