Al abrir la puerta los recibe la biblioteca de la casa, no es demasiado grande, la habitación en cuanto a dimensiones es bastante parecida a la huéspedes, solo que las cuatro paredes están cubiertas por estantes atestados de libros. El lugar huele un poco a humedad, así que es posible que necesite una limpieza pronto. No pareciera pero la encargada de ello, cada mes, es Katrina. Conecta con: Pasillo (Planta Baja)
No parecía estar en mi mejor racha ni de coña, ¿verdad? Fue suficiente poner un pie en el closet para que los problemas se siguieran acumulando. Ya comenzaría a preguntarme si había ofendido a alguien muy gravemente en mi vida pasada, o si tendría un imán para la desgracia o qué sé yo. El caso es que Morgan se apareció para tocarme los cojones y yo ya comenzaba a dudar de mi capacidad para mantenerme serena si decidía seguir tensando la cuerda. Por suerte se apiadó, o vete a saber qué. No tenía idea qué puerta abría la llave, pero la idea de que estuviera cerrada me daba lo único que necesitaba: la certeza de que no habría nadie. En cuanto a los cigarros, bueno, llevaba ya varios meses sin tocar uno pero en vistas de la situación y de la migraña que amenazaba con aparecer decidí mandar todo a la mierda y asentir. Cayendo en viejos vicios, ¿eh, Pierce? ¿Cuándo había conseguido dejarlo? ¿Cuando conocí a Daute? Ah, a la mierda. Observé el detalle del llavero, ya fuera del closet, parecía seguir un patrón sobre madera que fácilmente podría repetirse en una de las puertas a secas. Le eché un buen vistazo a las de esa planta y no me quedó más que descartarlas todas. Bueno, ¿sería abajo? Repetí el proceso sin más, me aboqué de lleno a las puertas de la izquierda y eso me impidió notar que Maze estaba echado junto a la puerta principal. De cualquier forma no tenía idea si habría tenido los ánimos para sonreír y acercarme a ser buena compañía, honestamente lo dudaba. Enfocarme en mi misión, al menos, me permitió sentir que estaba haciendo algo y eso me quitó un poco de ansiedad de encima. Era consciente de que me faltaba un mechero y eso, pero de momento prefería priorizar el encontrar la habitación secreta. Quizá la vida decidiera sonreírme al menos un poco y consiguiera evitar prender un cigarro, quién sabe. Me detuve frente a la puerta que, si la vista no me fallaba, correspondía con el patrón del llavero y decidí probar suerte.
Al colocar la llave en la cerradura se notó algo de resistencia, posiblemente producto del paso de los años, pero pronto cedió y con un sonido y un par de giros, la habitación se abrió por fin. Al parecer era la noche de suerte para la preciada soledad que buscaba Sasha Pierce. Al empujar la puerta, a la pelirroja la recibió la biblioteca de la casa, no era demasiado grande, la habitación en cuanto a dimensiones era bastante parecida a la huéspedes, solo que las cuatro paredes estaban cubiertas por estantes atestados de libros. El lugar tenía un poco de olor a humedad, así que era posible que necesitara una limpieza pronto. No pareciera pero la encargada de ello, cada mes, es Katrina. En una mesa redonda en el centro del espacio había una botella de vidrio tallado junto a un juego de vasos whiskeros. A su lado estaba dispuesto un tocadiscos que debe ser una antigüedad, así solo al ojo. Cerca de la puerta estaban los vinilos, había un montón que abarcaban desde música clásica, pasando por el rock hasta música algo más moderna, siendo que muchos artistas volvieron a esos grandes discos. Era posible que si Sasha cerraba la puerta incluso el ruido exterior se redujera lo suficiente para poder poner alguna música distinta si le apetecía. Contenido oculto: Botella y desbloqueo de la habitación En caso de intentar tomar la botella en algún momento, me tiras un dado de cincuenta caras. Biblioteca desbloqueada por Sasha Pierce, con la llave encontrada en el Walk in closet de la segunda planta por Kashya Thornton. Amane Mori Nekita Insane Rojo FireRed madarauchiha Hygge Primer post editado con la descripción del espacio.
Una sonrisa de pura satisfacción decoró mi rostro al recibir aquel olor añejo de los libros, cientos de ellos, dispuestos a mi alrededor. Cerré la puerta tras mi espalda y pensé si echar llave o no, pero parecían cerraduras antiguas y mira, con la suerte que estaba teniendo esta noche mejor no tentar al destino y ofrecerle en bandeja la oportunidad de dejarme encerrada. Avancé al centro de la habitación, contemplándolo todo, y deslicé la yema de los dedos sobre el vidrio de la botella. Whisky, ¿eh? Bueno, ya se me había acabado el martini y al parecer se me antojaba seguir bebiendo y mezclando tragos como idiota, así que la destapé y me serví en un vaso. Al parecer tenía paladar de niña rica o algo así, con lo mucho que disfrutaba esos licores caros. Con el vaso en la mano alcancé el tocadiscos y me puse a revisar los vinilos, habiendo comenzado a murmurar una canción en voz baja sin darme cuenta. Había que ver nada más lo mucho que podía relajarme de un momento al otro si la vida dejaba de joderme tan sólo cinco minutos y me daba lo único que le pedía; un rato de tranquilidad. Rebusqué hasta elegir un vinilo de rock, de una banda que conocía y escuchaba de vez en cuando. La coincidencia me hizo algo de gracia, de hecho, y de un momento al otro se me atravesó la estupidez de que quizás existiera sobre este planeta algún tema de conversación capaz de unirnos a Katrina y a mí. Dejé el vaso a un lado sólo para acomodar el vinilo en el tocadiscos y ponerlo a andar. Los ruidos de la fiesta apenas se arrastraban por debajo de la puerta y comencé a revisar los lomos de los libros, bebiendo del whisky de tanto en tanto.
Cuando Sasha tomó la botella lo hizo sin problemas, se sirvió su whisky y todo el asunto, sin embargo, al regresarla a su espacio en la mesa la botella bailó un poco en su lugar y terminó por volcarse. No había mucha altura así que la botella no se quebró, pero una parte del líquido sí terminó por derramarse en parte de la mesa y finalmente en el suelo. Por suerte no se hizo trizas, porque no sólo habría alertado a alguien de su presencia en la biblioteca, sino que bueno... Habría sido un fiasco en una noche que ya en sí no había ido por muy buen camino. Digamos que si le preocupaba mucho el asunto, era tan fácil como traer algo de papel de baño y limpiar el desastre, pero fácilmente podía quedar ahí y no se darían cuenta hasta mañana.
Un poco kinky sí que era todo el asunto de que me llamara sensei, pero digamos que era precisamente la idea del asunto si era muy honesta y las oportunidades había que tomarlas cuando aparecían. Esa era, bueno, una de las leyes de Cerbero después de todo. No había despegado la atención de Emily cuando la voz de Hiradaira me llamó, al parecer la chiquilla quería un bañador así que asumí que habría visto la piscina o el jacuzzi y ya se la había ido la pinza. Le indiqué dónde podía encontrar y me hizo gracias verla irse arrastrándose a ese mastodonte consigo como si fuese la mierda más normal del mundo. Luego la emoción del Emily con lo del recorrido me arrancó una risa floja, si es que era una cría por amor a todo. Aproveché que ya había soltado la idea para separarme de su cuerpo, tomar su mano y echar a andar. Le dediqué una mirada de soslayo al tatuado. —¿Disfrutaste el espectáculo? —pregunté porque sí. —Debe ser el mejor día de mi vida, sin dudas —respondió mientras se servía otro vaso de cerveza. Me retiré sin más, arrastrando a la chica por la cocina y luego al pasillo, por el teatro le mostré la decoración, contándole por encima de dónde habíamos traído algunas de las cosas, aunque no era una sorpresa que una buena parte vinieran de Alemania. Cuando giré en dirección a la biblioteca y la habitación de huéspedes noté al vuelo que la segunda tenía la puerta cerrada, la primera estaba abierta de par en par y noté a una de las mujeres de servicio limpiando la mesa y el suelo. —Señorita —saludó con una inclinación, dejando la botella de vidrio tallado en su lugar—. Al parecer alguien encontró la llave. —Está bien —respondí sin más. La mujer se retiró, de forma que pude regresar la atención a Emily y di un par de pasos dentro de la biblioteca arrastrándola conmigo. Dejé ir su mano con cuidado, para echar un vistazo en los vinilos dado que había quedado sonando uno de rock. —Esta es nuestra biblioteca —comencé mientras seguía con eso—. Hay muchos libros de cuando mi padre iba a la universidad, también de mamá. Algunos otros son bastante viejos, pero hay de todo lo que puedas necesitar. Contenido oculto Amane uy pero qué es esto, una biblioteca sola (? chingue su madre el doble post *belu mode*
Me dejé llevar por Katrina sin oponer ni la más mínima resistencia, escuchando con toda la atención del mundo todo lo que me dijese al respecto de la casa o de la decoración que habían decidido usar para la misma. A veces podía pecar de ingenua, pero tonta tampoco era. Me imaginaba a la perfección que la mayor se estaba montando todo el teatro por puro amor al arte y que su objetivo final era otro bastante distinto al de hacerme de guía turística de su casa, pero digamos que igual yo tampoco pretendía desaprovechar la oportunidad solo porque sí. ¿Que si me interesaba que, por ejemplo, parte de las decoraciones venían de Alemania? Pues sí, así de estúpida era, porque quería saber más cosas de ella. En algún punto del pasillo pareció dudar entre un par de habitaciones y al final se dirigió hacia una cuya puerta estaba abierta, donde también había una mujer que parecía ser parte del servicio. Observé el intercambio con cierta sorpresa e hice una reverencia algo torpe cuando la mujer pasó a nuestro lado para irse. ¿Había hecho bien en intentar ser respetuosa o se suponía que no lo hiciese? La verdad es que me perdía mucho con ese tipo de cosas. Katrina dejó ir mi mano no mucho después de adentrarnos en lo que finalmente discerní como la biblioteca. Y bueno, era fácilmente impresionable, ¡pero es que como para no impresionarse! Podía no ser una habitación muy grande, pero estaba repleta de estanterías y, por lo tanto, había un montón de libros. No, si al final Anna había tenido razón y todo. Me acerqué a una de las estanterías, completamente al azar, y ladeé la cabeza para poder leer los títulos de los lomos. No logré captar muchas palabras de los mismos, pero igual seguí intentándolo con toda la fila solo porque sí, porque la verdad es que así y todo se veían muy bonitos. No me atreví a tocar nada, claro, así que llevé las manos tras la espalda y ahí se quedaron, entrelazadas, todo el paseo. Cuando acabé de recorrer la sección, me di la vuelta para acercarme a la mesa del centro, un poco más cerca de donde se había quedado la chica revisando lo que parecían unos vinilos, y me incliné un poco para poder mirar algo más de cerca el tocadiscos. —Es... impresionante, senpai —murmuré, sin apartar la vista del aparato—. Tener una biblioteca y tantos libros~ ¿Sabes que mi amiga solo vino porque quería ver justamente esto, vuestra biblioteca? Aunque aun no la he visto, no sé si habrá venido al final~ Solté esa información un poco por lo mismo de siempre, porque se me había aflojado mucho la lengua y ya. Se suponía que no había tenido que saber que la fiesta era en su casa, ¿no? Pero bueno, igual era medio obvio así que pensé que pasaría desapercibido y ya. Contenido oculto JAJAJA so kinky eh
Emily podía parecer tonta y de hecho a veces podía serlo a secas, pero dudaba que ahora mismo fuese el caso. Era bastante obvio que me había montado todo el teatro aunque lo que pretendía era algo completamente diferente, pero digamos que algo de estándares me quedaban para no decirle en la cara "sí, oye, vamos a este cuatro vacío". La chiquilla había intentado ser respetuosa con la mujer del servicio, cosa que se agradecía. Podía ser una estirada de mierda pero tampoco era para que anduviera tratando a las personas que trabajaban para mí como si fuesen mierda, a veces sí que podía ser algo pesada y que lo dijera la chica vestida de maid de afuera, pero eso era diferente. Mientras estaba con los vinilos noté a Emily recorriendo el espacio, asumía que echándole un ojo a los libros, y obviamente la dejé hacer. Recordé de repente que tenía agendada la limpieza de la biblioteca para la semana siguiente, que ya de por sí olía un poco a humedad, así que igual y la adelantaba para el lunes. En lo que terminó de recorrer la sección o lo que fuese, terminé por decidirme por un vinilo de un jazz bastante suave que encontré de repente, siendo que no era precisamente lo que estaba buscando. Saqué el vinilo que estaba girando y en lo que ponía el que había elegido Emily volvió a mi posición, su comentario me arrancó una risa floja que se mezcló con las primeras notas de la canción. —¿Y te dijo alguien dónde sería la fiesta o lo descubriste por tu cuenta con la bonita pista que había en el sobre? —pregunté mientras giraba el cuerpo hacia ella. No era mi intención echarle flores al trabajo de Dunn y su secuaz, pero incluso cuando se había robado esa primera atención bueno... El diablo estaba en los detalles y para variar, era asombrosamente meticuloso en lo que hacía.
Me congelé un poco en el sitio cuando terminé de escuchar a Katrina y las neuronas se me dignaron finalmente a hacer algo de sinapsis. Bueno, igual ya el daño estaba hecho y, como siempre, la chica parecía pasárselo demasiado bien con mis reacciones y demás como para molestarse, así que no tardé en relajar la posición. —¿Ambas? —respondí, irguiéndome para poder mirarla mejor, una ligera sonrisa de culpabilidad plasmada en los labios—. Quería que fuese sorpresa así que no miré la dirección, pero tenía casi todas mis apuestas en que sería cosa tuya~ Pero el otro día Tolvaj-senpai me lo confirmó~ Poco consciente era yo de lo que podría pasar al soltarle el nombre de Eris a Kat, y quizás fue movida por mi subconsciente que decidí acercarme a ella para solucionarlo o algo. Extendí los brazos para hacerme con sus manos entre las mías y me mecí de un lado para otro, al ritmo de la música (supuestamente) que sonaba en ese instante desde el tocadiscos. >>¿Te lo estás pasando bien, senpai? Es tu día, así que deberías. Y si no, ¡yo me encargo de que sí! De nuevo, ¿era consciente del posible doble sentido de mis palabras a pesar de la inocencia con la que las solté? Pues... quizás un poquito sí~
Espera que cualquier persona se lo hubiese soltado, no contaba claro con que esa persona cualquier fuese Eris Tolvaj y solo me hizo reformular mi pensamiento anterior. Emily podía ser genuinamente estúpida si había vuelto a juntarse con Tolvaj así por deporte, ni siquiera todo Cerbero junto alcanzaba el nivel al que era capaz de llegar a esa cabrona hija de puta que, si me preguntaban, debía estar encerrada hace bastante. Casi como si hubiese podido medir una posible reacción de mi parte, se acercó y tomó mis manos para comenzar a mecerse al ritmo de la música, o bueno, algo así. Me hizo su gracia, así que dejé correr la mierda de Tolvaj porque en sí tampoco me correspondía. No sabía tampoco hasta qué nivel Emily era consciente de la connotación de sus palabras, no era que me interesara demasiado porque aprovechaba esos vacíos legales, y fue lo que hice en ese momento. Solté sus manos con cuidado, le corrí un mechón de cabello hacia atrás y sin decir nada realmente navegué la estantería más cercana a la puerta, ojeando con aire distraído los libros. —Ha estado bien —dije mientras deslizaba los dedos por el lomo de uno de los libros, antes de seguir avanzando en dirección a la puerta y cerrarla suavemente al pasar, echándole pestillo, antes de seguir con la siguiente estantería—. Aunque algunos no saben divertirse. Little did I know that Mister Swallowtail was living his gay dream next door. Recorrí una parte del estante sin prisa, concentrada en la música que había logrado opacar la de afuera. Regresé sobre mis pasos hasta volver frente a Emily, le dediqué una sonrisa y le eché los brazos sobre los hombros, acercándola a mí. —Vas a tener que encargarte de eso~ Atrapé sus labios después, deslicé mis dedos por su nuca hasta su cuello y luego subí a su mejilla, me separé apenas lo suficiente para alcanzar su labio inferior con el pulgar e instarla a abrir la boca para colarme en ella como me diese la gana. Contenido oculto Más horniness por acá, permiso
Me llevé de nuevo las manos tras la espalda cuando ella me las soltó, no pronuncié queja alguna cuando me apartó el mechón de pelo y luego simplemente observé sus movimientos con una atención estúpida. Capté al instante cuando cerró la puerta, a pesar de la suavidad con la que lo hizo, pero no hice ningún movimiento que fuese a delatar que la había descubierto. Y es que, para empezar, ni me sorprendió ni mucho menos me molestó. —¿En serio? Supongo que es el problema de haber invitado a toda la academia —respondí, como si nada, soltando una ligera risilla en el proceso. Aunque no lograba imaginarme qué clase de persona se aparecía por una fiesta sin intenciones de soltarse y divertirse un poco. Para gustos colores, ¿o no? Igual hasta Kashya y Bleke estaban por ahí, así que seguro que había de todo en la casa. Se acercó finalmente a mi posición después de un rato y, por sorprendente que pudiera parecer, no sentí ninguna clase de impaciencia en ningún momento. Tampoco me costó recibir sus brazos, corresponderle a la sonrisa y responderle al beso después. Había sido el hecho de cerrar la puerta, quizás, lo que me permitió cambiar el chip de esa manera. Estábamos solas, no sentí que hubiese un peligro real de que nos interrumpiesen, la música suave ayudaba bastante a hacer el ambiente más íntimo y la oscuridad nos había rodeado por completo; la misma oscuridad que había acabado colándose hasta formar aquella chispa negra sobre el púrpura de mis ojos. Entorné ligeramente la mirada cuando sentí su mano deslizándose por mi mejilla hasta que el pulgar me alcanzó el labio inferior, presionándolo. Accedí, claro, aunque antes de recibir de nuevo su boca aproveché para introducir el dedo en la mía y chuparlo durante un breve segundo, sin quitar la mirada de sus propios ojos. Llevé las manos hacia sus hombros, en base para usarla de apoyo, y ladeé la cabeza para profundizar el beso, dejándola que hiciese lo que le viniese en gana como venía siendo costumbre. Al menos estaba empezando a seguirle bastante mejor el ritmo, de eso me tenía que sentir orgullosa o algo. >>Yo me encargo entonces~ —murmuré, aun cerca de sus labios cuando busqué separarme en busca de oxígeno después de un rato—. A ver, ¿qué quieres hacer ahora~? Contenido oculto Woah, bitchy emi just talked to me
Contenido oculto: Aquí con tremendo mood Claro que era un parte del haber invitado a toda la puta escuela, así como eso también lo era haber visto por los pasillos a más de un mocoso de primero que había tenido los putos cojones de aparecer incluso siendo plenamente consciente de que estábamos abriendo las puertas del Inframundo a voluntad. Que habíamos tenido la fuerza suficiente para arrastrar a Caronte y Hades para hacerlo en grande. Escalón por escalón habíamos logrado traer nuestro desastre a la superficie terrestre para ponerlo al alcance de todos sin más, para ver el fuego en primera fila y dejarnos consumir por él hasta convertirnos en una pila de cenizas o solo seguirlo atizando hasta crear una columna de llamas, lo que pasara primero. Ya sabía la forma extraña en que Emily se revolvía con las sombras, era de hecho de eso de lo que me aprovechaba, aún así un poco sí que me tomó por sorpresa que la cabrona aprovechara la movida hacer la jugada esa con el dedo, pero no sería yo quien se quejara obviamente. Sonreí contra su boca al recibirla, la dejé profundizar el beso y deslicé la lengua para buscar la suya. Se me escapó una risa ronca al escucharla decir que se haría cargo y en sí no me molesté en responder el resto, volví a besarla, aprovechando para hacerla retroceder hasta que su espalda alcanzó una de las estanterías. Me separé entonces, mordí su labio inferior y deslicé los labios húmedos por su mentón, hasta alcanzar su cuello, donde dejé varios besos antes de presionar la lengua contra su piel. —Todavía me debes mi regalo de cumpleaños —murmuré prácticamente pegada a su piel y presioné apenas con los dientes después—. Pero eso puede esperar, ¿no crees? Prefiero reclamar mi premio por la partida de beer pong. Volqué la atención de nuevo en su cuello, me presioné contra su cuerpo con maña y deslicé las manos por el contorno de su cintura, subiendo apenas para delinear sus pechos. ¿No iba un poquito rápido? Bueno, tal vez, pero que importara era otra cosa.
Puede que nunca fuese a admitirlo abiertamente, pero sentí una satisfacción de lo más extraña al notar que lograba sorprender a la misma Katrina con alguna de mis acciones. Ella sabía mejor que nadie la forma extraña en la que me movía por su mundo, el de las sombras, y yo sabía mejor que nadie cómo se aprovechaba de ello. Aún así, no parecía ser consciente de las cosas que podía llegar a hacer si se me presionaban los botones correctos, pero no me importaba que lo fuese descubriendo de aquella manera~ Recibí sus labios de nuevo y un gemido quejumbroso se me atoró en la garganta cuando sentí la estantería chocando contra mi espalda. Fue repentino, pero no lo suficientemente fuerte para separarme de su boca, y en algún momento no muy lejano agradecería el apoyo que me estaba dando. No tuve tanta suerte después, claro, y una de mis manos buscó su nuca para tener algún ancla al que afianzarme. Logré resistir más o menos de forma decente los ruidos que pugnaba por salir de mis labios con las atenciones que me estaba dando en el cuello, aunque eso no me impidió mover la cabeza para poder dejarle todo el acceso que requiriese a cada porción de piel posible. —¿Hmm? —murmuré, tomándome un tiempo extra para conectar las neuronas y entender a qué se refería—. Pensé que ya habías reclamado ese premio. Qué caprichosa, senpai~ Dije eso, pero que me matasen ahí mismo si mentía y decía que no estaba dispuesta a hacer cualquier cosa que me pidiese así fuese sin justificación alguna, solo porque le apetecía y ya. Un suspiro tembloroso se me escapó cuando sentí el camino de sus manos, el cuerpo se me tensó ligeramente por la expectativa e intenté buscar su mirada cuando alcanzó apenas el borde de los pechos, mordiéndome el labio inferior para controlar mi reacción. Pensé que el vestido no estaba pensado para llevar con sujetador, ¿y quién era yo para llevarle la contraria al diseñador del mismo? Así que ahí estaba, pagando las consecuencias de mi decisión. Aunque, si tenía que ser completamente sincera, no me estaba arrepintiendo mucho. >>Ah, he dejado el regalo en el salón. Espero que siga ahí cuando volvamos~ No sé de dónde saqué la fuerza para seguir respondiéndole como si nada, pero pasó de igual manera. Me removí un poco, todo lo que su cuerpo me permitió, para buscar más contacto y la mano de la nuca se presionó con algo de fuerza para indicarle que no quería que se separase aún, mientras que la otra comenzó a tantear su pierna descubierta. Un poco atrevida sí que estaba siendo, pero que me importase en ese mismo instante era otra cosa. Contenido oculto Gabi: debería, no sé, hacer que por lo menos el 50% de mis niñas lleven sujetador Los vestidos: pues no, mi ciela also Gabi: okey :D
Era consciente de la particular debilidad de Emily a mí, no era una mierda emocional, era puramente física pero aún así me aprovechaba de ello como una puta cabrona. Lo había hecho desde el segundo cero cuando apareció en el patio frontal y la arrastré a la mierda de la azotea, llevándome una bofetada de Honda en el proceso. La verdad se había dicho. No había nada que hacer cuando los conejos saltaban a la boca de los lobos. Me tragué su gemido con gusto, seguí comiéndose la boca como me vino en gana y contuve la risa cuando, al pasar a su cuello, la sentí darme espacio para seguir haciendo lo que me saliera del coño en resumidas cuentas. Tenía energías o neuronas vivas suficientes para seguir respondiéndome, vete a saber cómo, pero aún así cuando noté el suspiro tembloroso que se le escapó. Esto de los vestidos sin sujetador~ Me presioné contra ella con maña, casi con cierta agresividad, al sentir su mano en la pierna y seguí devorándole el cuello con unas ganas que te cagas. Hasta que de repente tuve, bueno, una idea de mierda. Solté una risa baja, me separé de ella a pesar de sentir la presión en mi nuca, y busqué a tientas las cintas que sujetaban el vestido en su lugar. —Em. —La llamé y clavé mis ojos en los suyos—. De verdad que conseguiste un bonito vestido. Me incliné hacia ella para alcanzar a hablarle al oído. —¿Qué te parece si te lo quitas para mí? Contenido oculto No me habrá salido un tochaco pero la idea de mierda de Katty-chan es *chef kiss*
No sabría definir si aquello sería cosa de Katrina o simplemente tenía unos intereses sexuales más interesantes de lo que pudiera parecer, pero el deje agresivo que había en sus movimientos al presionarme más contra la estantería solo estaba consiguiendo lanzarme aún más chispazos de calor por todo el cuerpo y cierta cuota de placer que no logré disimular muy bien al dejar salir un par de gemidos quejumbrosos aquí y allá. Después se separó un poco de repente y tuve que pestañear un par de veces, confundida, recibiendo sus ojos de lleno e intentando centrar la vista en ellos a pesar de que seguía viendo un poco borroso todo. Era tremendamente estúpido, reaccionar así por aquello dadas las circunstancias generales, pero recibir su halago sobre el vestido que llevaba me lanzó de repente toda la sangre a las mejillas sin poder controlarlo. De todas formas, se inclinó para hablarme al oído y quise pensar que no se dio cuenta de mi reacción. O no demasiado, al menos. Por suerte o por desgracia, al escuchar su petición el calor volvió a desplegarse por todo mi cuerpo y mi primera reacción fue, por supuesto, asentir con la cabeza, buscando su rostro de soslayo para intentar discernir la expresión que tuviese. —A sus órdenes~ Esperé a que se separase lo suficiente, o lo que quisiese separarse realmente, y yo misma despegué la espalda de la estantería no mucho después. Me llevé las manos a la espalda y no tardé en encontrar el lazo que me había hecho con las cintas en la espalda baja. No hizo falta mucho más que deshacer el nudo para sentir como todo el entramado se aflojaba lo suficiente y solo necesité darle un empujoncito a los tirantes para poder dejar caer el vestido por completo hacia el suelo. El cambio repentino de temperatura me erizó toda la piel y otro suspiro se me escapó de los labios cuando volví a alzar la vista para encontrarme la de Katrina y darme cuenta de que, bueno, ahora me encontraba expuesta casi por completo ante ella. Pero de nuevo, que me registrasen si decía que me molestaba cuando en realidad solo me excitaba más sentir su mirada. Extendí el brazo para buscar de nuevo una de sus manos y me la acerqué al cuerpo, haciendo que las yemas de sus dedos me rozase la piel del vientre. No sabía si mi cuerpo estaba demasiado caliente, sus manos demasiado frías o ambas cosas a la vez, pero tuve que reprimir un jadeo de lo más jodido al sentir el contraste. No aparté la vista de la suya en ningún momento, eso sí, pero en algún punto noté como entornaba la mirada y prácticamente podía leerse por todo mi rostro la súplica implícita que le estaba haciendo. Que me tocase. Cómo le diese la jodida gana, pero que lo hiciese.
Contenido oculto: Tremendo mood me metió la rola Contenido oculto: Chale Había que ver a la mocosa en su puta salsa con la agresividad que siempre se colaba en mis movimientos, alimentada por la ira que nunca descansaba. Me hacía gracia pero en gran parte no me sorprendía, teniendo en cuenta lo pasiva que era Emily en general, además nunca perdía la gracia que esas movidas de mi parte lograran hacer su cuerpo reaccionar, que los gemidos surgieran de su garganta y me los echara encima. Tuve que evitar soltar la risa cuando la vi sonrojarse ante el comentario sobre el vestido, porque eran ese tipo de mierdas las que eliminaban cualquier duda de que, por más que se revolviera con sombras, seguía siendo una princesita al final del día. De las que esperaban un halago aunque no lo dijeran nunca, las que se alegraban como tontas al recibirlo. Y de las que no debería estar comiéndome, sin duda. Por otra parte asintió con la cabeza a mi petición, haciendo que soltara una risa baja que se asemejó más a un ronroneo que otra cosa. No tardó en deshacer el nudo del vestido, que pronto cayó a su alrededor como un halo y la dejó expuesta frente a mí. Los pechos, la piel clara y delicada de su vientre, las bragas y los tacones todavía puestos, mentira sería decir que no me deleité la vista como una hija de puta. La satisfacción de mierda solo aumentó cuando la chica alcanzó mi mano y la llevó hacia ella, tuvo hasta que contener una reacción y se le notó en toda la cara la súplica implícita. Que la tocara. ¿Y quién era yo para negarme? Deslicé la mano por su vientre hasta su cintura, me aferré a ella con cierta fuerza, enterrando los dedos en su piel, y volví a besarla sin esperar nada para colar la lengua en su boca, recorrerla y retirarme solo para morderle el labio inferior. Pegué su cuerpo al mío, uniendo nuestro pecho, y mi mano viajó se su cintura a su espalda baja donde colé apenas los dedos por el elástico de las bragas antes de dejar su boca en paz y bajar a su cuello. Lo llené de besos húmedos, de mordidas, lo recorrí con la lengua y seguí mi mano hasta la piel suave del escote, para luego seguir bajando hasta alcanzar el pezón en introducirlo en mi boca. Retiré los dedos del elástico de las bragas, regresé a su cintura, a su vientre y bajé más la mano, delineé apenas el contorno de su intimidad antes de empezar a hacer el imbécil en la cara superior de sus muslos, luego en la cara interna. Unos segundos más tarde alcancé finalmente su intimidad por encima de la ropa interior, primero fue apenas un roce pero no tardé en apretar los dedos contra ella con cierta insistencia, marcando un ritmo lento. —¿Es esto suficiente o quieres más, Em? —pregunté en voz baja luego de haberme separado de su pecho unos segundos.
Contenido oculto SOMETHING 'BOUT YOU MAKES ME FEEL LIKE A DANGEROUS WOMAN *vibing in horny* Contenido oculto: bueno bitch why so needy Siempre habría una pequeño espacio a dudas, por lo menos por mi parte, que no sabía muy bien de dónde surgía; quizás de mi propia autoestima o del miedo a que se diese cuenta que no tendría que ser yo la que estuviese ahí y decidiese irse. Por suerte, no parecía que aquel día fuese el elegido para que mis temores se cumpliesen. Katrina aceptó mi súplica tácita sin oponer resistencia, deslizando la mano hasta aferrarse a mi cintura, y mi cuerpo reaccionó con aun más expectación al recibir de nuevo su boca. No necesitaba mucho más que sentir sus labios y manos recorriendo prácticamente todo mi cuerpo para perder la cabeza sin más, y aun así cada movida nueva que hacía me desconectaba aún más las neuronas. Ya había perdido la cuenta de los suspiros ahogados y los gemidos contenidos que se habían escapado de mis labios, pero fui más o menos consciente de cómo la respiración se me agitó de sobremanera cuando sus dedos bajaron finalmente a la zona inferior. Entreabrí los ojos para intentar seguir sus movimientos, con un claro deje impaciente que me fue imposible de disimular, porque era obvio que solo me estaba tentando y yo no iba a negar que estaba consiguiendo su objetivo de manera perfecta. El cosquilleo de mi entrepierna solo fue aumentando más con cada acercamiento y para cuando finalmente se dignó a presionar los dedos de verdad, la expectación había sido tan grande que sentí como prácticamente me deshacía ante el primer roce. Eché la cabeza hacia atrás, soltando un suspiro tembloroso que acompañó perfectamente al escalofrío que me recorrió de arriba abajo. Busqué su mirada cuando volvió a hablar, sabiendo perfectamente que mis caderas ya había comenzado a moverse al ritmo de sus dedos en un intento de buscar más contacto, y llevé las manos hasta su nuca para obligarla a levantar la cabeza y volver a besarla. No fue tan agresivo ni largo, más bien fue mi manera de llamar su atención y también solo un paso más para mis verdaderas intenciones. —Quiero más —jadeé contra sus labios, apretando apenas el agarre de las manos—. Por favor, Kat, dame más...
Contenido oculto Quizás haber enredado a Emily en mi mierda fuese una de las jugadas más rastreras de todo mi vida, incluso si la otra se lanzaba gustosa a la boca del lobo, poco importaba porque no interesaba qué hiciera o dejara de hacer, no dejaba de ser una de esas idiotas que genuinamente se preocupaban por las personas. Las idiotas que se desvivían por los demás, se olvidaban de sí mismas, y yo estaba en el lado opuesto del espectro. La ira alimentaba mi fuego, ¿pero qué se suponía que alimentaba el supuesto altruismo de criaturas como Emily Hodges? Juntarse con Cerbero, incluso sin lazos emocionales, era peligroso por razones obvias, pero allí estaba ella. Ya no podía o no se interesaba siquiera en contener los suspiros y los gemidos, me los estaba echando encima, y eso que el asunto ni había empezado de verdad; incluso así fue más obvio cómo se le aceleró la respiración cuando me puse a hacer el imbécil en la parte baja de su cuerpo. Respiraba como un conejito. Kinda cute. Se me escapó una risa baja al notar que sus caderas se acompasaban al movimiento de mis dedos y la dejé hacer cuando me hizo levantar la cabeza para besarme, aunque era claro la otra intención detrás del asunto. Cuando me soltó encima la súplica sonreí contra sus labios, le comí la boca como me vino en gana unos segundos antes de deslizar la ropa interior por sus piernas que fue a parar al suelo como el vestido, y tonteé un poco de nuevo antes de regresar los dedos a su intimidad. Si es que la pobre venía caliente desde el espectáculo con Hiradaira. Deslicé los dedos un par de veces, todavía bastante lento, los presioné contra su clítoris y hasta después aproveché su humedad para colar un dedo dentro de ella, luego el otro. Marqué un ritmo, presionando apenas la palma de la mano contra el botón hinchado de tanto en tanto, y volví a su cuello, dejé un reguero de besos y finalmente la mordí con cierta fuerza. ¿Que si podía escucharla alguien afuera o en las habitaciones contiguas? Quizás pero podía confiar en que el ruido general la cubriera aunque en sí no era que me interesara que se diera cuenta todo Dios, total era a mí a la que me iba a gemir encima. Contenido oculto yo: después de clases podría idk tomarme un tecito y comer algo también yo: la porno y los combates pokémon no esperarán todo el día Paula
Contenido oculto: we Había dejado apenas unos milímetros de distancia entre nuestros labios y, como tal, no fue muy difícil imaginar que lo siguiente que Katrina haría sería aprovecharlo. Tampoco era especialmente difícil saber que iba a volver a corresponderle sin ninguna resistencia y que iba a dejar que hiciese lo que le viniese en gana. Tenía la mente bastante nublada ya y, aun así, noté a la perfección el roce de la tela deslizándose por mis piernas y lo que aquello implicaba. No me dio mucho tiempo a pensar en ello, en que estaba ya completamente desnuda, porque sentí como un dedo se abría camino en mi interior y fue todo en lo que mi mente pudo pensar. No mucho después pasaron a ser dos y Katrina marcó un ritmo que me hizo echarle de nuevo los brazos al cuelo en busca de apoyo. También había decidido seguir centrando su boca sobre mi cuello y eso hizo que la mía estuviese desocupada, por lo que todos los sonidos que salían de mis labios llenaron por completo la sala. Por suerte tampoco me pude a parar a pensar en eso, en que si alguien pasaba por el pasillo o había gente en las habitaciones contiguas se me escucharía, porque seguramente me daría un cortocircuito bastante interesante. Pero no lo pensé, así que no me controlé, y digamos que podía llegar a ser bastante ruidosa si se daba el caso. No sé que chispazo de lucidez tuve, la verdad, quizás fue cosa de que me fui acostumbrando al movimiento constante de la mano de la chica, pero acabé por notar que Katrina seguía completamente vestida y pensé que no tendría que ser así. No tendría que ser solo ella la que me atendiese a mí... o eso creía. —Kat —prácticamente jadeé, intentando llamar su atención en lo que volvía a deslizar mis manos hasta sus hombros—. Déjame a mi también, por favor. Bueno, no es que tuviese que pedirle permiso realmente, pero era ese tipo de persona. Aun así, para demostrar mis intenciones, busqué la curvatura de su cuello con los labios e imité un poco lo que había estado haciendo ella conmigo. Dejé unos cuantos besos a ahí, algún que otro mordisco tímido, y, bueno, acabé por ahogar todos los gemidos contra su piel.
Contenido oculto: corto pero horny que te cagas holy fuck Mentira sería decir que no le dejé la boca desocupada adrede, porque lo cierto es que era una cabrona de mierda y quería escucharla aunque se diera cuenta medio mundo afuera, aunque lo cierto es que todos debían estar en sus cosas y no creía que a nadie le fuese a interesar el ruido saliendo de un cuarto en medio de una fiesta. Por otro lado confiaba en que los de primero que había tenido la valentía de aparecer, también hubieran tenido las neuronas suficientes para retirarse a una hora decente. En sí disfrutaba tanto toda la tontería de tenerla básicamente deshecha en mis manos que ni siquiera estaba interesada como tal en mi propia calentura, porque venga, obviamente estaba caliente como la mierda, pero disfrutaba como una hija de perra ver todo el espectáculo de Emily así nada más. Por eso cuando llamó a mi nombre y habló tuve que tragarme la gracia que me hizo, porque era como si hubiese caído de repente en que solo ella estaba desvestida gimiendo como descosida. Cuando me alcanzó el cuello terminó por arrancarme la risa baja, vibró en mi pecho y se proyecto al suyo. Seguí atendiéndola, pues ni modo, si la niña seguía ahogándome los gemidos en la piel y usé la mano libre para buscar a tientas el cierre de mi propio vestido, bajarlo y separarme de ella apenas lo suficiente para que la tela cayera con cierta pesadez al suelo. Lo aparté con un movimiento de piernas antes de pegar mi pecho desnudo al suyo, aumentando también el ritmo del movimiento de mis dedos, el choque de mi piel con la suya me hizo suspirar antes de hacer nada más. —Linda, si quieres verme desnuda también sabes solo tienes que pedirlo~ —ronroneé cerca de su oído y aproveché para mordisquear apenas el lóbulo de su oreja, echándole mi aliento encima—. Porque a mí me basta con que te corras en mis manos.
