La pequeña pero selecta biblioteca de la academia. Un lugar tranquilo lleno de paz y silencio, perfecto para aquellos alumnos más introvertidos. Su correcto funcionamiento corre a cargo del club de lectura. Conecta con: Pasillo (Planta baja)
Kashya Thornton La clase había sido bastante interesante para haber sido el primer día. Aunque tenía que admitirlo, aquella redacción me había tomado por sorpresa. ¿Qué esperaba de la Academia? Bueno, ya llevaba un año ahí y lo cierto es que no me lo había planteado al 100%. ¿Importaba, realmente? Cuando el timbre tocó, recogí mis cosas con extremo cuidado y en calma (aunque por supuesto no me pasó desapercibido el torbellino de Emily pasando por le pasillo a toda velocidad, seguramente queriendo presentarse al club de jardinería como me había dicho por la mañana) y me dirigí al exterior del aula. No solía tener prisa por ir a los sitios, pero ciertamente en aquella ocasión sentí que caminaba algo más rápido con tal de llegar a mi destino. Era el primer día así que no me había traído ningún libro de lectura... y necesitaba uno. La Biblioteca, por suerte, no estaba lejos y pude sentirme tranquila cuando pise por primera vez en su interior. Aquel silencio que se extendía era todo lo que necesitaba, realmente. Observé los libros nuevos que habían traído o quizás no había llegado a leer y cogí uno desconocido de su correspondiente estante antes de sentarme en una silla y comenzar con la que era mi rutina favorita. Contenido oculto ¡La niña al fin tiene apellido! Yehet Contenido oculto Not that she cares(?)
Había estado recorriendo un rato la escuela, sin mucha suerte. Era la hora del almuerzo y, aunque disfrutara harto de ciertos tiempos en soledad, solía apetecerle en mayor medida comer acompañada. Y esa rutina había sido bastante constante el año anterior con una de sus compañeras de club. No podía encontrarla por ningún lado, sin embargo. Como última alternativa, ingresó a la biblioteca y se dirigió hacia la persona que allí esperaba encontrar. —Kashya —murmuró, suave y calmada; fue casi un susurro—. ¿Has visto a Jez? No pretendía interrumpirla por demasiado tiempo, sabía que aquellos momentos eran sagrados para la joven albina. Permaneció de pie, a una distancia prudente, mientras aguardaba por su respuesta.
—Permiso~ —dijo en voz baja mientras entraba. Su vista se posó en Kashya un instante, ni lenta ni perezosa ya estaba ocupada leyendo. Era bueno saber que no era la única que disfrutaba pasar su tiempo allí, entre esos estantes con libros. De inmediato notó que Bleke también estaba allí. En su rostro se formó una sonrisa tranquila al escuchar que preguntaba por ella. >>Aquí estoy.
Kashya Thornton Cuando apenas llevaba unas páginas avanzadas, escuché una voz algo familiar que me hizo levantar la vista del libro. Miré a Bleke en silencio, pensando si había visto algo que lograse identificar como Jezebel en mi camino a la biblioteca (aunque debía admitir que no siempre prestaba atención cuando el objetivo era un libro). Estuve a punto de abrir la boca para decir que no cuando, casi como si hubiese sido invocada, la chica apareció junto a nosotras con aquella sonrisa tranquila. —Ahí está —acabé por decir, señalándola. Tras unos segundos en silencio, intercalando miradas entre ambas, volví a bajar la vista para seguir leyendo. Lo cierto es que conocía a ambas chicas y... toleraba bastante bien su compañía. Además, de alguna manera había acabado en el club de lectura junto a ellas, al menos las consideraba conocidas.
La expresión en su rostro se suavizó con una sonrisa cuando vio a la joven Vólkov acercarse a ellas. —Ah, Jez, buen día. ¿Te gustaría comer afuera? El clima está muy lindo. —Se giró hacia Kashya—. ¿Quieres venir con nosotras? Era bastante probable que Kashya rechazara su oferta, pero no por ello desistiría de invitarla. Después de todo, las tres estaban en el club de lectura y eran, dentro de lo que cabe, lo más cercano a lo que Bleke podía considerar amigas. Pasar tiempo con ellas le resultaba agradable.
Incluso a la par de la sosegada Laila, Bleke era como un soplo de aire fresco, increíblemente tranquila. De verdad que disfrutaba la compañía de esa chica. —¿Afuera? —Apenas si se había fijado en que hacía un día precioso, qué tonta—. ¡Claro que sí! También se lo había preguntado a Kashya y aunque pensaba que podía decir que no, en el fondo de verdad le gustaba la idea de que las acompañara, aunque era claro que no iba a presionarla.
Kashya Thornton Volví a mirar a Bleke, en aquella ocasión con la cabeza ligeramente ladeada. ¿Me estaban invitado a comer con ellas? Oh, realmente eran amables... Miré después a Jezebel, que también parecía esperar una respuesta. Uhm... Emily me había dicho que tenía que empezar a socializar más, sobre todo con las chicas del club que, según ella, tenían una personalidad afín a la mía. Y si no recordaba mal, incluso me había hecho el almuerzo para compartir si se daba el caso. Supuse que la haría feliz saber que seguí sus consejos así que con un suspiro imperceptible cerré el libro, cogí mi maletín y me puse en pie, acercándome a las dos chicas. —Está bien —acabé por decir, asintiendo con la cabeza. Eso sí, tendrían que guiarme porque solo me sabía el camino a la biblioteca y a las clases.
Una ligera y fugaz sorpresa decoró el rostro de Bleke antes de renovar su sonrisa y asentir con la cabeza, emprendiendo el camino hacia fuera de la biblioteca. Vaya, no había esperado que Kashya aceptara. La había tomado desprevenida. Fuera como fuera, era un agradable giro en los acontecimientos. —Muy bien —murmuró—. Podemos ir a la plaza del cerezo, recién le eché un vistazo y había poca gente. —Alternó la mirada entre sus compañeras—. ¿Ambas tienen ya su almuerzo? ¿O pasamos por el comedor primero? Contenido oculto Si quieren posteen directamente en el patio norte, o en el comedor, donde sea que haya que ir(?) EDIT: weno, en realidad hay que responder en el pasillo primero. Debería haberlo hecho ahí jsjs but anyway
Se había despedido de Laila después de decirle que tenía que ir a la biblioteca por el club y bajó por el ascensor, más por pereza que por cualquier otra cosa. El almuerzo había sido agradable junto a Bleke y Kashya, aunque no había visto a Meyer en el patio, ¿se habría encontrado con Amery? Había olvidado preguntarle, bueno, ya lo haría mañana. Volvió a entrar en silencio, por si las dos chicas ya estaban allí, pero estaba vacía. Dejó sus cosas en una de las sillas y se dispuso a tomar un libro mientras las esperaba, no deberían tardar mucho.
Sus pasos, de repente, se sintieron increíblemente ruidosos al ingresar a la biblioteca. La idea le llamó tanto la atención que se detuvo de repente, en medio de la entrada, y paró la oreja. ¡Joder! ¡Qué silencio! ¿Cómo era posible? No está de más mencionar que era la primera vez de Joey en la biblioteca del instituto. Siendo así la situación, casi volvió su cuello giratorio a medida que avanzaba, viendo para todos lados y sorprendiéndose por el alto de las estanterías. Vaya, ahí debía haber muchos libros, ¿eh? Ni era capaz de estimar un número. De repente le había entrado genuina curiosidad, y de caradura como era, simplemente se paró junto al mostrador de la encargada y señaló vago con el pulgar hacia atrás. —Oye, ¿cuántos libros hay aquí? Tamborileó los dedos sobre la madera, echándole un vistazo, ya que estaba, a las mesas del lugar. Había bastante poca gente. Bueno, eso le ayudaba a sentirse menos irresponsable que antes. Entre otras noticias, no parecía haber noticias de Bleke. Le echó un vistazo a su móvil, por si le había enviado algo, pero no encontró nada. Se encogió de hombros, tranquilo, y comenzó a andar entre las mesas. Bueno, podía esperarla un rato. ¿Quizá leyendo un libro? La idea le arrancó una risita baja y se llevó una mano a la nuca, girándose en redondo. A ver, ¿dónde debía...? —¿Hmm? Entre las pocas personas que allí había, le llamó la atención en particular una cabeza con pelo tan, tan blanco, que parecía una peluca. Algo así como la parte blanca en el cabello de Cruella de Vil. Curioso —en especial porque claramente era una chica—, se acercó a la mesa y apareció junto a la muchacha de improviso, por detrás. —¡Hola! —susurró entusiasmado, tomando asiento junto a ella—. ¿Tu cabello es así de nacimiento? ¡Porque es, como, super blanco! Le bastó un vistazo rápido para que la curiosidad mutara en genuino interés. Pero bueno, ¿qué hacía esa lindura en el instituto y él no se había enterado? De repente, su actitud jocosa fue reemplazada por una sonrisa más madura y apoyó el rostro sobre el dorso de su mano, sin quitarle los ojos de encima. —Oye, ¿eres nueva o algo? Nunca te había visto por aquí.
¿Demian había dicho Bleke? Igual y debía iniciarlo, para adelantar trabajo. Tomó asiento en una de las mesas y apenas estaba abriendo el libro cuando prácticamente le cayeron encima, sobresaltándola, el libro a medio abrir se le cayó de las manos. Volteó a ver al muchacho que se había sentado a su lado y, para variar, el rostro se le enrojeció de inmediato. Asintió tímidamente a la primera pregunta, porque las palabras se le habían atorado en la garganta y luego de inhalar con algo de fuerza, fue capaz de mirarlo y dedicarle una suave sonrisa, a pesar de que casi le había provocado un infarto al aparecer así. —¿Eh? —Agachó ligeramente la vista, haciendo que el flequillo cubriera un poco su rostro ruborizado y habló con un hilo de voz—. Paso más tiempo aquí del que me gustaría admitir, quizás sea por eso.
Kashya Thornton El cómo Emily había acabado siendo amiga de aquella chica rubia tan... pasional era algo que no lograba comprender. Aunque, a decir verdad, Emily siempre era amable con todo el mundo. Aún recordaba cuando había venido a nuestra casa para presentarse y querer ser mi amiga, o cómo en el colegio me "protegía" de aquellos que se reían de mí por ser demasiado silenciosa. Sí, Emily era una buena chica, y eso lo explicaba todo. Ensimismada como estaba (aunque solía ser como normalmente me encontraba) llegué a la biblioteca más rápido de lo esperado. Entré y miré a mi alrededor, comprobando que Bleke no había aparecido aún, pero si Jezebel y... ¿huh? Ladeé ligeramente la cabeza, ¿sería un nuevo miembro del club? Me acerqué a la mesa donde la chica se encontraba, pues normalmente ahí nos reuníamos para las actividades del club, tras haber buscado y cogido el libro que habían propuesto para empezar a leer. Sin decir palabra alguna, simplemente me senté delante de ella y abrí el libro para comenzar a leer.
Cuando aquella chica se las arregló para sonreírle, aunque fuera apenas y todo su rostro pareciera un tomate, Joey sonrió más tranquilo en respuesta y soltó el aire por la nariz. La había pillado por sorpresa, ¿no? Le dio un poco de pena y echó la espalda hacia atrás, alejándose un par de centímetros. Era un picaflor, sí, ¡pero tampoco era un desconsiderado! —Perdona, no quise asustarte. —Soltó una risa corta, guardando las manos en los bolsillos y acomodándose sobre la silla a sus anchas—. ¿Cómo te llamas? Yo soy Joey, por cierto. Sintió unos ruidos sutiles desde el otro lado y volvió la cabeza, alzando las cejas de la sorpresa. ¡Más albinas! ¿En qué harén noruego se había metido? Sonriendo divertido, se giró nuevamente hacia la primera chica. —Esto es surrealista. ¿Son parte de un club o algo? Bueno, matar el tiempo charlando se oía como un plan mucho más interesante que tomar un libro y ponerse a leer. Más si era con señoritas tan bonitas. Mierda, no iba a quejarse.
Entre el palpitar nervioso de su propio corazón golpeándole los oídos y el intento por responderle al chico, apenas había podido notar que Kashya llegaba también. Solo faltaba Bleke ya. —Oh, hola, Kashya —dijo en cuanto la vio tomar asiento, solo eso, porque tampoco iba a interrumpirla más ahora que ya había comenzado a leer. Suspiró de nuevo, intentando recuperar la compostura todavía. Joey. >>Jezebel —respondió regresando la vista al muchacho, siendo capaz de al menos mirarlo más tiempo y soltó una risa al escuchar su siguiente comentario—. Una suerte de extraña coincidencia. Club de lectura, aunque debería ser club de albinas, sí. No había malicia alguna en ella, poco o nada sabía de dónde se estaba metiendo.
Alternó la mirada entre las chicas cuando supo el nombre de ambas, mientras se reclinaba en la silla. Era un culo inquieto. —Bueno, pues es un gusto, señoritas. Muchas gracias por hacer mi espera más llevadera. —Le sonrió a ambas, aunque Kashya no planeara claramente llevarle el apunte; por ello, se volvió hacia Jez—. Perdona, ¿estoy molestando? Allí estaba el descarado, poniéndole ojos de cachorrito. A decir verdad, no podía evitar poner en marcha las artimañas que solía emplear para atraer la atención de una chica; y es que, siendo honestos, eso era exactamente lo que quería. Llamar la atención de Jezebel.
Era ingenua, sí, pero lo mínimo que notó era que no se podía quedar quieto en un solo lugar, como un chiquillo inquieto en clase. Tampoco había que ser un genio para darse cuenta de que Joey no era el tipo de persona que se mete a una biblioteca por las buenas y sus propias palabras lo confirmaron apenas un momento después. Amable y paciente como era, negó con la cabeza ante su pregunta. —Qué va —añadió y volvió a desviar la mirada—. Perdona, no suelo hablar mucho aunque, bueno, creo que es bastante obvio. Se le escapó una risa suave, pero claramente nerviosa. Dios, se le daba peor aún hablar con chicos.
Kashya Thornton Levanté la vista de mi libro una única vez mientras escuchaba hablar a, Joey había dicho que se llamaba, con Jezebel. Los miré un poco durante unos segundos antes de levantarme, en el máximo silencio posible. Me dirigí hacia uno de los estantes y saqué un libro de no mucha dificultad, caminando después hasta la mesa una vez más y dejando el tomo en la mesa, justo delante del chico. Sin decir nada más, volví a sentarme en mi silla, miré a la chica una vez más y continué con la tarea de leer. Seguramente Bleke no tardaría mucho más en aparecer. Contenido oculto I'm so sorry pero es que me resultó tan divertida la idea (?)
Joey sonrió —bueno, en realidad no había dejado de sonreír en todo el rato, pero ahora sonreía un poquito más amplio— tras oír a Jez y agitó la mano entre ellos, restándole importancia. —Bah, ni te preocupes por eso. ¡No lo estás haciendo nada mal! Hmm, te daré un siete sobre diez, ¿qué dices? Siempre es importante dejar espacio para mejorar, eso suele decir mi hermano. —Soltó una risa corta, y el sonido de su propia voz contra el silencio del lugar le hizo cohibirse y taparse la boca con una mano—. Ah, joder. No me acostumbro. ¡Qué molestas eran las bibliotecas! ¿Cómo podía Bleke pasar tanto tiempo ahí metida? Jamás lo entendería. Cuando Kashya se incorporó y le dejó un libro enfrente, sin mediar la más mínima palabra, para volver luego a su asiento, Joey... no supo cómo reaccionar. Dejó de reclinarse en la silla, le echó un vistazo al libro y se rascó la nuca. —Ah... Kashya-chan —tanteó, sonriéndole algo incómodo—. Eres bastante directa, ¿eh? A pesar de no hablar mucho. Bueno, el mensaje era... ¿claro? ¿Quizás? Soltó un suspiro risueño y, lanzándole una mirada a Jez, le guiñó un ojo y decidió abrir el libro por la primera página. Vaya, vaya, ¿quién habría dicho que acabaría leyendo junto al club albino de lectura? La vida ciertamente podía darte sorpresas.
¿Siete sobre diez? Hizo un mohín sin darse cuenta, a pesar de que podía tener razón. Aún así tuvo que contener su propia risa al verlo cubrirse la boca. Era un tonto a secas. Siguió con la mirada a Kashya cuando se levantó y levantó las cejas, sorprendida, cuando la vio dejar un libro frente al moreno. Observó la reacción de Joey, en silencioso, y mientras tomaba su propio libro para abrirlo volvió a hablarle, para decirle prácticamente lo que le había dicho a Laila hace horas. —No tienes que hacerlo si no quieres. —Lo miró cuando le guiñaba el ojo y el violento sonrojo regresó a su rostro, haciendo que tratara de escudarse detrás del libro abierto—. D-de todas formas dices que solo esperas a alguien, ¿no?