Bajo las alas de tus ángeles

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Dragonfly, 21 Noviembre 2008.

  1.  
    Baldur Prime

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    Re: Bajo las alas de tus ángeles

    muy buena continuacion de tu fic
    me gusto mucho tu trabajo, sigue asi Dragon-chan
    sigue asi, te felicito mucho por tu trabajo
    espero con ansias el saber que pasara ahora
    n.n
     
  2.  
    Dragonfly

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    Re: Bajo las alas de tus ángeles

    Van a querer matarme XDD Esque... etto... emm... estoy castigada de nuevo -w- Y sé que prometí poner las continuaciónes más seguido, pero no tengo tiempo de nada D:

    Bueno, sin más que decir, subo una parte de esté capitulo (:

    Ciaoo!! Kisses!! ;D
     
  3.  
    Dragonfly

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    Re: Bajo las alas de tus ángeles

    23.- Secuestro.

    Era una mañana tranquila en Tengoku, los guardianes estaban almorzando mientras platicaban animadamente.

    -¿Kurokaze?- lo llamó una chica de cabello corto y negro.

    -¿Qué pasa, Mary?- preguntó el chico, quien estaba frente a ella en la mesa.

    -¿Podrías traer el postre? Está en la nevera, ah, y por favor trae también las galletas que están en la alacena de arriba- le dijo la chica más como una orden que como una petición. El chico enarcó una ceja y se levantó de su lugar.

    -De acuerdo- soltó el chico entrando a la cocina. Cuando Mary vio que se había adentrado a ella lo suficiente, habló en un tono no muy alto pero lo suficiente como para que todos la escucharan.

    -Chicos, ¿Saben quien cumple años mañana?- preguntó Mary, mientras todos trataban de hacer memoria.

    -¿No es el cumpleaños de Kurokaze?- preguntó Konae. Mary asintió con la cabeza.

    -¡Genial!- exclamó Nero, la chica que le tenía más cariño al chico. - ¿Porqué no le organizamos una fiesta sorpresa?- volvió a preguntar. Todos comenzaron a planear una fiesta perfecta, hasta que el chico volvió con tres litros de helado de chocolate, y unas galletas y todos guardaron total silencio.

    -¿Quién quiere postre?- preguntó Kurokaze animadamente.

    -¡Yo!- gritó Mariana más emocionada que los demás. Mientras que todos soltaban una risita.

    Mientras tanto, en el inframundo. Satán cruzó la puerta de entrada soltando una risotada sádica, morbosa, una risa que haría que la tierra se desplomara. Pasó por el largo pasillo de tierra que rodeaba un montón de cráneos huecos, esqueletos, o pedazos de humanos. El vestía elegante, como siempre. De traje ajustado de un color rojo opaco, mientras que en su cabeza un fino sombrero que hacía juego con el traje.

    Siguió caminando hasta llegar a lo que parecía ser una silla enorme. Claro, el trono del rey del infierno. La silla estaba hecha con lo que parecían ser cuernos enormes que sobresalían del suelo, cada uno clavado con muchos cráneos. Se sentó en el trono cruzando una pierna y apoyándose sobre los nudillos rojos de su mano en uno de los costados de la enorme silla.

    -Juliette…. – soltó el Diablo casi en un susurro, como si hubiera pensado en voz alta. En cuestión de segundos, una chica de cabellos largos y negros con una pálida piel se acercó a donde estaba él.

    -¿Me llamó, amo?- preguntó Hadlli con un tono inexpresivo mirando al hombre –si se le puede llamar así- mientras se arrodillaba a la derecha del demonio y ponía sus dos manos en el respaldo del trono.
    -Mira el regalito que he traído a casa- dijo el hombre burlón mientras chasqueaba los dedos, y de entre lo que parecía ser una erupción de fuego del suelo, aparecían dos chicos inconcientes amarrados de pies a cabeza con cadenas oxidadas. Los dos chicos estaban vestidos de blanco, uno era castaño y el otro rubio. Hadlli ya los había visto antes, pero no recordaba donde.

    -¿Quiénes son ellos?- preguntó la chica como si el asunto no le interesara.

    -Verás, ellos son amigos de esos guardianes que tanto me irritan. Los capturé cuando lo que llaman ellos, ‘‘La puerta divina’’ se abría.-pronunció Satán mencionando el nombre con tono de burla, al ver que la chica no sabía de que hablaba se apresuró a explicarle -Verás, para reencarnar hay una espera que hacer. En lo que esperas, vives en el cielo, como si nunca hubieras muerto, solo que con otras personas, ya sabes lo muertos y esas cosas. Cuando llega tu turno, te hacen un montón de preguntas sobre tu vida, y según lo que respondas te darán otra forma de vida. Entonces te suben a lo que parece ser una barca, o una canoa y tienes que atravesar la puerta divina para que sin que puedas recordar que pasó… ya estés en otra vida, abriendo los ojos y mirando el mundo a tu alrededor…- explicó el hombre de manera… melancólica.

    -Señor… ¿Puedo preguntar porque sabe tanto de eso?- preguntó la chica completamente intrigada.

    -No toda mi existencia fui así Juliette- le dijo el chico mirando sus manos, las cuales tenían unas enormes garras negras que resaltaban en su piel rojiza.

    -¿Qué fue exactamente lo que le sucedió?- preguntó la chica moviendo un mechón de su cabello tras su oreja.

    -Yo quería poder. Y estuve tan cerca de lograrlo.- dijo el hombre mientras se paraba y ponía sus brazos como si levantara pequeñas pesas en cada una de sus manos y luego hacía unos puños en ellas. – ¡Pero esos malditos ángeles del consejo! Decían que veían maldad en mí… por lo que no podía convertirme en un Diós.- gritó enfurecido, pero luego torció su cara para hacer una sonrisa de lado y burlona. – Pero no se equivocaron en eso…- dijo el hombre mientras soltaba una carcajada que resonó dejando un eco en todos lados. Luego se calló y volvió a sonreír de lado. –No importa… cuando mi plan haya resultado me vengaré de todos esos malditos que me condenaron a estar aquí.- pensó en voz alta mientras caminaba por el pasillo.

    -Señor… ¿Cuál es su plan exactamente?- Soltó Hadlli, que más que una pregunta sonó a una orden de que le contestara. El hombre la miró mientras que ella se paraba del suelo.

    -Juliette, no estoy seguro de confiar en ti…- sonrió el hombre mientras que la chica se ponía tensa. ¿La había descubierto acaso? No, era imposible. Ella había calculado perfectamente el tiempo en el que él se ocupaba masacrando gente para salir a atender su alianza. –Últimamente pasas mucho tiempo fuera de éste lugar- volvió a decir el hombre mientras aparecía detrás de ella y movía un mechón de su cabello entre sus dedos. -¿Recuerdas porque estás aquí?- preguntó Satán en tono burlón.

    -Claro que lo recuerdo. Yo quería venganza… y tu concediste mi deseo.- contestó la chica apretando sus nudillos.

    -Recuerdo claramente esa noche- dijo el hombre mientras caminaba hacia donde estaban los dos ángeles atados. –Si mal no recuerdo, tu padre asesinó a tu madre cuando estaba borracho, ¿o me equivoco?- preguntó el Diablo mirando cada reacción de la chica, quien solo agachó la mirada. Soltó una risa ahogada. –Bueno, dejemos los días felices de lado, mientras te explico tu próxima misión. Es sencilla: Debes traerme al ángel guardián cuya aura es blanca. – le dijo el hombre a lo que la chica lo miro, de nuevo, inexpresivamente.

    -¿Cómo sabré quien es?- preguntó la chica con la mirada seria.

    -Eso mi querida Juliette, ni siquiera yo lo se- le dijo el hombre, quien se puso serio por primera vez. –Pero… sé que cuando se acerqué a esté cristal- mencionó el rey de las tinieblas mostrándole algo así como un collar en forma de rombo blanco, adherido a una cadena de plata; - se volverá de color azul- le dijo el hombre entregándole el collar. La pelinegra tomó el cristal colgándoselo del cuello para no perderlo.

    -¿Para que quiere a ese guardián?- volvió a preguntar la chica.

    -Paciencia… ya lo sabrás, cuando tenga en mis manos a ese guardián de aura blanca- dijo el hombre apretando sus manos. –Mientras tanto, encárgate de poner cómodos a nuestra visita- Sonrió el hombre burlón mientras caminaba entre los cráneos hacia una inmensa puerta sostenida, por lo que parecían, dos hombres desnudos encajados en la pared. Era como si estuviesen pintados, pero en una tercera dimensión. El hombre abrió la puerta, y de inmediato se escuchaban las almas gritando de dolor mientras suplicaban piedad. Luego cerró de un portazo.

    Hadlli se acercó a los chicos, mientras los movía con la mirada hacia una especie de jaula que estaba hecha con huesos que sobresalían de las rocosas y rojizas paredes. Cuando los dos ángeles estuvieron dentro, la chica salió cerrando los huesos cuando una especie de enredadera negra comenzó a formarse entre los huesos para sellarlos.

    La chica sonrió de lado mirando al joven rubio. Le pareció lindo, y de algún lado su rostro se le hacía familiar. Trataba de recordar pero nada llegaba a su memoria. Entonces solo trató de olvidar el tema y comenzar a reunir algunos demonios infernales para que la acompañaran en su captura del ángel con aura blanca.

    Mientras tanto, en Tengoku, Nero estaba manteniendo ocupado a un chico de cabello largo atado en una cola de caballo baja. El chico obedecía, como buen amigo y guerrero, las peticiones –muy extrañas, debía agregar- que le hacía la chica, como ayudarle a acomodar los libros por orden alfabético, color, tamaño, grosor, etc.; limpiar los cuadros de la oficina de Baldur, limpiar los candelabros de todas las habitaciones –y como había en ese lugar- entre otras cosas.

    Paso toda su tarde haciendo tareas hasta que Nero por fin dijo con una tímida sonrisa: Es todo. Muchas gracias- Kurokaze la miro por unos momentos ‘‘Si que es una chica extraña…’’ pensó el chico, ‘‘Pero sí que es linda’’ agregó sonriéndole.

    -No hay problema- la chica, al ver esa sonrisa de oreja a oreja, no pudo evitar esquivar la mirada de su amigo mirando el suelo, completamente sonrojada. Mary entró a la habitación llamando la atención de los dos chicos quien le mandó una mirada a su compañera, era la señal de que podían entrar.

    -¿No vienen, o quieren que los deje solos un momento?- preguntó pícaramente la chica mientra movía de arriba abajo sus cejas, haciendo que los dos jóvenes se sonrojaron bastante.

    Kurokaze entró después de sus dos compañeras a la sala, donde un enorme grito lo dejó realmente sorprendido.

    -¡Sorpresa!- gritaron los guardianes y los demonios, quienes habían sido invitados a la fiesta. Kurokaze sonrió de oreja a oreja. En la entrada de la sala había una pancarta de colores con una letra medio infantil, que decía ‘‘¡Felicidades por tu casi cumpleaños!’’. Junto a la pared, había una mesa llena de toda clase de comida, y lo que nunca falta en una fiesta: ponche de frutas. Había globos de colores colgando y también en el suelo, y el área donde se suponía estaban los sillones, ahora estaba despejada para usarse como pista de baile.

    -Chicos… esto es… ¿para mi?- preguntaba el castaño sin poder creerlo aún, -nadie había hecho algo así por mi. Gracias- decía el joven mientras seguía sonriendo.

    -La idea fue de Mary- dijo Baldur, Kurokaze enseguida la miró y ella sonrió tímidamente mientras que sus mejillas se encendían de color carmín.

    -Pero… mi cumpleaños es hasta mañana - dijo el chico de nuevo recordando la segunda razón de la sorpresa.

    -Bueno, no pudimos esperar y quisimos adelantar la fiesta- le contestó Megumi sonriendo.

    -¿Podemos empezar con la fiesta ya?- preguntó Rosi con un tono de desesperada. Todos rieron por la forma en que habló Rosi, para después poner algo de música y empezar a bailar.

    -Salva…- soltó Madeleen derepente tomándolo de su brazo izquierdo. El joven la miro mientras ella le sonreía. –Vamos a bailar- dijo la chica mientras soltaba una sonrisa más grande. El chico se soltó de su brazo y agachó la mirada, algo sonrojado. Salvador tenía una camisa de un color entre color vino y rojo sangre, unos jeans oscuros que parecían pantalón formal haciendo complemento con unos tenis al estilo converse de color negros; mientras que made tenía un vestido de color uva con encaje negro. Era straple de la parte superior, y por la parte de abajo, caía en diagonal hacia la izquierda, dejando a la vista solo una rodilla y la mitad de la otra, el vestido tenía un moño que caía con la forma del vestido, igual en diagonal.

    -Es que… no se bailar- dijo el chico de manera ligera, casi inaudible, pero la castaña lo escuchó y sonrió.

    -¡Yo te enseño!- le dijo Madeleen más animada. Luego se lo llevó casi a rastras hacia un balcón donde pudieran estar solos. Puso su mano derecha en el hombro de Salvador, y acomodó la mano derecha del chico en la cintura de Madeleen, mientras que sus manos izquierdas estaban unidas.

    -Solo sígueme…- le dijo la chica moviendo un pie hacia atrás mientras Salvador lo movía hacia delante, luego Made movió su otro pie hacia atrás y un lado, y el chico la siguió mientras veía sus pies junto con los de la chica.

    -1…2…3… 1…2…3….1…2…3…- decía suavemente la chica marcando el tiempo para mover cada pie dándole un suave ritmo a sus pasos.

    -No es tan difícil como pensé- dijo el chico sonriendo porque había aprendido como hacerlo.

    -¿Quieres algo más difícil?- preguntó la chica sonriendo de lado de una manera coqueta. -¡¿Te enseño tango?!- preguntó la chica emocionada. Y más que una pregunta parecía una afirmación. Salvador suspiró y le sonrió, lo que la castaña tomó como una afirmación.

    -Muy bien, el tango es más mover y cruzar las piernas- le explicó la chica mientras daba un pequeño ejemplo con sus piernas. Made tomó las manos del chico mientras le hacia una seña para que la siguiera. El joven trató de mover sus piernas igual, pero terminó pisando a la chica más de una vez. Y sus pies no eran ni muy ligeros ni muy pequeños, así que Made soltaba algunos quejidos de vez en cuando.

    -Perdóname Made, no puedo- dijo el chico apartándose de ella.

    -Si puedes, es la primera vez que lo haces, ya verás que con practica lo lograrás- le dijo la chica animándolo a con una sonrisa. Eso bastó para convencerlo. Siguieron practicando hasta que el tiempo se les escapó de las manos. Ya habían pasado por lo menos dos o tres horas, cuando una voz femenina y chillona los llamó.

    -Chicos… la fiesta es adentro- Dijo Mariana mirándolos cuando unos brazos aparecieron rodeando la cintura de la chica. La castaña tenía un vestido turquesa, era un estilo sencillo pero resaltaba un moño plateado en la cintura.

    -Oye, tu también te estabas escapando- la regañó un ojinegro, mientras que ella se sonrojaba. Aldo tenía unos jeans con una camisa negra que hacía contraste con su piel y sus ojos oscuros, con unos tenis iguales a los de Salvador.

    -Es que… estaba algo aburrida ahí…- trató de buscar una excusa, Aldo mordió su cuello por detrás, pero levemente sin hacerlo sangrar.

    -Hola… seguimos aquí- dijo Salvador con algo de molestia porque los habían ignorado.

    -Oh, si…- exclamó la chica apartándose del pelinegro. –Baldur me dijo que les dijera que ya vamos a cortar el pastel, así que entren para cantarle a Kurokaze las mañanitas[FONT=&quot][1][/FONT]-

    Los cuatro chicos entraron, y estaban las luces apagadas, y todos rodeaban a Kurokaze y un pastel con unas cuantas velitas encendidas, que eran en ese momento la única iluminación de la habitación.

    Hadlli había logrado entrar sin llamar la atención, y entre tanta gente no era posible ser reconocido. Un par de ‘‘guarda-espaldas’’ estaban con ella, para atrapar al dichoso ángel guardián de aura blanca.

    Se acercaba cuidadosamente a cada ángel esperando que el cristal que tenía colgando en el cuello se iluminara, se aproximó a dos castañas: una de cabello largo y otra de cabello corto, y otra chica de cabello igual de castaño pero más largo. Hadlli se puso en medio de las dos pensando que ninguna de ellas sería, cuando el cristal se iluminó. Trató de regresar y ver quien era la chica, pero la gente la apretó aún más cuando Kurokaze iba a morder el pastel. Se acercó de nuevo a esas chicas con cautela antes de que las luces se volvieran a encender, y de nuevo el cristal se iluminó, les hizo la señal a sus guardaespaldas para que se acercaran a la chica. Pero entonces alguien empujó a una de ellas alejándola un poco de los demonios. El cristal perdió su resplandor, pero Hadlli no se dio cuenta y tomó a la chica equivocada. Justo cuando las luces se encendieron, ellos ya habían desaparecido.

    Después de repartir el pastel Kurokaze se aproximó a la mesa donde hace momentos estaba su amiga Mariana, con un enorme plato de pastel más grande que el de los demás.

    -¿Y la pequeña?- preguntó Kurokaze haciendo referencia a Mariana.

    -No lo se, estaba aquí hace un momento- le contestó Salvador mirando a su alrededor.

    -Ahora que lo dices, hace rato que no la veo- dijo Madeleen buscándola por el salón. Aldo se levantó de su silla y salió a buscarla a los balcones, pero no estaba ahí. Decidió buscarla en su cuarto y nada. Luego la buscó en los baños y tampoco. ‘’Perfecto’’ pensó el chico con sarcasmo mientras abría una y otra puerta en busca de la castaña. Estaba comenzando a desesperarse.

    Mientras tanto, una castaña abrió los ojos encontrándose con la oscuridad. No veía nada, y al parecer estaba dentro de algo. Escuchaba voces, era una chica y su voz era tan familiar; había otras dos voces masculinas. Además de las voces escuchaba los pasos de varias personas, no muchas, pero eran más de una.

    Luego, los pasos se detuvieron y ella calló al suelo, estaba segura de que estaba en una especie de saco o algo así. Prestó más atención a lo que decían las voces.

    -Díganle al amo que llegamos con su ángel de aura blanca- dijo la voz de la chica con tono de fastidio. Luego se escuchó el sonido de una puerta, y seguido de eso después de unos minutos, una risotada maléfica que hizo que a la chica se le erizaran los cabellos.

    -¿Y bien? ¿Dónde está?- preguntó la voz que era la dueña de aquella risa.

    -Está en el saco- respondió la chica abriéndolo dejándole ver su rostro a Mariana. Era Hadlli, quien la sacó de un estirón arrebatándole un pequeño grito de dolor.

    Satán la observó por unos minutos y luego miró el cristal. Su sonrisa se borró por completo al ver que el cristal no se iluminaba ante la presencia de la chica.

    -¡Idiotas! ¡Me trajeron a la chica equivocada!- gritaba el Diablo enfurecido. -¡Ustedes! ¡Son unos incompetentes! ¡No pueden hacer nada bien!- maldecía una y otra vez el demonio saliendo de la habitación dejando solas a Mariana y a Hadlli.

    La pelinegra la miró y antes de que ella pudiera decir una sola cosa, la golpeó en la nuca dejándola inconciente.

    -Ni creas que vas a salirte con la tuya Satán… de eso me encargo yo. No dejaré que obtengas a Madeleen…- dijo por ultimo la chica, mientras metía en la misma jaula donde estaban Chris y Miguel, a Mariana.

    [FONT=&quot][1][/FONT] Aquí en México se les llama las mañanitas por la letra y así, pero en otros lugres las conoces como la canción del cumpleaños, el Happy Birth-day, entre otras (:
     
  4.  
    Baldur Prime

    Baldur Prime Fanático

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    Pluma de
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    Re: Bajo las alas de tus ángeles

    excelente continuacion de tu fic
    gracias por seguirlo DragonFly
    te lo agradesco mucho
    tienes mucho talento, me encanta el leer tu fic
    sigue asi, espero con ansias el leer mas de tu gran obra literaria
    tienes una gran forma de escribir y no tienes errores de algun tipo
    aqui esperare la continuacion
    n.n
     
  5.  
    all dark

    all dark Iniciado

    Cáncer
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    Re: Bajo las alas de tus ángeles

    omg! omg! omg! aprendi a bailar! lol xDDDD

    Mariana!!! esta conti ruleo (lol)

    Asi que... quieren secuestrar a mi angel ._. ok, espero matar gente en la proxima conti! xDDD

    xDDD creo que eso es lo que suele pasar xD

    bueh, me despido! sigo trabajando en el tema del fic (aunque en acustico x ahora Dx)

    Dew! \m/
     
  6.  
    Rosi

    Rosi Iniciado

    Escorpión
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    Re: Bajo las alas de tus ángeles

    :o teniaaaaa timee sin leer este ff xP gomen..
    pero los 2 capis q e leido se ven interesante xP ... ay mariana tengo q felizitrate xq el fic a todos les encanta =D creo q este fic es lo unik bueno del grupo de los "angeles de badur primer" mmmm... ahorita no tengo ni una idea para hacer actividades y el grupo cada ves como se pone mas solitario bueeeh.. esta super tus contis espero q sigas con el fic me da cierta curiosidad de como acabara esta historia xDDD
     
  7.  
    Dragonfly

    Dragonfly Entusiasta

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    Bajo las alas de tus ángeles
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    Re: Bajo las alas de tus ángeles

    waa! que feliz soy! *-* Abrieron mi fic de nuevo!! ToT Mil Gracias!

    En mi defensa estube ocupada con los exámenes finales de la secundaria. Luego los ensayos de la graduación. Luego el exámen de ingreso a la preparatoria y agradesco al cielo que si quede! *-*

    Aquí tienen la continuación! :D

    24.- Cambio de identidad.

    Entre las penumbras de la noche, en el abismo infinito, el lugar más apartado del cielo en el centro de la tierra atravesando el núcleo del planeta, penetrando el calor infernal… si, esa palabra ‘‘Infernal’’, en el mismo infierno se encontraba una joven de cabellos largos y oscuros como la misma noche, mientras que su piel era blanca como la nieve más pura.

    Estaba tumbada boca abajo en una cama hecha por algunos restos de huesos. Su brazo estaba extendido hacia el suelo, mientras se movía de un lado a otro.

    -Que aburrición… - bufó la chica para si sola. La puerta de su habitación se abrió estrepitosamente mientras que una mujer la atravesaba. Su cabello era castaño ceniza y sus ojos verdes esmeralda, poseía unos labios grandes y carnosos. Estaba vestida con un traje que apenas y cubría lo necesario de su cuerpo, del cual resaltaban dos enormes senos. Y valla que eran enormes. El traje dejaba a la vista su ombligo y sus piernas, además de que su pequeño short apenas y cubría lo suficiente de su trasero.

    -Lujuria… ¿Qué haces aquí?- preguntó molesta la chica, mientras veía como la mujer se pasaba un dedo por los labios y luego lo lamía.

    -El amo quiere verte- le dijo sonriendo de una manera coqueta. A lo que Hadlli solo soltó un pesado suspiro y paso por la puerta como si no hubiese nadie ahí.

    Lujuria la siguió por los pasillos mientras hacía sonar sus altos tacones de 15 cm, y hacía notar su seductor caminar. El sonido de sus tacones comenzó a desesperar a la pelinegra, y justo cuando estaba a punto de gritarle que desapareciera, la mujer habló.

    -Debo irme… hay un par de chicas que debo castigar- sonrió la mujer mientras daba vuelta en un pasillo que se cruzaba con otro.

    ‘‘Deben ser otras prostitutas’’ pensó la chica sin tomarle importancia al asunto. Mientras chocaba al dar vuelta en un pasillo con una enorme figura.

    -¡Lo siento, Gula!- se disculpó gritando la chica mientras veía a un enorme hombre calvo frente a ella. Al hombre no se le veían los ojos, ya que estaban ocultos bajo un manto de ‘’lonjas’’ en donde se supone van las cejas. Sus brazos parecían tener un sweater que no le quedaba, ya que dejaban colgando demasiada carne, al igual que sus piernas. Sus pies no se identificaban ya que parecían una bola de carne al igual que sus manos. En su mano derecha llevaba lo que era un jamón enorme, y con la otra arrastraba a un hombre gordo.

    -El amo te está buscando… y parece estar enfadado- dijo el hombre mientras hablaba con la boca llena y difícilmente se entendía lo que decía.

    Hadlli soltó otro bufido y siguió caminando hasta llegar a una enorme puerta, donde lo esperaba un hombre de rojo con cuernos que sobrepasaban su sobrero de pluma.

    -Oh… mi querida Juliette… - exclamó el hombre calmadamente, mientras sonreía de manera morbosa.
    ‘‘Pues yo no lo veo muy enfadado’’ pensó la chica mientras se acercaba al hombre calmadamente y luego se inclinaba frente a él como si se tratara de un rey.

    -¿Me llamó usted, amo?- preguntó inexpresivamente la chica, como siempre.

    -Juliette… estaba a punto de estrangularte pero me has dado una estupenda idea…- sonrió el diablo de manera macabra mientras se levantaba y se acercaba a ella para tomarla de los hombros.

    -Te harás pasar por la chica que trajiste, y averiguarás más sobre esos ángeles… si me cumples con esta misión, te daré lo que más anhelas… tu libertad- le susurró el hombre esas ultimas palabras haciendo que la chica se quedara en estado de shock.

    -¿Cómo hago eso?- preguntó la chica aún muy sorprendida. A lo que el hombre sonrió.

    -Solo observa… - dijo el hombre mientras hacía aparecer a Mariana en la sala. La chica estaba inconciente y amarrada con unas cadenas que parecían de espinas. Satán se acercó a ella y con una de sus garras hizo sangrar la muñeca de la castaña. Tomó un poco de esa sangre y la puso en un frasco que le ofreció a Hadlli.

    -La diferencia de los demonios y los demonios infernales es que los demonios pueden controlar las emociones y sentimientos de las personas que mordieron, en cambio los demonios infernales, que son todos los sirvientes del inframundo, pueden hacer más que eso con sus victimas… pueden tomar su apariencia, su tono de voz, pueden hasta matar a su victima si así lo desean, entre muchas otras cosas más.- le explicaba el Diablo mientras la chica miraba como la castaña sangraba.

    -¿Qué es exactamente lo que quieres que averigüe sobre ellos?- preguntó Hadlli decidida.

    -Quiero que descubras las debilidades de cada uno, y también sus poderes, como son, que los detiene… y también averigua algo sobre sus relaciones afectivas… no sabes como disfruto torturar a los demás con esa persona especial.- se burló el hombre con una enorme carcajada que hizo que el eco acompañara su ‘‘alegría’’. Luego, sin más que decir, salió de la habitación.

    Hadlli se acercó a la muñeca que sangraba de la castaña, luego se arrancó un pedacito de su vestido y lo ató a su muñeca. Quería ser libre, eso era lo que tanto anhelaba, pero si cumplía con esa misión estaría traicionando a Baldur. O tal vez esa podría ser una oportunidad para ganarse la confianza de Satán y a su vez, contarle todos sus planes a Baldur. Era una oportunidad perfecta, pero tendría que tener mucho cuidado. Un movimiento en falso y haría que Satán la destruyera.

    Tomó la botella con la sangre de la castaña en sus manos, y después de tanto pensarlo se la pasó de un solo sorbo. Por alguna extraña razón, su sangre era dulce. Como si se tratara de algún tipo de caramelo líquido. Ahora que había tomando la sangre de Mariana, podría tomar su forma, y con ello, su identidad.

    ‘‘No sería conveniente aparecer en Tengoku, ya que seguramente ya se habrán dado cuenta de que no está’’ Pensó Hadlli mientras caminaba hacia la salida del infierno. ‘‘Bien, ¿Dónde me dijo Baldur que iba siempre Mariana?’’ trataba de recordar la chica, mientras aparecía en la tierra. ‘‘¡Ya lo recordé! En el parque donde conoció al demonio’’

    Hadlli se dirigió a ese lugar, pasando por la ciudad, donde ya era de noche. De repente pasó por una tienda de lo que parecía ser una joyería, y en el reflejo de la vidriera se dio cuenta de que ya no era Hadlli, bueno, al menos físicamente.

    Se paro frente al reflejo por un memento para admirar su nueva apariencia.

    -Si que es pequeña- pensó en voz alta mirando las cosas desde una estatura diferente, sus manos eran tan pequeñas y frágiles. Su cabello era corto y castaño, y sus ojos algo saltones y grandes con un color chocolate, su boca era pequeña y lo que más le molestó fue que ahora era plana, estaba vestida como la castaña en la fiesta. Se sentía una muñequita de porcelana que si alguien tocaba, se rompería en muchos pedacitos.

    Siguió caminando mientras veía las cosas desde una estatura un poco más pequeña. Se sentía una niña de 10 años de nuevo. Llegó por fin al parque y se sentó en una banca que estaba rodeada por árboles, y comenzó a pensar si alguien se daría cuenta de que no estaba en aquella fiesta. Se sentó en esa banca a esperar por unos minutos, si nadie llegaba decidió que iría directamente a Tengoku. Estuvo unos cuantos minutos esperando a alguien, y cuando estaba a punto de salir por la entrada de aquel parque, escucho un grito que la llamaba. Era un chico alto de cabello negro, con ojos igual de oscuros, estaba vestido elegante, seguramente salió corriendo de la fiesta para buscarla.

    ‘‘Oh, no… no recuerdo su nombre… ¿Quién es él?’’ se preguntaba una y otra vez mientras el chico estaba cada vez más cerca.

    -Mariana… me tenías preocupado- dijo el chico mientras la abrazaba y apoyaba su barbilla sobre la cabeza de la castaña. Hadlli no sabía si corresponderle el abrazo o apartarse de él, por lo que espero a que el chico siguiera hablando. -¿Por qué viniste aquí?- preguntó el ojinegro separándose un poco para ver a la chica a los ojos, esperando encontrar una mirada sonrojada que tanto le gustaba, pero solo había una inexpresiva que lo miraba distraídamente.

    -Yo…- intentó explicar la chica, mirándolo mientras buscaba una excusa creíble. –Solo… no quería estar ahí entre tanta gente- le dijo apartándose de él mientras esquivaba su mirada.

    -¿Tienes algo...? Te noto extraña... -Comentó el chico el mientras miraba a "Mariana" fijamente tomando su rostro mientras que acomodaba su frente contra la de ella.

    -No tienes fiebre- le dijo el chico aliviado, sin apartar su frente de la chica, pues la cercanía de sus rostros no le incomodaba en absoluto. Hadlli se alteró al pensar que la había descubierto y tan sólo respondió con una risita nerviosa - Ah... Yo... Pues, me siento un poco mal....algo… mareada-pensó rápidamente la chica buscando una excusa mientras levantaba la mirada. Grave error, pues estaba a casi milímetros de unir sus labios con los del chico. Se sonrojó notoriamente, pero no se movió.

    ‘’Si me aparto sospechará de mi… no debo moverme’’ pensaba Hadlli mientras cerraba los ojos pesadamente esperando el contacto de sus labios con los del joven.

    -Vallamos a Tengoku, todos están preocupados por ti. - Recomendó este imaginándose el alboroto que debía estar armando Baldur en ese momento. -¿Puedes caminar?- preguntó el chico mientras rodeaba con un brazo la pequeña cintura de la castaña y ella se apartaba de él asintiendo con la cabeza. Algo realmente no estaba bien con ella.

    Mientras tanto, en alguna parte del cielo estaban Rosi y Madeleen buscando a su amiga realmente preocupadas entre los jardines de Tengoku. Estaban en lo que parecía ser el centro de un laberinto hecho de arbustos con rosas rojas. Justo en el centro había un enorme árbol de manzanas. Entre las ramas de ese árbol estaba Rosi.

    -¿Alguna señal de ella? - Pregunto Madeleen bajo el árbol mientras veía a su compañera en lo alto de él, mientras ella estaba miraba a sus alrededores con unos binoculares examinando el área con ellos.

    -Lamentablemente no... – Respondió Rosi mientras intentaba bajarse de donde estaba.

    -Si no la encontramos en los próximos 15 minutos... Juro que me pondré a llorar... ¡MARIANA APARECE AHORA MISMO SINO QUIERES QUE LLORE! - Gritó Made como amenaza mientras sus ojos se humedecían.

    -Oye... Creo que eso no va a funcionar ahora, así que ayúdame a bajar de... ¡AHH! – Gritó la chica de cabellos enredados mientras caía del árbol.

    -Ten cuidado... – le dijo Madeleen luego de que su amiga había caído del árbol justo al lado de ella.

    -Gracias – Le respondió Rosi con tono medio sarcástico.

    -Deberíamos buscarla en alguno de los mundos- sugirió Madeleen a su compañera mientras la ayudaba a levantarse del suelo extendiéndole una mano.

    -pero hay tantos… y esa niña puede estar en cualquiera… - pensó la chica cuando llegó al jardín una chica gritando llamando la atención de las dos.

    -¡Chicas!- gritó Konae -¡Ya encontraron a Mariana!- les informó la chica mientras se detenía a contener el aliento, mientras Madeleen y Rosi se mandaban una sonrisa e iban corriendo hacia las puertas de la casa para encontrarse con su amiga.

    -¡Mariana!- exclamó Madeleen casi arrebatándosela a Aldo para aprisionarla entre los brazos de ella en un enorme abrazo. –Me tenías muy preocupada- le dijo la chica con los ojos húmedos.

    -Si no les importa…- dijo Mariana apartándose de Made. –Necesito descansar… - dijo la chica dirigiéndose a uno de los pasillos que daba con la oficina de Baldur. Cuando se aseguró de que nadie la seguía se dirigió a hablar con el líder del lugar.

    -Baldur… ¿puedo entrar?- preguntó desde afuera con un tono chillón y empalagoso, tal como hablaba la castaña.

    -Adelante… - dijo de manera severa el hombre. Hadlli entró y se encontró con un Baldur muy enfadado. -¿Se puede saber donde estabas?-

    -Ahórrate el sermón, ni siquiera soy Mariana- dijo la chica dejando al chico muy sorprendido. Mientras ‘’Mariana’’ le ponía el cerrojo a la puerta para asegurarse de que nadie los molestara. Se quedo frente a Baldur unos momentos mientras que él esperaba alguna explicación a sus palabras. Hadlli dejó la apariencia de Mariana para volver a tener su verdadera identidad.

    -Hadlli…- soltó el chico sorprendido. -¿Pero, cómo?- preguntó aún en shock.

    -Es algo nuevo que aprendí. Pero no es por eso que estoy aquí, Baldur. – dijo la chica de manera seria mientras tomaba asiento en la orilla del escritorio de Baldur dándole la espalda mientras tomaba un pisapapeles y le daba vueltas en sus manos.

    -¿Entonces a que has venido?- preguntó algo alertado, pues esto le daba una mala sensación.

    -Dos de los ángeles que ustedes conocían y que se suponen que deberían haber reencarnado, están atrapados en el infierno. Satán los tiene como sus prisioneros, dice que son parte de su plan, pero aún no logro averiguar de qué se trata. – dijo la chica dejando el pisapapeles en su lugar y luego caminando hacia un librero para ver los títulos de los libros. –Además de ellos, también ha secuestrado a Mariana… yo debo hacerme pasar por ella para descubrir las debilidades de cada uno de ustedes- le dijo mientras tomaba un libro lo hojeaba y lo volvía a poner en su lugar. Baldur trataba de no alterarse con esas palabras.

    -Hadlli… puedo saber, ¿de que lado estás tú?- preguntó el hombre de manera seria. La chica guardó silencio y tampoco dejó de mirar el librero hasta que por fin miró al chico para darle una respuesta.

    -Del lado de la venganza.- contestó Hadlli con una mirada llena de rencor. Luego se acercó al chico pare sentarse de nuevo en la esquina del escritorio mientras movía sus piernas de un lado a otro. –Te contaré la historia Baldur… solo porque tengo confianza en ti- le sonrió la chica mostrando alegría en su rostro por primera vez.

    FLASHBACK

    La lluvia caía en una tarde de verano, mojando hasta la última esquina de la ciudad. Los pequeños pájaros volaban rápidamente buscando su nido para obtener refugio de la tormenta. En las afueras de la ciudad, afuera de una pequeña casa, una niña de apenas unos 10 años saltaba sobre los charcos tarareando una melodía suave.

    -Juliette… no te mojes, entra a la casa o te dará un resfriado- la regañó su madre asomándose por la puerta de la casa.

    -¡Voy mamá!- le contestó la niña mientras corría a sus brazos. -¿Hoy también llegará tarde papá?- preguntó de manera ingenua la niña mientras su madre la abrazaba fuerte y soltaba una sonrisa forzada.

    -Vamos, tu merienda se enfriara- le dijo su madre mientras las dos entraban.

    Pasaron unas horas conversando de pequeñas cosas sin mucha importancia, hasta que la puerta se abrió estrepitosamente.

    -¡Mujer! ¡Ven aquí en este instante!- gritó un hombre ebrio desde la puerta.

    -Juliette… ve a tu habitación- le ordenó la mujer algo asustada.

    -Mamá… ¿Por qué mi papá está actuando así?- preguntó la niña aterrada, sin moverse.

    -¡¿Cómo te atreves a llegar borracho aquí?!- le grito la mujer mientras Juliette corría a su cuarto cerrando la puerta tras de sí.

    -¿Volviste a gastar el dinero en el casino, verdad?- lo regañó la mujer.

    -¡¿Y qué si lo hice?! ¡Tú no puedes hacer nada para evitarlo! ¿Sabes porque…? ¡Porque eres una inútil!- le gritó el hombre mientras le soltaba una bofetada y luego otro golpe.

    Los gritos de la mujer se escuchaban hasta la habitación del hombre mientras que Juliette cubría sus orejas evitando escuchar los gritos, mientras cerraba los ojos pesadamente.

    FIN DEL FLASHBACK

    -Mi padre continuó así hasta mis 16 años, llegando muy tarde. Algunas noches ni siquiera llegaba a la casa. Mi madre por fin se hartó y me dijo que nos iríamos lejos a casa de unos tíos que vivían en otro país, en ese entonces yo ya tenía 15 años; pero entonces... –

    FLASHBACK

    -¿Ya tienes todas tus cosas, Juli?- preguntó una mujer mientras ponía algunos libros en una caja y luego las subía a la cajuela del auto.

    -¡Si mamá, solo me falta guardar unas blusas!- le dijo la chica alegre desde adentro. Estaba feliz porque por fin su madre dejaría al hombre que siempre la hacía sufrir. Cuando guardó todo, se dispuso a salir con la caja cuando escuchó los gritos de un hombre, y no cualquier hombre, era su padre, quien de nuevo volvía borracho a casa; habían pasado 3 días desde su última visita a ese lugar, luego después de haber discutido con su esposa le juró que no volvería.

    -¿Tú a que has venido aquí? ¿No habías dicho que ya no me necesitabas y que no querías volver a ver mi cara?- le reclamó la mujer impidiéndole el paso a la casa.

    -¿Qué hacen todas esas cosas en el auto? ¿Se van de vacaciones si mi?- preguntó el hombre de manera entre sarcástica y burlona mientras se acercaba a las maletas de la cajuela.

    -Me llevaré a Juli lejos de ti, no quiero que se relacione cerca de personas como tú. Ella necesita tener amigos, tener una familia normal sin problemas, hasta un novio. Yo me encargaré de que lo único que le preocupe a Juli sea su educación y no estar cargando con un padre ebrio que no sabe ser responsable y se olvida de su propia hija para andar revolcándose con quien sabe cuantas mujerzuelas. – le gritó la mujer cerrando la cajuela del auto, mientras que Juliette salía con la última caja de ropa.

    -Mamá. ¿Qué hace ese hombre aquí?- le preguntó Hadlli a la mujer con tono de furia y odio hacia su padre.

    -Ignóralo Juli, sube tus cosas al auto. Ya nos vamos.- le dijo la mujer mientras se acercaba a la puerta del piloto del auto.

    -¡¿A dónde crees que vas?!- le gritó el hombre tomándola del brazo brujamente haciendo que la mujer soltara un grito.

    -¡Mamá!- gritó Hadlli corriendo a ayudarla, pero su padre la golpeó haciendo que se cayera y se golpeara la cabeza perdiendo la conciencia.

    FIN DEL FLASHBACK

    -Después de eso, desperté en un hospital. Me dijeron que mi mamá había quedado muy grave. Mi papá la golpeó hasta destrozarle los huesos y como golpeó algunos órganos vitales, además de su cabeza era demasiado probable que mi madre no se salvara. Y así fue; estuvo internada por 3 días hasta que por fin murió.- le dijo la chica mientras seguía moviendo sus piernas de un lado a otro sin dejar de mirar el suelo.

    -Lo lamento.- Dijo Baldur

    -No te preocupes. Mi mamá siempre amó a Dios, por lo que creo que debe ser muy feliz. Sobre todo porque ya no tenía que cargar con ese maldito hombre.-

    -Hadlli... tu me dijiste que… que tenías 15 años cuando pasó ese incidente, pero que fue a tus 16 tu venganza. ¿Qué pasó durante ese año? Claro, si es que puedo saberlo- preguntó Baldur mientras que la chica le volvió a sonreír.

    -La verdad, nada interesante. Viví con mis tíos por ese tiempo. Pero jamás olvidé mi rencor hacia ese despreciable hombre. Hasta que un día escuche algo muy interesante…

    FLASHBACK

    Dos chicas caminaban fuera de la escuela dirigiéndose a sus casas, mientras hablaban de lo aburrido que habían sido las clases hasta que una de ellas cambió por completo el tema.

    -¿Has escuchado esos rumores?- le preguntó una chica a Juliette, era una amiga cercana de ella. Usaba anteojos y dos trencitas a los lados sujetando su fleco con dos broches de color celeste y rosa pastel.

    -¿Qué rumores?- preguntó la chica algo intrigada.

    -Se dice que han visto al mismo diablo fuera de la iglesia que fue abandonada hace mucho. Dicen que hay unas escrituras ahí que él quiere, pero por ser un lugar sagrado, él no puede entrar y obtenerlas así que dicen que si eres lo suficientemente valiente como para acercarte a él y ayudarle a tener las escrituras él te concederá lo que sea. – le decía la chica de una manera profunda.

    -¿No me digas que crees en eso?- preguntó Juliette de manera burlona.

    -¿Acaso tu no crees en Dios?- le preguntó su amiga sorprendida.

    -Después de todo lo que la vida me ha enseñado, me he declarado Atea.- le dijo la chica convencida.

    -Que lástima, creer en Dios es algo muy bonito- le decía la chica con un tono alegre y soñador.

    -Ay María, tu siempre tan soñadora- le dijo la chica de manera reprobatoria en su voz. –Oye… ¿y si te dijera que quiero creer en todo eso?- le preguntó Hadlli a su amiga.

    -¿Enserio?- preguntó María con ilusión.

    -¡Claro! Pero para creer, debería ver las cosas desde un punto diferente. ¿Qué iglesia es esa donde dices que se aparece el diablo?- preguntó la chica haciendo que a su amiga se le pusiera la piel de gallina.

    -Pues es la que está a dos cuadras del parque central, pero… ¿No me digas que planeas ir a ese lugar?- preguntó la chica muy asustada.

    -Por favor, cómo si realmente se apareciera ahí ese demonio. ¿Por qué no me acompañas? Así podrías ver por ti misma que son solo rumores- le sugirió Juliette a su amiga.

    -Lo siento, ésta vez no te acompañaré- le dijo María algo seria.

    -¿No me digas que tienes miedo?- le dijo su amiga.

    -¡No! Lo que pasa es que voy a ver a…- dijo la chica sonrojándose.

    -¿No será que por fin vas a salir con Jorge?- preguntó Juliette dándole codazos amistosos a su amiga haciendo que ella se sonrojará aún más. -¡¿Acaso acerté?! ¡Que maravilla! Bien, entonces mucha suerte- se despidió la chica corriendo a la parada del autobús donde éste se había detenido.

    FIN DEL FLASHBACK
    -¿Y tú fuiste a buscar a Satán, o me equivoco?- preguntó Baldur más interesado en la historia de la joven.

    -Pues… la verdad llegué ahí solo por curiosidad, y cuando llegué ahí no había nada más que una vieja iglesia abandonada. Recuerdo que cuando entré sentí miedo. Había pinturas de ángeles que parecía que te veían con miradas asesinas.

    FLASHBACK

    -¿Qué clase de lugar es este?- se preguntó la chica mientras se abrazaba a si misma sintiendo su piel como la de las gallinas. Pasó por el centro de todos, a sus lados había asientos rotos o caídos. Las ventanas tenían figuras formadas con colores, esas figuras eran ángeles o santos. –Ahora entiendo porque la abandonaron. Este lugar es aterrador- dijo la chica llegando hasta el final de todo el pasillo con la alfombra roja llena de polvo con algunas rupturas.

    Entonces las vio. Detrás de un aparador de cristal. Las famosas escrituras que el mismo diablo buscaba. La chica se acercó a ellas y trató de abrir la puerta de cristal. La curiosidad la estaba matando. La puerta estaba sellada y no se podría abrir a menos que usaras una llave de un candado extraño.

    -¿Qué tendrán de interesante éstas cosas?- se preguntó mientras veía con cautela el reflejo del cristal que dio contra la puerta dejando ver una figura maléfica. La chica grito del susto mientras volteaba su mirada hacia la puerta para revisar que no hubiera nadie ahí, pero ahí se encontraba el mismo Satán mirando cada movimiento que hacía la chica. -¿Quién eres tú?- preguntó la chica temerosa.

    -Niña… dame esas escrituras, te prometo que no te mataré si lo haces.- dijo el hombre con un tono maligno.

    -¿Qué ganaré yo?- preguntó la chica.

    -A cambio te dejaré vivir, ¿no tienes suficiente con eso?- le dijo el hombre soltando una carcajada sínica.

    -¿Podrías matar a alguien por mí?- le preguntó Juliette llamando la atención del hombre. Él se rió, pero no de la otras manera.

    -¿Qué me dirías si tú fueras quien tuviera la oportunidad de matar a esa persona?- le dijo el hombre haciendo que Hadlli se acercara a él muy interesada.

    -¿Y eso no tendría sus consecuencias?- preguntó ella analizando cada palabra.

    -Solo una: serías mi sirviente, ya que tu alma me pertenecería a mí- le dijo Satán dejándola pensativa. – ¿Y bien, qué me dices?- le dijo él diablo alargando su mano.

    -Espera… ¿tendría que sufrir en el infierno y esas cosas?- preguntó la chica haciendo que el hombre soltara otra risa.

    -¿Crees que malgastaría una mente tan perversa como la tuya? Niña, si me traes esas escrituras te convertiré en mi aprendiz. – le dijo el hombre.

    -¿Lo dices enserio?- preguntó ella asombrada. - ¿Eso me convertiría en una inmortal?- volvió a preguntar.

    -La muerte no existe en el otro mundo, pero eso no es lo importante, solo recuerda: la venganza lo es todo- le dijo el hombre. Hadlli tomó su mano decidida sellar el trato. –Hiciste lo correcto niña.- le dijo Satán con una media sonrisa.

    FIN DEL FLASHBACK

    -Hadlli, ¿recuerdas lo que decían esas escrituras?- preguntó Baldur intrigado.

    -La verdad nunca les di mucha importancia. Pero parece que es lo que hablaba del ángel de aura blanca- le dijo la chica.

    -¿El ángel de aura blanca?- repitió el joven muy interesado en eso.


    -¡Es verdad! ¡Olvide decirte sobre eso!- exclamó la chica mientras se sentaba en la silla frente al escritorio. –Satán está buscando un ángel de aura blanca. Y fue por eso que secuestro a Mariana, pensó que era ella pero se equivocó de chica, entonces aprovecho su ausencia y me pidió que tomara su lugar para averiguar quien es ese ángel y de paso las debilidades de todos.- le dijo Hadlli.

    -Ya entiendo- pronunció Baldur con una tenue voz que apenas se escucho. –Hadlli, ¿vas a revelarle nuestras debilidades?- le dijo el hombre.

    -¡Claro que no! Lo que menos quiero es que ese hombre gane la guerra. Además, no ganare nada a cambio.- le dijo la chica mientras movía uno de sus mechones del cabello.

    -Te advierto una cosa, Hadlli: si Satán llega a descubrir esta alianza, ten por seguro que no dudará en eliminarte en el momento que le des la cara. Así que ten mucho cuidado.- Le dijo Baldur más como una petición que como un consejo.

    -Eso ya lo sé. En fin, me iré ya, se supone que debería estar en mi habitación descansando.- dijo la chica mientras volvía a tomar la apariencia de la castaña y se acercaba a la puerta. –por cierto, una cosa más… - dijo la chica con la voz empalagosa de Mariana.

    -¿Qué cosa?- preguntó el chico con seriedad.

    -¿Dónde queda la habitación de Mariana?- preguntó la chica soltando una risita nerviosa. Baldur soltó una pequeña carcajada y salió junto con ella de la oficina para señalarle con su mano un pasillo.

    -La última habitación del lado derecho- le dijo el hombre sonriendo mientras volvía a entrar.

    Hadlli caminó hasta llegar a ese pasillo y cuando iba a caminar hacia su interior una mano la sujetó del brazo ocasionando que se regresara. Dirigió la mirada asustada hacia el dueño del brazo. Era el mismo chico que la había encontrado en el parque y Hadlli aún no recordaba su nombre.

    -¿Quién eres tú y que has hecho con Mariana?- preguntó el joven de ojos negros con una mirada profunda.


    -¿A… a que te refieres?- trató de disimular la chica con un tartamudeo.

    -No me engañas- dijo el chico aprisionándola contra la pared mientras ponía un brazo en cada lado de ella para evitar que se fuera. No se había percatado de lo cerca que estaba de la chica, pareciera que quería robarle un beso o algo parecido. A la chica le temblaban las rodillas, y no era por la idea de ser descubierta, sino por la cercanía de ese chico. –Yo se que tú no eres ella- volvió a decir el muchacho. -¿Dónde está?- le exigió que respondiera y cuando la joven estaba a punto de responderle algo, se escuchó la voz de una chica ocasionando que ambos voltearan.

    -¡Consíganse una habitación! ¡Por Dios!- dijo Rosi soltando una carcajada mientras veía como la chica se ponía completamente roja.

    -¡No es lo que tú crees!- trató de defenderse la chica apartándose del pelinegro.

    -A mi no me engañan, ustedes estaban a punto de hacerlo- sonrió Rosi.

    -¿H-hacer qué?- Preguntó nerviosa ‘‘Mariana’’ mientras se ponía aún más roja.

    -Pues de besarse, ¿o que otra cosa pensabas?- preguntó su amiga de manera ingenua, y luego reaccionó a la idea de la castaña. – ¡Mariana mal pensada!- se rió la chica. Bueno, está bien, los dejaré continuar- soltó Rosi mientras se alejaba del lugar.

    Hadlli volteó a ver al muchacho y él la miraba con impaciencia. Estaba desesperado por no saber donde se encontraba la verdadera Mariana. Se preguntaba una y otra vez cuando fue su desaparición. Entonces la voz de la chica lo sacó de sus pensamientos.

    -Si quieres saber donde está ella, te lo diré. – le dijo Hadlli planeando algo. –Pero no aquí. Acompáñame a su habitación. – le dijo al joven tomándolo de la mano. Cuando llegaron ahí, Hadlli cerró la puerta con el seguro. Y se aseguró de que nadie los pudiera escuchar.

    El chico se aventó en la cama como si fuera de él. Entonces aspiró el aroma de las almohadas que había ahí y suspiro pesadamente.

    -¿Qué eres tú de Mariana?- preguntó ella mientras le revelaba su verdadera identidad cambiando de cuerpo.

    -¿Yo?- preguntó el chico pensando bien la situación. – Pues… puedo decirte que somos algo más que simples amigos. – dijo con un ligero sonrojo.

    -Ya veo. Es por eso que siempre te preocupas tanto por ella. – soltó Hadlli sentándose en la orilla de la cama dándole la espalda al chico.

    -¡Olvídate de eso! ¿Dónde está Mariana?- le preguntó el chico con impaciencia.

    -El diablo la tiene en… -estaba a punto de decir donde, cuando tocaron a la puerta, Hadlli tomó la apariencia de la castaña rápidamente. Se acercó a la puerta y se encontró con Madeleen quien tenía un enorme bote de helado napolitano en sus manos.

    -¿Ya te encuentras mejor? Te traje tu helado favorito, tal vez así te recuperes aún más rápido. – dijo la chica entrando sin pedir permiso, vio al joven en la cama y sonrió. –Hola Aldo- lo saludó.

    -Hola Made- le regresó el saludo con la misma sonrisa. -¿Eso que llevas ahí es helado napolitano?- preguntó el chico mientras que Made asentía con la cabeza y sacaba unas cucharitas. -¡Dame!- le pidió el chico mientras que la chica le daba una cuchara y se ponía cerca de él para compartir el helado.

    -¿Quieres, ‘‘Mariana’’?- preguntó la chica resaltando el nombre con sarcasmo. Ella también se había dado cuenta de que no era su amiga. -Entonces… ¿Dónde está Mariana?- preguntó Madeleen tomando una cucharada grande de helado.

    -Antes de eso… ¿Quién más se ha dado cuenta de que no soy Mariana?- preguntó Hadlli tomando una cuchara y sumergiéndola en el helado.

    -Solo nosotros dos. – soltó Aldo para después poner en su boca la cuchara llena de helado.

    -Bueno, Mariana se encuentra en el infierno. Satán la tiene secuestrada- dijo Hadlli dejando a los dos chicos completamente en shock.
     
  8.  
    all dark

    all dark Iniciado

    Cáncer
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    Re: Bajo las alas de tus ángeles

    Mariana!! el capi rlz! xDD fue bastante desarrollado! me encanto *-*

    Perdistes la apuesta gracias a que mi equipo gano el mundial =E ahora dbes escribir otra conti! jaja! xDDD

    de verdd te lucistes con esta conti... sobretodo con el cambio de identidad y de la historia de Juliette, pacto satanico rlz wtf? xD

    en fin, espero ver la proxima conti pronto n_n

    Se despide.. lagañewebo xDDDD
     
  9.  
    Butterfly

    Butterfly Entusiasta

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    Re: Bajo las alas de tus ángeles

    ¡OMG! =O No tardé mucho porque ya había leido casi la mitad del capi xD
    AME esa Parte *-* Yo Rulz xD

    Que mala D: Pobresita yo u.u
    Obvio me iba a dar cuenta e.e fue lo del abrazo :o sí, eso fue.
    Un pequeño detalle Mariana, a MÍ no me gusta el helado e.e

    Doce paginas (: gracias por soportarme durante todo este tiempo y no mandarme a... Limpiar mi habitación (?).
    No es por nada pero... Recuerda la apuesta con el OTRO David e.e Bueno, estubo interesante el capi :3 espero ver el proximo pronto.
    Besitos x3
     
  10.  
    Baldur Prime

    Baldur Prime Fanático

    Sagitario
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    20 Enero 2005
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    1,083
    Pluma de
    Escritor
    Re: Bajo las alas de tus ángeles

    excelente trabajo del fic
    te lo agradesco mucho, tienes mucho talento
    espero con ansias el leer mas
    te agradesco que siguieras con el fic
    si necesitas algo no dudes en llamar
    con gusto te dare una mano
    aqui esperare la continuacion
    n_n
     

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