Explícito Bird & Wolf [Hiroki x Shiori]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Yugen, 14 Abril 2020.

  1.  
    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

    Piscis
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    Título:
    Bird & Wolf [Hiroki x Shiori]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2514
    Título: Bird & Wolf
    Personajes: Shiori Kurosawa & Hiroki Usui
    Fandom: Persona Rol
    Summary: "Avergonzado de su propia vulnerabilidad. De lo evidente que era a sus ojos ser consciente de todo lo que ella provocaba en él. Esa parte burlona de su ser internamente ronroneó satisfecha."
    N/A: Esto es una locura muy grande. Puro porno sin plot porque no tengo creatividad suficiente para escribir algo más de trama. F. El título no tiene nada que ver con el escrito (?)

    Advertencia: Contenido explícito. Aunque no de forma excesiva. Descripciones de sexo heterosexual.




    No la entendía para nada. A menudo solía mirarla de lejos, como actuaba con el resto del mundo. Su forma de ser, su actitud con él, la manera en la que a menudo parecía burlarse. Shiori Kurosawa era un completo misterio.

    Había aparecido en su vida de mierda de un día para otro sin aparentes motivos y estaba con él también sin motivos aparentes. Le gustaba estar con él. Disfrutaba estar con él.


    ¿Qué clase de designio del destino la había llevado a estar con alguien como Hiroki Usui? Un tipo hosco, brusco, malhablado, agresivo, con un montón de problemas personales.

    Ella, que era un alma maternal y tranquila y que—

    Joder. Debía estar mal de la cabeza.


    —Tócame senpai.

    Muy mal.

    Su voz fue una especie de murmullo contenido. Como el sonido suspendido de algún instrumento de cuerda al terminar la orquesta. El corazón le latía con inusitada fuerza dentro del pecho, frenético, mientras el aire frío le besaba la piel, le erizaba cada vello y electrificaba cada una de las células de su cuerpo.

    Acabar en el almacén de enseres de gimnasia con Hiroki Usui no estaba en sus planes esa mañana.

    Ni el día anterior. Ni el día anterior a ese. Ojalá pudiera decir que era cosa del momento, el efecto de alguna bebida alcohólica que justificase sus actos probablemente impulsivos. Quizá. Pero no estaba ebria. Estaba perfectamente sobria, estaba perfectamente cuerda y estaba jodidamente excitada.

    Él apoyó sus toscas manos sobre sus senos desnudos, suaves y tibios y los ahuecó entre sus palmas. La camisa del uniforme abierta, la chaqueta echa un manojo en el suelo. Shiori separó los labios pero de ellos no emergió sonido alguno.

    Ah. Mierda. Y mierda mil veces.

    "No somos pareja. No sé por qué la princesita dijo eso".

    Tal vez en el fondo sí lo sabía.

    Tenían una conexión extraña. Estaban juntos casi siempre. Y ella solía buscarlo, generalmente para molestarlo, pero en el fondo sabía que le gustaba estar con él. Le gustaba ese mohín de niño regañado que solía poner cuando se molestaba; esa manía extraña que tenía de pasarse la mano por el pelo cuando estaba nervioso o incómodo. Más de una vez se había sorprendido a sí misma deseando hacer lo mismo.

    Que su mano fuese la suya y enredar los dedos en ese desprolijo cabello cenizo.

    Como acariciar a un perrito de la calle.

    Kurosawa—la llamó él.

    Áspero, ronco. Sus ojos dorados tenían un brillo distinto, uno que Shiori jamás había visto. El brillo de un depredador.

    Aquella era su maldita culpa.

    Y allí, al menos en aquellos momentos, ella era su gustosa presa.

    Suspiró cuando él apretó sus senos entre sus palmas y hundió los labios en el hueco entre su cuello y su hombro; los dientes después. Le ardía la piel. Le quemaba como una llama viva.

    Todo su ser era un infierno.

    Hiroki no sabía mucho del cuerpo femenino y era un denso y un torpe pero lo estaba haciendo bien. Lo hacía muy bien de hecho. La forma en que la besaba, entre tierno y posesivo, como si fuese incapaz de decantarse por una sola de las opciones. Como si en su mente se librase una encarnizada lucha entre que hacer y que no.

    Sinceramente quería cuidarla. Quería tratarla y mimarla como la reina que era. Pero era un niño problemático con problemas.

    Las manos delgadas y ágiles de ella desabrocharon la correa de su pantalón y lo bajaron con cierta ansiedad y temblores. Hiroki se sentó sobre la colchoneta verde del gimnasio, observando con cierta ansiedad como ella terminaba de deshacerse de su propia camisa y su piel nívea, suave y perfecta era rozada por los últimos rayos del sol de la tarde.

    Una princesa de porcelana.


    ¿Qué había hecho un imbécil como él para tener a su lado criatura semejante? ¿Sentía merecerla? No. Ni de coña.

    Ella lo miró tan ansioso, tan indefenso, tan lindo cuando descubrió su virilidad. Sus sentimientos con esa situación quedaron simplemente tan claros. Repentinamente el fiero chico lobo parecía un dócil cachorrito. Su rostro estaba rojo y sus músculos tensos. Sus bíceps, sus trípces, sus abdominales. Tampoco podía decir que fuese un adonis... pero Kurosawa no creía haber visto un hombre tan hermoso cómo Hiroki Usui en aquellos momentos.

    Avergonzado de su propia vulnerabilidad. De lo evidente que era a sus ojos ser consciente de todo lo que ella provocaba en él. Esa parte burlona de su ser internamente ronroneó satisfecha.

    Llevó un mechón de cabello tras la oreja y se inclinó sobre él sin dejar de mirarlo. Sus ojos naranjas fijos en sus orbes dorados. Predadores, ansiosos.

    "Y así, cachorro, es como el cazador se convierte en presa."

    —K-Kurosawa.

    La voz le tembló y emergió de su garganta como un gruñido ronco al sentir sus suaves labios, su aliento cálido, al ser consciente de lo que aquella mujer pretendía. Volverlo loco. Eso era.


    Ciertamente ella no tenía ninguna experiencia. ¿Le había enseñado Akaisa? Y una mierda. Shiori no sabía nada de eso. Si acaso lo que podía haber leído en sus pesquisas de adolescente, cuando ese calor ardiente asolaba sus sentidos.

    Malditas hormonas.

    ¿Por qué lo hacía entonces? Porque quería. Porque le daba la gana. Y porque quería hacerlo sentir bien. Quería ver al fiero lobo retorcerse como un cachorrillo indefenso bajo sus manos y su boca.

    Sus labios succionaron; la lengua se deslizó ávida y sin prisas por toda su longitud. Era algo de lo que Hiroki Usui podía presumir, al menos. No era ningún niño.

    —Kurosawa—gruñó de nuevo. Mucho más ronco, mucho más áspero—Joder. Joder. Kurosawa.

    —Estás temblando, senpai.

    —Claro que no.

    —Estás temblando.

    Estaba temblando. Mientras ella hacía con él lo que quería y lo tocaba y le hacía ver el mundo con otros ojos. Y todo se sentía demasiado bien para ponerlo en palabras.

    Ella no sabía nada pero no lo necesitaba. Porque era feliz incluso burlándose de él en esos momentos tan íntimos. Porque era feliz al ver su rostro rojo, escuchar su respiración agitada y sentir como su cuerpo ansiaba y necesitaba más de ella.

    Y ella más de él. Sus hábiles dedos bajo la falda del uniforme ya no eran suficientes para subsanar el ardor palpitante entre sus propias piernas.


    —No te tragues esa mierda.

    Gruñó él. Agitado, ronco. Parecía aún más un animal salvaje que antes. Pero ella no lo escuchó. Ella lo escuchaba pocas veces.

    Su sabor... no le desagradaba. Porque era su sabor. Porque era el de su lobo, y eso le bastaba.

    —Tarde cachorro.


    También tenía una facilidad inmensa para volver a excitarlo.

    —¿Tienes...?

    —¿Qué? No.

    Shiori rio ligeramente. Había cierta vergüenza en su voz, cierta timidez y nerviosismo que no pudo disimular.

    —Yo sí. Akaisa-senpai me los dio. No pensé que fuese a necesitarlos.

    Tan pronto. Porque los iba a necesitar.

    Cabrona Katrina. Le debía una.

    Hiroki tomó el profiláctico y enseguida se lo llevó a la boca, tirando del empaque con los dientes.

    —No lo abras con los dientes, cachorro tonto—le espetó ella con suavidad y se lo quitó—. Lo vas a romper. Déjame a mi. ¿Ves? Ya está.


    Las manos le temblaban. Todo su cuerpo temblaba realmente. El corazón le palpitaba como un colibrí asustado. ¿Estaba nerviosa? Estaba más que eso. Tenía miedo, también. De dar ese paso, de fallar en una decisión de suma importancia como esa. Katrina lo ignoraba porque para ella un polvo era un polvo y se acabó. Y no había sentimientos involucrados. Solo sexo.

    Y sexo.

    Y más sexo.

    Ella no era así. Aquello... no era solo sexo. No quería que fuese solo sexo. Jamás había visto a Hiroki como un ligue para un rato y el sentimiento era compartido.

    Hiroki se mataría a puñetazos a sí mismo si se atreviese a pensar así. Venga ya, era una diosa.


    —Kurosawa.

    Su voz sonó distinta y ella se apresuró a mirarlo. Naranja y dorado. La luz del ocaso que se colaba por el pequeño ventanuco parecía resaltar el color de los ojos de ambos. Parecían más vivos que nunca a pesar de estar oscurecidos por la excitación.

    —¿Estás segura de esto?

    La pregunta la tomó por sorpresa. Porque ella misma se la había hecho varias veces y la respuesta siempre era la misma.

    Su expresión se suavizó y se permitió una leve sonrisa.

    —Sí, senpai. Estoy segura. No he estado tan segura de nada en mi vida.

    Chocó sus labios con los suyos. Con cierta necesidad, queriendo en ese acto reafirmar sus palabras. Sentir su piel contra la suya, rozar sus mejillas con los dedos, sentir como sus fuertes y viriles manos la sujetaban de la cintura y la apretaban contra su cuerpo.

    Sí.

    —¿Tú estás seguro?

    Hiroki deseó cuestionar qué clase de pregunta de mierda era esa. Pero tal vez su cerebro ya no podía pensar a aquellas alturas.

    Se pasó la mano por el cabello apartando los mechones cenizos de su frente. Pero volvieron a caer al mismo sitio, como las cartas cuando se barajan.


    —Sí—tragó saliva—. Joder, sí.

    Le besó el cuello arrancándole suspiros de los labios, el vientre, por dónde descendió con la boca sembrando un camino de fuego. Los músculos se le tensaron. Su piel se erizó.


    Alcanzó su ropa interior, las bragas bajo la falda y la bajó con los dientes. La respiración de ella se aceleró, se descontroló al compás de su corazón frenético. Se sintió una eternidad. Siglos completos los que tardó en deslizarlas por sus muslos y por sus piernas. Cuando terminó de bajarlas apoyó sus manos en sus tibios muslos, aunque no tuvo que poner mucho de sí porque ella no opuso la más mínima resistencia.

    Dócil. Sumisa.

    Como un conejito indefenso.

    Ligeramente cohibida pero superada por la excitación y la ansiedad, se dejó hacer. Su tacto le ardía en la piel. Le quemaba como si fuese hierro hirviendo.

    —Senpai—la voz emergió de sus labios en un jadeo corto, un pequeño murmullo contenido.

    Él la miró. Se veía como un lobo hambriento. Quería comérsela.

    —Kurosawa.

    —Shiori. Llámame Shiori... senpai.

    El leve rubor escaló hasta su rostro. Pero no le dio más importancia. Acataría la petición porque era un lobo hambriento pero era su lobo a fin de cuenta.

    —Shiori—le dio un beso en el muslo y mordió. No lo suficiente para que doliera pero sí para marcarla. La sensación fue brusca, luego suave y luego sintió la lengua de Usui rodear la piel marcada, lamerla.

    De sus labios emergió un ligero gemido.

    —Sen...pai...

    —Hiroki.


    Tampoco se lo negó. Sus ojos dorados no se apartaban de los suyos y sentía que no podía negarle nada a esa mirada. No lo iba a hacer de todos modos. El corazón le dio un vuelco en el pecho.

    —Hiro...

    Fue suficiente. No necesitaba nada más para hundir la boca entre sus piernas. Para probar de ella como un animal salvaje. La sensación la recorrió electrizante y le arrancó un brusco gemido de los labios.
    Tembló como una hoja, su cuerpo se arqueó, tensó las piernas, sus manos se mantuvieron en la colchoneta y después se hundieron en su despeinado cabello cenizo.

    Lo apretó y empujó contra sí.

    Necesitaba algo que la atara a la tierra en medio del placer intenso, ardiente, que amenazaba con consumirla. Él no perdía el tiempo. Y tampoco sabía lo que hacía pero daba igual, porque fuese lo que fuere lo hacía bien.

    Muy bien.

    —Dios...—gimió temblorosamente Shiori. Su respiración forzosa y desigual— Hiro... Ese lugar... ¡Ah, dios Hiro!

    Alcanzó el punto álgido con fuerza. El cuerpo entero le tembló y los dedos de sus pies se curvaron hacia abajo en medio de un asolador orgasmo. Por un instante perdió la noción del tiempo y la realidad.

    Él se apartó de ella pero al hacerlo ella lo atrajo hacia sí y lo besó con ansias. Con necesidad. Con deseo. Pudo sentir su propio sabor en sus labios y aquello, lejos de desagradarle, la excitó aún más.

    Como si eso fuese posible.

    Ella contuvo un momento la respiración. ¿Sus padres aceptarían que estuviese con alguien como Hiroki Usui? No. Y sinceramente le importaba una mierda. Todo le importaba una mierda mientras lo sentía duro y caliente hundirse en sus entrañas. Ah, de eso hablaba Akaisa. Ahora entendía por qué.

    Él dejaba escapar gemidos roncos similares a gruñidos, sus manos apoyadas a ambos lados de su cabeza para no aplastarla. El sudor les perlaba la piel en pequeñas gotas, el calor era sumamente intenso y nublaba todo rastro de raciocinio de sus mentes. Eran animales. Salvajes. Dominados por algo más fuerte que sí mismos.

    Y no importaba nada más. Si eran amigos, si eran novios, si eran conocidos. Si eran un lobo o un pajarito cantos.

    Hiro la levantó sobre la colchoneta entre bruscas embesticas y ella enroscó sus piernas en torno a su cintura, negándose sistemáticamente a dejarlo ir. Sus manos rodearon sus hombros y entre gemidos y jadeos se acercó a su oreja y le susurró la verdad más pura. La verdad inamovible. La razón real del por qué estaba con él y del por qué estaba con él allí en el almacén de gimnasia, teniendo sexo.

    —Te quiero.

    Algo en Hiroki se prendió de forma súbita al escucharla. Ah, lo quería. Lo quería. Kurosawa lo quería.

    Aquel fue el punto de no retorno. Apretó su caderas contra su pelvis, hundiéndose profundamente en ella por última vez antes de desbordarse con un gruñido ronco.

    ***

    —... ¿Estás bien?

    Su voz sonó suave, agitada aún, casi soñadora.

    —Mnh...

    Estaban tumbados en la colchoneta, sudorosos, desnudos. Profundamente satisfechos.

    Ella le acarició el cabello arrastrando sus uñas hasta sus omóplatos. Había algo que no pensaba dejar pasar por alto. Algo muy obvio. Algo que no iba a negar más.

    —Te quiero senpai—repitió.

    Dulce, suave.


    Esperaría todo lo que fuese necesario hasta que él estuviese listo para responderle lo mismo. Pero no tuvo que esperar demasiado. Porque él la abrazó contra su cuerpo y sobre su oído susurró, ronco, como un lobo agradecido:

    —También yo.
     
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  2.  
    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Leo
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    Se me publicó antes y abusé de mi poder para borrarlo, así como Shiori abusa de su poder para llevarse a Hiro a cualquier puta parte.

    ¿Puedo gritar? Voy a gritar y me van a encerrar por demencia. AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

    Que le den a la trama, estoy living. Podría leer esto mil veces y asdbaehbdasbdae *se muere*

    Incluso sin trama esto es tan ellos que da miedo (?) Porque son unos imbéciles que no se van a decir que se quieren así tan fácil, pero también son los imbéciles que terminarían en el armario de gimnasia. Es más, Shiori es la maldita loca que movida por un ataque hormonal lo arrastraría allí. La veo y me da puto miedo esta mujer ahora.

    Voy a ver cómo ordeno las ideas, porque quedé más pendeja que Hiro.
    Esta cabrona divirtiéndose a costa de Hiro is my Jam, I swear.
    Si hay algo que no dudo es de la gracia que le haría precisamente esto, verlo vulnerable frente a ella. Diría que es su gusto culposo, pero de culposo no tiene nada, lo disfruta tanto que debería ser ilegal (?) Pero aquí la tenemos, llevando su puto teasing a otro nivel y pasándolo bomba, empezando con eso de perdirle que la toque. Porque sabe, en el fondo o quizás ni tan en el fondo, que hará lo que le pida.

    La coincidencia aquí me hizo chillar ay.
    Shiori significa marcar. SIGNIFICA PUTO MARCAR. Y es que ya por canon es cierto que Shiori está dejando una marca en Hiro, pero ahora vienes y me escribes esto y el condenado lobo me marca a la niña y mi culo fangirl se revuelca en el suelo porque el círculo se cierra, de una forma que yo no planeaba. Encima es cuando le pide que la llame por su nombre y jodeeeeer, ya es yo que me estoy muriendo aquí.


    Aquí tuve una epifanía (?) Shiori hace y deshace, sí, pero lo cierto es que Hiro tiene también poder sobre ella aunque no lo sepa o incluso aunque deliberadamente no le haga caso por los loles. Si Hiro le pidiese algo, ¿podría decirle que no?
    Pista: no.

    La gracia de todo esto que Shiori le haya soltado que lo quiere en este contexto (?) Porque lo cierto es que la ves cuidándolo, llevándolo con ella a todos lados pero, ¿le diría que lo quiere así como así? Joder, no. Es más, incluso en el otro fic random que fue a cuidarlo no se lo dijo aunque estaba clarísimo.
    Y aquí viene y se lo suelta en un contexto totalmente anormal, bc she's that bitch.
    Hasta pienso que en el canon no se lo dirá directamente nunca (?????) de no ser que se le suelte la lengua un día bien encabronada con él.
    Ay que me da algo ya a mí, porque para cerrar, él también se lo dice. LA ABRAZA Y SE LO DICE. ME MATAS, JEN, I CAN'T. ¿Te imaginas lo que pudo sentir esta Shiori? Si me derrito yo, que ni a cuento (?)

    Ya para ir terminando (??) el switcheo aquí, eh 7u7 Yo es que no quería decir esto porque era way too soon, pero como te puse en el perfil, soltaste la chispa. En fin, que estos con más confianza los veo poniéndose kinky que te cagas, por todo ese teasing de Shiori y por eso que dije arriba de que realmente ella no le diría que no a una petición suya. Uff.
    Also, los veo bien mojigatos (?) que solo se llaman por el nombre en estos pinches momentos y en la daily life siguen con su rollo de Kurosawa y senpai.

    En fin, que me gustó un montón y me voy a seguir muriendo.
    Gracias por tanto y perdón por tan poco asbdahs
     
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  3.  
    Kaisa Morinachi

    Kaisa Morinachi Crazy goat

    Tauro
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    Yo estaba ingentado hacer un comentario de lo mas honesto, algo literario; pero el maldito internet debia hacer que la pagina se lageara, y ahora no sere capaz de escribir algo como eso de nuevo: internet estupido, mis palabras, idiota.

    (Simepicomucholasituacion,peroyasemepasararapido)

    Ejem, ahora iré fue al grano, en el anterior daba más vueltas, pero me piqué, así que mi parte vergonzosa se me aguanta:

    — Hiroki durante todo el relato me da cien años de vida; pero no puedo con sus nervios, me encantan esas mezclas entre desición y precabidad.

    — Shiori es una hermosura de diosa y un amor de persona.

    —El relato está bien escrito, y me refiero a la narración del tema central.

    — Soy fan de esto, más cuando soy capaz de entenderlo.

    Eso, chao, puede que hable del tema más; pero ahí si seré una bola de nervios, porque ya estoy dejando de estar picada y enojada con el temita de que se me borró el otro comentario ¿Vieron que se me pasaría pronto?

    Esta pareja me parece hermosa, y con todo lo que escriben los hacen sentir tan vivos XD zkzkksskd soy fangirl
     
    Última edición: 24 Abril 2020
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