Bosque del Lago

Suspiré, me coloqué mejor la ropa, y acaricie a Noivern, que miraba a no sé que lado.
--Como si lo hiciese siempre...

 

Me levanté de la rama y de un salto aterricé en el suelo, que gracias a la nieve hizo que no me dolieran los pies, y miré a Des, chasqueando los dedos.

—He ahí el problema. Pero en fin, solo me quedé para intentar hacerte razonar. Te conozco muy bien y sé que debajo de ese aspecto duro tuyo que usas a veces se esconde la tierna de mi hermana, y sé que, quizás cuando se te pase el enfado, irás a ver a Dante. Yo confío en que lo harás. Me fio de ti, demasiado diria yo. —tras decir esto saqué a Togekiss y monté en ella para salir volando en la dirección en la que Dante se fue, iba a seguirlo si o si.

 

--Cómo no... -- dije rodando los ojos
Noivern me empujó un poco con su hocico, pero no iba a moverme, aunque... Monté sobre mi pokémon volador junto a Espeon, y nos fuimos a Lienzo.

 

Llegue a mi casa del árbol y me recoste un rato.

 

Había pasado un tiempo, no largo, pero si había pasado un tiempo. Después de haber dejado a Nicole con su madre nuevamente y tratar de convencerla de que se quedara allí,cosa que me tomó bastante tiempo, no quería terminar su aventura, pero cuando estaba fuera le asustaban muchas cosas, así que prefería que se quedara en casa. Después de hacer hecho eso me pase por algunas de las oficinas de las Joy para explicar el enredo que se había formado sobre el tema de los gamma.

¡Pero si la cosa no podía ser mejor!, después de todo, las preguntas que hacían y la forma que respondía no ayudaba mucho, el hecho de no tener recuerdos me estaba afectando mas de la cuenta, si no sabía responder las preguntas significaba que estaba "nervioso" y parecía que eso indicaba que estaba mintiendo ante mi declaración de Manipulación por perdida de memoria causada por un golpe en el cráneo. Así que entre la desesperación de no poder explicar la situación como era debida, y su poca confianza en lo que decía fui declarado.. culpable y consciente de mis actos.

El lado bueno es que no pasaría a la cárcel, era menor de edad y esas cosas, pero tenía que estar en un reformatorio o una academia militar, ambas opciones eran pésimas, pero no era la cárcel en la correccional posiblemente estuviera hasta la edad "adulta" y en la academia... podría salir por mala salud y posiblemente no hubiera mastodontes más fuertes y más agresivos que yo, y moriría en el primer día. Así que me incliné por la segunda opción... cosa de la que me arrepentí tan solo pasar un día.

Pero ya había salido y eso era lo que contaba, ya estaba relativamente libre y mi cabello estaba completamente intacto y el frio del bosque me hacía estar un poco mas tranquilo, además de que no era un lugar que me recordara ese infierno. Pero me recordaba a otro, bueno no se podían obtener todo lo que querías.

Y hablando de infiernos parecía que había entrado a otro, a cierto pokemon no le gusto que le arrojaran una bola de nieve directo al rostro, y había iniciado una especie de masacre con nieve todos contra todos y yo implicado en eso, era una como un dejavú pero en esta versión mi casa no estaría siendo destrozada

 

—¿Sabes?, creo que con esos dos combates ya hemos entrenado suficiente por hoy, ¿no crees, Togekiss? —le preguntaba a mi pokémon volador/hada, mientras surcábamos los cielos de Galeia sin saber si descansar o seguir buscando entrenadores.

Todo estaba muy tranquilo por allí arriba, pocas veces habíamos visto pokémon voladores en medio de nuestro camino, era un viaje bastante tranquilito. Pero fue solo pensar eso, y una bandada de Swablus y Altarias se nos cruzó justo dónde estábamos y para Togekiss el viaje se le empezó a complicar, pues solo parecía ver nubes blancas, las que parecían formar el pelaje de las alas de estos pokémon. Me sujeté fuerte a ella y bajó en picado para tratar de salir de ahí, pero poco a poco fue cogiendo tanta velocidad que, para cuando abrí los ojos, estábamos a punto de chocar contra los árboles nevados del Bosque del Lago.

—¡Cuidado! —exclamé y la pokémon hada trató de esquivarlos como pudo, rozando un par de veces contra las ramas y tratando de volver a subir y alejarse como podía del suelo.

Pero justo estaba a punto de hacerlo cuando unas cuantas bolas de nieve chocaron contra nuestros rostros, provocando la ceguera por unos segundos que fueron cruciales. Acabamos estrellándonos contra el suelo, dándonos un buen golpe que fue un tanto amortiguado por la nieve. Me senté como pude resfregándome la cara y comprobando que no me hice nada, para levantarme y correr hacia mi pokémon, alejada un poco de mi y tumbada en el suelo. Fue verla así y me preocupé.

—¿Estás bien? ¿Te has hecho daño? —le pregunté asustada, pero parecía que sí que era así. Ella asintió dolorida y me mostró que su ala derecha estaba dañada por la caída. ¿Y ahora qué iba a hacer yo para curarla si no tenía medicinas conmigo? —Tranquila, te pondrás bien...—le sonreí levemente y le acaricié un poco mientras miraba a todos lados. ¿De dónde salieron esas malditas bolas de nieve?

 

Contenido oculto

Me disculpo por el ala :c

Nieve, nieve, nieve y.. ¡oh sorpresa! más nieve.

Mis pokemon simplemente no podían parar por solo unos segundos, estaban completamente enfadados unos con otros y solo por una minúscula bola de nieve que uno de ellos había lanzado, ¿quién? no tenía ni idea. Desde mi lugar "seguro", que venía siendo una distancia alejada pordía ver a un pequeño Deino corriendo entre los pokemon mas grandes muy divertido, un Piloswine que intentaba embestir todo lo que se le ponía enfrente (provocando que chocara contra uno que otro árbol haciendo que callera nieve sobre el e intensificando el enojo), lo demás era completamente confuso para mi.

Ya que entre tantos tiros blancos la escasa nieve se levantaba nublando mi vista un poco e impidiendo reconocer a los demás pokemon, pero sabía que serían la gran mayoría y regresarlos a sus pokebolas tampoco era una opción, ya lo había intentado y volvían a salir una y otra vez ,¿¡por qué eran tan necios?!. Suspiré y ladee mi vista un poco, Mawile estaba a mi lado mirándome en forma de reproche y señalando con su mano el lio de allí enfrente

— Tú sabes que no me escucharán — le advertí provocando un gruñido por parte suya, tenía que ir sí o sí, me gustara o no. Así que poco a poco fui avanzando apartando la nieve en mi camino hasta abandonar mi zona segura entrando al campo de batalla

— ¡Quieren parar por favor! — les grite, recibiendo un minuto de atención por parte de ellos, ¿lo habría logrado?.... en definitiva no, Floatzel con una de sus colas hizo una bola de nieve lanzandomela a mi haciendo me caer al suelo por el golpe imprevisto

 

Había estado como 15 minutos rebuscando en mi mochila, sacando todo lo que encontraba y miré a mi alrededor, donde ya se encontraban varios objetos esparcidos por la nieve, todos lanzados en un momento de desesperación. ¿¡Dónde estaban las vendas cuando las necesitaba!? El ala de Togekiss tenía sangre y quería vendársela cuanto antes pero para el colmo, siempre tenía vendas y ahora no. Era para darme un premio por lo ordenada que era con mis cosas...
Me dejé caer al lado de la pokémon, quien se mantenía calmada aunque juraría haberla escuchado gemir un poco de dolor, y me llevé una mano a la cara. ¿Qué podía hacer? ¿Que Slaking la cargara hasta el centro pokémon más próximo? No...no quería que la herida se le pusiera peor y perdiera más sangre. Entonces se me ocurrió algo no muy eficaz pero que la ayudaría por el momento. Me subí a un árbol cercano y tomé un par de hojas de sus ramas más altas, las más grandes en tamaño, y volví con mi pokémon para tomar un trozo de cuerda y colocarle las hojas en el ala haciendo una especie de torniquete. Eso la ayudaría por el momento. Le acaricié la cabeza, sonriendo para no hacerla sentir peor de lo que estaba.

—Voy a ir a buscar un par de bayas aranjas para que recuperes fuerzas, quédate aquí con el resto y procura no moverte. —le pedí a la vez que sacaba a todo mi equipo de sus pokeballs y la dejaba al cuidado de todos, y junto a Glaceon, que amaba el frío, nos pusimos a buscar las susodichas bayas.

Caminamos lentamente (la nieve por todos lados no ayudaba) por el lugar, observando los árboles nevados con atención y esperando encontrar bayas pronto. La pokémon tipo hielo me ayudaba en la búsqueda, pero poco a poco se podían escuchar ruidos en la lejanía, ¿habría alguien más por aquí? ¿Serían los que lanzaron las bolas de nieve? Fruncí el ceño levemente y seguimos el ruido sin dejar de buscar.

Contenido oculto

Los culpables son los pokémon e.e

 

Una bola por allí y otra bola por allá, parecía un partido de tennis de cierta forma, ya que gracias al inesperado golpe había logrado dividir en dos la batalla, los muy enfadados porque su entrenador se vio "herido" e involucrado y los enojados por un asunto que desconozco y dio origen a esta guerra. Poco a poco íbamos avanzando aunque no pareciera en lo absoluto un avance.

Minuto tras minuto los continuos ataques se hacían cada vez más rápidos, ¡que rabia debían tener por una simple bola de nieve!; a Mawile no le hacía nada de gracia, pero donde intentara intervenir probablemente quedaría enterrada bajo la nieve asi que la mantenía al lado mio, solo por si acaso, Accelgor le era indiferente el asunto a su alrededor, de hecho había sido el único que quiso volver a su pokebola y Spirtbomb parecía divertirle tanto caos.

Que linda armonía teníamos todos.

Suspiré pasados otros minutos, esta vez tenía que funcionar, hice dos bolas de nieve y las lance a los que parecían ser los líderes de cada bando: Typhlosion y Floatzel, la guerra cesó, nuevamente por unos minutos para prestarme una minima atención — ¿¡Podrían parar de una buena vez?!, ¡Esto es completamente ridículo! — les grité serio y algo molesto, no era la primera vez que pasaba, pero cuando paso en mi casa era un ambiente, relativamente controlado, aquí... podía pasar cualquier cosa y no quería tener incidentes

Miré a mis pokemon y me quité el cinturón de pokebolas mostrándoselos — Vuelvan a sus pokebolas, antes de que vuelvan a hacer algo como esto — les pedí algo mas calmado mirando como unos rayos rojos salían de las pokebolas y hacian que mis pokemon entraran en ellas. Después de eso, me deje caer en la nieve soltando un suspiro, habíamos iniciado mal el primer dia

 

—¡Allí están, vamos Glaceon! —exclamé esperanzada nada más ver un árbol con puntitos azules, que al acercarnos más resultaron ser aquellas bayas aranjas que buscábamos.

Las dos comenzamos a escalarlo poco a poco, por supuesto la pokémon hielo llegó antes por sus ágiles patas, yo en cambio empezaba a perder práctica, cosa mala. Nada más llegar a una rama, me sujeté como pude a la rama y me estiré para empezar a tomarlas y guardarlas en mi mochila. Con la ayuda de Glaceon la cosa era más fácil. Por un momento volví a escuchar jaleo, y ladeé mi cabeza hacia la derecha, enfocando mi vista en un montón de...¿pokémon? Dejé de recolectar bayas aranjas para fijarme mejor, parecía una batalla de guerras de bolas de nieve, entonces así salieron aquellas bolas de nieve...ahora lo entendía. De repente un grito se escuchó, y juraría que aquella voz se me hizo muy familiar.

"¿¡Podrían parar de una buena vez?!, ¡Esto es completamente ridículo!"

¿Sería ese la persona que creía que era? Le hice una señal a Glaceon de que dejara de buscar, que ya teníamos suficientes, y comenzamos a saltar de árbol en árbol hacia donde se había librado aquella batalla campal, pero en eso, salté a una rama débil, y con un crujido sonoro caí dándome de bruces contra el suelo, enterrando mi cabeza en la nieve por el impacto. Glaceon saltó con agilidad y me miró para luego observar con curiosidad a un chico sentado justo delante de nosotras, y al sacar la cabeza cubierta de un poco de nieve, pude darme cuenta de que sí que era la persona de la que pensaba que se trataba.

—¿Dante?

 

Mantuve mis ojos cerrados por unos segundos, escuchando los sonidos de los pokemon que volvían después de que el lío que armaron se detuviera, sabía que no estaban de humor por lo que habíamos pasado en en este mes, ninguno de nosotros estábamos acostumbrados a algo así, como el no salir de sus pokebolas por tanto tiempo, había perdido la cuenta de cuantas veces me llamaron la atención por sacar a mis pokemon en días que al parecer no eran permitidos por el coronel de esa academia.

También las innecesarias horas bajo el sol cargando cosas que posiblemente pesaran 2 o 3 veces mas que yo hasta que se les diera la gana decir que paráramos, y mis pokemon al otro lado del campo sin poder hacer nada. Así que la pelea posiblemente se debió a una provocación por parte de unos de mis pokemon y para liberar el estrés que tuvieron todo ese tiempo.

Pero después de un tiempo de paz el sonido de una rama rompiéndose me llamó la atención, gracias a que después de eso se oyó como algo mas pesado que una rama cayó a la nieve, abrí lentamente mis ojos y lo primero que pude apreciar fue a un glaceon mirandome de forma curiosa y después a su entrenadora... Liza.

¿Tenía que ser ella enserio la primera persona que viera después de todo eso?. En mi mente Liza seguiría enojada por lo sucedido anteriormente, cuando le mentí sin que me importara el hecho de que ella ya sabía que la estaba engañando y la forcé a irse de esa manera...

— Liza...— murmuré mirándola incrédulo, ¿que hacía ella aquí cuando era época de torneos?

 

Contenido oculto

"¿Tenía que ser ella enserio la primera persona que viera después de todo eso?" Eso...eso me ha dolido </3

Me sacudí la nieve de la cabeza con rapidez para luego sentarme mejor, y tras mirar a un incrédulo Dante, reaccioné de una manera distinta a la que él hubiese imaginado nunca en aquel mismo instante, le abracé.

—¿Se puede saber por qué desapareces cada cierto tiempo y luego apareces como si nada? ¿Siempre va a ser la misma rutina, Dante? Haces que me preocupe bastante por ti. —repliqué a modo de regaño, pero esbocé una sonrisa al confirmar al fin que a Dante no le habia ocurrido nada durante todo este tiempo.

Podía imaginar que a Dante se le hubiese venido a la cabeza la idea de que aún seguiría enfadada con él por lo de aquella vez, pero eso no iba con mi estilo. No me gustaba ser rencorosa con las personas a las que le tenía cariño, por lo que hice como que se me olvidó aquella "discusión" y que todo estaba bien. Porque la verdad, para mi, sí que lo estaba.

 

Contenido oculto

Recuerda que Dante piensa que estas enojada con él, y lo ultimo que pensó después de que te fuiste es que no te podría ver la cara despues de mentirte :c

Me había quedado completamente más incrédulo ante esa acción de ella, me había abrazado, mi mente no lo procesaba del todo bien, pero tan siquiera sentí un alivio de que no estuviera enfadada conmigo y correspondiendo a su acción, le abracé con cariño pero sin mucha fuerza para no lastimarle... aunque... no tardó mucho en regañarme por mis desapariciones continuas, era de esperarse.

Haces que me preocupe bastante por ti.

Le sonreí y me separé un poco para poder responderle — Te prometí que estaría contigo Liza... aunque desaparezca cierto tiempo ten por seguro que volveré, siempre cumplo mis promesas y el dejarte sola no esta en mis planes, ¿vale?

Pase una de mis manos por su cabello después de haberle quitado la gorra y ponermela — Aunque pierda la memoria otra vez, tú sabes que estaré cerca de ustedes, para hacerles compañía, no lo dudes

 

Contenido oculto

Pero ella no es rencorosa, pasó un buen tiempo y ya lo dejó en el olvido :c

Por un instante pensé que quizás Dante no fuera a corresponder el abrazo, quizás él se enfadó conmigo aquella vez por meterme donde no me llamaban, y no me había dado cuenta de ello. Aquello me preocupó un poco, pero esas dudas se disiparon al sentir como finalmente me correspondía el abrazo con cariño. Sonreí.

Cuando me separé de él, escuché sus palabras con el ceño levemente fruncido, no muy convencida de lo que decía. De una forma u otra, esas palabras me vinieron a la mente de la boca de otras personas muy importantes para mi a lo largo de mi vida, y que no volví a ver jamás. No se puede prometer volver si no se sabe lo que te puede ocurrir en el camino...o al menos ese pensamiento me rondaba en aquel instante.

—Sí Dante...si yo sé que cumples con tus promesas, y que siempre vuelves pero...desaparecer así sin más hace que a veces piense que te ha ocurrido algo...sabes que tampoco quiero perderte a ti... —aquello último lo dije bajando la mirada hacia el suelo, y Glaceon se sentó acurrucada a mi lado en aquel instante. No dudé en acariciarla y le sonreí debilmente.

 

Suspiré levemente al orile decir eso y me levanté de mi lugar para sentarme al lado de ella y pasar uno de mis brazos por sus hombros para abrazarla otra vez, sabía a que se refería y aunque hiciera mis esfuerzos por no desaparecer, a veces eran cosas que no podía controlar como la aparición de Nicole o mi repentina ida a la academia por mis actos como Gamma, eran cosas externas.

— Aunque me pasara algo y me lleven a otro lugar encontré la forma de volver, siempre vuelvo porque me importan ¿vale? — sonreí un poco colocándole su gorra otra vez — Nunca me perderás, he hecho tantas cosas que parecen imposibles para estar con ustedes cuando me necesitan que... simplemente no puedo alejarme tanto tiempo — suspire mirando los arboles cubiertos de nieve

— Te prometo que esta vez no fue mi culpa haber estado lejos...

 

Coloqué mi cabeza en su pecho cuando me abrazó por los hombros, y observé el paisaje en silencio mientras le escuchaba. Sonreí levemente y asentí, confiando en lo que decía.

—Supongo que puedo fiarme de tu palabra... —suspiré un poco, alejando los malos recuerdos de mi cabeza y dejándolos de lado, para luego sonreír un poco más. —Pero como llegues a desaparecer mucho tiempo, mandaré a alguno de mis pokémon a por ti, y Slaking no tendrá piedad...—eso último lo dije entre pequeñas risas a la vez que le miraba con un deje de malicia.

En eso le escuché decir una última cosa, y la curiosidad fue mayor, por lo que me separé un poco y le miré de nuevo.

—¿Qué te pasó esta vez, Dante?

 

— Claro que te puedes fiar de mi palabra — dije sonriendo apartando la nieve que se había situado en su gorra — ¿Me mandarás a un Slaking?... eso es muy cruel de tu parte liza...— murmuré fingiendo tristeza hasta que me dijo la pregunta del millón, ¿que me había pasado esta vez?... o bueno... que no me pasó.

— ¿Recuerdas que hice muchas cosas como un Gamma verdad?

 

—Bueno, un poco cruel si que es, pero si no despareces no te pasará nada. —reí sandole la lengua en son de broma y me calmé para poder escuchar el por qué de su desaparición esta vez. —Sí, sí que lo recuerdo, ¿por qué lo preguntas?

 

— Verás... me dio un ataque de sinceridad y fui con las Jenny's para aclarar lo sucedido en ese tiempo — suspire sacudiendo un poco mi cabello al ya sentir la cabeza frio por tanta nieve y proseguí — La declaración no salio tan bien como pensaba y te imaginarás que paso después... al ser menor de edad no puedo pisar una cárcel, así que era asistir a un reformatorio o una acedemia militar...

— ¿Qué opcion crees que elegí?

 

Me sorprendí un poco ante aquello, de seguro sin ninguna prueba de lo que Dante les decía, las Jenny´s se hubieran creído que estaba gastándoles alguna broma, muchos lo hacían. En ese instante ya me temía que le hubieran encarcelado o algo, pero en eso recordé que era menor de edad, por lo que me alivié un poco.
Noté como se sacudía el cabello al tener nieve en él, y le coloqué mi gorra con una pequeña sonrisa, para volverme a sentar e indicarle con un gesto de la mano que continuara hablando. Tal y como pensé, no le habían creído. Suspiré aguantándome una pequeña risa, y le miré con incertidumbre, pero me ahorré los comentarios para el final.

—Mmmm, no lo sé, ¿academia militar?