Biblioteca principal

Llegué a la biblioteca y lo primero que hize fue buscar donde sentarme y ponerme a pensar en todo esto profundamente, cuando lo encontre tomé un libro pero en realidad no iba a leerlo era solo para disimular y no parecer sospechoso.

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Llegamos a la biblioteca guardando silencio por respeto a los demás y me dirigí a tomar un libro. Tras un rato buscando, encontré el primer libro de "Las Crónicas de la Torre" de Laura Gallego y con una sonrisa me senté en un sillón y comencé a leer aquel libro que leí cuando era más pequeña y que me traía recuerdos.

 

Entre y tome el libro de la obra "Hamblet" de Shakespeare, voy directo a un sillón y comienzo mi lectura.

 

Tras un buen rato, acabé de leer depositando el libro en mi regazo y bostezando un poco miré la biblioteca. Estaba casi vacia. Miré a Daniela con aburrimiento y tomé un papel, le hice una bola y se la lancé a la chica en son de broma a la cara, ocultándo mi cabeza tras el libro y reí en bajo.

 

Algo dio contra mi nariz, levante la vista de mi libro y vi una bola de papel rodando junto a mi, la tome confundida y pienso en su lugar de procedencia, miro al rededor y veo a Evangelin intentando disimular su risa con el libro, tome el papel junto a mi lápiz y escribí "¿A si que quieres guerra?" en el. Arrugue nuevamente el papel y lo lanzo a ella logrando que caiga en su regazo.

 

Sonreí divertida al ver el papel y escribí debajo de su mensaje el mio: "Puede ser, puede ser."
Tras eso se la volví a lanzar acertando esta vez acertando en su frente y volví a cubrirme con el libro. No podia consentir que el aburrimiento hiciera mecha en mi.

 

Me dio en la frente, desdoble el papel y reí ante su respuesta, pensé un segundo y escribí "Estoy tan aburrida que aceptaría, y se que tu también" Reí nuevamente y lance el papel, dándole en la nuca.

 

Cogí la bola de papel para leer su contenido y escribí lo siguiente: "Yo también me aburro... Entonces...esto es la GUERRA".
Sonreí divertida y le volví a lanzar el papel esta vez en la cabeza y disimulé de burla mirando de nuevo mi libro.

 

Masajee el lugar donde me dio, sesdoble el papel y después de leer su respuesta puse "te falto un 'es' en la oración 'Esto la guerra'". Arreglé el papel y lo arroje a ella.

 

Miré el mensaje y con una goma que encontré en la mesa borré esa parte de mi mensaje de antes, dejando un hueco para añadir el "es" faltante y así cambiarlo para que estubiera bien y escribí: "¿Qué "es"? Yo veo que está bien escrito."
Escrito esto le lancé de nuevo el papel con una pequeña risa.

 

Entré en la biblioteca para encontrarme una escena que recordaba a niñas de cinco años:Daniela y Evangelin intercambiando entre risas una bola de papel.
Sin más, suspiré pensando en lo ridículas que parecían, busqué un buen libro que tenía ganas de releer, 'Asesinato en el Orient Express', y me senté en un sillón, ignorando el juego de las chicas.

 

Me costó un poco leer las últimas páginas de la novela de Carax (obra extraordinaria, vale agregar), ya que la chica de la coleta y Daniela se arrojaban una bola de papel. Para mí hubiera sido un ambiente agradable gracias a sus risas, pero cerca se encontraba Crow, del que todavía no me podía fiar del todo, mucho menos notando el título que estaba leyendo.

Por eso, dejé La sombra del viento en su correspondiente lugar, y me dirigí a la cocina. El hambre atacaba una vez más.

 

Rode los ojos al ver el cambio que iso, tomé mi lápiz y escribí "¡Mientes!" en el papel, lo arugue nuevamente y lo lanó a Evangelin.

 

Cerré el libro cuando mi estómago gruño, me levanté de mi silla y lo guarde en donde estaba, me dirijo a la cocina por algo de comer y tomar.

 

Antes de que saliera, colé la bole de papel en el pelo de Daniela y reí al verla marchar.

--Au Revoir Daniela...--sonreí y dejé el libro en su sitio para ir un rato a la alberca.

 

Entré a la biblioteca y noté que no había nadie. Esperé a que Michael llegara sentada en un sillón y miré el techo con seriedad. Me costaba tragar todo esto.

(@Campeón Rojo)

 

Me asusté al ver que toda la biblioteca estaba sola

 

Vi que Michael llegaba y noté su cambio de humor.

—¿Qué pasa? —le pregunté mirándolo fijamente.

 

—Este lugar me da grima —respondí—

 

—¿Por? Yo no veo nada de malo en esto.—le respondí confusa y me levanté del sillón para acercarme a él.