Biblioteca principal

Entre caminando al lugar, busque mi libro con la mirada, al encontraelo me acerque y lo tomé nuevamente, suspire de alivio y termine el bollo que havia traído conmigo. Salí del lugar para dirijirme nuevamente a la cocina

 

Noté que todos se fueron. Me encontraba sentada en una de las mesas con la mirada perdida. No noté que había una chica allí también. No tenía sueño, no tenía ganas de nada. Aquello me dejó completamente en blanco. ¿Matar para vivir? ¿Eso no sería caer en la desesperación demasiado rápido?
Me levanté de golpe y decidí salir de allí para ir a mi cuarto. No iba a matar, no caería tan bajo...

 

Entré a la biblioteca más tranquilo despues de tomar esa taza de café. Camine entre los estantes, curioseando los titulos disponibles, era una basta coleccion. Tome varios libros del señor Stephen King, y me dirigí a una zona de lectura en el fondo de la biblioteca, provista de una lampara y un sillón de lectura. Ocuparia varias horas ahí.

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Mi ID electrónico me avisa de que hay un nuevo salón habilitado. Pongo un señalador a la página del libro en donde me quedé y me levando dirigiendome a la sala de audio y video.

 

Entro a la biblioteca, el lugar con menos movimiento, con mi aspecto de prostituta (brassier negro con dorado, falda roja y zapatillas con tacón) todavía estoy temblando pero para desestresarme instaló la consola y juego algo que es más sangre que trama, muerte tras muerte me despreocupo, nada a cambiado en mí, incluso programo que en vez de asesinar ciervos aparezcan osos.

 

Había salido de mi cuarto mas temprano -o por lo menos para mi- ya había aprendido a como despertarme un poco mas temprano, tenía trabajo de finalizar y para avanzar mucho más pensé que la biblioteca sería el lugar ideal como para trabajar en los mapas de la academia pico de la esperanza que estaban completamente desordenados.

Entré a la sala y lo primero que pude ver era una chica, sin saber reconocerla no le había prestado atención y me había pasado directamente a las mesas de la biblioteca ignorando el ruido del juego... quien diría que la biblioteca no fuera tan tranquila

 

Mis mejillas se volvieron rojas, pensé que no tendría que enfrentar a nadie en un tiempo. Cuando Brooke entro no me sorprendió que no me reconociera.

-Buenos días chica-

 

Una voz conocida me había saludado... la voz de Nix si no me equivocaba, pero entonces... la chica que estaba allí no era una nueva, si no Nix... estaba bastante sorprendida ante su atuendo

— Nix... ¿qué haces con esa ropa? — le pregunté aun sorprendida, no me lo creía

 

-Se que se ve mal pero no podía usar lo que el dejó en mí cuarto- mis manos empezaron a temblar nuevamente y perdí la partida así que no pude sino sujetar mis rodillas -quiere que me quiebre y prefiero andar desnuda que darle el gusto, creo que dormire en la piscina o aquí pies no entrare en mí cuarto.

 

— ¿Tan malo es lo que puso en tu cuarto? — le pregunté, no lograba imaginar que cosas le había puesto para que estuviera así, aunque debían ser graves para que ella se pudiera quebrar

 

-Toma mi llave y entra sí lo deseas, pediré ropa a las chicos pero no podré evitar que me vean así, sólo recuerda que a tus ojos no será tan malo- mis manos seguían temblando pero mi voz estaba llena de orgullosa, de sobra se que para otra chica es no será nada.

 

Suspiré — No.. te creo, y para mi nada parece tan malo a excepción del video claro — le dije con una sonrisa, no husmearía en su cuarto ni nada, no era necesario— Pensando en los chicos... ¿no crees que se sentirán incómodos por verte así? — pregunté un poco curiosa

Contenido oculto

tengo que irme :c by by~

 

-Me importa poco- me dejó llevar otra vez por los videjuegos ignorando a la chica, sí seguíamos por la conversación actual debería explicar demasiado.

 

Eso exactamente debemos hacer matar sin que se den cuenta asesinar a alguien hacer justicia bajo nuestras propias manos! solo así sobreviviríamos.

 

Otra chica estaba en la habitación pero no había dicho nad en su rostro se muestra un conflicto entre matar o no. de esas personas eran los que nos tenemos que cuidar

 

Reí un poco ante la respuesta de Nix, hasta que entro una chica que no conocía a la biblioteca, por alguna razón sentía algo de desconfianza -- Hola... -- salude a la nueva

 

después de pasar los 100 niveles decidí salir de. la biblioteca hacia la cocina.

 

Nix ya se había acabado su juego y se había ido, dejandome con la chica que era completamente desconocida para mi, pero bueno... si me mataba Nix lo sabría y eso era reconfortante o por lo menos un poco..

—Bueno Brooke, a trabajar — pensé intentando descifrar cual sería podría ser el acomodo del mapa basándome en las áreas que conocía y las que había visto

 

Después de haber "finalizado" mi trabajo guarde todo, por primera vez me daba mala espina estar sola con una chica desconocida en la biblioteca, creo que me ponía menos nerviosa cuando me dejaban sola y no con compañía

-- Qué dia tan mas extraño...-- pensé rodeando a la única presente a excepción mia para salir de la biblioteca y dirigirme a mi cuarto

 

¡Ah! El delicioso aroma de las páginas que me esperaban. Eso me trajo relax... por poco tiempo, lamentablemente.

Con intención de no demorarme eligiendo el libro, tomé por azar uno de la estantería más cercana. Era uno cuyo título reconocí por haberlo leído ya (no fue así... lamentablemente): La sombra del viento.

Pero, cosa curiosa, el autor de la novela que tenía en mis manos no era el conocido Carlos Ruiz Zafón. En la portada figuraba el nombre de Julián Carax, quien supuestamente sólo era uno de los tantos personajes del escritor español, y que además aparecía en la ficción de éste como el escritor de una novela que llevaba el mismo título: La sombra del viento. Sentí que me mareaba.
Pude corroborar, leyendo sus párrafos, que la portada no había sido reemplazada por otra. Era de verdad la novela de un sujeto que, hasta ese instante, para mí solo existía dentro de las páginas nacidas de la mano de Zafón.

Miré al techo, procurando que se me quitase la inquietud de encima.

—Malditos sean tus misterios, Academia Pico de la Esperanza... —suspiré.

Me puse a leer sobre un sillón.