Barranco.

Tema en 'Isla' iniciado por Insane, 10 Abril 2019.

  1.  
    Insane

    Insane Maestre Comentarista empedernido

    Leo
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    Grandes rocas rodean este sitio que es el más alto de la isla. Aquí se puede obtener una vista panorámica de toda la isla. El viento sopla fuertemente en este punto y es el mejor punto de toda la isla para observar en dónde caerán los maletines y correr hacia ellos.

    Reglas del barranco:
    • Quien/quienes estén aquí recibirá un MP en donde tendrá un acertijo (o intento de acertijo(?) para predecir en que lugar caerá la maleta.

    • Es campo abierto, por lo tanto el encubrimiento no funcionará más que para lanzarse por el barranco y caer al mar. (Llegar a la playa por medio del mecanismo de los dados)

    • Para volver a la cascada se necesitan 2 post. (Si el personaje se encuentra solo y pasa 1 día y nadie más entra puede hacer los post seguidos)

      Liza White Kurone Tarsis GigiBlanche Raiven Fersaw The Pacman Alisse Madness Sekai Reual Nathan Onyrian

      [Dentro de unos minutos les diré en que zona cayeron en un nuevo post.]
     
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  2.  
    Insane

    Insane Maestre Comentarista empedernido

    Leo
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    En esta zona han caído: Frank Wagner & Shizuku Mamori.

    Fersaw & Kurone

    No olviden postear sus puntos de supervivencia en cada post. Hambre, sed, cansancio.

    En algunas ocasiones interaccionaré con ustedes en modo de decisiones limitadas. ¡Que empiece el rol survival!
     
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  3.  
    Fersaw

    Fersaw Las puertas se han abierto de nuevo

    Aries
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    -¡HIJO DE PUTA! -grito con todas mi fuerzas a los cuatro vientos tras levantarme y tener una extraña conversación acerca de una chica sádica. Miro en toda direcciones y en el horizonte puedo ver al helicóptero que alejarse-. Cobarde de mierda !Si te encuentro te parto el alma malnacido, padrino de mierda¡ !FUCK¡ -la desesperación me inunda a mas no poder, debo decir que esta combinación de miedo, incertidumbre e ira es nueva en mi.

    Que mas da no puedo llegar al helicóptero y arrancarle los ojos a ese demente padrino. Lo único que me queda es entender que hago aquí y que debo hacer, respiramos y contamos hasta diez para poder recuperar el control de mis impulsos.

    -Piensa Frack, ¿Que es esto lugar?... pues una puta isla, que mas. ¿Que hago aquí? pues no lo sé, no vine por voluntad, ¿verdad?... !Concéntrate pendejo¡

    No hay que pensar estoy demasiado iracundo como para deducir algo, así que me siento en una roca y sacó un cigarrillo para relajarme, solo el olor del tabaco me relaja y puedo analizar mejor el entorno. Una gran isla con ambiente tropical, estoy en un barranco bastante elevado que me permite ver bien cada rincón del lugar. ¿Acaso tengo que buscar algo a alguien?

    -¿Quizás el padrino quiere que mate a ese chica llamada Nakamura? Suena logico y retorcido a partes iguales -pienso con la mente mas clara-. Si es así Nakamura es una de las personas que estaban conmigo en el helicóptero, había muchas mujeres allí, podria ser cualquiera -paso el cigarro por mi nariz para inhalar ese aroma a tabaco-. Aunque si es así entonces alguien mas debe tener la misión de matarme a mi.

    Es una situación interesante y compleja a partes iguales. Miro la cosa que me pusieron en la muñeca, ¿será alguna clase de rastreador? no lo sé. Es pues que fijo mi mirada en la mujer junto a mi, parece ignorarme o está inconsciente. ¿Será ella Nakamura? ¿Tendrá la misión de matarme? ¿O solo es alguien que está en la misma situación de confusión que yo?

    -Oye, tú, te estoy hablando. ¿Quien eres?

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    Insane

    Insane Maestre Comentarista empedernido

    Leo
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    La mujer continúa dormida y por tu cabeza se pasan 3 oportunidades:

    • Experimentar una bimb sobre ella, y ver cómo funcionan. (Lastimándola, y hasta quizá matándola)
    • Robar sus pertenencias del bolsillo y lanzarla al mar.
    • Robarle el bolso de bimbs y marcharte del lugar en dirección a la cascada.
     
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  5.  
    Fersaw

    Fersaw Las puertas se han abierto de nuevo

    Aries
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    Frank Wagner

    -Parece que la chica no le fue bien en el aterrizaje, debió hacerse daño durante la caída -Pensé tratando de molerla para que despertara-. Que interesante oportunidad se me presente aquí -No puedo evitar sonreír ante esto.

    Miró la bola son esas extrañas cosas que me dieron, bims las llaman, se supone que sirven para lastimar. Miro a la chica inerte frente a mi, es una presa fácil quizas le haga un favor al acabar con su vida ahora.

    -A quien quiero engañar, solo tengo ganas de probar estas cosas sobre alguien -Rio ante mi propia estupidez.

    Es pues que tomo uan de esas cosas y la activo arrojandola sobre la chica.

    Frank arroja un bim sobre Shizuku Momori
     
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  6.  
    Insane

    Insane Maestre Comentarista empedernido

    Leo
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    El cuerpo comienza a arder, y aunque la mujer se mueve en desesperación al recobrar un poco de sus sentidos termina siendo calcinada en medio de las fuertes llamas, desprendiéndose el cristal de su muñeca calcinada.
    • Has obtenido una riñonera de 6 bimbs.
    • Has obtenido 1 cristal, te faltan 5 para ganar el juego y salir de la isla.
     
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  7.  
    Fersaw

    Fersaw Las puertas se han abierto de nuevo

    Aries
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    Frank Black

    Después de escuchar lo que esa extraña persona me dice, otra vez, y de ver como el cuerpo de esa chica sigue humeando, me fijo pues en el entorno. Hablan acerca de un maletín de alguna manera es necesario su contenido para sobrevivir.

    -Espero tenga algo de comida por que pronto me dará hambre, maldita sea -

    Me acerco al limite del barranco para ver mejor toda la isla, si esa cosa va a caer desde aquí podré verla sin problemas. Pasan algunos minutos y un helicóptero deja caer algo en la distancia, ese debe ser el dichoso maletín.

    -Perfecto, hacia allí debo ir, no parece ser muy lejos seguro puedo llegar antes que cualquiera si me doy prisa -Sonrió y me dirijo hacia allí, no sin antes volver a ver el cuerpo calcinado-. Mierda, la verdad es que era demasiado linda como para morir así... Que mas da, mejor ella que yo, ¿no? como si fuera la primera vez que lastimo a una chica linda -Vale, no puedo evitar reír, será mejor que encuentre a alguien por que esto de hablar solo me hace parecer un loco.

    Dejando mi tipica estupidez de lado me propongo bajar de este barranco para ir en dirección al lugar donde cayó el maletín.

    • Hambre: 7
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    Plus por primer asesinato 5 post restantes

    Rumbo a la cascada 1/2
     
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  8.  
    El Calabazo

    El Calabazo Y dime, ¿Quién soy yo?

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    Alexander Purchinov


    Finalmente luego de caminar tanto logre llegar a la cima, y vi a Rachel parada en la orilla del peñasco, todavía estaba empezando el amanecer y se podía ver como las luces del cielo se tornaban de tonos naranjas y rosados, las nubes tapaban por momentos al inclemente sol y los tonos oscuros de la fría noche estaban finalmente desapareciendo, las olas golpeando ferreamente contra las piedras en la orilla de la isla, las palmeras meneándose firmemente con el viento y revolcando el olor a sal marina golpeando en nuestras narices combinado con el olor de la hierba fresca, era un lugar húmedo, todavía conservaba el frió aquí.

    Era el amanecer mas hermoso que había visto hasta ahora, podía ver la diferencia real ahora, cuando era agresivo, cuando asesinaba, cuando engañaba, solo era adrenalina, solo era excitación por el momento, por sentirte superior a todo ser, era locura en su forma mas plena.

    Esto era distinto, se sentía mas cálido, sentía que mi corazón temblaba dentro de mí, me sentía frió por dentro y a la vez asustado, me sentía humano. Debe ser esto lo que llaman calidez y si no lo es, simplemente lo voy a llamar mi pequeña gran felicidad.

    Me acerque a donde estaba parada Rachel en aquella orilla y antes de que pudiera notarme me saque el saco y lo puse sobre sus hombros.

    — Niña, vas a pescar un resfriado aquí sola a la intemperie. Con esto al menos mantendrás un poco el calor ¿Sí?

    Mi voz sonaba quebradiza, se notaba que estaba asustado, decidí no verla fijamente, al menos por ahora, si no, no resistiría y dejaría que mis lagrimales corrieran, luego de tantos años pensando que ya no quedaban lagrimas en mí. Me quede observando al horizonte, a ver aquel hermoso cielo y como la luz se reflejaba sobre aquel lienzo tan hermoso, tan poético, algo cambio en mí, ella cambio algo en mí.

    — En verdad no pensarías que te dejaría hacer esto ¿No?, tenemos una promesa — reí un momento, pensando que diablos estaba haciendo ahora, este no era mi plan — T-te había prometido darte el final mas hermoso que me fuera posible y finalmente lo he hecho.

    Solté a Rachel por un segundo y me senté en toda la orilla, dejando mis piernas al aire permitiéndome balancearlas un poco, no lo hacia desde niño, no lo hacia desde que mi padre me daba impulso en el columpio cuando niño. ¿Qué hago recordando estas cosas? no es justo.

    — Rachel ¿Qué piensas que es realmente la muerte? tiene muchas connotaciones, tiene muchos significados realmente, no es simplemente el fallecimiento de la persona... hay formas de morir estando vivo, una y otra vez.

    Suspire y volteé a verla allí parada todavía con mi saco a sus espaldas y cubriendo sus pequeños brazos, parecía mas una enorme bata o incluso una gabardina sobre su pequeño cuerpo.

    — Cuando te conocí, ya estabas muerta, faltaba aquella chispa de vida que tenemos los seres vivos, simplemente tú estabas "apagada" y aprovechándome de eso, te utilice, te engañe y prometí terminar tu vida. Luego, luego simplemente te mande a morir a una pelea que sabia que si realizabas podías morir realmente y ¿sabes que encontré a tu regreso? — Nuevamente, estaba sonriendo como un idiota y mis manos temblaban.

    — Encontré a una jovencita que empezaba a tener un pequeño haz de luz dentro de sus ojos, te vi y vi a alguien que decía por dentro "¡quiero vivir!" enviándote al infierno se puede decir que he asesinado a la vieja tú y te he dejado renacer, al igual que nosotros dos, tú sabes que algo es distinto en tí ahora, finalmente estas de vuelta al camino de donde nunca debiste de salir.


    — Luego tuvo que venir un lunático y decir unas cuantas palabras para hacerte sentir una carga y que ahora pienses matarte, no seas estúpida, jovencita. Todavía te queda mucho por viv- — No llegue a notar hasta que fue tarde, que desde algún punto las lagrimas estaban saliendo de mi ojo derecho y deslizándose por mi rostro, fue a parar a mis labios y pensé sin mas: salado, mis lagrimas tienen un sabor salado.

    — "En tiempos de paz, los jóvenes entierras a sus viejos, pero en tiempos de guerra son los viejos quienes entierran a sus hijos" es conocimiento muy viejo, Rachel. En aquella Cascada descubrimos nuestra paz, y pienso protegerla. Por eso, deja que este viejo vaya a la guerra una vez mas, déjame proteger la única cosa que he podido amar en todos estos años ¿sí?.

    Estaba feliz, tenia miedo, pero estaba feliz y ya no importaba si me veían, si se daban cuenta que al final del día yo también era una persona y no una muralla sin sentimientos.

    —Eres una buena niña, Rachel. Simplemente necesitas un empujoncito de vez en cuando y tener a alguien con quien llorar y reir, Katrina puede darte todo eso. Esta es mi redención por todos mis males, Rachel, y no esta a discusión que seré yo quien vaya, no me hagas golpearte a tí y a Katrina y amarrarlas de un árbol para poder ir. — Me intentaba limpiar la cara con la mano izquierda pero de nada servia, ambas manos temblaban demasiado ya.


    Me logré calmar un poco, pero todavía conservaba el miedo, no quería morir así, pero tampoco dejar morir a alguna de ellas,
    salvarlas a ellas simbolizaba para mí ya mucho mas que mi propia vida, salvarlas significaba salvar mi alma y a pesar de vivir como un monstruo, poder morir como un hombre, igual que muchos otros que lo han dado todo por sus familias, poder sentirme aunque fuera
    por un segundo, tan grande como lo fue mi padre.


    — Ya no te quedes viendo, mocosa, dime algo, solo dime algo...


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    Última edición: 27 Abril 2019
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    Hygge

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    Rachel Gardner

    El sol comenzaba a ponerse en un horizonte que se extendía infinito frente a sus ojos, de pie frente al abismo. Sus cabellos dorados se mecían con la fuerza de la brisa marina, y las olas chocaban con fiereza bajo sus pies en un espectáculo digno de contemplar. Sus piernas estaban temblando, y el corazón golpeaba con fuerza contra su pecho.

    Aquella vez, la idea de morir estaba más cerca que nunca. A su alcance, tan solo un paso más. ¿Por qué demonios le estaba costando tanto, entonces?

    Supo, en medio de su indecisión, que el tiempo se había agotado para ella. Sintió entonces sobre sus hombros un nuevo peso, brindándole cierto calor en medio de aquella fría mañana. Giró su rostro, humedecido por las lágrimas, y le vio allí de pie junto a ella. Alexander no se dignaba a mirarla. Descendió su mirada, y notó sus manos temblar, apretándose en silencio.

    "Niña, vas a pescar un resfriado aquí sola a la intemperie. Con esto al menos mantendrás un poco el calor ¿Sí?"

    Sollozó en silencio al notar su voz quebrada por primera vez desde que le había escuchado hablar. Agarró los extremos del saco, abrigándose débilmente, apretando los ojos para contener las lágrimas mientras le escuchaba con atención. Cuando mencionó la promesa que había evitado cumplir al marcharse mientras dormían se sintió una horrible traidora, un ser aún más despreciable de lo que ya era. Hacerles sufrir con su desaparición, dejarles ese vacío sabiendo que no pudieron hacer nada por ella. Al cerrar los ojos la imagen de Kat derramando más lágrimas le partió el corazón en dos. Se merecía dar aquel último paso y dejarse caer al vacío.

    Pero Alexander hizo que su corazón se detuviera de súbito, y sus pupilas se encogieron ante una simple frase.

    "He cumplido mi promesa".

    La muerte no era únicamente algo físico. Rachel había muerto desde el mismo instante en el que sus padres exhalaron su último aliento, ya estaba muerta cuando arribó a la isla y los conoció. Y él mismo, al enviarle a un enfrentamiento como aquel, había hecho que las emociones le golpeasen de frente, como una mera terapia de choque. La vida la abofeteó hasta reanimarla por completo, desde el instante en el que Katrina divisó ese atisbo de vida en sus ojos había vuelto a renacer. Alexander había cumplido su promesa...

    Ellos ya estaban en paz.

    Rachel alzó la mirada hacia él, con la vista nublada y un nudo en la garganta que impedía que de sus labios saliesen más que palabras entrecortadas. La figura de Alexander le inspiraba admiración y cariño al mismo tiempo, y en aquel instante en el que le hacía saber de sus verdaderas intenciones, comenzó a sentir como un enorme abismo se extendía entre ellos, alejándole de su lado. Porque Alexander había decidido su destino desde el mismo momento en el que la vio partir, y sabía que no podría hacer nada por evitarlo. Se sentía frustrada, dolida, impotente. No quería dejarle marchar de su lado.

    Fue entonces cuando abalanzó su pequeño cuerpo hasta rodear con sus brazos al hombre en medio de su triste llanto.

    —N-No, no puedes hacer eso, Alex. Tú no... Katrina te necesita, tú la necesitas a ella tanto como yo —sollozó entre sus brazos, con la voz pastosa y quebrada por el llanto—. Si te vas, no podremos defendernos solas. Yo no... Soy débil, apenas volví en mí tras matar a un hombre con ayuda de otra persona. S-soy una carga, así que por favor, por favor... ¡Déjame ser yo quien se vaya!

    Se apartó lentamente de sus brazos, con sus orbes azules más claros que nunca. Brillando con una profunda admiración y tristeza que los volvían sumamente atrayentes, hipnóticos. Agachó su cabeza, como si las palabras se amontonasen en su pecho, negándose a salir. Pero no podía seguir guardándoselo por mucho más tiempo, no ahora. Necesitaba soltar aquello que llevaba tanto tiempo ocultando, sufriendo en silencio.

    —Yo... Merezco estar aquí. Mi vida ha estado abarcada por una constante dependencia emocional hacia mi familia, mis padres, quienes me daban su cariño de... —se detuvo un instante en silencio, y negó con la cabeza—. ...no, Danny tenía razón. Mis padres... no me querían, y yo les protegía constantemente porque eran lo único que tenía. Y yo era feliz, era feliz en medio de una mentira que yo había creado. Me convencía a mí misma de que de verdad era feliz. Mentí a mi mejor amigo durante años cuando cada noche sufría en silencio las heridas físicas y emocionales que me habían dejado aquel día.

    >>Mi padre mató a mi madre frente a mis ojos. Le tenía un profundo odio que era incapaz de comprender, y luego se abalanzó hacia mí. Lo único que recuerdo es... —su voz comenzó a quebrarse, y su llanto se intensificó. Jamás había hablado de todo aquello, y remover fantasmas del pasado solo le quemaba más y más por dentro—. ...lo único que recuerdo es su sangre deslizarse cerca de mis piernas, y el sonido de un objeto contundente caer muy cerca de mí. D-desde entonces yo... yo morí por dentro. Me encerré en mí misma... ya nada merecía la pena. Pero no podía acabar con mi vida, era demasiado cobarde para ello.

    >>Por eso, al llegar aquí, os vi como mi vía de escape. A pesar de que sentisteis que me utilizasteis, yo estaba haciendo lo mismo con vosotros. Erais tan solo un salvavidas para mí, un mero objeto. No tenía intención de ayudaros, no me importabais mas que para mi propio beneficio. No podía sentirme egoísta conmigo misma, porque no sentía nada. Pero al conoceros mejor, me sentí cruel conmigo misma, porque vosotros merecéis vivir mucho más que yo. Vosotros luchasteis desde el principio, y yo simplemente me rendí. No es justo, Alex... ¡No es justo! ¿¡Por qué tengo que ser yo, la cobarde asesina que solo desea morir!?

    >>Si necesitas que te prometa que viviré...


    >>...Pero por favor, ¡no nos dejes!

    Y allí, con los brazos cruzados frente a sus ojos, ocultando el llanto de rodillas, sintió como cada uno de los fantasmas de su pasado, aquella aura rojiza que la rodeaba, se limpiaba con sus lágrimas y purificaban su alma. Al abrir de nuevo los ojos empañados, el mundo dejó de verse con tonalidades fúnebres, y una capa de luz la deslumbró por completo.

    Estaba sufriendo por primera vez una especie de catarsis en su piel. Volvía a sentirse viva por dentro.
     
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  10.  
    El Calabazo

    El Calabazo Y dime, ¿Quién soy yo?

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    Alexander Purchinov



    Desvié mi mirada por ultima vez al exterior, mi ultimo amanecer y después me levante mas aliviado, acaricie el pequeño rostro de Rachel, su piel seguía siendo tan lisa como aquella noche donde nos la encontramos, de un tono tan blanquecino. Nunca me detuve a morir con mayor determinación esos pequeños ojitos de ese azul tan vivo, Rachel era linda, no me di cuenta antes. Camine un poco y me puse de espalda a ella mirando al camino para regresar a la Cascada y poniendo mis manos en los bolsillos de mi pantalón.


    — Las personas van y vienen niña, nadie es eterno. Estamos aquí un día de repente, no sabemos porque nacemos, no sabemos la razón de nuestra efímera existencia y solo se nos pide una pequeña cosa en este raro mundo, nos piden vivir. — Saque una carcajada animada y procedí a rascar mi cabellera un poco.

    — Oh si, Rachel es una niña muy débil, en verdad, tan lastimada y llorando por cosas que estaban fuera de sus manos todo el tiempo, sí, ¿Porque razón debería vivir alguien así? Que bueno que ya esa niña esta muerta ¿Verdad que sí, Nueva Rachel? venga ya, deja de llorar — Me di la vuelta para sujetarle su carita, pase mi mano por su cara para sacarle las lagrimas — Sí, definitivamente te ves mejor sin lagrimas de por medio.

    — No estés triste ¿Quieres? todavía no estoy muerto, todavía... Las personas no somos eternas, Rachel. Las despedidas son parte de la vida, son parte de nosotros, entiéndelo. Todos estamos vivos un pequeño segundo, y durante ese pequeño segundo conocemos a otras personas que de una forma u otra nos terminan marcando para bien o mal, terminan autografiando nuestros corazones y almas, para que todos sepan que estuvieron allí. Eres una niña ruda Rachel, no lo olvides, has pasado por tanto e incluso deseando morir no lo lograbas, eso dice mucho de tí. Katrina sera una basura si no estas tú por allí para hacer que no lo arruine todo. Eres como su hermanita pequeña, y creo que ella piensa lo mismo ya, si es que no te ve como su pequeña y ve el lado bueno, al menos sabe una nana para dormirte por las noches...


    Intente mantener una cara amable en todo momento para calmar a la pequeña, pero ya no quedaba mucho mas por decir realmente, tardar mas significaba apegarme mas a ella, apegarme mas a mi vida y en un atisbo irracional hice finalmente algo que no creo que nadie pensara verme jamas.

    — Déjame hacer algo — Tome a Rachel desprevenida y la levante con mis brazos dulcemente — ¿Quieres ir a ver a Katrina colgando así de mi, o preferirías hacerlo sobre mi espalda como un caballito o sentada sobre mis hombros? Digamos a Katrina que me viste subir acá arriba y siguiéndome te caíste y tuve que llevarte así de regreso, un pequeño secreto ¿sí? también deberías de guardar bien esa carta que me tiraste encima, esta dentro del bolsillo interno del saco que cargas puesto. El saco también puedes quedártelo, le sacaras mas provecho que yo.

    Comencé a caminar cargándola de camino a la Cascada, mi pierna no se resentía con ese peso extra sobre ella, era una ultima bondad que me daba este mundo, supongo.

    — Ummh... ¿sabes? todavía no he comido nada desde que llegamos a esta Isla ¿Qué te parece tener un pequeño compartir antes de que parta?

    Y esto, estos pequeños momentos que descubrí aquí, eran la felicidad.

    >>>> Rachel y Alexander van a la Cascada
    Vida: 100/100
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    Cansancio: 9/10 (2/2)
     
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    El Calabazo

    El Calabazo Y dime, ¿Quién soy yo?

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    Alexander Purchinov


    Camine lentamente con el sol golpeándome de frente en dirección al barranco, creía haber visto una ruta desde donde poder bajar y llegar a la playa.

    — Entonces, esto es todo, ¿No?

    Me acerque a la orilla del barranco, el mismo lugar donde me había sentado al lado de Rachel y con lentitud fui bajando un poco entre las rocas para disminuir la distancia de donde lanzarme, luego de unos minutos había bajado lo suficiente como para poder tirarme desde un pequeño peñasco que se escondía desde la parte de arriba.

    —Aquí ellas no me verán, no quiero que vean a donde me dirijo, no quiero que me sigan.

    Antes de seguir pensándolo, me tiré sin mas al agua, estaba fría, pero podía llegar por aquí nadando un poco aprovechando la marea baja a la playa, si voy a irme, al menos quiero hacerlo desde un lugar donde no me puedan encontrar, donde las olas puedan llevarme y evitarles a ambas la imagen de verme destrozado, quiero que me recuerden mientras estaba vivo, que me recuerden y piensen en mí de acuerdo a como fui en mis momentos finales con cada una.

    Al menos quiero morir, en la forma y lugar que escoja, quiero morir... pensando que fui feliz.


    >>>> Alexander va a la playa
    Vida: 100/100
    Hambre: 6/7 (2/3)
    Sed: 7/7 (2/3)
    Cansancio: 8/10 (1/2)
     
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