Batalla de cadáveres

Laila Meyer.

Él estará bien.

Apreciaba de todo corazón el intento de Noah por contenerla, por apoyarla, por hacer retroceder el terrible dolor que le golpeaba el pecho con insistencia; pero la chica en medio de ellos... había perdido un ojo allá abajo.
Presionó su mano una vez más, sin apartar la mirada de Shawn y deseando que Connie no respondiera a aquella ingenua y desesperada pregunta.

Agnes pasó su mirada perdida sobre ellos y por primera vez, no parecía siquiera prestar atención a lo que ocurría. Regresó y bajó la palanca nuevamente, haciendo girar las imágenes... hasta detenerse.

Contenido oculto

​

El plumaje manchado de rojo, el iris claro rodeado del mismo color de las plumas, el antifaz negro.
Ella. Era ella, el lammergeier.

El corazón se le detuvo en el pecho.

"Te lo dije, ¿o no, maldita zorra asquerosa? Te lo dije, sería tu cordero de sacrificio".

Las lágrimas volvieron a rodarle silenciosas por las mejillas, mientras estampaba un brevísimo beso en el dorso de la mano de Noah, agradecida por su intento de ayudarla, pero resignada a lo que iba a ocurrir inevitablemente. Le murmuró un "gracias" apenas audible y se levantó de su asiento, permitiéndose mirar a la fila tras ella.

Cathy abrazaba a una Aimi presa del llanto y apenas reparó en el niño que gritaba al final de su fila.

—Cathy —habló a pesar de que los guardias se acercaban a ella nuevamente, les arrojó una mirada de hartazgo, con el ceño fruncido antes de volver a dirigirse a la castaña—. Cuídala bien, por favor, ya tuvo suficiente con una de las últimas peticiones de Astaroth.

Reconoció al joven junto a Aimi, que le extendía un trozo de tela doblado cuidadosamente. Ricochet, Franklin, DJ como le había escuchado ahora, poco importaba quién fuera realmente.

—Ex-enmascarado —le llamó. Los guardias la tomaron por las muñecas como habían hecho cuando la arrastraron a Joker—. ¿Puedes vigilarlas a ambas, puedes hacer esa única cosa por mí? Sea como Rico, como Franklin o como DJ, como quieras llamarte, me da lo mismo, solo promete que lo harás... Eres valiente, ¿no? Puedes ayudar a que ellas lo sean también.

Le asestaron un golpe en la nuca que hizo que su mundo parpadeara y por fin cerrara la boca, al menos respecto a la gente de la fila de atrás.
El griterío del chico de la edad de Aimi no tenía caso, así como no había tenido el suyo en el rincón de juegos. No importaba cuanto gritara, cuanto se revolcara en su propia misera.

Joker.

Si había estado en Joker, había sido compañero de Shawn. Rió con sorna, incluso si la bruja aceptaba su sacrificio, para Shawn sería igual de doloroso tener que enfrentarse a ese chiquillo.

—¡Hey, pequeño miserable! —Alzó la voz, dirigiéndose al chiquillo—. Cierra la boca y no mires. No importa cuánto grites... no hay vuelta atrás, no importa tampoco en lo que te conviertas. Ella nos está moldeando para convertirnos en las peores versiones de nosotros mismos, ¿acaso no lo ves?

Se deshizo del agarre de los guardias, mascullando que podía bajar ella misma y se acercó a Shawn, a su halcón.

—Las cartas nos juegan en contra, cielo —murmuró, esperando que se les diese acceso a la jaula mientras se limpiaba el rostro con el dorso de la mano izquierda. Tomó con delicadeza la mano del muchacho, entrelazando sus dedos aplicando una leve presión—. Soy tu quebrantahuesos, por desgracia.

Los guardias volvieron a caer sobre ella, esta vez para arrastrarla a la otra puerta de ingreso a la jaula, cuando la soltaron reparó en que la liga que se había quitado del cabello la noche anterior, apenas consciente de sus actos, estaba rodeando su muñeca.
Suspiró con pesadez y repitió los movimientos de Agnes en Joker, atándose el largo cabello lila en una coleta alta.

Se acercaron a ella una última vez, haciéndole dos cortes limpios en el lateral de las muñecas. La sangre empezó a gotear, manchando el suelo, como la sangre de aquel desconocido había estado por manchar el piso en Joker.

"Shawn, por favor, pelea. No importa lo que me ocurra, solo hazlo".

 

Galen Rutonver ~ Batará Carcajada

"¡Hey, pequeño miserable! Cierra la boca y no mires. No importa cuánto grites... no hay vuelta atrás, no importa tampoco en lo que te conviertas. Ella nos está moldeando para convertirnos en las peores versiones de nosotros mismos, ¿acaso no lo ves?"

—Entonces qué mal dúo eres para Shawn, Laila... ¡Te apuesto que Shawn preferiría un millón de veces más pelear contra mí que contra ti! ¡¿Acaso tú también no lo puedes ver?! ¡Ya sé que nos esta convirtiendo en lo peor que podemos ser! ¡¿Y sabes qué?! ¡¡Preferiría hacerlo ya de una buena vez para dejar de estar pasando por esto!! ¡¿Me escuchas?! ¡¿Quebrantahuesos?!—. Seguí gritando mientras la veía alejarse... Ya no soportaba ésto... Pero no quedaba de otra, tan sólo traté de levantarme pero no me dejaban y me frustré hasta tal punto de decirles:

—¡Ya déjenme levantar maldita sea! ¡No puedo hacer nada que mas da! ¡Para su información quisiera ver cómo se matan! ¡¿Entienden?!—. Grité, pero parecía que ni con eso bastaba. No evité ver a Agnes, parece que de todas formas no serviría de nada ofrecerme. Simplemente puse la cara de un maldito estúpido. No sirvió de nada... Es obvio que todos terminaremos mal... Pero lo que Laila no podía ver, era que si luchaba, se iba a dejar ganar. Y eso no provocaría mas que la muerte de Laila, por que Agnes sabría que se dejaría ganar Shawn. Y el castigo, nuevamente. Iría contra Laila...

Maldita sea. ¡¿Es que en serio no podía percatarse de eso?! No bromeo cuando en serio quiero ya perder mi cordura para dejar de sufrir tanto...

 

Laila Meyer~Lammergeier.

Escuchó las palabras del chico desde la gradería y se le escapó una carcajada.

—No lo entiendes, ¿o sí? —No se volteó a mirarlo, hablaba en voz alta. Todos podían escucharla—. ¿Dejar que Shawn le haga daño a un chiquillo? Desde mi punto de vista, eso me volvería incluso un peor dúo, como si no fuera lo suficientemente mala de por sí. ¿Quién en su sano juicio dejaría que el maldito amor de su vida, con complejo de hermano mayor, lastime a un chico? Te escucho, pequeño, pero ya lo has dicho.... soy un quebrantahuesos. Supongo que la dama que nos dio estos nombres no contaba con que estuviera dispuesta no solo a romper huesos ajenos, sino los propios también.

Clavó la vista en el agua que caía desde el techo de la jaula.

—¿Ver cómo nos matamos entre nosotros? ¿Así que también te van esos rollos? Vaya. —Volvió a reír—. ¿Crees que me importa recibir un castigo, cariño, es eso lo que te preocupa acaso? Shawn terminó en Joker contigo por mi culpa... El castigo es lo único que merezco desde entonces, puedes preguntárselo a ya sabes quién.

Sentía las gotas de sangre cálida deslizarse por sus manos.

—Está bien. Ya cierra la boca de una vez, si tu griterío altera aún más a Aimi te voy a clavar uno de los bolígrafos del rincón de juegos en la garganta o el ex-enmascarado podría hacerlo por mí. Espera a Shawn, él regresará. Ponte la cabeza en su lugar de nuevo, porque alguien tendrá que cuidar de él. —Nuevamente, hizo una reverencia exagerada idéntica a la que había hecho en Joker, la coleta alta se deslizó sobre su hombro, cayendo sobre su pecho—. Es hora del espectáculo.

Dio su primer paso dentro de la jaula, sintiendo el agua empaparla.

Le dolía el corazón, esa era la verdad, pero su personalidad se balanceaba de un lado a otro, como un péndulo.
Era tarde para seguir llorando, ya tendría tiempo para eso cuando le arrancaran una parte del cuerpo.

 

Galen Rutonver ~ Batará Carcajada

Escuché la respuesta de Laila, respuesta que me agarró por sorpresa, creí que callaría y no me diría más... Pero no fue así. Así que son amantes, eso explica todavía más su agobio. Sin embargo, algo no tenía sentido en sus palabras, por mucho que Shawn se preocupase, no podría ser posible llegar al extremo de dañar a su propia pareja antes que a un niño como yo... Laila estaba perdida sin duda alguna. Pero realmente, ambos lo estábamos.

—No tiene ni el más mínimo sentido lo que dices Laila, ¿Alguién en serio se puede preocupar tanto... POR UN DESCONOCIDO? ¡Suena estúpido! ¡Por mucho que una persona se preocupe no es en serio posible que eso suceda! Y realmente no cuestiono tu apodo... Es obvio que por algo nos lo pusieron—. Exclamé, igualmente para que todos me escuchasen, ya nada importaba. Desde que decidí levantarme era todo o nada.

Sin embargo, Laila continúo su monólogo. No evité soltar una breve risa al escucharla decir que me va también estas cosas. En realidad, no. Para el Galen de antes... No... Sin en cambio, Laila dijo algo que no me esperé...

"Shawn terminó en Joker contigo por mi culpa... El castigo es lo único que merezco desde entonces, puedes preguntárselo a ya sabes quién. "

—¡¿Qué?! ¡¿Por tu culpa?! ¡No lo entiendo! ¡¿Pues qué diantres debiste haber hecho?!—. Dije, pero antes de siquiera poder seguir, Laila continuó hablando.

No evité soltar una carcajada esta vez, sus comentarios tan irónicos. Puede que hasta esperanzadores de alguna manera, pero inútiles sin dudas...

—¡¿Clavarme un bolígrafo?! ¡Jajajaja! Buena suerte con eso querida. ¿Crees que te tengo miedo, o al enmascarado? Agnes ya demostró lo cruel que puede ser el humano. Y aunque yo no sea capaz de muchas cosas, créeme que nadie aquí presente va a tardar en hacer cosas horribles, peores que las que tú hiciste en Joker... Esta bien, esta bien. Si tanto te preocupa Aimi, pues ni hablar. ¡Luchen en serio! ¡O seguramente Agnes les hará algo peor! Aunque me temo, Laila. Que ya jamás podré volver a poner mi "cabeza" en su lugar... Pero tal vez Shawn aún quede en buenas manos—. Dije, aún en el suelo pues los guardias no dejaban de hacer presión sobre mí que de hecho, ya me comenzaba a resultar absurdo e irritante el evento.

Al final Laila entró y Shawn parecía aún no atreverse a entrar, como sea. Esperaba que me soltaran antes de iniciar, pues en serio quería ver esto... Ni hablar, intenté ayudar a ambos. Intenté ayudarme inclusive, pelear ahora me habría hecho darme cuenta de muchas cosas. Pero al parecer aún no era mi hora. Shawn, Laila. Quien sea que gane, y si alguno de ustedes muere en esta ocasión. Prometo tenerlos muy vigilados, hay algo extraño aún en ustedes.

 

Laila Meyer~Lammergeier.

​

Apenas dio un paso dentro de la jaula, sintió como la sangre proveniente de los cortes dejaba de fluir y se endurecía, formando dos largas cuchillas. Las hojas de un par de guadañas.

"Qué conveniente, ¿no?"

Le llegó la voz insistente del chiquillo a través del ruido de la lluvia. Estaba harta, si no pensaba callarse de una puta vez, no planeaba continuar con su juego de mierda. Si no se ponía la cabeza en su lugar, prefería que incluso Rico, Franklin o quien coño fuese cuidara de Shawn apenas lo sacaran de la jaula, pero ese niño estaba a un paso de ser un bueno para nada. Su estado mental lo dejaría inservible.
Quería que se callara, por el bien de Shawn y Aimi. No estaba siendo más que un lastre.

Golpeó las rejas de la jaula con una de las guadañas, arráncandoles un sonido metálico que hizo eco en el lugar, y le dirigió una última mirada a Galen a través de la lluvia. Una mirada opaca, que daba por sanjado aquel debate que no servía de nada. Alzó la mano izquierda y la llevó a sus labios, haciendo un gesto como si cerrara una cremallera.

Era hora de cerrar el hocico.

Estaba mostrando parte de la actitud que había hecho que metieran a Shawn a Joker, la misma que había mostrado al intentar salvar a Aimi y la misma que había hecho que le abriera el estómago a alguien; pero por primera vez no le importaba que su halcón la viera. Necesitaba esa actitud para poder lidiar con esa situación, era la única forma de que no se echara a llorar, hecha un ovillo en medio de la lluvia.

No notó cuando Shawn finalmente entró a la jaula y solo regresó su atención a él cuando este la llamó.

Laila, escúchame.

Se giró hacia él, solo para ser recibida por sus ojos azulados, fijos en ella.
De no ser porque tenía dos malditas cuchillas surgiéndole de los brazos habría cruzado los brazos sobre el pecho al escuchar sus siguientes palabras.

"Situaciones desesperadas requerían medidas desesperadas".

—¡No! —chilló a todo pulmón de nuevo, azotando las rejas con una de las guadañas—. Esta vez me escucharás tú a mí, Shawn.

Señaló a Agnes, sin dejar de sostenerle la mirada.

>>¿La ves? ¿Crees que si nos rendimos aquí, no nos sacará y nos partirá en pedazos tan pequeños que seremos irreconocibles? ¿Crees que tendrá piedad de ti, por permitirme rendirme? ¿O la tendrá acaso de mí, por negarme a atacarte? ¿Qué te dice que no nos enviará a Joker y nos obligará a desmembrarnos? ¿Qué te dice que algo diferente a lo que ha planeado ella, será útil ahora? Envió a la niña como mensajera a pesar de que intenté evitarlo ofreciéndome para venir a la jaula, te metió a Joker porque no fui capaz de comportarme y luego me metió a mí a ese agujero infernal, no sin antes decirme lo que te ocurrió. Shawn, cielo, ¿no lo ves? Estamos atrapados aquí. Ella sostiene el látigo.

Lo vio clavar la vista en su mano ensangrentada.
Cerró los ojos con fuerza y levantó la cabeza hacia el techo del que caían las gruesas gotas de agua, sintiéndolas golpearle el cuerpo, helado hasta los huesos. Sintió las lágrimas correrle cálidas por las mejillas.
De algún lugar terrible de su mente le llegaron sus propios gritos, horas antes en aquella habitación, las caricias de Agnes, la mirada vacía de Aimi luego de entregarle la carta a la bruja, la voz temblorosa de Rico, las luces brillantes del parque.
Escuchó el tenue maullido del gatito que Shawn había prometido que llevarían a casa y una sonrisa resignada se le formó en los labios. Si el felino tenía suerte, quizás su padre o su hermanastro lo encontraran algún día cuando volvieran del trabajo y se lo llevarían a casa, recordando lo mucho que les había rogado para permitirle la entrada al animalillo.

—¡Amery, mírame! —Su voz adquirió el tono firme de un mentor, mientras regresaba la vista al muchacho, que temía volviera a perder el conocimiento en cualquier momento. De repente era como si los roles se hubiesen invertido, ella era quien iba a infundirle fuerza a él, aunque fuera para atacarla. Una vez que tuvo la atención del albino, tomó posición—. Estamos entrenando, ¿me oyes? Aceptamos hacerlo afuera, como el par de idiotas que somos, y nos sorprendió la lluvia, pero lo que tenemos de idiotas lo tenemos de disciplinados.

Extendió la hoja de la guadaña hacia el frente, esperando por lo que fuese que la sangre de Shawn fuese a producir.

>>El principio de estas cosas o de lo que sea que uses es el mismo, Hawk. Son una extensión del brazo. Ya sabes qué hacer y nada de titubear.

Había usado el apodo intentando establecer una distancia afectiva, intentando que él lograra desligarse aunque fuese un poco con tal de acceder a la locura que estaba pidiéndole. No, que estaba ordenándole.
Pero fracasó en su intento y a pesar de tener el flequillo empapado pegado al rostro y los ojos enrojecidos por el llanto de las últimas horas, le dedicó una brillante sonrisa, llena del más puro afecto.
No importaba lo que tuviese que soportar. No importaba si tenía que dar su vida con tal de asegurar la de Shawn.
Todo lo demás era insignificante. El príncipe debía volver a casa, sin importar el costo.

Recordó los comentarios estúpidos de algunas personas, juzgando aquella relación, destinándola a un fin solo porque se trataba de un par de chiquillos.
Ahogó una risa. ¿Qué diría ahora esa gente, viéndola dispuesta a entregarse como sacrificio con tal de asegurar su supervivencia?
Un pensamiento potente, ruidoso, surgió del mismo lugar del que habían salido los demás recuerdos y estuvo por echar atrás y rendirse como él había sugerido, porque fue consciente de que amaba al chico que tenía frente a ella. El cariño había dado paso al amor.
Reparó en las palabras que le había dirigido a Galen, sin siquiera haberlas pensado, y se descubrió a sí misma revelando eso frente a todos los presentes.

El amor de su vida.

Una daga de dolor emocional le atravesó el pecho de lado a lado, pero ya no podía echar atrás. Se mantuvo firme, esperando por él. Lo esperaría toda la vida si era necesario, sin importar que ahora esa cosa extraña que se decía vida se le estaba escurriendo entre los dedos.

 

Galen Rutonver

A pesar de mi intento porque cavilara Laila de que era mejor intentar esperar a que Agnes me escuchara o de plano no hiciera nada, quería esa oportunidad. Aquella que le dije a Shawn "tal vez y la muerte sea la mejor salida". Me hundí por un momento en aquél pensamiento que me asustó brevemente el golpe a la reja.

No me intimidaba, pero podía notar su malestar, y su gesto... Quería decir tanto aún, pero poco a poco mi mismo agobio me carcomía. Un nudo se me formó... Y solamente me tuve que quedar ahí, incapaz de decir algo, cuando vi a Shawn al fin reaccionar. El golpe y el sonido hizo que los guardias se exaltasen y al fin aprovechar para empujarlos y levantarme, me apoye en la reja para observarlos, y me quedé ahí, con la intención de que esos idiotas ya no me hicieran nada. No tenía intenciones de hacer nada.
Por mucho que quisiese, no podía hacer nada ya. Como quisiera de alguna forma detener todo esto... Pero ya no había nada, al ver los gestos y respuestas de ambos. Me quedé sorprendido...

Al ver la escena, no evité sonreír de alguna forma, y sin querer una lágrima se me escapó, pero ya no importaba. De igual forma, sabía que yo ya estaba jodido... Sin embargo, vi las reacciones de ambos. En especial la de Shawn, Laila lo había conseguido. Logró reanimarlo de alguna manera. Así, al menos. Ambos no podrían sufrir tanto por la batalla, les dolería, como no. Pero sin dudas podría ser aligerado...

Ya no era necesario decir nadamas. De alguna forma, verlos inesperadamente más tranquilos, hizo que de alguna forma yo me relajase... Y así, Laila o Shawn o ambos me vieran o no. Me separé de la reja, les dediqué una última sonrisa que de hecho era sincera y a Shawn le hice un ademán con mi chaqueta, con tal de que recordara aquella discusión, y de que de todas formas contaba conmigo.

No me importaba el castigo que seguro Agnes tendría sobre mí. No me importaba terminar en Joker de nuevo, necesitaba, en serio. Ver al menos a ese muchacho bien un poco más. Me veía tan reflejado, sabía que ese tiempo se terminaría. En algún momento... Pero, tal vez, solo tal vez. Y ser la única persona que "conozco" más allá de Franklin. Es que le tengo un cariño que a la larga puede resultar perjudicial...

Pero, al menos. En esos momentos ya no importaba, solamente me centré en ellos. Y miré atento... Por cómo formó esas Guadañas, de alguna forma sentía que se me quedaron muy grabados en la mente. Pero más allá de eso, solamente pude susurrarme a mí mismo tratando de que nadie me escuchase.

"Shawn, vamos amigo. Tienes que ganar, sé que es duro... Pero no lo hagas por Aimi, o incluso por mí... Hazlo por ti, y por el bien de Laila... Tonto..."

 

Laila Meyer~Lammergeier.

Vio el impacto que sus palabras causaron y por primera vez entendió bien por qué existía gente como Agnes Astaroth. Había algo en el poder, en el dar órdenes que fueran seguidas, que era ridículamente placentero.

El albino tomó posición, luego de limpiarse las lágrimas del rostro y fue capaz de cambiar el chip para recrear la escena que Laila le solicitaba.

"Eso es, cielo. Así está mejor".

No creas que te lo pondré fácil por ser una mujer, Meyer.

Sonrió con sorna al recordar aquella frase que le había dicho, siendo apenas unos chiquillos.

—¿Morder el polvo? —Esta vez su respuesta no fue el silencio, porque ya no era aquella niña—. ¡Menos palabras, Amery!

Cuando el muchacho entró en acción, lanzándose hacia adelante, ella lo bloqueó rápidamente, interceptando su guadaña con la propia y empujándolo hacia un lado.
En sus ojos había un brillo salvaje, que solo surgía en los entrenamientos.

—¿Eso es todo lo que tienes? —murmuró para volverse de inmediato hacia él, lanzando un corte con su guadaña.

El corazón se le hizo pequeño en el pecho. Deseando fallar ese golpe, deseando que Shawn fuese capaz de esquivarlo.

Vitalidad: 100/100.
Hierro: 71/73

 

Laila Meyer~Lammergeier.

Ahogó un grito cuando sintió la guadaña impactar en su objetivo, haciéndole un corte superficial.
Sin embargo, mantuvo la compostura, ya no solo por la adrenalina que le corría en la sangre, sino por la mirada desafiante que recibía de los ojos azules de su halcón.

Imitó sus movimientos como si de un espejo se tratase. El desplazamiento hacia atrás, la distancia, el apoyo en el suelo.
Volvió a su postura de guardia, con un movimiento fluido.

Sentía el agua golpearle el cuerpo y la respiración agitada sacudirle el pecho.
Shawn no estaba atacándola como solía hacer. A pesar de haber seguido su orden, la estaba cumpliendo a medias, y aún así la sonrisa prepotente que vio en su rostro le arrancó una carcajada.

—Debo admitir que en tu soberbia de entonces había algo de atractivo, Amery —dijo por encima del ruido del agua—, pero sabes que era eso mismo lo que te hacía perder contra una niña. Lo bueno nunca se hace esperar, ¿lo sabes? No se hizo esperar cuando te derroté.

Volvió a desviar su ataque hacia un lado, haciendo que perdiera balance.

"Esquívalo, por favor".

Otro movimiento fluido la hizo regresar hacia su posición inicial y arrojar otro corte hacia él. Un ataque sin cuidado, apenas un roce si es que llegaba a acertar.

—Toma a tu oponente en serio, Hawk. —dijo simultáneo a su ataque.

Si salía de allí sin un solo rasguño, Agnes tampoco estaría contenta. Lo sabía.

Vitalidad: 100/100.
Hierro: 69/73.

 

Laila Meyer~Lammergeier.

Trastabilló cuando tomó su guadaña, atrayéndola hacia sí. Apoyó la mano en el pecho del albino, buscando sostén en alguna parte para no precipitarse al suelo, con la guadaña sobresaliendo hacia la otra dirección.
Su mirada era severa, demandante. Ahora mismo Shawn no era el muchacho dulce que la había estampado un beso en la cabeza antes de aventurarse a su muerte, no era el chico que traía a Aimi sobre la espalda y tampoco parecía ser el que se había desmayado frente a Agnes.

¿Qué estás haciendo, Meyer?

Aquellas palabras se le grabaron en la cabeza, haciendo eco, porque la verdad era que no sabía lo que hacía.
El chirrido metálico le resultó desagradable, pero junto con el empujón hacia atrás, regresó a la realidad, impidiendo que su mente descarrilada diera vueltas en torno a ese solo pensamiento.
Sintió el filo de la guadaña ajena rozarle la piel del dorso de la mano, abriendo una herida que también dejaba mucho que desear.

Novata.

Otra carcajada se le escapó de la boca.
Ese no era en lo más mínimo su estoque asesino, ni de entonces ni de ahora. Le había abierto el estómago a un desconocido, era cierto, pero el solo hecho de pensar en dirigir una de esa malditas guadañas hacia Shawn le estaba haciendo trizas el corazón y aunque es esforzara, sabía que sus ataques no tenían la misma fuerza ni efectividad.

—Muéstrame entonces cómo se hace, Amery. —En aquella sola frase había un doble sentido peligroso, altanero, que nunca hubiese brotado de su anterior versión. Sin darse cuenta se relamió los labios.

Recordaba la admiración con que había visto a Shawn durante los primeros entrenamientos, absorta en su habilidad, pero cuando tuvo oportunidad de conocerle no era más que la novata. Por primera vez, la actitud de alguien la había sacado de sus casillas.
Había hablado con su hermanastro del chico mayor que se las daba de invencible con los nuevos, de cómo aquella forma de actuar la ponía de mal humor. Era un idiota soberbio.

"—Enfréntalo entonces, Laila. —Había sido la sencilla respuesta de Richard—. ¿No crees que así cerrará la boca?"

Terca como ella sola, había tomado las palabras de su hermanastro como por tarea y apenas tuvo noción y manejo de lo básico, comenzó a poner en marcha su plan para derrotar al chico. Sudor, tiempo y hasta lágrimas le había costado; pero finalmente lo logró.
La sorpresa no fue solo hacer que guardara silencio de una buena vez, sino que por fin el idiota soberbio había aprendido a reconocerla por un apellido, por un nombre. Era su igual.
Y aunque había logrado su cometido, apreció cuando el chico empezó a actuar como su compañero más que como un superior.

Reconocía la mirada que le dirigía ahora, en aquella jaula. Era la misma mirada que la había sacado de quicio entonces, pero el problema era que ya no era esa Laila y él ya no era ese Shawn.
No importaba cuánto intentara provocarla. Aquello ya no era un entrenamiento, si lo lastimaba, no había vuelta atrás, no podía esperarlo fuera del club para acompañarlo a casa, no podía decirle que lamentaba haber sido tan brusca o que no había rendido como en otras oportunidades.
Allí estaba haciéndole daño real y no sabía cuánto más podría mantener aquella fachada, con tal de empujarlo a atacarla y acabar con eso de una buena vez.

"No puedo, cielo. Lo siento".

Retrocedió, retomando la posición y volvió a lanzar un ataque torpe.
A pesar del brillo salvaje de su mirada, algo en sus ojos pedía auxilio a gritos... pero sabía que no podían detenerse.

Vitalidad: 91/100.
Hierro: 67/73.

 

Laila Meyer~Lammergeier.

Un suspiro de alivio escapó de sus labios cuando por fin Shawn fue capaz de esquivarla.
Regresó a su posición, con la misa fluidez que hasta ahora.

Como desees, princesa.

En otro momento, aquel comentario la hubiera sacado de sus casillas. Esa confianza cargada de altanería que tanto la hacía enojar, pero ahora solo le recordaba tiempos que habían pasado, que ya no volverían, que parecían haber sido hace mil años.

Lo vio avalanzarse hacia adelante y aunque hizo el intento de esquivarlo, fracasó o se obligó a fracasar. La hoja de la guadaña de Shawn la alcanzó una segunda vez y el dolor producido por el corte por poco la hace caer, sin embargo, logró recuperar su punto de apoyo.

Retomó su posición y volvió a lanzar el filo de su guadaña sobre él, deseando que volviera a esquivarla.

Vitalidad: 82/100.
Hierro: 65/73.

 

Laila Meyer~Lammergeier.

Cuando vio a Shawn extender sus brazos hacia ella en el momento en que estuvo por caer, tuvo que contener el impulso de correr y refugiarse en él, en esos brazos cálidos que desde hace tiempo estaban siempre para sostenerla y protegerla del mundo.

Otro suspiro de alivio brotó de ella cuando el muchacho esquivó el ataque nuevamente.

"Gracias, gracias, gracias".

Regresó su mirada a los ojos de su halcón y pudo identificar, sin temor alguno a equivocarse, cómo dudaba, cómo le preguntaba solo con la vista si debía seguir aquella locura.
Sintió la cálida sangre que se deslizaba por su pierna.
No había vuelta atrás.

Lo vio arrojar un ataque hacia cualquier parte, sin estrategia y nuevamente, algo dentro de sí, le impidió evitar ese torpe ataque con la habilidad que poseía.
Sintió el filo del arma rasgarle la piel del hombro, superficialmente.

—¡Vamos, Amery! —Su voz tenía aire de súplica—. Puedes hacerlo mejor, ambos podemos hacerlo mejor.

Y a pesar de sus palabras, su siguiente ataque fue tan torpe como el anterior, sin técnica alguna.

Vitalidad: 73/100.
Hierro: 63/73.

 

Laila Meyer~Lammergeier.

Sentía que la mirada de Shawn la atravesaba de lado a lado, sin piedad, viendo lo difícil que era para ella mantener aquella maldita fachada.
Llegados a tal punto, quería gritar hasta rasgarse la garganta de nuevo, gritar hasta morir. Todo era mejor que tener que atacarlo.

Escuchó el filo del arma cortar el aire, el ruido le recordó el sisear de una serpiente.

"No creas que me lo tomaré en serio si no me obligas a hacerlo".

Quería terminar con eso de una buena vez. Quería que los sacarán de allí, ya habían tenido suficiente, pero aquella pesadilla estaba volviéndose eterna.
Cuando el albino atacó mecánicamente, interceptó su guadaña con la propia, repitiendo el chirrido metálico de momentos atrás. Lo tomó de la camisa, atrayéndolo hacia sí.

—¿No has aprendido que no tienes que tentarme, Shawn? —murmuró, sin despegar su mirada de los ojos azules que conocía tan bien.

"Perdóname y esquívalo, por favor".

Se apartó del camino, sin soltar al muchacho de la camisa y tiró con fuerza hacia adelante, a pesar de que el hombro le arrojaba relámpagos de dolor.
Rápidamente tomó posición detrás del joven y lanzó un nuevo ataque.

Era juego sucio. Lo sabía.
Lo suyo no era atacar por la espalda, pero necesitaba terminar eso lo más pronto posible.

Vitalidad: 73/100.
Hierro: 54/73.