Morgan O'Connor Había estado enroscando un mechón de corto cabello azabache en su dedo, con el codo sobre la mesa y un ligero aire indiferente a su alrededor. Sin embargo, al oír lo segundo arrugó levemente el ceño y soltó una risa por la nariz, incrédula. ¿Estaba hablando en serio? —¿Quemarlo? —replicó, con aquel tono serio, ligeramente rasposo—. A ver, ¿cómo fue eso?
Kashya Thornton Asentí con la cabeza repetidas veces, claramente preocupada. No mucho después, sin embargo, me encogí de hombros y dejé caer las manos sobre mi falda, cambiando la mirada hacia esa misma zona también. —No lo sé. Solo vino, se sentó a mi lado y comenzó a molestarme. Cuando le hice caso me preguntó por el libro y luego dijo que... ardía con mucha facilidad. Una especie de mueca imperceptible se plasmó sobre mis labios cuando dije aquello, pero después de unos segundos volví a mirarla con neutralidad, aunque con un leve deje de determinación en los ojos. >>Pero... no voy a dejar que queme nada.
Dejó caer la cabeza hacia un costado, pensativa, mientras fruncía el labio inferior en su expresión usual de concentración. Era una broma bastante extraña de hacer, ¿verdad? Aunque Kashya pareciera arrojada desde otra dimensión y comprendiera poco y nada de la vida terrenal, si iban a hacerle bullying se imaginaba... bueno, otras cosas. Porque para eso, o sea, duh, obviamente un libro arde con facilidad. —Así que tenemos un pirómano suelto por ahí —bromeó, riendo con aspereza—, quién lo diría. Casi que quiero conocerlo y todo. ¿Sabes su nombre? Bleke, entre tanto, había estado prestando atención a la conversación en silencio. Aquella chica de cabello corto y oscuro no parecía tomárselo en serio, pero a ella le hacía un poco de ruido. La gente no solía hablarle a Kashya, la verdad, ni tenía acosadores o estudiantes queriendo aprovecharse de su falta de expresividad. Era una novedad y, por tanto, mantuvo la oreja parada mientras hojeaba su libro.
Kashya Thornton Ladeé la cabeza al escuchar su pregunta. ¿Conocerle? ¿Para qué? Aquella chica era verdaderamente extraña. Me encogí de hombros mientras volvía a levantar las manos para colocarlas sobre la mesa, dirigiendo la vista hacia el frente. —Zuko —respondí sin más y volví a centrarme entonces en el libro—. No deberías acercarte a él, tú también estás maldita, ¿recuerdas? Tras decir aquello, seguí leyendo un par de líneas en silencio, sin esperar una respuesta alguna por su parte realmente. Fue también después de ese rato que me di cuenta que aquello no era lo más educado y levanté la cabeza con algo de brusquedad. Llamé la atención de la morena agarrando su muñeca y señalé entonces a las dos chicas. >>Jezebel y Bleke; ella es Morgan, quiere unirse al club. La volví a soltar después de aquello, centrándome de nuevo en el libro con la tranquilidad de haber hecho lo que hacía falta. Contenido oculto Blee vos querés que sho te coma a besitos?
Zuko. Se aseguró de recordar aquel nombre, más por aburrimiento que otra cosa. Mientras más puntos de diversión recolectara, mejor, y ¿qué podía llegar a tener para ofrecerle el loco amenazando con quemar libros? Era un idiota o un absoluto lunático, sin intermedios. Soltó una risa casi insonora en cuanto oyó lo de estar maldita, pero no respondió realmente pues Kashya había vuelto a su lectura sin más. Apoyó el codo en la mesa, el rostro sobre su mano, y la observó de costado como había hecho antes del almuerzo. Qué niña más curiosa, ¿verdad? Cuando alcanzó su muñeca Morgan enarcó una ceja, confundida, hasta que entendió sus intenciones. Qué linda, iba a presentarla con el resto de los fantasmas. —¿Qué tal? —soltó, no exactamente indiferente pero tampoco rebosando alegría, con la mano libre alzada—. Supe lo que andan leyendo, así que en nada me pondré al corriente~ Bleke sólo alzó la mirada de su libro en cuanto oyó su nombre en boca de Kashya. Siempre haría lo mínimo e indispensable, ¿verdad? Parecía una IA con el sistema de economía energética más eficiente del puto mundo. —Un gusto, Morgan —murmuró, su voz fue más suave y amable de lo que Morgan habría predicho—. Ojalá te sientas a gusto con nosotras. O'Connor le sonrió, sedosa, y recargó ambos antebrazos sobre la mesa. —Muchas gracias~ —canturreó, para volverse hacia Jezebel y entornar la mirada—. Hey, muñeca. ¿Eres amiga de Joey? ¿En serio se había unido al club para leer? Porque sólo parecía tener ganas de distraerlas o sembrar desgracias a su paso.
Se había despedido de Joey con un movimiento de mano y una sonrisa, para finalmente regresar la atención al libro como Dios mandaba. Había notado la presencia de la chica de cabello negro, pero no se había detenido a mirarla demasiado a decir verdad. Logró avanzar, por fin, un par de páginas a pesar del dejo de dolor de cabeza que sentía todavía. Bostezó, llevándose la mano a la boca, y se restregó los ojos de nuevo. Cuando Kashya volvió a hablar casi dio un respingo y entonces se permitió mirar a la morena. ¡Si es que era una copia de Kashya pero con el pelo negro! ¿En la mañana había estado allí? No recordaba muy bien, de ser así, tampoco había reparado en ella. Por otra parte, era de lo más bonita, vaya, igual que Kashya aunque quizás el hecho de que no tuviera aquella eterna cara de póker acentuaba los rasgos correctos. —Un placer, Morgan —secundó a Bleke, antes de regresar la vista al libro en sus manos, o al menos era el plan hasta que la chica le habló de nuevo. ¿Muñeca?—. ¿Hmh? Pues yo no diría amiga, lo conocí hace un par de días y si acaso cruzamos palabra. Pareció pensárselo un rato, como si no tuviera certeza de si añadir algo más o no. Al final lo hizo, porque bueno, tampoco era mentira. >>Pero me cae bien.
Sus ojos se estrecharon en una sonrisa apenas más amplia al recibir su atención. Había que verla nada más, con aquel cabello blanco y los ojos dorados, similares a los de Kohaku. Un auténtico corderito. O un conejito. ¿Qué hacía Joey metiéndose con un ángel como ese? Venga, cabrón, había que tener ganas. Nada bueno podía salir de ahí, y no necesitaba más de un simple vistazo para cerciorarse. Así y todo... ¿podía quejarse? Se sonrió. Claro que no. Ella era la peor de todos. —Es muy simpático, ¿verdad? Algo charlatán. —Estiró un poco los brazos sobre la mesa y echó el torso hacia adelante, volcando toda su atención de lleno en Jezebel—. Te cae bien, dices... El violáceo de sus ojos pareció relampaguear con algo muy parecido a lisa y llana diversión, pero tenía talento para disfrazar todo debajo de aquella suavidad felina. Algo así como Kohaku. —¿Y bien? ¿Ya lo besaste~?
Si se hubiera tenido siquiera un poco más funcional quizás lo hubiese notado, lo similares que podían ser los movimientos de Morgan a los de Katrina, aunque sin aquella gota de peligro que Akaisa desprendía con, bueno, solo existir. Pero estaba bastante atontada, así que si acaso podía seguirle la conversación. Leyó algunas palabras más mientras asentía suavemente con la cabeza a las palabras de Morgan. —A veces se comporta como un niño, es gracioso. —Esa no era la palabra que buscaba, ciertamente, pero fue la que le salió. Lo que le causaba realmente era algo parecido a la ternura. La pregunta de la morena la tomó completamente desprevenida y, sin más remedio, el color le subió con violencia al rostro. No se atrevió a mirarla, pero ni en joda, y apretó al libro entre sus manos. ¿Besarlo? ¿De qué iba? >>No —respondió, concisa, justo como cuando había rechazado a Gotho. Era un milagro que la voz no le hubiese temblado. No. Pero en su lugar le había sacado un beso a su mejor amigo. Qué desastre. Contenido oculto Jez: W A S T E D
Las comisuras de sus labios se curvaron aún más al percibir aquel sonrojo tan lindo en sus mejillas. Era una sonrisa ligeramente inquietante, extensa pero carente de alegría. Gato de Cheshire. —Ah, ¿no? —Arqueó las cejas, sorprendida, y su voz chispeó con inocencia al agregar—: Vaya~ El mohín desapareció poco a poco. Estaba echada sobre la mesa a sus anchas, con la cabeza recostada en uno de sus brazos flexionados mientras jugueteaba entre mechones de cabello oscuro, distraída. No planeaba dejarla tranquila, ¿verdad? —¿Y te interesa?
Posó la vista en ella apenas para captar aquella sonrisa que le envió un hilo helado por la columna y la forzó a evitar sus ojos de nuevo. ¿Qué pasaba con esa chica, de verdad? No era ni medio normal. Entonces le cayó el veinte. Si estaba preguntando... La imagen de Morgan se fusionó, ya no con Kashya, sino con Emily Hodges. "¿Y te interesa?" De nuevo el violento sonrojo. Bufó, buscando liberar la repentina tensión. Era una buena pregunta, ciertamente, y no tenía respuesta. Lo había conocido esa misma semana, ¿cómo iba a responder a eso de todas formas? —¿Cómo voy a saberlo? —soltó y sintió la migraña atravesarle la cabeza como una daga. Cerró el libro entonces, resignada ya a que Morgan no iba a dejarla tranquila. En vez de recordarle a Akaisa, de repente le recordó a Gotho—. Te lo dije, apenas lo conozco. No tenía siquiera que ser brusca, bastaba la firmeza en sus palabras para saber que la incomodidad había dado paso casi al fastidio y bien podría haber sido la intención de la chica desde el inicio. Si la forzaba más, tan siquiera un poco... El lagunazo de la madrugada. Allí no estaba Altan para estaquearla a la tierra si quedaba en blanco.
Kashya Thornton La conversación de Morgan se tornó entonces hacia Jezebel y lo cierto es que por mucho que intentase evitar ignorarlas, las palabras acabaron colándose por mis oídos. Era inevitable, ¿verdad? Ignorar una conversación sobre Wickham cuando Emily era mi mejor amiga y Jez tampoco se quedaba atrás. Levanté de nuevo la vista del libro y colé el dedo índice en la camisa del uniforme de Morgan, tirando de ella para levantarla de la mesa. —Deja ya de molestarla. Contenido oculto Pero bueno Kash, what is going on~
Su sonrisa había tomado un aspecto claramente felino cuando sintió el dedo de Kashya enganchando el borde de su camisa, obligándola a erguirse. Llevaba una buena cuota de sorpresa plasmada en el rostro cuando repasó la expresión de su gemela y soltó una risa áspera, pero claramente divertida. De un momento al otro, así como si nada, su mirada había perdido aquella mecha de peligro y oscuridad. —Ah, linda, sigue leyendo, por favor —le dijo a Jez, incorporándose para buscarse un libro por ahí; al pasar detrás de Vólkov, se permitió aminorar el ritmo y deslizar los dedos sobre el espaldar de su silla—. Yo lo supe apenas verlo~ Y desapareció entre las estanterías. Bleke, por su parte, había mantenido sus ojos sobre el libro hasta que escuchó el evidente fastidio en Jez, la siempre amable y compuesta Jez. Alternó entonces su mirada entre ella y Morgan, y estuvo a punto de abrir la boca cuando Kashya intervino. Lo agradeció, honestamente, lo agradeció y le alivió ver a la morena marcharse. Sería un miembro del club de lectura, ¿eh? Olía a problemas. —Jez —la llamó, con las cejas levemente fruncidas en preocupación—, ¿estás bien? Era extraño en verdad, verla así. No sólo le preocupaba el malestar de la chica, su constante migraña y la situación a la que Morgan había sido capaz de empujarla; le preocupaba, más bien, la idea de que hablar de Joey la hubiera puesto así. ¿Qué rayos había pasado la noche anterior, en la fiesta? Jez no se lo diría, estaba segura que jamás se lo diría... y le molestaba. La frustraba. Se tomó un momento, dubitativa, antes de agregar: —¿Sonnen-senpai te espera para volver a casa?
Tenía que agradecer la intervención de Kashya, sin duda, porque algo se había soltado de repente y si nadie hacía algo no iba a poder sujetarlo para ponerlo en su lugar de nuevo. No se detuvo a escuchar las palabras de Morgan, de todas maneras, y tampoco iba a ser capaz de abrir ese libro de nuevo. La voz de Bleke, sin embargo, si logró atraer su atención y notó su rostro, apenas comprimido. La había preocupado, a Bleke de toda la gente. Asintió con la cabeza a la pregunta sobre si estaba bien, incapaz de encontrar las palabras realmente, y se permitió soltar el aire que no se había dado cuenta que estaba conteniendo y le presionaba el cerebro agotado con insistencia. ¿Qué pasaba con esas ganas de llorar? Regresó el libro al maletín con movimientos lentos, casi mecánicos, pero aún así consiguió encontrar la mirada de la muchacha y sonreírle como siempre. —¿Hmh? ¿Al? No, se fue a casa. Se sentía bastante mal aún, pero Laila Meyer está esperándome, así que no tienes nada de qué preocuparte, Blee —respondió ya con su tono de voz usual—. Creo que le haré caso a Joey, iré por algo a la enfermería y mejor me iré a casa. No estoy logrando centrarme, a decir verdad. Me pondré al día apenas me sienta descansada. ¿Qué si eso significaba dar la victoria a la actitud de Morgan? Sí, pero ella no era ninguna obsesa del poder y no podía importarle menos. Tomó sus cosas y al levantarse se permitió rodear brevemente con los brazos a Bleke y también a Kashya, un abrazo fugaz, casi un agradecimiento por su ayuda y preocupación. Al final del día, más allá de Laila y Altan, esas dos eran todo lo que tenía en esa Academia. Era también, una forma casi egoísta de buscar robarles algo de calor, porque de repente se sentía fría y vacía. Contenido oculto Quiero agradecer a las queens por estabilizarme a la pendeja y a la rage de Badflower por balancearme el mood porque CHALE (? y que idk Satanás me guíe sobre qué hacer con esta criatura
Su facilidad para interpretar a las personas a veces era una maldición, y ese pensamiento le resultó tan irónico que arrugó un poco más el ceño, contrariada. No le creía una palabra, una sonrisa, un movimiento. Desde esa mañana Jez parecía estar haciendo equilibrio sobre arenas movedizas y Bleke no tenía idea de dónde habían salido, cómo podría removerlas o si, de hecho, tenía el derecho de hacerlo. De entrometerse. "No tienes nada de qué preocuparte" era siempre su frase de cabecera, ¿no? En especial cuando algo andaba mal porque, sin importar cuánto pretendiera disimularlo, era demasiado evidente. Jez era demasiado pura en su interior para saber mentir, podría intentar fabricar máscaras pero nunca serían perfectas. Y ella era experta reconociendo grietas, ¿verdad? Prácticamente había sido criada para eso. Sin embargo, la dejó ir. No sabía cómo retenerla y, lo quisiera o no, la voz siseante siempre estaba allí, contra su oído. A veces sonaba como Ophelia, a veces como su padre, a veces como su madre. A veces era su propia voz. Eres una Middel. No te acerques. Los contaminarás. Eres una Middel. Suspiró luego de que Jez la abrazara y siguió su silueta por el rabillo del ojo antes de volver la vista a Kashya. —Esa Morgan, parecías conocerla. ¿Me equivoco? Era muy probable que Kashya lograra percibir la ligera nota de hastío perturbando la calma usual en su voz, pero le daba igual. Le daba igual porque a su amiga le ocurría algo y no tenía manera de ayudarla.
Kashya Thornton Mi intervención pareció hacer efecto porque Morgan finalmente se levantó de la mesa y se alejó hacia las estanterías, dejando a Jez en paz. Parecía haber servido de momento, al menos. No mucho después, Jezebel también se levantó y salió de la sala antes de darnos un abrazo a cada una. No me molestaban realmente, porque Emily siempre me estaba dando alguno, pero sí que fue un poco sorprendente. Si bien Jez era igual de cariñosa de Emi, no solía demostrarlo tanto conmigo porque claros motivos. Estaba... mal, ¿uhm? Era obvio que fuese lo que fuese que estaba pasando con aquel chico, le estaba afectando. Me giré hacia Bleke cuando la escuché dirigirme la palabra y asentí con la cabeza. —En el descanso, cuando os fuisteis, estuvimos hablando. Es mi hermana gemela malvada. Contenido oculto me sigue haciendo demasiada gracia que lo suelte así como si nada sos
Parpadeó, confundida. ¿Gemela malvada? ¿De qué rayos estaba hablando Kashya ahora? Entendía que tuvieran similitudes físicas, varias, de hecho, pero de ahí a decir eso... Primero lo del loco queriendo quemar libros y ahora esto. Delirios aparte, no recordaba haber visto a la albina hablando tanto un mismo día. —Muy bien, lo de malvada te lo tomo —soltó con cierta gracia hueca, corriéndose el flequillo tras la oreja—. Como sea, si se integrará a nosotras pasaremos bastante tiempo juntas. Reparó en su figura apareciendo entre las estanterías, aún lejos, y agregó: —Espero que se comporte. Morgan regresó entonces con un libro entre manos, y alzó las cejas al notar la silla vacía de Jezebel. Siquiera tuvo que preguntar, la voz suave de Bleke captó su atención. —Se sentía mal. —Ah, sí. Se la veía agotada, pobrecilla~ ¿Noche dura, quizá? —Se volvió hacia Kashya—. ¿Suelen salir juntas luego del club? A comer, o cosas así.
Contenido oculto ¿Que deje de acaparar a los personajes de Gigi? wey no me da la gana (?) Kashya Thornton Sentí ligeramente con la cabeza para poco después seguir su movimiento hacia donde estaba la chica, entre las estanterías. Parecía tranquila y quizás le gustase leer genuinamente, pero también parecía que le gustaba crear problemas... y nosotras éramos bastante tranquilas. No sabía cómo de bien iba a salir eso, a decir verdad. La escuché después y negué con la cabeza, lentamente. A veces almorzábamos juntas, pero poco más, ¿era extraño? Aunque ahora que Emily conocía a Jezebel también y Morgan parecía interesada en ello... Uhm, quizás sucediese, sí. Contenido oculto Pobre Blee (?)
Laila Meyer se había presentado a las puertas del aula justo antes de que iniciaran las clases para comentarnos la situación de Jez. Bleke escuchó atentamente y le agradeció, sin hacer una sola pregunta ni demorarla en cuestiones innecesarias. Había sido lindo de su parte tener la atención de avisarles. Seguro se habría enterado si hubiera tenido el coraje de enviarle ese mensaje, de todos modos. Cuando la campana sonó, recogió sus cosas y pasó junto al pupitre de Kashya, para dirigirse ambas a la biblioteca. Ninguna de las dos era de muchas palabras pero, por alguna razón, los silencios con Kashya nunca le resultaban incómodos. Era, si se quiere, relajante. Tras llegar a la biblioteca Bleke se detuvo más o menos en medio, arrugando apenas el ceño, y repasó el panorama. Se la veía algo indecisa. —Uhm, ¿y si vamos afuera? Parece estar lindo para almorzar en el patio. Bueno, de cualquier forma le parecía correcto aguardar por Morgan, la nueva integrante del club, para que apareciera e informarle dónde se encontraría el club durante el receso. Contenido oculto Amane hello its me again JAJAJA
Kashya Thornton Pero que día más ajetreado. De nuevo noté como alguien me llamaba, aunque en aquella ocasión también habían llamado a Bleke. Quizás... ¿algo que ver con el club? Más o menos, así fue. La chica resultó ser una de las amigas de Jezebel y casi como si nos hubiese escuchado hablar de ello, nos informó que la chica se había tenido que ir a los Países Bajos por una emergencia. Supongo que no se me notó pero aquello... me alivió, de cierta manera. Por supuesto seguía estando aquel comportamiento raro de ayer pero al menos su ausencia no se debía a ello... o no enteramente. Tras agradecerle también, volví a mi asiento siguiendo los pasos de Bleke. ... Las clases pasaron con normalidad y antes de darme cuenta ya estaba bajando junto a Bleke hacia la Biblioteca. Me aseguré, por supuesto, de que Anna estuviese bien antes de salir. Se había dirigido hacia el aula de Emily así que quizás fuese a esperarla. No comería con las demás, ¿uhm? Quizás luego me lo contase. Mantuve mi mirada sobre la chica, sin preocuparme por mirar alrededor, y la escuché con atención. Ya no llovía, ciertamente, así que... —Sin problemas. Asentí con la cabeza, para acompañar la confirmación, y finalmente después me digné a apartar la vista para mirar hacia la puerta. Estábamos esperando a Morgan, ¿verdad? ¿Aparecería...? Contenido oculto Hello you beautiful miss uwuwuw
Ingresó a la biblioteca con su andar usual, ese que despedía una extraña mezcla de suavidad y firmeza. Como si a todo momento le diera igual por dónde andaba o con quiénes. Sola, acompañada, era lo mismo. Nada la alteraba ni emocionaba demasiado. Siempre había poseído esa clase de apatía. Se acercó a Bleke y Kashya, algo extrañada al verlas de pie como si esperaran a algo en vez de dar inicio a la reunión del club y ya. No le pasó desapercibida la ausencia de la conejita de ayer pero ni caso preguntar, ¿verdad? —Buenos días, lindas —murmuró, sedosa, deteniéndose junto a ellas para cerrar el círculo—. ¿Qué hacen aquí, de pie en medio del lugar? No le agradaba a Bleke, podía advertirlo sin ser una maga y sin que la chica demostrara claros indicios de molestia. Era de hecho, en líneas generales, similar a una muñeca de porcelana. Tan bonitas. —Cuando hace buen clima solemos almorzar afuera —le informó Middel, tan sobria y monocorde como educada—. Como no tenías forma de saberlo, estábamos esperándote. Una sonrisa felina se deslizó por sus labios y prácticamente ronroneó junto a ellas, meciéndose de lado a lado. —Ah, qué lindas~ Claro, me encantaría comer afuera. —Volvió su atención hacia Kashya—. ¿Vamos? ¿Por qué parecía que sólo le hablaba a ella? Porque era esa clase de perra.