Barrera Líquida [Digimon|Pokémon]

Tema en 'Fanfics Abandonados Pokémon' iniciado por Roar, 8 Julio 2009.

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    Roar

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    Barrera Líquida [Digimon|Pokémon]

    Barrera Líquida (Pokémon|Digimon)



    -Iudia, Iudia- una voz de tono grave le susurraba a una joven que se encontraba dormida.


    -¿Yazhar, pasa algo?- se levantaba aquella jovencita quien lo veía frente de ella. –Oh, lo siento mucho, se que no es correcto, lo siento mucho mis guardianes- se levantó de la roca en la que estaba recostada y tomó el manto que utilizaba para suavizar su sueño.

    -No hay problema Iudia, me parece razonable que descanse después de que ayer haya hecho la prueba de fe en el santuario del fuego- le ayudaba a levantarse Lennet, una mujer que se caracterizaba su belleza, pero con una tétrica imagen de noche, y de larga cabellera que seguía ese tono negrusco.

    El día nublado los invadía durante su travesía en las montañas para el siguiente santuario, donde el deber de Iudia y de los guardianes era realizar la peregrinación convocando a las fuerzas de la tierra, para promover la fe a todos los habitantes.

    -Disculpe sacerdotisa, ¿porqué siempre tenemos que tomar los caminos más largos para llegar a cada santuario?, es decir, llevamos tres días siguiendo las montañas de la ciudad del fuego y aún no salimos de aquí- decía Aran, el más joven del grupo y el último en unirse a los guardianes de Iudia.

    -Aran, es obvio que no comprendes que debemos escondernos de los Soldados de los leones, servidores a la corona. ¡La misma que planea tomar la fe como un medio para convocar al pueblo, y apoyar a la Reina Rasi con su doctrina que quiere matarnos!- le explicaba Lenron, quien estaba harto de escuchar quejándose a Aran.

    -No seas tan rudo con él hermanito, recuerda que también un tiempo no sabías nada- se burlaba de él Rikka, una rubia que llevaba una banda azul en la cabeza, una blusa roja sin mangas, y una pequeña falda que tenía bordados los símbolos característicos a la aldea del trueno, la cual pertenecía.

    Iudia encontraba divertida como sus guardianes discutían mientras caminaban con la neblina y las rocosas montañosas, pero al mismo tiempo un sentimiento de tristeza la invadía, porque cada paso que daba, era un paso para despedirse de su tierra que la vió nacer, porque aunque ella no quisiera, tenía que pelear contra los pueblos y personas con las que convivió.

    -¿Qué pasa Iudia?- Yazhar, un hombre fornido quien siempre se mantenía detrás de Iudia notaba al instante que algo le afectaba, y eso era porque él tenía más tiempo como guardian de Iudia que los demás.

    -Es que- se detiene a mirar justo en el risco de la montaña y ver como una pequeña aldea rodeada de un bosque convivían familias enteras, sonriendo, algunos laborando en diversas áreas, las mujeres tenían a sus niños. –Ve eso Yazhar, es lo que no quiero que se pierda de esta lucha, muchas familias están perdiendo la vida por esto, sólo porque no aceptamos los ideales de la reina Rasi, ahora por considerarnos a los sacerdotes enemigos, todos sus seguidores sufren, y ellos mismo nos empiezan a negar por ocasionar esto, ¡no quiero que me tachen de asesina Yazhar, y menos las personas por las que he seguido este viaje!- decía Iudia mientras abrazaba a Yazhar, quien se sorprendió por la reacción de Iudia, ella siempre se mostraba contenta ante los demás, pero hasta ese momento supo que el peso que llevaba en sus hombros ya le estaba costando más allá que simple cansancio.

    -¿Pasa algo sacerdotisa?- veía Aran la situación junto con Lennet y los demás.

    -No amigos, sólo son lágrimas de mi lucha, que no son suficientes para recuperar las vidas perdidas que hemos presenciado, pero que haré lo posible para no permitir más esto, por favor ahora que la situación es difícil, no desfallezcan guardianes, debemos ser más fuertes cada paso que damos- decía Iudia tratando de alentarse y dejar de llorar y seguir su paso, mientras abrazaba su báculo de la fe.

    -Es tan joven, y lleva un destino fatal, no comprendo como soporta tanta presión- decía Lennet, mientras que ella y los demás veían como Iudia se alejaba sola corriendo con todas sus fuerzas.

    Lenron comenzó a correr para alcanzar la carrera de Iudia, al mismo tiempo que los demás seguían su paso, pero antes notaron que Iudia se detenía justo a un lado de una piedra ovalar, de gran tamaño y que estaba completamente rodeada de un color blanquecino con un olor fétido, que superaba al de la humedad de las montañas.

    -¿Qué demonios es eso?- decía Aran, quien caminaba más despacio mientras la neblina despejaba el verdadero tamaño de aquella blanca roca.

    -¡No por favor, esa cosa apesta!- Rikka mostraba su desagrado a aquella roca que realmente soltaba un olor repugnante.

    -Esperen, esa cosa no es una roca- Lenron miraba con detenimiento aquella gigantesca forma ovalada. –Guarden silencio, se trata de un huevo- decía Lenron en voz baja y al mismo tiempo se alejaba de el.

    -¡¿Qué?!- gritaba Aran quien no entendía la situación.

    -Aran sólo cállate- trataba de explicar Lenron desesperado y con en voz baja.

    -¿Por qué debo de hacerte caso a ti?, ¡estoy harto Lenron, el que tengas más experiencia de guardián que yo, no te hace tratarme así!- Aran mostraba su furia contenida contra Lenron, lo que ocasionó un diminuto sismo, al mismo tiempo de un sonido rechinante que salía del huevo.

    -Maldito seas Aran, te dije que te callaras- Lenron quien se encontraba a un lado del huevo, pudo escuchar un crujir interno del cascarón, al mismo tiempo una vibración, que por su sabiduría, tenía en mente que lo peor iba a pasar. -¡Corran!- dijo Lenron diciéndole al resto del grupo que se alejara de ahí lo más posible, al mismo tiempo que apresuraba el paso de Iudia.

    La montaña comenzó una avalancha por los movimientos bruscos del gran huevo, que por cada golpe que daba a la tierra, caía un pedazo de cascaron, ocasionando más bruscos movimientos en la tierra, junto con una gran pila de rocas que cayó frente a Lenron y Iudia, impidiéndoles el paso.
    -Una invocación de las montañas, aunque el tamaño del huevo es abismal, no comprendo que pueda salir de él- decía Lenron a Iudia, quien ella estaba concentrando toda su energía a su báculo que cargaba, el cual le daba la fuerza de invocación de bestias.

    -Ya estamos aquí Iudia- decía Yazhar, teniendo detrás a Lennet, Rikka y Aran.

    -¡Idiota, cuando te digo algo es por el bien de todos!- Lenron tomaba de la cadena que llevaba puesta en su cuello Aran.

    -No es tiempo para esto Lenron, debemos proteger a Iudia mientras enfoca su fe en el báculo de invocación- decía Lennet tomando del brazo a Lenron, para que se calmara.

    La vibración de las rocas seguía creando más derrumbes y estos cayendo hacia el huevo, el cual comenzaba a lanzar una luz brillante desde las aberturas que tenía.

    -¿Qué es eso?- Aran y los demás podían observar una silueta gigantesca que salía del huevo y que se expandía al mismo tiempo que la luz. Era claro que era un ave puesto que al llegar al máximo el esplendor, el cuerpo expandió sus alas para elevarse frente a Iudia y los guardianes.

    -Veo que han terminado mi trabajo, no tenía idea que el simple ruido hacia débil la corteza del huevo- una voz se escuchó por encima de las pilas de rocas que les impedía el paso a los guardianes.

    -¿Quién dijo eso?- preguntó Lenron, mientras caía frente a los guardianes un hombre que por la gran luz sólo destacaba su gran capa.

    -Fui yo mis estimados Huéspedes- decía mientras levantaba su brazo y de su mano sostenía una especie de carta y la soltaba al aire, para liberar otro rayo de luz fulminante, pero de un color rojizo intenso, para después mostrar a una especie de lagarto erguido, de piel anaranjada con rayas azules, y un enorme casco marrón que ocultaba su cabeza con una cornamenta en los lados y un cuerno en la nariz.

    -¡Greymon Megaflama!- el hombre ordenó a la criatura, quien apuntó una enorme llama que emanó de su boca.

    -¿Cómo pudo convocar a una bestia sin un báculo de invocación?- dijo Rikka intrigada por el hombre que había aparecido frente a ellos.

    -Espera Rikka, esa criatura jamás la había visto, es muy diferente a las bestias que estamos acostumbrados a invocar- decía Lennet quien analizaba al enorme dinosaurio que provino de aquella carta del hombre de capa.

    El ave salió de aquel resplandor que impedía vérsele y se pudo revelar su color verde y su amplio pico que llevaba desde la cabeza a la punta del pico material metálico. Las plumas de sus alas y su cola podían verse también de un color amarillo brillante al igual que sus ojos azules. A diferencia de las aves, este monstruo tenía seis extremidades, sus alas, sus patas y sus brazos, los cuales luchaban cuerpo a cuerpo con el musculoso Greymon, que era notable su incremento muscular en el pecho y garras.
    -¡Greymon ten cuidado!- decía aquel hombre mientras veía que su monstruo estaba a punto de caer de la montaña, y con sus patas intentaba sostenerse, pero el ave emitía un graznido agudo que distraía al Greymon, pero nadie notaba aquel ataque de sonido del ave, solamente Greymon, quien sufría y rugía de furia.

    -Suficiente, ¡Cambio de carta, Conexión de Velocidad!- gritó el hombre sacando una carta de su gabardina verde oscura.

    Greymon inmediatamente pudo mover sus patas con más velocidad y así crear más intensidad en el agarre entre el ave y él, para impactarla hacia la pared de rocas que tenían de frente, pero el ave se soltó del ataque de Greymon para elevarse con sus grandes alas, ocasionando un enorme tornado de tierra para desaparecer de la vista de todos con la intensidad que daba el revoloteo de sus alas.

    -¿Qué pasa?, ¡no puedo ver nada!- gritaba Aran.

    -Sigue aquí- dijo Iudia, quien no quitaba su vista hacia arriba, una vez que se despejó la pequeña tormenta de tierra, empezó a buscar en el cielo al ave.

    -¿Qué pasa Iudia?

    -Sigue aquí Yazhar, el ave sólo tomó impulso, va a volver…

    Un silencio perturbó el lugar, es como si de verdad se anunciara que todo había acabado, pero Iudia decidió caminar hasta acercársele a aquel hombre de gabardina y capa azul bastante rasgada.

    -No te confíes el ave sigue aquí- le dijo Iudia gentilmente antes de estar a un lado de él. Aquel hombre no dejaba de ver a Greymon, quien parecía tener fuertes punzadas en sus garras, por los empujes con el ave.

    -¡Aquí viene!- gritó mientras todos veían como el ave caía en picada hacia Greymon, el cual rápidamente le contestó con un cabezazo logrando ensartar sus cuernos con el pico abierto.

    -¡Vamos Greymon, sostenlo ahí mientras destruyo sus datos!- dijo el hombre de la capa quien se acercó y sacó una carta blanca, la cual disparó un rayo de diversos colores hacia aquella ave, y la rodeo de todo su color y al mismo tiempo succionándola, se podía ver como el ave empezaba a desintegrarse lentamente hasta desaparecer por completo e ir disparada en la luz colorida que volvía a la carta, la cual se volvió completamente negra una vez que terminó el efecto.

    -Listo, tenemos otra Bacteria más- dijo el hombre guardando aquella carta dentro de su gabardina y poniendo sus manos dentro de las bolsas de su pantalón rojo, el cual al igual que toda su vestimenta, parecía estar rota y descuidada.

    -Disculpa, ¿pero qué fue eso?- se acercó Yazhar alejando a Iudia del hombre.

    -Perdón por el espectáculo, pero debíamos hacerlo- decía aquel extraño al mismo tiempo que su bestia volvía a él como una carta a sus dedos.
    -¿Cómo haces eso?- Rikka a lo lejos preguntaba.

    -Soy un Tamer, he venido a salvarlos mis queridos Huéspedes.

    -¿Huéspedes?- se acercaba lentamente Lenron.

    -Ese término ya lo he escuchado antes- decía Iudia en voz baja para Yazhar.

    -No les haré daño.

    -¿Qué te hace pensar que nos salvarás?- gritaba Lenron con furia.

    -Vaya manera de presentarse…

    -Lo sentimos, lo que pasa es que nos encontramos con prisa, debemos irnos- Yazhar, intentando sacar a todos y alejarse de aquel hombre.

    -¿No me van a agradecer?, ¡los acabo de salvar!

    -Gracias, ahora nos vamos- dijo Yazhar, dando la vuelta junto con Iudia quien no dejaba de verlo.

    -¿Porqué siempre hay que ser groseros con la gente que nos ayuda?, siempre nos vamos sin agradecer nada, vamos es justo que esta vez- Aran fue interrumpido por Lenron.

    -Será mejor que calles tu boca de una vez, ¿quiéres que te diga porqué no socializamos mucho otra vez?- decía Lenron, apretando el brazo de Aran fuertemente.

    -De acuerdo, de acuerdo, no hay que ponerse agresivos, ¡sólo quiero saber cómo hizo eso!

    -¿Hablas de mi Digimon?- dijo el hombre que al parecer había escuchado lo último de Aran.

    -¿Digimon?- Lenron volteó a ver al hombre con sorpresa. -¿Eso era un Digimon?

    -Así es.

    -¿Sabes que esas cosas son impuras?, ¡son blasfemias en nombre de la creación!- dijo Lenron quien no pudo calmarse para atacar al Tamer.

    -¿Entonces ustedes piensan lo mismo?- dijo el Tamer quien bajo la mirada al escuchar esas palabras. –Mi gente es acusada de impura por la utilizar los Digimon, simplemente no saben lo que se siente ser juzgados sólo por eso.

    -Te comprendo- dijo Iudia quien caminó hacia el Tamer, con la mirada en alto. –No me parece justo que tus ideales sean tachados, sólo porque a algunos les parezcan mal.

    -Pero Iudia, ellos- Lenron quien no pudo terminar por Iudia, quien trataba de mostrar su tolerancia hacia cualquier pensamiento de las tierras.
    -Es el mismo pensamiento intolerante que llevó a La Reina nos condena- Iudia dijo mientras se acercó enfrente del Tamer. –Gracias- terminó Iudia con una sinceridad que le rodeó en un brillo sus ojos verdes.

    -Sabes- el Tamer decía mientras fue interrumpido por Lenron bruscamente

    -¡Para ti es la sacerdotisa Iudia!

    -No Lenron, puesto que para su creencia no soy nada de relevancia, puede dirigirse a mi como un ser humano, porque eso es lo que soy, ya les he dicho que no me gusta que utilicen ese término conmigo, porque también soy su amiga.

    -Disculpe, pero usted me ha respetado y me honra, debo responderle.

    -No te preocupes, sólo ve con cuidado- dijo Iudia. –Ahora es mi turno de ayudar- Iudia sostuvo su báculo que llevaba en la punta una especie de luna dorada y adornos representando a los elementos. Con un sagaz movimiento, Iudia disparó una serie de chispas que chocaron entre si y crearon una criatura de color blanco con alas, y manchas azules y rojas en su cuerpo. Con su cabeza que en la cima termina en forma de tres triángulos, sus largos pies de dos dedos y unos diminutos brazos hicieron un dulce sonido que luego hizo que se impactara contra la pared de rocas que les había impedido pasar.

    -Vaya, el Poder Antiguo de Togetic es increíble, cada vez se fortalece más- decía Aran impresionado por el hada que había invocado Iudia.

    -Maravilloso, vaya que los huéspedes tienen cosas interesantes que ocultar- decía el Tamer fascinado por la manera en que la pequeña creación blanca trituró las grandes rocas.

    -¿Qué es un Huésped?- decía Aran completamente invadido en la duda.

    -Lo siento, no nos es permitido hablar de nuestras enseñanzas.

    -Mentiras más bien- crudamente cortaba al Tamer Lenron.

    -Lenron, por favor- Iudia con un tono sorprendida.

    -No pasa nada, incluso aunque les diga mis creencias, seguramente no las entenderían- decía el Tamer, quien al parecer seguía a los guardianes y la sacerdotisa en la montaña.

    -¿Qué nos vas a estar siguiendo?- Lenron tratando de ahuyentar al Tamer.

    -Pues de hecho tenía la misión de buscar una Bacteria en estas montañas, y creo que ya la eliminé, aunque mi Radar sigue vibrando- el Tamer explicaba mientras sacaba un pequeño aparato plateado del tamaño de su palma.

    -¡Silencio!- Rikka exclamaba pero en voz baja al notar que la niebla del camino descubriría tres huevos más iguales al anterior.

    -Si hay más… quiere decir que existe una progenitora- decía Lennet viendo el tamaño del problema de la situación.

    -¿Entonces hay un pájaro más grande que el pasado?- dijo Aran con terror.

    El tamer terminó sin dejar de ver el tamaño de los huevos.

    –Así es chico, así es.

     
  2.  
    Mr Fey

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    Re: Barrera Líquida [Digimon|Pokémon]

    e.e No habias puesto ya el fanfic?, supongo que es diferente x3 te he visto en ZonaSafari con este fic.

    Edito.

    Para no repetir en voz baja, seguidamente. Puedes utilizar “Susurrando”.

    Ahora, esta realmente interesante el fanfic, y que es eso de “huéspedes” yo también quiero saber ese Tamer no es nadie para referirse a ellos así.

    X3 Lenron me agrada bastante, ya se está haciendo mi favorito. Y Aran es un bobo xD debe de hacer más caso a lo que le dicen.
    Aun no entiendo muchas cosas de la historia, como los guardianes y su poder de invocación, pero realmente quiero seguir leyendo.

    Sigue escribiendo, eres muy bueno.
     
  3.  
    Melody

    Melody Entusiasta

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    Re: Barrera Líquida [Digimon|Pokémon]

    Hola!

    Me ha gustado tu fic. Se ve interesante. Sin embargo creo que has metido muchos personajes de una vez, a veces se me ha vuelto confuso para saber quien es el que hablaba. Otra cosa es que quizas deberías ponerle algo más de narración. La ortografía es muy buena.

    Espero el próximo capítulo, cuídate!
     
  4.  
    Roar

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    Barrera Líquida [Digimon|Pokémon]
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    Re: Barrera Líquida [Digimon|Pokémon]

    Hola, hmmm veamos... Iudia, Yazhar, Lenron, Aran, Rikka y Lennet... aahh y el Tamer
    son... 7 personajes... ¿cómo los niños elegidos? xD
    en fin jaja, quizás si son muchos, pero cada uno tiene sus caracteristicas
    más que nada porque podríamos poner que...

    Iudia es la que más prioridad tiene en el grupo por su puesto como sacerdotisa. Yazhar es su amigo y consejero, Lenron el de carácter explosivo que siempre anda regañando a Aran, que éste nunca pone atención, siempre quiere que le tomen la atención, Lennet la calculadora en las situaciones difíciles, y Rikka que es hermana de Lenron. Eso sería un resumen de la sacerdotisa y sus guardianes, en cuanto el Tamer... pues digamos que es el misterio por el momento del fic. Espero quede resuelto un poco de confusiones con esto xD

    Hola y cierto, ya había puesto esta historia, toma esto como una reedición, sólo que con Digimons :O
    En fin, creo que Lenron tiene un carácter explosivo, debería calmarse y dejar de amenazar a todos, en cuanto a Aran, si... es un tonto sin remedio.

    Es obvio que ahorita no le agarres la onda, pero más adelante se explicará todo.

    Gracias por leerlo, a ambos muchas gracias, nos vemos!
     
  5.  
    Roar

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    Tauro
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    Barrera Líquida [Digimon|Pokémon]
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    Re: Barrera Líquida [Digimon|Pokémon]

    -Debemos tener cuidado, si no queremos volver a hacer el error de liberar otra criatura- dijo Lennet quien junto con el grupo, seguía camino, pasando muy lentamente alrededor de los huevos, que al igual que el anterior soltaban un olor insoportable, haciendo que todos cubrieran su nariz y bocas al pasar por ellos.

    -Pero la única alternativa que tenemos es despertar a las aves, porque si se liberan tiempo después, podrán atacar a diferentes lugares- decía el Tamer con cautela, esas palabras a Iudia la hicieron pensar sobre aquel pueblo que estaba escondido en el bosque.

    -Tiene razón, debemos terminar con estas aves, no tengo idea de donde provengan, pero si él está aquí para eliminarlas significan que son de gran peligro- Iudia le explicaba a Yazhar, quien pensaba en los problemas que podían ocasionar esas criaturas a la gente que se encontraba cerca.

    -Esas criaturas no son más que Bacterias, es decir, simple información que trata de destruir todo a su paso, se alimentan de la energía ajena, es decir, que toda su fuerza se la deben a muchos que mueren en estas tierras- explicaba el Tamer al mismo tiempo que escalaban para llegar al último de los tres huevos.

    -Eso no nos hace responsables de juzgar la vida de alguien o algo, para nosotros todo diminuto o grande sobre esta tierra tiene vida, y debemos respetarla- decía Lenron, quien explicaba la filosofía de los guardianes ante cualquier ser vivo, los sacerdotes no podían asesinar a nadie, esa acción es impura en su naturaleza.

    -Ya veo, ustedes son forjadores de la fe, entiendo que ustedes los guardianes y sacerdotes tengan esa ideología, pero estas criaturas son errores de… como ustedes le dicen, la Santa Luz- el Tamer utilizaba el término Santa Luz, el cual es reconocido por los sacerdotes como el centro de todo lo creado.

    -No uses a la Santa Luz para tus actos infames, aquí es muy diferente a lo que tú piensas niño- Lenron nuevamente mostraba su lado agresivo, mientras notaba que los dos huevos que ya habían pasado estaban empezando quebrarse.

    -Alto- dijo el Tamer quien veía como reaccionaban los huevos.

    -¡No estás loco amigo, van a salir de ahí!- gritaba Aran con afán de advertir al Tamer lo que sucedería, pero al notar el Tamer que él había gritado y nada había pasado, comprendió que el sonido no era lo que los hacía colisionar.

    -Es el calor lo que los hace abrirse- dijo el Tamer a sí mismo, tomando nuevamente una carta dentro de su gabardina y lanzando una fuerte luz roja, convocaba nuevamente a Greymon al lugar. -Vaya, es obvio que los huevos abran con el calor, ¿porqué no lo pensé antes?, la montaña es muy húmeda, aunque es algo muy extraño que ellos tomen el calor de un simple ser a su lado.

    -Tú lo dijiste, ellos absorben la energía de los seres vivos, al parecer tomó el calor de nuestros cuerpos y lo utilizó para poder salir- le seguía Lennet, quien ya había entendido el caso de los huevos y su manera de desarrollarse.

    -Pero no podemos- sin poder terminar, Lenron no tenía opción, debía pelear contra las aves que emergieran de los huevos, para así salvar más vidas.

    -No podemos dejar esto como si no pasara nada Lenron, lo mejor será ayudarle, parece que sabe lo que hace- dijo Lennet, quien ya estaba preparado para la batalla.

    -¡Estoy lista, vamos Iudia invocación!- gritó Rikka, refiriéndose al poder de Iudia para invocar a las criaturas, en este caso, el poder de Rikka invocaba a una criatura de cuatro patas con un aspecto felino, de piel azul y melena negra que le rodeaba parte de su cuerpo hasta su cabeza, llevaba tres gruesas franjas amarillas en cada una de sus patas, y ojos dorados con pupilas rojizas al igual que su pequeña nariz. El monstruo invocado mostraba una agresividad, y elegancia al mover su cola que en la punta lleva una estrella de cuatro picos de un amarillo intenso.

    -Muy bien Luxray, para cuando se liberen las aves de los huevos debemos atacar- le dijo Rikka a la criatura gatuna emitiendo un rugido furioso, avisando su llegada.

    -Bien, entonces yo también tendré que ayudar- una vez que dijo eso Lennet, el báculo de innovación de Iudia esta vez se tiñó de un color púrpura oscuro, disparando un nuevo rayo, con un aura negra que le rodeaba, aquella misteriosa nube que le acompañaba rápidamente en el aire formó una figura que en un principio no parecía tener forma, pero después e develaron velozmente sus ojos de rojos, con un brillo siniestro en el interior. Una especie de viento friolento al llegar aquella criatura azotó el lugar, pero más que nada el soplo de las montañas se hacía más fuerte y siniestro, como si el viento estuviera hablando.

    -¡Migmagius, alerta!- gritaba Lennet, una vez que un huevo estaba tirando el cascarón y liberando nuevamente aquel resplandor de su interior. Aquel fantasma púrpura que respondía el nombre de Migmagius, comenzó a mostrar su rostro a los demás, al igual que todo su cuerpo. Parecía que encima de su cabeza tuviera un sombrero, pero es la forma en que su fuerza oculta la diseño como ente, al igual que una gran perla de carmín que colgaba debajo de su cabeza.

    El primer huevo comenzó a vibrar, aquellos pequeños sismos nuevamente se volvieron a registrar, pero esta vez, tanto Lennet con Migmagius, Rikka con Luxray, Iudia junto con Togetic y el Tamer a un lado de su bestia Greymon, se preparaban para recibir a la primera ave, mientras los demás vigilaban de los otros dos huevos.

    -¡Luxray Onda trueno!- se escuchó una vez que se vio que una de las alas del pájaro salía del huevo, con todas sus fuerzas y ánimos, le deseó suerte Rikka a su Luxray, aquel felino que ya estaba adelantado en su hazaña. Estando encima del huevo, a un lado del ala del ave, los ojos de Luxray comenzaron a brillar con intensidad, y con un simple salto de vuelta al suelto, soltó unas chispas que luego estas reventarían continuamente, y en un parpadeo, aquellas chispas ya estaban rodeando la verde ala del ave, que dentro del huevo ya se escuchaban lamentos porque una parte de su cuerpo se encontraba completamente paralizada.

    -¡Cuidado Rikka, está rompiendo el huevo!- le gritaba Aran, quien notaba que a pesar de que el ala del verde pájaro estaba paralizada, todo su cuerpo aún tenía movimiento, logrando escapar del cascaron, y contraatacando con su enorme pico al Luxray, que era diminuto a comparación de este.

    -¿Qué?, es mucho más grande que el anterior- veía sorprendido Lenron, quien también le pidió a Iudia su poder de invocación.

    -De acuerdo Lenron, pero no te precipites, recuerda que tenemos que guardar energía para las demás aves- Iudia le explicaba a Lenron, mientras miraba preocupada el par de huevos restante que tenía dentro de sí un ave en cada uno.

    -Muy bien, ¡vamos Blaziken surge y destruye a esa bestia!- gritó Lenron, mientras que Iudia con los similares movimientos anteriores, parecidos a una danza logró que la punta de su báculo esta vez se tiñera de rojo, al mismo tiempo que ella con un leve toque al suelo rocoso, de él salió una criatura, con el rostro cubierto de carmín y estructura similar a un de ave, pero su cuerpo de forma humana, que expulsaba de sus muñecas, llamaradas. Sus piernas hasta su torso estaba cubierto de de un plumaje de color similar a una flama, en la cabeza, dejaba caer plumas en forma de pelo de color beige.

    -¡Vamos, dale un Gancho Alto justo en la cara a ese pajarraco!- Lenron le ordenó a Blaziken, quien dio un saltó doblando sus rodillas y dando un salto con sus patas hacia la cabeza de aquel monstruo verdoso, que lo estaba esperando con un picotazo, aunque el Blaziken podía mover sus movimientos al verle los ojos, además de que sus técnicas marciales le enseñaron a sorprender al enemigo con un ataque inesperado.

    -¡Eso es Blaziken, ahora que estás arriba!… ¡Avalancha!- gritó con todas sus fuerzas Lenron, mientras Blaziken después del gran salto, estaba dispuesto a dejarse caer para engañar al ave. Cayendo flexionando sus rodillas, Blaziken golpeó el suelo con sus furiosos puños, que incluso dejaban marcar en la montaña. En un momento de silencio, cientos de roca de pequeño tamaño se veían caer sin parar sobre aquella ave, poco a poco la criatura del huevo que aparentaba no causarle ningún dolor aquel ataque, comenzó a sentir los estragos de al ver que las rocas no paraban y cada vez caían con más fuerza, junto con más peso, haciendo que la derribaran por su continuos golpes al cuerpo de la bestia.

    -Bien hecho, la hemos derribado, ahora Blaziken, termina- no sin antes de que Lenron concluyera con la orden, Rikka intervino con el afán de querer participar en la batalla.

    -Espera hermanito, déjame hacerlo a mi… ¡Luxray acábalo con un Trueno!- Luxray al escuchar las ordenes de Rikka esperó un momento para recargar su energía y mantenerla en su cuerpo para después liberarla en un poderoso estruendo de color amarillo directo al pájaro de color verde que amenazaba con volver a levantarse.

    -¡Ahora Luxray!- gritó Rikka al ver que la pata del ave se estaba volviendo a apoyar al piso, en ese momento Luxray disparó toda la energía acumulada y la lanzó justo al cuerpo del extraño pájaro de gran tamaño, quien al sentir toda la descarga eléctrica de Luxray en su cuerpo, nuevamente se dejó caer, extendiendo sus alas en señal de derrota y cerrando sus ojos lentamente.

    El Tamer no quiso intervenir con su Greymon, puesto que veía que los guardianes tenían bien controlada la situación, pero al mismo tiempo quería analizar las artes de ellos y sus maneras de pelear, lo cual lo distrajo en absoluto de su labor para atrapar a la Bacteria.

    -¡Niño, ya a lo tuyo!- gritó Lenron avisándole al Tamer lo que tenía que hacer.

    -Oh, lo siento, ahora mismo lo hago- dijo mientras tardaba un poco en buscar aquella carta blanca con la cual absorbía a las bestias nombradas Bacterias.

    -Creo que debe apresurarse, los demás huevos quieren romperse- decía Lennet, quien miraba fijamente los demás huevos, que parecían agitarse levemente, pero no como amenaza.

    -¡Tú, ya apúrate con eso!- nuevamente Lenron le pedía a gritos al Tamer que terminara con la Bacteria, pero antes de que este tomara su carta para acabar, un graznido chillante que provenía del animal debilitado hizo que los huevos restantes tomaran un agresivo movimiento y comenzaran a romperse.

    -Aquí vamos de nuevo- Aran soltaba un suspiro de cansancio, mirando como los demás tenían el mismo agotamiento que él.

    -No puede ser niño, ¡ahora tenemos que enfrentarnos con dos cosas de estas al mismo tiempo!- con un tono extenuante, Lenron notaba que su amigo Blaziken ya estaba un poco cansado después de usar su energía en el último ataque. –No entiendo, normalmente Blaziken tiene mucha fuerza y resistencia, ¿qué sucede?- confundido, Lenron veía como Blaziken jadeaba de agotamiento.

    -Eso es porque estamos en las montañas, en las alturas tu cuerpo necesita más oxígeno de lo normal, más que nada por la presión que te exige, si te agitas demasiado aquí lo sentirás al doble- le trataba de dar a entender Yazhar a Lenron, quien veía que Blaziken aunque podía mantenerse en pie, sentía que su fuerza se consumía rápidamente.
    –Además Blaziken representa al fuego y aquí hay mucha humedad, lo cual hace que Blaziken tenga que subir su temperatura corporal el doble de lo normal, haciendo que aunque cada golpe sea más fuerte, este acaba con más facilidad con la resistencia de él.

    -Bueno en eso tienes razón, pero yo me siento bien, ¿qué no se supone que la invocación tiene la misma fuerza que el guardián?- le dijo Lenron, esperando una respuesta.

    -Físicamente tal vez estás bien Lenron, pero mentalmente estás cansado, las invocaciones se alimentan no de fuerza, sino de tu mente- Yazhar decía mientras recordaba un triste acontecimiento que lo hizo bajar la mirada por unos momentos. – Si tan sólo yo hubiera sido menos débil- se decía a si mismo Yazhar, Iudia en ese momento escuchó el lamento de Yazhar, quien en su memoria lo amenazaba una batalla en la cual perdió algo más que el simple encuentro.

    -No te preocupes Yazhar, ya te dije que no hace falta invocación para que te mantengas como mi guardián, haz hecho un trabajo admirable y es por eso que estás aquí- trataba de animar Iudia a Yazhar, recordándole su esfuerzo dentro del grupo, mientras lo tomaba del hombro, pero él seguía perdido en su recuerdo, y al mismo tiempo con la mirada le decía a Iudia que no quería seguir su camino.

    -Creo que no es el momento para ponerse melancólicos- interrumpía Lennet, avisando que ambos huevos estaban terminando de corromperse, al mismo tiempo que el Tamer utilizó su carta para capturar la Bacteria que antes ya habían derrotado.

    -Tiene razón, ya habrá tiempo para esto Iudia- le dijo Yazhar, mientras la protegía de una enorme placa de roca que salió disparada por el intenso movimiento que provocaban los huevos en la tierra. Yazhar terminó en el suelo aplastado por aquella gran roca que casi golpea a Iudia, mientras tanto le decía con una sonrisa su agradecimiento por tenerla como sacerdotisa, después de eso arrojó con su gran musculatura el enorme trozo de piedra, arrojándola y ésta volviéndose añicos, aunque Yazhar después de eso mostró señales de un severo golpe en su espalda por la caída, y en el pecho que estaba solamente cubierto por un chaleco azul el cual lo tenía abierto, descubriendo así su torso, pero dañándose con gravedad por el impacto de la roca.

    -¡Yazhar!- Iudia quería asegurarse que su guardián estuviera bien, pero Lennet estaba esperando la invocación para detener a las dos criaturas que estaban a punto de emerger.

    -Iudia ya sabes que hacer- Lennet se acercó al oído de Iudia, susurrándole, mientras ella se ponía de espaldas frente a ella.

    -¿Qué planea hacer?- preguntó Aran al Tamer.

    -Creo que le preguntas a la persona equivocada, no sé nada sobre ustedes- dijo el Tamer mientras observaba que Iudia tomaba su báculo y tomándolo como una lanza con su brazo derecho, en un impulso lo arrojó como si fuera una jabalina hacia la espalda de Lennet, quien emitió un grito de dolor, y al mismo tiempo se pudo ver que la sangre que comenzó a derramar por el ataque, comenzó a desvanecerse antes de que tocara el suelo.

    -¿Qué demonios?- dijeron Aran y el Tamer al mismo tiempo, mientras los demás veían como el cuerpo de Lennet se desplomaba hacia el empedrado, Lenron se dirigió rápidamente hacia ella, y la tomó con sus manos, al mismo tiempo notó que el cuerpo de Lennet no pesaba nada, debido a su habilidad que estaba por usar.

    -Ya veo, hiciste el Intercambio- dijo Lenron mientras comprendía que Lennet había unificado su alma con su invocación Migmagius, la joya de color rojo intenso que brillaba al mismo tiempo que la poseedora parpadeaba, era el centro de su fuerza, ya que una vez que se liberó del cuerpo de Lennet, lanzó un rayo directo de la joya hacia una de las aves, que ya había podido liberarse del cascaron que impedía abrir sus alas.

    -Al parecer Lennet logró hacer el intercambio de cuerpos con su Migmagius- decía Rikka esperanzada de que algún día aprendiera esa técnica especial de los guardianes.

    -¿Cambio de cuerpo?- el Tamer le intrigó y preguntó sobre la situación.

    -Así es, todos los guardianes cuando establezcan un lazo con gran intensidad, que una realmente sus corazones, la invocación y quien lo convocó pueden ya incluso sentir los mismos sentimientos, es decir se comprenden de tal manera que pareciera que uno de ellos dejo su cuerpo volviéndose el otro, es a lo que me refiero.

    -Ya veo- el Tamer se seguía preguntando sobre los misterios de aquel grupo que lo ayudaban, pero una vez visto que ambos pájaros se liberaron de su prisión, ordenó a Greymon a encargarse de la Bacteria, mientras Lennet en el cuerpo del fantasma se encargaba de la segunda. -¡Greymon resiste!- El compañero del Tamer estaba enfrentándose a la verde cría, pero ésta le respondía con picotazos, aunque gracias a la fuerte corteza que rodeaba la cabeza, se protegía de los ataques, aunque eso no evitó un ataque justo en el pecho, del cual no pudo esquivar.

    -¡Vamos amigo no te dejes vencer!- una vez que gritó eso el Tamer, tomó una de sus cartas que ocultaba en su gabardina y la lanzó hacia el campo, esta dirigiéndose a toda velocidad haría un efecto de batalla favoreciendo al Digimon anaranjado.

    -¿Qué fue eso?- como siempre Aran estaba confundido de lo que pasaba, y más cuando un gran escudo con el símbolo de un sol de la nada apareció comenzando a proteger a Greymon.

    -Esto es una Carta de Apoyo, las utilizo para ayudar a mi Digimon cuando esté en problemas, en este caso utilicé El Escudo del Valor, aumenta su defensa y además protege de ataques físicos- al mismo tiempo que explicaba eso, el escudo que mencionaba estaba siendo destruido por un enorme resplandor dorado que disparó al abrir su pico y soltar un graznido. -¿Pero qué?

    -Al parecer tus cartas no sirven de nada contra esa cosa- se burlaba Lenron mientras le ordenaba a Blaziken el prepararse en caso que el Greymon fallara. –Iudia, necesito la ayuda de Togetic- Lenron le pedía el efecto de la invocación de Iudia, el cual era la curación, para así restablecer las energías vencidas de Blaziken.

    -De acuerdo- Iudia con una pequeña petición a su Togetic, le entregó su efecto al Blaziken.

    -¿Qué es lo que hizo?- una vez más Aran no entendía lo sucedido, incluso el Tamer quien esperaba una reacción además de una oración y un simple salto de aquella hada Togetic, pareciera como si el efecto hubiera fallado, pero en realidad aquella petición que Iudia hizo fue para que se llevara a cabo aquel movimiento secreto de Togetic.

    El clima en las montañas cada vez favorecía menos a los guardianes, ya que las invocaciones perdían rápidamente energía, aunque Lennet estaba unida junto con su invocación, pero eso también le ocasionaba las mismas debilidades de Migmagius, incluso se podía ver que las rocas se estaban rodeando de una gruesa capa de hielo además de que una tormenta de nieve anunciaba su llegada.

    -Esto está empeorando, maldita la hora en que nos encontramos con este idiota- se decía a si mismo Lenron, mientras veía al Tamer.

    -Ya te escuché hermanito, veo que sigues tirando pestes a nuestro invitado- Rikka le decía a Lenron con un tono de burla mientras ella junto con su Luxray se encaminaban hacia donde se encontraba Lennet, para ayudarla, ya que los ataques oscuros que ella lanzaba cada vez disminuían su potencia, lo cual querría decir que el intercambio entre su Migmagius estaba a punto de acabarse, aún así su trabajo contra la Bacteria había ayudado mucho, ya que aquella ave estaba confundida y en ocasiones fallaba en sus ataques, lo cual era señal para Rikka para contraatacar.

    -Espero haya sido tiempo suficiente para recuperar tu energía Luxray, ¡ahora dame otro de tus Truenos contra esa ave!- gritó con una potencia frenética Rikka, mientras que veía que Luxray aunque un poco exhausto nuevamente atacó, pero esta vez con una muy baja intensidad, que incluso por un momento parecía extinguirse el ataque antes de impactarse contra la Bacteria.

    –Muy bien hecho Luxray, aunque creo que sigue moviéndose, ¿puedes terminar con esto amiga?- le preguntó Rikka a Lennet, quien asimiló con la cabeza en su cuerpo como Migmagius, y se lanzó contra el pájaro verdoso que la contraataco con una de sus garras de sus brazos y la sostuvo por un momento sin dejarla escapar, aunque era extraño ya que ella era un fantasma. “¿Cómo es posible que pueda tocarme?” se preguntaba Lennet desde adentro.

    -¡¿Pero ella es un fantasma cómo puede?!- gritaba Lenron, pero el Tamer lo interrumpió para explicar la razón del porque puede hacer eso el ave.

    -Las bacterias no tienen limitaciones por las invocaciones, las diferencias de tipos no existen entre ellas, aunque se les pueda cambiar de estado, no hay debilidades de estado en las Bacterias porque no son creaciones naturales, sino de humanos.

    -¿A qué te refieres con creaciones humanas?- preguntaba asombrado Lenron.

    -Esas cosas en realidad no tienen una madre genética, son datos erróneos, pero creados para transformarse en virus y alimentarse de la información de este lugar- aunque el Tamer explicaba, Lenron no comprendía a que se refería con virus e información.

    -Por eso les dije que no puedo revelarles nada sobre mis enseñanzas, no entenderían.

    -Deja de hacerte el interesante, ¡deberías prestarle más atención a tu monstruo que a nosotros!- gritó Lenron, informándole al Tamer que Greymon ya estaba demasiado cansado, además de que todo su cuerpo se rodeo de una luz blanca que cada vez hacía reducir al dinosaurio hasta dejarlo en menos de una cuarta parte de lo que era Greymon. Ya no tenía cuernos ni rayas azules, aquella protección en su cabeza lo había dejado, ahora en un pequeño lagarto del color anaranjado más claro.

    -Lo siento, te fallé- le dijo aquel pequeño dinosaurio al Tamer, su monstruo al parecer ya había reducido tanto la dimensión de su cuerpo que se volvió de la mitad del tamaño que el Tamer.
    -¡¿Puede hablar esa cosa?!- sorprendido Lenron no espero a soltar un grito.

    -Claro, todos los Digimon tienen la capacidad de comunicarse con humanos, ya que son creaciones de humanos- terminaba el Tamer, mientras éste regañaba a su pequeño dragón naranja.

    -Oye, déjalo en paz- se escuchaba a lo lejos a Yazhar, quien un poco adolorido por el golpe de la masa de tierra, impedía que el Tamer tratara mal a aquella criatura, Yazhar había comprendido que no era correcto explotar a un compañero, ya que le cegaba sobre los sentimientos de su amigo, eso a Yazhar le hizo recordar malos momentos.

    -Tan sólo es una simple creación informática, como todo lo que existe aquí hombre.
    -No sé como pienses, pero para mi éste ser como cualquiera está vivo, así que merece nuestro respeto.

    -No te metas en lo que no te importa, he dicho que toleraría sus ideales, ahora ustedes hagan eso conmigo, tan sólo he llegado y ya me han tachado de blasfemo, no comprendo a ustedes los guardianes, si se supone que están ligados a llevar la fe, ¿por qué no dejan que las ajenas continúen?

    -Porque ustedes los seguidores de los Digimon han querido meter su doctrina a manera sucia, además son los que piensan que todos están equivocados sino pensamos como ustedes, puesto que presumen de su dichosa y codiciosa sabiduría real de este mundo- gritaba Lenron, recordando que varios conflictos en la sociedad habían sido creados por quienes creían en los Digimon, ya que ellos tenían en mente, que sólo ciertas personas podían aprender lo que llamaban la verdad de la creación.

    -¡¿Nuevamente van a insultarme?!- gritaba el Tamer, quien molesto tomó dos de las cartas blancas para las Bacterias, lanzándolas para absorber a ambas, y aunque la que no había sido derrotada se resistía, su cuerpo ya estaba agotado por la batalla contra el Greymon. –No necesito esto, pensé en darles mi apoyo e incluso mi completo interés en los guardianes, ya que estoy sorprendido en como manejan el arte de invocar criaturas, pero me da asco como me tachan, perdón, mejor dicho, tachan a todos mis hermanos que han hecho de sus enseñanzas algo grandioso, algo que por lo que veo su mente es muy limitada. Y es cierto somos muy despectivos por quien quiere aprender nuestras lecciones, pero eso es porque pocos tienen la mente abierta para mirar más allá de lo que ven sus ojos- terminando con eso, el Tamer les dio la espalda al grupo de guardianes, y junto con su Digimon, se encaminaron a descender la montaña en la que se encontraban, puesto que ambos ya habían terminado su labor, además el radar ya no presentaba ninguna alteración, es por eso que ya no tenían ningún papel ahí.

    -¡Espera!- gritó Iudia, mientras veía que el Tamer se encaminaba a bajar la montaña en la plena tormenta que azotaba el rostro de todos. Iudia al tratar de evitar que el Tamer se separara, hizo que el Tamer soltara una de las rocas con las que sus piernas se sostenían y su mano dejara de tomarse de la pared de piedra.

    -¡No te irás así!- gritó Yazhar quien rápidamente tomó de la mano al Tamer y así evitar una gran caída desde donde se encontraban. –Siento haberte tratado de esa forma, y mucho más decirte que hacer, pero…

    -Si, si, olvida las explicaciones Yazhar, tan sólo lo sentimos y punto, creo que estamos lidiando con este tema de la fe desde que la reina Rasi a decidido enfrentarnos, tratándonos como basura por no seguir sus ordenes, de hecho todo el sistema de la fe se ha perdido y todos los templos están en contra de si mismos.

    -La reina Rasi y sus subordinados mandaron a vigilar nuestras acciones, en busca de nuestros avances sobre la creación- decía el Tamer, mientras veía para abajo y suspiraba de haberse salvado de un terrible destino.

    -Ella siempre mostró admiración por los Digimon, de hecho su madre- le decía Iudia, quien fue ayudada por el Tamer quien ya conocía la historia.

    -La madre de la reina Rasi apoyaba el avance sobre los Digimon, como una especie de nueva vida, ella es y será nuestra inspiración, porque logró unir culturas, pero con el tiempo la búsqueda de independencia hizo que se separaran las creencias y consigo el legado de ella, es triste que su intento de unificar el mundo fracasara por gente bastarda que sólo quiere estropear los nuevos pensamientos. De hecho ella es quien analizó la existencia de otra vida fuera de esta.

    -Ella fue quien no sólo creía eso, volvió realidad su idea, pero muchos creen que es falsa. La Maestra está en estos momentos saboreando el manjar de la otra vida, pobres ilusos, toda esto es un simple chiste de lo que la verdad aguarda, esto es una mala comedia, una simple aunque creativa mentira maestra que se repite una y otra vez- se escuchó a un hombre detrás de los guardianes, saliendo de entre rocas que estaban demolidas por los ataques de las tres aves. Un hombre que tenía una voz suave, que fluía con mucha tranquilidad, al mismo tiempo aplaudía con entusiasmo, mientras que todo su cuerpo era cubierto por una vestimenta con capucha y una especie de chaqueta que le llegaba hasta sus zapatos con el mismo color blanco, él se mezclaba perfectamente con la nieve que caía densamente con un frío destructor que congelaba las gargantas de todos.

    -¿Quién eres tú?- preguntaba Lenron, quien miraba a Lennet, quien no reaccionaba, a pesar de que su tiempo como Migmagius ya se había agotado.

    -¡Tú traidor!... tenemos cuentas que cobrar- le decía aquel hombre oculto en la capucha blanquecina, que gracias a la nevisca evitaba mostrar su rostro, pero no su largo cabello dorado que caía fuera de aquella capucha.

    -¿Lo conoces?- le preguntó Aran al Tamer, quien se encontraba completamente confundido, y miraba como lentamente aquel hombre con capucha se desvanecía lentamente junto con la nieve.

    -¡¿A dónde fue?!- miraba a su alrededor Lenron, con el propósito de encontrar a aquel hombre desconocido, pero el Tamer estaba seguro que esa voz ya la había escuchado, en lo más interno de su ser.

    -¿Pasa algo amigo?- Rikka notaba desde donde se encontraba junto con su Luxray, como el Tamer estaba perdido con la mirada.

    -No, nada- igual que Lenron, pero sin que los demás se fijaran, él trataba de encontrar al hombre de blanco, pero nada, le había perdido en absoluto. -¿Quién eres?, ¿por qué me sigues?
     
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    Re: Barrera Líquida [Digimon|Pokémon]

    Hola!

    Ha sido un capítulo muy largo xD. La narración de la batalla a sido muy buena, aunque practicamente todo el capítulo es puro diálogo, si ese es tu estilo, está bien. Al principio no comprendía muchas cosas, pero poco a poco voy entendiendo todo ese mundo tan extraño xD.

    También me parece muy interesante la ideología que tienen lo guardianes en comparación con el Tamer, si van a seguir juntos más les vale respetar la forma de tratar a las criaturas, cada quién tiene su forma de verlos, y pensar en ellos.

    El final me ha dejado intrigada, espero poder leer quién es esa persona muy pronto.
     
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    Re: Barrera Líquida [Digimon|Pokémon]


    Planeaba hacer el capítulo más corto al anterior, pero me piqué y le seguí alargando, casualmente le corté porque vi que era un poco largo, sino hubiera seguido más xD

    Como sea, que bueno que te gustó, y ya se está desenvolviendo cada personaje excepto Aran, que planeo trabajarlo un poco más.

    Y pues si, en el siguiente capítulo trataré de despistar dudas sobre el final de este capítulo, además de explicar porque salieron las aves, además de cual es el papel del Tamer en ese mundo junto con su Digimon.

    En fin, que bueno que te haya gustado. Nos vemos.
     
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    Re: Barrera Líquida [Digimon|Pokémon]

    El grupo de guardianes no podían dejar de dudar sobre el compañero que utilizaba cartas para capturar monstruos, no entendían cual era el motivo de él, pero incluso para el Tamer, sus razones eran desconocidas, al parecer se escondía en una verdad incompleta, ya que no entendía muchas de las acciones que realizaba, tan sólo las hacía porque le indicaron. Una de las más grandes incógnitas era aquel espectro de capucha blanca que seguía al hombre creyente de los Digimon. Él ya había tenido un encuentro con aquella aparición, sumando una pregunta más de su vida, lo único que tenía claro era a las personas que servía y creía por haberle dado su hogar.

    Los Tamers, una sociedad que se distinguía por su creencia del más allá, pero no hablando como una obra divina, ya que según sus teorías, todo lo que se encontraba en aquel mundo, era obra del hombre. La verdadera esencia de la vida se lograba obtener si se escapaba de aquella realidad, pero estos pensamientos eran rechazados por los seguidores de Santa Luz, es decir, los sacerdotes y guardianes que los tachaban de cometer tabúes en contra de la naturaleza, ya que ellos podían sin ninguna invocación, llamar bestias creadas por sus propias manos, por obra de la manipulación informática del mundo.

    Sus teorías apuntaban que todo había sido creado por un código, y que todas sus acciones eran vigiladas o ya planeadas desde antes de que las pudieran hacer. Incluso aquel soldado que seguía a Iudia y los demás sabía que todo lo que hacía ya era predeterminado e inevitable, su destino al igual que todos los Tamers era ganar territorios, y eso es lo que realmente hacía al recolectar a aquellas criaturas que se habían enfrentado en las montañas.

    Al derrotar a las Bacterias, ellos tienen como derecho reclamar el territorio vencido por quien lideraba aquel lugar, en aquel caso, al acabar con las cuatro aves, el Tamer no sólo absorbió la información de las Bacterias, sino también marcó su territorio con su Digivice, el mismo que utilizaba como localizador de aquellas criaturas absorbentes de datos del mundo. Esta recolección de territorios la utilizaba para ganar más datos del lugar, todos los que hacían esto, enviaban datos a la base para comenzar a digitalizar nueva información y así demostrar más pruebas de su ideología.

    -Perfecto, con esto ya tenemos diez áreas registradas- se dijo así mismo mientras miraba su Digivice, que marcaba sus secciones del continentes marcadas. Agumon, su compañero se encontraba algo preocupado por la actitud de él, ya que últimamente se había perdido completamente de su cuidado, y tan sólo buscaba más Bacterias para marcar más territorios como suyos.

    -¿Marko?- Agumon al decir eso sorprendió a los guardianes.

    -¿Cuántas veces te he dicho que me tengo que mantener en anonimato Agumon?- le decía furioso Marko por haber revelado su nombre, aunque incluso él sabía que ese no era su nombre verdadero, sino el nombre que le había encomendado su familia Tamer.

    La tormenta seguía azotando, así que los guardianes ignoraron el anterior acontecimiento para apresurar el paso y liberarse de aquel mal clima, al parecer por ayuda de Yazhar, gracias a la vista de un río que descendía, lo cual apuntaba que estaban por terminar su ventura por las montañas.
    Al color castaño de Iudia comenzaba a caerle escarcha de nieve, mientras que a su piel blanca, que mostraba un brillo en la neblina de las montañas. El frío era más denso, y todos tenían esa sensación de cansancio, a pesar de no ser un área con un clima ártico, los ropajes que acostumbraban los guardianes no eran adecuados exactamente para un día bajo la nevisca.

    -Me estoy muriendo, este lugar es insoportable- Rikka tartamudeaba por el gélido viento que golpeaba su espalda, por su ropa tan veraniega.

    -Toma, no entiendo porque siempre estás tan destapada, incluso traes puestas sandalias, como no te mato por tu insensatez- le regañaba Lenron, quien se quitaba el gran saco rojo que le rodeaba su cuerpo hasta sus rodillas, con diversos grabados tejidos a manos que representaban flamas, era evidente que él había crecido en bajo las enseñanzas del fuego.

    Al quitarse el saco y colocarlo en la espalda de su hermana, sintió el amenazante frío, ya que sólo llevaba puesta una camisa negra sin mangas, debajo un pantalón holgado de color rojo, y unas botas negras. Su pantalón sostenido por una cuerda llevaba siete dagas alrededor de su cintura, representando su oscuro pasado.

    -Siempre protegiéndome, deberías saber que ya me valgo por mi misma, pero aún así es lindo que te preocupes por mí- ella le decía a su hermano, mientras el resto bajaban por una colina para avistar una pequeña villa a lo lejos.

    Se podían ver aquellos edificios creados encima de los árboles, ya que se veían casas dentro de las copas de las frondosas y fuertes ramas, con amplios y fortalecidos troncos, a los que les caía un diminuto rayo final del sol avisando la llegada de la noche, al mismo tiempo que las nubes se despejaban lentamente.

    -Estoy sintiendo algo de calor, aunque mis pies sigan tocando la nieve- decía la oscura Lennet, quien seguía un poco inestable por utilizar la técnica del Intercambio. Ella quien se le conocía por sus vestidos, generalmente largos que representaban el sentimiento gótico, junto con el maquillaje tétrico, encima de una piel blanca como el ambiente congelado que los rodeaba.

    Sus ojos púrpuras al igual que sus labios hechizaban junto con su sensualidad al caminar, Lennet era la más misteriosa del grupo, y más por sus técnicas oscuras, que a los demás sacerdotes, les parecía una práctica incorrecta sobre los elementos, aunque la aceptaban.

    Marko, el tamer se encontraba interesado en ella, no dejaba de mirar su espalda que estaba descubierta por su vestido negro que estaba escotado. Lo que más admiraba era la extrañeza de la herida que le había ocasionado Iudia, ni siquiera había dejado marca, incluso sin sangre en el vestido, que tenía al final un encaje en forma de rosas blancas.

    -Eh… disculpe señorita, le quería preguntar una cosa- Marko se quería presentar ante Lennet, pero Lenron intervino, burlándose con un gesto de lástima por su estatura. Lenron era muy alto a comparación de Marko, quien se sentía despreciado y harto por la manera que el guardián se mofaba de él. -Estoy harto de que interfieras en todo lo que digo o hago, apártate o me obligarás a utilizar mi poder como soldado Tamer que soy.
    -Relájate niño, antes quizás me impresionaste por la manera en que te nos apareciste, pero veo que sólo eres de palabras y no de hechos, si fueras en verdad un soldado Tamer, no nos estarías siguiendo- seguía retando Lenron a Marko.

    -Basta Lenron, él no está siguiéndonos, todos estamos ayudándonos a salir de este frío lugar, lo más inteligente al estar en estos rumbos es buscar compañía, tú sólo no lograrías nada- Yazhar que le costaba trabajo caminar después de recibir un golpe con su abdomen, trataba de continuar el paso, pero seguía tocándose constantemente. Incluso por ser el más alto y fuerte no significaba que tuviera debilidades, él ya necesitaba agua, y al parecer las raciones de los guardianes ya habían llegado a su fin, debían apresurarse al pueblo que habían avistado a lo lejos, antes de que Yazhar sufriera un desmayo.

    -¡Alto ahí!- se escuchó delante de los guardianes, quienes estaban frente a una serie de árboles que conducían hacia el pueblo con edificaciones de árboles. Todos se quedaron petrificados por el anuncio, buscando quien les había ordenado, pero sólo se veían árboles sin hojas con el tronco plenamente oscuro en la fría soledad de la nieve como si estuvieran en un lienzo vacío. -¡He dicho alto!- gritaron de nuevo escuchándose un disparo, al dar un paso Rikka.

    -¡Un disparo!, ¡nos están atacando!- gritó Aran.

    -No divulgues lo obvio chico, la pregunta aquí es ¿quién y por qué?… ¿te pasó algo Rikka?- preguntaba Lenron sin hacer un movimiento, veía que su hermana no había sido herida, pero si que buscaba al que le disparó. -¡Sal de ahí!, ¿por qué nos disparas?, tan sólo queremos pasar al siguiente pueblo- Lenron parecía que le preguntaba al cielo, pero tan sólo el tétrico sonido del viento le respondía.

    -¡No puedo dejarlos pasar, debo saber quienes son y de donde provienen!

    -¿Eso es mucha información no crees?, ¿cuál es el problema contigo?- seguía intentando Lenron, pero parecía que el centinela se negaba a darles el paso- ¡Miserable, te he dicho que voy a pasar!, vamos Blaziken, ¡demostrémosle quien mueve aquí!- gritando junto a su Blaziken, Lenron se lanzó en carrera para huir del ataque, pero otro disparo se escuchó, y esta vez si alcanzó a golpear a uno del grupo, siendo el Blaziken de Lenron el afectado, quien inmediatamente se esfumó como humo dirigiéndose como polvo en el viento hacia el báculo de Iudia. -¿Balas blancas?, miserable…

    -¿Qué fue eso?- preguntó Marko, cuestionando la manera en que la invocación de Blaziken había terminado con el tiro.

    -Son balas blancas, utilizadas por los soldados de los leones, estas pueden desaparecer las invocaciones de los sacerdotes, y devolverlas al objeto de convocación utilizado- le explicaba Iudia, que veía que Lenron maldecía al vigilante que había disparado a su Blaziken.

    -¡Me las vas a pagar!- decía Lenron quien seguía amenazando a quien atacó a su Blaziken, pero Lennet intervino en la pelea, tratando de calmar la situación.

    -¡No des un paso más mujer!

    -De acuerdo, no haré nada, solamente quiero hablar con usted… venimos de las montañas que cruzan por la aldea de fuego, necesitamos entrar a este pueblo, no tenemos alimentos y uno de nosotros está herido- Lennet trataba de explicar la situación tan precaria en la que se encontraban, pero el guardia parecía no responder ante los problemas que tenían.

    -Muy bien, los dejaré pasar, pero no les prometo que los demás soldados les dejen permanecer ahí, tengan cuidado- les extrañaba que se dejara convencer tan fácilmente. –Pero deben regresar todas sus invocaciones, si les ven con esas criaturas, será más fácil encontrarlos.

    -¿Quién eres?, ¿porqué atacaste y después nos dejas pasar?- seguía en duda Lenron, pero Iudia tan sólo regresó a su Togetic y el Luxray de Rikka, quienes seguían fuera, esto ocasionó que Iudia tuviera una recaída, ya que mientras más tiempo estén materializadas las invocaciones, le causan cansancio tanto físico, como mental a ella.

    A un lado de Lenron cayó de uno de los árboles que tenían detrás, un hombre envuelto en armadura de color blanco metálico con bordes dorados, su yelmo apenas dejaba ver el mentón y su boca. Cayendo dando vueltas por los aires, mostraba su gran agilidad, por la manera en la que podía dirigir a su cuerpo junto con el peso de la indumentaria forjada de acero.

    -Él es un…- Aran.

    -León blanco- Yazhar identificándolo al ver en su torso, plasmado en dorado, el emblema de un escudo entrelazado por dos espadas y la cabeza de un león en el centro.

    -No se inquieten guardianes, no planeo hacerle nada a su sacerdotisa, se no tiene prohibido atacar a los seguidores de Fe.

    -¡Explica entonces porque han muerto familiares!- Lenron le preguntaba al león blanco por la situación que se vivía gracias a las órdenes de la reina Rasi.

    -Gente que se rebeló ante la corona, si responden mal ante nuestras peticiones, nosotros vamos a tratarles de la misma manera.

    -¡¿Cómo puedes decir eso tan tranquilo?!- Lenron estaba cerrando su puño con fuerza, pero al recordar que se encontraba en territorio enemigo, se calmó para evitar enfrentamientos que perdería.

    -Basta, ¿quieren continuar?, háganlo o me arrepentiré, pero no hagan alborotos.

    -Gracias, supongo- terminaba Lenron sin dejar de ver al soldado, que le seguía con la mirada. Todos continuaron caminando a paso rápido. Marko por detrás dejo notar a su Agumon, quien no había sido notado por el León Blanco.

    -¿Qué demonios es eso?- sacó el soldado blanco un arma en forma de rifle plateado, sosteniendo el gatillo en modo de advertencia.

    -Es un Digimon, no es una invocación- explicaba Marko, sacando de su gabardina verde una de sus cartas transparentes que brillaban como cristal.

    -No tengo idea de que sea eso, pero debes regresarla de donde haya salido- al decir eso el soldado, Agumon se quedó viendo a Marko con sufrimiento. Él sabía que estaría encerrado en forma digital dentro del Digivice, cosa que le molestaba.

    -Muy bien Agumon, debes entrar- le dijo Marko a su compañero, mientras sostenía un botón y mandaba una pequeña luz hacia el cuerpo de Agumon, para comenzar a envolverlo en franjas azules con disparos eléctricos que rápidamente disolvieron a Agumon del lugar.

    -¡Marko, no me gusta este lugar, por favor déjame salir!- se escuchaba la voz del monstruo dentro del Digivice, como una especia de video-llamada mostrando al Digimon en la pantalla del pequeño aparato de forma rectangular color rojo.

    -Vaya, eso es escalofriante- dijo Lenron al escuchar la voz del Agumon lamentándose.

    -Que curiosa forma la manera de meter a sus invocaciones, me encantaría poder comunicarme así con Luxray, para saber como se siente cuando no está aquí- decía divertida Rikka, mientras veía el Digivice del Tamer.

    -Seguramente te odiaría por meterlo en esta cosa, este lugar es de lo más incómodo- decía Agumon respondiéndole a Rikka, mientras ella seguía entretenida mirándolo por la pantalla.

    -Sigan su camino, y tengan cuidado, recuerden que para querer algo deberán perder algo del mismo valor- se escuchó aquel soldado de los leones, que bajaba su arma y despedía al grupo. Todos se preguntaron la manera en que se despidió, por eso todos voltearon a verle y preguntar a que se refería, pero una pequeña ventisca hizo que se perdiera de vista al hombre servidor de la corona.

    Al estar enfrente a la entrada que tenía como presentación una fortaleza de rocas apiladas en para avisar la entrada del pueblo. Se escuchaban las campanadas de la iglesia a lo lejos, con un cielo púrpura que teñía el paisaje del pueblo de hogares en arboledas. Entrando en el pueblo, percibieron que todas las personas regresaban a sus casas, subiendo las escaleras que rodeaban el tronco de los árboles, que iban directo balcones dando la puerta de entrada hacia sus casas.

    -¿Qué es les pasa?, ¿porqué corren?, necesitamos una posada o algo para descansar, somos viajeros y buscamos hospedarnos a descansar- Rikka se mostraba extrañada por la manera en que huían todos a sus hogares, mientras el grupo seguía caminando en el lugar desierto, tan sólo se escuchaba que se encendían los faroles anunciando la noche.

    -Supongo que los Leones blancos como están vigilando este pueblo, ordenan a sus habitantes aguardar en sus casas para su exploración- explicaba Lennet.

    -¿Qué clase de explicación?- el curioso de Aran no pretendía quedarse con la duda, quería enterarse de todo para comprender más a los guardianes.

    -La verdad no lo sabemos Aran, es lo que a nosotros, los guardianes y sacerdotes nos intriga, a pesar de que nos siguen para exterminar nuestras plegarias, últimamente se ha sabido que en realidad era para abrirse camino para una investigación- Lennet le respondía, pero con un poco de dudas, porque ella no estaba segura si realmente se trataba de una búsqueda.

    -¿Buscan algo?, ¿qué es?- seguía preguntando Aran, pero al parecer nadie sabía el plan del reino. Marko en cambio le parecía interesante la situación, pero su Digivice lo distrajo sobre la discusión del reino.

    -¡Marko!, al parecer hay una Bacteria en este lugar- le explicaba Agumon dentro del aparato.

    -Eso quiere decir, que no ha sido registrada esta área, bien Agumon, creo que tendremos trabajo aquí también- le dijo en voz baja Marko, pero los demás parecían preguntarse porque Marko permanecía detrás de ellos sin comentar nada.

    –He encontrado otra Bacteria.

    Todos se encontraban sorprendidos, pero recordaban que Yazhar y Lennet estaban muy agotados, necesitaban descansar, pero Marko encontró absurda su manera de evadir el problema, aún así también sintió que debía recargar sus energías. Los sacerdotes avistaron un letrero que le daba la bienvenida a los viajeros; una posada que se encontraba en un hermoso roble de hojas doradas, cayendo por cada escalón que el grupo subía hasta la cima, donde se encontraba la humilde posada para descansar después del viaje.

    Los escalones estaban envueltos de hojarascas, coloreado de oro cada paso que daban mientras rodeaban el árbol, sosteniéndose por un barandal de madera que se sentía completamente liso, haciendo notar que se preocupaban del más mínimo detalle en el pueblo en la arquitectura del lugar. Al llegar a la cima, les esperaba una gran puerta con hermosos vitrales tallados por ventanales de la casa, la cual reflejaba el resplandor de la luna que lentamente hacía su aparición. La gran puerta tenía enfrente de ella una especie de ofrenda, la cual consistía de un pan, flores, agua en una jarra de cristal, y un par de dulces, los guardianes no comprendían el porque los habitantes de aquel lugar hacían eso. Aran observó desde el balcón al árbol vecino de color verde oscuro, que igualmente frente a su puerta tenían una especie de recolecta de alimentos, por lo tanto, a pesar de no asegurarse que todos los hogares restantes tuvieran ese peculiar ofrecimiento, supuso que en el pueblo era una especie de tradición, pero como siempre, Aran seguía con preguntas.

    El viento aproximaba a la noche, y aunque todavía el grupo no anunciaba su llegada a la posada, la puerta de ella se abrió, al mismo tiempo que todas las luces del pueblo al igual que los faroles, se apagaron, dejando una misteriosa vista del pueblo envuelta en las sombras, tan sólo se podía escuchar el chocar de las hojas y ramas de la arboleda.

    -Entren por favor- una mano y voz femenina invitaron a la posada que parecida estar envuelta en las sombras por su escasa luz, aún así, la voz insistió que se introdujeran en la vivienda, al mismo tiempo que se escuchaba a un hombre dentro que preguntaba sobre una mujer. –Apresúrense, no me perdonaría dejarlos afuera, aunque mi esposo diga lo contrario- le dijo aquella mujer refiriéndose al hombre que no paraba de repetir su nombre.

    -¡Halya!, ¿qué pasa con la comida?

    -Ya voy Jhun… Dios, ese hombre me trae de un lado para el otro- decía la mujer, que por estar apagadas las luces, no se podía mostrar mas que su silueta por los vitrales- el grupo su situación, además de resumir un poco de su osadía en las montañas, exceptuando Marko y Yazhar, quien se encontraba debilitado. –Ya veo, debe haber sido un viaje largo, pero tendrán que disculparme, no tengo habitaciones disponibles, además, como notarán, la situación actual del pueblo nos obliga a hacer esto, y los soldados de los leones, avisaron de una búsqueda, que según ellos están por concluir-

    -Pero no comprendo tanto misterio, ¿porqué deben de apagar sus luces?- Iudia estaba preocupada por la situación del pueblo y del como los Leones les obligan a tal actos.

    -Las personas de aquí han solicitado la ayuda, y ellos respondieron.

    -Los leones no son de tratos tan sencillos, algo deben ganar a cambio por esto- decía Lenron analizando la situación.

    -Supongo que es la búsqueda, aunque no tenemos idea de lo que sea- decía Lennet, mientras con ayuda de Halya, le ofrecía sentarse en un banco.

    -A decir verdad, aquí se ha solicitado varios problemas, por ejemplo la pérdida de memoria se está propagando, no digo que sea una enfermedad, pero poro alguna razón, la vecinas aquí tienen un problema similar al de todos los de por aquí- decía Halya, mientras la voz ronca de su marido emitía un pequeño gruñido para avisar su llegada.

    -¿Por qué los metiste?, ¿qué tal si ellos tienen la peste?- decía aquel hombre con un tono de flojera junto con un bostezo.

    -No podía dejarlos ahí, ser dueña de esta posada me ha sabido entender que todo viajero necesita un hogar después de la aventura, un logar donde estar y no encontrar nada más, y este lugar es ese.

    -¿Disculpen, pero antes que nada, qué es la peste?- se inquietaba Aran por saber, pero ni Halya, ni su esposo supieron resolver la duda, ya que todo se debía a especificaciones de otros vecinos.

    En esos momentos, el lugar fue alumbrado por la pequeña pantalla de Digivice, que anunciaba la presencia de una Bacteria, lo cual le hizo levantarse del banco que le ofrecieron y dirigirse hasta la puerta, rechinando en cada paso en el piso.

    -¿Qué pasa niño bonito?- dijo Lenron lastimándose la vista por el Digivice iluminado en la oscuridad.

    -La Bacteria ya apareció, y es enorme- decía el Tamer Marko, que abría la puerta y dentro de la posada, se escuchaban varios escalones bajando, lo cual avisaba que Marko corría hasta llegar con la criatura, pero Marko sorprendería de una majestuosidad.

    -Oh por Dios, el castillo apareció- se asustó Halya al ver que entreabierta su puerta, podía reconocer a un enorme edificio que permanecía encima de toda la iglesia.

    Con algo de miedo, Halya no comprendía, pero estaba claro para ella que apenas estaba apunto de comenzar todo.
     
  9.  
    Melody

    Melody Entusiasta

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    Re: Barrera Líquida [Digimon|Pokémon]

    ¡Hola!

    Y yo que podría jurar que ya había comentado... rayos xD.

    En fin, mejor tare que nunca. Es un capítulo largo también, eso me gusta. Es interesante ver como se desarrolan los personjes a medida que avanzas con tu historia. Agumon de dip pena, debe ser frustrante estar ahí encerrado, supongo que lo mismo sienten los Pokémons en sus Pokéballs xD. Ese pueblo da miedo, parece que te vaya a salir un fantasma en cualquier momento xD.

    También has dado a conocer uno de esos guardianes de la reina, me imaginé todo un caballero de la Época Medieval xD. Me gusta el nombre que le diste al Tamer, Marko sigue siendo un poco misterioso.

    Tan sólo he visto algunos errores de dedo. Y también esto:

    Creo que en lo segundo también era exploración, por que sino no le encuentro sentido jeje.

    Bueno espero la próxima actualización para saber que ocurrirá con Marko y la nueva bacteria, suerte.
     
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