Bajo las alas de tus ángeles

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Dragonfly, 21 Noviembre 2008.

  1.  
    all dark

    all dark Iniciado

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    Re: Bajo las alas de tus ángeles

    Holaaa xD
    asi que miguel logro su sueño? Bien! Ya puede (vivir,morir,revivir @_@ me mareo xD) en paz xD
    no me imagino la reaccion de aldo! XD (sangre,sangre xD)
    bueh me despido, voy a esperar la proxima conti!
    dew!
     
  2.  
    Solsti

    Solsti Usuario común

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    Re: Bajo las alas de tus ángeles

    WoW dRAgonFly-ChAN Me EnCanTa Tu fIC Es mUY LiNDO y QUe lOcO Pobre alDO ME Da PENiTA Por lO que pAso ENtrE MiGUeL Y mARianA :SNo me lO IMagInO!!!!:) aMo tU FiC Y sIeMprE lA SEgUIrE LEYeNdO !!!!! :)cOnTi, cOnTI, CoNTi!!!saYooNArA!!!ATTE: cEleSTe, aLiAS XxNejiTEnxX
     
  3.  
    Dragonfly

    Dragonfly Entusiasta

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    Re: Bajo las alas de tus ángeles

    Por fin me quite de encima los trabajos de bimestre y esas cosas xD
    Por eso no había tenido tiempo de escribir. n.nU

    Pero sin más que decir.... Aqué está la conti! yay!! xP


    19.- Jugada perdida.

    Salvador se encontraba en su cuarto tirado en su sofá. Sin camisa, dejando a la vista su bien formado pecho. Cerraba y abría los ojos varias veces tratando de vencer al sueño. Empezó a sentirse vencido, y cerró los ojos en un intento por dormir.

    La puerta rechinó, lo que daba señal de que alguien había entrado. No le tomó importancia, así que siguió concentrándose en dormir, pero sus ojos se abrieron algo alertados cuando sintió que algo se ponía encima de él.

    Frente a sus ojos, había una cara angelical de cabellos largos e igual de obscuros que sus ojos. Con la piel blanca como porcelana, y unos labios rosa pastel, algo partidos, pero grandes.

    La chica solo tenía un short negro que apenas y cubría lo necesario, y un camisón de mangas largas, color morado, el cual estaba desabotonado de los primeros 5, dejando ver su bien formado busto.

    -So… Soledad… ¡¿Qué haces aquí?!- dijo el chico con nerviosismo al ver que la chica se le acercaba seductoramente con intenciones de besarlo. Mientras la chica se acercaba más, el retrocedía todo lo que podía.

    -Me sentía muy sola en mi habitación… así que vine a hacerte compañía.- dijo la chica con tono inocente, moviendo sus dedos sobre el pecho del chico. Quien al ver que subían, tomó las dos manos, y las apartó de él.

    -Será mejor que te vallas- dijo el chico serenamente.

    -¡No quiero!- dijo la chica entre pucheros mientras inflaba los cachetes y se cruzaba de brazos. Salvador se rió de su reacción. La chica al verlo sonreír aprovechó y se abrazó del chico mientas cerraba los ojos. Esperaba el momento en que el chico la quitara de encima pero está vez no fue así. Al contrario, el castaño la abrazó tiernamente. Soledad lo miró con curiosidad. Normalmente, siempre que lo abrazaba, el la quitaba de inmediato.

    -Salvador… dime… ¡¿Qué fue todo eso que dijiste en la casa de lo ángeles?!- lo regañó la chica, mientras era ella quien se apartaba. El chico la miró con sorpresa, y entonces recordó a que se refería.

    FLASHBACK

    Satán atravesó la habitación donde su ejército de mounstros se mataba entre sí. Llegó hasta donde se encontraba Madeleen tirada.

    Luego la tomó de cuello y la levantó del suelo. Made gemía y suplicaba que la dejara, y mientras más suplicas hacía, más apretaba su cuello.

    -Detengan esto, o si amiguita perderá el alma…- dijo el hombre con una sonrisa maliciosa.

    Salvador sin pensarlo se arrojó a donde estaba. Los tres cayeron al suelo, incluyendo al diablo.

    -¡¿Cómo te atreves a hacer eso?!- le dijo el diablo completamente enfadado. -¡Serás tu el que pagará por esto!- le amenazó el hombre.

    -No me importa… si es con tal de proteger a la persona más importante para mí… ¡¿que más da?!- dijo el chico levantándose al instante y cubriendo a Made con su cuerpo. Se puso entre el diablo y ella como una barrera que todos sabían sería inútil. – De todos modos ya la perdí… - susurró el chico con la mirada perdida, y en un segundo volvió a reaccionar.

    FIN DEL FLASHBACK

    -Ah, eso… - dijo mientras buscaba una rápida excusa para no hacer enojar a la pelinegra. La chica lo miraba algo irritada, esperando la respuesta del castaño. -Lo que pasa es que Made es como una hermana para mí, puesto que somos muy amigos. – Dijo el chico inventando lo primero que se le venía a la mente.

    -Pues no te creo- dijo la chica mientras soltaba un bufido de fastidio, mientras apretaba más sus brazos cruzados y volteaba la mirada hacia otro lado.

    -¿No me digas que estás celosa?- dijo el chico en forma burlona, mientras sonreía. La pelinegra se sonrojo notablemente, para luego mirar a su amigo.

    -¿Yo? ¿Celosa de esa tipa? ¡Si claro!- dijo engreída y sarcásticamente la chica mientras su sonrojo se disminuía un poco. –Además- dijo mientras cambiaba su tono a uno seductor- yo tengo algo que ella no…- le dijo la chica en el oído.

    -¿Ah si? ¿Qué cosa?- pregunto con curiosidad el castaño.

    -A ti…- dijo la chica mientras lo besaba ligeramente en los labios. El chico Tomo a la chica de sus mejillas y acercó el rostro de la pelinegra para besarla. Después de un rato se separaron. Soledad se soltó de los brazos de Salvador y camino hacia la puerta.

    -Soledad… ¿A dónde vas?- preguntó el chico con una media sonrisa.

    -¿Quieres que me quede o me voy?-preguntó con voz tierna.

    -Bueno, ya que me quitaste el sueño… quédate un rato- dijo el chico mientras se acomodaba en el sillón.

    La pelinegra se acomodó a un lado de él, luego recargó su cabeza en el hombro del chico.

    -¿Por qué siempre me llamas por mi nombre clave? También tengo un nombre…- dijo la chica algo seria.

    -No lo se… supongo que es costumbre- dijo el chico mientras sonreía un poco.

    -Pues entonces a partir de ahora me llamaras por mi nombre… no es tan difícil- dijo la chica mientras lo miraba con una cara que decía que si no hacía lo que ella decía, haría pucheros, berrinches, y posiblemente se tiraría en el suelo a protestar.


    -Está bien… Andreina- le susurró Salvador para luego darle un suave beso en la frente.

    La chica sonrió ampliamente al escuchar su nombre en la voz del chico. Se recargo en el hombro del chico, y después de una larga charla, ambos quedaron dormidos.

    A la mañana siguiente, Miedo entro en la habitación de Salvador, y no le gustó mucho con lo que se había topado. Su querida hermana menor, en ropa que lograría encender las hormonas de los hombres al instante, pero la peor parte de lo que se había encontrado, era que estaba encima de un chico sin camisa.

    Ambos estaban dormidos, y Miedo sabía que ninguno de los dos era capas de hacer eso.

    -¡Salvador!- gritó Miedo haciendo que los dos chicos despertaran.

    Mientras tanto, Aldo despertó de un raro sueño, que no recordaba. Camino arrastrando sus pies hasta el baño, pero entonces escuchó una pelea cerca. Se asomó y entonces vio a Daniel regañando a su hermana y a Salvador. Lo de siempre. No le tomó mucha importancia, y siguió hasta el baño. La tina estaba llena, alguien seguramente estaba a punto de tomar un baño. Cerró la puerta con seguro con la intención de ganar la tina de baño. Comenzó a quitarse la camisa. Un extraño sentimiento de angustia y desesperación lo inundó.

    Luego comenzó a alucinar un poco. Comenzó a ver sangre en la tina. Cerró las cortinas y empezó a respirar agitadamente. Luego escucho una voz suave, cantando. Reconocía esa voz. Una sombra se vio detrás de la cortina, se acercó lentamente y luego apartó la cortina que cabria el sonido y la sombra.

    Se asombró bastante al ver quien estaba dentro de ella. Era Mariana. Bañándose en sangre, mientras cantaba una canción tétrica. Luego los ojos chocolate de la chica se posaron en el. La castaña le sonrió tiernamente.

    -¿Por qué no entras? ¡Está deliciosa!- dijo la chica

    Aldo la miraba aún sorprendido. No podía ser ella. ¿Y porque estaba bañándose en sangre?

    En eso, la chica salió de la tina, mostrando su cuerpo desnudo.

    -¿Tienes miedo no es así? ¿De lo que pueda pasarle a esta chica?- dijo la castaña hablando de si misma, para luego sonreír maliciosamente. Alguien tocó la puerta.

    -¡Hey! ¡¿Quién demonios está adentro?! ¡Dije claramente que yo sería el primero en ducharme!- grito desde afuera Daniel, mientras golpeaba la puerta.

    Aldo volvió a mirar donde estaba la chica, pero no había nada. Y la tina estaba llena, pero no por sangre, sino por agua. De pronto la tina se lleno tanto que comenzó a caer el agua de ella. Aldo corrió a cerrarla, entonces Miedo abrió la puerta con una patada.

    -¡Aldo! ¡No se si lo sabías, pero me toca a mi el baño! ¡Fuera!- dijo el chico de ojos rojos mientras lo sacaba a patadas.



    Aldo se tiró en su habitación, en el frío y alfombrado suelo. No era la primera vez que imaginaba a la chica, pero está vez ella había hablado, pero en tercera persona. ¿Qué le estaba sucediendo?

    Tocaron de nuevo la puerta, pero está vez era la de todo el escondite. Seguramente era algún guardián, porque solo ellos tocaban al llegar además de ser los únicos que sabían donde estaba la nueva guarida.

    -¡Yo voy!- gritó Aldo mientras se acercaba a la puerta. Era Miguel.

    -Hola- saludo fríamente el rubio

    -Hola- le respondió el chico mirándolo extrañamente

    -Justamente quería hablar contigo- dijo el rubio con una perversa sonrisa. Aldo lo miro con extrañes. ¿Para que lo quería este chico que nunca se había molestado a hablarle de otra manera que no fuera ruda?

    -¿Sobre que?- pregunto fríamente Aldo

    -¿Por qué no nos vamos a otro lugar para halar mejor?

    -Sígueme, conozco un prado donde no hay nada más que terreno vacío. Nadie podrá interrumpirnos ahí.- dijo Aldo mientras ponía sus manos en sus bolsillos y caminaba a un lado de Miguel.

    Después de una larga caminata, llegaron al prado del que había hablado el vampiro. Aldo caminó unos pasos lejos del rubio. Le incomodaba mucho estar cerca de él, por alguna razón.

    -Bien… ¿Qué era lo que me querías decir?- dijo con fastidio el pelinegro después de ver que no hablaría. Estaba completamente fastidiado. –Solo no salgas con que eres gay y esto es una declaración- dijo Aldo tratando de animar el ambiente y romper el hielo.

    -¡No me jodas con eso! ¿Quieres saber la verdad? Bien. Me acosté con Mariana. – dijo Miguel mientras le dedicaba una sonrisa de victoria.

    Aldo no sabía como reaccionar, entonces pensó que era una broma. Si, eso debía de ser. Este tipo nunca le dirigía una palabra, y ahora salía con esto.

    -Si claro- dijo Aldo mientras reía. Luego se dio cuenta por la mirada del rubio de que hablaba muy enserio. Entonces una furia inmensa se apoderó de él. Ese tipo lo pagaría caro. ¿Cómo pudo tocar a su Mariana? Y peor aún, ¿Cómo pudo su Mariana dejarse convencer? Bueno, ella era muy ingenua, y caía con facilidad en las trampas. Seguramente no fue difícil convencerla. O simplemente abuso de ella, o algo así. Miles de ideas pasaron por su mente.

    Sin saber cuando, o como, se encontraba frente al rubio y le había soltado un puñetazo como nunca lo había dado en su vida, haciéndolo volar unos metros lejos por tanta fuerza. Además de que tenía poderes sobrenaturales.

    Mientras tanto, Made se encontraba con Rosi frente a la guarida de los demonios. Rosi tocó la puerta, y le abrió un chico de ojos rojos.

    -¡Rosi!- exclamó Daniel al abrir la puerta y encontrarse con su querida Rosi. La abrazó al instante. Made sonrió ante la reacción de los dos chicos. Al parecer los dos sentían un enorme cariño mutuamente. -¿Qué hacen aquí?- pregunto el chico soltando el abrazo al ver a Made.

    -Pues vinimos en nombre de Baldur. Dice que quiere invitarlos a una cena, para luego discutir como podemos estar atentos a los ataques de los demonios infernales esos, o algo así- dijo Made tratando de recordar cada palabra con lujo y detalle que había utilizado el chico.

    -Está bien. ¿Es está noche?- preguntó el chico mientras se recargaba en el marco de la puerta.

    -Pues si… Les recomiendo que usen algo elegante, ya que las cenas allá se pasan un poco de lujosas- dijo Rosi mientras sonreía por lo último que decía.

    -Bien, le avisaré a Aldo que debemos ir a buscar sangre esta tarde. Si quieren acompáñenme- dijo el chico mientras les mostraba un camino fuera de la guarida. Él sabía exactamente donde buscarlo. Sabía que se iba al prado a esconderse de los regaños de Miedo.


    Volviendo a la pelea.
    Miguel había golpeado en el estomago al chico. Mientras el le tiraba una patada para detenerlo.

    Ambos se encontraban con muchos moretones, incluso sangre. En los puños de Aldo había sangre, mucha en sus nudillos, no se podía saber si era de él o del rubio.

    Entonces, Aldo le dio otro puñetazo tirando al rubio, para luego sujetarlo con fuerza del cuello.

    -¡Eres un cobarde! ¡Sabes que Mariana es muy inocente y te aprovechaste de eso!- le gritó el pelinegro.

    -¿Estás seguro?- lo desafió el rubio- Leí en ese librito que se compró sobre los demonios, que una vez que un vampiro muerde a una persona conoce todo sobre ella. Sus miedos, debilidades, de quien está enamorado, y ese tipo de cosas… y una de las cosas más interesantes que venían era que si un vampiro muerde a una persona de su sexo opuesto, está se enamora perdidamente y hasta se llega a obsesionar con el vampiro que la mordió.-

    Aldo se sorprendió ante lo que había dicho.

    -¿Crees que de verdad te ama? ¿O será solo porque la mordiste? Yo voto por la segunda opción. – dijo el rubio mientras sonreía.

    -¡Que yo la haya mordido no tiene nada que ver con lo que siente ella por mi!- le grito el chico

    -¡Pruébalo! Muerde a otra persona… la que sea. Si ella te recuerda aún si muerdes a alguien más, y ella no te olvida es toda tuya… pero, si ella no recuerda que sentía algo especial seré yo quien me quede con ella. ¿Entras en el juego o no?- dijo retadoramente el rubio.

    -Está bien…- dijo el chico, mientras le daba otro puñetazo en la cara, y la pelea continuaba.

    Al prado llegaron Daniel, Rosi y Made. Madeleen, al ver la pelea corrió a detenerlos.

    -¡Deténganse! ¡Par de entupidos!- dijo la chica mientras tiraba al rubio hacia un lado y luego le propinaba un golpe en la cabeza al igual que a Aldo.

    -¡¿Por qué peleaban?!- preguntó Made furiosa.

    Aldo caminó sin decir nada, luego corrió y en unos segundos ya había desaparecido. Todos miraron el camino por el que se había ido.


    El pelinegro corrió hasta un edificio. Subió al lugar más alto de este, y se tiro en el suelo de esté para meditar un poco. En realidad se encontraba tirado en el tejado del edificio, pero no importaba en esos momentos donde se encontraba.

    -¿Y si los poderes de vampiro son lo único que me mantiene ligado a ella?- pensó el chico en voz alta mirando como las nubes cambiaban de lugar.


    Mientras tanto, en Tengoku…

    Mariana caminaba en pijama por uno de los pasillos con intenciones de ir a la cocina a ‘‘secuestrar’’ un pastel que había en la nevera.

    Iba tarareando una canción, cuando entró en la sala y se topo con tres chicos misteriosos que estaban en compañía de Baldur.

    -ah, Buenos días Mariana. Veo que por fin decidiste despertar.- Saludo el chico.

    -Hola… No es por ser descortés, pero… ¿Quiénes son ellos?- preguntó la chica a Baldur sentándose en un descansa brazos del sofá a un lado de Baldur.

    -Bueno, ellos vienen de un lugar muy lejano… digamos que es como la tierra. ¿Conoces Georth?- preguntó el chico.

    -Me suena ese nombre… lo he visto en alguna parte.- dijo la chica mientras lo pensaba, y entonces…

    FLASHBACK


    -Me voy- Dijo el chico mientras recorría su saco del suelo.

    -e… espera, ¿A dónde vas?- preguntó la chica – aún no está abierto el cielo, ¿recuerdas?-

    -Debe de haber alguna otra salida. Cómo la puerta a la tierra – dijo el chico caminando hacia el pasillo.

    -Pero ¿por qué te pones así?- dijo la chica –

    El chico la ignoró y siguió caminando hasta que encontró la puerta que decía Tierra. Siguió caminando hasta que se encontró otra puerta parecida, pero en esa decía Georth. El nombre le pareció extraño, y abrió la puerta. Mariana se encontraba atrás de él.


    FIN DEL FLASHBACK

    -¡Ahora lo recuerdo!- expresó la chica. – ¡Es ese lugar donde salen hombres lobos, la tercera sala prohibida!- Entonces sus ojos miraron a los dos chicos que había en la sala y a la chica que los acompañaba. –Ustedes… ¿Son de Georth?- preguntó la chica analizando la situación. Los chicos asintieron con la cabeza.

    -Yo soy Priscila- se presentó la chica morena que los acompañaba. Su cabello estaba sujeto en una cola de caballo baja. Su cabello era casi tan rizado como el de Rosi.

    -Yo soy David- dijo uno de los chicos de piel más blanca, mientras que el otro no se molestó siquiera en presentarse y miraba hacia otro lado.

    -Discúlpalo…- dijo Priscila al ver que Mariana lo veía esperando que se presentara también. –Lo que pasa es que es algo serio. Además de que acaba de pasar su metamorfosis. Su nombre es Eric- Mariana recordó ese nombre por alguna razón… su piel se erizó. El joven que no se había presentado, la miro. Sus ojos chocaron, fue ahí cuando lo reconoció.

    Mariana se levantó instintivamente y se puso detrás de Baldur.

    -No te preocupes, no te hará daño- dijo David mientras le daba un codazo amistoso a Eric. Verás… es muy difícil que uno de nosotros no contenga su ira. A menos que portemos un collar lunar. Esas cosas hacen que perdamos todo el control. – dijo David mientras sonreía un poco.


    -Tu eres… eres aquel chico que Miguel y yo nos encontramos…- dijo Mariana mirando a Eric. El chico la miro.

    -Pero esa vez te veías tan... diferente. Más sádico de cómo te veo ahora- dijo la chica llamando la atención de todos los presentes.

    -Eric fue manipulado… - dijo Priscila llamando la atención de Mariana. –Los demonios infernales lograron poner un collar lunar en Eric, haciendo que el perdiera el control. Lo que fue peor, había luna llena esa noche… creo que fue la misma noche en la que llegaste a Georth. Eric no es tan malo. Podrá ser algo serio pero no es malo.

    -bueno, me alegra que se hayan conocido, porque quiero que vengan a la cena de esta noche. – dijo Baldur mientras sonreía ampliamente.

    -Bueno, si no les importa, yo iré a la cocina- dijo la chica mientras volvía a tararear su canción.


    Esa noche llegaron los licántropos y los vampiros a Tengoku. Todos vestían algo elegante, pero no exagerado. Ya se habían presentado todos, y habían logrado llevarse bien. Solo había un chico que estaba recargado en la pared con cara de fastidio. Con todo un traje negro. No había algo en el que no lo fuera, a excepción de su piel, que era casi blanca como la nieve.

    -¿No te gusta la fiesta?- preguntó una castaña por un lado. Era Mariana. Llevaba un vestido rojo carmín de cóctel, no muy arriba de la rodilla ni muy abajo. Una medida exacta.

    -No acostumbro a ir a reuniones como estas, eso es todo.- dijo el chico fríamente.

    -ah… - exclamó la chica mientras se recargaba también en la pared. Guardó silencio durante un rato. Ninguno de los dos chicos decía una palabra. Hasta que Eric rompió el silencio.

    -¿Qué quieres?- preguntó secamente.

    -¿Perdón?- exclamo la chica mientras lo miraba con sorpresa.

    -Tus amigas están allá. ¿Por qué sigues aquí con un chico que no dice una palabra cuando podrías estar hablando con ellas?- dijo Eric.

    -supongo que no estoy de humor para esto- le respondió la castaña con una sonrisa un tanto fingida.

    Mientras tanto, Priscila, David, Made y Chris estaban hablando muy animadamente.

    -Entonces… ustedes dos bailan tango- dijo David, mientras una mueca pervertida se formaba en su rostro. – dicen que el tango es el baile erótico. Dime Chris, ¿Cuándo bailas con Made no te excitas y se para tu….?- Le preguntó David a Chris no muy discretamente, lo que hizo que las dos chicas presentes se sonrojaran notablemente, sobre todo Madeleen.

    -¡DAVID!- Le gritó Priscila al chico mientras lo jaloneaba y golpeaba. Pero entonces las puertas se abrieron estrepitosamente.

    Aldo y Daniel llegaron al salón. Aldo identificó de inmediato a Mariana. Se acercó a donde estaba lentamente y sin prisa.

    -Hola- dijo fríamente Aldo.

    -Hola… - le respondió de la misma manera la chica mientras esquivaba su mirada y se mordía el labio inferior. – Tengo… quiero decirte algo…- dijo la chica mirándolo por fin. Ambos chicos caminaron hacia los balcones de afuera.

    -¿Qué pasa?- preguntó el chico aún en tono frío.

    -Yo… bueno… no se como decírtelo- dijo la chica mientras sus ojos se llenaban con lágrimas que reclamaban salir.

    -Si es sobre lo de Miguel… el ya me lo dijo. Que te acostaste con él. No quiero saber porque… así que no me trates de explicar nada- dijo el chico mientras su tono se volvía más y más frío.

    Mariana se sorprendió bastante. Nunca espero esa reacción.

    -Yo… yo también tengo algo que decir- dijo el chico mirándola con profunda tristeza. –Verás… Miguel me dijo que… bueno, ya sabes… que es por culpa de mis poderes de vampiro que tú me amas y no por bueno, por tus verdaderos sentimientos. Y estuve dudando. Quiero saber la verdad, así que esta noche morderé a la primera chica que se tope en mi camino. Si olvidas lo que sientes por mí… eso significa que era a causa de mis poderes. Y si no… es todo lo contrario.

    -¿Qué pasa si olvido todo lo que siento por ti?- preguntó la chica con la voz quebrada dejando salir unas pocas lágrimas. –Tengo miedo…- Aldo acarició su mejilla secando la lágrima que acababa de caer,

    -Lo se… yo también- el chico la abrazó.


    Mientras tanto, Miguel se encontraba mirando una pequeña botella de vidrio color púrpura.



    FLASHBACK

    Después de que Miguel terminó su pelea con Aldo, fue al paraíso a la misma tienda misteriosa que habían visto aquella noche que fueron a la feria. Compró una poción que según la anciana, le aseguraba que olvidaría todos los recuerdos de amor que haya tenido con alguna persona. Está normalmente se usaba para olvidar un corazón roto, o venganzas, engaños o cosas por el estilo.

    Lo único que necesitaba era la imagen de aquella persona que quería olvidar.

    FIN DEL BLASHBACK

    ‘’Solo tengo que poner esto en la bebida de Mariana para que se olvide de ese entupido sanguijuela. ’’ Pensó el rubio.


    Después de un rato, llegó el momento. Miguel puso la poción en la bebida de la chica. Aldo estaba a punto de morder a Priscila frente a Miguel y Mariana. Priscila se había ofrecido ya que había pensado que el chico era guapo[FONT=&quot][1][/FONT].

    Mariana y Miguel brindaron.

    -Por la suerte- dijo Miguel mientras daba un trago a su bebida. Mariana sonrió e hizo lo mismo. La bebió hasta la última gota. Entonces Aldo mordió a Priscila, tomó solo un poco de sangre para estar seguro de que funcionaría.

    Priscila se quejó del molesto dolor de su cuello. Justo cuando ella le iba a decir que se detuviera, Mariana cayó al suelo inconciente. Miguel la atrapó en un rápido movimiento.

    Aldo soltó a la chica inmediatamente, y aún con la boca con un hilo de sangre, corrió para ayudar a la castaña que estaba en el suelo.

    -¡Mariana! ¡Mariana!- gritaba desesperadamente Aldo. Después de unos minutos, la chica volvió a recuperar la conciencia.

    -¿Qué… que pasó?- preguntó la chica mientras tocaba su cabeza en señal de un pequeño dolor. –Miguel… ¿Dónde estamos?- preguntó la chica al ver al rubio.

    -En la fiesta… en tengoku- dijo el chico.

    -Ah si, lo había olvidado por un minuto- sonrió la chica. Aldo suspiró aliviado. Pero entonces, era la hora de la verdad…

    -Mariana… ¿Puedes recordar quien soy?

    -¿Tu? Lo siento pero… yo jamás te había visto antes- dijo la chica tratando de recordar su cara, pero… no podía. Aldo dejó caer sus manos. Sus ojos demostraban dolor, angustia y desesperación. Un sin fin de emociones que le dolían.

    Acababa de perder, a la persona más importante de su ‘‘patética’’ vida.

    Espero que les haya gustado :3 Adiós!! hasta la próxima!! ;D
    [FONT=&quot][1][/FONT] Pfff!! Toda la vida!! xDDjaja!
     
  4.  
    Baldur Prime

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    Re: Bajo las alas de tus ángeles

    muy buena continuacion de tu fic
    excelente trabajo, solo uno errores de escritura
    pero no te desanimes, suelen pasar
    debes revisar con word
    tienes una gran forma de escribir, sigue asi
    estoy ansioso por saber que pasara ahora
    si necesitas algoo aqui estoy
    n_n
     
  5.  
    all dark

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    Re: Bajo las alas de tus ángeles

    hola!! x3
    te quedo bn la conti pro la esperaba mas larga xP
    xDDDDDDD own3d
    miguel hiso trampa! asi no se vale ¬¬
    mariana... emm... mi pelo es negro xDDDD
    bueeh, voy a quedarme aqui sentado frente a la pc esperando la proxima conti xD
    Dew
     
  6.  
    Dragonfly

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    Re: Bajo las alas de tus ángeles

    20.-Adiós

    Aldo llegó a la guarida de los vampiros y de inmediato se encerró en su habitación. Se quito la camisa y la dejó caer al suelo, después se quito desesperadamente los zapatos y los arrojó lejos. Fue al baño, se sentía mareado y fatigado. Todo daba vueltas en su cabeza y sentía claustrofobia en esa habitación pequeña. Pero sabía que si salía de esa habitación, todos comenzarían a rodearlo con preguntas como:
    ‘’ ¿Estás bien?’’ ‘’ ¿Quieres algo?’’ ‘’ ¿Te duele algo?’’
    Y cosas por el estilo. Pero lo único que quería era estar solo.
    Aldo se apoyaba en el lavabo de su baño, mientras veía como el agua caía por este como si eso fuese muy interesante. Recordaba amargamente lo que sucedió en Tengoku.

    FLASHBACK
    Miguel tomó a Mariana de la cintura y ella se puso roja ante aquella acción. Aldo recordó que antes de conocerlo, ella estaba enamorada del rubio.

    -Bueno, supongo que esto significa que yo gané- dijo el rubio con una sonrisa victoriosa en su rostro.

    -¿A qué te refieres con ‘’ganar’’?- Preguntó la chica castaña.

    -ah, no es nada. Olvídalo- dijo el rubio y luego beso la frente de la chica. –Bueno, ya vengo. Tengo que arreglar unos asuntos pendientes- dijo Miguel retirándose del lugar. –

    Priscila comenzó a despertar, Aldo y Mariana la ayudaron a levantarse del suelo. De pronto, sus miradas chocaron en una fracción de segundo. La chica miro hacia algún otro lado sonrojándose un poco.

    -Creo que aún no nos han presentado- dijo Mariana mientras sonreía y se quitaba un mechón de cabello del rostro.

    -Soy Aldo- le contestó el chico de manera melancólica.

    -Yo soy Mariana- le contestó la chica animadamente con una enorme sonrisa.

    -Pues yo soy Priscila- se presentó la chica levantándose del suelo.

    -Te me haces conocido, ¿Te conozco de alguna parte?- le preguntó la castaña al demonio mientras ponía una mueca al tratar de recordarlo.

    -Eh… si, nos hemos visto antes, pero no te conocía en persona- le contestó el vampiro mientras sentía una punzada atravesarle el corazón por cada palabra de aquella mentira.

    FIN DEL FLASHBACK

    Aldo se tiró en su cama, cubriendo su rostro con una almohada. Entonces sintió algo diferente, sentía un vacío enorme atravesando su pecho. También sentía angustia, desesperación, era… una sensación que ya había experimentado en el pasado.
    Entonces tocaron a su puerta.

    -¡Quien quiera que seas lárgate! ¡No quiero ver a nadie!- gritó el chico desde su cama.

    -Pero te busca una chica- le gritó desde el otro lado Daniel.

    ¿Una chica? No podría ser ella, ¿o sí? Aldo se dirigió a la puerta y la abrió de un golpe esperando que esa chica, fuese ella.


    Mientras tanto, en Tengoku, una chica de cabellos castaños y largos estaba en el jardín mirando la profundidad del estanque de esté. Movía su dedo de un lado a otro en el agua clara mientras los peces se acercaban a él pensando que podía ser alimento.

    -Mariana…- la llamó una voz masculina desde adentro de la mansión. Una voz que ella conocía y muy bien.

    -¿Me hablabas, Miguel?- le respondió la chica un tiempo después de que el rubio le hablara.

    -¿Te encuentras bien? Estás más distraída de lo normal- dijo Miguel cruzando el jardín para acercarse a la castaña.

    -Pues… no me siento mal ni nada, pero… siento… siento que olvidé algo muy importante, y cada vez que trato de recordarlo, me duele aquí- dijo la chica con voz quebrada tocando su pecho. Miguel la miró angustiado.

    ‘‘Tal vez esto no fue una buena idea’’ Pensó el rubio.

    -Mariana…- susurró el chico mirando el suelo. – Tengo que decirte algo. No es fácil para mí decirlo, pero… Se adelantó el día de reencarnación. – dijo finalmente el rubio mirando a la chica esperando una reacción.

    -¿Y cuando…?- preguntó a medias la chica sintiendo el pánico en su interior. Sintió que todo a su alrededor se alejaba, pero por alguna razón no fue tan malo como pensó. No se había desboronado en mil pedazos como ella pensó que sería al escuchar que su mejor amigo de toda la vida se iría para siempre.

    -Mañana en la mañana. Para ser exactos a las 9- le respondió el chico casi en un susurro.

    Miro a la chica quien estaba moviendo de un lado a otro su dedo en el estanque, mirando como los peces seguían su dedo.

    -Mariana, quiero que sepas algo…. Desde siempre- dijo el chico inconclusamente, ya que una chica de cabellos largos y rizados llegó gritando al lugar.

    -¡Mariana!- gritó escandalosamente Rosi.

    -¿Qué pasa?-preguntó la chica tranquilamente.

    -¡Hay un alboroto en la sala! ¡Made se está peleando con Chris!- le dijo Rosi
    Rosi y los chicos, llegaron a la sala donde Madeleen le gritaba a Chris hasta de lo que se moriría su perro, sarcásticamente hablando.

    -¿¡No pudiste habérmelo dicho antes!?- le gritó Made con lágrimas en los ojos a su esposo Chris.

    -¡No sabía cómo decírtelo! ¡Y sabía que te ibas a poner así!- le contestó Chris.

    -Ya se enteró- susurró Miguel.

    -¿Sé enteró de qué?- preguntó Rosi intrigada por lo que había dicho el rubio.

    -Pues… Adelantaron el día de reencarnación.- le contestó Miguel, a lo que todos en la sala guardaron silencio.

    Made mordió su labio inferior, luego salió corriendo del lugar. Chris intentó seguirla pero Miguel lo detuvo.

    -Deja que reflexione un poco. Tiene muchas cosas en que pensar.- Dijo el rubio con su mano en el hombro de Chris, quien asintió con la cabeza y luego suspiro.

    Madeleen corría por el largo pasillo que conducía a las puertas a la tierra y otros mundos. Ahora necesitaba a su buen y gran amigo Salvador. Necesitaba su compañía para que la consolara, de nuevo, como lo hacía hace años.

    La chica bajó a la tierra y corrió hasta donde estaba la guarida de los demonios, el camino era largo pero todo el estrés que cargaba en ese momento hacía que olvidara el dolor de sus pies al correr tanto y la agitación de su muerto corazón (que extrañamente aún latía) junto con su respiración acortada. Por fin llego a la guarida donde vivía su gran amigo Salvador. Se detuvo frente a la puerta y no sabía si tocar o no la puerta. Su mano se volvió un pequeño puño y torpemente tocó la puerta.

    Espero un momento pero nadie le abría. Tocó de nuevo la puerta y está vez alguien gritó desde adentro: ‘‘¡Ya voy! ¡Qué molestos!’’ gritó la voz femenina. Una voz suave pero a la vez fuerte. Tenía un tono seductor y alegre a la vez. Jamás había escuchado una voz así.

    Por fin le abrieron la puerta a Madeleen, era una chica de cabellos largos y lisos en un hermoso color de negro. La chica vestía con un corto vestido de color rojo con adornos de encaje de rosas negras. Era un vestido por el que cualquier chico babearía un río completo. Además de que la figura de la chica era igual a la de una modelo, no. Incluso la descripción de una modelo le quedaba pequeña.

    -¿Se te ofrecía algo?- le preguntó la chica de ojos negros a Made.

    -Yo… estaba buscando a Salvador- le respondió la castaña.

    -Ah. Eres tú.- exclamó la chica de pelo negro de muy mala gana al reconocerla. Su competencia, o almenos eso pensaba Soledad. –Sígueme- le contestó la pelinegra algo malhumorada mientras conducía a Made hasta la habitación de Salvador.
    -Estábamos tomando una ducha juntos. Salvador insistió en que me quedara, pero tenía cosas que hacer así que salí de bañarme, me vestí y llegaste tú. –mintió Soledad a Madeleen mientas sonreía y Made se ponía colorada al imaginarse la situación.

    Las dos chicas entraron a la habitación de Salvador cuando justo en ese momento, Salvador salió del baño con únicamente una toalla en la cintura de color rojo opaco.

    El chico seguía sosteniendo la perilla de la puerta, y al ver a las dos chicas, se volvió a encerrar en el baño mientras ponía en su cara una expresión de mucha, mucha sorpresa.

    -Es algo tímido- le dijo Soledad a Made burlonamente.

    ‘‘¡Demonios!’’ pensó el chico del otro lado de la puerta. ‘‘¿Ahora que? Seguramente Andreina no me dejará salir de aquí, o se quedará hasta que yo salga’’ pensaba el chico mientras buscaba una forma para salir de esto.

    -¡Amor! ¿No vas a salir de ahí?- le gritó Soledad desde el otro lado mientras golpeaba la puerta suavemente.

    -¡No hasta que salgan de mi habitación! ¡Y no me llames así!- gritó el chico riendo nerviosamente.

    -ah, por favor, como si no te hubiera visto así antes- le dijo Soledad de manera muy seductora. Made se sonrojó ante ese comentario.

    -¡Nunca me has visto así! Y sin toalla menos- dijo el chico sonrojadísimo al notar que Soledad quería poner celosa a su amiga Madeleen.

    -emm… deberíamos dejar que se cambie, ¿no crees?- dijo tímidamente Made mientras reía nerviosamente.

    Soledad cambió su expresión de divertida a una seria. Sus ojos perdieron brillo, y su mirada se veía como si estuviese poseída. Luego sus ojos volvieron a la normalidad.

    -Hora de trabajar…- susurró la chica de cabello negro saliendo de la habitación.

    Made se quedó sin entender a que se refería con ‘‘trabajar’’ y supuso que solo lo averiguaría si la seguía así que la siguió hasta su habitación, donde la chica se puso una capucha larga y negra que tenía un gorro que cubría su cara hasta la nariz.

    Soledad caminó hasta la puerta de su habitación y miró a Made quien la veía sumamente interesada en lo que iba a hacer.

    -¿Quieres ver lo que hacemos en nuestro tiempo libre?- le preguntó la chica con una media sonrisa. Made asintió con la cabeza completamente intrigada. Soledad le tendió la mano y la castaña la tomó. La habitación se volvió oscura, luego una tenue luz apareció de entre las sombras mostrándoles a las dos chicas lo que parecía ser un funeral.

    Soledad sonrió y atravesó la habitación como si estuviese en un campo de flores, tarareando una canción fúnebre. Madeleen la miró con algo de temor. ¿Por qué se ponía así? La chica de cabello negro volvió a donde estaba la castaña y se acercó a su oído.

    -¿Sabes por que tenemos estos nombres claves?- le susurró al oído.

    Made negó con la cabeza. Se dio cuenta de que la habitación comenzó a llenarse por demonios. Todos ellos llevaban una capucha igual a la de Soledad.

    -Además de la sangre nos alimentamos también por las emociones de la gente. Cada nombre clave dice la emoción de la que nos alimentamos- le explicó la chica de ojos negros.

    -ya entiendo… pero, ¿cómo hacen eso?- pregunto la chica.

    -Observa- le dijo la chica mientras se acercaba a un chico alto de cabello castaño claro y le tocaba el hombro. Una extraña aura morada salió del hombro y se pegó a la mano de soledad disolviéndose. Cuando la chica estuvo satisfecha se soltó del hombro del chico, quien ahora tenía una mirada de soledad y angustia.

    Se dio cuenta de que los demás demonios hacían lo mismo que Soledad hace unos minutos y entonces recordó el sobre nombre de Salvador. Muerte. Esa no era ninguna emoción, ¿o sí?

    -Soledad… ¿Por qué el sobre nombre de Salvador es Muerte? Que yo sepa esa no es una emoción- le dijo Made

    -Tienes razón- le dijo la chica mirando a quien acababan de mencionar, que se encontraba llegando a la habitación y se acercó a quien le dedicaban el funeral. Cuya capucha era roja. Otros dos chicos más altos que Salvador llegaron también con capuchas rojas pero guardaban su distancia del chico.

    -¿Quiénes son ellos?- preguntó Made señalando a los tren encapuchados de rojo.

    -Mi hermano Daniel, también conocido como Miedo; - dijo señalando al más alto de los tres – Aldo alías Dolor- agregó señalando al que estaba junto a Miedo, y finalmente señaló al más bajito de los tres. –Y el que los encabeza… es Salvador, ya conoces como lo llaman- le contestó la chica.

    -Muerte- agregó Madeleen en un pequeño y tenue suspiro.

    -Dice mi hermano que la persona que se alimente de la muerte, será quien dirija al grupo, como el líder. Salvador aún es como un aprendiz de Aldo y de mi hermano. Todavía tiene mucho que aprender.- dijo la chica mirando al joven castaño, luego cambió su tono a uno triste y melancólico. Sus ojos se llenaron de lágrimas. –Sabes… Yo se que él solo me utiliza. Lo se porque cuando el me hacía suya… siempre pronunciaba tu nombre. Siempre me llamaba por tu nombre, y cuando dormía… también te buscaba en sus sueños, pero lo hacía como si… como si no te quisiera perder- le dijo la chica derramando algunas lágrimas.

    Made estaba atónita. Jamás se hubiera imaginado eso. ¿Salvador, utilizando a una chica? Eso no era típico de él. Debió haber estado muy depresivo como para hacerlo. Después de analizar cada palabra que Soledad utilizó, una frase pasó por su mente: ‘‘cuando él me hacía suya’’

    -¡E-espera! ¿A-a que te r-referías con ‘’me h-hacía suya’’?- le preguntó la chica roja completamente mientras tartamudeaba.

    -Ah, eso- dijo la chica mientras se limpiaba las lágrimas de la cara. –No te preocupes, solo fueron dos veces… y no fue exactamente por amor por su parte.- le contestó la chica mientras volvía a mirar a Salvador. –Te tengo envidia- le dijo sin mirar a Made.

    -¿A mí? ¿Pero porque a mí? Tú eres mucho más bonita que yo, seguro tenías muchos pretendientes.- le dijo la chica.

    -Si, y gracias a esos acosadores es que mi hermano y yo vivimos así- dijo la chica con tono de rencor.

    -Puedo… ¿puedo preguntar como es que moriste?- comentó la chica mientras llamaba la atención de Soledad y ella se quedaba callada. – ¡Si no quieres no contestes… se que no debí haber preguntado algo así!- le dijo nerviosamente Made. Soledad le sonrió por primera vez.

    -Todos los días a mi me llegaban cartas, chocolates y todo tipo de regalos que un chico le daría a la chica que le gusta. Mi hermano se ponía muy celoso. Recuerdo que siempre que le hablaba sobre mis pretendientes, el cambiaba el tema o se iba de la habitación. – recordó la chica soltando una risilla. – Pero un día- prosiguió la chica volviendo a su tono serio. Yo iba saliendo de la secundaria, se supone que mi hermano me recogía todos los días, pero ese día se tardó así que yo me dirigí a casa cuando una pandilla de chicos me comenzó a seguir. Luego me acorralaron en un callejón y trataron de abusar de mí. Mi hermano llegó corriendo en ese momento. Los chicos lo comenzaron a golpear con un tubo y cadenas, y uno de ellos le atravesó el estomago con una navaja.- le contaba la chica mientras se le quebraba la voz al recordarlo – Entonces se dieron cuenta de que lo habían matado. Y cómo no querían testigos, a mi también me hicieron lo mismo.- finalizó la chica.

    Made comprendió ahora todo el dolor que la chica había pasado. Inconcientemente, la abrazó llorando al igual que Soledad. Andreina no sabía si corresponder el abrazo o no, después de un tiempo la abrazó.

    -Soledad… ahora tienes una amiga. Podemos llorar juntas, contar nuestros problemas para desahogarnos. Claro, si tú lo quieres así-

    -Nunca había tenido una amiga… - pensó Soledad y luego sonrió. –Made, seamos amigas.-

    -Sí- le contestó la castaña.

    -¿Puedo interrumpir?- dijo una voz masculina. Las dos chicas voltearon, era el hermano de Soledad.
    -¿Qué pasa, hermano?- le preguntó la chica

    -Hay que irnos ya.- le dijo el chico tranquilamente.

    -Bien- le dijo Soledad tomando la mano de Made. –Nos vemos allá entonces- se despidió la pelinegra del chico de ojos rojos, y en un parpadeo, ya no estaba en la habitación.

    Aldo corrió a todo lo que sus pies podían darle. Llegó en un par de minutos a la guarida, donde alguien lo esperaba. Al llegar a la guarida, se topó con un chico alto de cabello negro que lo esperaba impaciente.

    -Lamento hacerte esperar. La iniciación de Salvador es pronto, así que debemos enseñarle muchas cosas y…- dejó inconcluso Aldo al ver que el chico no le ponía atención. –Entonces… ¿Me dirás lo que viste, Eric?- le preguntó Aldo al chico lobo.

    -No me gusta meterme en asuntos que no me incumben, pero extrañamente ese tipo rubio… como lo detesto-

    -Creo que ya somos dos- le contestó con un bufido el vampiro. –Sabes, creo que tú y yo nos llevaremos muy bien- le dijo Aldo con una media sonrisa.

    -Me robaste las palabras de la boca. Pero ese no es el punto por el que estoy aquí. Esté… es el punto- dijo el chico mostrándole al vampiro un frasquito pequeño de color púrpura. Parecía ser un perfume femenino. Pero entonces vio el nombre de la poción.

    ‘‘Olvídame’’

    -Eso es…- dejó inconcluso Aldo pensando lo que esa botellita podría ser.

    -Vi que Miguel la puso en la bebida de Mariana justo antes de que tu mordieras a Priscila- le comentó Eric mostrándole al vampiro el líquido cristalino que contenía la botella.

    -Pero… ¿Qué es lo que hace esa cosa?- preguntó Aldo.

    -Hagamos un experimento… ¿Recuerdas a Priscila?- dijo Eric haciendo que la chica que acababa de mencionar apareciera en la habitación por un agujero negro que el chico lobo hizo con solo chasquear los dedos.

    -Ah… si, la chica que mordí en la fiesta- dijo Aldo mirando a la chica morena.

    -Hagamos que beba unas cuantas gotas, pero primero… bésala- le dijo Eric normalmente sin sonreír o hacer mueca de burla. Lo decía seriamente.

    -¿Para que?- preguntó Aldo nerviosamente.

    -Para que ella se enamore de ti- le contestó el chico lobo igual de serio.

    -¿Con que… propósito?- volvió a preguntar el chico está vez más nervioso. –Además, cuando muerdo a una persona, está se enamora del vampiro al instante. – Dijo Aldo tratando de evitar por completo besar a la chica.

    -¿De veras?- preguntó Eric mirando a Priscila, quien miraba fijamente al vampiro bastante sonrojada. –Sabes que...te creo- añadió el chico lobo volviendo a mirar al vampiro. –Bueno, entonces haremos que Priscila se tome esto. – dijo Eric señalando una copa de agua y luego poniendo en ella dos gotas del frasco púrpura.

    -¿Qué es eso?- preguntó la chica cuando Eric le ofreció la copa.

    -No preguntes y tómatelo- le dijo Eric. Priscila vio con miedo la copa.

    -¡Vamos tómatelo por mí!- le dijo Aldo de manera juguetona mientras le guiñaba un ojo. -¿Lo harás?- le preguntó el chico. Priscila tomó la copa y de un trago se terminó lo que tenía. Después de unos segundos se desmayó y los dos chicos la atraparon. Aldo atrapó la copa de vidrió en su mano.

    -Esto mismo le pasó a Mariana cuando tomó esa cosa… - pensó Aldo.

    -Es porque ese tipo rubio la puso en su bebida y la hizo tomarla justo cuando tú mordiste a Priscila- le aclaró Eric.

    - Sabes, ese Miguel me cae cada vez peor- dijo Aldo apretando su puño haciendo que la copa de vidrió se rompiera en tantos pedazos que terminó pareciendo polvo.

    -¿Puedo preguntarte… qué era esa chica para ti?- le preguntó Eric intrigado al notar la reacción del vampiro.

    -Ella era… una gran amiga. Bueno, podría decirse que más que eso.- le contestó Aldo con una voz dulce y tierna. –Por cierto… ¿hay alguna forma de hacer que Mariana me recuerde de nuevo?- preguntó el chico cambiando su tono a uno de intriga y preocupación.

    -Lo más probable es que sí. Pero aún no estoy al 100% seguro. Trataré de ver cómo hacerlo. Y también tengo que ver la reacción de Priscila. Bueno hasta entonces- Dijo Eric cargando a Priscila en su espalda y abriendo otro agujero negro mientras Salía por él.

    -Adiós- alcanzó a despedirse Aldo.

    Mientras tanto, Rosi caminaba por los pasillos de Tengoku diciéndoles a todos que la cena estaba lista y servida. Entonces abrió la puerta de la habitación de Mariana y se topó con una sorpresa. La chica estaba cortando su largo cabello con unas tijeras.

    -¡¿Qué es lo que haces?!- la regañó Rosi.

    Mariana miró el suelo lleno de cabello y se puso roja señalando un chicle en un montón de el.

    Rosi comenzó a reír al ver la razón por la que cortaba su cabello.

    -Lo estás haciendo mal. Déjame te ayudo. - Dijo Rosi sentándose en el suelo para cortar y arreglar lo que Mariana había hecho.

    Rosi acomodaba el cabello de un lado a otro, y luego lo cortaba. Al final, Mariana terminó con el cabello al tamaño del cuello. Estaba muy corto, pero se veía lindo. En realidad era un estilo alocado y despeinado.

    -¡Listo!- le dijo Rosi mirando con orgullo su trabajo finalizado.

    -Me siento una emo- le contestó Mariana viendo el fleco largo, y las capas despeinadas que le había hecho Rosi mientras inflaba los cachetes haciendo pucheros de niña pequeña.

    -¿Qué? ¡Pero si te quedó lindo!- dijo Rosi tratando de convencer a la chica.

    -Está bien. Te creeré- le contestó Mariana riendo.

    -Por cierto- le dijo Rosi levantándose del suelo.- La cena ya está lista-

    -¿Qué hay de postre?- preguntó Mariana ingenuamente.

    -Helado napolitano- Contestó Rosi. Mariana corrió a la cocina.

    En el camino, Mariana se topó con un rubio que se quedó atónito al ver el cabello de la chica.

    -¿Por qué cortaste tu cabello?- preguntó el rubio.

    -No quiero hablar de eso- le contestó la chica poniéndose roja.

    -¿Alguien ha visto a Made?- preguntó Chris entrando alterado a la habitación. La chica había estado desaparecida todo el día y nadie podía encontrarla.

    Por otra parte, Madeleen, estaba en la habitación de Soledad contándole el motivo por el cual no estaba en Tengoku, ni quería volver.

    -Entonces… el no me contó que se iba, yo me molesté tanto que no quise saber más de él. ¡Si hubiera una forma de olvidarlo! Créeme que lo haría- decía Made soltando algunas lágrimas de furia mientras lo relataba.

    -Sabes… hay una forma para que no sientas nada por él.- le dijo Soledad pensando lo que decía, puesto que sus sentimientos también estaban involucrados en esa opción.

    -¿La hay? ¿Cuál es?- le preguntó Made.

    -Cuando un vampiro muerde a una persona, ya sea demonio, ángel o incluso una persona que pueda ver a los muertos- dijo Soledad mientras reía un poco por ese ultimo ejemplo. –Bueno, la persona que es mordida cae perdidamente enamorada del vampiro que la mordió. E incluso si esa persona está enamorada de alguien más… la olvida- le dijo Soledad.

    -¿A que quieres llegar con todo esto?- le preguntó Made sin entender el propósito de esa explicación.

    -¿Te gustaría que Salvador te mordiera?- le preguntó Andreina a la chica.

    Made pensó un poco su respuesta. Muchas cosas estaban ligadas a su respuesta y si daba la equivocada, todo podría pasar mal. Pero entonces recordó que Rosi le comentaba que su amiga Mariana, que también fue mordida por Aldo, se la pasaba feliz siempre. Y antes, cuando la castaña estaba enamorada del rubio, siempre sufría o se la pasaba llorando. Si eso le pasó a su amiga, ¿Qué le podría salir mal a ella? Pensaba Madeleen.

    -¿Dónde está?- preguntó Made convencida.

    Soledad la llevó a la habitación de Salvador, quien estaba tirado en su cama tratando de dormir. Las chicas entraron a su cuarto sin tocar, de nuevo.

    -¿Qué no saben tocar una puerta?- les preguntó Salvador con sarcasmo.

    -Salvador…- dijo Soledad. El chico supo que era algo serio para que lo llamara por su nombre así que prestó atención. -Queremos que muerdas a Made- concluyó la pelinegra.

    Salvador casi se cae de la cama por la sorpresa que le dieron esas palabras.

    -¿Estás segura?- le preguntó el chico a la castaña. Made le contestó con la cabeza asintiendo.

    -Ya lo pensé bastante… y estoy totalmente segura.- le contestó Madeleen. Salvador tragó un poco de su saliva nervioso, mientras que la chica se quitaba el cabello del cuello y se acercaba al chico.

    El chico la tomó de los hombros y sacó sus colmillos acercándose lentamente al frágil cuello de la chica. Lo pensó dos veces antes de penetrar con sus colmillos la miel de la chica. Pero finalmente la mordió. Pudo sentir el sabor de su sangre. Trataba de no tomar nada de ese jugo vital, pero al final sus esfuerzos fueron nulos ya que probó un poco y ya no pudo detenerse.

    -¡Salvador! ¡Suéltala!- le gritó Soledad. El chico al escuchar la voz de la pelinegra, se dio cuenta de lo que estaba haciendo, y dejó libre el cuello de Made, quien estaba inconsciente.

    -La llevaré a su casa- le dijo Soledad al chico cargándola en sus brazos. No parecía que se forzaba en cargarla, de hecho parecía que llevaba una muñeca en brazos.

    Soledad desapareció en una fracción de segundo con Madeleen en brazos. En menos de un segundo, las dos chicas aparecieron frente a las puertas de Tengoku. Soledad limpió la sangre del cuello de la castaña y luego cubrió la cicatriz de la chica con su pelo.
    Justo cuando iba a tocar la puerta, esta se abrió dejando a ver a un sorprendido Chris que parecía que iba a salir histérico a buscar a Madeleen. Al ver que la pelinegra la tenía en brazos, casi se la arrebata.

    -¿Dónde estaba? ¿Está herida? ¿Le paso algo?- le preguntaba el chico casi en un colapso.

    -Estaba conmigo, me contó que ustedes se pelearon, y pues… luego se quedó dormida y la traje aquí- le contestó la chica. Chris suspiró aliviado.

    -Made… amor… despierta- le susurraba el chico mientras la movía suavemente, tratando de despertarla. Madeleen abrió los ojos lentamente.

    -¿Por qué estoy aquí?- le preguntó Made a Soledad ignorando a Chris.

    -Tenía que traerte, ya era tarde, y por lo que se ve estaban preocupados por ti.

    Madeleen se quitó de los brazos de Chris y caminó por el pasillo mientras que Soledad regresaba a su casa. El chico pensó que Madeleen seguía molesta por lo que la comenzó a seguir.

    -Made se que estás enfadada conmigo, ¡pero por lo menos escúchame!- le decía Chris comenzando a disgustarse.

    -Christopher, Cristián… mmm… Chris… No estoy enfadada contigo, solo quiero ir a dormir. – le dijo Made quien había olvidado su nombre.

    -¿Christopher? ¿Cristián?- se preguntó Rosi uniéndose al chisme.

    Madeleen pasó por donde estaban todos y luego posó sus ojos en Mariana. Ahora que recordaba, la chica no había tratado de escaparse a la tierra en todo un día. Es más, ni siquiera había hablado de aquel demonio de ojos negros. ¿Se habrían peleado? Luego miró que su cabello estaba corto.

    -¿Qué le paso a tu pelo, Mariana?- le preguntó Made.

    -Este… pues, por accidente me acosté sobre un chicle- le contestó avergonzada la chica al dejar al descubierto la razón tan patética de su nuevo corte de pelo.

    -Por cierto, chicos, no se si se los había comentado antes pero, ya que mañana Chris y Miguel se van, invité a los demonios a despedirlos- dijo Baldur mientras que algunos ángeles, y entre ellos Madeleen, gritaban un ‘‘¡hurra!’’ o alguna expresión de emoción. Miguel puso los ojos en blanco y soltó un bufido de completo desagrado.

    Después de cenar, todos fueron a sus habitaciones a dormir. Mariana organizó una pequeña pijamada en su habitación, a la que asistieron solo las chicas de Tengoku.

    Konae le arreglaba el cabello a Kaoru, mientras otras dos chicas le pintaban las uñas. Madeleen les contaba a todas lo que vio esa tarde en la tierra y todas la escuchaban atenta.
    Entre risas y chismes, fue el turno de que Rosi le arreglara el cabello a Madeleen. Se lo recogió en una cola alta con rulos[1]. Mariana notó algo en el cuello de la chica. ¿Eran unos lunares? No parecían serlo. Estaban perfectamente alineados. A la castaña le resultaron muy conocidos, pero en su cuello.

    -Made… ¿Eso que tienes en el cuello es una cicatriz?- le preguntó Mariana

    -Salvador me mordió- le confesó la chica.

    A Mariana le parecía un deja bú esas palabras. Después de un rato de platicar lo que pasó, las chicas quedaron dormidas.

    Mariana no quería despertar. Sabía que esa mañana su mejor amigo se iría. Pero a fin de cuentas tubo que hacerlo. Nadie se encontraba en su cuarto, al parecer solo faltaba ella. Salió se su habitación aún en pijama y se dio cuenta de que ahí se encontraban todos muy arreglados así que regresó a su cuarto y se puso un vestido dorado con unas botas negras, que fue lo primero que encontró. No se molestó en peinarse y salió así de su cuarto.

    -¡Mariana!- la llamó Miguel desde el otro lado de la sala.

    -Hola…- lo saludó tímidamente mientras se acercaba a él.

    Junto al rubio estaban dos chicos de cabello y ojos negros. Se veían bastante misteriosos. Al acercarse los reconoció. Bueno, casi. Eran Eric… y si su memoria no le fallaba, Aldo también estaba ahí. Parecía que estaban peleando.

    -¿Pasa algo?- preguntó la chica. Aldo la miraba encantado.

    -Te cortaste el cabello.- le dijo el pelinegro.

    -Si, pasó… algo- dijo la chica poniéndose roja al recordar ese accidente.

    -Te queda bien así- le dijo Aldo con una sonrisa coqueta.

    El corazón de Mariana se aceleró. No supo porque, pero esa sonrisa era realmente encantadora.

    -Yo pienso que le quedaba más el cabello largo- dijo Miguel provocando la furia de Aldo. Y para hacerlo, rodeo con un brazo la cintura de la chica y besó su frente.

    Baldur llamó la atención de todos. Comenzó el conteo para la reencarnación.

    10

    9

    8…-Mariana, esto es lo que quería decirte hace mucho- decía apurado el rubio tomando a la chica de los hombros.

    7

    6 -¿Qué cosa?- preguntó la chica ingenua.

    5

    4…Miguel besó a Mariana cómo jamás había besado a alguna chica.

    3

    2.

    1 -Adiós. Te amo- le dijo el chico, quien luego desapareció.

    Mariana se quedó parada, como una tonta, sin entender aún lo que acababa de pasar.

    Aldo la miraba melancólicamente. Ese beso, no. Esa escena, jamás la vio venir.

    [1] Curlys, o como ustedes los conozcan. Son esos peinados que son como rizos.

    Ciaoo! Lamento MUCHO el retraso, lo que pasa es que me hicieron una fiesta de 15 años, y organizarla fue todo un caso -.-'' En fin! Aqui está la contiunuación, Espero que la hayan disfrutado!
    El siguiente capi está en camino! (:
     
  7.  
    Butterfly

    Butterfly Entusiasta

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    Re: Bajo las alas de tus ángeles

    Pfff... HAHAHA xD Se nota que tienes una gran imaginación, eso no pasa ni por milagro (Sin ofender Salva, sabes que es cierto xD).
    Aaww que liiindo *-* sólo una parte... Lo otro sólo me hiso reir xD.



    Esta fue mi parte favorita :D Tu sabrás por qué xD.

    Esta parte simplemente la amé *-*.
    Bueno, espero me agradescan, ya que si no es por el hecho de que hice sentir mal a Mariana, no tendrían conti. (xD)
    Mariana, quiero que sepas que secuestré a Zero, y si no hay conti pronto, Zero me hará Stripper a mí y no te enseñaré el video.:o
    Saludos.
     
  8.  
    Baldur Prime

    Baldur Prime Fanático

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    Escritor
    Re: Bajo las alas de tus ángeles

    excelente continuacion de tu fic
    muchas gracias por subirla Eva-chan
    te lo agradesco mucho, haces un excelente trabajo, sigue asi
    ya quiero saber que pasara ahora
    n_n
     
  9.  
    all dark

    all dark Iniciado

    Cáncer
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    Re: Bajo las alas de tus ángeles

    Gñap! (si no sabes que es, ve a google =D)

    xD Pwn3d!

    bueh... como se quedarian uds si dos chicas lindas entran a tu cuarto y te ven semi-desnudo? xD

    un dia de estos, lo hago enserio ._.

    Mariana! t debo tu cancion! T_T mañana la subo! =/

    bueh... en fin xD estare frente a mi pc hasta q subas la proxima conti =D

    Dew xD
     
  10.  
    Solsti

    Solsti Usuario común

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    Re: Bajo las alas de tus ángeles

    Holaaaa! que lindo capi me encanto y que Mariianaaaaa recuerde la a aldooo! okis si? :)
    esta super linda la fic y el corte de pelo me recuerda a mi hace unos meses pero x distinto motivo ;) :)
    Y no se metan con los rulos que aqui ahy una con los locos rulitos NATURALES!!! enserio nace haci y creo que morire asi pero me gustan ji ji
    espero conti :)
    Beshitos :) Solsti (L
     
  11.  
    Dragonfly

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    Re: Bajo las alas de tus ángeles

    lalalala!! :D
     
  12.  
    Dragonfly

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    Re: Bajo las alas de tus ángeles

    Primero que nada: Quiero agradecerle a Made y a Salva, quienes siempre me están fregando para que siga escribiendo xD Sin ellos no habría fic!! (: Los quiero!!! Death&Angel forever! xD
    Bueno, segundo: Lamento la tardanza, estube castigada, luego no tenía tiempo de escribir, luego la inspiración se fue, tenía otros compromisos, etc, etc... Perdonen!! u.u

    Aqui la conti! (:



    Dedicado a Ilse. Te vamos a extrañar ): Espero que al lugar al que vas, sea mucho mejor que esté!!





    21.- Recuerdos vacíos.


    Madeleen estaba en su habitación, tirada en la cama con las sabanas cubriéndole su rostro. Recordando lo que hace unas cuantas horas todos los guardianes presenciaron.

    FLASHBACK

    -Oye Made… - La llamó Rosi. -¿No vas a despedirte de Chris?- le preguntó la chica algo angustiada.

    -¿eh? Ah… si- le contestó la castaña algo desinteresada. El chico que acababan de mencionar, se acercó a las dos chicas, abrazó a Rosi de manera amistosa y la chica le contestó el abrazo. Luego Chris le sacudió el cabello moviendo su mano de un lado a otro por el. Lo que hizo que los dos rieran. Made solo miraba algo seria. Estaba… aburrida.

    -¡Que tengas suerte!- le deseo Rosi mientras se separaba del chico. –Bueno, creo que en esta escenita de amor sobró yo, así que nos vemos- dijo Rosi de manera picara dirigiéndose a donde estaba Baldur.

    -Supongo que no quieres despedirte de mi porque sigues enojada- le dijo el chico perdiendo un poco los ánimos.

    -No estoy enojada, es solo que… - le dijo la chica apartando la vista de Chris. –Ya no te amo- susurró para si misma, el castaño no pudo escuchar esas palabras para su buena suerte.

    -¿Entonces porque me estás ignorando y apartas la mirada cada vez que te hablo?- le preguntó Chris tomando la barbilla de la chica haciendo que lo mirara a los ojos. Made miro hacia abajo solo con sus ojos. Esa situación le resultaba incomoda.

    -Ya no importa - le respondió la chica. Si seguía así preocuparía al chico, o lo haría sentirse mal, así que trató de sonreír un poco y mirando los ojos del castaño lo abrazó. Chris la apretó contra su pecho, ese abrazo era asfixiante para Made. Algo era diferente, ¿Por qué sentía esa sensación de molestia? Antes, abría estado así con él chico sin importarle el no poder respirar. Y ahora, solo quería deshacerse de ese abrazo lo antes posible.

    La cuenta regresiva comenzó.

    10… -Made tal vez en la tierra no te recuerde, o tal vez si. Pero quiero que sepas que estaré esperando el día en que nos volvamos a ver- le dijo el chico con una tierna mirada.

    9….Madeleen no sabía como responderle.

    8…… La chica seguía parada sin saber que hacer.

    7…… Chris comenzó a acortar la distancia de sus labios.

    6…… Made trataba de hacerse hacia atrás

    5…… El castaño juntó los labios de ambos

    4…. Made jadeaba.

    3…… Chris se separó mirando a la chica sorprendido.

    2…… -Chris, yo…- tartamudeó la chica.

    1…. –Ya no siento nada por ti- terminó la frase la chica. El castaño estaba en completo shock, y eso fue lo último que la chica vio de él porque el castaño desapareció.

    Madeleen se dejó caer de rodillas y comenzó a derramar lágrimas sin poder contenerse, no sabía exactamente cual era la razón de su llanto, pero no dejó de hacerlo. Luego sintió una pequeña necesidad de abrazar a alguien, y no cualquier alguien. A ese vampiro que se había apoderado de su cuello la ultima vez que se encontraron.

    Después quiso escapar de aquel lugar. Si. Huir de todo ese enredo amoroso y sus problemas. Pero ella no sería tan cobarde, ¿o sí?

    Made por fin decidió salir corriendo de ahí, para refugiarse en su habitación.

    FIN DEL FLASHBACK

    La puerta se abrió, y Mariana se asomó por ella, dejando entrar un poco de luz a la obscura habitación.

    -Made… se que no es un buen momento, pero… tienes visita- dijo la chica con tranquilidad casi susurrando.

    -Lo siento, no quiero ver a nadie- le contestó secamente su amiga.

    -Está bien… le diré que vuelva en otro momento.- dijo la chica, para luego cerrar la puerta.

    La perilla de la puerta sonó, alguien entró a la habitación, y cerró tras de sí la puerta, se escucharon los pasos lentos aproximándose hacia donde se encontraba ella. Madeleen no supo quien era, pues la falta de luz y las lágrimas le impedían ver con claridad.

    -Dije que no quería ver a nadie- dijo la chica fríamente. Pero aquella persona, no se movió de su lugar, al contrario, se acercó más a ella.

    -¿Estás bien?- preguntó una voz masculina que ella conocía a la perfección. No necesitó pensarlo dos veces para abalanzarse contra el muchacho. Lo abrazó mientras comenzaba a sollozar, y el chico correspondía el abrazo con suma ternura.

    -Ya todo está bien- la consoló el chico.

    -Gracias… Salva- murmuró la chica aún llorando.

    El tiempo se les escapó de las manos, la castaña se dio cuenta de que había pasado mucho tiempo en los brazos del chico al ver su camisa mojada en el hombro donde se había consolado hace unos momentos. No quería separarse de aquel abrazo, deseaba que el tiempo se detuviera en esos instantes. La chica por fin votó por apartarse de los brazos de aquel vampiro, y comenzó a alejarse de él.

    La chica desvió la mirada del castaño, no quería que la mirara en ese estado tan débil. Pasaron otro momento de silencio, cuando el chico por fin rompió ese silencio agonizante que para los dos era algo horrible. Como un puñal enterrado en el corazón.

    -Made… ¿Por qué estabas llorando?- preguntó algo serio el vampiro. Al ver que la chica agachó más su mirada, agregó algo nervioso – ¡Claro que no debes responder! – Madeleen negó con la cabeza dispuesta a darle una respuesta, después de todo había sido, no, era su amigo de toda la vida… o muerte, o lo que fuera.

    -No importa, aunque… la verdad no se… el porque lloraba- le contestó la chica algo seria, pero luego tomó un tono juguetón y despreocupado, para no preocupar al chico- Y luego me temblaron las rodillas y me caí, y ahora me duelen- le dijo entre risitas

    Salvador encendió la luz de la habitación.

    -Dime… ¿Por qué siempre te encierras a oscuras en momentos como este?- pregunto el chico. Made se quedo callada, pero no por evitar una respuesta. Se había quedado casi en shock al ver a su amigo. El chico usaba una camisa negra, desabotonada un poco del pecho y arremangando las mangas hasta un poco abajo del codo. La camisa era lisa, pero le quedaba perfecta, solo el podía presumir ese tipo se camisas, o al menos eso pensaba la chica en ese momento. Traía unos jeans un poco rotos, que quedaban perfectamente con la personalidad del chico.


    Made comenzó a llorar de nuevo. El castaño estaba destrozado al ver el mal estado de la chica. La abrazó por la espalda, y le susurró al oído: -Made… sabes que odio verte así, deja de llorar, por favor… ¿Por mi?- le preguntó el chico poniendo una falsa carita de perrito abandonado, la cual solo parecía tener efecto cuando la usaba ella. La chica se aferró a sus brazos. El chico se tumbó de espaldas con ella encima, mientras que Madeleen se sonrojó a más no poder.

    Salvador le dio vuelta a la chica con una agilidad increíble, para tenerla de frente. Sus narices rozaban haciendo que compartieran la respiración algo agitada de los dos chicos al estar nerviosos. Made cerró los ojos esperando a que algo pasara. El chico al ver la reacción de ella, comenzó a cortar la distancia de sus labios, pero a solo escasos milímetros, se detuvo y aproximó su boca al oído de la chica, quien al sentir la voz y el suspiro del chico, tembló.

    -Made… Me gustas mucho… me gustas desde que éramos niños. He querido decirte lo que siento toda mi vida – continuó el chico después de una pausa para ver la reacción de Made, quien solo lo miraba de reojo –Cuando moriste, me suicidé con la esperanza de encontrarme contigo y decírtelo… y ahora que tengo la oportunidad, te lo diré… Te amo- le dijo finalmente el chico guardando silencio esperando una respuesta de ella.
    Madeleen estaba sonrojada a más no poder, no sabía que responderle al demonio. Entonces solo guardó silencio, esperando que el joven cortara el silencio. Salvado comenzó a dirigir sus labios a los de la chica. Made cerró los ojos esperando el contacto de sus labios con los del vampiro. Salvador, al ver esa reacción, cortó la poca distancia que los separaban. Uniendo sus labios con un beso. La chica correspondió el beso, poniendo sus brazos alrededor del cuello de Salvador, mientras que el chico rodeaba con sus brazos la cintura de ella.

    LEMON
    ( http://blogs.cemzoo.com/dragonfly/blog/u90318/137030-lemon-death-angel-salvador-y-made-lol.html )


    Salvador besó a la chica, quien se había quedado dormida, y luego movió un pequeño mechón que cubría la mitad de su cara. Estaba tan linda, el chico se acomodó sobre ella, pero apoyándose con sus rodillas y manos para no aplastarla con su cuerpo.

    -Dulces sueños… mi ángel- susurró el chico para luego besar la frente de la chica. En esos momentos, la puerta se abrió estrepitosamente, mientras que una chica de cabellos casi oscuros, y rizados entraba gritando.

    -¡Made! ¿Ya te encuentras mejor…? –exclamó la chica alargando la ultima palabra por la sorpresa que se había llevado. –L-Lo siento… n-no quise i-interrumpir- tartamudeó la chica con nerviosismo viendo la escena: Un chico desnudo, encima de Made, quien también estaba desnuda cubierta solo por una fina y blanca sábana. Rosi salió de la habitación dando un portazo, que despertó a la castaña.

    Salvador se sentó a la orilla de la cama. Estaba dispuesto a buscar su ropa y marcharse, pero unos brazos se lo impedían. Made lo estaba abrazando de espaldas.

    -Quédate- le susurró la chica.

    -Made… tengo que irme ya- le contestó el chico escapando de sus brazos, para ser él quien la aprisionara contra su pecho en un fuerte y cálido abrazo.

    Salvador tubo la tentación de morderla… si, hace poco se había deleitado con su sangre, la cual a él le había resultado como un manjar, o una comida exótica. Sus colmillos comenzaron a sobresalir de su boca, y los enterró lentamente en el cuello de la chica, haciendo que ese líquido vital se escurriera por su delicado y fino cuello.

    Madeleen soltó un pequeño grito y comenzó a aferrarse a las sabanas de su cama, cuando se dio cuenta de que aún seguía desnuda, se cubrió un poco en frente, no había nada que el chico no hubiese visto ya, pero aún así la situación le daba un poco, no, mucha vergüenza.

    Salvador sació su hambre después de unos minutos, y su mente volvió a reaccionar.

    -Lo… lo siento Made, no fue mi intención- se disculpó el chico limpiando el hilo de sangre que se escurría por su boca.

    -¿Tenías hambre?- preguntó la chica. Salvador no respondió, no entendía por que ella le preguntaba eso en un momento así. –dime… ¿Tenías hambre?- volvió a preguntar la chica después de ver que el vampiro no respondía nada.

    -Pues… debo confesar que todos hemos tenido una racha de mala suerte, la casería ha estado un poco… escasa- dijo el chico finalmente después de una pequeña pausa.

    -Salva… cada vez que tengas hambre, dímelo… yo te daré de mi sangre- le dijo la chica acomodando su cabeza en el hombro del chico.

    -No podría hacer eso… no quiero lastimarte- le dijo el chico mientras besaba la mejilla de Made.

    -Me lastimarás más si no me dejas ayudarte- se quejó la chica casi en berrinches al no conseguir que su amigo cediera a su propuesta.

    -Es por tu bien- dijo el chico separándose de ella para por fin, ponerse su ropa y salir de la habitación.

    -¿Vas a volver?- preguntó la chica con la voz algo quebrada. Salvador ya se había puesto su pantalón.

    -Si… volveré mañana.- le contestó el chico abotonando su camisa, y luego buscando sus zapatos.

    -Mañana es mucho tiempo- se quejó la chica cruzando los brazos. Salvador solo sonrío, y besó tiernamente a su amada en los labios.

    -Made… quédate conmigo… para siempre- le susurró el chico al oído.

    -No necesitas pedírmelo- le contestó la chica abrazándolo por ultima vez. Salvador la arropó para que ella volviera a dormir. Luego apagó la luz y abrió se dirigió a la puerta, cuando estaba a punto de abrirla le dedicó una hermosa sonrisa a Made, y salió de ahí.

    Mientras, tanto, en otro lugar… Baldur se dirigió a la puerta que llevaba a la tierra, iba con una gabardina negra que ocultaba su rostro. Antes de abrir la puerta miró hacia su alrededor para asegurarse de que nadie lo siguiera. Al ver que no había nadie emprendió su misión.

    Al llegar a la tierra se dirigió a un puente a afueras de la ciudad. Si algún guardián bajaba por alguna razón, no lo encontrarían tan lejos. Caminó despacio al llegar a aquel lugar, y luego se encontró con una chica con una gabardina también que la cubría hasta los talones, mientras que su cabello largo y oscuro le cubría la mitad de su cara.

    -Llegas tarde… de nuevo- lo regañó la chica.

    -Si… lo siento, hubo un pequeño compromiso que debía atender- contestó el con un tono de disculpa. La chica se retiró la capucha, y movió un poco su cabello para descubrir su rostro. –Pero vallamos al punto. Está alianza solo la conocemos tú y yo. Supongo que no le has contado a nadie de esto, Hadlli- le dijo el chico.

    -No… yo he cumplido con mi parte del trato. Espero que tú tampoco hayas comentado nada.- le contestó la chica con un tono serio.

    -Yo también he mantenido el secreto, pero en fin… ¿Hay alguna novedad?- preguntó el chico.

    -Satán planea hacer algo… pero últimamente no confía en mí. Ya no me cuenta nada. Creo que está sospechando algo- comentó Hadlli.

    -ya veo… eso es un problema…- agregó Baldur.

    -No te preocupes, de alguna forma volveré a ganar su confianza… ya lo verás- le dijo la chica con una media sonrisa.

    -Solo ten cuidado. No sabemos de que es capaz de hacer ese tipo- le contestó Baldur con mucha seriedad mientras su mente estaba tratando de buscar una forma de arreglar la situación.

    Por otro lado, en Tengoku, una chica de cabellos ahora cortos y de un color castaño caramelo, estaba hablando con dos chicos que antes había visto solo una vez. O al menos eso creía ella.

    -Oye Eric… tengo curiosidad, ¿Qué significa ese símbolo de tu collar?- preguntó Mariana al ver una especie de estrella formada por hilos de color negros, en la estrella parecía haber una luna llena y un lobo aullándole. Parecía una especie de atrapa sueños, pero sin las plumas que colgaban de ellos.

    -¿Esto?- preguntó el chico mirando su collar, -En mi mundo… hay… bueno, uno de cada 7 hijos de una familia, es maldecido toda su vida. Cada vez que hay luna llena, nos transformamos en nuestra verdadera forma. Estos collares, sirven para identificar quien es peligroso y quien no. A todos nosotros, nos llevan a una especie de laberinto, el cual solo aparece en las noches de luna llena y con la luz del sol, desaparece.- le explicó el pelinegro.

    -Tu mundo suena tan… cruel- dijo la chica. Al ver que Eric enarcó una ceja continuó de manera nerviosa- ¡No lo digo con intención de ofender!- la chica cambió su tono a uno casi melancólico. – Me refiero a que… seguramente a ustedes los ‘‘maldecidos’’ los discriminan, o no les permiten hacer muchas cosas- dijo la chica.

    -Y tienes razón… se nos prohíbe hacer muchas cosas, pero… da igual. Uno se acostumbra- dijo Eric de una manera no muy convincente.

    -¿Te has enamorado alguna vez?- preguntó Mariana. Esa pregunta le llegó como un cuchillo al corazón al pelinegro. Cuando Aldo y Mariana notaron su reacción, guardaron silencio. Aldo trató de buscar una forma de cambiar el tema pero entonces Eric tomó la palabra.

    -Ella… era la hija de un comerciante- dijo con algo de pesar.

    -¿Era?- preguntó Aldo.

    -Yo… perdí el control una noche… le advertí que no me siguiera y que no se acercara a mi- Decía el chico apretando con fuerza sus manos convirtiéndolos en un puño, como si eso le ayudara a calmar su enfado. –Ella no me escuchó, y me siguió. Yo no pude hacer nada, y fui yo quien… acabó con su vida. Fui yo quien la mató- decía el chico con mucho resentimiento hacia si mismo. -¡Yo maté a la única persona que de verdad llegó a quererme!- Mariana abrazó al chico, Eric ocultó su rostro en el hombro de la chica. Mariana no sabía si estaba llorando o no. No quiso averiguarlo, solo consoló a su amigo.

    -Lo siento… te hice recordar cosas que te lastiman- se disculpó la castaña.
    Aldo esperaba que los dos se separaran. Esa escena, aunque sabía que ninguno de los dos se quería como el había llegado a querer a aquella castaña hiperactiva, esa escena le causaba un pequeño calor en el pecho que le molestaba. ¿Eran acaso celos?

    Eric se separó de la chica, y volvió a poner una cara seria. Tratando de ocultar su dolor, como siempre.

    -Creo que sé de un lugar que podría animarte…- le dijo Mariana con una amplia y enorme sonrisa. Eric y Aldo la miraron con algo de intriga. Mariana tomó de los brazos a los chicos y los dirigió a una habitación con una enorme puerta blanca con decorado en color dorado. Arriba decía ‘‘Biblioteca’’.

    -Y… ¿Cómo se supone que un lugar tan aburrido lo va a animar?- preguntó Aldo con un tono medio sarcástico.

    -Está no es una biblioteca cualquiera. Lo crean o no, está es algo así como mágica. Solo basta pensar en algo para que lo recuerdes tal y como es. Recuerdo… ahora que lo pienso, creo que a mi mente le faltan cosas. No se si las olvidé, pero siento… que olvidé a alguien muy importante para mi- dijo la chica algo melancólica. Los dos chicos reaccionaron ante eso que dijo. –Tal vez aquí pueda recordarlo de nuevo- dijo la chica recuperando sus ánimos de nuevo.

    Los tres chicos entraron. Mariana encontró su cajita de música en un estante un poco lejos de donde estaban. Corrió hasta donde estaba ella le dio cuerda, y la abrió haciendo que la bailarina diera vueltas al ritmo de la dulce melodía.

    -La había estado buscando- dijo la chica con una pequeña sonrisa. -Me la regaló Miguel,- La chica al recordar a su rubio amigo se puso completamente roja y tocó sus labios con la punta de sus dedos. Eric y Aldo se aproximaron a la chica lentamente.

    -Mariana, ¿Tu… amas a Miguel?- preguntó Aldo con voz angustiada.

    -Para ser honesta… no lo se- contestó la chica – Toda mi vida siempre quise estar a su lado, pero cuando me besó yo… no sentí… nada- dijo finalmente la castaña. Aldo sonrió aliviado.

    -Bueno, ¿Y cómo dijiste que funcionaba eso de los recuerdos?- preguntó Eric.

    -Toma un libro… el que sea- le dijo la chica señalando el largo estante lleno de libros. Los tres chicos caminaron hasta aquel estante sacando el primer libro que vieron.
    El libro de Eric era negro con líneas blancas, mientras que el de Aldo era de un tono rojo carmín con líneas doradas. El libro de mariana era un tono rosa pastel con un adorno de una mariposa blanca. Cuando vieron la portada, se dieron cuenta de que su nombre completo estaba escrito ahí.

    -¿Qué?- exclamó Eric con sorpresa.

    -No importa cual libro tomes, siempre se transformará en el tuyo al momento de sacarlo del estante, una vez afuera lo puedes cambiar con alguien más. Baldur quiso que entre todos los guardianes no hubiese secretos. Así que todo lo que hemos pensado, soñado, hecho… todo aparece en este libro.- les explicó la chica. -¡Bien! ¿Por qué no lo abren?- preguntó Mariana.

    -Leer nuestra propia vida sería aburrido, mejor intercambiémoslo- dijo Eric, era una oportunidad perfecta para hacerle recordar a la chica quien era el vampiro que estaba con ellos en esa habitación.

    -Está bien- dijo la chica- Dándole su libro a Eric, quien le dio su libro a Aldo, y el ultimo se lo entregó a Mariana.

    La castaña abrió el libro rojo con cuidado en las últimas páginas. Sus ojos perdieron brillo y estaban como idos, lo que significaba que su mente estaba dentro de aquel libro del vampiro.

    -No abras el libro- le dijo Eric al vampiro.

    -¿Por qué no?- preguntó de manera divertida Aldo.

    -Hay que esperar a Mariana. ¿No te has dado cuenta de que acabo de planear esto?-le preguntó el chico lobo.

    -Mm… creo que no. Explícame- le dijo el chico. Eric soltó un suspiro de impaciencia.

    -Ella acaba de entrar en tus recuerdos, si tenemos suerte tal vez entre a alguno donde estaban juntos- comenzó a decir el pelinegro. –Al ver que ella se encuentra en tus recuerdos querrá saber porque ella no recuerda nada de lo que tú si, entonces ahí la ayudaremos a encontrar una forma de encontrar sus recuerdos vacíos.- terminó Eric con la explicación.

    -Ah, ahora entiendo- sonrió el chico. – Pero… ¿Qué tal si lo que ve no es más que un simple día en la guarida, o algo que no tiene nada que ver con ella?- preguntó Aldo.

    -Esperemos que sea lo contrario- dijo Eric.

    Mientras ellos platicaban, Mariana se encontraba en los recuerdos del joven vampiro.

    Aldo se encontraba en la guarida tumbado en su cama, mirando el techo como si eso fuera interesante. Entonces tocaron a su puerta… era Mariana, bueno, una Mariana del pasado. Pero, ella no recordaba que eso hubiese pasado, ¿o sí?

    La chica del pasado estaba hablando con Aldo muy animadamente, luego el sueño comenzó a ganarle. Hablaban de una chica a la que el vampiro había amado en sus días de vida. Por ella se había suicidado, y eso fue lo que lo dejó con asuntos pendientes convirtiéndolo en demonio a su muerte.

    -¿Y tenías novia cuando eras humano?- preguntó la Mariana del pasado.

    -solo una… su nombre era Fernanda- le respondió el vampiro.

    -¿Y que le paso?- pregunto curiosa la chica del recuerdo.

    -Bueno… un día nos peleamos, y yo me fui a aclarar mi mente en un parque de por ahí. Cuando regrese y me disponía a acercarme la encontré con heridas graves en todo su cuerpo. Al parecer había entrado un tipo borracho cuando no estaba – cerró sus puños fuertemente en señal de coraje y rabia contenida –si yo hubiera estado ahí… tal vez aún seguiría con ella.- le respondió el Aldo del recuerdo.

    -lo siento- contestó la Mariana del pasado.

    -Después de eso me suicide tirándome de un edificio. Estaba desesperado.- Los dos guardaron silencio por unos instantes. – Sabes… te pereces un poco de perfil a ella.

    -¿de verdad?- dijo la chica soltando un bostezo.

    -si… te vi y me emocioné porque pensé que después de tanto tiempo la volvería a ver… y al fin me disculparía con ella. Pero no puedo hacerlo.- le dijo el vampiro

    -¿Y porque no?- dijo la chica acomodándose en la almohada cerrando y abriendo los ojos por el cansancio.

    -porque ella esta en el cielo y yo estoy en un lugar peor que el infierno. Las almas que no pueden conseguir la paz y que tienen un gran remordimiento no pueden ir al cielo, pero tampoco van al infierno… se quedan como vagabundos en este mundo sin propósito alguno. – le contó Aldo.

    -¿Aún la amas?- preguntó la chica casi quedándose dormida.

    -si…- contestó el chico del pasado.

    -cuando vuelva… le diré a Fernanda que lo sientes… y que la sigues amando…- dijo la chica dando otro bostezo y quedándose dormida.-

    (Fragmento del Capitulo 7: Una noche con el enemigo)

    Mariana parpadeó dos veces, ya se encontraba de nuevo en la biblioteca.

    -¿Y bien?- preguntó Aldo un poco ansioso.

    -Aldo… tú y yo…- comenzó a decir la chica. Aldo sonrió muy entusiasmado, al parecer si había recordado algo donde estaban los dos juntos. -¿Ya nos conocíamos?- preguntó la chica algo ingenua. La sonrisa de Aldo se transformó en una cara de sorpresa.

    -¿A qué te refieres con eso?- le preguntó el vampiro.

    -Es que… recordé… bueno, vi tu recuerdo, donde aparezco yo. En tu habitación estábamos solos.- comenzó a decirle la chica. –Dime… ¿Aún amas a Fernanda?- preguntó Mariana sacando la pregunta de la nada. Aldo sintió como si su muerto corazón se hubiese roto por la mitad. Lo pensó dos veces antes de hablar.

    -Ella fue… mi primer y gran amor, pero… creo que otra persona ocupó su lugar- dijo el chico sonriéndole a Mariana dulcemente. Ella no entendería el por qué esa sonrisa y esa mirada, pero no le importó.

    -Bueno, no me importa. Lo prometido es deuda, ¿No es verdad?- le dijo la chica sonriendo. Eric enarcó una ceja.

    -¿De que me perdí?- preguntó Eric.

    -Hace mucho, le había prometido a Aldo que volvería a ver a Fernanda para disculparse, así su alma podría estar en paz- le dijo Mariana. –Aldo… mañana ven. Estaré buscando a la Fernanda que llegaste a amar- le dijo tiernamente la chica. –Te estaré esperando-

    -Está bien- le sonrió el chico.


    Continuará...
     
  13.  
    Butterfly

    Butterfly Entusiasta

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    Pluma de
    Escritora
    Re: Bajo las alas de tus ángeles

    ¡Nee-san! :D Me EN-CAN-TÓ el capitulo.
    De nada xD siempre estaré ahí para ayudarte y molestarte hasta que escribas la conti (?).

    Cuando leí eso, me imaginé que estaba vestido como Luis Fonsi en el video de "Aqui estoy yo" xD (Luis Fosi siempre tan sexy *-*)
    ¡Amé el SalvaMade! Tanto que ahora en el msn soy "Angel of death! xD

    Así que la alianza de la que me hablabas eran Baldur y Hadlli xD espero que sus planes no sean frustrados por Satan ¬¬ ese tipo ya me comenzó a caer mal.

    ¡Por fín! ¡Mariana recordó algo! xD ¿Qué pasaría si Aldo cumple su meta? Digo, si se disculpa con Fernanda, no pasa nada ¿Verdad?
    ¡Ya postie! ¿Happy? xD ¡No se me ocurría nada!
     
  14.  
    Baldur Prime

    Baldur Prime Fanático

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    Pluma de
    Escritor
    Re: Bajo las alas de tus ángeles

    excelente continuacion de tu fic
    ya extrañaba tu forma de escribir
    te agradesco que continues con tu fic
    espero con ansias leer mas de el
    aqui esperare a que sigas con el
    n.n
     
  15.  
    all dark

    all dark Iniciado

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    Re: Bajo las alas de tus ángeles

    marianaaaaaaa!!!! te eh dicho que cuando tardas en hacer las contis (y no digo que lo hagas) siempre son algo que rlz mucho? xDDDD

    *-* esa parte... ME ENCANTO! Yay! xDDD

    asdf, que cortada de nota tan feeeea xDDD

    voy a componer el tema para el fic! creo que estara listo para la proxima conti xDDD

    en fin, me despido, MARIANA u RLZ! \m/... bueno... creo q el "\m/" ta demas pro bueeeh xDDD

    ahora si, Dew! :cool:

    PD: Casi se me olvidaba xD, no tienes xq agradecerme xD si necesitas ayuda solo dimelo =3
     
  16.  
    Nyanpire

    Nyanpire Entusiasta

    Cáncer
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    Pluma de
    Re: Bajo las alas de tus ángeles

    Kobanwa amixs... omg me perdi de muxo...jejeje
    Sorry por no haberme pasado antes...TT.TT
    Creo que me lei como 6 o siete chapter al tiempo...xD
    Kyaa de lo que me perdi...xD
    Que complicada es la vida amorosa, mero que borrarle la memoria a Mariana...
    Juu ese Miguel como se atrevio a ponerle algo en la bebida... ¡¡¡Noo!!!
    TT.TT Mariana no recuerda sus sentimientos por Aldo... ainss
    Espero logre recuperarlos... (cruzo los dedos)
    Weno la intencion es lo que cuenta, Eric tmb corrobo con un granito...sipis
    Omg ¿Alianza?...
    Hace tanto tiempo que no aparecia, y mas aun sin saber como me mori...jejeje
    Te felicito amixs... vas muy bien... ;)
    Continua así... xD
    Es increible la coherencia que mantienes, para escribir luego de varios dias... jejeje
    Ps yo con mi ultima neuronilla sobrante...
    Luego de unos dias, termino por cambiar el nombre de mis protagonistas...xD
    Esperare con paciencia tu sgte chapter... ;)
     
  17.  
    Dragonfly

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    Bajo las alas de tus ángeles
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    Re: Bajo las alas de tus ángeles

    Bueno, prometo que después de este capí, hare las continuaciónes más seguidas (: Solo porque me llegó una lluvia de ideas anoche, y creo que ya tengo unos buenos capítulos en la cabeza como para llegar hasta el final. Gracias por esperar tanto para seguir leyendo n.nU Sin ustedes no sería nada!! TT-TT waaa! Los quiero!!! x3
     
  18.  
    Dragonfly

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    Re: Bajo las alas de tus ángeles

    22.- ¿Esto es… amor?

    Madeleen despertó en su cama con un pijama de seda azul cielo. Cuando estaba a punto de levantarse se dio cuenta de que algo, mejor dicho alguien, estaba abrazada de su brazo izquierdo. Era Mariana, quien tenía sus cabellos cubriéndole la mitad de su cara. Ella tenía una pijama igual que la de ella, solo que en un rosa empalagoso.

    -Mariana… despierta…- Movió un poco su hombro para despertarla con cuidado. Mariana soltó un bostezo y luego se estiro, después de tallar un poco sus ojos, por fin habló.

    -¿Made?... ah, Buenos días- la saludó Mariana con tranquilidad, y luego tratando de acomodarse de nuevo.

    -¿Qué haces en mi habitación y en mi cama, Mariana?- le preguntó la chica soltando una ligera risa.

    -Es que…- comenzó Mariana sonrojándose un poco- tuve una pesadilla- le contestó por fin. Madeleen soltó una carcajada y luego la abrazó como si se tratara de una niña pequeña, apoyando su barbilla en la cabeza de su castaña amiga.

    -¿De que trató tu pesadilla está vez?- le preguntó Made

    -Miguel… él, estaba atrapado… y me pedía casi a gritos que le ayudara. Parecía que sufría mucho. Estaba encerrado cubierto de fuego, con… Chris. Ambos se retorcían de dolor, pedía piedad a alguien, entonces Salió el mismo tipo que vino a atacarnos aquí, el tal Satán.- pronunció Mariana tratando de recordar alguna otra cosa.

    Madeleen guardó silencio unos minutos analizando la historia. Luego sonrió un poco.

    -No le tomes mucha importancia, seguro cenaste algo muy pesado o mucha azúcar. Además, ellos seguramente ya están en algún mundo a punto de nacer o algo así.- le dijo la chica quitándole importancia al sueño de la castaña.

    Mariana miro las sabanas de la cama en silencio, tratando de hacerle caso a su amiga.

    -Por cierto…- volvió a romper el silencio Mariana.

    -¿Qué?- le preguntó Madeleen mirándola.

    -Hoy vendrá Aldo- dijo casi en un susurro mientras que sus mejillas tomaban un tono carmesí.

    -¡Ya era hora!- soltó Made con una risa. Mariana la miro con sorpresa ente su comentario soltando un ‘‘¿eh?’’ Made continuó – ¿Se habían peleado o algo? Es que ya no lo mencionabas, siempre estabas: ‘‘Aldo esto’’ ‘‘Aldo lo otro’’ y de pronto dejaste de mencionarlo, como si lo hubieran sacado de tu cabeza o algo parecido. Bueno, me alegra que te hayas reconciliado con tu noviecito- decía la castaña en manera medio burlona mientras su amiga la veía con una mueca que hacía siempre cuando trataba de recordar algo. Pero nada. No podía recordar nada acerca de ese chico vampiro o demonio, lo que fuera.

    -Bueno, nos vemos en la cocina para desayunar- le dijo Madeleen mientras salía de su habitación dejando a Mariana tumbada en la cama. Mariana se levanto y estiro sus brazos mientras soltaba un largo bostezo. Luego suspiró y también salió del lugar.

    En todo el camino estuvo pensando lo que le había dicho Madeleen. ‘‘noviecito’’ pensó. ¿Aldo y ella eran… así de unidos? Tenia que averiguarlo, no recordaba muchas cosas sobre aquel pelinegro, y eso era extraño. Ella olvidaba las cosas con facilidad por ser tan despistada, pero jamás olvidaba a un buen amigo, y menos si Madeleen se había referido a él como su ‘‘noviecito’’.

    Rosi veía como Mariana estaba mirando sin mucho interés una enorme barra de chocolate que estaba frente a la castaña. Su amiga soltó un largo suspiro y movió con una cuchara la barra de chocolate, no muy interesada en comérsela. Normalmente la habría devorado en menos de 15 minutos, pero ya tenía más de media hora mirando el chocolate al cual ni siquiera había probado.

    -Mariana...- la llamó Rosi sacándola de su impenetrable y algo distorsionada mente.

    -¿Me llamaste?- preguntó Mariana de manera ingenua y distraída.

    -¿Te sientes bien? Normalmente ya te habrías terminado esa barra de chocolate- le decía Rosi de manera preocupada.

    -Es cierto- mencionó Kaoru poniendo su mano en la frente de la chica – no pareces tener fiebre- le dijo con una pequeña sonrisa tímida, como siempre.

    -¿Entonces que será?- preguntó Megumi de manera ruda, como siempre.

    -Tal vez…- pronunció Mary de manera igual de tímida que Kaoru. Todos los presentes incluyendo a Mariana, la miraron. Mary se sonrojó por tanta atención –Tal vez ella… esté enamorada- dijo por fin, seguido de esos, todos miraron picadamente a Mariana quien estaba muy sonrojada por aquel comentario.

    -Si, creo que es eso- comentó Konae con una sonrisa de oreja a oreja.

    -¿Quién es el desafortunado?- le preguntó Kurokaze a su ‘‘pequeña hermanita’’ dándole amistosos codazos. Mariana se molestó un poco por la forma en la que se lo preguntó.

    -¡¿Cómo que desafortunado!?- le dijo molesta la castaña aún con un enorme sonrojo en su cara.

    -Así que si es un chico- siguió de manera picara su amiga Rosi. –Ya dinos quien es- Mariana agachó la cabeza, aún sonrojada, y guardó silencio mientras trataba de evitar que una sonrisa se formara en su rostro.


    Entonces un portal entre azul marino y morado oscuro, se abrió en medio de la sala. Todos alertados se pusieron en posiciones de defensa. La figura alta de un chico de piel casi traslucida que vestía de negro. Todo en el era negro. Sus ojos, su cabello hasta el aura que salía de él. Luego su aura negra, cambió a una tranquila y relajada, casi la de un niño pequeño. Sonrió con una hermosa e inmensa sonrisa.

    -Hola- saludó Aldo. Mariana caminó hasta donde estaba él, lo tomó de la mano y juntos salieron de la sala hacia uno de los pasillos que conducía hasta la biblioteca. No sin antes aguantar con un enorme sonrojo los aullidos de sus amigos y risas burlonas y comentarios como: ‘‘Adiós parejita del año’’ o ‘‘¡Mira! ¿No creen que hacen una pareja hermosa?’’ y el ultimo ‘‘Solo no se diviertan mucho’’ ese ultimo comentario lo soltó Kurokaze haciendo que el vampiro también se sonrojara bastante.

    Cuando llegaron a la biblioteca, Mariana se recargó en la puerta y dejó salir un suspiro largo. Luego caminó hasta donde lo esperaba Aldo con una hermosa sonrisa mirándola directamente a los ojos. Mariana se perdió en la profundidad de sus negros oscuros. Se sonrojo notoriamente pero no dejó de mirarlo. Comenzó a temblar de nervios cuando el pelinegro se acercaba casi seductoramente hacia ella.

    -¿Por qué decían todo eso tus amigos?- le preguntó el pelinegro sonriendo ampliamente mientras se recargaba junto a la chica y posaba uno de sus enormes brazos bajo la cintura de la chica sin darse cuenta.

    -Bueno… ellos piensan que estoy enamorada de alguien- confesó la chica sonrojada mientras esquivaba la penetrante mirada del chico. Aldo la miro algo más serio e intrigado.

    -¿Y…lo estás? – preguntó curiosamente el demonio.

    -pues…- respondió la chica mirando los ojos profundos mientras su sonrojo crecía aún más. –Creo que estoy empezando a sentir algo por alguien… - terminó de decir la chica mientras de nuevo apartaba su mirada al ver que el vampiro también la miraba.

    -¿Y puedo saber de quien se trata?- preguntó el chico acercándose más a la castaña, quien instintivamente también comenzó a cortar la distancia entre ellos.

    -pues es un chico muy divertido… también es de alguna forma tierno, y protector…- susurraba la chica mirando los labios del chico, y acercándose a ellos. Aldo la tomó por la cintura, y Mariana rodeó con sus manos el cuello del chico, cuando estaba a punto de unir sus labios con los del vampiro, reaccionó y dio un brinco hacia atrás.

    -¿Qué sucede?- preguntó Aldo impactado por la última reacción de la castaña.

    -Yo…- susurró Mariana nerviosa con la cara completamente roja. – l-lo siento, creo que me dejé llevar-

    -No hay problema- le dijo Aldo sonriendo. ‘‘¡Rayos! Estaba a punto… ’’ Pensó el chico mirando como la castaña caminaba aún sonrojada hacia algún lado de la biblioteca. Luego le había una señal de que se acercara con ella hacia el gran estante. Mariana parpadeo normalmente y Aldo ya se encontraba recargado en el estante con sus brazos detrás de su cabeza.

    -Que rapidez…- susurró Mariana mirando al chico atónita.

    -¿Cómo se supone que encontraremos a Fer?- preguntó Aldo refiriéndose a Fernanda de manera corta.

    -Entraremos en sus recuerdos, luego trataremos de obtener algo con su esencia, o alguna huella digital… un cabello…., algo. – le contestó Mariana. – Ahora, toma un libro, ya sabes, se volverá el tuyo y bla bla bla…-

    Aldo tomó un libro cualquiera, era verde con los bordes amarillos, al momento en que lo abrió, este se transformó en uno rojo carmín con líneas doradas.

    El pelinegro buscó en las páginas de arriba la fecha exacta cuando se le declaró a Fernanda, Mariana tomó su mano el se sonrojó porque en ningún momento lo vio venir. Los dos entraron en el recuerdo del libro, mirando la escena.

    Estaban en lo que parecía ser un parque de diversiones, habían puestos de comida, y de los típicos juegos en una feria: darle al blanco con alguna pelota de tenis para tirar botellas apiladas, o esos juegos donde te prestaban una ‘‘escopeta’’ y el objetivo era dispararle a un pato de cartón en movimiento.

    Había enormes atracciones como una montaña rusa llamada: ‘‘Raptor’’, una rueda de la fortuna, el clásico juego de los carritos chocones, las ‘‘tasitas’’, entre otros juegos.

    Un grupo de amigos caminaba alegremente, cuando 3 de ese grupo de chicos arrastró a un pelinegro lejos de las otras 5 chicas que venían con ellos.

    -¿En que lugar estamos? O mejor dicho, ¿En que momento de tu vida?- preguntó Mariana al Vampiro, él la miró algo melancólicamente.

    -Este es el día, en que yo confesé mis sentimientos… fue cuando le pedí que fuera mi novia- dijo el chico melancólicamente.

    Mariana observó como sus tres amigos le decían y el Aldo del pasado miraba de reojo a la chica con la cara roja, mientras rascaba su nuca. Luego soltó un suspiro, y se acercó a la castaña tomando su mano para atraer su atención. Ella se sonrojó al instante.

    -¿Puedo decirte algo?- decía nerviosamente Aldo

    -¿Qué cosa?- preguntó la chica sonriendo tímidamente mientras sus mejillas se llenaban de un color rosado.

    El chico respiró hondo, y se preparo para hablar. –Fer… me gustas mucho- se declaró el chico, mientras que al mismo tiempo la castaña se sonrojaba bastante y ponía una expresión de sorpresa y felicidad en su cara. – ¿Quieres ser mi novia?- preguntó el chico mirándola a los ojos decidido.

    -Si…- contestó la chica tímidamente mientras miraba el suelo, luego a Aldo, luego de nuevo al suelo. El chico se quedo mirándola, sin creer aún que había aceptado.

    -¿Es enserio?- volvió a preguntar el chico pensando que era un sueño, o una broma, todo menos la realidad. Fernanda lo miro tímidamente mientras sonreía con sus mejillas sonrojadas y asentía con la cabeza.

    -Aldo… yo... he estado enamorada de ti desde la primaria- le confesó la chica acercándose a él con algo de nervios e inseguridad. Aldo terminó con la distancia que quedaba entre los dos y unió los labios de ambos chicos.

    Mariana veía la escena algo… ¿molesta? ¿Por qué molesta? Un extraño calor se apoderó de su pecho al ver ese beso. ¿Acaso eran celos? Pero, si ella sentía celos eso significaba que, ¿a ella le gustaba Aldo? Todo era muy confuso en su cabeza. Ella no recordaba nada de él, y Madeleen decía que se la pasaba mencionándolo.

    El vampiro tomó la mano de Mariana y cambiaron de fecha. En ese entonces, el Aldo del pasado era más grande de edad, se encontraba sin camisa con unos jeans, sobre una chica en ropa interior. Mariana al ver la escena se puso completamente roja, incluso el demonio se sonrojó, y bastante.

    -yo… no es lo que crees- le dijo el chico a Mariana aún sonrojado mientras ella lo veía igual de roja. Entonces Fernanda soltó un gemido de placer con el nombre del chico.

    -¿Entonces que es?- preguntó Mariana sarcásticamente.

    Los dos muertos se pusieron aún más rojos de lo que ya estaban mientras veían como el Aldo del pasado le arrancaba las últimas prendas a la chica.

    -¿Por qué… no esperamos afuera, en lo que terminan? – sugirió el chico al ver que la castaña cubría sus oídos y cerraba sus ojos completamente roja.

    -¡Estoy de acuerdo!- dijo la chica mientras salía de la habitación huyendo junto con el pelinegro.

    Esperaron afuera de la habitación, pero aún se podían escuchar los gemidos y gritos suplicantes de Fernanda, también pudieron escuchar algunos provenientes de Aldo.

    -¿Por qué no hablamos de algo para pasar el tiempo?- preguntó Mariana con una sonrisa, aún algo sonrojada.

    Aldo la miro encantado por como se veía en ese momento. Le encantaba cuando a la chica se le prendían las mejillas de color carmín, y más cuando sonreía tímidamente, justo como ahora. Sonrió de oreja a oreja al recordar su reencuentro, después de cómo 3 años de no poder verla.

    -Mariana… ¿Qué es lo que recuerdas sobre mi?- preguntó Aldo.

    -Realmente… recuerdo muy pocas cosas sobre ti- dijo la chica pensando un poco tratando de recordar.
    -¿Te gustaría entrar en mis recuerdos donde estabas tu?-preguntó el pelinegro. Mariana asintió con la cabeza y una sonrisa.


    Aldo y Mariana llegaron a algún lugar de la tierra, donde encontraron a Aldo de demonio trepado en lo más alto de un árbol en un parque.

    -¿Qué hacías ahí?- preguntó Mariana, a lo que el pelinegro le sonrió.

    -Te estaba esperando, por alguna razón, sabía que vendrías a buscarme- sonrió el chico esperando el momento en que Mariana aparecería corriendo. Y así pasó.

    Una chica castaña de cabello largo hasta la cintura, apareció corriendo, luego se freno en medio del parque y comenzó a buscar algo, o a alguien. Sus ojos se detuvieron en el chico que estaba en lo más alto de un árbol de ahí.

    -¡Aldo!- le gritó desde abajo. El chico estaba acostado en una rama del árbol más alto de aquel parque con una capucha para protegerse del sol. Al escuchar la voz de la castaña, se sorprendió tanto que perdió el equilibrio, y cayó al suelo. La chica se rió por la escena. De todas las personas que se podían caer de un árbol, Aldo era una que nunca te imaginarías hacerlo.

    El chico se enderezó un poco quedando sentado en el césped. Se tocó un poco la nuca, pues la caída hizo que se golpeara.

    -¿Estás bien?- preguntó la chica mientras que le extendía una mano para que se levantara. El chico la tomo, y cuando se levantó no soltó su mano.

    -No pude agradecerte cuando tus amigos y tú nos salvaron, así que gracias-dijo el chico con una de sus más hermosas y sinceras sonrisas. Mariana se sonrojó notablemente y bajó la mirada para evitar su estado.

    -Te extrañe mucho. No me digas que en todo este tiempo te olvidaste de mi, porque me vuelvo loco.- le dijo el chico apretando con más fuerza la mano que sostenía de la chica.

    -¡No! Siempre buscaba alguna excusa para venir a verte, o alguna forma de escaparme. Pero Kurokaze siempre vigilaba la entrada. Si no era el, era Baldur. No es que sean malas personas, pero… Baldur me ve como si fuera su hija, y es muy sobre protector. Y desde que supo que bajaba a la tierra solo para verte, me lo prohibió y yo…- el chico puso su dedo índice sobre los labios de la chica, para callarla.

    -Hablas demasiado- La chica se sonrojo un poco más. Estaba a punto de competir con el nuevo rojo de su amiga Made.

    El chico quito su dedo de los labios de la castaña, y comenzó a acercarse muy lentamente a ella. Poco a poco, sus rostros estaban a milímetros del otro. El pelinegro tenía que agacharse un poco para estar a la altura de ella. Y ella tenía que ponerse de puntitas. Pero valía la pena para lo que ambos querían hacer.

    El objetivo era claro y simple: un beso. Lentamente, sus labios se tocaron. Fue un suave y tierno beso. (Fragmento del capítulo 13: Un amor platónico prohibido)

    Mariana se quedó muda, viendo como los dos chicos se besaban.

    -Y eso no es todo. Tu y yo estábamos realmente enamorados, bueno, al menos yo te amaba-dijo el chico melancólicamente. –Corrijo: Aún te amo- le sonrió Aldo mientras la miraba, sonrojada, como siempre. Tan pequeña, tan frágil, tan inocente, tan linda… así era su Mariana.

    -Pero… ¿Qué paso para que yo te olvidara?- preguntó la chica de una manera… triste.

    -Verás, yo te mordí hace mucho tiempo… es más, trataré de mostrártelo a través de mis recuerdos.-Aldo le mostró a Mariana a través de su mente todo lo que habían vivido juntos:

    Cuando la conoció y besó desesperadamente para darle celos a Miguel; cuándo la mordió.

    La noche en que Mariana buscó a Aldo y se quedo dormida en la habitación del chico, dónde se confesaron muchas cosas esa noche;

    El día siguiente a esa noche, donde comprendieron que ambos seguían amando a alguien imposible, y a su vez se habían enamorado mutuamente conociéndose sin que ellos mismos lo supieran, hasta después.

    Cuando Aldo paso desesperadamente buscando a Mariana por 3 años, después de una corta despedida.

    Lo que seguía, era su reencuentro. El que ya le había mostrado a Mariana, pero que la castaña quiso volver a ver.

    Cuando llegó Aldo el día de la boda de Madeleen Chris, a la batalla que se confrontó ese día justo en la fiesta con los demonios infernales y el diablo. Y esa misma vez- después de la batalla- Mariana, a pesar de estar muy débil se sacrifico al entregarle de su sangre a Aldo para salvarlo de que su alma se desvaneciera para siempre.

    Le mostró también la pelea que había tenido con Miguel, donde el rubio lo desafió a que mordiera a otra persona para ver si realmente Mariana lo amaba.

    Después, cuando Mariana y Aldo hablaron en el balcón, sobre lo que habían hecho la castaña y el rubio, la conversación más fría que ellos habían tenido en todo lo que se conocían. En esa misma noche, cuando Mariana brindó con su rubio amigo‘’Por la suerte’’ para que ella no se olvidara de Aldo. Segundos después, al vampiro mordiendo a Priscila para que luego, Mariana se desmayara y olvidara todo acerca de él.

    Mariana ya sabía lo demás. Sin darse cuenta, se encontraban en la biblioteca, Mariana tenía sus ojos cerrados, y sus manos presionadas contra su pecho. Aldo la miraba examinando cada parte de ella. Cada mueca de angustia que hacia. Odiaba verla así, por lo que se acercó y rodeo su cintura con sus brazos y apoyó su cabeza contra el cabello de ella. Olía dulce y algo empalagoso, ese olor describía a la perfección la personalidad de la chica.


    Mariana se separó de Aldo un poco, solo para mirarlo a los ojos. Mariana estaba a punto de llorar. Aldo la apretó más contra su pecho y comenzó a limpiar las lágrimas que tenía su amada en el rostro.

    -¿Por qué lloras?- preguntó Aldo tiernamente. Mariana escondió su rostro en el pecho del chico.

    -Perdóname… por favor… perdóname- sollozó la chica. El pelinegro seguía sin entender el motivo de su llanto, así que levantó su rostro para que lo mirara a los ojos.

    -Aún no entiendo como pude olvidarme de ti, de la persona que amaba- dijo la chica sonrojándose un poquito mientras aún lágrimas caían por sus mejillas. Aldo secó cada una de ellas, abrazó a la chica hasta que dejó de llorar. Otra vez, después de mucho tiempo, sonrió como nunca lo había hecho. Había recuperado a su razón para seguir existiendo. O eso pensaba él.

    -¿Me perdonas?- preguntó la chica inocentemente, aún con ojos que tenían lágrimas que reclamaban salir. Mariana pensaba que llorar por eso era una tontería, pero cuando pensaba en lo que debió haber sufrido el pelinegro, las lágrimas volvían a acumularse en sus ojos chocolate.

    -No tengo por que, además el de la culpa es el marica de Miguel- le dijo Aldo con algo de furia en su voz. Estaba más que molesto con ese tipo, y estaba muy contento cuando le venía a la cabeza que ya no tenía que aguantarlo más. –Pero supongo que ya no está en nuestro camino- susurro Aldo acercándose a los labios de la chica. Los extrañaba mucho, el dulce sabor que tenían y ese extraño sentimiento que corría por todo su cuerpo cuando los tocaba. Estaba a milímetros de conseguir lo que había querido hacer desde hace un tiempo. Su respiración se mezcló con la de la chica, sintiendo su embriagador aliento. Cuando por fin iban a unir sus labios…

    La puerta de la biblioteca se abrió estrepitosamente, y un hombre alto de cabello castaño oscuro atravesó la habitación.

    -Oh… lo siento, ¿interrumpí algo?- preguntó Baldur sonriendo de lado. Aldo lo miro al borde de la histeria, estuvo a punto de besarla… de nuevo.

    -n-n-no estábamos haciendo n-nada- balbuceó Mariana nerviosa mientras la sangre le subía a la cabeza y se alejaba de su amigo. Una pequeña risa se le escapó al demonio, era un tanto fingida.

    -Bien, yo solo vine a buscar un pergamino- dijo Baldur mientras se dirigía a una vitrina que estaba al fondo en un pequeño pasillo. –Por cierto, Aldo…- lo llamó Baldur mientras que el chico le ponía atención – vino a buscarte Salvador, creo que luego se fue con Made.- El pelinegro se puso más pálido al escuchar eso. ‘‘Me matará’’ pensó el chico, mientras le daba un rápido beso en la mejilla a la chica y salía como un rayo del lugar.
    Mariana tocó su mejilla y otra vez, el color carmesí subió por ellas. Su corazón estaba acelerado, y luego comenzó a sentirse algo mareada. Su visión se volvió borrosa, hasta que por fin, se cayó inconciente.

    -¡M-Mariana!- exclamó Baldur nervioso al verla en el suelo.

    Mientras tanto, Salvador se encontraba en la habitación de Madeleen besando al cuello de la chica mientras que ella luchaba por no desmayarse. Las manos del chico subieron de la cintura de la castaña hasta sus hombros para luego posarse en cada una de las mejillas de la chica.

    -Tengo que irme, se supone que debería estar buscando a Dolor, y no aquí- dijo el chico riendo al imaginarse la regañada que le darían en la guarida si se enteraban si descubrían que en vez de haber buscado a Aldo, fue a hacerle el amor a Madeleen. Busco de nuevo su ropa en el suelo de la habitación de la castaña, mientras que ella de nuevo, hacía pucheros para tratar de detenerlo, pero ella sabía que eso no funcionaría con el chico.

    Salvador se acercó a la puerta, giró la perilla cuando sintió unos brazos aprisionándolo por detrás.

    -Made…-La regañó, pero la chica no respondió. Entonces giró su cabeza para ver como ella acomodaba su cabeza en su espalda mientras sonreía y sus mejillas se llenaban de color carmín.

    -Déjame estar así por un rato más- susurro la chica mientras aspiraba la fragancia del chico. Era única, de alguna manera olía como a lluvia, pero a la vez olía como a hombre combinado con niño. Un olor extraño. Después de un rato, Salvador aparto a Madeleen de él, para poder salir y poder buscar a Aldo. Cuando abrió la puerta, Daniel estaba recargado en la pared que estaba frente a la puerta. Aldo estaba ahí también, y tenía una cara de regañado.

    Miedo los veía con furia. Salvador cerro la puerta tras de sí para ocultar a su ahora novia, quien estaba completamente desnuda. Tenía su brazo por detrás de la espalda apretando la perilla para que a la castaña no se le ocurriera salir y mostrarle a sus compañeros como había llegado al mundo.

    -Ho-hola... ¿Qué haces aquí Miedo?- preguntó con nerviosismo el castaño.

    -Pues vine aquí para buscar a la persona que se supone venía por Aldo. ¿Qué estaban haciendo los dos?- preguntó seriamente Daniel, esa expresión solo la ponía cuando algo realmente le molestaba.

    -Yo estaba tratando de hacerle recordar cosas a Mariana- se defendió de inmediato el pelinegro. A lo que Daniel enarcó una ceja.

    -¿A que te refieres con eso?- preguntó el mayor de los tres.

    -Miguel, el amigo de Mariana, puso una poción rara en su bebida la noche que mordí a… ¿Cuál era su nombre? Bueno, no importa, me hizo creer que era gracias a la mordida que le había dado que sentía algo por mí, así que intenté hacerle recordar los momentos que habíamos estado juntos para ver si así podría recordarme.- terminó de decir el chico. Miedo lo miro inexpresivamente luego posó su mirada en Salvador, quien se quedo pálido al pensar que le diría.

    -¿Tu que excusa me darás?- preguntó el chico de ojos rojos. Made, quien había escuchado la conversación detrás de la puerta, tomó una blusa larga, y se la puso encima para salir a defender a Salvador. Pero para su mala suerte, la blusa era ajustada de arriba, y estaba desabotonada de los primeros 3 botones, lo que mostraba su enorme busto. Además, la blusa llegaba por arriba de la rodilla, dejando ver sus piernas completamente desnudas.

    -Salvador y yo estábamos… - dijo la chica saliendo de la habitación. Salva empujaba la puerta para que no saliera, pero ella en un fuerte empujón lo movió logrando salir. Grave error. Los tres vampiros la vieron con la boca casi abierta.

    La chica lucía como modelo de revista porno, ya que la blusa apenas la cubría, y de colmo, no llevaba ropa interior, pero para su suerte eso último no lo sabían los chicos.

    -No lo regañen, el me estaba ayudando a… organizar, unos… unos papeles de… - pensaba la chica en una escusa rápida para que a su novio.

    -¿Salvador… organizando papeles?- preguntó Aldo sin creerse ninguna palabra.

    -La verdad es que Made y yo nos acostamos- admitió tranquilamente el castaño poniéndose frente a Madeleen para que sus amigos dejaran de verla por como estaba vestida. –Tú deberías entrar y ponerte otra cosa- la regañó el chico en tono bajito.

    -Eso si me lo creo- dijo Aldo sonriendo de lado mientras le guiñaba un ojo a su compañero. Miedo los miraba también sonriendo de lado. Parecía que su humor había cambiado de un momento a otro y eso fue al sentir unas manos delgadas cubrir sus ojos.

    -¿Rosi?- preguntó tomando las manos. Luego le dio vuelta a la chica y la aprisionó contra su pecho abrazándola.

    -No es justo, siempre adivinas- alegaba la chica. Daniel soltó una risa mientras que tres miradas picaras estaban sobre ellos.

    Al pasillo también estaba entrando una pequeña chica, la más pequeña de todos ahí, ya que su amiga Made había pasado su altura hace años. Sus ojos chocolate se posaron en Aldo y luego se sonrojó.

    -Miedo, Baldur me mandó a decirte que ya estaba listo el portal que los regresaría a casa- decía Mariana mirando a Daniel y luego de nuevo a Aldo.

    El mencionado se separó de Rosi, quien estaba a punto de alegar pero la calló con un beso en los labios. Después de separarse del beso, Rosi aún alegó.

    -¿Por qué te vas? ¡Acabas de llegar!- decía la chica

    -Soledad no sabe que estoy aquí, se supone que Salvador y Aldo volverían hace como 3 horas- dijo el chico mirando severamente a los chicos quienes buscaban algo en el aire esquivando la mirada penetrante del vampiro mayor.

    -Bueno, supongo que nos vamos ya- dijo Salvador caminando, todos lo siguieron incluyendo a las ángeles. Bueno, todos excepto Madeleen, se quedó recargada en su puerta mientras veía como todos se alejaban.

    -No olvides que me prometiste venir mañana- le gritó Made, a lo que Salvador volteo la mirada sonriendo y asintió con la cabeza. Después Made entro a su cuarto dispuesta a ponerse algo decente.

    Todos caminaban en el pasillo silenciosamente, hasta que la chica de cabello rizado habló.

    -¿Para que vendrás mañana?- le preguntó Rosi a Salvador. Quien al escuchar esa pregunta se sonrojó al extremo y no puso articular otra pregunta, por lo que la chica sacó sus propias conclusiones. –Ya veo, así que… ¿repetirán lo de hoy?- preguntó la chica picadamente mientras le daba codazos amistosos al chico, quien estaba aún más rojo. Todos rieron por su reacción. Aldo aprovecho que Rosi seguía molestando al castaño y Daniel se apuntaba al juego, para alejarse con Mariana por un momento. La tomó de la mano y cuando ella lo miro con su dedo índice le dio una señal para que guardara silencio. Luego los dos iban retrocediendo hasta que entraron a la primera habitación que encontraron. Aldo cerro la puerta tras de si y luego acorralo a la chica contra la pared.

    Mariana estaba roja a más no poder.

    -Hay algo que he querido hacer desde hace mucho… pero al parecer nadie me dejaba hacerlo- dijo el chico sonriendo un poco mientras cortaba la distancia entre sus labios, hasta sentir como sus alientos se mezclaban. Por fin, logro unir los labios de ambos probando el dulce sabor de los de la castaña. Ese sabor que anhelaba y deseaba desde hace días.

    Mariana rodeó con sus brazos el cuello del chico quien la rodeaba por la cintura. Luego le abrió paso a su boca para que sus lenguas comenzaran a jugar. Después de un rato de estar comiéndose a besos se separaron. Mariana lo miro como antes.

    ¿Y eso por que fue?- preguntó la chica.

    -Ya extrañaba tus besos- le dijo el chico sonriendo, la castaña también sonrío y luego cambió su cara por una de sorpresa.

    -¡Aldo!- exclamó con sorpresa, el chico la miró con extrañes. -¡Tu eres Aldo!- volvió a exclamar la chica con alegría y emoción.

    -Si, soy yo ¿No nos habían presentado?- dijo el chico bromeando.

    -No… ¡Te recuerdo! Lo recuerdo todo- decía la chica con emoción. – Miguel puso esa cosa en mí….-recordó la chica pensativa y luego cambió a un tono sádico que Aldo jamás había escuchado. – Miguel. ¡Haré que reviva y yo misma lo mataré de nuevo!- amenazaba la castaña con furia. Aldo sonrió y volvió a besar a la chica, está vez con más emoción que antes mientras la apretaba cada vez más contra su pecho.

    La puerta se abrió y entraron los chicos que habían dejado caminar solos.

    -Lamento interrumpir- dijo Salvador sonriendo de oreja a oreja – Pero tenemos que irnos- volvió a decir mientras que se acercaba a los chicos y se llevaba a Aldo del brazo.

    Después de salir de aquella habitación, que era como un estudio u oficina, se reunieron todos en la sala. Donde todos se estaban despidiendo.

    Salvador y Daniel atravesaron el portal y cuando Aldo estaba a punto de caminar hacia el, Mariana lo detuvo.

    -¡Espera!- dijo la chica abrazándolo- ¡Un ultimo abrazo!- Aldo sonrió y la abrazó pegando su cara en el cabello de la chica aspirando su aroma. –Te amo Aldo- le dijo la chica sonriendo mientras sus mejillas eran adornadas por un color carmesí.

    El pelinegro sentía que era la persona más feliz del universo. Escuchar esas palabras, de la persona que había llegado hasta lo más profundo de su corazón, realmente lo hicieron sentirse emocionado. Después de todo lo que le había pasado, había logrado estar de nuevo con su pequeña Mariana.



    En orden los capítulos que aparecieron en los recuerdos que le mostró Aldo a Mariana (4,7, 8,10, 13, 16,19) Waa! Después de esté capítulo adoré el AldoMari *-*
     
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    Re: Bajo las alas de tus ángeles

    EPICO!!!ONEONESHIFT+ELEVEN!!

    Mariana!!!! este capitulo fue... un!.. un!. ascfsgsafa (epic awesome!)

    Fail 1 xD

    Fail 2

    WIN! (no es aldo, es winnie pooh disfrazaoh! xD)

    ewe (no, no dare comentarios de ese xD EDITO: si dare comentarios, no me aguante xDDDD)

    Madeleen = P = revista porno! ya me entiendes mariana x3

    emm.. hay parts que me dejaron asi -----> n///n

    Aldo y Daniel: O///O

    Salvador: ¬///¬

    Madeleen: nwn

    LOL xD

    en fin! fue EPICO! y espero ver otro asi =3

    asi que... como diria Roberto "Darkar" "Se la enjabonan!"

    bye! xD
     
  20.  
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    Re: Bajo las alas de tus ángeles

    se repitio el post O_o
     

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