Elizabeth se movía a un lado, se movía a otro... no importaba dónde, el robot la imitaba. —Eres curioso —dijo al robot. A pesar de que estaba casi completamente segura de que no la entendía. —Dozbek debió haberte construido... pero ¿qué es exactamente ese sonido? —preguntó mientras dejaba de moverse y observaba al robot. Este les observaba a Dozbek y a ella en un ritmo repetitivo, siempre emitiendo aquel extraño ruidito. McChrystal no podía dejar de sentir curiosidad por el ser metálico.
Dozbek comensaba a despertar por los constantes sonidos del robot, estiro un poco los brazos y solto un bostezo. —¿ Que pasa amigito? — Pregunto el chico medio dormido. El robot apunto su ojo hacia la chica y Dozbek entendio todo, el robot estaba avisando sobre la precensia de Elizabeth Dozbek sonrie al ver a la chica y se acerca para saludarla. —Hola Eli, veo que ya conosiste a mi amiguito. — Saludo el chico animadamente. El robot se coloca en el hombro de Dozbek sin dejar de ver a Elizabeth. —y por lo que se ve, despertaste curiosidad en el jeje.
Dozbek acabó por despertar con el ruido del robot. Pasaría en cualquier momento pensaba ella. —Hola Eli, veo que ya conociste a mi amiguito —saludó animadamente y ella sonrió. El pequeñín se colocó entonces en el hombro de Dozbek, sin dejar de ver a la chica. —Y por lo que se ve, despertaste curiosidad en él jeje —Elizabeth también rió. —Bueno, él también despertó mi curiosidad —admitió observando también al robot —. ¿Lo hiciste tú? —preguntó sonriéndole ahora a Dozbek.
—pues si jeje aunque me causo algunos problemas.— Rio el chico El robot se acerco nuevamente a Elizabeth y se poso arriba de su cabeza. —Aunque si te soy sincero, no se para que lo usare, hay tantas posibilidades. — Dijo Dozbek para luego sonreirle a Elizabeth. —Eli... Eli... jeje te queda, creo que te comenzare a decir asi ¿y tu que dices? — Pregunto Dozbek al robot quien simplemente dio una vuelta en el aire.
El robot se posó unos momentos sobre su cabeza y ella volvió a sonreír. —Eli... Eli... jeje, te queda, creo que te comenzaré a decir así ¿y tú que dices? —en respuesta el pequeño ser comenzó a dar vueltas en el aire. —Yo por mi parte no tengo problema alguno —aseguró extendiendo su mano. En la cual el pequeño robot descansó. —Bueno tú lo has dicho. Hay muchas posibilidades para utilizar este pequeñín —comentó sin dejar de observar el objeto en su mano —. Eres muy creativo a propósito. Hábil e inteligente también —sonrió a Dozbek tras decir estas palabras.
Jack habia podido ir finalmente al baño y al salir de este se dirijio camino a su habitación cuando se encontró con Carmesí que decía quería mostrarle algo , el la siguió cuando ella le mostró una caja roja que contenia dinamita. — ¿De donde la sacaste?— le preguntaba el sorprendido de que una chica de esa edad tuviera dinamita , cuando justo paso cerca Christian ella le mostró su caja y este tomo una de ellas para ver su potencia , haciendo explotar una de las dinamitas dentro de la base ,haciendo que rápidamente todo se llenara de humo. — ¿ Que haces? ¡no debes encender dinamita en un lugar cerrado!— se quejaba el sobre la actitud poco prudente del chico, cuando este prendió el aire acondicionado de la base discipando el humo , en ese momento llego derrepente Nicolas quien se sonrojo por alguna razón y se retiro de allí . — "¡¿Momento intimo?! ¿a que se referira? ¿no creerá que intentaba algo con ella? — se preguntaba Jack , cuando recibió de su reloj un mensaje del general , diciendoles que su siguiente misión era atacar una base de guerreros enemigos y que les daban 20000 $ para comprar nuevas armas. — ¡Base de guerreros! , si es una base estarán bien armados debó conseguir nuevas armas que sean más útiles — comentaba el en ese momento , para posteriormente volver a subir la cuerda que lo llevaría a la tienda de armas.
Dozbek se sonrojo y sonrio penosamente al oir los cumplidos de la chica. —vamos no es para tanto, aunque faltan piezas para seguir mejorandolo. — Dozbek sonrie animado. —¿Pero la pregunta ahora sera como lo llamaremos? Dozbek comenzo a pensar en varios nombres, pero ninguno que encajara con el robot
—Aunque sea así, ya es fascinante —la chica acarició al metálico. Sabía que no podía sentir, pero no resistió hacerlo. —Pero la pregunta ahora será ¿cómo lo llamaremos? —preguntó pensativo Dozbek. Ella también comenzó a meditarlo un momento. Observando al pequeño en su mano. —Nunca he sido buena con nombres de hecho —admitió un poco apenada —. Me recierdas a Giru —susurró al ser de metal —. ¿Tienes algún buen nombre? —regresó su vista a Dozbek, continuando con sus caricias al robot.
—Mmm pues ese nombre me suena, giru ¿Donde lo he oido? ya no recuerdo, pero es una buena idea ¿que tal Giru? — Pregunto Dozbek a su amiga y al robot. El robot señalo con una luz color azul hacia el brazo de Dozbek justo en su herida. lo mismo paso con Elizabeth, el robot señalo sus heridas de la mision pasada. —Wow, ni yo sabia que reconosia heridas. — Dijo Dozbek tocandoce el brazo. Aunque el robot marcaba mas de la chica, y esto lo preocupo. —oye ¿Estas herida? — Pregunto Dozbek preocupado.
—Giru, je ¿no fue en Dragon Ball GT? Me parece bien —sonrió, pues de ahí era al menos donde ella había oído el nombre. "Giru" comenzó a indicar las heridas que ambos tenían de la pasada misión. Primero las de Dozbek y luego las de ella, aunque la luz permaneció más en su brazo, con lo que recordó que la tenía. ¿Era tan profunda? —Increíble —comentó refiriéndose a la recién descubierta habilidad —. Ehhh, bueno sí. Iba a desinfectarla cuando encontré al pequeño —sonrió nerviosa —. Y pues, diría lo mismo de ti. También estás herido —señaló con preocupación la herida de su compañero.
—Sera mejor ir a atendernoslas, no creo que Giru cause problemas, pero po si acaso. Dozbek toma una mochila y coloca a Giru dentro de ella, el robot asomaba su ojo por la parte superior de la michila. Dozbek se acerca a Elizabeth y le coloca la mochila en su espalda. —Como Giru quiere ir contigo lo mejor es que lo lleves aqui, no creo que te pese, apenas alcansa los 3 Kg, pero si te cansas dime y yo lo llevare. — Explico el chico.
—No hay problema, que Giru vaya ahí —acto seguido tomó a Dozbek de la muñeca. Se dirigieron a la enfermería que Elizabeth había descubierto hacía un tiempo mientras curioseaba la base. Se adentraron y empezaron a buscar desinfectantes y vendas. —Deberían de haber por... ¡Aquí están! —sonrió sacando las vendas. Dozbek le mostró el desinfectante y ella asintió —. Ahora algodón —no le costó mucho encontrar dicho objetivo, pues estaba a la vista —. Déjame ayudarte —dijo mientras ponía con sumo cuidado la mochila con Giru sobre la mesa. Entonces, sosteniendo el algodón con unas pinzas, le empezó a agregar desinfectante. —Va a arder de lo lindo. Más porque es a base de alcohol —mencionó comenzando a limpiarle a Dozbek la herida.
Dozbek suspiro ondo y se dispuso a soportar el ardor. —Estoy listo. — Dijo Dozbek quitandoce la camisa y Elizabeth comenzo a limpiar. Un ardor de los mil demonios se apodero de Dozbek, aunque trato de contener sus quejas. —Auch, eso arde. — Dice Dozbek cerrando su ojo izquierdo y apretando los dientes. Elizabeth termino de limpiar y ahora era su turno. —Respira ondo, no es lo mas rico del mundo. — aviso el chico.
Terminó de limpiar la herida de su acompañante y después la vendó. Siendo ahora su turno. Rió un poco nerviosa, sabiendo muy bien que lo que se avecinaba no era precisamente un masaje. Se quitó la chaqueta azul y la dejó a un lado. Dado que la camisa negra que llevaba debajo era de tirantes, no tenía problema alguno. —Bueno... adelante —respiró hondo sintiéndose mentalmente preparada para el alcohol. Un fuerte ardor recorrió hasta la última fibra de su cuerpo. Ahora definitivamente podía decir que sentía dolor. —Agh, nunca sentí tal maldito ardor —soltó mientras sentía sus ojos humedecerse —. No llorarás, idiota —se dijo a sí misma tomando aire nuevamente y apretando los ojos y los dientes para aguantar el dolor. Finalmente, Dozbek completó su labor. —Llegué a pensar que no acabaría —exageró mientras hacía una mueca de desagrado hacia el desinfectante. Volteando luego hacia la mochila y el pequeño Giru.
Dozbek finalmente termino de limpiar y vendar las heridas y ahora estaba colocando todo en su lugar. —Perdoname si te lastime.— Dijo Dozbek sonriendo calidamente tratando de hacer sentir mejor a su amiga. Este gesto lo aprendio de su madre, cuando el se sentia mal su madre sonreia de esta forma y lo hacia sentir mejor. —Descansemos un poco. — dice Dozbek sentandoce junto a la chica en un sillon grande, Giru floto con todo y mochila y se acomodo en las piernas de Elizabeth. — Ha es muy comodo este sillon. — Dice el chico cerrando sus ojos.
La mujer se sonrojó levemente con la sonrisa de Dozbek y ella le devolvió el gesto de igual manera. —Descansemos un poco —Dozbek se sentó junto a ella en el gran sillón que la enfermería poseía. En eso Giru voló hasta su regazo con todo y mochila. Ella, gustosa, lo aceptó —. Es muy cómodo este sillón —comentó Dozbek cerrando los ojos. —Tienes razón —secundó Elizabeth sacando del todo a Giru para poder ponerlo bien en sus piernas. Sus ojos comenzaron a cerrarse involuntariamente. No había podido dormir muy bien las últimas horas. Había descansado poco al estar entrenando. No tardó en quedarse dormida con Giru sobre sí.
Dozbek echo un ultimo vistaso a Elizabeth notando que se habia quedado profundamente dormida se veia tan... pacifica y calmada. Dozbek abria continuado viendola de no ser por Giru que lo llamo con un sonidito apenas oible. —Si, yo tambien necesito dormir un poco. — susurro Dozbek cerrando sus ojos y se durmio. El pequeño robot himito a su creador y a la chica y activo su modo reposo, apagando su sistema temporalmente.
Después de haber ido a la tienda de armas, Carumesi pasó por la sala, encontrándose con Cristian en el proceso, él la saludó, por lo que ella sonrió y le devolvió el saludo, le ella habría hablado, de no ser porque unos desesperados toques en la puerta se hicieron presentes, Cristian fue a abrir la puerta y Carumesi se mantuvo detrás de él, dispuesta a defenderlo en caso de que se tratara de un enemigo. Resultó ser una chica, quien rogó por ayuda, cayendo desmayada, ella estuvo a punto de caer al suelo de no ser porque Cristian la agarró, sentándola en una silla. Por arte de magia, la muchacha despertó, a lo que Carumesi sonrió. — ¡Hola! ¡Él es Cristian y yo soy Carmesí! — dijo, presentándose. La chica al principio parecía desorientada, hasta que Cristian la orientó de nuevo. —Me llamo Lucy,fui reclutada por el general pero cuando llegue estava explorando cuando vi un tipo en traje de conejo con una motocierra que me persiguio y casi me mata por suerte me logre escapar pero estoy algo herida asi que vine aqui a la base que alfin la encontre, y ademas creo que ya puedo caminar—dijo la chica, mientras se levantaba algo tambaleante. — Cuenta con nuestro apoyo —dijo Carumesi, mientras le sacaba el pulgar en alto, cuando una idea se le pasó por la cabeza. Ella corrió hacia su habitación para ver algo, cuando vio a Nicolás. — ¡Hey! — Ella agitó la mano, sonriente — ¡Oye Nicolás, ven, hay algo que tengo que enseñarte! — No esperó la respuesta del chico, ella lo agarró del brazo y se lo llevó a la sala — ¡Lucy él es...! —pero se quedó con las palabras en la boca, porque al parecer Lucy ya se había ido. — L-Lo siento... —le dijo a Nicolás, muy apenada — Cristian, ¿Qué hacemos ahora? —le preguntó al chico.
Nicolas al llegar a la base se encontró con Carumesi —Que pasa — le dijo al ver que Carumesi le agarró del brazo y se lo llevo a la sala —e Carumesi aquí no hay nada —le dijo al ver no que había nada en la sala —bueno si quieren acompáñenme yo iré a entrenar con la ballesta —les dijo agarrando su ballesta y yendo al bosque a entrenar con la ballesta —creo que practicare tirando flechas a los arboles—dijo mientras apuntaba al árbol con la ballesta —creo que haré un dibujo en el árbol y tirare hay las flechas—dijo mientras hacia un circulo en el árbol con su katana
Elizabeth abrió poco a poco sus orbes chocolate. —¿Dónde..? —de a poco, fue recordando lo ocurrido antes dormirse. Sonrió al ver al pequeño Giru todavía en sus piernas. Volteó hacia Dozbek sin borrar su sonrisa —. Ya recuerdo. De pronto, el reloj en su muñeca se entendió mostrando al general. —Niña, ¿sigues en la base? Ya deberían estar de camino —dijo a lo que Elizabeth reaccionó. —Voy ahora mismo —el reloj volvió a apagarse y ella entonces se levantó, alzando a Giru. Este al sentir el repentino ascenso volvió a activarse —. Hola Giru. Despierta a tu inventor por mí mientras voy a traer las armas, ¿sí? —el pequeño emitió una luz dos veces y ella sonrió. Subió rápidamente a su habitación y tomó su mochila y las armas. Después abrió la alacena y preparación para hacer un par de sándwiches. Una vez terminó volvió a bajar a la enfermería, donde ya Dozbek estaba despierto. —Ten —dijo dándole uno de los sándwiches y empezando a comerse el otro —. Es mejor apresurarnos a la misión —tomó su chaqueta azul y volvió a ponérsela, metiendo luego a Giru en su mochila —. No quiero exponerlo al peligro así que irá acá —puso la mochila sobre sus hombros y junto con Dozbek salió hacia uno de los vehículos. Listos para irse, condujeron hasta el lugar.