Azotea

Alisha Welsh

Solté una carcajada fresca al ver su reacción, porque sinceramente tampoco esperaba ninguna otra, y le di un golpecito ligero en la frente antes de separarme y volver a apoyar la espalda por completo en la pared.

Quizás lo fuese.

No, definitivamente lo era.

La tonta que estaba agradeciéndole a Katrina por haber conseguido animarme y la tonta que acabaría consiguiendo que Joey volviese a hablarme, de alguna manera u otra. Porque ese era un poco mi papel, quitarle algo de peso a los asuntos para hacerlos más fáciles de manejar, y si no lo hacía conmigo... ¿cómo lo haría con los demás?

—¿Ligarme tú a mí? Bueno, eso ya lo veremos también~ —solté, en un murmullo bajo.

Lo cierto es que había acabado cerrando los ojos también y en algún momento la migraña había vuelto a retroceder, sumado a la constante calidez del sol sobre mi piel... sí, en resumen, me estaba quedando otra vez dormida.

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Totalmente necesario este post si me preguntan (?)

 

No iba a mentir me sorprendía el temple que tenía Kobayashi, su calma, su capacidad para ofrecerle su cuidado a otros de una forma que no era necesariamente intensa pero no por ello se quedaba atrás era un poco como un gato si se quiere, silencioso pero siempre presente. Me había escuchado, incluso se había puesto bastante seria mientras lo había y, no lo sé, agradecí poder decírselo a alguien.

Decirlo.

Liberarlo.​

Dejar de ser un fantasma.​

Ella no nos conocía de nada prácticamente, había pasado más tiempo conmigo un poco por rebote de la tontería de Shawn de decir que yo iba a ser la veterana que la pusiera a prueba, pero lo cierto es que la veía más como una posible amiga que como una kohai. Me gustaba su compañía, sus charlas y que me tomara en cuenta como para invitarme a ir a la piscina con ella.
Me gustaba... sentirme apreciada.

Sostuve sus ojos un rato antes de seguir trazando figuras en el suelo y negué suavemente con la cabeza.

—Ya solté bastantes cosas ayer y me siento algo mejor, también ayudó decirte qué estaba pasando. —Le dediqué una sonrisa suave, casi tímida—. Quedé para hablar con Shawn después de clase... Espero, no sé, arreglar esto de una vez por todas.

 

Kobayashi era bastante madura, ¿cierto? En lugar de decir algo del rollo de que todo iba a salir bien, se lanzó por otro lado... Mucho más acertado, ciertamente. Ese crédito no iba a quitárselo a Shawn ni de broma, que por fin hubiera decidido hablar con ella era algo que merecía reconocimiento, ya el cómo saliera se vería después.
Asintió con la cabeza de nuevo, con algo más de energía.

El almuerzo.

Dios, con toda la tontería ni se había puesto a comer.

—Oh, en realidad no traje un bento como tal. —Se puso a escarbar entre sus cosas, hasta sacar algo envuelto en papel de aluminio—. A mi hermano le dio por hacer unos sandwiches de carne en la mañana y me dejó uno para el almuerzo. La verdad es que no tengo demasiado apetito y eso.

Aún así desenvolvió la comida y dio un mordisco con cierta cautela.

>>Pero bueno, cómo rechazar la comida que te prepara un hermano, ¿no?

 

En sí no estaba mal, sólo... algo desganada. Las clases me habían aplastado muchísimo y para cuando sonó la campana tenía una pereza que te cagas. Me desperecé, estirando las piernas, y dejé caer el torso en el pupitre unos minutos. Muy bien, hora del receso. Busqué mi celular a tientas y pegué la mejilla a la madera para revisarlo, aunque no había mensajes de nada. Pff, qué aburido. Bueno, yo también podía mandar algo, ¿no?

Bah.

Seguía sin responderle a Kohaku y no sabía muy bien por qué. Tampoco tenía ganas de agobiarme y decidí seguir pasando del asunto como una campeona, regresando el aparato a la falda y soltando un bufido hastiado. Rebusqué en mi mochila por un par de cosas, me eché los cascos al cuello y salí al pasillo. Reconocí la cabellera de Kohaku asomado dentro de la 2-3 y ahí se fue mi plan inicial de buscar a Emily o algo. Ni soñando.

Volví a bufar, golpeteando la bolsa del almuerzo contra mis rodillas, y arrastré los pies hasta las escaleras. No reparé mucho en nada, sólo seguí mi camino hasta recibir de lleno la jodida luz del sol; mierda que estaba fuerte. Resoplé, usando el brazo de visera, y corroboré que no había nadie. Bueno, mejor. Eché un vistazo alrededor aunque ya me conociera esa azotea de memoria, la cuestión es que se me ocurrió una idea y sin demasiado problema arrojé la bolsa del almuerzo sobre mi cabeza, en dirección al techo de la puerta. Ahí arriba sí que iba a poder hacer mi vida, ¿eh? Plan infalible.

La botella de agua hizo algo de estruendo pero no le llevé el menor apunte. Tomé un poco de carrera y, la verdad, no me costó nada trepar. Di un paso sobre la pared, alcancé el borde del techo y enganché el otro pie en el ventanuco que estaba abierto. El resto fue subirme y ya, trabajo finalizado.

Eh, era un buen lugar para pasar el rato. El viento resultaba agradable y si me echaba no podrían verme desde abajo. Como fuera, dejé las piernas colgando por el borde, me coloqué los cascos y le di el primer mordisco al sándwich que mamá me había dejado en la nevera. Supongo que debía agradecer que por una vez en la puta vida estar sola no me pesara tanto ni me comiera la cabeza.

Y el clima estaba super nice.

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No es como si este relleno sólo existiera con el único propósito de usar mi nueva cintita, claro que no (??

No planeo rolear nada con Annita como tal, pero si alguna quiere aventarle a alguien tampoco me niego <3

 

La puerta se abrió un rato después y apareció un chico, buscando un lugar para sentarse. No la había escuchado ni de coña, mierda que debía tener alta la música. Como fuera, me esperaba que alguien cayera con tremendo día así que nada que hacerle, ¿no? Conectamos miradas un breve instante y cada uno siguió a lo suyo. Era agradable poder pasar la comida por la garganta sin tener que obligarme a hacerlo.

El móvil me vibró sobre el regazo y le eché un vistazo, dándole otro mordisco al sándwich. Eh, la sonrisa se me escapó sin querer pero ¿qué más daba? Dejé la comida a mi lado para tipear con dedos veloces.

Tenía pinta, eh
Nada que agradecer, grandulón, me alegra haber evitado una hecatombe
Una al menos

No lo decía en serio ni estaba en modo emo, así que acompañé los mensajes con otro sticker de gatito y seguí a lo mío, balanceando los pies sobre el vacío al ritmo de la música. El sándwich sí que estaba bueno, eh.

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Necesario? Absolutamente

 

Pedazo de coñazo eran las clases, la verdad, pero aún así me las arreglaba para tomar apuntes de absolutamente todo como la puta empollona que podía llegar a ser realmente, ya luego en casa los pasaría a limpio sin mayor problema.
Cuando llegué a clases, casi al filo de que comenzaran, noté al jodido de brazos tatuados pero casi detrás de mí había entrado un profesor así que tuve que tirar la idea de abordarlo por el traste y pasó lo mismo luego, porque lo abordó Ishikawa.

Eh, ¿se conocían? Ishi-kun~ ¿con qué clase de gente rara te juntas?

Como fuese salí haciéndome espacio entre los dos idiotas que quedaron en la puerta, el tatuado y Yumemi, de forma que apenas salir al pasillo identifiqué al imbécil de Wickham sin demasiada dificultad, no era que se diferenciara demasiado de un montón de idiotas de pelo y ojos oscuros, pero venga, la sonrisa de estúpido no se la quitaba ni Dios incluso si estaba rarísimo.

No había que ser un puto genio para saber qué hacía allí realmente, si ya me había buscado para decirme lo de la mascarada, de forma que solo me acerqué, lo saludé y empecé a caminar hacia la azotea. Al pasar junto a la 3-2 vi saliendo a un palillo de dientes de cabello rojizo que no era Maze pero al que conocía. Después de todo era mi puto dealer de preferencia y también sabía de sus costumbres, de hecho lo necesitaba por ellas precisamente.

—¡Cayden! —Lo llamé y al otro casi le da un venazo al oírme—. ¡Mueve el culo a la azotea, tengo un negocio para ti!

—¡¿Ah?! ¡No estoy en horario, Akaisa! —Espetó y aún así sonó bastante nervioso.

—¿Te pregunté? ¡Qué te muevas, Swallowtail!

Refunfuñó en respuesta, hundió las manos en los bolsillos con fuerza y al final se unió a la cuadrilla. Al llegar a la azotea pasé bastante por alto a la mocosa en el techo, pero noté a Aaron.

—Pero mira nada más. Hola, cariño. —Lo saludé, sí, pero por los momentos tenía negocios que hacer de forma que me volví esperando por el inglés.

En eso Dunn se echó contra la reja, todavía bastante enfurruñado, y contuve la risa porque me recordó a un crío.

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Me parto hOLA

ALI-CHAN VEN CON NOSOTROS, CERBERO IS WAITING FOR U

 

Mira que tenía capacidad para quedarme dormida en mitad de las clases como si nada pero en aquella ocasión tuve que haber superado una especie de récord o algo, porque caí rendida en menos de un segundo. El aviso de que las pruebas se habían pasado me llegó como una especie de delirio onírico o algo, qué sé yo, pero de una manera u otra me quedé con la información.

Cuando la campana sonó, me estiré un poco como un gato aún sobre el pupitre, y lo cierto es que estaba aún un poco dormida pero el grito de Katrina me llegó un poco por rebrote y acabé mirando por la puerta para ver a toda una cuadrilla dirigiéndose hacia... la azotea, suponía.

No estaba pensando mucho que digamos pero bueno, para ser completamente sinceros, casi nunca hacía las cosas pensándolas mucho.

Así pues, me arrastré hasta llegar a la azotea, prácticamente ignorando a Arata que parecía de todas formas entretenido con otra chica, y me tiré al suelo con la espalda apoyada en la reja. No lo hice a propósito ni nada, aunque si hubiese sido plenamente consciente tampoco me hubiese importado haberlo hecho, pero me senté justo al lado de Cayden y dejé caer la cabeza hasta que di con su pierna.

—Whatcha doin'~? —murmuré, con los ojos entrecerrados puestos sobre Katrina y Joey, e hice una mueca infantil antes de seguir hablando—. ¿Planes sin mí? So evil~

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LOOK AT MY CERBERISH CHILDREN *sobs*

also, excusa pendeja ya sabéis, luego se despierta (????

 

Katrina apareció por la puerta, me vio, un asentimiento breve y derechito a la azotea. Getting straight down to business, huh? Me mofé junto a una risa nasal bastante floja y despegué la espalda de la ventana, siguiéndola en silencio. La vi convocar a un pelirrojo de la clase de al lado y justo pasando por la 3-2 se me dio por echar un vistazo dentro, pero no logré dar con Bellabel ni de casualidad. Vete a saber de dónde conocía Katrina al tal Cayden, tampoco me importaba tanto y de todas formas ¿no estaba a punto de conocer al coloradito?

Fruncí el ceño ante el primer impacto del sol y advertí que Akaisa saludaba a un tío echado por ahí, comiendo solo como loco malo. Se me dio por girarme, dando con la silueta de Hiradaira ¿arriba del techo? ¿Qué carajo? Como sea, me daba igual. El pelirrojo se veía enfurruñado y se me escapó una sonrisa burlona, pero no abrí la boca. Me limité a mantener las manos en los bolsillos, suspirar audiblemente, casi dramático, y estuve a punto de hablar cuando Alisha se unió a la reunión.

Bueno, ya estaba todo Cerbero.

—Lindo día, ¿eh? —comenté bastante por arriba, en voz suave, tragándome la gracia de que la rubia se le tirara encima al tipejo como si nada—. Hablando de planes, Katty-chan... ¿qué pensabas hacer por tu cumpleaños~?

Le dediqué una sonrisa juguetona mientras recostaba la espalda en la reja, junto a los otros dos idiotas pero de pie.

 

Aaron me regresó el saludo con un gesto, sin más, y yo no planeaba molestarlo más hasta que no tuviese todo el plan montado. Dunn lo miró apenas por encima, solo porque recordaba haberlo visto cuando lo de Daute y la compra de hierba.

Bastaba un grito, un solo ladrido de una de las cabezas para que las otras dos se despertaran y se pusieran en acción, lo sabía yo bien. El inglés nos había seguido sin más, apenas un momento después de que estuviéramos todos arriba había aparecido también Alisha y para desgracia del huraño ansioso que era Cayden, la rubia le cayó encima y lo hizo reaccionar como si le hubieran soltado un latigazo en la palma de la mano.
Se tensó con anticipación pero fue cuando sintió el peso de su cabeza que pareció que un escalofrío le corrió todo el cuerpo, se hizo a un lado apenas para que la otra no fuese a pegar la cabeza contra el piso y cuando se aseguró de eso se enderezó de golpe, como un puto resorte.

—¿Pero qué son esas jodidas confianzas? —gruñó y el acento le salió tan pesado que supe que había pensado directo en su inglés irlandés antes de pasarlo a japonés. Nunca lo había visto ser tan brusco, la verdad, pero debía sentirse putamente acorralado.

Lo pasé bastante por alto, que de todos modos el chico dejó el resguardo de la reja para poner distancia de todo Cerbero prácticamente. Atajé a la pregunta del inglés mientras me sacaba la cajetilla del bolsillo de la falda y luego el mechero de debajo de la camisa, entre el sostén.

—¿Que qué planeo? —Me llevé el cigarro a los labios, lo encendí y no le respondí hasta haberle dado una buena calada—. I'm about to steal your masquerade, babe.

El humo me salió por la nariz y giré el rostro hacia el pelirrojo, que tenía cara de que se lo estaba llevando Satanás todavía, y le sonreí con malicia antes de girarme a los otros dos idiotas de nuevas cuentas.

—Don "no me toques" aquí presente es Cayden Dunn, no tendrá la pinta pero es bueno con los negocios que usualmente nos interesan. —Otra calada—. Querías entregar invitaciones, ¿no es así, Joey? Este es tu hombre, nadie se dará cuenta quién cojones la dejó ni cuándo.

—¿Cuánto? —preguntó entonces Dunn, sacándose la cara de culo solo para tomar una seriedad diferente, bastante más centrada.

Huh, a business boy, right?

—¿Perdona, Swallowtail? ¿No estabas ocupado lloriqueando porque una chica te puso la cabeza en la pierna? —Por la resina de sus ojos cruzó una chispa de algo parecido a la ira.

No somos tus seguidores de la calle, cariño.

We're the fucking kings and queens.

—¿Cuánto dinero, Akaisa? —repitió, brusco.

—Ya veremos~ —Eché el humo en su dirección, soltando una carcajada justo después—. Si haces bien te daré permiso para sumar tu cumpleaños, cielo. Cumpliste en enero, ¿no? ¿No quieres una bonita fiesta tú también?

Vamos, muerde el anzuelo.

Lo quieres, ¿cierto? Las miradas, todas... Incluso si no sabes cómo lidiar con ellas.

Inhaló aire con fuerza.

—Los escucho —dijo entonces, pasándose los dedos por el puente de la nariz—, pero no quiero planes de mierda.

—So rude, Cay-kun~

 

Que el pobre diablo se tensase de esa manera al dejarme caer sobre él al menos sirvió para despertarme por completo, que iba a hacer falta en realidad. No le dije nada de buenas a primeras, ni siquiera cuando se me vino encima con ese acento pesado.

—Geez~ Chill, red —murmuré, estirándome con los brazos hacia arriba—. Que aún no te he comido~

Me puse en pie, limpiándome la parte trasera de la falda, y aproveché que Joey se había colocado por ahí también para colocar la mejilla sobre su hombro, restregándola un poco antes de dejarla quieta. Al final del día no dejaba de ser esa zorra tan básica, ¿verdad? Y el simple hecho de haber conseguido echar un polvo por la mañana ya me había ayudado a lanzar todo el asunto del moreno un poco más al fondo de mi mente, haciéndome actuar como si nada de nuevo a su alrededor.

Deslicé la mirada desde Kat hasta el otro chico que estaba ahí comiendo y luego giré un poco la cabeza para mirar también al pelirrojo, todo mientras seguía escuchando a la chica con una sonrisa. Los que parecían más inocentes siempre acababan siendo los peores, ¿verdad?

>>¿Eh~? Cuanta gente mayor tenemos por aquí. Y tu cumple es la semana que viene también, cariño~ Voy a tener que llevar una tarta o algo.

Bueno, bromas aparte, después de soltar aquello me incorporé nuevamente y me crucé de brazos, levantando solo uno para mostrar el puño cerrado delante de mi rostro.

>>Vale, so Mr. Don't-Touch-Me se encarga de las invitaciones, ¿podría también hacerse con las llaves? Si es tan sneaky como dices~ —nombré, levantando un dedo con cada cosa que mencionaba—. ¿Cuándo quieres hacerlo, Kitty Kat? Tu cumple cae en sábado, ¿no? But you decide~

 

No tenía que hacer demasiado esfuerzo mental para saber la forma en qué se movían ese trío de cabrones, había bastado ver a Akaisa guiar la marcha y al otro chico siguiéndola para que quedara claro, por supuesto, cuando exigió mi presencia en la mierda me chamuscó bastante el cerebro de manera que no pude seguir prestándole la suficiente atención a cómo se desenvolvían los tres, mucho menos cuando la otra me cayó encima.

No era que yo me pasara las normas de la escuela por el culo de forma evidente, pero en definitiva no me gustaba sentirme mandado por un trío de putos cabrones como estaba viendo que eran aquellos y aunque sabía que podía llegar a lidiar con cada uno por separado, a mi manera y todo, con los tres juntos estaba demasiado atado para mi gusto.

Quita, Akaisa.

No pienso compartir reflector con nadie.
​

Comparte el tuyo con tus jodidos cómplices nada más.

Le dirigí una mirada a la rubia de soslayo, soltando una suerte de bufido ante su comentario y pasé de ella como un jodido campeón, al menos fue así hasta que preguntó si podía hacer también el trabajo de sacar las llaves que asumía estaban en la oficina de la directora y seguí pensando en inglés, ni idea de por qué.

—I'm not gonna-

—No vas a hacer nada que pueda implicar terminar en la dirección de forma tan directa, ¿correcto?

—Tengo algunas apariencias que guardar y eso, no todos anunciamos con bombos y platillos que nos pasamos las normas las putas normas por donde no da la luz, ¿sabes? Busca a otro de tus zorros para esa mierda.

—Actually, la gringa no me dio tiempo de llegar a eso. —Le dio otra calada al cigarrillo y lo extendió hacia mí, vete a saber por qué y negué con la cabeza. No era muy dado a fumar tabaco de por sí—. Ya tengo también al idiota para eso, para no poner en riesgo el culo de Joey de nuevo.

—¿Quién fue tan estúpido para aceptar?

—Maze.

—Joder, pedazo de imbécil. ¿Qué más tiene encargado? ¿Y qué mierda planean? Tengo un montón de piezas sueltas y eso me jode, que lo sepas.

—Venga, nos queremos montar una mascarada digna de un jodido imperio, eso es todo lo que necesitas saber. Maze tiene que conseguir las mierdas para decorar y ya. El resto es tu trabajo, pelo de fuego, porque también necesito que consigas a alguien que las diseñe porque mira me da pereza hacerlo yo. ¿Alguna mastermind en mente, cielo?

—Kind of —solté de mala gana.

—Fair enough. Bien, con eso estipulado me da igual hacerlo el viernes aquí o tirar la casa por la ventana y hacerlo es sábado. Que como dice la gringa, tenemos otro cumpleaños más importante que cubrir~ Así que escucho ideas, Cerbero, o seguiré haciendo todo el trabajo sola.

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huh, se le están saliendo unas four vibes rarísimas a esta criatura tanto aquí como en Pokémon y no sé qué está pasando but im in

 

El colorado al final saltó como un resorte tras recibir el peso de Alisha encima y llegué a tragarme la risa de pura casualidad, aunque tuve que contenerla en mi boca y bueno, el sonido ronco que vibró en mi garganta fue más que evidente. Tampoco me importaba demasiado. Había estirado un brazo para enganchar los dedos en un agujero del entramado de la reja, prestando atención al intercambio en silencio. No tenía nada que objetar ni agregar, ciertamente, confiaba en el culo perfeccionista de Katty-chan y sabía que tenerla en la bolsa me quitaba la ladilla de organización de encima~

Alisha aprovechó mi posición para pegarse a mi hombro. Desvié mi atención momentáneamente de Dunn, que parecía un gatito enjaulado, para observar a la rubia de reojo y sin mayores complicaciones me solté de la reja para echarle el brazo encima.

—Indeed —murmuré en respuesta a la mierda sobre mi propio cumpleaños—. ¿Vas a tratarme de senpai, Ali-chan~?

No dije nada con respecto al tópico central, mantuve la sonrisa de cabrón pegada al rostro y negué suavemente, encogiéndome de hombros junto a un suspiro casi teatral.

—Qué podría hacer yo que supere las ideas de Katty-chan, ¿verdad? Confío en tu juicio, linda, sé que no vas a decepcionarme~

Seguí con mi sándwich y la música, viendo bastante porque sí que la reunión en aquella esquina de la azotea atraía gente como abejas a la miel. Reconocí a Alisha, al imbécil de Wickham y a Akaisa junto a un pelirrojo, además del muchacho original que, la verdad, no pintaba nada. Le di un sorbo al agua y disimuladamente pausé la música porque qué se yo, era una chusma de mierda y era gente que conocía. Tampoco despedían vibras de tratarse de una charla casual, sobre las clases y el clima.

El ojo afilado de la calle, quizá.

Cuando me fijé en el móvil justo me entró una llamada, así que desenchufé los cascos, los dejé en mi cuello y me llevé el aparato a la oreja.

—Ya creía yo que te habrías muerto o algo —solté, en un tono bajo y ligeramente grave.

—Me escribiste a las dos de la madrugada, Hiradaira, y a veces yo también duermo de noche, ¿sabes?

El Krait.

—Acostándote temprano y llamando en vez de enviar audios, te estás poniendo viejo.

Seguí balanceando los pies sobre el vacío, me sentía como un vigilante invisible o algo así ya que nadie me llevaba el más mínimo apunte. Detallé cómo Alisha se acomodaba encima del pelirrojo y éste pegaba un salto de completo pánico. Su reacción me arrancó una sonrisa floja, algo burlona. Tenía la oreja dividida entre la voz del Krait y lo que alcanzaba a oír de la conversación entre silencio y silencio.

—¿Qué te digo? Siempre estuve tachado a la antigua. Tiene cierto encanto.

—Si tú lo dices~ ¿Y bien? ¿Supongo que tienes algo para mí?

Había que ver las confianzas que me tomaba y la normalidad que nos echábamos encima luego de la mierda que le había soltado sobre Kakeru la otra noche y cómo él reaccionó. Pedirle un favor al Krait, del calibre que fuese, sabía que tenía sus riesgos. Quizá me estaba resguardando demasiado en la estupidez de ser su ex cuñada o qué se yo, tampoco creía haberle solicitado que me bajara la luna.

—Claro, pero igual me da mucha curiosidad~ Pensé que siempre te manejabas con Ishikawa, ¿a qué viene la traición?

Me mofé, siguiendo los movimientos de Cerbero como quien no quiere la cosa. ¿Parecían estar organizando un evento o algo así?

—Cosas mías —resolví, no fue tajante pero sabía bastaba para que Hayato dejara de meter las narices—. ¿O también quieres que te cuente qué estoy almorzando?

Oí su risa al otro lado de la línea, fue floja y grave. Luego suspiró y pareció echarse en un sofá, silla, cama, lo que fuera.

—Bueno, estás de suerte, Hiradaira. Te tengo a alguien de confianza que encima puedes contactar sin mover el culo. —Esperó un poco para aclarar la cuestión, aunque tampoco pregunté—. Va al Sakura, a tercer año, recién transferido. Seguro lo reconoces en un dos por tres, tiene una cabeza rojo fuego que te cagas. Si le dices que vas de mi parte no te pondrá pegas.

Alcé levemente las cejas, cruzando las piernas, y deslicé mi mirada hasta fijarla en el coloradito nervioso de la reunión mafiosa. No es que fuera el único pelirrojo en toda la escuela, pero sentí cómo las piezas caían en su lugar y el resto fue por demás curioso, cuando la voz del Krait se solapó con la de Katrina.

—Responde a Swallowtail.

¿Perdona, Swallowtail?​

Me relamí, ni idea por qué ni desde cuándo le había robado esa expresión a los lobos más cagados de la calle, pero lo hice y en mi pecho reverberó una risa baja.

—Pero bueno —murmuré, sedosa—, sí que es mi día de suerte~ Gracias, Krait, luego te cuento si el niño colaboró o me mordió la mano. Que tengas lindo día~

Estaba segura que Hayato se las había apañado para reflejar mi expresión al otro lado de la línea, su tono de voz, aquel ronroneo grave, lo delató a vivas voces.

—Para servirle, señorita. Disfruta tu almuerzo~

Colgué la llamada, dando con los mensajes de Altan, y me encargué de responderle antes de dejar el aparato a un lado.

Vale~
Gracias, cariño

Si ya se me había pegado el mood de mierda y todo. No volví a conectar los cascos, de hecho me los quité para depositarlos encima del móvil y entoné un silbido agudo, buscando llamar la atención del grupito de allá. Recargué las muñecas al borde del techo, aún cruzada de piernas, y una sonrisa cagada me decoró el rostro al alzar la voz.

—Eh, ¿se reservan el derecho de admisión? ¿O puedo integrarme al comité de organización~?

 

Levanté las manos en señal de inocencia cuando Katrina dijo que no le había dejado llegar, murmurando un "sorry, sorry~" bastante burlón. Igual luego me sacó una risilla saber que había mandado a Maze a encargarse de eso, porque de alguna extraña manera sentía que le pegaba el trabajo.

Observé el nuevo intercambio entre Kat y el pelirrojo un poco sin seguirles el hilo, a decir verdad, porque parecía que la jodida lo tenía todo ya organizado. Que, quiero decir, lo verdaderamente interesante de todo estaba siendo ver a Katrina siendo tan bossy y organizando todo sin despeinarse un pelo. En definitiva, era una muy buena adquisición para un par de estúpidos que solo tiraban ideas a lo loco.

Iba a responderle algo más a la morena cuando sentí el brazo de Joey por encima, dejándolo hacer sin mayor complicación, y mi atención acabó centrándose en él de nuevo. A ver, ya se sabía que me distraía con facilidad, ¿o no? Me eché un poco más sobre su cuerpo y solté una risa baja en el proceso.

—¿Wickham-senpai~? —murmuré, arrastrando las sílabas al pronunciarlo—. I mean, if that turns you on...

Me corté a mitad de frase, sin embargo, al escuchar el silbido aquel agudo y giré la cabeza hacia el lugar de dónde parecía proceder. ¡Pero bueno! Si era bubblegum girl, ¿cuánto tiempo llevaba ahí? Ah, seguro que había escuchado toda la conversación o algo. No es que importase pero qué gracia.

>>¡Ah! ¡Anna-chan! —exclamé, repentinamente energizada—. ¡Claro que puedes unirte! Nos vendría bien la opinión del sector joven, claro que sí.

Me llevé las manos a las caderas y asentí un par de veces con la cabeza, completamente seria. Como si no hubiese soltado una tremenda estupidez y no hubiese decidido dejar a la chica meterse sin ni siquiera dignarme a mirar si a los otros dos les parecía bien.

Pero así éramos.

>>So which is better, Bubbly? ¿Viernes o sábado?

Total, Joey tenía razón, ¿qué otra cosa podríamos hacer en comparación a lo que ya había decidido o podría decidir Katrina? Además, yo siempre había sido más de adaptarme a los demás para gustarles, así que cualquier cosa me funcionaba. Mientras hubiese alcohol de por medio, como si acabábamos bailando vals en mitad de la calle.

 

No había nada que un par de cabezas pudieran aportarle a Katrina Akaisa, obviamente, si hablábamos en términos de organización Akaisa era el cerebro del perro, los otros dos bueno... ¿Qué cojones eran? ¿La carisma? Eran los que soltaban las ideas al puto aire para que la otra les diera forma, más caóticos si se quiere, algo menos predecibles y volátiles.

Joder, me estaba hartando solo de tener que hacer el esfuerzo de lidiar con un trío de ese calibre.

A plena luz del día.

—Bien, bien —respondió la otra a las palabras del chico—. Pues eso sería todo por los momentos, supongo.

Con el jodido cerebro frito como lo tenía había pasado por alto la presencia de pelo de chicle, la chica que había visto con Sonnen el día anterior y me sonaba de alguna parte. ¿De dónde mierdas? Dios, a ver, que alguien me reviviera las neuronas.

La rubia prácticamente se le fue encima a la enana, Katrina no lo hizo pero sí que sonrió con suficiencia mientras arrojaba la colilla del cigarro al suelo para pisarla con la punta del zapato. Me hacía una jodida gracia que ambas fueran del mismo tamaño, Dios, que vamos no era ningún titán pero entre el inglés, la gringa y yo esas parecían oompa loompas.
Fue lo único que medio me sacó la tensión de encima, ese pensamiento estúpido.

—Un poco sin gracia que no pudieras enterarte del evento como se supone que debías hacerlo, pero no seré yo quien te eche, Anna —atajó Katrina.

—Bueno —comencé—. ¿Me puedo largar ya o qué?

—¿Hmh? Como quieras, Cayden.

 

La primera en reaccionar fue Alisha, me concedió una sonrisa tan fresca que me contagió parte de su energía. Bajé del techo de un salto limpio, como si fuera un puto mono o similar, y troté hasta su encuentro.

—Senpai~ Recuérdame que te debo un zumito aún, ¡no me gusta andar con deudas!

Eh, qué puto chiste.

En sí nadie se opuso a mi presencia, Joey no reaccionó con la efusividad que podría haber anticipado aunque tampoco me interesaba realmente, siendo honesta lo prefería así, más calmadito y menos imbécil. A ver, dudaba que lo imbécil se le fuera de alguna manera pero calladito resultaba tolerable. ¿Y a qué venía el pedazo de desagrado, de todas formas? Porque en serio, no me lo tragaba desde el minuto que le puse el ojo encima. ¿Había sido por las pintas de depredador con las que le rondaba a Jez? ¿Porque me recordaba a Kakeru?

Vete tú a saber.

Solté una risa corta por la mierda del sector joven, hablaban como si fueran putos ancianos y sólo me llevaban un año de vida. La pregunta de Alisha no se hizo esperar y lancé los ojos al cielo, analizando las posibilidades.

—Hmm, por mí mejor el sábado, que el viernes trabajo y todo eso pero ¿no planeaban hacerla aquí, como la de la azotea? ¿Podríamos un sábado, en ese caso?

Ah, pero había que vernos charlando tan tranquilos sobre violar propiedad privada. Tan lindos.

No había estado muy al tanto de los detalles de la conversación, Cayden había empezado a irse mientras hablaba y supuse que su rol en todo este plan infernal era lateral o como mínimo menor. En definitiva él era lo que más me interesaba del grupo así que apenas acabé la idea giré medio cuerpo.

—¡Oye, tú! —lo llamé, para que se detuviera más que otra cosa, y me regresé a su encuentro.

¿Me sonaba, ahora que le prestaba algo más de atención? Eh, sí, ¿no era el pelirrojo al que Altan le había hablado ayer, en el patio? Ese que llevaba la chaqueta como si anduviera dispuesto a rostizarse. Me daba algo de gracia la forma en que las piezas iban cayendo, se acomodaban y revelaban una imagen de lo más cagada, pero que conservaba todo el puto sentido del mundo.

Estábamos condenados, ¿no?

Y los pasillos del infierno dicen ser angostos.​

Le concedí una sonrisa al llegar frente a él, me acomodé la coleta y enterré las manos en los bolsillos del blazer.

—¿Te robo un segundo? —murmuré, no sonaba tan jodidamente sedosa como solía hablarle a los imbéciles de mala monta pero tampoco me alejaba demasiado—. El Krait me comentó que podrías ser mi chico~

Bonita ambigüedad, Anna.

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ola ke ase ligándome a todos los pelirrojos de pau o ke ase

Alisha siquiera hizo ademán de rechazar el contacto, claro, ¿era siquiera posible? Su respuesta a mi estupidez me arrancó una risa baja y me encogí de hombros, jugueteando con sus hebras doradas entre los dedos que mantenía relajados encima suyo.

—Eh, ni idea. Cuando lo probemos te cuento.

Lo siguiente que llamó mi atención fue el silbido de Anna. Yo ya la había visto pero ni idea, no me esperaba que fuera a integrarse entre nosotros así como así. ¿No éramos una manada de senpais y ella de segundo? ¿No tendría que sentirse, al menos, mínimamente intimidada? Cielos, pequeña, nos dejas en ridículo~ Como fuera, tampoco me apetecía molestarla ni nada y sólo dejé que la cosa fluyera, que Alisha se le fuera encima, Katrina la recibiera y demás. Para cuando se fue detrás de Cayden tampoco me pregunté qué podía llegar a interesarle del coloradito, su conversación no alcanzaba nuestros oídos.

—A mí también me parece bien el sábado~ —murmuré, alternando mi mirada entre las chicas, y un poco porque sí avancé hasta acuclillarme frente al cachorrito de Akaisa—. ¿Qué dices, perfecto desconocido? ¿Viernes o sábado~? Ya te tragaste de gratis hasta la última coma de nuestros planes así que bienvenido al barco, camarada.

Le concedí una sonrisa extraña, entre sedosa y amenazante, como si pretendiera decirle abres la puta boca y eres hombre muerto, imbécil.

Eh~ Sí que seguía algo furioso en el fondo.

 

Esperé casi con paciencia por la respuesta de la chica, que tampoco fue que se hiciera esperar demasiado en realidad. En rasgos generales era normal que a cualquier persona la viniera mejor un sábado que un viernes, a mí me daba bastante igual cualquier día porque bueno, era una jodida niña rica, no tenía que trabajar luego de la escuela ni nada y si me pegaba la fiesta de mi vida el viernes, a alguna hora del fin de semana me ponía al día con la escuela.

—Anotado, bubbly.

No es que me fuese a escuchar, la chica parecía fijada de repente con Dunn y casi tuve lástima del pobre estúpido, que encima de aguantarnos a nosotros ahora tendría que soportar a la chiquilla también. Joey se sumó a lo de que el sábado estaba bien y antes de que pudiese reaccionar, el jodido cabrón ya había ido a acuclillarse frente a Aaron.

No fruncí el ceño como tal, pero sí que se me afiló algo más la mirada mientras lo observaba. Si le hubiera visto la sonrisa directamente era posible que le hubiese saltado directo al cuello, sin dudar ni un segundo, aunque no era más que un jodido tanuki. Para gracia mía Aaron obviamente reaccionó, se levantó con tremenda cara de culo y puso algo de distancia.

—Eh, vamos, cielo. —Avancé entonces hasta estar más o menos a la distancia que había quedado Joey—. Preguntamos para saber qué día cae mejor y saber quiénes podrían llegar, nada del otro mundo es... como una encuesta.

Estaba tratando de arreglar la cagada del inglés, obviamente. Confiaba en que Aaron al menos estaba algo más acostumbrado a mí que a él.

>>Digo, sería bueno verte en mi fiesta de cumpleaños~


Había decidido largarme luego de recibir la respuesta de Akaisa, ir al patio norte y tomar algo de aire aunque fuese, de hecho estaba a un paso de dejar la azotea cuando alguien llamó mi atención, la chiquilla del pelo de chicle y me detuvo en seco. Inhalé aire con algo de fuerza al ser consciente de que al parecer esa reunión de mierda no había terminado.

Le regresé una sombra de sonrisa casi por pura educación y esperé por lo que sea que tuviese que decirme y aunque parecía no estar alcanzando el nivel del que era capaz, sí que noté el cambio de voz. Vamos, como si no las conociera yo bien a algunas jodidas.

Pelo de chicle.

Con Sonnen.​

Holy fuck, this can't be healthy.

El Krait.​

De eso era entonces, la cabrona chiquilla era de Shinjuku. Debía haber visto la coleta teñida en la estación o algo alguna vez, lo daba casi por sentado, pero vete a saber igual estaba delirando.
Solté el aire que ni me había dado cuenta que estaba conteniendo y posé la vista en sus ojos, con algo más de decisión si se quiere.

—Pues el Krait sabe que solo sirvo para tres cosas, bonita. —Joder, que me había tirado de cabeza en el business mode, por amor a todo lo que era sano y bueno. Casi sentí la mirada de Sonnen atravesarme a pesar de que ni sabía dónde cojones estaba, pero negocios eran negocios—. Así que voy a necesitar que seas algo más específica.