Bailando al ritmo de tu raqueta

Bailando al ritmo de tu raqueta

Bailando al ritmo de tu raqueta​

Resumen:​

Una chica (Kagome Higurashi) con muchos problemas en casa, se va al extranjero ha estudiar el deporte que siempre le ha ayudado a desquitarse, a llorar cuando lo necesitaba, etc. El ballet… Si, estudiaba ballet desde que era una pequeña niña. En fin, no contaba con que cuando llegara ha esta preciosa ciudad (Italia/Venecia) los verdaderos problemas empezarían.

Sin ningún otro remedio, es obligada a compartir su departamento con el chico más engreído de Europa (Inuyasha Taisho). Un insoportable jugador de tenis que se cree más que su alrededor solo por ser un “hijo de papi” y el mejor jugador de la ciudad.

Kagome experimenta muchos sentimientos en ese viaje, en los cuales destacan, amor, odio, tristeza, decepción, pasión, dolor, entre otros. Hasta el punto de caer en las manos de un embarazo precoz...

Aclaraciones:


Capitulo uno.
Empezando mi viaje.

En una casa, algo lejos de la ciudad, donde llovía con gran fuerza, se encontraba una pequeña niña de unos, tal vez… ¿cuatro o cinco años?

Está estaba titiritando, hacia mucho frío. Bueno, esa era la época. La época en la que nevaba, llovía, etc.

La niña llevo su mirada hacia la puerta de su habitación. Por donde en esos momentos, entraba una anciana de largos cabellos blancos, recogidos en un moño.

-Hola pequeña. Aquí esta tu chocolate caliente.- La anciana le pasa una a taza de color verde. De la cual salía humo. –Ten cuidado, esta caliente.- Sonríe.

-Gracias, abuelita linda.- Sonríe.

-La mira cínicamente.-“¿Abuelita linda? Hmmp, solo cuando te conviene.”- Suspira y se sienta a un lado de la niña.

-Abuelita, te quiero mucho…- La vieja la ve con una ceja levemente levantada.

-Ya, ¿Qué quieres?- Pregunta sin rodeos. Mirándola sarcásticamente. La niña hace un puchero.

-Abuelita, solo quiero que me cuentes un cuento.- La niña apenada esconde su carita bajo la manta de su cama.

-¿Un cuento?-

-Si, un cuento.- Sonríe, sacando la cara de entre las sabanas.

-“Definitivamente, Hitomi se esta volviendo loca”- Piensa. –Así que quieres un cuento…- La niña asiente con la cabeza. -¿De terror?- La niña niega. -¿Suspenso?- Nuevamente niega. -¿Tristeza?- La pequeña niega una vez más.- ¿Entonces de que lo quieres?- Pregunta extrañada por el comportamiento de su nieta.

La niña se sonroja.

-De… amor.-

-Hmmp… ¿De amor?- La anciana sonríe, adentrándose en sus recuerdos. Al parecer se encontraba recordando algo…

-Abuela… ¿estas hay?- No obtuvo respuesta. -¡Tierra llamando a chuchi-chan! ¡Tierra llamando a chuchi-chan!- Su llamado al parecer dio resultado. Su abuelo volteo a mirarle.

-Una historia de amor, esta te va a encantar.- Sonríe amablemente.

La pequeña se emociona.

-Empieza, por favor.-

-Hace poco tiempo, diría yo hace como unos cuatro o cinco años…-

-Aquí empiezo yo-

En una estación de trenes, se encontraban dos mujeres –Muy parecidas- de cabello negro, ojos chocolate, ambas buena figura aunque se nota que una es mucho mayor que la otra. Piernas largas, brazos delgados, etc., etc.

La menor de las dos, se encontraba algo preocupada y triste mirando a su mayor. Respetable.

A diferencia, su mayor la miraba con alegría, felicidad, etc. Al parecer se encontraba muy feliz por su hija.

-Mamá.- llama la pequeña de… diecinueve años. -¿Estás segura de que no te pasara nada si me voy? Es decir…- Su semblante de entristece. –Onigumo podría hacerte mucho daño.-

Su madre esboza una sonrisa.

-¿No te has dado cuenta?- Su hija levanta la ceja, interrogativa. –Ya no puede hacerme nada que no quiera.- Sonríe. –Lo único que podía hacer es hacerte algo a ti. Y ya no te va a poder hacer nada, Kagome.-

-¡Pero…!- Quejaba Kagome.

-Pero nada.- Regaña la mayor. –Prométeme algo, ¿Sí?- Pide.

-Hmmp, ¿Qué…?- Pregunta no muy convencida.

-Cuando vuelvas te habrás convertido en la mejor bailarina de ballet que exista en todo el mundo.- Sonrió nuevamente. Alegre por su hija.

Una gran gota apareció por la cabeza de la azabache. Quién siguió la sonrisa de su madre y miro con felicidad.

-Claro que si, madre.-

Por las distintas cornetas que se encontraban en la estación, sonó la voz de una mujer.

-Todos los pasajeros con destino a Italia, por favor abordar el tren núm. #7.-

-Bueno, ya es hora de despedirnos.- Sonríe tristemente la mayor.

-Mamá…- Traviesas lagrimas empiezan a rodas por el agraciado rostro de Kagome. –Mamá, no te quiero dejar sola…- La abraza como si su vida dependiera de ello. –Me quiero quedar contigo.- La lágrimas siguen rodando por sus mejillas.

-Venga Kagome, ya no eres una niña.- Sonríe. Extrañaría a su hija, ¿Quién dijo que no? Pero, si Kagome estaba lejos, era mejor para ella. Así no seria victima de los golpes que propinaba Onigumo cuando llegaba borracho a la casa. –Además, nos veremos pronto. No llores.- Con su pulgar limpia delicadamente las lagrimas de su hija.

-Pero, mamá…-

-Kagome, escúchame hija.- Obliga a su hija a mirarla a los ojos. El rostro de la señora, tenía uno que otro moretón. –Con tú sonrisa puedes cambiar al mundo… Pero no dejes que el mundo cambie tu sonrisa.- Sonríe maternalmente. –Recuerda eso, Kagome.-

-Último aviso para los pasajeros del tren núm. #7 con destino a Italia. Por favor abordar rápidamente. El tren arrancara en quince minutos.- Se vuelve a oír la molesta voz de la mujer.

-Hija, súbete ya al tren.-

-Mamá…- Dudando.

-Kagome, tu sueño desde pequeña ha sido el de ser bailarina profesional de ballet. Venga cumple tu sueño.- Observa que su hija iba a rechistar. –Y el de tu padre también.- Ante esto, Kagome cerró la boca y puso una mueca de tristeza. –Por favor…-

-Está bien, madre.- Acepta finalmente Kagome.

-Nunca olvides que te quiero.-

-Nunca olvides que te extrañare.-

Ambas se abrazan, y lo último que ve la mamá de Kagome, es como Kagome desaparece a través de la entrada del tren…

-“Hija, espero que no te moleste el acuerdo que hice con el Sr. Taisho…”- Sonríe tristemente. –“Se feliz…”-



Mientras todo esto ocurría, en un lugar… muy alejado de ese, se encontraban en una hermosa y gigante mansión, dos hombres. Ambos con el cabello plateado, ojos ámbar, buen cuerpo. (N/A: Uffff, pero que cuerpo :babas: )

El mayor le hablaba al menor, quien parecía aburrido y distraído a la conversación que habia entablado su padre.

-Inuyasha, Inuyasha, ¿¡Inuyasha, estas escuchándome!?- Llama el mayor.

El aludido voltea su cara en dirección al hablante. Alza una ceja. Y pregunta…

-¿Me estabas hablando a mí?-

Al papá de Inuyasha le sale una gran vena en la frente. Sin embargo, se tranquiliza antes de caer en la tentación de caerle a golpes a su hijo.

-Inuyasha, está es la dirección de tu nuevo departamento en Italia.- Le entrega un papel a su hijo con la dirección y número de departamento. Quién sonrió pervertidamente pensando en todas las mujeres que llevaría a su cama cuando llegara a aquel lugar. –No quiero que tu entrenador de tenis me llame diciendo que tu comportamiento no es adecuado o que…- Fue interrumpido.

-Sí, si, si papá. Ya lo se.- Bosteza. Era muy fastidioso oír a su padre darle un discurso. Y más si es del buen comportamiento, la responsabilidad, la humildad, etc. Todas aquellas cosas ‘pavosas’.

-“Hijo, ¿Cuándo aprenderás que la vida no es de esta forma? Aprende de la humildad, por favor…”-

Inuyasha coge unos lentes de sol y se monta en una de las limosinas que tenía su familia.

-¡Lléveme al aeropuerto!- Ordena el chico al chofer. Sin siquiera despedirse de su padre. A quién dejo en la entrada de la casa con la palabra en la boca.

Volvio a suspirar. Definitivamente su hijo nunca cambiaria.

-Inuyasha, nunca cambiaras…- Susurra.

-Nunca digas nunca.- Su esposa lo abraza por atrás.

-Tampoco digas siempre.- Corresponde el abrazo. Sonriendo.

-Solo dime que me amas como nunca y para siempre- Continúa su esposa, recitando aquel hermoso verso. Ambos se unieron en una pequeña risa.

“Nunca digas nunca, tampoco digas siempre, solo dime que me amas como nunca y para siempre.”

-“Inuyasha, espero mejores con… la pequeña sorpresa que te depara en Italia.”-

Continuara…

Hola, ¡chica/os!
Lo siento por el cap tan corto :P
Es algo asi como la introducción
De todo el fic, ¿vale? :D
Hasta pronto!
Jenny-chan! *.*
Gracias por el aporte del titulo!
Pasamos mucho tiempo eligiendolo!
De veras, muchas gracias! :beso:

Kakis312.

 

Re: Bailando al ritmo de tu raqueta

Bailando al ritmo de tu raqueta​

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Resumen:​

Una chica (Kagome Higurashi) con muchos problemas en casa, se va al extranjero ha estudiar el deporte que siempre le ha ayudado a desquitarse, a llorar cuando lo necesitaba, etc. El ballet… Si, estudiaba ballet desde que era una pequeña niña. En fin, no contaba con que cuando llegara ha esta preciosa ciudad (Italia/Venecia) los verdaderos problemas empezarían.

Sin ningún otro remedio, es obligada a compartir su departamento con el chico más engreído de Europa (Inuyasha Taisho). Un insoportable jugador de tenis que se cree más que su alrededor solo por ser un “hijo de papi” y el mejor jugador de la ciudad.

Kagome experimenta muchos sentimientos en ese viaje, en los cuales destacan, amor, odio, tristeza, decepción, pasión, dolor, entre otros. Hasta el punto de caer en las manos de un embarazo precoz...

Aclaraciones:

- El fanfic es un InuKag, creí que eso quedaría muy claro al leer el resumen.
- Kagome tiene 19 años; Inuyasha 21 años.

Capitulo dos.
“2-4”

Miraba aburrido por la ventanilla del avión. Era tan aburrido volar tantas horas, en un avión donde casi no habia gente… Definitivamente tendría que darle a su padre unas lecciones de sociabilidad. Suspiro de fastidio. Lo bueno de ese viaje, era que se haría más famoso que antes demostrando que era el mejor jugador de tenis de Europa.

Dios, y las “niñas” que se llevaría a jugar a su cama, seria lo mejor que sacaría de ese viaje.

-Suspiró- Su vida era la que cualquiera desearía tener. Eso no se discutía, ese era su punto de vista…

-Sr., ¿Desea tomar algo?- Pregunta la aeromoza.

-Ehhh… ¿Tiene limonada con granadina?-

-Sí.- Asiente amablemente.

-¿Qué esta esperando? Para algo le pagan, sírvamelo.- Ordena descortésmente el Taisho.

La aeromoza algo mosqueada y sin tener otra opción, tuvo que servirle a el joven su pedido.

Una vez la joven aeromoza se hubiera marchado, Taisho lanza otro suspiro. Solamente faltaban ocho horas de vuelo. Recostó su cabeza de la almohadilla del asiento y se dispuso a esperar su limonada.



Se arrimo un poco hacia su izquierda. Rayos, que mala habia sido su suerte al coger el puesto al lado de un hombre algo… para no ser groseros, digamos no muy pulcro.

El hombre se habia quedado dormido encima de su hombro, pero eso no era lo único. El señor –con la boca abierta- babeaba encima de su hombro. Gracias a Dios que no habia caído ni una pequeña parte de aquel líquido.

Ohh, ohh… El hombre se despertó. Y al darse cuenta de que se encontraba en el hombro de aquella chica, inmediatamente se disculpo por su falta de disciplina.

-Lo siento mucho, ¿te he incomodado? Lo siento de verdad.- Se disculpa el chico. Esté tenía los ojos azul y el pelo negro. La verdad, era que, desde ese ángulo no se veía tan mal persona, de hecho, la azabache pudo observar que era un chico bastante atractivo, y definitivamente si se veía que era un hombre que le importaba como se vestía. Él traía un traje muy elegante. –Hermosa señorita, ¿me esta escuchando?- Llama el joven.

-Ehhh, si lo siento. Y no se preocupe, así está bien.- Sonríe la chica de mirada color café.

-Siento mucho mi indisciplina. Mi nombre es Houshi Miroku, un gusto por darle mi mano a una señorita tan hermosa como usted.- El chico sonríe de una manera extraña, pero poco le importo a ella, Miroku le tendió su mano.

-Yo soy Higurashi Kagome, y el gusto es mió, joven Miroku.- La chica algo sonrojada toma la mano de él.

A Kagome le agrado mucho la compañía del joven, Miroku. Sin duda alguna, viajar acompañado era mucho mejor que viajar solo.

Pasaron todo el viaje conversando de sus vidas, sus hobbies, sus trabajos, etc.…

-Y dígame Kagome-sama, ¿Porqué viaja a Italia?- Interrogo Miroku algo interesado en la respuesta que daría la chica.

Kagome pareció meditar su respuesta. Al final, contesto…

-Bueno, le explicare, lo que sucede es que desde que yo era una niña pequeña, he bailado ballet. Digamos que es lo que se me da mejor.- Sonríe y continua. –Mi padre antes de morir, dejo sienta cantidad de dinero. Con la cual lográbamos pagar mis días de estudio y los de mi hermanito. Pero resulta, que en su testamento una parte de ese dinero me correspondía a mí, para poder pagar clases de ballet en el extranjero. Y así poder convertirme en una gran profesora de baile.-

-Ya veo… Tengo una amiga, Sango. Ella da clases de ballet en un estudio de baile en Italia. Si quieres te la presento para que intercambien ideas sobre el tema.-

Las ilusiones y esperanzas de Kagome crecieron muchísimo.

-¿¡Enserio!?- Pregunta emocionada. Miroku asiente con la cabeza. -¡Si! Me gustaría que me la presentaras, por favor.-

-Claro, ¿tiene número de teléfono?- Esta vez, Kagome es la que asiente. –Dámelo, cuando lleguemos, yo te llamare para ponernos de acuerdo y te la presento.-

-¡Dale!- Sonríe. –Anota.- Ordena. Miroku saca un papel y un bolígrafo. -555-096-314.-

-Listo.- El chico le sonríe a Kagome, para luego oír una voz de mujer, llamar a ambos.

-Jóvenes, ya casi estamos llegando a Venecia. Si miran por la ventana, podrán observar que estamos entrando a la hermosa ciudad de Venezia.-

Ambos chicos asoman su cabeza por la ventanita del tren y observan la entrada a la ciudad más conocida de Italia por sus inundaciones. Y claro, por sus hermosas playas y ríos.



-Joven Taisho, ya puede bajar del avión. Hemos aterrizado en Italia, sus maletas se le serán entregadas al bajar. Hasta la próxima.- Despide la aeromoza. En realidad, si hubiera sido por ella, hubiera abierto la escotilla y lo hubiera tirado por está. Pero s haría algo como eso, la despedirían. Y en realidad, no es asesina de engreídos.

-Si lo que sea.- Taisho baja del avión, para así encaminarse a su nueva vida…



-Miroku-sama, un gusto conocerlo. Siento dejarlo solo, pero tengo que despedirme.- Habla cortésmente la azabache.

El aludido levanta la cabeza para observar a la chica enfrente de él. Y nuevamente pone esa extraña y desconocida sonrisa para Kagome. Nunca antes habia visto una como esa sonrisa.

-No se preocupe, Kagome-sama. Y el gusto fue mió. La llamare pronto.-

Sin más que decir, Kagome despide con la mano y toma un taxi de los que se encuentras fuera de la estaciones de trenes.

-Sr. por favor lléveme a está dirección.- Le entrega un papel con cosas escritas.

-Enseguida, jovencita.-

Ya decía yo que Miroku se comportaba demasiado bien y demasiado “no pervertido” en esta historia. Cuando perdió de vista el taxi que se llevaba a la azabache, rápidamente saco un brasier de su maletín y lo olió.

-Extrañamente esta calientito…- Suspira el chico sin dejar de oler aquella prenda.

Al parecer en un descuido de la chica, usurpo su maleta en busca de prendas algo… exóticas. Sin malas intenciones, por supuesto…



Siguiendo las instrucciones que le habia dado el oficial del departamento, debía de estar ya frente al que de ahora en adelante sería su departamento.

Subió la vista y se encontró, con lo que esperaba encontrar… El número de edificio “2-4”.

Sacó de su bolso unas llaves, supuestamente eran las de dicho departamento. Introdujo las llaves en el cerrojo de la puerta y lo abrió con delicadeza. Entro con su maleta.

Era un departamento algo grande, para vivir solo una persona era algo grande. Caminó hasta lo que parecía ser la sala. En esta habia un par de muebles blancos y unas mesas de madera. Era muy bonito. La decoración era casi nula. Definitivamente ese departamento necesitaba del gusto femenino.

Dejo sus maletas en la sala, y se encamino al lugar que parecía ser la cocina.

Se llevo una gran sorpresa al abrir el refrigerador, y encontrarse con que estaba lleno de comida.

Era cierto que su padre le habia dejado cierta cantidad de dinero, pero nunca se imagino que dejaría tanto. Sonrío para sus adentros. La verdad, era que no habia comido en el tren ya que no le gustaba la comida que servían en este.

Detrás de ella estaba la mesa de la cocina, se agacho un poco para poder abrir la gaveta donde se encontraban las verduras y frutas…

Llevo una manzana hasta la mesa de la cocina, y se volvió a seguir registrando aquella gaveta.

Lo que no sabía la chica era que, un chico salía de ducharse de uno de los baños de la casa, dispuesto a ir a comer algo a la cocina.

El individuo entro a la cocina, pasando por detrás de la mesa, sin percatarse de la presencia de la chica, posa su vista en una manzana roja que se encontraba encima de la mesa de la cocina. Se veía exquisita… Sin dudarlo, agarra la manzana y sale del lugar.

La azabache siente un movimiento, y se voltea encontrándose con la sorpresa, de que no estaba la manzana. Que extraño… Se acerca a la mesa para asegurarse de que la manzana, que anteriormente habia dejado hay, no estaba. Movió rápidamente la cabeza de un lado a otro. De seguro era imaginación suya. Suspiró y se agacho para buscar cualquier otro alimento que le sirviera para comer algo sano.

El mismo individuo de antes, entro nuevamente a la cocina con la intención de comer otra cosa. Aquella manzana era insuficiente para su estomago.

Siguió de largo hasta llegar a una alacena que se encontraba empotrada en la pared. La abrió haciendo un poco de ruido. Dentro de esta estaban… las “reservas de un niño”. Sonrió abiertamente. Dentro habia…

Dentro habia dulces, chocolates, palomitas de maíz, etc. Todo lo que un niño desearía en sus momentos de debilidad.

El joven no midió su fuerza y cerro con rudeza la puerta de la alacena. Cuando se volteo, un huevo fue a llegar a romper en su cara, llenándolo así de su contenido.

Con sorpresa, retiro la cáscara de su cara y se limpio con una mano, para así darle espacio a su vista dejando ver a una asustada chica de cabello azabache y ojos chocolate. Abrió los ojos algo sorprendido. Definitivamente no esperaba encontrársela hay.

-¿Kikyo?- Interroga confundido a la chica, quien solo agarra otro huevo y lo tira nuevamente en dirección a la cara del chico. Por reflejo el joven se agacha, evadiendo así el huevo lanzado por la azabache. –No te esperabas esa…- No pudo continuar porque otro huevo fue a romper en su cara. –Esa sí no me la esperaba.-

-¿¡Quien eres y que haces aquí!?- Pregunta confundida.

-¡Eso es lo que yo debería preguntarte! ¡Niña con cara de feto!- Ofende el ojidorado algo molesto por el bombardeo de huevos que habia dado la chica.

-¿¡Como que “niña con cara de feto”!? ¡Tú fealdad insulta a las cucarachas!- Exclama mosqueada la ojimarrón.

-¡Nadie dijo mojón para que salieras a flote!-

-¡Grosero! Mojón es una mala palabra.- Regaña la chica al chico.

-Te odio.- Aclara él.

-¡Copión! ¡Yo te odio primero!-

-¡No, yo primero! ¡Bruja!-

-¡Mongólico!-

-Retrasada.-

-Bastardo.-

-Fea.-

-Igualado.-

-Cero a la izquierda.-

-¡No soy un cero a la izquierda!- Le saca infantilmente la lengua, la azabache.

-¿Vez? ¡Hasta pareces cría!-

-Grosero.-

-Come mocos.-

-¡Ya, me harte! ¡Dime quien eres y que haces en mi casa!-

-¡Número uno, es mi casa no la tuya! ¡Número dos, aquí las preguntas las hago yo! ¡Y número tres, yo soy…!-

Continuara…

Hola otra vez xD!
Les dije que este chapter iba a ser mas largo que el otro ^-^
Ha, por cierto, a los que no entendieron la parte de “Nadie dijo mojón para que salieras a flote.” Mojón es… “popo” xD! Pero necesitaba que sonara algo grosero.

Sin más me despido, besos…

Kakis312.

 

Re: Bailando al ritmo de tu raqueta

Hola, chicas. :)

Siento no poder haber puesto la continuación, pero es que mi mamá me metió en muchas actividades particulares en la tarde u.ú... Ya el tercer capítulo está casi listo, solo faltan unos pequeños detalles. Lo subire pronto, se los aseguro:D. Gracias a todAs por sus post, están súper lindos:).
Bueno, sin más que decir me despido. Bye, besos...

Kakis312.

 

Re: Bailando al ritmo de tu raqueta

Hola, chicas!

Les tengo una mala noticia :(. Lo que sucede es que ayer cuando me conecte a mi computador, me lleve la sopresa de que me había entrado un virus. No se cual es, pero el caso es que también es mi culpa por que no tenía un antivirus, por lo que pido mil disculpas. Se me borraron todas mis fotos, mis canciones, mis documentos, por lo tanto.. Todos los fics que había escrito y sus continuaciones.

Voy a intentar ponerme al día con todos ellos, lo más rápido posible. Espero sean pacientes.

Saludos,
Kakis312.