Un lugar estrecho pero, sorprendentemente, en perfecto estado. ¡Una dueña preocupada por la limpieza de la ropa también debía estarlo por el bien de la higiene personal! No hay mucho más por destacar: excusado, ducha oculta tras una cortina de nylon, lavamanos. Gotas de agua se estaban escurriendo por las baldosas de las paredes, clara señal de que alguien se había duchado hacía poco. Tal vez, lo más interesante era una escritura en el espejo empañado, encima del lavamanos.
Konoe Suzumiya Con la aceptación de Alisa, ambas nos dirigimos hacia el baño—que conectaba con la sala de máquinas— para cambiar nuestras ropas y llevar el uniforme reglamentario del cuerpo. Giré la perilla de la puerta e ingresé en el cuarto. Era un espacio estrecho pero impoluto. Las baldosas del suelo parecían recién pulidas y barnizadas y el aire olía a jabón. El ligero calor y las gotas de agua que se escurrían por las baldosas de la pared indicaban que no hacía mucho alguien había tamado una ducha allí. Y entonces, algo ciertamente curioso llamó mi atención. —Oh— solté acercándome con pasos cortos al lavamanos— Qué curioso. Parece que han escrito en el espejo. Alguien aprovechó el vapor resultante de la ducha para imprimir un mensaje en el cristal... ¿quién haría algo así? Intrigada, me dispuse a leerlo.
En el espejo del baño se podían ver unas letras algo distorsionadas por gotas de agua que se había escurridos sobre su superficie. Era como si la propia palabra visible en el espejo... llorara. Allí decía: "Kai"
Konoe Suzumiya "Kai" Eso era lo único que ponía en el espejo. Un nombre simple pero contundente. Por lo que sabía, significaba "océano". Y no pude evitar puntualizar aún más este hecho al ver como el agua se escurría desde las letras desdibujadas en el cristal. —Kai...—murmuré acercando los dedos pero sin tocar el espejo— ¿será el nombre real de alguno de nuestros superiores? Elucubré en voz alta, genuinamente intrigada. Pero me volteé para mirar a la otra joven que me acompañaba en esos momentos. >>Alisa, ¿Esposas Insatisfechas no te dijo su nombre real?— inquirí—. No deja de ser muy curioso. Quizás sea el amor secreto de alguien. Declaré con una pequeña risita. Era una persona romántica e imaginativa, gran fan de las novelas apasionadas de escritoras como Jane Austen, historias con un bello final feliz. Aquella idea no dejaba de llamarme. >>En cualquier caso, deberíamos ponernos el uniforme.
Alisa Walsh Nada más entrar al baño, me fijé a mi alrededor. Era un sitio pequeño pero estaba impoluto, se notaba que la señora Limpita cuidaba mucho de aquel lugar y no dejaba ningún detalle sin atender. Empecé a quitarme la ropa que llevaba puesta, dándole la espalda a la otra chica que parecía estar mirando algo en el espejo. Me disponía entonces a ponerme el uniforme de una vez cuando la joven me llamó, haciendo que girara el rostro curiosa. —Oh, sí —respondí, riendo levemente al recordar la presentación tan curiosa del chico. Mientras, volví al proceso de vestirme—. Se llama Brandom, pero sinceramente... dudo que él ahora mismo esté enamorado de alguien... >>¿Te dijo Escopeta el suyo?
Konoe Suzumiya —Sí, el nombre de Escopeta es Adeline— respondí a su pregunta, sorprendiéndome ligeramente al ver que ella ya había empezado a desvestirse. ¿Y me daba la espalda? Quizás era yo, que ansíaba tanto que fuésemos amigas que había acabado pasando por alto su propio instinto de la privacidad. Mis mejillas enrojecieron. Éramos meras extrañas... Si era era el caso, ciertamente lo lamentaba. De modo que yo también hice lo propio y le di la espalda. —¿Por qué dudas que esté enamorado de alguien?— le pregunté mientras procedía a quitarme la ropa—. ¿Porque parece ser un hombre poco interesado en relaciones serias? Quizás su aparente comportamiento promiscuo esconda un dolor intenso por un amor imposible. Puede que su verdadero amor lo rechazara y eso hiriese su orgullo masculino. Tomé la camisa del uniforme de encima de la tapa del excusado, donde lo había dejado convenientemente doblala mientras examinaba el espejo. Los guantes los había dejado en la sala de Máquinas en cuanto abandonamos la azotea. >>Aunque son meras supocisiones sin fundamento... la verdad es que la identidad de Kai me causa una intriga inmensa. *** Ambas terminamos pronto de vestirnos. Solo portar ese uniforme me hacía sentir orgullosa e importante. Como si acabara de alcanzar el sueño de toda una vida. Realmente era justo eso. Estaba cumpliendo un sueño. Era parte del Cuerpo de Policía de la isla. Una Salvadora de la Ciudad. Una... Salvadora... Me llevé un mechó de cabello tras la oreja. Y con una pequeña sonrisa emocionada, declaré sin temor alguno: —Ahora siento que soy capaz de cualquier cosa.
Alisa Walsh —Oh... —acabé murmurando una vez la chica terminó de hablar y yo de ponerme mi uniforme. Me giré después de unos segundos, permitiendo que la joven terminase también de cambiar su ropa, pues no quería molestarla o invadir su privacidad, aun no teníamos esa confianza. Cuando lo hice, sonreí inevitablemente al ver su propia expresión de orgullo. Me acerqué a su posición y me quedé a un lado, llevando posteriormente mi brazo por encima de su cuello, de forma amistosa. Miré al frente, y con decisión y emoción, declaré mis pensamientos. >>¡Salvadoras de la Ciudad! ¡Listas para combatir contra el mal! —poco después, bajé el tono de voz y la cabeza, quedando las de ambas muy cerca, en un intento de transmitir algo en forma de secreto—. Podemos considerar descubrir quien es Kai como nuestra primera misión propia, ¿te parece? Algo que busquemos solo entre las dos, será divertido, ¿no crees? Posteriormente sonreí y me alejé, dejándole de nuevo su espacio personal. >>Puedo pedirle una cita a Brandom y preguntarle por eso que has dicho, realmente me has plantado la duda de si es cierto... —añadí finalmente, llevándome el dedo índice al mentón de forma pensativa. Contenido oculto Le da la espalda porque no lleva sujetador y no es plan de que le vea todas las tetas... aun...
Suzumiya Konoe —Alisa, de verdad que eres una persona interesante— declaré con una risita después de que ella clamara con emoción aquella suerte de rima. Rimaba, de hecho. Aunque solo fueran las vocales. Pero aquello no era lo importante. Cuanto más escuchaba la palabra "Salvadora", más se aceleraba mi corazón. Alisa aparentaba ser una persona emocional y decidida, con determinación. Me gustaban esa clase de personas. Ya fuera por la firmeza de sus palabras o por la fuerza que trasmitían, lograban impulsarte a hacer cosas. Quizás era la complicidad que sentí que compartíamos en ese momento, pero ante su propuesta me sentí como una niña tramando alguna jugarreta. Descubrir la identidad de Kai... ¿eh? —Muy bien— le dije, cómplice—. Incluso si nuestra labor es salvar y proteger, no le veo ningún inconveniente a tomar el papel de detectives por un momento. Dado que nosotras lo vimos primero, nos corresponde a nosotras desentrañar el misterio. Y le guiñé un ojo, con el índice cubriendo los labios en señal de confidencialidad. Hecho lo propio, me dispuse a encaminarme a la salida del servicio. Pero entonces, Alisa volvió a hablar. >> Oh. ¿Una Cita con Esposas Insatisfechas?— inquirí. Y sonreí con gentileza—. Dudo que lo reconozca si es cierto. Pero me atrevería a aventurar que le gustas... quizás logres descubrir la verdad. Contenido oculto Oie cy 7u7
Alisa Walsh Sonreí mientras asentía. Hacer de detectives no haría ningún mal, de hecho, estaba segura que nos ayudaría a mejorar nuestras dotes de deducción y pensamiento, necesarias para ser parte de la Policía. Sí, sí, ¡no estábamos haciendo nada malo! —Sigo pensando que le gustan todas, pero puede que tengas razón —respondí, riendo divertida—. Tú puedes intentar preguntar a Escopeta, a ver que averiguamos. >>¡Oh! Creo que deberíamos ir saliendo ya, llevamos un rato aquí y me gustaría no enfadar a los veteranos... aun. ¿Vamos? —y me aparté un poco, indicándole con la mano a la joven para que pasara primero.
Timothy Boyd Había esperado un tiempo relativamente largo sentado al lado de la puerta del baño, había visto a dos de las chicas del grupo entrar y sabía que lo único que quedaba hacer era esperar, así que, con su ropa sobre sus rodillas esperó un... relativo largo tiempo en el que prácticamente se entretuvo mirando las manchas que había en el lugar. Al tiempo, logró darse cuenta de su salida en el momento que la sombra de su puerta cubrió su rostro, se levantó del suelo y finalmente se adentró al baño a cambiarse. Los colores le agradaban, y bueno... probablemente era lo único que le agradaba, no sentía que con un simple combate pudieran decidir que estaban preparados para llevar un uniforme tan similar al de ellos, menos ser llamado "Salvador", no parecía lógico por ahora. —Salvador Boyd... suupongo que lo veremos luego...
