Biblioteca principal

--Mucho gusto Rin? o Takuya? --dije algo confundida. --Yo soy Natalie Lowell --dije mostrando una sonrisa.

 

--Espera.. ¡¡¿¿el director en verdad era ese osito adorable??!! --dije algo sorprendida.

 

—Al menos es lo que parece —respondí antes de que Rin pudiera llegar a abrir la boca—. Un gusto, chicos, me llamo Alexander.

 

--Oh.. Un placer de conocerte Alex, si es que te puedo llamar así

 

Más personas llegaron a la biblioteca, el contexto me había dejado algo frío... pero ya estaba de vuelta, realmente no creo que alguien sería capaz de matar a otro.--Yo soy Graham, un gusto criaturitas.--exclamé en voz alta, acercándome al grupo de plática.

 

--Hola a todos, yo soy Natalie y mucho gusto de conocerlos --dije realmente feliz.

 

—Lo mismo digo, Natalie y puedes llamarme como más gustes —me dirigí al chico de aire musical—. Es un placer, ¿tu nombre era Graham, no?

 

Era impresionante como la chica podía estar feliz después de una experiencia como la que acabábamos de pasar, me agradó.
--En efecto hermanooo, yo soy Grahaaam.--sonreí distraídamente hacia el muchacho.

 

—Al parecer estamos en un problema terrible, Graham, ¿qué piensas al respecto de todo lo que acaba de pasar?

 

--Eh... ni yo lo sé.--dije después de bostezar, tanta tensión me había secado el cerebro.--Si todos estamos contentos, yo estoy contento viejoo.

 

--Esperen... ¿acaso tiene que ver con algo de matar que haya dicho aquel osito gordito? --pregunté un poco aterrorizada.

 

--En efecto nena, el osito dijo que tendríamos que matarnos unos a otros, sin des descubiertos--le dije, de forma tranquila.--También dijo upupuppu, pero esto último no creo que sea muy muuy importante.

 

Al escuchar el upupuppu me reí en risitas, no podía evitarlo. --Pero... yo no quiero matar a nadie ¿es una obligación? --pregunté calmada.

 

—Me impresiona que te lo tomes tan tranquilo, Graham. Y sí, Natalie, el señor director dijo que para graduarnos tenemos que asesinar. Además, estamos atrapados, sin salida, al parecer sin esperanza —a pesar de que reproché la tranquilidad de Graham, también me mostré tranquilo: no hubiera sido educado de mi parte entrar en pánico.

 

--Pero... apenas los estoy conociendo o más bien nos estamos conociendo. --dije un poco desanimada.

 

--No estoy seguro si realmente alguien sería capaz de asesinar... tendría que estar muy desesperado.--Mi tono de voz cambió de forma fugaz, miraba alrededor, pensando en las opciones que teníamos, no quería quedarme encerrado en este lugar.

 

Aparte el flequillo que caía sobre mi ojo derecho.

—Esto no puede ser verdad, tiene que haber otra forma salir... —miré las estanterías. Era una pena que no hubiese ánimo para la lectura, pero tuve una idea— Voy a revisar todos los libros de la biblioteca: quizás en alguno esté la clave para salvarnos. O contenga información últil. Ahora vengo...

Dicho y hecho, me interné entre las repisas.

 

Tire mi ejemplar de don quijote en la mesa, agache la mirada y con voz entre cortada dije:
—No me apetece leer, si alguien me necesita estaré en mi cuarto—. Salí a paso rápido, no soportaría que me vieran llorar, no quiero que se preocupen.

 

— Me llamo Rin. — Dije entre risas, mirando a la chica y a Alex. — Me apellido Takuya. — Le pasé la mano a Alex, parecía un tipo agradable. Casi tanto como Graham. — No te preocupes Natalie. — Le dije sonriendo — Aqui nadie va matar a nadie.

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--Pero... ¿con que finalidad quiere que el osito nos matemos? --pregunté sin pensar que fuera alguna utilidad esa idea.