— Un gusto — decia el saludando cordialmente a la chica. — Jack Temreck , explorador profesional a su servicio — respondio el inclinandose como haciendo una reverencia. — Eh estado en lugares inhospitos de todo el mundo quedense conmigo y estaran bien — les decia Jack para que estuvieran mas tranquilas y confiaran en el. — Bueno que estamos esperando ¡vamos a la montaña!— volvio a gritar emocionado.
—bien pues haya vamos. — Dijo Damon pisando el acelerador a fondo. El motor hiso un gran ruido y las llantas derraparon arrojando barro y tierra —¡¡¡Esto si les va a doler!!!— Grito Dozbek Sin mas el vehiculo salio a toda velocidad rumbo a las montañas, cabe decir que el camino era muy inestable y la suspencion y los amortiguadores brincaban como locos. — ¡Agarrate fuerte amigo! — Exclamo Dozbek cambiando la velocidad.
A Elizabeth le sorprendió un poco el entusiasmo de Dozbek a la hora de arrancar el vehículo, sobre todo con la inestabilidad actual. Causándole una mínima gracia ver cómo se llevaba a Jack consigo en el vehículo. —No oí tu nombre —le recordó al chico (Cristian) que le pidió ir con ella y que ni siquiera había subido. Si lo pensaba bien, el tono del chico era también algo indiferente como el de ella. Aunque eso no le sorprendía. Sabía que no iba a ser la única con aquella actitud —. Sube ya. Hay que ir a la montaña.
Carumesi se despertó sobresaltada, ¡Se había quedado dormida! -¡Soy tan tonta!-Se regañó a sí misma, al instante el teléfono sonó, ella atendió... Era el general-¿Aló...? -¿Qué haces tú todavía en la base? Los demás ya partieron a la misión-Le regañó el hombre, Carumesi abrió los ojos de par en par, tiró el teléfono, abrió la puerta de su habitación, encontrándose con una chica (Natsuki) -¡Hola!, lo siento, ya no podrás entrar a tu habitación, tenemos que apurarnos-Dijo, mientras tomaba a la chica del brazo y se montaban en un carro, Carumesi recibió las coordenadas de la misión, mientras ponía en marcha el vehículo. -Soy Carumesi, ¿Y tú?-Le preguntó a Natsuki, sonriendo.
—Buenno ya llegue ahora a subir a mi cuarto y a comer que tengo muchisima hambre—Dijo Cristian llegando abriendo la puerta y al ingresar inmediatamente corrio hacia su habitacion la numeor 10 y al llegar saco de la fila de coidas una sopa en lata y una soda pepsi —Perfecto tiene mi comida favorita magicamente que casualida pero igualno me quejo—Dice Cristian y con su katana abre la sopa y destapa la pepsi y comienza a disfrutar de la deliciosa comida que tenia la habitacion —Desde hace mucho que no como algo tan delicioso—
Después de un tiempo finalmente regresaron a la base. Dozbek y Elizabeth bajaron y se adentraron al lugar. Agotados todavía por la pelea entre los conejos y el reptil. —No sé si fue más difícil pelear con ese lagarto casi invencible o la extraña habilidad de esos conejos para inmovilizar —comentó McChrystal a Dozbek, un poco fastidiada aún por haber salido su lado sensible ante los malditos conejos. Sentía que inclusive los odiaba más que a la reptil. No quería volver a ver a esa "subespecie" de los mentados roedores.
—Jajaja es verdad, pero ya sabes lo que dicen, quien menos lo esperas es quien mas problemas da. — Contesto animadamente el chico recordando los conejos. De repente un fuerte ruido hace que tanto Elizabeth como Dozbek queden en silencio un poco incomodo. Dozbek se sonroja levemente al oir el crujir de sus tripas pidiendo comida. —He yo... tengo hambre jeje. — dice el chico rascandose la cabeza nerviosamente. A Dozbek no le agradaba que las personas supiran sobre su gran apetito, eso lo incomodaba y ahora alguien ya lo sabia.
Elizabeth no pudo evitar que aquello le causara una leve gracia. Esbozó una sonrisa de medio lado. —Lo noto —comentó viendo divertida el sonrojo del chico —. Si me esperas un rato puedo ir a mi habitación. Creo que alcancé a ver unas sopas instantáneas en los montones de comida. Hay de todos sabores. También vi una pequeña cocina así que... —se encogió de hombros —. Es de suponer que podemos calentar el agua para las sopas. De hecho yo también tengo hambre.
Jack había llegado a la base cansado después de las peleas. — Ah al fin llegamos ¡misión cumplida! — decía alegre yendo a su habitación y dejando allí sus cosas. — Este mundo tiene mucho que ofrecer, digo "¡¿quién hubiera imaginado que podrían existir conejos carnívoros?!"— decía escapándosele una sonrisa por lo absurdo que sonaba eso. — Pero pese a todos los peligros pudimos cumplir la misión, creo que este es un buen equipo — comentaba también de forma positiva. — Y además pude tomar un trofeo, ¡digo muestra!, ya quiero mostrársela a los científicos cuando acabe todo esto — decía también admirando el diente que había arrancado. — Bueno creo que voy a volver a dormir y asi acabar mi siesta que había sido interrumpida previamente— dijo entonces y se tiró en su cama , dispuesto a terminar su siesta.
—Si esta bien. — Respondio Dozbek dejando su sonrojo por una sonrisa. Elizabeth va a su habitacion por las sopas instantaneas y Dozbek se sienta en una de las mesas esperando a su compañera. Paso el rato y su compañera aun no llega por lo que decide ir a su habitacion por un par de bebidas. Al momento de tomarlas una se le cae al piso y al levantarla ve una fotografia tirada. Dozbek la toma y la ovserva unos segundos, en ella salian el, su hermano y su padre. —Espero que esten bien. — susurra dozbek pero sin dejar de sonreir y vuelve afura sentandose en la misma mesa a esperar a su compañera.
Elizabeth subió a su habitación. Llegando ahí prendió la cocina y puso a hervir agua suficiente para dos sopas instantáneas. —Esperemos —suspiró sentándose en la cama. Desenfundó su katana y observó que esta estaba manchada por la sangre de la reptil anteriormente asesinada por ella —. No es momento de arrepentirse —se dijo mientras limpiaba con un trapo la hoja. La volvió a enfundar y revisó la metralleta. Metió diez balas de las de repuesto. Quedando solamente con cinco para misiones futuras. —Maldición... debo ser más cuidadosa —dejó la metralleta y fue a ver el agua —. Oye... tengo a Dozbek esperando allá, ¿sabes? —mencionó algo irritada, sabiendo que lógicamente el agua no iba a responder. Regresó a su cama, y de sus cosas cayó un libro. —Tulipanes en Diciembre —leyó el título nostálgica. Le recordaba a su hermano, que siempre se burlana de ella por pasarse leyendo aquel libro cada vez que podía —. Un poco no hará daño. Pero ese poco se hicieron tres páginas, hasta que escuchó el burbujeo. —¡Por eso no leo cuando hago algo importante! —se recordó mientras sacaba el agua en las sopas, apagando el fuego —. Bien —tomó ambas sopas y bajó. Encontrándose a Dozbek y un par de bebidas. —¡Dozbek! Lamento si te hice esperar mucho... Solamente debemos tener un poco más de paciencia y que pasen los tres minutos —dijo un poco apenada.
—Tranquila, no espere tanto. — Dijo Dozbek sonriendo amistosamemte. —Vamos sientate. — Invito el chico mientras tomaba una de las bebidas y se lada a Elizabeth. La chica se sienta y ambos comienzan a comer. Dozbek no comia, el devoraba, tal vez comia mas que los mutantes que tendrian que enfrentar. —Esta delicioso. — dice Dozbek sin dejar de comer. El chico de nuevo se da cuenta de su actitud y vuelve a apenarse un poco. —Jeje lo siento es que no puedo evitar ser asi. — Se disculpo el chico. Mucha gente le preguntaba que si comia tanto ¿Por que no engordaba? para el edo era un misterio que no le interesaba resolver.
Después de volver de la misión, Carumesi seguía con su habitual energía, decidió ir a conocer a los demás miembros. Se encontró con Jack, quien andaba muy entusiasmado y hablando sobre... Esos conejos... Ella se le acercó, mirándole con una sonrisa. -¡HOLA!, soy Carumesi-extendió la mano. Ella miró la foto que Jack tenía, la verdad era una foto bastante buena. -Oh, al parecer te gusta la ciencia...-comentó sonriente, mientras sacaba una pequeña bomba rellena de arequipe de una cajita, ofreciéndole uno a Jack-También me gusta mucho la ciencia.
—Bueno ahora que tendre que hacer—Decia el cuando de la nada las televisiones se encendieron y el general aparecio —Hombre no me diga otra mision pero si apenas acabamos de volver—dijo Cristian algo desanimado —No descuiden solo vengo a felicitarlos y por cierto en la sala principal notaran que alli ahi unos relojes que funcionan como telefonos smartphones mini por los cuales nos comunicaremos ahora, y tambien notaran un libro el cual deven llenar con la informacion de las criaturas que han visto con unas criaturas ya vistas en nuestro mundo del que vienen tenemos informacion sobre las siguientes criaturas, Conejos asesinos,Salamandras mutantes—Dijo el general y la television se apago a lo que cristian bajo —ah bueno este es el almanaque lo leere—dijo Cristian y comenzo a leer
No se podía evitar. Se sorprendió de la manera en que Dozbek comía... o más bien tragaba. —¿Siempre? —preguntó en tono divertido, recibiendo un asentimiento por parte del chico —. ¡Tienes la habilidad que toda chica quisiera! ¿Cómo es que comes y no engordas? —preguntó algo desanimada, pues por lo general eran los hombres quienes poseían esa extraña condición. Algo que toda mujer desearía. De pronto, en la televisión de la sala de la base apareció el general. Felicitándonos y explicando lo de un almanaque. Luego la tele se volvió a apagar. —Por un momento pensé que era otra misión... y pues, acabamos de volver —suspiró aliviada. Continuó con su sopa entonces.
—Genial estos reloges celulares tienen intenet son muy portatiles wow tienen wifi youtube whatsapp son geniales puedo hacer de todo,—Dijo Cristian sorrendio pero tambien le hecho el ojo al almanaque —Por ahora la maoria de las paginas se encuentran en balnco pero eso cambaira pues de seguro descubriremos muchas criaturas en este mundo y esto se llenara pues is en una montaña estaban esas cosas ni me imagino en lo desmas de este gran universo—Dijo Cristian y comenzo a leer en serio
Carumesi seguía hablando con Jack, hasta que el general se comunicó con todos, dándoles información sobre que tenían que llenar una especie de "Formulario" sobre las criaturas que habían visto. -Voy a ir a la cocina-Dijo ella tranquilamente, mientras tomaba a Jack de la muñeca y lo guiaba a la misma, encontrándose con dos chicos, una chica y un chico-¡HOLA!-Saludó, para rápidamente agarrar una manzana que había en la nevera. Carumesi miró a Elizabeth, ella parecía fulminarla con la mirada, pero eso no le importo... Es más, a Carumesi se le ocurrió hacerle una broma... Tomó a Jack de la muñeca, mientras salían de la cocina, para luego, arrojar un trozo de manzana en la sopa de Elizabeth. -Jajajaja-Se rió Carumesi, mientras tomaba la muñeca de Jack y corría con él.
—Es el colmo... —susurró para sí misma completamente iracunda. Golpeó con fuerza la mesa, haciendo que Dozbek se sobresaltara. El buen humor que el mencionado había ocasionado en ella se había ido al diablo —. Ya regreso — se levantó bruscamente y salió en busca de la chica. —¡Oye tú! —gritó, haciendo que Carumesi volteara con una sonrisa divertida. Al menos hasta que Elizabeth le obligó a soltar la muñeca de Jack y tomando la de Carumesi con demasiada fuerza. —¡¿Qué quieres niñata?! ¡¿Acaso buscas problemas conmigo?! ¡Primero la tiza y ahora la manzana! ¡¿Qué demonios tienes contra mí?! —preguntó casi gritando, apretando ligeramente el agarre de su muñeca. Aunque eso fuera inconscientemente.
Carumesi sintió que Elizabeth apretaba fuertemente su muñeca, a pesar de que la estaba lastimando, a Carumesi no le importó... Le dio gracia. —¡¿Qué quieres niñata?! ¡¿Acaso buscas problemas conmigo?! ¡Primero la tiza y ahora la manzana! ¡¿Qué demonios tienes contra mí?!-Le gritaba Elizabeth, Carumesi se soltó del agarre, riendo. -Jajajaja, "Niñita", jajajaja fíjate en tu edad-Dijo, no para burlarse, si no para aclarárselo a Elizabeth-No tengo nada contra ti-Dijo, sonriente... De pronto, su sonrisa se borró, su rostro se ensombreció y ella bajó la mirada, con una cara diabólica. -Pero si tu tienes algo contra mí...-El tono macabro con el que lo decía asustaba a cualquiera.
—¿Mi edad? —preguntó con burla. El tonito que usó Carumesi no le intimidó. En lugar de eso le divertía —. Al menos yo ya soy mayor de edad —se cruzó de brazos y la vio fijamente —. Yo por mí no tengo nada contra nadie —aclaró frunciendo el entrecejo. Se paseó alrededor de Carumesi, examinándola. —Y... no veo que llegues a 18... En fin... eres tú la que manchó mi cabello y luego arruinó mi sopa —recordó con un deje de molestia en la voz.