Explícito Aventura Souls: La batalla de los reyes.

Tema en 'Fanfics sobre Videojuegos y Visual Novels' iniciado por AshenKnight, 27 Febrero 2020.

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    AshenKnight

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    26 Febrero 2020
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    Escritor
    Título:
    Aventura Souls: La batalla de los reyes.
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    13
     
    Palabras:
    5413
    Advertencia: Esta es una historia basada en la trilogía conocida como "Dark Souls". La gran mayoría de los personajes y elementos presentados aquí no son de mi propiedad y pertenecen al genio creador Hidetaka Miyazaki, presidente de Fromsoftware. Esta historia contiene partes de mucha violencia tanto física como verbal, no recomendado para menores de 16 años, se recomienda discreción.

    Capitulo 7: Topos infiltrados

    Edward se encuentra reunido con el rey sin nombre debido a los recientes acontecimientos.

    —Lamento mucho que haya sido traicionado así, eso debió ser un duro golpe en tu moral—Le dice el rey para apoyar a su compañero.
    —Ya paso al menos, la general de los caballeros me informo que Sirris esta bajo arresto por haber colaborado con ese enfermo, desgraciadamente tanto el como Hawkwood lograron escapar sin casi ningún rasguño.
    —Vaya, esto esta grave.
    —Por esto te pido posponer nuestro asalto, aparte de ir a darles caza, debo entrenar a mi guardiana, ella ya no puede ser mas una mujer indefensa y yo debo hacer algo.
    —Yo te entiendo muchacho, y bueno, puede ser un movimiento muy arriesgado, pues mi padre podría volver a enviar un ataque contra ustedes, pero a la vez seria algo muy bueno.
    —Estaremos bien, sabemos defendernos entre todos y mi guardiana, con el arma que es capaz de usar, se convertirá en una guerrera de temer.
    —Eres un luchado formidable, por lo que no dudare de tu capacidad de enseñar, adelante, informare a mis hombres de esto y tendremos un plazo considerable para que tu cumplas tu misión y entrenes a tu chica.
    —Mi más sincero agradecimiento su alteza, por comprender nuestra situación.
    —No hay problema, pero ya no podremos alargar esto más.
    —Lo se, solo se alargara por esto.
    —Estén alerta por cualquier movimiento sospechoso, quien sabe cuántos mas topos podría mi padre estar contando con.
    —Ellos estarán bien, tu prométeme que Eygon se encontrara seguro en tus filas.
    —Se ve que es todo un luchador, por lo que aseguro que estará bien, ahora tu también promete que cuidaras de Solaire y Ricard.
    —Por supuesto, aunque no podemos asegurar quienes sobrevivirán y quienes no.
    —Es una triste afirmación, pero habra qué hacer lo mejor para que al menos no suceda mucho.
    —Agradezco que nos hayas avisado y no simplemente no presentarte.
    —Bueno, me temo que mejor me retiro, recuerda el reino que debo mantener.
    —Sin problemas, yo también volvere a lo mío.
    —Entonces nos vemos pronto, cuídate Edward.

    El monarca abandona el sitio luego de la informativa reunión. Edward suspira aliviado de haber informado su problema y se dirige a entrenar a su chica.

    —Es hora de entrenarla, me llenara de orgullo volverla toda una luchadora.

    El espadachín llega hasta su hogar el cual esta algo mas arreglado después de el enfrentamiento entre 3. Su guardiana quien ya tiene la armadura puesta lo recibe con un abrazo amoroso.

    —Un gusto que hayas vuelto, no puedo esperar a mi entrenamiento.
    —Anri y Siegward llegaran pronto para asistirnos, pero por ahora podemos empezar nosotros.
    —Me parece genial, ya aprendi algo sobre la postura correcta.
    —Haber, dame una demostración de ello.

    La guardiana mantiene una pose con su arma cerca del hombro, a pesar de ser buena, necesita algo de practica.

    —Esta muy bien, te felicito, ya podemos pasar a los primeros ataques básicos.
    —¿Cómo podría empezar?
    —Tu espada a pesar de su peculiar forma de espiral sigue siendo bastante cortante y efectiva, desde ahí tienes una corte que puede dirigirse al cuello de tu rival. Aquí la demostración.

    Edward desde la pose similar a la de su guardiana realiza un corte horizontal.

    —Intentalo.

    Lo mujer imita a Edward aunque se nota qué le cuesta un poco.

    —Esta bien, pero le falta algo de potencia y concentración. Dale otra vez.

    La guardiana realiza el mismo movimiento, sin embargo este genera una onda de brasas que le da mas rango al ataque.

    —Wow, eso fue extraño—Alega la chica sorprendida.
    —Es la especialidad de tu arma, canaliza el poder de la llama para el ataque, por eso también requiere concentración.
    —Es un arma muy curiosa.
    —Definitivamente, pero no nos desconcentremos.
    —Sigamos mejor.
    —Te enseñare a contraatacar, hazme el golpe que ya aprendiste, tranquila ni tu ni yo saldremos heridos.
    —Esta bien, aquí voy.

    La guardiana realiza el mismo corte horizontal. Edward detiene el ataque con fuerza haciendo que su chica tiemble un poco por la vibración.

    —Como vez, lo mejor es siempre contraatacar con las partes mas inferiores de la espada, pues hay mas fuerza acumulada.
    —Se nota, sentí un temblor muy intenso.
    —Es normal que la espada vibre así, el objetivo es romperle la postura a tu oponente. Inténtalo tu ahora.
    —Bueno, pero no le des tan fuerte tampoco.
    —Voy a medir mi propia fuerza, no te preocupes.

    Edward realiza un corte similar. La guardiana lo bloque efectivamente y genera chispa con su espada.

    —¿Lo vez? Lograste incluso para mi propio mandoble.
    —Magnifico, esto me empieza a gustar mucho mas.
    —Espera a cuando consigas practica y caerás enamorada del arte de la esgrima.

    La puerta principal suena.

    —Vaya, espero que sean ellos, así te enseñaremos mejor sobre esto.

    Edward abre y se encuentra con Anri y Siegward.

    —Ya era tiempo, por poco pensé que se habían fugado a tomar y disfrutar—Bromeo el latente entre risas.
    —Por supuesto que no, tenemos una tarea muy importante hoy ¿Verdad?—Pregunto al caballero cebolla.
    —¡Claro que sí! Tenemos que enseñar a vuestra hermosa doncella como blandir una espada.
    —Tan entusiasmado como siempre, oye muchacha ¿Y Parches?
    —Estábamos con el por la plaza, pero decidió mejor no interferir con el entrenamiento así que se quedo comerciando.
    —Te veo muy pegada a el eh, no estarás interesada en la enigmática hiena de Lothric ¿Cierto?
    —No digas sandeces Edward—Declara Anri mientras ríe un poco—simplemente me cayo mejor de lo que esperaba, es muy interesante al tratar temas y muy astuto tanto hablando como peleando.
    —Bueno, mejor dejémonos de bromas y pasemos a lo que nos incumbe.

    El trio se dirige con la guardiana quien se ve afectuosa de verlos.

    —Un gusto volver a verlos, honorables y valientes caballeros tanto de Catarina como de Astora—Manifiesta la mujer.
    —Nos alegra que este de mejor animo, luego de semejante suceso que mejor no recordar—Responde la chica.
    —Mis más sinceras disculpas por haber estado ahí señorita guardiana, me encontraba en otros asuntos y no supe nada de lo que sucedía—Declara Siegward algo apenado.
    —No se preocupe honorable caballero, nosotros tampoco vimos venir semejante suceso.
    —Al menos ya esta mas u menos resuelto.
    —¿Y tu ya le enseñaste algo sobre el esgrima?
    —Por supuesto, ya tiene una postura decente y movimiento básico.
    —Debería utilizar un escudo, no por que yo lo haga, sino por qué es una medida recomendada para novatos.
    —Anri tiene razón cariño, debes usar un escudo por ahora, hasta que aprendas a esquivar apropiadamente.
    —Vale, me gusta la idea.
    —Vamos a divertirnos todos con tu entrenamiento.
    —Dare lo mejor de mi ¡Se los prometo!
    —Muy bien, es hora de empezar.

    La escena cambia a la General quien esta dirigiéndose a la mazmorra de Irithyll junto con un plato de comida. La mazmorra en cuestión esta llena de gente con aspectos terribles y decrépitos vigilados por los caballeros carceleros. Esta se dirige a una celda donde se encuentra encerrada Sirris. La mujer le entrega la comida.

    —Mas te vale adaptarte a estos menus, sera lo único con lo que te alimentaras por un tiempo.
    —Sera mucho mejor estar aquí, ver su derrota no sera tan doloroso al menos.
    —No estes tan segura de eso niña, el presumido de tu señor simplemente se escuda con sus caballeros, aparte conociendo a todos los involucrados, tienen una victoria casi segura.

    Sirris comienza a reír de manera maliciosa.

    —¿Que es tan gracioso?
    —Ustedes no tienen idea de lo adelantados que estamos ante ustedes.
    —¿Que quieres decir?—Pregunta la general enojada.
    —Anor Londo siempre fue como una madriguera, criamos a varios topos para luego mandarlos a recolectar, en este caso, valiosa información de batalla.
    —¡Calumnias! Solo haces un patético intento por asustar.
    —Cree lo que te plazca, pero no esperes un futuro brillante para tus ciudadanos y tu tierra.

    La mujer ahorca a la prisionera por el enojo.

    —¡Más te vale estar mintiendo!
    —No te servirá de nada ponerte en ese carácter, los topos seguirán dispersos, algunos incluso dentro de tu orden de caballeros—Revela con dificultad por la asfixia.

    La general la suelta y se nota su preocupación.

    —¿Realmente crees que un grupo de caprichosos, conflictivos y cobardes podrá contra el poder de la ciudad de los dioses? Considéralo una advertencia

    La mujer se retira rápidamente de las celdas mientras hace aun lado a los carceleros quienes la miran confundidos por el apuro.

    —"Si esta diciendo la verdad, entonces hay que evitar que al menos la mayoría de esa información llegue a Gwyn"—Piensa la mujer de velo para ella misma.

    El escenario cambia a Anor Londo, específicamente a los archivos del duque donde se encuentra Ingward junto con sus magos y nobles de Oolacile.

    —Se suponía que iba a pasar toda mi vida cuidando las ruinas de Nuevo Londo, pero ahora estoy básicamente reemplazando el puesto del Duque Seath—Cuenta el hechicero carmesí con tono orgulloso .
    —El dragon pálido era uno de los aliados mas poderosos del señor, espero que no arruines esa imagen—Advierte uno de los nobles.
    —No me han visto en acción, pero pronto lo harán, cuando esos rebeldes se acerquen a nuestra fortaleza y se atrevan a pasar.

    Gwyn entra junto con Shira y la caballero luna oscura en los aposentos junto con los hechiceros.

    —Señor, un honor verlos ¿Se le ofrece alguna encomienda o favor?
    —Solicito ver al sujeto Gael de inmediato.

    Los magos se quedan algo sorprendidos por el pedido tan inusual.

    —¿Perdón señor? ¿Va a tomar semejante medida tan temprano?
    —Debido al reciente fracaso de la cuchilla Sirris y nuestro lejano socio Leonhard, he llegado a la conclusion de que necesitamos medidas mas grandes para eliminar a esos molestos latentes. Así el caprichoso de mi primogénito no tendrá mas alianza con la que contar.
    —Entonces ¿Lo va a liberar?
    —Por supuesto, ya va siendo hora de usar la armas pesadas.
    —¿Quién sera capaz de controlar a semejante bestia?—Pregunta uno de los nobles.
    —Por si no lo notas, aquí mi leal verdugo Shira tiene una herramienta para ello—Afirma el viejo refiriéndose al hacha siniestra que esta posee.
    —La alma de la antigua niña a quien Gael seguía se encuentra aquí, el pobre loco pensara que es ella y obedecerá ciegamente—Explica la verdugo de Gwyn.
    —Interesante, creo que se trata de una de sus mas ingeniosas ideas honorable monarca—Manifiesta el encapuchado carmesí.
    —Muy halagador, ahora por favor llévame con el—Ordena el gobernante.
    —Sígame por aqui.

    Los 3 caminan por los corredores llenos de libros y artilugios curiosos que decoran los archivos hasta llegar a la zona de las jaulas, donde también se encuentra encerrada Yorshka. Esta ultima al verlos, decide disimuladamente ver que sucederá. Gwyn se pone cerca de una inmensa celda donde se encuentra encerrado un humanoide inmenso cubierto con una gran capa roja, una capucha del mismo color, armadura que se ve de un aspecto viejo y decrépito y un gran hoyo en el pecho del monstruo el cual esta encadenado fuertemente de brazos, piernas y cuello.

    —Aquí lo tiene, el antiguo caballero esclavo Gael, quien por haber devorado a los pigmeos termino así—Demuestra Ingward.
    —Shira, activa tu arma, veamos si esto funciona. Despiértalo por favor.

    El mago jala de una cadena la cual ahorca un poco a Gael para que despierte. Cuando esto pasa, el humanoide se pone agresivo y comienza a sacudirse en un intento fallido por liberarse.

    —Adelante, doma a semejante criatura—Propone Gwyn algo desafiante.

    Shira golpea su hacha contra el suelo, provocando que el cuerpo anclado en el se despierte y emita un grito sobrenatural. Esta se acerca a Gael y al hacerlo el se calma de manera algo repentina. Dentro de su quebrada cabeza, Gael cree ver a su sobrina, una niña de largos cabellos blancos, piel pálida como algodón y una tunica concho de vino quien el había adoptado tiempo atrás como si fuera su sobrina. Shira intenta ver si funciono del todo y le ordena.

    —Seguirás mis pasos de manera incondicional y obedecerás todo lo que yo diga sin importar que sea—Ordena la verdugo.

    Gael escucha estas ordenes con la voz de su amada sobrina por lo que le es imposible negarse o cuestionar.

    —Yo...yo te seguiré siempre, mi querida señora...—Afirma el esclavo con una voz grave y algo demoniaca.
    —Ahora tu rol sera de amo y esclavo. El te guiara hasta Edward, pues ambos son latentes y pueden encontrarse, pero tu tienes como darle ordenes mientras tengas en tu poder el crucifijo.
    —Lo entiendo mi señor, le prometo no fallar esta misión.
    —¡Ingward! Lleva las armas al exterior para proceder a liberarlo.
    —Si señor—Obedece el hechicero mientras se va.
    —Iras junto a la caballero de luna oscura, entre ustedes 2 lo van a atacar a el y a quien sea que lo intente defender.
    —Considérelo realizado.

    La escena cambia, esta vez con Gough el arquero y su amiga Ciaran, ambos se encuentra entre un grupo inmenso se caballeros plateados arqueros.

    —No puedo evitar tener inmensos recuerdos de la batalla contra los dragones al ver esta organización tan estratégica.

    Ciaran asiente con la cabeza de manera algo desganada.

    —¿Sucede algo? Este no es tu común estado de animo.

    La enmascarada suspira y se quita la mascara revelando su rostro.

    —Me siento rara, solo eso.
    —No seas tan cortante, soy tu aliado, puedes confiarme cualquier cosa.
    —Siento que no he estado haciendo las cosas bien, me he comportado mas como un animal que como una guerrera estos tiempos.
    —Explicate, así podré ayudarte.
    —Mate a ese ladrón casi que por puro gusto, mi trabajo era simplemente interrogarlos y encontrar a Edward.
    —Si ellos se resistieron entonces hiciste lo correcto.
    —Ni si quiera intentaban defenderse, solo huían, sin embargo en vez de capturarlo, solo lo mate como un monstruo...—Cuenta la chica con algo de remordimiento.
    —¿Y que es lo que tanto te aflige de eso?
    —No creo que eso sea lo que Artorias hubiera deseado de mi...el quería que fuera un luchadora, no un monstruo sanguinario.
    —Oh querida, no digas esas tonterías, el debe estar muy orgulloso de lo que te has convertido.
    —¿Como puedes asegurar eso?
    —Solo piénsalo, Artorias tuvo una muerte horrible e injusta, sufrió y agonizo mucho mientras estaba atrapado en el abismo...aparte que ni siquiera pudiste darle una sepultura decente a tu amado.
    —Es verdad ¿Pero que tiene eso que ver?
    —El antes de morir lo que realmente anhela es que alguien que vengue su horrorosa muerte y lo haga de manera cruel para que sientan lo que el sintió, solo tu eres la única quien puede vengarlo, no solo a el, sino a su tierno y valiente lobo Sif.

    Ciaran con una expresión de odio e ira recuerda momentos como cuando simplemente logro recuperar el colgante de su amado o cuando encontró que Sif, el único ser que amo realmente después de Artorias, muerto y con signos de que fue asesinado por alguien.

    —Esos humanos codiciosos fueron quienes mataron a Sif ¿Y todo para que? Solo por un colgante—Cuenta Gough de manera persuasiva.

    Ciaran sonríe de manera psicótica y malvada.

    —Tienes razón, creo que es hora de que prueben algo de su propia medicina.

    Bajo ellos se ve como unos caballeros arrastran a Gael con sus cadenas, mientras que son acompañados por Shira y la caballero luna oscura.

    —Vaya, parece que Gwyn empieza a tomar medidas drásticas, esta liberando a un monstruo que tiene pinta de ser toda una ola de caos.
    —Ni debería molestarse en liberar bestias, que sepa que pronto el único miedo que los humanos sentirán los humanos es tener mis trazadoras cortándoles las piel en rodajas y rodajas hasta quedar en carne viva—Recita Ciaran sin quitar su sonrisa del rostro y sin tomarse la molestia de voltear a ver a su compañero.

    La escena cambia con Shira y sus acompañantes quienes liberan a Gael y dejan caer tanto su espadón como su ballesta. Gael agarra ambos objetos mientras se desplaza de manera cuadrúpeda.

    —Todo esta listo señoritas, suerte en su deber—Dice uno de los caballeros plateados.
    —Aviase a Gwyn que ya partimos—Ordena la caballero de bronce.
    —Seguro, ya le avisaremos de vuestra salida.

    Las mujeres se retiran junto con el humanoide quien arrastra su gran mandoble que tiene las parte superior algo derruida mas un color rojizo. Varios días transcurren luego de ese suceso, nos trasladamos a Irithyll donde Edward esta reunido con la general de los ejércitos en el comedor de la mansión del la susodicha ciudad.

    —Y entonces eso fue lo que revelo, no lo revele antes por qué tenia que asegurarme de que no mentía y así no crear falsas alarmas.
    —¿Lo lograste averiguar?
    —Muchos de nuestros caballeros también manifestaron haber presenciado ciertas conductas algo sospechosas, nerviosismos, salidas sospechosas o incluso algunos quienes se solían trabar al hablar normalemente, por lo que cada vez mas siento que no esta mintiendo, dice la verdad.
    —Pues Sirris estuvo en tu reunion de estrategias para aquella batalla, si esa información llega a las manos equivocadas tendrías una situación desfavorable.
    —Y todavía tengo a ese maldito de Leonhard suelto.
    —Mira, dudo que Felicia decida colaborar, pero yo te ayudare a conseguir cualquier topo que intente recolectar datos de tu plan.
    —Supongo que usaran heraldos para esto.
    —Es lo mas probable, de aquí hasta la catedral hay muchísima distancia, estas a tiempo para evitar que lleguen a Gwyn.
    —Pero no tengo idea de como seguirles el paso, ese es el problema.
    —Yo averiguare eso hoy, te lo prometo, créeme que si nos importa tu integridad, pero nuestra princesa no desea involucrarse en una guerra.
    —Lo entiendo, ya no importa ¿Que harás entonces?
    —Voy a vigilar a ciertas personas que tengo algo fichadas, podría sacar la información de donde se dirigen esos heraldos, luego te avisare de todo y tú podrás planear algo.
    —Gracias por avisar y la ayuda, aunque realmente se me hacia raro que no intentase espiar nuestros asuntos.
    —¿Tienes gente para esa tarea?
    —Creo que se quienes pueden hacerla.
    —Yo también ayudare en ello, tratare de convencer a mi princesa para dejarme hacer esto, realmente no quisiera dejar que ese tirano destruya todo lo que has intentado construir.
    —Si lo logras, avísame y yo te reuniré con el grupo que tengo planeado, podrías tu ser una pieza clave en esto.
    —Perfecto, entonces tu vuelve a tus actividades, yo vendré con noticias cuanto antes pueda.

    Edward le estrecha la manos amistosamente.

    —Por cierto ¿que a sido de Sirris? A pesar de lo que hizo, con ella había una promesa de por medio.
    —Esta segura en una celda por colaborar en un intento de secuestro ¿Cual es la preocupación?
    —No es tanto preocupación pero yo le había prometido a su abuela quien ya debe estar descansando en paz que a mantendría segura, ahora esta en prisión.
    —No es tu culpa, ella eligió unirse a esa escoria, y todo por un mísero titulo de liderazgo.
    —Ni siquiera se lo merecía, colaboro con sus propios rivales.
    —Ya todo ocurrió, nada se puede hacer para revertirlo, al menos procura que este bien en prisión, con un milagro puede que se arrepienta durante ese tiempo.
    —Yo simplemente le serviré como carcelera, todo dependerá de ella.
    —De acuerdo, nos vemos pronto, general.

    La mujer le hace el saludo clásico de los generales pero esta vez como despido. Edward le responde de manera similar y ambos se separan. Mientras Edward pasea por la plaza de la ciudad abarrotada de gente, entre ellas se topa con su característico amigo Parches.

    —Vaya sorpresa, el mítico espadachín de Lothric—Exclama el mercader de manera amistosa aunque también burlesca.
    —A mi también me da gusto verte, aunque tenemos unas complicaciones.
    —¿Otro ataque orquestado por el viejo cascarrabias de Gwyn?
    —No exactamente, te lo explicaría, pero realmente hay que actuar rápido, necesito que me ayudes.
    —¿Que podrías necesitar del confiable Parches?
    —Tus habilidades, se que dije que lo mejor era no salirse de Irithyll para no correr riesgos, pero ahora es una necesidad latente, y tu eres alguien que se moviliza muy bien.
    —¿Quieres que vaya a conseguir algo?
    —A alguien mas bien, 2 personas ¿Recuerdas a Orbeck el mago y a Cornyx el piromantico?
    —Si, los que estuvieron en la pasada reunión ¿Verdad?
    —Efectivamente, ambos actualmente se encuentran en el camino de los sacrificios, donde tienen pequeñas academias.
    —¿Pero si no me reconocen?
    —Yo les mandare un mensaje a travez de mi señal, pero necesito que tú los guíes hasta aquí a salvo. Confío en ti—Confiesa Edward mientras los mira a los ojos directamente.
    —Entendido, yo los traeré aquí los mas pronto posible.
    —Gracias colega, nos vemos pronto—Le dice aceleradamente mientras va a su hogar.
    —De nada mi buen semejante—se despide el enigmático mercader.

    El escenario cambia a la casa de Edward, donde Anri junto con Siegward están entrenando a la Guardiana de fuego. Esta practica algo de combate contra la chica espadachín, a pesar de notables mejorías en su postura y velocidad, sigue fallando algunos golpes y dependiendo de su escudo.

    —No tienes malas bases, has mejorado mucho desde tu primer día, eso debe hacerte sentir orgullosa.
    —Esos ánimos me alegran mucho, aunque aun así debes admitir que cometo algunas torpezas en combate—Admite la mujer aspirante de manera algo avergonzada.
    —Eso nos pasa a todos los que nos adentramos en la esgrima ¡Con esfuerzo te convertirás en toda una maestra!—Exclama el caballero amistosamente.
    —Realmente no me interesa convertirme en una caballero de renombre o una leyenda, simplemente anhelo poder defenderme por mi cuenta y no depender tanto de Edward.
    —Y te ayudaremos a conseguirlo, pero todo lleva su respectivo tiempo—Le asegura la chica a la guardiana.
    —Bueno, este entrenamiento a sido genial ¡Se ganaron esto!—Exclama Siegward mientras ofrece unas bebidas alcohólicas a sus amigas

    Ambas toman a sorbos la bebida para refrescarse y calmar su sed.

    —Esta sabrosa esta bebida ¿Que es?—Pregunta la caballero.
    —Siegbrau, una bebida típica en las fiestas de Catarina, refresca la garganta después de cualquier situación.

    Edward entra algo apresurado a la casa, causando un poco de susto a los que están adentro.

    —¡Dulzura! Me alegro tanto de verte—Exclama la mujer mientras va a abrazarlo.
    —Un gusto querida, veo que tu entrenamiento mejor por día—Dice Edward aunque con un tono algo preocupado.
    —Tienes una cara de preocupación muy pronunciada ¿Qué ocurre?
    —Se los explicare concisamente, solo pediré que no se alarmen.

    Cambiamos de escena con la General quien se encuentra platicando con un caballero de su orden.

    —¿Nada sospechoso por ahora? Esto créeme que esto es más serio de los que parece—Pregunta la mujer de armadura plateada.
    —Hay una reunión de sujetos extraños por el callejón cerca de una de las galerías, nunca se le había visto juntos, por lo que seria bueno que le echara un ojo.
    —Bien, me encargare de ello—Le responde la general mientras se retira.

    Luego de un tiempo, la mujer llega hasta la ventana trasera de una vieja galleria de arte, donde a travez de la ventana se ven un grupo de personas reunidas.

    —Todo esta saliendo a pedir de boca, esos ingenuos no sospechan acerca de los mensajeros enviados a Gwyn para destapar su guerra por completo—Declara uno de los hombres.
    —¿Por dónde se dirigen? Debemos también llegar hasta ahí cuando la batalla comience—Pregunta otro de los sujetos.
    —Ellos deberían pasar por el burgo de los no muertos, donde pasaran un día para abastecerse y de ahí continuar hasta la catedral, les dimos mas que información suficiente para tomar ventaja.
    —Estas en lo correcto, los aplastaran como zapatos a insectos.
    —Bien, gracias por contarme todo chicos—Expresa la general susurrante para si misma.

    Esta se levanta y se va haciendo el menor ruido posible para no alertarlos. Un salto de varias horas nos traslada hasta el puente de Irithyll, donde Edward, Parches, Orbeck, Cornyx y la General se encuentran reunidos.

    —¿Osea que al final si han habido infiltrados aquí eh? Era de esperarse de semejante rastrero—Expresa el elegante hechicero.
    —Por eso los necesito, ustedes tienen habilidades de sigilo bastante desarrolladas, harán que todo esto sea un éxito.
    —No lo se Edward...ya te dije que deje mi carrera como asesino hace mucho, no me atrae volver a hacer un trabajo de esa categoría—Confiesa el muchacho.
    —Pero entiende que esto no es solo por mí, tu y tus estudiantes también correrían riesgo si Anor Londo triunfa.
    —Tienes un buen punto, creo que no estaría del todo mal hacer esto.
    —¿Tu que dices Cornyx? ¿Te apuntas?—Pregunta el latente.
    —Si, se oye como una misión interesante, solo explica a detalle—Responde el anciano.
    —Oye, si tu eres ciego ¿como rayos nos distingues?—Pregunta la general confundida.
    —No necesito visión, la llama guía mi camino y controla mis sentidos, renuncie a mi vista hace tiempo, no quieren saber como realmente—Asegura el piromantico.
    —Yo si lo supe y no es agradable de escuchar—Afirma el mago.
    —Pero no es momento para ello, dejemos que Edward explique nuestra tarea—Les replica Cornyx.
    —Según los datos recopilados por la general, los heraldos ahora mismo deberían estar por el burgo de los no muertos y la parroquia, ustedes deben atajarlos por ahí los antes posible, y que no lleguen a su destino.
    —Ustedes 2 también contaran conmigo, juntos lo llevaremos a cabo—Les notifica la mujer enmascarada.
    —Oye ¿y por que Parches no puede también venir con nosotros? Se nota que sabe moverse de un lado a otro—Pregunta Orbeck.
    —Parches junto con otras 2 personas tenemos asuntos propios, por eso los necesito a ustedes ahora—Informa Edward.
    —Vale, suena como lo apropiado para este momento—Admite el piromantico.
    —Mucha suerte afuera, tengan precaución y no se separen por nada—Pronuncia Edward con sinceridad y afecto.
    —Nos cuidaremos en grupo, una gran batalla todavía nos aguarda a todos, tenemos que estar preparados—Le responde el ex asesino.
    —Así es, por eso los necesito sanos y salvos queridos compañeros.
    —¡No te decepcionaremos Edward! Volveremos aquí listos para el combate final—Exclama el mago con entusiasmo.
    —Así se habla, nos vemos chicos—Despide Edward de manera noble mientras entre todos se dan un abrazo grupal amistoso.

    El grupo liderado por la general se retira por el puente principal de la ciudad. Por otro lado Parches y Edward se quedan hablando un rato.

    —¿Nosotros que ahora?—Pregunta el mercader.
    —Creo que mi guardiana tuvo entrenamiento bastante decente estos tiempos, con la practica y nuestra ayuda podrá sobrellevar el viaje que haremos nosotros.
    —¿La llevaras a la catedral también?—Pregunta sorprendido.
    —Me niego a dejarla a solas otra vez, hay muchos topos aquí, algo podrían planear.
    —Ya veo, pero ten mucha precaución, el mundo afuera de aquí puede ser muy cruel.
    —Por eso mismo la llevare, para que conozca las cosas de las que deberá aprender a defenderse.
    —Bueno ¿Que hago yo ahora?
    —Ve por tu armadura pesada y prepara tu arma, luego ve y nos encontraremos por la salida la valle boreal, podremos desde ahí llegar hasta el bosque de la crucifixión.
    —Bien, voy en camino.

    Ambos hombres se separan. Edward después de unos minutos llega hasta su casa, donde como de costumbre se encuentra Anri y Siegward entrenando con la guardiana.

    —Vaya, me alegro que todos logren disfrutar de estas actividades.
    —Cada día siento que aprendo algo nuevo, me llena de motivación—Informa la mujer a su latente.
    —Me parece perfecto, pues llego un momento crucial.
    —¿A que te refieres compañero?—Pregunta la chica caballero.
    —Parches y yo decidimos que ya es hora de ponerle fin al traidor de Hawkwood y al psicópata de Leonhard, y tu también vendrás con nosotros—Notifica refiriéndose a su mujer.
    —Oh, me complacería acompañarte ser de la ceniza, aunque tampoco me siento preparado para ello.
    —Estamos en grupo, te protegeremos, aparte recuerda que prometí no dejarte sola otra vez.
    —Que dulce, bueno, ire con vosotros, seguro aprendo incluso mas.
    —¡Yo también estaré dispuesto a colaborar!—Exclama Siegward.
    —Oh compañero, sabes que no despreciaría tu ayuda incondicional, pero esta vez te necesito aquí, tu controlarás la situación en nuestra ciudad como un gran vigilante.
    —Entiendo ¡Yo puedo cumplir esa tarea!—Exclama el bonachón.
    —Entonces prepárense, partimos ahorita mismo.
    —Entendido, sera una caminata interesante—Afirma Anri.
    —Muy emocionada por compartir vuestras aventuras—Responde la guardiana.

    Todos abandonan la casa, Siegward se dirige a su morada y Edward junto sus 2 amistades van hasta otra de las salidas de la ciudad. Cerca la salida se encuentra Parches, quien nuevamente esta usando su pesada armadura que le dio el sobrenombre de "Lapp" .

    —Ya me preguntaba dónde se habían metido—Afirma el hombre acorazado.
    —Te queda muy elegante esa coraza de acero—Declara Anri con un poco de risas.
    —Es mi viejo alter ego, lo necesito en este momento—responde el mercader.
    —Te vez de maravilla con eso—Afirma también el latente.
    —Veo que tenemos a nueva aliada—Menciona el caballero acorazado refiriéndose a la guardiana.
    —¡Así es! Suficiente tuve con tener que ser protegida, es buen momento para cambiar.
    —Bueno caballeros ¿Hacemos esto?—Pregunta Parches algo desafiante.
    —¡Vamos a por esos 2!—Exclama el latente mientras el se va junto con su grupo.

    El escenario cambia a la catedral de los profundo, afuera de una cámara se encuentra Hawkwood, quien parece estar esperando a alguien.

    —"¿Que tanto se demora este tipo ahí dentro? Me tiene ya harto"

    Hawkwood ignora las ordenes de Leonhard y entra a la fuerza.

    —Mira lo siento pero ya...

    Hawkwood calla, pues frente a el esta Leonhard junto con el cadaver de quien alguna vez fue su amada señora.

    —¿¿¿¿¿Mataste a Rosaria?????—Pregunta el desertor desconcertado.
    —Fue casi un favor piadoso, el sufrimiento de la bella y muda dama era inmenso como para dejarla seguir viviendo—Responde el sujeto de tricornio mientras limpia su hoz ensangrentada.
    —Pero era casi tu mentora y la que te dio un puesto.
    —Hay decisiones duras a tomar durante la vida, ella tiene algo más util dentro—Asegura el enmascarado mientras sostiene un orbe rojizo en su mano izquierda.
    —¿Es el alma de aquella mujer?
    —Así es, con esto podemos controlar a sus seguidores caídos.
    —¿Te refieres a esas orugas andantes?
    —Son mas efectivos de los que parece, pero ellos no son el plato fuerte.
    —¿Entonces?
    —Nosotros somos quienes sembraran terror en los corazones de los que se atrevan a venir, para eso necesitas esto.

    Leonhard le ofrece da un gran mandoble plateado y de diseño único y una daga extraña. Hawkwood se sorprende al ver esto.

    —No creo que deba...
    —Era el tipo de armas que usabas cuando estabas en la legión, cúbrelas de gloria nuevamente para enfrentarte a tus enemigos—Le dice de manera persuasiva.

    El desertor agarra ambas armas después de tiempos inmemoriales mientras se deshace de su antiguo equipo.

    —Animate, una vez nos encarguemos de ellos...todos nuestros deseos podrán ser cumplidos— Manifiesta mientras acaricia su hoz de manera algo cariñosa.

    (Galeria de imágenes del episodio)

    [​IMG]
    [​IMG]
    (Mazmorras donde son encerrados los criminales de Irithyll, entre ellos Sirris)

    [​IMG]
    Caballero esclavo Gael, humanoide quién seguirá las ordenes de Shira pensando que se trata de su antigua sobrina. Autor: desconocido.

    [​IMG]
    Antigua sobrina de Gael, cuya alma esta ahora dentro del crucifijo de la verdugo de Gwyn. Autor: https://www.pinterest.de/pin/576671927260474320/visual-search/.

    [​IMG]
    Siegbrau, bebida alcohólica favorita de Siegward.



    [​IMG]
    Espadón y daga dadas a Hawkwood.
     
    Última edición: 9 Junio 2020
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    AshenKnight

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    ¡Aquí tienen ya el séptimo capítulo! Esta vez traigo algo mas tranquilo y pacifico, pero no los dejará indiferentes, considérenlo una preparación para toda la acción y emoción que vendrá en los proximos capítulos. Como siempre disfruten de la lectura y esperó que les guste :3.
     
  3.  
    wasabi

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    ¡Hola Ashen!

    Me gustó mucho este capítulo porque sigues sentando las bases para lo que será una guerra bastante dura. Te recomiendo revisar dos veces tu fic ahora que has mejorado mucho, tienes algunos "dedazos" que son completamente normales pero estoy segura que puedes detectar dando una segunda lectura a tu historia.

    Ahora, hablando de la historia ya tenía por seguro desde el capítulo pasado que habría problemas con los topos, faltaría descubrirlos y rezar para que no afecte en el resultado de la guerra.

    Ciaran sigue siendo mi favorita. Tiene tanta locura y odio en su interior que quiero ver qué pasará después de la escena tan intensa de este capítulo. No tenía idea que habían asesinado al lobo de su amado, eso me dolió mucho y en cierta manera apoyo las acciones que tendrá Ciaran.

    La guardiana me encanta, tiene muchísimo potencial y fuerza en su interior que quiero ver hasta dónde llegará con el entrenamiento de tantos amigos que poseen habilidades increíbles.

    Nos vemos en el siguiente capítulo c:


     
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    AshenKnight

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    Título:
    Aventura Souls: La batalla de los reyes.
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    13
     
    Palabras:
    9381
    Advertencia: Esta es una historia basada en la trilogía conocida como "Dark Souls". La gran mayoría de los personajes y elementos presentados aquí no son de mi propiedad y pertenecen al genio creador Hidetaka Miyazaki, presidente de Fromsoftware. Esta historia contiene partes de mucha violencia tanto física como verbal, no recomendado para menores de 16 años, se recomienda discreción.

    Capitulo 8: La confrontación
    Empezamos la escena en un gran pueblo que rodea un burgo junto con una parroquia, el pueblo en cuestión esta lleno de aldeanos y mercaderes con ciertos guardias medianamente armados. En este sitio llegan Orbeck el mago, Cornyx el anciano piromantico y la general de Irithyll con su característico velo. Los 3 se encuentran en un punto estratégico mientras el mago registra la zona con unos prismáticos.

    —¿Algo interesante muchacho?—Pregunta la mujer de espadas encantadas.
    —No realmente, cualquiera aquí podría ser un mensajero, son bien discretos, pero sí localize posibles salidas que tomarían—Asegura Orbeck.
    —Deberíamos separarnos, así cubriremos mas areas de este pueblo—Propone el anciano.
    —Tengo una idea, tu la general, al tener un traje bastante llamativo deberías ir por tu cuenta para llamar menos la atención, apart tu sigilo tiene pinta de ser mejor—Planifica el mago.
    —Gracias, pero ¿Tú y Cornyx que harán?—Pregunta la general.
    —Se me ocurre esto, yo me hago pasar por el nieto del viejo piromantico, y tu Cornyx, fingirás ser realmente ciego y así pasaremos desapercibidos y discretos—Propone Orbeck.
    —Fantástico, suena a un buen plan—replica el viejo.
    —Ten esto, ayudara a nuestro engaño—Dice el mago mientras le da su bastón de hechicero a a su compañero para simular un bastón guía.

    —Bien, ahora buscare algo de ropa casual para nuestro engaño así pasaremos más desapercibidos—Propone el anciano.
    —Pongamonos manos a la obra—Ordena la general.

    El grupo va cada uno por su lado en el pueblo. El escenario cambia con Edward y sus compañeros están recorriendo por las ruinas de una antigua fortaleza con una hoguera apagada en el centro de todo.

    —¿Recuerdas Edward? Aquí fue donde nos conocimos junto con Horace, cuando estabas a inicios de tu antigua aventura—Comenta Anri con algo de nostalgia.
    —Por supuesto que me acuerdo, no ha cambiado casi nada, solo la hoguera que ahora carece de su fuego—Replica el latente.
    —¿Dónde nos encontramos ahorita?—Le pregunta la guardiana a su ser de la ceniza.
    —Estamos a puertas del bosque, cerca de la antigua fortaleza de Farron, antiguo hogar de los derrotados vigilantes del abismo—Narra el latente acerca del sitio.
    —La catedral esta mas cerca que nunca, solo debemos cortar por otras ruinas y cruzar la antigua puerta donde habitaba el sabio del cristal—Informa Parches para dar ánimos al equipo .
    —Hay muchas criaturas por aquí, pero son inofensivas a menos que se sientan amenazadas, así que no se les acerquen, vamos—Comanda el latente espadachín.

    El grupo camina por la arboleda cerca de un pantano lleno de crustáceos gigantes con un aspecto fiero, sin embargo ignoran a los viajeros. Por otro lado se encuentran algunas personas con aspectos demacrados y de no muertos, ellos cargan con troncos puntiagudos.

    —¿Estos sujetos que les paso?—Pregunta la guardiana algo horrorizada por su aspecto.
    —Son cazadores de licántropos, con esas estacas los mantienen a distancia—Le responde Anri.
    —Pero tranquila, esas bestias son fáciles de evadir sí somos sigilosos—Aconseja Edward.

    El viento se vuelve algo mas violento, haciendo que los arboles se estremezcan un poco, mientras que la corriente del rio se vuelve más fuerte.

    —¡QUIETOS! ¡Están pisando las sagradas tierras de Farron, antiguo hogar de la legión de los no muertos! Demando saber qué propósito tienen aquí—Exclama un sujeto con una armadura robusta con capa, una mascara algo siniestra y que tiene una larga hacha consigo.
    —Yo me encargo de esto, no se preocupen—Dice el latente mientras se acerca al sujeto misterioso—Sentimos mucho molestar, pero nos encontrábamos en una importante tarea ¿Quién eres?—Interroga Edward.
    —Soy un sabueso guardian de Farron, es todo lo que deben saber, ahora tú dime ¿Qué clase de tarea los trae aquí?—Demanda saber el sabueso guardian
    —Me explico, nosotros estamos en la búsqueda de 2 criminales bastante peligrosos, uno de ellos usa mascara plateada con tricornio con un abrigo, el otro usa un casco de malla junto con el atuendo de la legión de no muertos —Le informa el latente.
    —¡Un momento! Esas descripciones me suenan familiar, el de casco de malla es un antigua desertor ¿no?—Intuye el guardian.
    —Creo que usted conoce a Hawkwood, y sí es el desertor de su orden—Confirma el latente.
    —Maldito cobarde, dejo a todos morir por puro miedo...—Comenta el sabueso con algo de rencor.
    —Siento mucho lo que paso, pero debo saber si vieron 2 personas con esas características—Ruega Edward.
    —Hace poco 2 personas pasaron por aquí, pero pasaron doblando hacia la catedral—Comenta el sabueso enmascarado.
    —Te lo agradezco m-

    La conversación de ambos se ve interrumpida por un estruendoso ruido a lo lejos. Ambos hombres junto con el grupo se alertan por esto. El viento empieza a ser algo ruidoso, creando un ambiente tenso. Los cangrejos gigantes empiezan a cavar hoyos en la tierra para ocultarse y los cazadores de licántropos se ocultan.

    —Esto no me gusta nada...—Afirma Parches algo aterrado.

    De entre los arboles aparece saltando nada menos que el humanoide Gael, quien cae encima del sabueso de Farron clavando su espadón y produciendo una muerte instantánea. Edward inmediatamente se aleja de la escena y va con su grupo, quienes sacan sus armas rápidamente.

    Tema musical para acompañar la escena

    —¡Prepárense para a pelea! Guardiana ven conmigo, Parches y Anri tomen posiciones defensivas—Exclama el espadachín con tono de general.

    El caballero acorazado y su amiga la espadachín de Astora se cubren entre los arboles para evitar al monstruo. Edward y su amada hacen lo mismo con restos de la ruina.

    —¿¡Que es eso?! ¡Siento que es demasiado para nosotros!—Clama la mujer a su latente.
    —Ojala pudiera saberlo, tranquila lo vamos a lograr juntos—Asegura Edward mientras saca su mandoble.

    Desde una loma se encuentra Shira junto la caballero de bronce.

    —Acábalos a todos, son nuestros mayores rivales—Ordena la verdugo mientras alza su arma.

    Gael en su mente escucha la voz de su sobrina como la persona quien le ordena, por lo que furiosamente salta y trata de caer sobre la pareja prófuga. El latente salta mientras jala consigo a su guardiana para evadir al monstruo, luego de esto Edward se levanta y con rapidez ataca a Gael con en corta en uno de sus muslos. El humanoide ignora totalmente el daño y comienza a golpear el suelo con su espadón como un desquiciado. La guardiana, a pesar de su temor cobra fuerzas y realiza tajos en la espalda del encapuchado rojo. Gael se gira rápidamente realizando un corte. La mujer trata de parar e golpe con su espada pero pierde algo de su postura. Parches y su amiga van corriendo a socorrerlos. El caballero acorazado salta mientras gira su alabarda de manera circular, cortando parte de las armadura de los hombros del humanoide junto con su capa roja. Anri por su lado se desliza entre las piernas de Gael, cortando parte de sus tobillos y rodillas. El caballero esclavo responde dandole un manotazo, que por poco la deja inconsciente. El capa roja intenta decapitarla mientras esta aturdida, pero Edward lo atraviesa con su mandoble por la espalda y su guardiana corta parte de sus rodillas. Parches va con Anri para que recupere la noción.

    —Abre los ojo, te aseguro que no deseas dormir aquí— Dice el mercader mientras le palmea un poco la cara para que avispe.

    Gael enfurece y saca su ballesta, la cual tiene un mecanismo de repetición y comienza a disparar en ráfagas. Anri usa su escudo para protegerse mientras que Edward se protege junto su amada con unos arboles. Parches por su lado, al tener una armadura tan gruesa los proyectiles no le hacen mucho, por lo que corre hacia Gael para atacarlo.

    —¡Ni sueñes que me detendrás con ese pedazo de chatarra!—Exclama mientras se acerca cubriéndose con su alabarda, seguido a esto corta cerca del cuello y luego en la barriga de Gael.

    El caballero esclavo de debilita un poco, pero sigue estable para pelear y salta hacia atrás. Varios sabuesos guardianes de Farron salen del torreón, dispuestos a defender su tierra aunque les cueste la vida.

    —Llegan refuerzos, hay que ayudar a Gael—Ordena Shira a su compañera mientras ambas se dirigen al campo de batalla.

    El humanoide ve que llegan mas enemigos y vuelve a disparar su ballesta en ráfagas. Unos sabuesos mueren gracias a la tormenta de proyectiles, pero los que sobreviven responden el fuego con su propia lluvia de proyectiles. Edward y Parches corren hacia el para atacarlo mientras se distrae. Gael se da cuenta y corta un árbol para que aplaste a ambos. El duo esquiva el obstáculo, Parches atraviesa parte del estomago del capa roja, haciendo que se tambalee. Edward salta para dar el golpe final en la cabeza de Gael, sin embargo, una flecha relámpago lo impacta mientras estaba en el aire, haciendo que caiga y se golpee duro contra el suelo húmedo del manglar. Parches rápidamente lo arrastra hasta un terreno seguro mientras trata de divisar al atacante.

    —¡Maldición! 2 de las servidoras de Gwyn entraron al combate—Alerta Anri mientras se pone en guardia.
    —Hagamos esto más justo e interesante—Manifiesta Shira de manera desafiante.
    —¡DEFIENDAN LA SAGRADA TIERRA!—Exclamo con bravura el líder de los sabuesos quién blande una gran hoja curvada con sangre en su filo.

    Varios sabuesos intentan atacar a Edward y su guardiana.

    —¡Esperen! Venimos de su lado, también derrotaremos al monstruo y sus acompañantes, unámonos—Propone Edward de manera acelerada.
    —Si mientes ¡Serás gravemente ca
    stigado!—Advierte el sabueso.
    —Les prometo que es sincera mi propuesta ¡Acabemos con ellos!

    La caballero Luna Oscura encara a Anri para pelear contra ella.

    Tema musical para ambientar la escena

    —Ni creas que dejaremos a tu equipo salir vivo de esta—Asegura la caballero latón mientras al apunta con el estoque.
    —Yo mismo me asegurare de evitar eso—Replica la chica de Astora mientras roza el estoque de su rival con su espada.

    La latón comienza a mover su hoja con una técnica elegante y habilidosa. Anri repele los cortes con su espada y contraataca el hombro del Latón. La caballero detiene el ataque y desencadena una serie de estocadas fuertes. Anri retrocede para evitarlas y golpea a la Latón con su escudo. Esta última detiene el golpe y atraviesa un poco el costado de la Astoriana. La chica, a pesar del fuerte ataque se recupera y vuelve a su posición de guardia. La caballero hace un poderoso ataque de empuje con el estoque. Anri para el ataque y responde cortando parte del cuello de la armadura del latón. Ambas mujeres chocan sus espadas continuamente en medio del caótico escenario en el pantano. Varios de los sabuesos de Farron van a por Shira. Esta les amputa las extremidades con el filo de su hacha y los acaba atravesando la punta de su arma en sus cráneos y pecho. Una alineación de guardianes disparan ballestas en ráfagas contra la verdugo. Esta última golpea el crucifijo en el suelo y los clava en la tierra, generando un desgarrador grito que desvía los proyectiles. Gael la ayuda haciendo un ataque de barrido y cortando en 2 a varios de los soldados alineados. Parches balancea su guja contra Shira. Esta bloquea el golpe con su hacha y pincha a el mercader con la parte inferior de su arma. La armadura de la enigmática hiena lo protege y golpea fuertemente a su rival con el mango de su arma. Shira se aturde un poco pero enseguida responde con un barrido hacia arriba. El mercader detiene el ataque bloqueando y patea a su contrincante. La verdugo retrocede y lanza una flecha relámpago. Parches esquiva el proyectil y gira con su arma para cortar a su contrincante. Ambas armas chocan, el cadáver anclado cobra vida y agarra el arma del mercader para desarmarlo. La hiena jala con fuerza su arma para librarla, sin embargo el cadáver cuenta con gran fuerza. Parches se acerca al monstruo y de un codazo fractura su brazo y libera su arma. El cadáver reconstruye su brazo de manera rápida

    —Iluso, no creas que es un simple montón de huesos—Le Shira dice mientras golpea su arma en el suelo y anclando en el suelo, lo que genera un rugido atroz.

    Parches queda algo afectado por los altos sonidos pero logra mantenerse en pie.

    —"¿Que clase arma es ese? Jamas vi algo tan retorcido y macabro"—Cavila la hiena mientras ve semejante deformidad de arma.

    Por otro lado, la astoriana Anri continua su duelo con la Caballero Latón de la luna oscura. Esta ultima desencadena un combo de cortes y estocadas. Anri logra bloquear varios ataques con su espada y escudo, sin embargo 2 estocadas atraviesan tanto su hombro como su muslo derecho. La latón aprovecha esto para intentar atravesar la su cabeza. Anri golpea su brazo con el escudo para desviar el ataque y con su espada atraviesa el abdomen de la caballero. La latón le propina un rodillazo para quitársela de encima y retrocede. Anri realiza estocadas consecutivas. La latón para el ataque e intenta dar una estocada mortal en el pecho de la astoriana. La chica desvía el ataque con el mango de su espada y le da fuerte golpe con su escudo a la cara de la caballero luna oscura. Esta se aleja por el dolor y se da cuenta que su casco esta roto, por lo que se lo retira, revelando su rostro con cicatrices por la maldición de los no muertos. La chica se sorprende un poco a ver las marcas y hasta siente algo de lastima.

    —Te atreviste a destruir no solo un noble obsequio de mi maestro Gwyndolin, sino que también me fuerzas a revelar uno de mis mayores secretos—Recrimina la Latón.
    —Tu te lo buscaste, yo solo lucho por mis amigos—Replica la astoriana.
    —¡Veamos que tanto eres capaz entonces!—Exclama mientras se abalanza a ella con combos.

    Esto toma de sorpresa a Anri, quien reacciona tarde y recibe varios cortes en su armadura y piel. Luego intenta contraatacar pero es detenida y derribada de un puñetazo por la Latón.

    —Por favor...espera...—Suplica la chica mientras esta afectada por el golpe.

    La caballero luna oscura pisa sobre su espalda y clava su estoque en ella. La chica siente un fuerte dolor punzante.

    —¡Espero que te estés arrepintiendo de haberme roto la armadura!—Le grita la latón con rabia.
    —"Vamos Anri, tienes que hacer algo, por tus compañeros"—Piensa la chica deseperada.

    Por otro lado, Gael atraviesa a uno de los sabuesos y lo lanza contra un grupo de ellos para tumbarlos, luego de esto el humanoide ve a Parches distraído peleando contra Shira, por lo que alza su espadón para aplastarlo. Edward de un salto clava su mandoble en la espalda de Gael y su guardiana clava su espada en el hombro para ayudar a retenerlo. El capa roja se desespera y comienza a dar vueltas repartiendo tajos de manera errática. Volviendo con la Latón y la astoriana, es pateada por su rival y esta apunta al cuello de Anri.—

    —Hasta nunca, caballero fracasado—Manifestó la mujer cicatrizada seguido de una estocada a su cuello.

    La astoriana, negándose a fracasar, agarra a hoja del estoque para evitar su muerte. La latón intenta furiosamente hacer que se corte las manos y suelte el arma. Uno de los ataques de Gael corta uno de los grandes arboles del pantano. La latón se da cuenta tarde de esto y no puede reaccionar a tiempo quedándose nomas con una expresión de shock. El árbol cae sobre ella, haciendo que se parta casi todos sus huesos y armadura, muriendo instantáneamente. Anri se levanta algo adolorida y asqueada, pues escucho claramente el desagradable sonido de huesos fracturándose, por lo que busca refugio en una roca. Gael avienta tanto a Edward como a su amada hacia donde esta la chica.

    —No llegaremos a ningún lado...solo ayudamos a destruir esta tierra...—Advierte el latente mientras ayuda ambas mujeres a pararse.
    —¿Ahora que?—Pregunta la guardiana preocupada.
    —Hay que salir de aquí, el viene por nosotros, no debemos dejar que estos hombres pierdan su tierra por nuestra culpa—Propone mientras va a por Parches.

    El mercader continua su duelo con Shira, quien le da bastantes problemas a la hiena. Edward intenta caer sobre la verdugo con un salto giratorio. Esta se aparta y los amenaza con una flecha relámpago. El ser de ola ceniza en vez de responder, jala a Parches para retirarse.

    —¿Que haces?
    —Tenemos que irnos, no llegaremos a nada aquí—Ordena el latente.

    El grupo se mete por unas ruinas que conducen hacia una salida. Shira va junto a Gael para comandar el seguimiento.

    —Los objetivos se escapan, no permitiremos que salgan victoriosos—Ordena la verdugo al monstruo de capa roja.

    Ambos se retiran también, dejando a los sabuesos confundidos pero aliviados, pues no habrán mas daños a su tierra. El escenario cambia al burgo, donde Orbeck y Cornyx se encuentran juntos vestidos como ciudadanos normales.

    —¿Como haremos esto?—Cuestiona el piromantico.
    —Se supone que somos nieto y abuelo, podríamos simular que conversamos sobre el tema, tal vez atraiga la atención de nuestros objetivos, llevarlos a un sitio mas oculto y acabar con ellos—Explica el mago.
    —Comprendo, entonces vamos a ello.

    Los 2 empiezan a caminar normalmente en la plaza cumpliendo su rol respectivo. La plaza se ve algo congestionada y es difícil distinguir a las personas.
    Luego de caminar y dialogar sobre el tema de Gwyn y su batalla, hasta que empiezan a atraer la atención de ciertas personas quienes los siguen sigilosamente. Volviendo con Edward y compañía, estos llegan a un campo abierto en ruinas.

    —¿Que rayos era ese monstruo? No es como algo que hayamos visto nunca—Admite Anri.
    —No tengo ideas, pero la sola idea de que este con Shira me preocupa bastante—Responde el latente
    —Parece que cierto gobernante esta liberando su artillería pesada—Intuye el caballero acorazado.

    Gael aparece rompiendo el muro que lo separaba del equipo junto con su guía.

    —Jamas nos dejara tranquilos, pero esa cosa luce totalmente imbatible—Alega la astoriana con algo de miedo.

    El caballero esclavo realiza un tajo remolino para golpear al grupo entero. Todos logran evadir el ataque y Edward se fija en algo.

    —¡Es Shira quien lo comanda!—Alerta el ser de la ceniza.

    El monstruo encapuchado arremete contra el latente con un salto para hacer una embestida con su mandoble. Edward esquiva saltando en su arma y mientras corre sobre ella corta parte de su espalda, Anri coopera intentando abrir su estomago, pero su carne y armadura parecen ser duras como el acero. El mosntruo enfurece y comienza a repartir espadasos de manera errática como un loco. Por otro lado, Parches y la guardiana rodean a Shira para abatirla. La guardiana decidida pero con precaución propina unas estocadas con su espada mientras se cubre. La verdugo esquiva fácilmente y responde con un corte hacia abajo. La mujer se cubre con su escudo pero le cuesta mantenerse en pies debido al peso y fuerza del ataque. Parches defiende a la guardiana cortando parte de la armadura del pecho de Shira. El golpe le deja varias fisuras en su armadura y de manera colérica lanza varias flechas relámpago contra Parches. La hiena de cubre con su guja y su propia armadura lo protege, por lo que se acerca y comienza a girar su arma de manera continua como si se tratara de un molino, La verdugo al no saber como detenerlo decide lanzar mas flechas, sin embargo, la fuerza del arma de la hiena desvía los proyectiles como si fueran de goma. En su desesperación, Shira trata de empalar al caballero con la parte inferior de su hacha. La hoja en si penetra un poco la armadura del rival, pero no causa gran daño y como Parches seguía girando su arma, uno de los cortes amputa la mano izquierda de la verdugo, quien se retuerce de dolor aunque se logra aferrar a su crucifijo.

    —Se acabo, la sangre no te durara mucho abastecer tu misera vida—Le dice el mercader.
    Quizá...¡Pero uno de ustedes se ira conmigo!—Grita mientras golpea una vez mas su arma contra el suelo, lo cual genera un orbe oscuro.

    La verdugo se abalanza contra la guardiana para explotar juntas. La guardiana comieza a sacudirse y golpear a Shira para liberarse pero esta la retiene con su hacha. Parches al quita de encima y de un corte le amputa una de sus piernas. La verdugo aúlla de dolor y ve con odio a su rival.

    —¡MALDITO SERAS TU Y TUS AMIGOS PARA SIEMPRE!—Exclama con furia y dolor.

    El orbe explota y destroza la cara de Shira, dejándola totalmente inerte. Seguido de esto Parches pisa y destruye el cadáver del crucifijo con varios pisotones. Esto hace que Gael entre en una especie de transe o aturdimiento temporal, tiempo el cual Edward aprovecha para apuñalar el gran agujero en su pecho que pareciera ser su punto débil. El encapuchado rojo se tambalea mientras tose fuertemente y termina desplomándose en el suelo.

    —Bien, creo que nos sacamos un gran peso de encima—opina el latente aliviado mientras se retira el casco para tener aire fresco.
    —¿Esta realmente muerto?—Cuestiona las astoriana.
    —Eso espero, pero no creo que lo mejor sea quedarnos a esperar una respuesta ¿Todos están bien?— Pregunta Edward asegurando a su equipo.
    —Agradezco muchísimo tu ayuda Parches, a pesar de haber sido algo brutal—comenta la guardiana.
    —No me dejo elecciones, fácilmente pide dejarla morir desangrada, pero no quizo cooperar—replica la hiena mientras limpia la hoja de su guja.
    —2 leales caballeros de Gwyn derrotados junto con una de sus criaturas, la cosa pinta bien por ahora, pero no es para confiarse tampoco— Advierte Edward mientras clava su mandoble en el suelo y toma asiento.
    —Es increíble la cosas que Anor Londo a sido capaz de crear solo para cazar a sus enemigos— manifiesta la chica sorprendida de los que a visto y vivido.
    —No se como lograron hacer que alguien terminara de esa forma, pero tiemblo al pensar en ello—admite el aventurero.
    —Por sus ropajes se nota que es un caballero esclavo, al ser menos que carne de cañón probablemente lo sometieron a algún tipo de prueba y terminó convirtiéndose en semejante atrocidad, y de alguna forma Shira logró “domesticarlo”—instruye Parches sin señales de sorpresa.
    —Creo que mejor no sería pensar en eso, al menos salimos vivos de esta y es lo que importa— opina la aspirante a espadachín de fuego.
    —Impresionante la valentía que tuviste para intentar hacerle frente a esa bestia—comenta Edward de manera halagadora.
    —Debía ayudarlos de alguna manera.
    —Todos ustedes hicieron un gran trabajo, felicitaciones.

    El escenario regresa con Orbeck y su cómplice Cornyx, quienes llegaron a un sitio algo mas apartado del Burgo. Los sospechosos todavía los persiguen, pues piensan que hallaran información importante. El duo se detiene de repente y los encara.

    —Vaya, no nos esperábamos verlos a ustedes ¿Sucede algo?— Interroga el mago.
    —Eh, no para nada, solo paseabamos por estos sitios del burgo—Responde uno de los señores.
    —Si eso parece, curiosamente cerca de personas hablando del gran señor Gwyn.
    —Bueno, es el tema de actualidad y nos interesa—Justifica otro de los hombres.
    —Tiene sentido, mas que todo por que escuche que tenia ciertos topos infiltrados y eso es bastante preocupante—Alega Orbeck de manera falsamente preocupada.

    Los hombre quienes no sabe controlar sus nervios empiezan a sudar. Orbeck y Cornyx se dan cuenta de esto.

    —Gracias por hacer el trabajo más fácil—Comenta el piromantico.
    —¿Pero qu-—Exclama uno de los hombres pero es interrumpido.

    Orbeck saca su daga aguamarina y la clava en el estomago de uno de los heraldos. El anciano utiliza un extraño conjuro que genera una luz roja y se proyecta en las cabezas de los heraldos.

    —No era necesario tanta violencia ¿sabias?—Comenta el anciano.
    —Me lo hubieras advertido antes, no habría dejado a este imbecil mal herido —Le recrimina un poco.
    —Bueno, ustedes, están bajo el hechizo de compenetración, así que les sugiero hablar ¿Son mensajeros de la capital?

    El hechizo les genera ardor en el craneo el cual es difícil de resistir.

    —Somos...somos heraldos mensajeros al...servicio...del señor Gwyn...—Confiesa uno de los heraldos de manera dificultosa.
    —¿Qué clase de mensaje?—Interroga el piromantico.
    —...Tácticas de guerra...realizadas...por...el latente...Edward Sallow...—Admite entre dientes.

    Orbeck registra a los hombres y saca varias cartas con mensajes.

    —Pues no están mintiendo, es justo lo que tienen escrito ¿Acabamos con ellos?
    —Tranquilo, no es necesario cuándo puedes hacer esto.

    Cornyx chasquea los dedos con su mano piromantica y esto genera que los heraldos caigan inconscientes.

    —Despertaran en cuestión de horas, pero tendrán un mes de recuerdos borrados, no sabrán cuál era su deber.
    —Muy eficaz, nos dará menos problemas.
    —Déjame quemar las cartas.

    El anciano toma los panfletos y los reduce a cenizas.

    —Ojala que la general lo este pasando bien—Adame Orbeck.

    La escena cambia con la enmascarada de velo azul transparente, quien esta investigando en una catedral con gran campanario. Cerca de una de las habitaciones se encuentra un señor de tunica negra, una mascara dorada que cubre su cabeza y que esta en una extraña pose con sus brazos abierto.

    —¿Buscas liberarte de tus aflicciones?—Pregunta el enigmático señor.
    —¿No? Solo visito este lugar, parece curioso—Comenta la general para disimular sus motivos.
    —Nadie visita la antigua parroquia de los no muertos sin ningún motivo, debes tener un verdadero motivo—Asegura el clérigo.
    —¿Por que no dices primero el tuyo?
    —Soy un confesor de Carim, me llamo Oswald y recibo a diversos pecadores para librarlos de sus ataduras—Recita el sacerdote.
    —Interesante, supongo que eres ajeno a Anor Londo entonces.
    —Para mi no es mas que un reino de falsos Idolos. Ahora ¿Me dirás que haces aquí?
    —Necesito información para evitar que la catedral de los dioses sepan mad¡s de lo que deben—Explica la general.
    —Ya veo ¿Sabes? Hace no mucho gente algo sospechosa recorrió también por aquí se dirigen hacia la catedral, podría seguirles el paso.
    —Siendo que eres opositor de la capital ¿Por que no nos ayudas?
    —Mi puesto esta aquí en la parroquia, lo siento.
    —Esta bien, lo hare sola nomas, gracias.
    —Buena suerte, haz lo que debas hacer.
    —Ojala todo salga bien—Pide la general mientras se retira.

    El sacerdote hace una sonrisa algo extraña mientras la ve irse.

    —Harás todo más fácil...—Susurra para si mismo mientras saca una especie de biblia.

    Cambiamos de escena y regresamos con el ser de la ceniza y sus acompañantes, quienes ya están en as puertas de la catedral de lo profundo.

    —Jamas pensé volverme a encontrar a puertas de este lugar maldecido—Suspira Edward recordando la primera vez que visito la catedral durante su aventura.
    —El antiguo hogar del siniestro Aldrich jamas lograra recuperarse, la oscuridad quedara impregnada eternamente en sus paredes—Explica Parches.
    —El lugar perfecto para 2 criminales—Opina Edward.
    —¿Cuál es el plan Edward?—Pregunta la caballero astoriana.
    —Si cuentan con aliados, los exterminamos a todos, limpiamos la catedral y atamos a los 2 cabos sueltos, eso seria todo—explica el latente espadachín.
    —Me gusta cómo suena, hora de la acción—Alega el mercader.

    Edward y Parches abren los grandes porticos de la catedral, dejando ver su interior sombrío. El grupo accede mientras están alerta de cualquier trampa o enemigo, sin embargo todo parece estar completamente vacío.

    —Leonhard seguro esta en la cámara de Rosaria, bajo el puente a propósito para que no lo alcanzáramos rápidamente—Dice el latente mientras ve a lo lejos una gran recamara.
    —Hay mas de una manera de acceder creo—cuenta la hiena.
    —Si, vamos para allá, pero con mucho cuidado.

    Edward junto con su grupo bajan por un elevador, el cual los conduce hasta una sala grande donde antes de llevaban a cabo las misas y demas eventos religiosos.

    —Mas alla de estos muebles rotos estaba el antiguo sarcófago del santo de la oscuridad—Cuenta Anri como un dato.
    —Custodiado por los diáconos de lo profundo, liderados por Royce—Argumenta Edward recordando también su antiguo combate contra ellos.
    —Suena muy interesante la historia de este lugar, pero esta sospechosamente vacío—Comenta la guardiana.

    Gotas de saliva y gusanos comienzan a caer sobre el suelo del techo. Edward se da cuenta de esto y mira hacia arriba preocupado. En el techo hay un ejercito de unos horrendos hombres gusanos pálidos, sus rostros carecen de ojos, dejando solo huecos vacíos y sin vida, sus pieles son algo amarillentas y solo cuentan con brazos para desplazarse. Junto a ellos hay un temible monstruo peludo que cuenta con 8 monstruosas patas, una melena de león y colmillos afilados en su boca.

    —¡CUBRANSE! ¡Enemigos a la vista!—Exclama el latente a la vez que se apartan de sitio.

    Los hombres gusano se desploman cerca de ellos y comienzan arrastrarse para atacar.

    —¡Que asco! ¿Qué son?—Pregunta la guardiana desconcertada.
    —Los miembros caídos o castigados de Rosaria—Explica Edward.
    —Son de lo peor que van a presenciar durante mucho tiempo—Comenta Parches.

    El mercader toma la iniciativa girando su arma y desmembrando a varios de los gusanos con sus cortes. Edward y Anri lo siguen repartiendo espadasos y también patadas en el caso de Edward. La guardiana se mantiene fuera de combate al principio, pero luego de ganar valor comienza a apuñalar y cortar a los abyectos enemigos. Uno de los gusanos agarra a Parches. Este lo tira y pisotea en el suelo, terminando por cortarle el cuello. Anri por su lado abre a panza de otro monstruo que intentaba saltar sobre ella. Edward de un solo barrido parte 2 a la mitad y parte el cuello de otro con un fuerte pisotón. El monstruo araña decide unirse a la pelea cayendo sobre varios gusanos.

    —Menuda bestia mas horripilante y asquerosa—Comenta Anri.
    —Démosle un final apropiado—Propone el latente.

    La bestia ruge y comienza a atacar con mordiscos. El grupo se aparta y Anri responde propinándole cortes en el rostro, uno de ellos incluso corta uno de sus colmillos laterales. Parches aporta ayuda cortando parte de sus piernas para que se desestabilice. El monstruo salta para ser sobre ellos. Ambos esquivan pero Parches es golpeado por una de las patas de la criatura. Edward va por debajo de ella y corta su cuello con su mandoble, luego la Anri lo ayuda clavando uno de los ojos del monstruo. La bestia cae adolorida.

    —Cariño, propina el golpe final—Dice mientras incita a la guardiana para matar a la bestia.

    La guardiana algo insegura va y clava su espada en la cabeza de la criatura, haciendo que esta se encienda en llamas. La mujer aleja por la impresión.

    —No puede ser...¡Lograste incinerar a un rival!—Felicita el latente a su amada por su notable avance.
    —Gracias, fue inesperado la verdad...—Admite la mujer.

    Unos aplausos leves se escuchan a lo lejos de donde están. El grupo se confunde y tratan de ver quién los esta haciendo.

    —¡Sal de escondite cobarde!—Exclama el latente.

    De los escalones aparece Hawkwood con su nuevo espadón y daga en la espalda.

    —Que listos e intrépidos han sido para llegar hasta aquí por nosotros—Comenta de manera algo sarcástica.
    —Hawkwood...viejo AMIGO—Dice el latente mientras lo apunta con su espada.
    —Lamento que las cosas no siempre sucedan como deseas, te ayude en la cimas, pero realmente lo único que deseaba eran las piedras de dragon, y admito que sin tu incondicional ayuda, jamas hubiera llegado lejos—Cuenta el desertor.
    —Lo único que hiciste fue caer muy bajo, mas aun mas uniéndote con ese monstruo de Leonhard.
    —Era una decision importante para mi, por cierto, tu querido nemesis te esta esperando arriba en la recamara, pide exclusivamente que vayas solo, así que por eso estoy aquí—Cuenta sin mostrar remordimiento o pena.
    —Que bien, pues vine para darle fin junto contigo.

    Hawkwood ríe mientras desenfunda su espadón y daga.

    —¿Cuál es el plan?—Pregunta la Astoriana.
    —Miren, a Leonhard lo enfrentare yo solo, es algo entre los 2, ustedes encárguense de este de aquí—Ruega el latente.
    —Pero...dijiste que haríamos esto juntos...—Le recuerda su amada.
    —Lo se...y eso hicimos, juntos nos habremos camino hasta aquí, pero este problema lo voy a resolver personalmente, entiéndelo por favor.
    —El tiene razón fiel aprendiz, déjalo que haga justicia por ti por su cuenta, es fuerte y lo lograra—Dice Anri para calmar a la mujer.
    —Cuídate mucho por favor ser de la ceniza, sabes que yo y tus amigos de necesitamos—le ruega la guardiana.

    Ambos se dan un beso rápido y Edward encara otra vez a su antiguo socio.

    —Anda, yo no te voy a detener, el se encargara de hacerlo—Asegura el desertor.
    —Si te interpones en mi camino o le haces daño a uno de mis amigos o a mi doncella, habrás deseado pudrirte junto a la legion de Farron—Jura el espadachín mientras camina hacia su objetivo.
    —¿Y bien? ¿Quién se anima a dar un duelo? ¿O es que acaso irán los 3 a por mí? —Pregunta Hawkwood.
    —No estoy segura, me inspira 0 confianza y probablemente planea alguna trampa—Comenta Anri.
    —Tu quizá no ¿Pero saben qué? Yo me encargo de esto—Asegura la hiena mientras da un paso adelante cargando su guja.
    —Vaya valentía, pero se necesita más que eso para ganar una pelea.
    —¿Parches, realmente estas seguro?—Pregunta Anri algo preocupada.
    —Déjalo que pelee contra mi, se lo ve entusiasmado—Comenta el desertor.
    —Se muy bien lo que hago, ustedes ocúpense del resto de alimañas que habitan aquí, yo resuelvo esto.
    —Buena suerte honorable Parches—Dice la guardiana amablemente.
    —Se fuerte, no dejes que te derrote—Pide la astoriana a su compañero mientras retroceden el paso para irse por otro camino.
    —Que extraño verte colaborar con otros, pensé que serias siempre una hiena solitaria.
    —¿Ya me conocías eh?
    —Por supuesto, el inquebrantable Parches, aquel misterioso aventurero y mercader que gusta de hacer trampas para los viajeros y robarles sus pertenencias.
    —Me conoces a media amigo, solo lo hago con cierto tipo de gente.
    —¿Acaso a ellos también planeas traicionarlos?
    —Solo si llegasen a perder el rumbo, por ahora son bastante ejemplares, por lo que prefiero quedarme con ellos.
    —Que triste es apoyar al bando perdedor, pero eso no es lo que no incumbe ahora.
    —Demuestra al menos que merecías esas piedras que tan cegado te tienen.

    Tema musical para ambientar la escena

    Ambos rivales se acercan el uno al otro de manera lenta y tomando posturas de pelea y se miran por un rato. Hawkwood propina el primer ataque con un salto aplastante con su mandoble. Parches esquiva y da un barrido horizontal con su guja. El desertor usa su daga para detener el barrido y corta con su espadón. La hiena usa el brazo de su armadura para detener el corte e empuja a su rival con el mango de su arma. El espadachín realiza un corte hacia arriba. Parches bloquea y hace un barrido horizontal. El desertor para el corte con su daga y derriba a su rival con su mandoble. La hiena cae y se cubre con su guja. Hawkwood salta para clavarle su espadón. La hiena le corta parte del pecho y barriga mientras esta en el aire. Hawkwood falla y sufre daños en su armadura por lo que responde adoptando una postura y se desliza por el suelo haciendo un ataque en embestida. El mercader esquiva y gira su arma. El desertor detiene el corte giratorio con su espadón y atraviesa parte de la armadura de Parches con su daga. Este se aparta para que la daga se salga de el hace un ataque de barrido. Hawkwood esquiva y hace combos con su espada y daga. Parches toma distancia y hav¡ce un barrido hacia arriba. El desertor bloquea con el espadón y daga. La hiena lo patea para que se tambalee y lo consigue. Hawkwood desemboca un tajo giratorio, cortando y dañando un poco la carcaza de de la armadura.

    —Tu coraza es resistente, pero sin importar cuando me cueste, la reduciré a añicos por completo.
    —No es lo que mas debería preocuparte.

    Hawkwood clava su daga en el suelo y empieza a girar con su espada para cortar los pies de Parches. Este salta hacia atrás y se impulsa hacia delante mientras realiza un giro cortante con su guja. El espadachín se desliza debajo de el y se gira contando parte de la espalda de Parches. La armadura protege a la hiena y da un giro cortante. Hawkwood da una voltereta para esquivar y termina con un corte hacia arriba. Parches bloquea con el mango y lo empuja. El desertor da 2 grupos en el piso con su espada usando su daga. La hiena esquiva ambos giros. Hawkwood termina con un giro cortante en el aire para aplastar a Parches. Este esquiva y logra agarrarle la espalda, cortando parte de su capa y piel en la espalda. Hawkwood se aleja y con rabia lanza su daga contra su rival. Este la parte en dos con su guja sin problemas.

    —Quizá nunca haber sido digno ni tuviera la habilidad necesaria para usar la característica técnica de los vigilantes de Farron, pero eso no quiere decir que me voy a rendir una vez mas—Asegura mientras agarra su mandoble con ambas manos y apunta a a hiena.
    —Demuestra al menos que fuiste digno de blandir una espada—Dice él caballero acorazado.

    El desertor corre para realizar una embestida con la punta de su mandoble. Parches toma su distancia y hace un corte hacia abajo. Hawkwood lo engaña y en lugar de realizar la embestida, esquiva y daña fuertemente la parte de la cadera de Parches, creando ciertas grietas en su armadura.

    —Te dije que esa chatarra no te protegería por siempre—Dice el desertor.
    —Anda, intenta quebrarla por completo entonces—Replica su rival.
    —"Este maldito siempre fue alguien que solo atacaba por la espalda ¿cómo puede cargar con 2 cosas tan pesadas y manejarlas tan bien? No tiene maldito sentido"—Piensa el espadachín de manera amarga.

    Hawkwood toma impulso con su mano y salta haciendo un tajo ascendente con su mandoble. Parches choca con la punta del mandoble, haciendo que la punta de este ultimo.

    —No...!mal nacido!—Grita el desertor de manera colérica.

    Parches ignora su insulto, corta gravemente uno de los muslos de su rival y con el mango de su guja los derriba al suelo, luego posa la hoja de su arma en el cuello de un derrotado Hawkwood. Este lo mira con desprecio.

    —Eres un maldito deshonroso, la peor escoria de donde sea que hayas venido—Dice el desertor con dolor por el corte de su muslo.
    —¿Crees que me interesa hacerle honor a mi patria? Siempre fue un mero agujero, incluso antes de ser infestado por los despreciables clérigos de la senda blanca.
    —Lo único que desprecio...es que un cobarde traidor como tu haya conseguido derrotarme...
    —Son cosas que pasan, pero se te va a olvidar pronto...
    —Púdrete...tu y tus amigos jamas sobrevivirán esa guerra...
    —Eso no lo se, pero en fin...ninguna de las 2 versiones podrás verlas.

    Parches gira su arma y la hoja de la misma decapita a Hawkwood, causando un marejada de sangre de su cuerpo. Parches limpia su hoja y se queda mirando el espadón blandido por su rival.

    —Al menos no fuiste un total cobarde, y luchaste hasta el ultimo—Alega mientras clava el mandoble cerca del cuerpo decapitado y pone los restos de su daga sobre el pecho del cadaver.

    Parches ser retira del sitio para reunirse con Anri y la guardiana. Por otro lado, Edward llega hasta las puertas de la cámara de Rosaria en busca de su mayor rival.

    —¡LEONHARD! ¡Vine a eliminarte de una vez y para siempre!—Exclama el espadachín con bravura.

    El enmascarado sale de un costado de la cama donde se encontraba su antigua señora, dejando caer las cortinas a propósito para revelar el cadaver degollado y sangrante de quién alguna vez fue Rosaria, madre del renacer.

    —No debería sorprenderme tu presencia aquí, después de todo eres increíblemente aferrado, pero vaya que te has convertido en una molestia—Comenta el asesino mientras saca su Hoz y su parma de hierro.
    —No te basto con intentar abusar de mi querida, también asesinaste a tu propia dama a quien juraste lealtad.
    —Fue un favor más grande de lo que imaginas, pero no lo captarías nunca.
    —No me interesa saber lo que cruza en la mente de un monstruo tan aberrante.
    —Me imagine que algo así dirías, pero déjame decirte, una vez de deje sangrando en el suelo hasta morir, voy a ir a por ella y deseare fuertemente que en el mas allá veas todo el tormento que le provocare por placer—Jura mientras sus ojos se vuelven rojos por varios segundos.

    Edward le apunta con su arma dispuesto a acabar con esto de una vez por todas.

    Tema musical para ambientar la escena

    El enmascarado lanza una hoja medialuna con su hoz. El latente la evade y corta horizontalmente hacia su hombro. El corte es interrumpido por la hoz e intenta golpear la cadera de Edward con su escudo de hierro. Edward retrocede y hace un corte hacia arriba. Leonhard literalmente para el ataque con el pie y corta varias veces con su hoz. La armadura del latente sufre daños considerables y con fuerza logra quitar a su rival de su espadón. Leonhard golpea con su escudo y prosigue con un corte inferior. El ser de la ceniza logra bloquear el escudo pero sufre un corte en su pierna, por lo que responde con rodillazo que golpea la cara del enmascarado y el latente da otro ataque con su mandoble, el cual es bloqueado con la hoz del enmascarado. Edward impone fuerza para derribar el bloqueo de su rival y lo golpea con el mango de su arma. Leonhard mueve su cabeza para evitar el golpe y corta lateralmente al latente, sacándole algo de sangre. Edward agarra su espada de la una de las guardas y la mueve rápidamente. Leonhard se confía de mas la esquivar y recibe un corte en la parte derecha de su abdomen. Leonhard responde con un corte hacia abajo, el cual es desviado con la espada del latente, por lo que este ultimo le da un fuerte puñetazo en el pecho, provocando tos y aturdimiento al enmascarado. El latente toma esta oportunidad para clavar su mandoble, sin embargo Leonhard reacciona rápidamente y para el ataque con su parma de hierro, haciendo que se rompa parcialmente. Edward corre y hace un corte giratorio, el cual es detenido por esquivado por su rival y respondido con otra hoja medialuna. Edward golpea este ataque pensando que lo podría batear devuelta a su lanzador, pero este solo se destruye y queda expuesto, lo que causa que Leonhard le haga un gran corte en su cachete. El latente se aparta y toca su herida para limpiar algo de la sangre que le brota.

    —¿Asustado por un simple corte? Habra mas de donde vino eso—Asegura el enmascarado.

    Edward ignora sus palabras y de manera colérica comienza a golpear con su mandoble. Leonhard bloquea por instinto, haciendo que su escudo de haga añicos y recibiendo un corte cerca del hombro, por lo que se aleja.

    —No eres mas que un salvaje consumido por el odio Edward, tu odio siempre te provocara matar gente, cuando menos te lo esperes, no tendrás nadie a quien amar, nadie con quien contar, quedaras solo en una miseria total y agónica, me das lastima—Recita Leonhard mientras suelta su escudo escudo destrozado y saca un bastón de hechicero.

    Edward a pesar de saber que no es del todo cierto, reconoce haber matado bastante gente durante su vida, inocentes incluidos como los príncipes gemelos y su antiguo compañero Albert, quien le dijo algo similar, por lo que siente algo de culpa.

    —¡JA! Ni siquiera puedes responder a mis declaraciones ¡patético!
    —Si tanto odio me tienes ¿Por que no vienes e intentas deshacerte de mi?—Pregunta de manera provocadora y apuntando con su arma.
    —Sera un placer.

    El enmascarado alza su bastón y genera unos orbes celestes alrededor suyo, seguido de eso camina hacia Edward, el cual antes de acercarse pone su espada cerca de su cara mientras cierra los ojos, lo que le genera una aura blanca a su alrededor. Los orbes se dirigen hacia su objetivo y le impartan, pero esto hacen entre poco y nada de daño, mientras Edward se aproxima rápidamente.

    —¿¡Como?!—Pregunta de manera alarmante el ahora mago Leonhard mientras genera una espada mágica y hace un gran corte lateral.

    La espada literalmente se desvanece al tocar al latente de ceniza, y este corta lateralmente a su rival, seguido de un corte hacia arriba que rompe gran parte del suéter del enmascarado, tirándolo al suelo.

    —"Imposible que alguien resista la magia de esa manera, los orbes ni siquiera lo hicieron temblar, y la espada se destruyo al mínimo contacto ¡Es ridículo!"—Piensa Leonhard mas desesperado.

    Edward se acerca a el mirándolo con enojo y desprecio, intenta atravesar a Leonhard mientras esta en el suelo. El asesino esquiva rodando hacia atrás. El latente no le da respiro y hace un corte lateral para decapitarlo o rajarle el cuello, pero solo consigue tirarle el tricornio.

    —¡Maldito bastardo! Ese sombrero vale mas que tu vida—Exclama mientras genera otra hoja medialuna.

    El ser de la ceniza la esquiva y carga contra su rival con una embestida. Leonhard la para con la hoz y corta parte del pecho en la armadura de Edward. Este resiste a pesar del corte y le da un cabezazo a su rival, aturdiéndolo, seguido de un corte hacia abajo. Leonhard intenta bloquear con su arma, sin embargo y para su desgracia, esta se rompe en varios pedazos.

    —Que...mi hermosa hoja....mi preciada medialuna...—Recita de manera melancólica y desesperada.
    —Una terrible pena, pero todavía no termino contigo.
    —¡Rata insufrible!—El enmascarado casta otra espada mágica.

    Edward le agarra el brazo, lo tuerce un poco hasta casi fracturarlo y hace suelte el bastón para luego pisarlo y romperlo en 2. Leonhard le golpea en la barriga a Edward y hecha a correr fuera de la cámara.

    —¡NI SE TE OCURRA HUIR DE MI COBARDE!—Exclama mientras va detrás de el.
    —¡Aléjate de mi monstruo desgraciado!—Grita el enmascarado mientras corre activa el puente.

    El latente llega hasta donde el para evitar que escape. Leonhard a pesar de los daños decide ponerse en guardia con sus puños.

    —Anda, deja esa espada ¿O es que no eres nadie sin ella?

    Tema musical para ambientar la escena

    Edward clava su mandoble en el suelo y se saca el casco, colgándolo en el mango de su mandoble y acercándose a Leonhard lentamente. El enmascarado lanza un golpe gancho lateral. Edward bloquea con la izquierda y contraataca con otro ancho al apéndice de su rival. El enmascarado responder con un codazo cerca de las costillas del latente, dandole un dolor considerable. Edward intenta responder con un martillo a su rostro pero falla, por lo que Leonhard lo agarra de los lumbares y trata de derribarlo, pero el latente mantiene una base estable y propina un rodillazo a su rival para que lo suelte, sin embargo el enmascarado se rehusa, por lo que el latente se tira hacia atrás y con su característica gran fuerza lanza a su rival volando hacia atrás. Este cae algo adolorido e intenta pararse, pero es interrumpido por Edward, quien con una velocidad abismal lo patea al suelo y se monta sobre, golpeándole el rostro repetidamente con odio y rabia, lo que provoca que la mascara plateada de Leonhard se rompa de todo, revelando su deforme rostro con quemaduras. Leonhard, quien de manera casi milagrosa resistió a semejante paliza, detiene uno de los puños y se saca al latente de encima para levantarse. El puente llega porfín a la parte superior de la catedral y Leonhard empieza a cruzarlo, siendo perseguido por Edward quien agarro su mandoble y casco en el camino. Al ver la considerable altura, decide planear la manera de tirar al latente y dejarlo mal herido por la caída.

    —¡Acércate mas! ¡Complace a la bestia inmunda y sanguinolenta de inocentes que yace en tus entrañas Edward!

    Edward corre de manera furiosa hacia su rival. Este trata de agarrarlo para que caiga al suelo duro pero el ser de la ceniza impone una gran base nuevamente, por lo que es difícil moverlo. Leonhard le da un cabezazo a su rival para aflojarlo un poco pero este ni se inmuta mientras lo mira con sus ojos de odio. Leonhard es visiblemente intimidado por esto, lo cual termina por distraerlo. Edward utiliza esta ventaja y patea a su nemesis por el borde del puente. Leonhard cae hacia su perdición, al tocar el suelo, aterriza con su pierna, la cual se rompe cual rama de árbol y luego sobre su codo el cual también se fractura, dejando el suelo que esta lleno de agua como una marejada de sangre. Edward se tira, pero este usa su mandoble para clavarlo en al pared, amortiguando la caída y lentamente se acerca a su gran enemigo.

    —Es increíble...como alguien puede llegar a estar.... tan lleno y consumido...por el mero odio...—Recita Leonhard agonizante.
    —Te advertí en el santuario, que no quería verte jamas en mi vida, te negaste a escucharme, luego intentas arruinar a nuestra batalla por la libertad, pones a 2 amigos míos en mi contra, y mas que todo...¡PRETENDES VIOLAR A MI QUERIDA MUJER! Solo por el mero placer.
    —Me sigo preguntando como le tienes tanto afecto a esa esclava de la maldición...—Dice mientras ríe como maniaco.

    Edward agarra del cuello a Leonhard con furia.

    —Ella...ya no es ninguna esclava...—Le dice entre dientes por la ira.
    —Adelante...mátame a mi, luego a ella y después a cualquiera que te conozca, es el único objetivo de los latentes como tu...

    Edward genera mas presión en su mano.

    —Hasta nunca...a este mundo podrido y acabado...—recita Leonhard como ultima voluntad.

    El cuello del nemesis de Edward trona, demostrando que se quebró por la fuerza del ahorcamiento. El ser de la ceniza lo deja caer en el suelo, inerte y hecho un despojo, sin embargo, Edward sufre de una ataque de locura extremo que lo induce a sacar su espada y empezar a cortar el cuerpo de Leonhard, generando mas y mas sangre, haciendo que su cadaver se vuelva un horror difícil de describir y presenciar, hasta que una voz muy conocida lo libra de su fenecí intenso.

    —¿Ser de la ceniza....?—Pregunta la guardiana desconociendo a su amado por un momento.

    https://m.youtube.com/watch?v=w1o4O2SfQ5g&t=695s Tema musical para ambientar la escena

    Edward con su rostro lleno de sangre la mira y al darse cuenta, abandona su expresión de odio por una de sorpresa que se torna en decepción al ver la barbaridad que hizo.

    —¿Que haces aqui? Te dije que te quedaras con Anri y ambas esperaran a Parches...
    —Edward...¿Como crees que podría dejarte? Te vi en ese puente, temía por tu vida, necesitaba ayudarte...

    El latente se arrodilla con tristeza.

    —¿Ayudar a quién? ¿A un monstruo que solo se ganado la vida asesinando a todo aquel que interfiera en su camino? ¿Un colérico que no puede controlar sus emociones ni sus actos, dejando llevar por su odio?
    —Ser de la ceniza... como puedes decir esto...
    —Recién caigo en cuenta, y es lo que soy...y fui tan idiota para no darme cuenta—Asegura mientras lagrimas salen de sus ojos.
    —Esa es la mayor calumnia que pude haber escuchado, después de que me salvaste de mi destino, luego de darme una nueva vida, hogar, de salvarme de un suceso que hubiera dejado en mi una terrible cicatriz moral y mas aun, luego de haberme dado al oportunidad de volverme tan fuerte como tu, es imposible considerarte un monstruo. Leonhard desea esto, verte en el suelo pisoteado, destruido y sin esperanzas, no le des ese placer—Comenta la guardiana mientras le acaricia la cara a su latente para secar sus lagrimas.
    —Pero, la masacre que acabo de hacer...
    —Fue un ataque de rabia...no supiste controlarte, pero lo entiendo, estabas preocupado por mi, y por la batalla que se nos viene encima.

    Mientras acaricia su rostro, se da cuentas del corte que Leonhard dejo en el.

    —Vaya que te has hecho daño...
    —No es nada...solo unos raspones—replica algo cabizbajo.
    —Deja que te ayude...—Ruega mientras le da un dulce beso cerca de la herida.

    Edward se sonroja un poco pero prefiere disimularlo.

    —Te agradezco por ser mi héroe, en serio lo digo...—Jura mientras posa su cabeza en el hombro del latente.
    —¿Heroe? Jamas pensé que alguien llegaría a llamarme así...
    —Te prometo, que si algún día la oscuridad y tu odio te consumiesen, yo te agarrare de la mano, para que vuelvas a ser el de siempre, el admirable latente espadachín, antiguo hurtador de cenizas y ahora el que dará fin a la tiranía de la capital.

    Ambos se sonríen mientras se abrazan afectuosamente.

    FIN
    Galeria de imágenes del episodio.
    [​IMG]
    Burgo y
    Parroquia donde la general, Orbeck y Cornyx se encontraban

    [​IMG]
    Bosque y pantano donde se llevo a cabo la pelea contra Gael y acompañantes

    [​IMG]
    Líder de los sabuesos de Farron quienes
    también usan la misma armadura pero con armamento distinto.

    [​IMG]

    Daga color aguamarina bandida por el mago Orbeck.
    [​IMG]
    Látigo
    venenoso blandido por el anciano Cornyx.

    [​IMG]
    Misterioso confesor que ayudo a la general en la parroquia.

    [​IMG]
    Lugar de la catedral de lo profundo donde se desarrollo el combate de Parches vs Hawkwood. Autor/a: https://www.artstation.com/ithesus.

    [​IMG]
    Camara de Rosaria donde se desarrollo el combate de Leonhard vs Edward.

    [​IMG]
    Monstruo
    cuadrúpedo al que se enfrento el grupo en la catedral.

    [​IMG]
    Hombres gusanos que atacaron al grupo en la catedral.

    Gracias por leer el capitulo latentes de ceniza ;3
     
    Última edición: 2 Mayo 2020
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  5.  
    AshenKnight

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    Aquí dejo el episodio 9 para que lo disfruten, un capitulo cargado de acción que no los dejara indiferentes, pues tendrá algunos sucesos increíbles y batallas épicas, esta vez decidi agregar elementos nuevos para que su lectura fuer mas entretenida, aunque lamentablemente no todos trabajaron como esperaba, aun así espero que se diviertan mucho.
     
  6.  
    wasabi

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    ¡Hola! He tardado un poco nuevamente en ponerme al corriente, espero que la lectura en varios días no me haga olvidarme de muchas cosas.

    Quiero comenzar diciendo que este capítulo sin duda ha sido mi favorito. Tuvo de todo y el final fue impactante, pero eso lo mencionaré más adelante.

    Me gusta mucho más el diseño que le diste a este capítulo con los spoiler. A mi en lo personal me costaba mucho por lo larga que se hacía la página por el tamaño de las imágenes. La música fue otra cosa que le dio mucha personalidad.

    El primer momento de Anri me tuvo al filo de mi asiento, de verdad creí que terminaría muy mal por el cambio tan fuerte que hubo en la pelea.

    Y pues el final fue obviamente mi momento favorito con el quiebre de Edward, el cual me parecía todo un caballero intachable. Lejos de ser algo malo, creo que le agrega mucha humanidad al tener ese lado que sin lugar a dudas todos desarrollariamos después de tanta desesperación. Ahora solo tiene a su Guardiana para seguir y por eso la escena encaja perfectamente con él.

    Mucha acción y algunas partes fuertes que disfruté demasiado.

    Saludos c:
     
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  7. Threadmarks: Capitulo 9
     
    AshenKnight

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    Título:
    Aventura Souls: La batalla de los reyes.
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    13
     
    Palabras:
    10268
    Advertencia: Esta es una historia basada en la trilogía conocida como "Dark Souls". La gran mayoría de los personajes y elementos presentados aquí no son de mi propiedad y pertenecen al genio creador Hidetaka Miyazaki, presidente de Fromsoftware. Esta historia contiene partes de mucha violencia tanto física como verbal, no recomendado para menores de 16 años, se recomienda discreción.

    Capitulo 9: El hijo pródigo
    La escena comienza en una parte algo apartada de la parroquia, donde esta la general siguiendo a un grupo de sospechosos de manera sigilosa, mientras que los hombres se paran, aparentemente esperando algo o a alguien.

    —Que impuntualidad, se supone que nuestro carruaje debía estar aquí para nuestra salida rápida—Comenta uno de los hombres de manera indignada.
    —Pues toca esperar, nada mas procuren contratar a gente mas competente la próxima vez.

    La general se posa entre las hojas de un pino cercano para vigilarlos sin ser divisada.

    —"Carruajes, no todos cuentan con tal beneficio, veamos sí son a quienes busco"—Piensa la mujer detenidamente.

    Luego de unos minutos, los característicos sonidos de caballos galopando es escuchado a lo lejos.

    —"Parece que por fin podrán proseguir"—Piensa mientras ríe un poco.

    El carruaje llega a donde los sujetos quienes muestran su disgusto por el atraso.

    —Creo recordar que te dimos una hora especifica, sin embargo llegas cuando te place—Comenta quien parece ser el líder del bando.

    —Las complicaciones surgen, tampoco soy un jinete legendario para llegar a la hora exacta—Replica el jinete disgustado.
    —No esperes que te paguemos completamente—Advierte el líder mientras se sube junto su grupo.
    —Vamos a Anor Londo ¿verdad?
    —Si, y rápido, tenemos asuntos de vital importancia.

    Tema musical para ambientar la escena

    Al escuchar esto, la general se lanza cerca de la parte trasera del carruaje y se agarra de ahí. El jinete hace que los caballos sigan su paso. La general se sube la más sigilosa que puede sobre el carruaje.

    —¿Escucharon algo?
    —¿De qué hablas?

    La mujer llega donde el jinete, atrapa su cuello con sus cuchillas gemelas y lo rebana, haciendo que caiga muerto por el camino. La chica prosigue con cortar las ataduras del los caballos para liberarlos, haciendo que la carroza frene bruscamente.

    —¿Qué demonios? Esto no puede ser

    Los hombres salen del vehículo y sacan sus armas.

    —Lo siento muchachos, sus mensajes no podrán llegar donde el arrogante de su señor—Afirma la general.
    —No tienes ni noción de lo que acabas de hacer ¡Mátenla muchachos!—Comanda el líder.

    2 de los hombres, uno con hachas y el otro con cuchillas dobles corren para abalanzarle sobre la mujer, mientras uno a lo lejos usa un arco. Esta esquiva y uno de los sujetos se le abalanza encima pero la chica bloquea con el codo de su armadura y corta parte del abdomen del atacante, por atrás el de las cuchillas la corta pero la armadura protege a la general y da un ataque giratorio que hace tantos cortes sobre el atacante, provocando su muerte por desangrado masivo. El de las hachas intenta devolver el golpe pero es interrumpido por una patada de la general y rematado con un corte en el cuello. Uno de los hombre que usa una lanza intenta embestirla, pero la lanza se desliza sobre la armadura. La general clava su cuchilla de fuego en el ojo del lancero, matándolo instantáneamente. Los 2 últimos hombre arremeten al mismo tiempo con sus espadas. La general usa el palo de la lanza para golpear el abdomen de uno de ellos y detenerlo . El otro intenta cortar pero es interrumpido por las las cuchillas de la mujer y reducido con una patada es su rodilla. El líder golpea por atrás, pero su arma apenas y raya la armadura de la mujer, por lo que esta le da una patada trasera en la pierna y corta el cuello del que ya había pateado.

    —...Quién demonios eres...?—Pregunta el líder agotado.
    —Tu mensaje no podrá a llegar a su destino—Responde la general.

    El líder escupe el suelo y carga contra su rival con la espada. La mujer esquiva como su estuviera haciendo un paso de baile y responde con 2 cuchilladas en el lado lateral del tronco del heraldo. Este resiste y hace un corte lateral. La general salta para evitarlo con una patada en el aire lo tira, pero este se logra poner de pie rápidamente.

    —Podrás ser ágil ¡pero mi deber me manti—El dialogo del líder es interrumpido subidamente, pues una de las cuchillas de la general fue lanzada y clavada en la barriga del heraldo líder, provocando que se arrodille de la agonía mientras la mujer se acerca para coger su arma de vuelta.

    —Ahórrate las palabras querido—Dice mientras saca su cuchillas.
    —...Desconozco...quien te manda y como...como nos...encontraste...solo te...aseguro—Tose sangre— que tu...y quien...quiera que ames...terminara pisoteado...por nuestro...sagrado señor—Balbucea el heraldo agónicamente.
    —Si, ya lo dijeron demasiadas veces—replica la mujer sin dejarse intimidar.
    —Larga vida la edad de fuego...—Comenta el líder como ultima voluntad.

    La general con sus 2 cuchillas le rebana el cuello limpiamente, haciendo que el cuerpo se desplome en el suelo sangrando. La general guarda sus cuchillas y se relaja un poco estirando los brazos, sin embargo, se da cuenta de que los caballos del carruaje no han huido por ahí, sino que se quedaron viendo, aparentemente confundidos.

    —Lo siento chicos, los ayudare...—Comenta mientras con una de sus cuchillas le quita la montura y bozales del equino, dejándolo en su forma natural—Prometo dejarlos libre, pero solo quiero que hagan un ultimo favor—Les ordena mientras saca las cartas y mensajes con información que iban para Anor Londo y los enciende con la ayuda de su cuchilla de fuego, creando una fogata con estas cartas—Esto sera suficiente, me largo de aquí—Comenta mientras se monta en uno de los equinos y llama al otro para que los siga, dejando atrás toda una masacre entre los restos del carruaje, los cuerpos y la llamarada de mensajes.

    La escena cambia horas después en la catedral de lo profundo, luego de las 2 campales peleas que se llevaron a cabo en ese lugar. El grupo esta en una cocina para clérigos donde se relajan y se alimentan con ciertos víveres

    Tema musical para ambientar la escena.

    —Jamas pensé tener un momento tan calmado en esta arquitectura tan oscura y corrompida—Comenta Anri para ambientar la cena.
    —Pues ya no es un sitio tan siniestro habiendo quitado de encima a 2 peces gordos junto con esas abominaciones que debimos eliminar—Replica el latente.
    —Este es quizá la mejor comida de nuestras vidas, ya que esta ambientada con esa sensación de victoria muy placentera—Opina la guardiana.
    —¿Que nos dices tu Parches? ¿Qué tal ese duelo?—Pregunta Edward.
    —Ni siquiera era bueno con su curiosa combinación de armas, pero fue bastante honorable para no huir—Admite el mercader.
    —Me sigue costando aceptarlo, aunque no lo crean, Hawk solía ser un buen tipo realmente, algo melancólico y depresivo, pero amable al menos, y termino todo así—Comenta el ser de la ceniza
    —Nunca me transmitió confianza ese sujeto igual, era obsesivo y siempre busca salirse con la suya a toda costa—Comenta la hiena.
    —Pero quien si me decepciono, fue Sirris...luego de lo que luchamos juntos, sentía que realmente era una lealtad mutua.
    —Edward, si ella fue capaz de matarte por un simple rango y colaborar con un criminal así, entonces no puedes considerarla una amiga, solo es una malagradecida con ansias de progresar aprovechando de otros—Dice Anri para consolarlo un poco.
    —Pero igual, le prometí a su abuela que cuidaría de ella, ahora esta en la cárcel.
    —Cariño, no había otra manera de resolver esto, ademas, tenerla bajo confinamiento temporal en muchísimo mejor que haber tenido que matarla, no es el destino que alguien quisiera para su nieta, pero lo deberá entender desde el mas allá—Explica la guardiana.
    —Bueno, al menos parte del problema ya acabo, aunque es incorrecto decir que todo esta resuelto—comenta Edward.
    —Un intensa batalla nos aguarda todavía, toda una armada contra nuestros amigos y aliados, unidos por poder tener la libertad de escoger un rumbo por el mundo y no subyugarnos en un ciclo infinito de muerte y oscuridad—Recita la Astoriana.
    —Desde lo mas profundo admito que me produce escalofríos la sola idea de esta guerra, Gwyn destruyo a toda una legión de dragones, incluso tuvo la sangre fría de herir a su hijo gravemente y echarlo de casa, separándolo de sus hermanas y sus amistades, las cuales algunas volverían a por el como rivales—Cuenta el latente.
    —¿Es cierto que el mato a Ornstein el cazador de dragones?—Pregunta la chica caballero.
    —El me lo confirmo en una de nuestras conversaciones, intento volver a aliarse, pero se negó rotundamente y tuvieron un combate.
    —El mítico capitán de los caballero de elite, derrotado por su aprendiz y amigo—Comenta la chica de Astora.
    —Gracias por recordarme sobre un mensaje importante—Agradece el latente mientras saca su saponita y escribe un mensaje en el suelo.
    —¿Qué ocurre ser de la ceniza?—Pregunta la guardiana.
    —Pasaremos la noche aquí para descansar, pero ya de aquí no volveremos a Irithyll, mañana a La Luz del día, nuestro camino a la guerra comienza—Informa Edward de manera clara y comandante.

    Anri y la guardiana se sorprenden un poco por la noticia, Parches por su lado se mantiene algo indiferente.

    —Pues ahí es cuando la verdadera diversion comienza, y sacarle potencial a esta arma—Comenta la hiena refiriéndose a su guja.
    —Admiro tu entusiasmo, sé que están nerviosos, pero como ya hablamos, recuerden nuestro propósito, y que estamos juntos en esto, sin importar que pase—Promete el latente para calmarlos.
    —Y aunque caigamos, sera juntos—Replica Anri.
    —¡Por la humanidad!—Exclama Edward.

    Anri y la guardiana responden con mismo, mientras la hiena se limita nomas a alzar su guja en respuesta.

    —Sera mejor que descansemos ya, ha sido un día movido, y pronto sera mas.
    —Prometo tomarme un descanso, pero por mi lado ire un rato al tejado de la catedral, necesito algo de meditación—Comenta el mercader mientras se levanta y agarra su arma cuidadosamente.
    —Si...tomate tu tiempo compañero—Responde el latente.

    Parches se va por los corredores mientras lleva su casco consigo.

    —Anri, tu también descansa, no desearía que algo te llegase a pasar en combate, has sido muy valiente y formidable en esta pequeña aventura, te lo agradezco—Admite Edward hacia su amiga.
    —Me sientan bien esos halagos, es lo que jure después de todo, luchar por mis amigos.
    —Y lo has hecho de maravilla, no solo como luchadora, sino también cómo una eficaz entrenadora—Comenta de manera halagadora la aspirante a espadachín.
    —Me enorgullece saber que mis enseñanzas dieron buenos frutos—Comenta con risitas algo nerviosas.
    —Duerme bien compañera, te lo mereces—Dice el ser de la ceniza.

    Los 3 se hacen una reverencia mutuamente y la pareja se dirige a una habitación. La Astoriana por su lado recuerda que Parches fue al tejado, y debido a ciertos actos previos y brutales, decide ir a hecharle un ojo. La pareja en la habitación se acomodan un poco para descansar.

    Tema musical para ambientar la escena

    Edward clava su espadón en una esquina y cuelga su casco en el mango del arma. la guardiana deja acomodada su espada en el piso cerca de la cama y se alborota un poco el cabello.

    —¿Sabes? Esa linda conversación que tuvimos hace poco me sigue aliviando el corazón, no pensé que algo ya hermoso se podría volver aun más.
    —Creo que para eso están las parejas, apoyarse mutuamente y hacer el día del otro algo colorido.
    —Todavía recuerdo nuestro primer entrenamiento, cuando te probaste esa armadura.
    —¿Que? ¿Cuándo me cambie en frente tuyo?—Pregunta bromeando y riendo.
    —Pues...he de decir que estas en lo correcto, me cuesta sacarme esa imagen de la cabeza—Admite el latente de manera algo nerviosa.
    —Oh...eso es dulce...pero siento que me tratas de decir algo...
    —Luego de lo que paso en nuestro hogar...he tenido un miedo creciente muy intenso...
    —Dímelo, hare lo que sea por resolverlo.
    —Me da temor que alguien más intente tomarte de mí y alejarte por siempre.
    —Prometo que no pasara, cuando alguien mas lo intente, ambos lucharemos contra él.
    —Es cierto, pero aun así, creo que ha llegado un momento crucial para nosotros mi querida—Dice mientras lentamente le agarra las manos y las acaricia.
    —¿A que te refieres....?
    —Mi dulce guardiana, consumemos nuestro amor, juntémonos íntimamente esta noche para que nada nos pueda separar nunca—Le susurra mientras acaricia su cuerpo cariñosamente.

    La mujer queda algo atónita por las palabras y el tono profundo de su amado.
    —...Ser de la ceniza...¿estas proponiéndome eso que pienso....?
    —Es lo que las parejas hacen cuando su amor en inmenso, no tiene nada de malo cuando es mutuo el deseo.
    —No...no estoy segura... me da miedo nose... salir lastimada.
    —Querida, yo jamas te forzaría a hacer algo que te lastimaría, prometo que no te va a pasar nada, terminaras muy complacida.
    —¿Estas seguro de esto Edward?
    —Te lo prometo, y yo siempre cumplo mis promesas.
    —...Bueno... lo hare por que te amo...

    Ambos empiezan a besarse lentamente en la oscura habitación mientras se cubren entre las sabanas quitándose sus prendas. La escena cambia con Anri, quien llego al tejado de la catedral en una noche estrellada e inusualmente tranquila.

    Tema musical para ambientar la escena

    Parches esta en cuclillas cerca del borde, mirando hacia el estrellado horizonte con una expresión algo seria. La astoriana silenciosamente desenfunda su espada y lentamente se acerca hacia el.

    —Estoy consciente de que actúo de manera sospechosa a veces, no necesitas usar amenazas para decírmelo—Dice la hiena sin siquiera voltear a verla.

    Anri decide ignorar el hecho que la percibió y pone la hoja de su espada en su cuello.

    —Tienes muchos interesantes trucos, Parches la hiena, pero eso no hace mas que generarme dudas sobre ti.
    —Entiendo que quizá mis métodos lleguen a horrorizar a otros por su brutalidad.
    —Y sin embargo muestras cero remordimiento en tus actos, eso ya no me parece algo tan normal ¿Sabes?
    —Para ti es fácil decirlo, no te entrenaron para tener el corazón hecho de piedra.
    —¿De que hablas?
    —Te lo contraria, pero sinceramente me es mas cómodo hablar sin tener una hoja afilada cerca de mi cuello.
    —Y ¿Cómo me aseguras de que no me tiraras por el borde de esta catedral?
    —Si hubiera querido asesinarte, lo hubiera hecho desde la vez que conseguí mi guja, sin embargo aquí estas, amenazando al que te salvo 2 veces.
    —...Bueno esta bien, creo que fui algo desconfiada...—Anri guarda su arma y se sienta junto la hiena—Adelante ¿Que me vas a contar?
    —Puedes sentirte afortunada o especial, pues te contare de algunas cosas. Quizá de de curiosidad saber como gane tanta experiencia con las armas, pues...hace tiempo en mi tierra hubo una guerra, era una cruzada por parte de la Senda Blanca, con el objetivo de forzosamente convertir mi tierra en un reino sagrado, bajo las supuestas ordenes de "Lloyd, el padre de todo". Yo era menos que un simple mercader que intentaba ganar ingresos para mis padres, pero la situación era tan cortica, que el reino ordeno a todos los hombres y adolescentes, participar en el conflicto armado como soldados para defender la patria, y ahi estaba yo...el chico que de las ventas, paso a recibir paso a paso como ser un ser inhumano, frio y cruel. Humillaciones entre compañeros, resistir en escenarios aberrantes y de pesadillas, ver los peores abusos de autoridad, todo por una guerra hecha por esa maldita iglesia.
    —Cuanto lo lamente...jamas pensé que te hubieran separado de tu propia familia...
    —En un momento determinado, me toco salir a dar la cara. Creo que jamas vende una esencia de lo peor en el ser humano que aquel periodo, desesperación, masacres, los pocos amigos que tuve completamente locos por semejante situación. Fue una batalla mas que perdida. Como método de consolación, pensé que quizá con este nuevo regimen, mi patria seria un sitio algo mas acogedor de lo que solía, pero esos malditos clérigos pútridos y miserables no tardaron en hacer de las suyas. Nos esclavizaron, trataban a los soldados supervivientes como menos que perros. Algunos mas que una iglesia santa, construyeron un burdel de fetiches que prefieres no saber. Y la gota que colmo el vaso...uno de esos bastardos que esclavizo a mi madre, la violo sin remordimiento alguno, por eso me producen tanto asco esos supuestos santos, que no son mas que animales hambrientos de poder y placeres usando una mascara de santidad.

    Anri se encuentra bastante sorprendida con semejante historia y siente pena por su amigo.

    —...Nunca pensé que alguien pudiera haber tenido un pasado tan desagradable y pudiera seguir en pie como tú.

    —Mis padres hicieron todo lo posible para formarme un carácter fuerte, supongo que eso es lo que me a impedido tomar la sencilla "solución" de suicidarme. Luego de ese suceso, hice algo que realmente no debe, y fue fugarme de mi tierra junto con otros, no podia soportar mas lo que pasa ahí y me fui, hasta que también me separe del grupo y ahí empece a ir por mi propia cuenta.
    —Creo que tus padres y sobretodo tu madre estarían felices de que a pesar de todo lo que te ha pasado, sigues vivo y yendo hacia delante si que nada te detenga.
    —Si te soy sincero, no hago esto por Edward. Sí, es un buen tipo y no se deja llevar por sus ambiciones, pero la verdadera razón para venir es para eliminar a Hawkwood, ya que Leonhard tenia seguro que lo haría Edward. Y me uni a la guerra simplemente por ganas de ver a esos nobles inmundos cayendo y a esa psicótica de Ciaran derrotada.
    —Me duele pensar en que hayas perdido a tu amigo, debido ser muy especial a ti.
    —Era un ladronzuelo, pero a diferencia de muchos otros, este lo hacia para ayudar a su querida también, una tal Loretta, que en paz descanse junto a su amado, por algún motivo que se me escapa, la maldita enmascarada solo agarro a Greirat y lo degollo como si fuera un cerdo.
    —Nunca entenderé qué se necesita para volverse tan sanguinario y degenerado.
    —Hablando de compañeros, tengo entendido que tu tuviste algo con él antiguo señor Aldrich junto a Horace.
    —Cuando éramos niños, fuimos seleccionado junto con otros siete mas para ser entregados al clérigo degenerado como sacrificios, cuando los siete fueron ya entregados y seguimos yo junto con mi fallecido compañero, pero la senda blanca intervino y nos logramos salvar de un destino desastroso, después de crecer juntos, nos volvimos compañeros de viaje y nos juramos mutuamente derrotar al siniestro señor, cosa que tristemente no paso como debía, al final llegue junto con Edward hacia el, y lo derrotamos juntos, pues Horace ya había fallecido en las catacumbas.
    —Y ¿Esa armadura de elite?
    —...Viendo que ya me contaste varios secretos, creo que es menester que yo también lo haga. Esta armadura, no es mas que una tapadera—Admite la astoriana con pena y algo de vergüenza—Nunca tuve un entrenamiento serio o fui un miembro elite en Astora, solo la encontré junto con la espada y el escudo, abandonadas en un antiguo bosque, los use mas como un disfraz para que la gente me tuviera algo de respeto...
    —Ya veo...aunque...con lo que has progresado, creo que en innecesario.
    —¿Tu lo crees?
    —Le diste entrenamiento a una novata de la esgrima, te enfrentaste a una de las nobles mas peligrosas de Anor Londo .
    —Pero no la derrote.
    —De igual manera lo superaste y saliste viva de ello, hazme caso, deja esas insignias falsas, solo te harán sentir peor.

    La chica se lo piensa por un rato, al fina saca su espada y comienza a cortar la tela simbólica de sus armadura, dejándola en puro metal y tira la tela por el borde.

    —Es mejor así, ya luego tendrás que explicarle al latente sobre esto.
    —Ya lo se, pero ¿No quieres entrar? Es mejor que vayamos a dormir.
    —Yo duermo aquí, dentro de esta coraza metálica.
    —¿¿¿¿Duermes con la armadura puesta????
    —Siempre lo hago cuando la uso, es mas cómodo de lo que parece.
    —Jeje, eres extraño a veces, creo que te imitare por esta noches, estoy algo sola adentro de la catedral.
    —Te acostumbras a la soledad con el tiempo, créeme.
    —Si, pero prefiero algo de compañía, si no te molesta.
    —Puedes quedarte aquí conmigo si quieres.
    —Se puede ser tan malo con el cielo plagado de estrellas y a lado de la enigmática hiena de Lothric.
    —Descansa Anri, pronto probaras tu valía ante muchos—Dice mientras se pone su caso y adopta una posición de dormir.
    —Tu también Parches, espero que logres vencer a quien te quito eso que tanto apreciabas—Replica la chica mientras se acuesta a lado de él.

    La escena cambia unas horas antes con él hechicero Orbeck y el anciano piromantico Cornyx. Ambos están sentando cerca de una fuente charlando.

    —Ojala que los lugareños no se hayan equivocado, perfectamente podríamos estar perdiendo en tiempo esperando a esos sujetos aquí—Comenta El mago.
    —Se paciente, la llama me asegura que estamos en el lugar indicado, al tiempo correcto—Asegura el viejo.
    —¿Asi? ¿La llama no te dice si todo esto valdrá la pena al final?
    —No soy capaz de detectar una respuesta así, así que es una incógnita.

    La saponita de ambos comienza a iluminarse, signos de que tiene un mensaje.

    —Eh, la señal se ilumina, podría ser la general o Edward—Comenta el mago mientras saca su señal eh ilumina el mensaje en el suelo.

    El escrito, en efecto sí era del latente, el cual informa acerca de reunirse en el camino de los sacrificios una vez terminada su misión en el burgo, pues se irán de ese momento camino a la guerra.

    —Vaya, sera mejor que le informemos a nuestros estudiantes sobre esto, deben estar listos para cuando la batalla empiece—Recomienda el hechicero.
    —Estoy de acuerdo.

    Ambos escriben mensajes de alerta dirigidos a sus estudiantes. Después de esto, un grupo de personas va en grupo al establo cerca de la plaza donde estaba el duo.

    —Atención, creo que ellos son nuestros objetivos, van en grupo y justamente a conseguir transporte—Notifica Orbeck.
    —Echemos un vistazo a ver que descubrimos.

    El duo los sigue discretamente hasta un establo algo sucio lleno de reservas de frutas. El grupo en cuestión esta negociando el precio para un grupo de caballos. El duo se acerca tomando sus respectivos roles.

    —Buenas noches, perdón por esta molestia caballeros, pero ¿saben cuál seria el caballo mas adecuado para recorrer una noche como esta en la afueras del burgo?—Pregunta Orbeck.
    —Emmmm sentimos mucho no poder ayudarle a usted y a su ¿abuelo?—Responde uno de los señores.
    —Una pena, mi viejo es ciego y no quisiera arriesgarlo en el viaje, justo hoy que debatíamos sobre la situación de Anor Londo.
    —¿Asi? Espero que escojan en bando vencedor por supuesto.
    —Claro que si, Gwyn aplastara a esos 2 rebeldes—Comenta el mago.
    —Si, seguramente, pues tiene aliados muy ingenuos—Asegura uno de los hombres mientras da una señal con su cabeza.

    2 guaridas atrapan a Cornyx quien estaba a punto de hacer la piromancia de compenetración y a Orbeck agarrándole sus manos firmemente. Los lugareños y personas que alquilan los equinos se sorprenden i empiezan a ver el suceso.

    —Diablos...esto no era parte del plan...—Dice el mago preocupado.
    —¿Tan idiotas fueron para pensar que caeríamos en este jueguito de niños?
    —Había que intentarlo al menos...
    —¡Silencio! Ahora verán cómo se enfrentan cargos contra la ciudad de los dioses.
    —Tampoco estaría tan seguro de ello.
    —Y ¿qué piensas hacer mago ignorante?

    Orbeck hace una especie de señal de emergencia a Cornyx.

    —Yo podré ser ignorante, pero ¿sabias que no todas las piromancias de generan con la manos?

    El anciano lanza de su boca una morada nube de toxinas, haciendo que los guardias se aturdan y cubran la boca por los olores fuertes y dañinos, seguido a esto, el anciano envuelve el cuello del guardian que retiene a Orbeck con su látigo venenoso, haciendo que lo suelte con los mismos olores y lanzándolo lejos. Orbeck saca su daga para pelear.

    —Tu encárgate de los guardias, yo hare confesar a estos de aquí—Ordena el anciano.
    —Como quieras.

    Uno de los guardias con un martillo de guerra trata de golpear al mago, el cual responde con una espada mágica con su bastón y clava su daga el el cuello del soldado. El otro soldado con hacha trata de cortarle parte de la cabeza de Orbeck. Este, del manera inesperada hace que dé su daga aparezca una hoja mágica que hace que la daga se convierta en una espada por unos segundos, matando al soldado. Cornyx por su lado usa su truco de confesión sobre los heraldos.

    —Les sera inutil resistirse ¿dónde se dirigen?—Interroga el anciano.
    —Nosotros...cargamos con...información...la cual...es valiosa...para...la guerra...a favor de...Anor Londo...—Balbucea el heraldo.
    —Muy bien hecho—Dice el anciano, a lo que chasquea sus dedos para dormirlos y saca las cartas con toda la información importante.
    —Buen trabajo "Abuelo"—Comenta el mago.
    —Bueno saber ya acabamos aquí—Dice mientras quema las cartas.

    Los soldados del burgo aparecen para controlar la situación en el establo y detener al duo.

    —O quizá no...—Responde Orbeck.

    De entre los soldados aparece aparece la general en caballo junto con el otro y tumba a la maltrecha alineación de guardias.

    —Y tardabas un poco—Le replica el hechicero.
    —No te quejes y sube al caballo—Ordena la general.

    El mago y el anciano se suben en el segundo caballo y salen cabalgando del burgo, sin embargo, un grupo de soldados en caballos les dan seguimiento a caballo cargando con lanzas y alabardas.

    Tema musical para ambientar la escena.

    —Muchachos, tenemos algo de compañía—Alerta la general.
    —¿Te molesto cuervo?—Dice Orbeck al piromantico.
    —Sera muy entretenido.

    El anciano cuervo lanza un orbe de fuego hacia uno de los guardias, pero es esquivado con una maniobra por parte del caballos. Como respuestas, el guardia lanza una flecha de su arco, pero no impacta a ninguno del equipo. Cornyx insiste con sus orbes de fuego para derribar a los guardias pero parece inútil, pues son constantemente esquivados.

    —¡Bah! Ya sé que los pondrá a raya—Comenta el anciano.
    —No le hagas nada a los caballos, tampoco hay que ser cruel—Dice la general.
    —Claro que no, pero ya verán.

    El viejo se concentra con su mano y resuelve crear una barrera de fuego la cual asusta a varios de los caballos, provocando que sus jinetes caigan al suelo, pero otros mas experimentados simplemente saltan la barrera y continuan la persecución.

    —¿Saben qué? Yo me encargo, ustedes sigan avanzando—Ordena la general mientras voltéale al caballo y saca sus espadas encantadas.
    —¡Buena suerte!—Exclaman tanto Orbeck como su amigo mientras cabalgan lejos.

    Uno de los jinetes charla contra la mujer con su lanza, la cual es desviada con una de las cuchillas de su rival y después su cuellos es rebanado con la otra espada. Unas jabalinas caen cerca de la chica y por poco hieren a su caballo, se trata do otros 2 jinetes quienes la rodeas lentamente para atraparla. La general se petrifica un poco al no saber cómo proceder a atacar, cuando de repente, otro guardia aparece sorpresivamente y la engancha con unas cadenas, tirándola del equino. Los guardias la apuntan para que no se mueva.

    —Vas a enfrentar serios problemas muchacha—Asegura uno de los soldados.
    —Como si ya no hubiera tenido suficientes—Responde la mujer.

    Repentinamente, un látigo ahorca a uno de los guardias, y él otros es derribado de su montura con una lanza de alma pesada. Pues, el duo volvió para rescatar a su compañera. El guardia restante trata de huir al verse en desventaja, pero es derribado por el anciano.

    —Lo siento, pero creo que tu te quedas.
    —¿No les dije que se fueran?—Pregunta la mujer.
    —Un ataque sorpresa jamas es mala idea, aparte ¿Esto no era un equipo?—Responde el mago.
    —Podia yo mismo gafarme, gracias—Asegura la chica.
    —Si, me quedo muy claro—Responde sarcásticamente mientras le corta las cadenas.
    —¿Se acabo?—Interroga la general.
    —Solo un detalle mas—Dice Cornyx mientras nuevamente usara su hechizo de perdida de memoria, después chasquea sus dedos para dormirlos.
    —Ese truco tuyo esta bien efectivo ¿Por qué no lo usas más a menudo?—Pregunta el joven mago
    —Como si fuera tan fácilmente, requiere mucha concentración y fuerza vital—Explica el cuervo.
    —Eso mejor dejémoslo para otro día, ya terminamos aquí.
    —Si, por cierto, Edward ya nos aviso, mañana a la luz del día, hay que reunirnos en el camino de los sacrificios, pues nuestro camino al conflicto comienza—Informa el hechicero.
    —Gracias...pero yo no podré participar...—Asegura la general.
    —¿Que? Si tienes muchísimas habilidades y técnicas ¿Cómo no vas a poder estar?—Interroga el primantico desconcertado.
    —No recibe la autorización...mi princesa Felicia no quiere arriesgar su tierra, por lo que prefiere mantenerse al margen de todo lo que tenga que ver con aquella guerra...lo lamento mucho...—Explica la chica apenada.
    —Vaya...decepcionante..pero lo entiendo...ella se preocupa por su gente—Responde Orbeck.
    —Si...ella cree que Irithyll ya tuvo suficientes problemas—Explica la chica.
    —Entonces, no nos aflijamos por una decision ya tomada, volvamos a casa—Propone el anciano.

    Los 3 se suben a los caballos y se retiran del sitios por precaución a ser vistos. La escena cambia a la cima del Archidragon, con el rey sin nombre quién se lo ve entrenando con su lanza. Mientras hace esto, tiene flashbacks de su amistad con Ornstein, quien a pesar de sus diferencias al final, fue quien lo entreno para ser un luchador y lo instruyo en el arte de los poderes relacionados al rayo junto con su padre, relacionándolo con la ultima vez que se vieron, donde después de un gran combate, este debe matarlo. Entre esos recuerdos, también esta la ultima vez que hablo con su hermano menor, Gwyndolin, a quien le tenia bastante aprecio y cariño, junto con eso viene el triste recuerdo de cuando se entero que este había sido asesinado y que mas encima, su padre nunca respondió por el. Esto provoca enojo en el rey, quien intensifica su entrenamiento. El caballero Solaire entra en su recamara con su señal, parece que tiene noticias.

    —Su majestad, recibimos un importante mensaje de su aliado Latente, se ve de carácter importante.

    El monarca para su combate de sombra y presta atención a su caballero.

    —¿De que trata? Ojala no sean malas noticias.
    —El señor Edward informa que estemos mañana a plena luz del día en el camino de los sacrificios, pues ya es hora de ir al combate más importante.
    —Ya veo, la hora de la verdad esta aproximándose, no tengo conocimiento de donde queda ese lugar, pero seguramente tú sí.
    —Claro su majestad, yo junto con Ricard podemos guiarlos hasta el punto de reunion.
    —Perfecto, me gusta cómo suena.
    —Disculpe, no es ni sera mi intención traicionarlo, pero eh de admitir que me costara mucho borrar la gran luz solar que abraza la cuidad de los dioses.
    —Solaire, siento ser yo quien to lo diga, pero esa luz es toda una farsa, una ilusión hecha por mi fallecido hermano quien tomo la figura de mi hermana como engaño a los viajeros.
    —Como...¿es todo una mentira?
    —La Luz desapareció de ahi cuando la era del fuego termino, pero mi padre terco insiste en continuarla de cualquier forma, por eso es que hizo el ciclo de los latentes, para el los humanos, excepto los que nacen en su hogar, son menos que materiales para su reino.
    —¿Supongo que es lo que vamos a impedir?
    —Entiéndeme, yo no quiero matar a mi padre, pero si los métodos diplomáticos fallan, no habra mas opciones.
    —Creo que tiene razón...
    —No te desanimes, el sol seguirá resplandeciendo, solo que esta vez iluminara un época mejor a la que vivíamos todos.
    —Es cierto, ojala pase lo mismo que aquella vez en mi campo de batalla.
    —Sucederá, y esta vez no sera por una derrota, ahora anda y pregunta a los demás si ya están preparados.
    —Como ordene su alteza.

    Ambos se despiden y Solaire sale del templo para ir a ver a sus compañeros. En las afueras, se ven a los caballeros principales charlando en grupo.

    —Y así a ido mi entrenamiento, he tenido que alzar cosas realmente pesadas, pues debido a mi equipamiento, no puedo perder ni un poco de mi actual fuerza—Explica la roca.
    —Es lo que tiene llevar 5 toneladas de concreto cómo armadura, y de paso compartirlo con semejante garrote y escudo—Intuye el caballero Ledo.
    —Pues tu tampoco eres de gustos simples, tu llevas un martillo tan pesado que podría partir mi armadura con un golpe certero.
    —Yo por eso prefiero blandir mi fino y eficaz florete dorado junto con mi rodela—Afirma Ricard.
    —¿Y que tal el entrenamiento principito? Espero que no se te haya roto la espada delgaducha—Dice Havel riéndose.
    —Para nada, espero que tu no te hayas roto los huesos dentro de ese montón de piedra grandulón—Responde el principe.
    —Miren, no creo que sea momento de un debate sobre técnicas de combate u armas—Recomienda el caballero de martillo.
    —Una guerra se aproximas, así que he tenido que intensificar el entrenamiento, nunca se sabe—Cuenta el caballero de florete.

    Solaire llega junto a ellos para dar la noticia.

    —Muchachos espero que estén bien y hayan entrenado estos días—Saluda el caballero solar amistosamente.
    —Vaya, si es el guerrero solar mas famoso del mundo—Comenta Ricard.
    —¿Algo interesante compañero?—Pregunta Havel.
    —El tiempo a llegado, el latente mando un mensaje a nuestro rey, por lo que mañana ya iremos a reunirnos, para finalmente ir a Anor Londo y asistir a la batalla que nos ha concernido por mucho—Explica el caballero de Astora.
    —Magnifico...estaba esperando una noticia así durante estos días—Admite la roca.
    —Entonces, nuestro rey desea saber si tu y Ricard tienen listos los caballeros que prometieron colaborar en el conflicto.
    —Dile que están en un campamento cercano a Lothric, hoy mismo me reuniré con ellos para informarles—Responde el principe caballero.
    —Yo igual, saldré para informarles y ya no veremos en la reunion—Notifica Havel.
    —Perfecto, esto alegrara de sobremanera al rey, ya saben, cuídense y sean fuertes, nos aguarda un combate legendario—Comenta Solaire.
    —Tengo fe en todos ustedes, aunque no compartamos las mismas costumbres, todos aquí hemos sido valientes—Les dice la roca de manera halagadora.

    El grupo de caballeros pone las manos en el centro como símbolo de alianza y amistad. Las hora pasan, podemos ver a cada personajes preparándose durante los pasados días para lo que se avecina. Gente como Havel y Ledo entrenan con objetos realmente pesados, como rocas e incluso aguantando el peso de otros caballeros y hombres serpientes. Espadachines como Ricard y Solaire hacen entrenamientos entre sí con combates de entrenamiento para mejorar su rapidez y eficacia en cada movimiento. Después de varias horas cambiamos al camino de los sacrificios, cerca de un gran lago cristalino que decora una pradera verde. El grupo esta conformado por nuevos miembros, entre ellos unos caballeros con armaduras algo robustas con una capa concho de vino, floretes cómo armas acompañados tanto con rodelas como escudo medianos con insignias de arboles los cuales vienen de la region de Balder. Otros son caballeros de Catarina con armaduras y escudos similares a los de Siegward pero llevan armas de guerra distintas. También están los caballeros de Havel, los cuales también llevan escudos y armadura similar a su general Havel pero armas de guerra distintas aunque pesadas en su mayoría. Del otro lado hay toda una agrupación de hechiceros con ropajes elegantes siendo liderados por Orbeck, junto con unos piromanticos con vestiduras algo derruidas y que parecen venir del pantano, los cuales usan armas algo inapropiadas para el combate, pero compensando con sus poderes de fuego y son liderados por Cornyx, finalmente también se encuentran los caballeros de la sangre de Dragon que sirven al rey, junto con los hombres serpiente a los que Edward se enfrento hace tiempo. El latente junto con el monarca de los dragones se ponen sobre una roca para ganar algo de autoridad y atención.

    —Buenas a todos y déjenme primero expresar mi mas sincero agradecimiento a todos y cada uno de los que asisten a esta reunión, demuestra una valentía inigualable dentro de sus corazones, intuyo que para nadie es un misterio la razón de todo esto, todos saben a lo que se están metiendo—Comenta el latente.
    —Es algo que, aunque al principio no lo pareciera, nos incumbe a todos, y el resultado final sera tanto positivo si sale bien, como negativo si todo fracasa—Comenta el primogénito.
    —Quisiéramos volver a saber la razón de toda esta lucha, si no es una inconveniencia—Pide el caballero de Catarina Siegward.
    —Nuestro enemigo presente es Gwyn, y sus seguidores de la ciudad de los dioses, mi antiguo hogar, mi padre, admirado como un señor poderoso por algunos, tomado por un monstruo tiránico por muchos otros, y debo decir que tienen razón. Hubo un tiempo donde la humanidad tomaba su propio rumbo por el mundo, pero mi padre los privo de ese beneficio, creando un ciclo infinito para que su preciada edad de fuego jamas desaparezca, muy a pesar de que debido haber terminado en su día, no solo tiene una injustificada afición por mantener a los humano bajo regimen, también quiere acabar con los dragones, criaturas con mente propia, quienes nunca los atacaron, pero el simplemente decidió quitarlos del camino para ponerse en la cima—Cuenta el monarca con bravura.
    —Yo me entere de esto y por ademas razones algo mas personales, decide no completar el ciclo, así inicio la edad oscura, que a diferencia de lo que muchos has creído, no se trata de un periodo en el que viviremos en las profundas tinieblas, simplemente es la era que debe venir después del fuego, donde la humanidad se toma el respiro que merece, pero el enemigo no dejara que esto pase, por lo que nos desea muertos, para que un nuevo ciclo de latentes comience.

    La gente se mira entre ellos y dialogan sobre ello.

    —Nosotros en Vinheim pensamos que todo sobre el "Señor de La Luz Solar" es una farsa, no es más que un ser poderoso que quiere ponerse sobre los demás ¡hay que darle fin!—Proclama uno de los estudiantes de Orbeck.
    —En Catarina creemos que sí es un dios, pero uno que no sabe manejar su propio poder, por lo que hay que detenerlo—Responde uno de los caballeros cebolla.
    —Por favor, ruego que dejemos esas discusiones para otra ocasión, esta no es la apropiada—Pide el rey.
    —¿El plan de batalla sigue siendo igual?—Pregunta Eygon.
    —Así es, por lo que te pediré que vengas a nuestras lineas, Ricard y Solaire, vayan con Edward, ya saben su trabajo—Ordena el rey.
    —Con todo es respeto que usted se merece ¿cómo pretende derribar la fortificada defensa de la capital? tengo entendido que es una de las organizaciones mas eficaces—Pregunta el mago de Orbeck.
    —Nosotros seremos la distracción para ellos, pensaran que Edward se acobardo y solo yo intentare atacarlos, ell soltara algunas tropas y usara la defensa en nosotros, por lo que ustedes los atacaran sorpresivamente y destruirán sus defensas, no solo están ustedes, tendrán maquinarias traídas por mis grandes hombre serpientes y una legion de dragones—Explica el primogénito.
    —Suena bien, pero ¿cómo más haremos esto?—Pregunta Edward.
    —¿Quienes consideras a los señores más capacitados de tus amigos?
    —...Mi gran compañero Parches y mi amiga Anri, a ellos los he visto con detalle en el combate, y los considero como los mejores, sin menospreciar el talento de los demás.
    —Entonces, necesito algo arriesgado. Mis leales guerreros, Ricard y Solaire, tienes la capacidad de montar dragones, pues yo se los enseñe, necesito que ellos se monten junto a ellos y luego de despejar un poco las defensas, ustedes aterrizaran y mataran a todo aquel que se encuentre ahi, dejándonos rienda libre para entrar a la ciudad.
    —...Suena como algo extremo, pero creo que lo podremos sobrellevar ¿Verdad muchachos?—Pregunta el latente a sus amigos.
    —¡Claro que si! ¡Juntos los derrotaremos!—Exclama con entusiasmo la Astoriana.
    —Suena a toneladas de diversión, me apunto—Afirma la hiena.
    —¡Excelene! La desventaja, es que ustedes deberán tomar un camino considerablemente mas largo, por lo que nosotros deberemos aguantar como sea en las afueras—Comenta el monarca.
    —Una cosa, mi guardiana nos acompañan, pero sigue siendo una novata y no puede desempeñarse tan bien como los demás.
    —Por supuesto, tu guardiana, procura quedarte pegada a los ejércitos o con Edward, no te arriesgues a tanto, te lo pedimos—Recomienda el primogénito.
    —Claro, lo tengo entendido—Responde la chica.
    —Creo que eso es todo lo que debo decir, mi grupo partirá primero, ustedes pueden tomarse un tiempo extra para organizarse y recuerden tomar el camino distinto, Ricard y Solaire os guiaran hasta la capital.
    —Creo que todo a quedado claro su majestad—Comenta Havel.
    —¡Muy bien, síganme equipo!—Comanda el rey, quién junto con Havel, Ledo y Eygon parten su camino seguidos por sus caballeros de Draco y hombres serpiente.
    —Te vi bastante centrado en los magos eh Havel, se notaba que querías aplastarlos—Asegura el caballero de gran martillo.
    —Si no fuera por su amistad con Edward y toda esta situación, hace mucho que lo hubiera hecho morder el polvo a el y a sus estudiantes—Responde la roca.
    —Jamas lo hubiera imaginado, yo estando proximo a luchar junto con el legendario Havel la roca, antiguo obispo de la senda blanca, ex aliado y general de Gwyn, actualmente general de su primogénito—Le confiesa el caballero gárgola con algo de entusiasmo.
    —Luces genial con ese equipamiento ¿Cual es tu historia?—Pregunta la roca al caballero.
    —Pues de lejos nada interesante como la tuya, soy un hombre nacido en Carim, sirviendo como paladín a una damisela, conocí a Edward en un viejo asentamiento, el me ayudo de sobremanera con mi doncella, y le prometo lealtad por ello, esa es la la razón para encontrarme aquí, realmente nada de esto me afecta, seguiría siendo un caballero al servicio de mi querida Irina, pero una promesa es una promesa—cuenta el Carinense a los 2 hombres.
    —Tu maza se ve espléndida ¿alguna habilidad especial o solo su más que evidente potencia?—Pregunta Ledo.
    —Solo una, pero es suficiente. Concentra todo el poder en la cabeza de la almádena, creando una gran explosion y dando algo de estabilidad a su portador, efectivo cuando eres rodeado por rivales—Explica el sujeto.
    —Maravilloso, y por ultimo ¿Alguna explicación para la gárgola esculpidas finamente en el? ¿O es puramente estético?—Pregunta la roca.
    —¿Es un tributo al apóstol Morne, en quien se basaron para crear esta mole, se decía que tenia una extraña obsesión con las gárgolas, pero nunca entendí mucho sobre eso, un dato curioso es que justamente, la técnica de que les hable es llamada "Ira de Morne" refiriéndose al susodicho apóstol y por que comparte similitudes con el milagro de "Ira de los dioses"—Cuenta Eygon.
    —Bastante increíble los detalles, me gusta tu arma—Admite la roca.
    —Espero que no hayas olvidado tu famoso milagro camarada—Recuerda el caballero Ledo a su amigo.
    —Claro que no, lo tengo listo, una gran barrera mágica junto con un buen escudo, te hará invulnerable a cualquier hechizo—Asegura el fortachón.
    —Lo tengo en cuenta, en Carim también los usamos en el combate.
    —Veo que se hacen amigos muy rápido muchachos, como se nota que entre forzudos se entienden—Comenta sorpresivamente el rey.
    —Estos señores sí comprenden y usan el valor de la fuerza su majestad, muy bien entrenados he de decir—Responde Havel.

    Entre los 4 siguen charlando mientras se alejan mas y más del otro grupo, quienes se quedan un rato esperando a que los demás se vayan. Ricard y el caballero solar se acercan al equipo para conocerse mejor, junto a ello vienen algunos hombres serpiente gigantes arrastrando catapultas y una cuantas ballestas gigantes.

    —No estará nada mal un pequeño cambio de bandos para toda esta operación, supongo que muchos de ustedes me conocen pero volvere a presentarme. Mi nombre es Ricard, soy un antiguo caballero de la region de Balder, hijo de la familia real y conocido como principe viajero, pues en lugar de quedarme ahi disfrutando de mi puesto, preferí explorar el mundo ma allá de mi patria, así conocí al rey que sirvo actualmente y a este quien es mi gran amigo.
    —Yo soy Solaire de Astora, antiguo guerrero de La Luz solar y combatiente en la capital, ahora que veo las cosas con mas claridad, sirvo a su majestad, pero igual sigo fiel a mi devoción por el Sol.
    —Nos complace conocerlos caballeros, sera un gusto tenerlos en nuestras filas—Comenta el latente.
    —...Tú me recuerdas a un viejo amigo ¿Sabes?—Reconoce el caballero solar.
    —¿En serio?
    —Si, un viejo y valiente No muerto, que al igual que nosotros, debía llegar a la capital, pero se desvío del camino, no pude saber más de él—Cuenta el astoriano.
    —¿Aquel elegido quién salió de un viejo asilo?—Pregunta Edward recordando una vieja historia.
    —¡Asi es! Él mismo, bueno saber que no ha sido totalmente olvidado.
    —Todavía me acuerdo cuando me enfrente a estos monstruos de manera encarnizada, me siento raro colaborando con ellos—Admite el latente refiriéndose a las serpientes.
    —Son mas inteligentes de lo que parecen, acatan las ordenes claramente—Explica el principe.
    —Espero que también se desempeñen en batalla, pues lo necesitaran.
    —Yo creo que mejor ya empezamos nuestro camino, tenemos un combate en la mira—Sugiere Parches algo impaciente.
    —Si vamos, es la hora—Lo acompaña el caballero de Catarina
    —Bueno ¡Adelante, vamos!—Comanda el ser de la ceniza.

    Todo el grupo se dirige por los matorrales liderados por el caballero de Balder y Astora. Se ve cómo los días pasan y ambos equipos pasan por varios terrenos, algunos simplemente son terrenos planos y sencillos, pero también por pantanos algo dificultosos y cordilleras pesadas. En estas montañas son asistidos por los dragones que el rey prometio que ayudarían, causando gran impresión entre las lineas de Edward. Dias después, el equipo del rey por fin se encuentra en las afueras de la majestuosa capital junto a su ejercito en medio de la noche.

    —No ataquen, todavía hay mejores maneras de acabar con esto, si hay suerte...—Comenta el rey.
    —¿Esta seguro de lo que hace su alteza?—Pregunta la Roca.
    —Espero que no nos salga muy caro, estate atento ante cualquier cosa.

    El rey junto con Ledo y Havel se acercan mas a la catedral pero con las armas enfundadas para intentar transmitir paz. Dentro de la catedral todos los caballeros de plata arqueros revisan con sus prismáticos y ven a la legion, sin embargo deciden informar a su lord y que el dé la orden. Gwyn por su lado esta en el tope de la catedral pero sin prestar mucha atención a las afueras.

    —¡Señor! Sera mejor que vea lo que se avecina—Exclama Gough con su típica voz de gigante.

    El gran señor saca sus prismáticos y se da cuenta que su hijo, junto con sus antiguos aliados se acerca. El primogénito le hace señal de "paz" para intentar demostrar que no vienen directamente a atacarlos.

    —¿Qué están tramando?—Pregunta el gigantón a su amiga.
    —Están intentando engañarnos, pero eso no va a ser posible—Responde la enmascarada.
    —Ciaran e Ingward, vengan conmigo, vamos a ver qué quieren—Ordena el lord.
    —¿Señor? Con todo respeto esto a mí me suena a una trampa—Dice el mago carmesí.
    —Mira a tu alrededor, cualquier intento de ataque sera fulminado con las defensas, aparte, tengo cuentas pendientes con mi "Querido hijo"—Explica el señor.
    —Hazle caso Ingward, el sabra lo que planea—Recomienda la mujer.

    Después de unos minutos, el grupo del señor de La Luz solar se reúne con el de primogénito del sol, creando un ambiente algo tenso, pues ambos son fugases enemigos. Padre e hijo comparten miradas intensas y con cierto desprecio mientras el viento retumba entre sus grandes cabelleras.

    —Tiempo sin verte...padre....—Dice el primogénito del sol.
    —Una década entera pasaste desaparecido del mundo...lejos de todos...mientras la gente lentamente te olvidaba, incluso tú mismo—Responde el señor.
    —Tu fuiste quién me echo, tu me hiciste que olvidara mi propio nombre—Le recrimina el hijo.
    —Por qué tuviste el atrevimiento de traicionar a tu propio padre, y de seguro fuiste tú también quien provoco que mi antiguo general y caballero plateado se fueran de mis filas.
    —El no me convenció para dejar tu ejercito, fue tu alianza con ese despreciable de Seath—Corrige el general Havel.
    —Yo solo lo seguí, era mejor que continuar siendo carne de cañón, aparte de que es mi amigo—Alega Ledo.
    —Y decidieron servirle a mi hijo...mas específicamente, a los dragones, luego de que ambos tuvieron toda una carrera asesinatos juntos ¡Ese garrote que llevas es un diente de una de esas bestias!—Exclama Gwyn a su antiguo socio.
    —Eso quedo atrás, vuestro hijo tenia razón sobre los dragones—Dice la roca.
    —Que iluso, le haces caso a un pobre loco que asesino a su propio mentor—Manifiesta Ciaran refiriéndose al asesinato de Ornstein por parte del rey.
    —Envíe a mi preciado capitán hasta para que te convenciera de unirte a mi otra vez, tu lo terminaste asesinando—Acusa el señor.
    —¡Mentiras! Lo enviaste a asesinarme, tuve que matarlo a pesar de todo lo que él mismo me enseño—Corrige el rey.
    —De cualquier manera, te convertiste en una potencial amenaza y sabia que aun día volverías a tu hogar, aunque hubiera esperado verte arrepentido—Admite el señor.
    —Esto no tiene que ser una batalla...solo pido que des una oportunidad a los humano y dragones, para convivir normalmente con los de nuestra raza, sin ser tratados como menos—Pide el hijo.
    —...Decepcionante...por si ya se te olvido...te críe como un dios de la guerra...alguien que derramaría sangre por la capital...no un pobre resentido que defiende a seres tan insignificantes como esas bestias y a la humanidad—Regaña el padre a su primogénito.
    —¿Y que me dices de tu otros hijos e hijas? ¿Por qué Gwynevere huyo de su hogar ¿Qué hiciste con mi querida Filianore? Y sobretodo ¿Qué me dices de Gwyndolin? ¿¿¿¿¿¿¿¿¿No tuviste el valor de salvarlo??????? ¿¿¿¿O el suficiente amor para ayudarlo a dirigir esa catedral falsa que mandaste a crear????????—Pregunta el monarca con lagrimas de rabia.
    —Tu hermano era un caso perdido...débil y frágil...sin capacidades reales...—Dice el padre.
    —¡Pero era tu hijo! ¡Mi hermano! ¿Cuándo dejaras de mentirles? ¿Cuándo digas que ni siquiera La Luz solar de este lugar es real?—Recrimina el rey.
    —¿¡Y tú cuándo piensas dejar de defender a los débiles!? ¡No puedes aceptar nunca que solo los fuertes deben posicionarse en la cima!—Exclama Gwyn.
    —¿Esto es lo que das de ejemplo? Ser un tirano insensible ¿Esto es lo que deseas transmitir al la futura gente, dejándolas vivir un ciclo eterno?
    —Nunca llegaras a comprender a tu padre, solo te lo dejo así, la única manera en la que volverás a ser mi hijo, es cuando dejes a esos humanos miserables y esas bestias...de otro modo, tu no eres bienvenido aquí—Advierte el señor.

    Un silencio incomodo perdura por unos minutos. El rey sin nombre baja la cabeza como si estuviera decaído.

    —¿Y bien? ¿Te iras? ¿Volverás a nuestras filas? o ¿intentaras algo increíblemente estúpido?—Pregunta el padre.

    El Primogénito en lugar de contestar, alza su pie y pisa el suelo creando una explosión eléctrica.

    https://www.youtube.com/watch?v=msfSJXzD_Bw Tema musical para ambientar la escena

    —¡DISPAREN A LAS DEFENSAS!—Exclama el monarca.
    —¡DEFIENDAN LA CAPITAL!—Grita Gwyn de manera comandante.

    Havel y Ledo corren hacia las filas para prepararse al combate. Ciaran e Ingward hacen exactamente los mismo, mientras que Gwyn retrocede para sacar su espadón de gran señor. Su hijo hace lo mismo con la lanza y apunta a su progenitor.

    —Yo no deseaba llegar a esto...pedía un simple trato de paz... pero no has querido aceptar.
    —¿Acaso crees que voy a juntarme con esas alimañas?

    El gran señor hace un barrido horizontalmente con su gran espada, su hijo para el corte con su lanza y con su mano libre lanza una lanza relámpago, pero es desviada por Gwyn, quien también controla el rayo. Al ver esto, el rey intenta herir cerca del estomago de su padre con la lanza, pero el señor esquiva hacia atrás para luego responder con un empuje hacia delante que hiere levemente el hombre del rey. El monarca responde con una estaca eléctrica la cual explota en el suelo y daña minuciosamente, quien responde con cortes diagonales que son repelidos por su hijo con la lanza, después retrocede para alzar y colisionar su lanza en el suelo, generando ciertos orbes que golpean a su padre. Por otro lado, la defensas de la capital lanza piedras gigantes y flechas con sus catapultas, las cuales casi no matan a las tropas enemigas, pues están atentos ante cualquier trampa, después de eso, ellos también usan sus pequeñas pero efectivas maquinarias, la cuales destruyen parte de la estructura de la capital, pero nada grave.

    —¡PRIMERA TROPA ADELANTE!—Ordena Gwyn con vigor, antes de ser interrumpido por su hijo, quien intenta apuñalar su torso.

    Las puertas principales de la capital se abren, dejando avanzar a un ejercito de caballeros de plata, cuchillas luna oscura y guerreros de las luz solar. Los caballeros plateados lanceros se posicionan al frente y ponen sus lanzas adelante. Los caballeros de las sangre de dragones y Havel junto con los hombres serpiente quienes son los que van al frente alzan sus escudos y armas, listos para luchar.

    —¡Muy bien muchachos! Luego de tanto esperar ¡Nos encontramos presentes en la tarea que se nos encomendó!—Exclama Havel.

    Ledo y Eygon también se ponen firmes sin mostrar temor alguno.

    —Muchos de ustedes quizá sientan miedo en estos momentos ante semejante enemigo que nos ha tocado, se ve que es alguien poderoso y con deseos de vernos en el piso llenos de fracaso y derrota ¿Pero acaso nosotros le dejaremos pisotearnos?—Pregunta la roca.

    La multitud responde negativamente con un fuerte grito de guerra.

    —¿Dejaremos que nuestro reinado y futuro sea borrado por el rival?

    El ejercito vuelve a responder negativamente.

    —¡ENTONCES TOMEN SUS ARMAS Y DERROTEN AL ENEMIGO!—Exclama el general.

    El ejercito de Havel corre hacia donde están los caballeros de plata, quienes son liderados solo por Ciaran, pues Ingward volvió para liderar a los catalizadores desde puntos estratégicos.

    —No importa si se rinden ¡Que ninguno quede con vida!—Ordena la enmascarada.

    El ejercito de Anor Londo también corre hacia sus rivales. Ambos bandos deciden respetar el combate de Padre vs Hijo, por los que van rodeando a ambos contrincantes y después de una tensa carrera, ambos ejércitos chocan y la batalla empieza, con hombre serpiente cortando y destripando a los soldados de la capital, los gigantes incluso se comen a algunos, caballeros de dragones que repelen los ataques de sus rivales y atraviesan las armaduras con sus espadas eléctricas y caballeros de Havel que aplastan y fracturan los huesos de sus rivales con sus pesadas armas. Pero los soldados de la catedral no se quedan cortos, pues los caballeros de plata empalan y sus lanzas a varios rivales, incluso derribando a hombres serpientes gigantes, las cuchillas de luna oscura rodean a ciertos contrincantes, masacrándolos y los guerreros del sol usan su milagros de rayo, los cuales son especialmente dañinos contra las serpientes del rey. En cuanto a lo guerreros principales, Havel derriba a sus víctimas con su escudo y los aplasta en el suelo con el garrote, gracias al grosor de su armadura, resiste muchos ataques, permitiéndoles enfrentarse a mas de un rival. El caballero Ledo realiza un combo giratorio contra varios caballeros plateados, generando rocas sobre su martillo, volviéndolo más letal. Eygon por su lado no es muy diferente, aplasta y derriba a sus rivales con el martillo y escudo, pero este de vez en cuando, utiliza la "Ira de morne" para lidiar con grupos de rivales. En el equipo contrario, Ciaran es toda una bestia feroz, pues destripa a los caballeros de dragón y corta el cuello y cabeza de los hombres serpiente, manteniendo una velocidad y reflejos bien desarrollados, parando el ataque con una de sus trazadoras y con la otra rebanarle el cuello, incluso se monto en una de las serpientes gigantes para dañarle ambos ojos y boca, haciendo que se desplome. Luego de esto, la enmascarada divisa a Ledo y va a por él para darle muerte, por lo que salta para agarrarlo por atrás, pero cuando estaba a punto de aterrizar tras el, Havel le da un golpe con su garrote, bateandola literalmente algo lejos. La mujer cae fuertemente, pero no sufre mayor daño, uno de los caballeros de dragones intenta atravesar su espada mientras ella esta en el suelo, pero Ciaran le corta el pie rápidamente y luego rebana el cuello del caballero. La pelea de Padre e Hijo continua con Gwyn realizando cortes en varias direcciones con una sola mano, demostrando su habilidad con el mandoble. El hijo repele ciertos ataques aunque otros los recibe, pero su armadura lo protege y responde con un giro en el aire que roza parte de la falda de Gwyn. El señor genera una combustión en su mano libre para aturdir a su hijo y luego lo patea. El señor de toma unos segundos para ver como va su ejercito, y al ver que el enemigo resiste mas de lo previsto, decide sacar otra horda.

    —¡ARQUEROS Y SERES VOLADORES, HORA DE LA ACCION!

    Gough ordena a su tropa de arqueros lanzar una lluvia de flechas.

    —¡FUEGO!—Ordena el gigante.

    Los caballeros generan una lluvia de grandes flechas que matan a varias serpientes y caballeros de dragón.

    —Maldición...esos arqueros eran toda una pesadilla...—Admite Ledo.
    —Hay que aguantar... cuando los demás lleguen...nuestra victoria también lo hará...—Responde Havel después de matar a otros caballeros.

    De la capital, unos demonios pálidos con lanza y unas gárgolas con alambradas y escudos vuelan dirigiendose al campo de batalla.

    —Esto debe ser una broma...¡Maquinarias abran fuego!—Ordena la roca.

    Las catapultas lanzan sus rocas pesadas y logran matar a ciertas criaturas, pero no es suficiente.

    Lo canalizadores y nobles de Oolacile son formados por el mago Ingward.

    —Prepárense para acribillarlos—Ordena el enmascarado carmesí.

    Los hechiceros alzan sus balones y empiezan a lanzar magia en ráfagas. Estas empiezan a debilitar las lineas de Havel, afortunadamente son frenados temporalmente por una de las catapultas.

    —¡Resistan! ¡Muestren su coraje!—Comanda Havel—"Chicos...los necesitamos pronto"—Piensa el general bastante preocupado. La escena cambia con el otro grupo horas después en la madrugada.

    —Vamos muchachos, ya estamos cerca, no podemos decepcionarlos y dejarlos morir—Dice Solaire para motivar al ejercito.

    Edward se encuentra junto a su amada para tranquilizarla.
    —Saldremos de esta guerra juntos...luego...tendremos una paz infinita...te lo prometo...—Asegura el latente a su guardiana.
    —Tengo Fe en ti, en que lucharas por todos y saldrás victorioso—Responde la mujer.

    Parches y Anri se encuentran junto como de costumbre también.

    —No sé como sentirme por todo esto, es aterrado pensar en una guerra así...aunque extrañaba luchar junto a un amigo igualmente—Afirma la Astoriana.
    —¿Somos amigos?—Pregunta la hiena.
    —Eso depende de ti, de cómo compartamos el tiempo juntos—Responde la chica.
    —Tal vez podamos discutir esto después de nuestra victoria—Recomienda Parches
    —Si lo deseas, podría ser el nacimiento de un nuevo duo ¿Lo sabias?—Alega la Asotriana.
    —No se si realmente quisieras colaborar conmigo...—Asegura la hiena pensando en todas sus "actividades"
    —Ya lo veremos—Afirma la chica entre risitas

    FIN
    Galeria de imágenes del episodio.
    [​IMG]
    Armadura de los lideres heraldos, quienes se hacían pasar por simples caballeros. (Arte conceptual del juego)
    [​IMG]
    Soldados del burgo quienes persiguieron a la general y acompañantes a caballo. (Imagínenlos como humanos)

    [​IMG]
    Lago donde se reunió la banda enemiga de la capital (Imagen usada solo para dar una idea, no es nada exacto)

    [​IMG]
    Caballeros de plata arqueros liderados por Gough.

    Gracias por leer el capitulo, latentes de ceniza :3
     
    Última edición: 28 Abril 2020
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    wasabi

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    Hola Ashen, estuve un poco ocupada pero nunca dejaría a medias este fic.
    Para comenzar, el principio me engañó creyendo que sería algo tranquilo pero el ritmo continúa y las muertes gráficas no faltan. Me dolió imaginarme el corte con los dos filos.
    Parches tiene una historia increíble y brutal, me encantaría que consideraras dedicarle un fic después donde relates su vida a profundidad y el como un mercader sufrió y presenció tantas cosas hasta llegar a esta guerra. Me encanta la relación que se está formando con Anri, a pesar de todo Parches parece una persona amable y muy tranquila que sabe como ganarse la confianza de los demás.
    Necesito que el primogénito gane y ver todos los cambios en el mundo, aunque seguro será difícil que las cosas lleguen a su fin y hay un mundo de problemas que han salido a la luz poco a poco. Necesito que los dragones vuelen imponentes sobre los cielos y dejen de esconderse.
    Hay algo que me sorprendió y no me deja de dar vueltas, sobre el comentario que la luz solar no es real, espero que el final muestre algo más sobre esto.

    ¡Estamos cerca del fin! Me emociona mucho conocer el final de esta historia para todos los personajes.

    Saludos c:
     
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    Título:
    Aventura Souls: La batalla de los reyes.
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    13
     
    Palabras:
    5051
    Advertencia: Esta es una historia basada en la trilogía conocida como "Dark Souls". La gran mayoría de los personajes y elementos presentados aquí no son de mi propiedad y pertenecen al genio creador Hidetaka Miyazaki, presidente de Fromsoftware. Esta historia contiene partes de mucha violencia tanto física como verbal, no recomendado para menores de 16 años, se recomienda discreción.

    Capitulo 10: En el ojo del huracán
    Tema musical para ambientar la escena

    Empezamos en donde se había quedado la batallas de Anor Londo, con las gárgolas y demonios uniéndose al campo de batalla y complicando las cosas, ademas unos gigantones empiezan a lanzar bombas incendiarias gigantes. Havel se siente horrorizado al ver el escenario caótico que se esta formando.

    —Camarada...no me estoy acobardando...pero siento que no duraremos mucho—Dice Ledo a su mejor amigo.
    —No podemos hacer mucho, dependemos de nuestro equipo secundario, ellos vendrán ¡Estoy seguro!—Exclama la roca.
    —Bien...entonces hagamos esto juntos ¡Cómo siempre solemos pelear!—Propone el caballero.
    —¡Eso suena bien!—Responde el general con entusiasmo.

    Ambos alzan sus armas y comienzan a arrasar con los enemigos voladores. Havel le parte las piernas a las gárgolas, a lo que Ledo las mata con un golpe en la cabeza, mientras que a los demonios los aplastan, pues son mas pequeños y débiles. Por otro lado, el combate de Padre e Hijo continua. El propina un espadaso lateral, el cual es esquivado por el rey quien responde con un barrido de su lanza, pero su padre salta, esquivando el corte y haciendo un ataque en caída la cual es esquivada por el rey, pero la explosión de fuego que genera lo quema un poco. De entre la llamas salta el señor con un golpe en salto contra su hijo, el cual logra bloquear y repeler el ataque. Gwyn golpea a su hijo con la mano, generando una combustión que los alanza hacia atrás.

    —Al menos no te volviste más débil con el paso de los años, lastima que todo tu potencial sea despreciado defendiendo al bando perdedor—Admite el Lord de La Luz Solar.
    —Tu y Ornstein me enseñaron muy bien, pero ahora me toca a mi—Responde el rey apuntando con su lanza.
    —No escupas tonterías muchacho, pudiste haber sido el legitimo heredero, y ahora te relegas a esto—Recrimina el Padre.
    —Y seguiré así, sin importar lo que suceda—Responde el hijo.


    Gwyn le lanza una estaca eléctrica. El rey lanza un proyectil, el cual se fusiona con la estaca y regresa hacia el señor. Este lo cubre con su espadón, pero la intensidad del impacto lo aturda, a lo que el hijo vuela cerca de el, corta parte de su muslo, luego en su hombro, dañando parte de sus hombreras y corta parte del pecho, haciendo que el señor caiga adolorido en el suelo.

    —Te ruego que no me obligues a acabar contigo...a pesar de lo cruel y egoísta que eres, sigues siendo mi padre...aquel que me trajo al mundo...lo único que pido es que pares tu rivalidad con los dragones, y tu desprecio hacia los humanos—Explica el rey mientras apunta su lanza hacia el pecho de Gwyn para amenazarlo un poco.

    —¿Nunca lo entenderas verdad? ¡No es tierra de humanos! ¡Estos lugares son para nuestra raza, no los compartiré con ninguno humano sea de afuera! Solo los que nacen aquí serán aceptados!
    —¿Por que tienes que ser tan egoísta?—Cuestiona el hijo.
    —Solo así...vamos a prosperar muchacho—Dice el señor, a lo que le agarra una pierna a su hijo para hacerlo caer, luego se levanta y lo pisa para amenazarlo con el espadón.
    —¡Maldito monstruo! Ni siquiera tienes compasión por tu propia familia, solo quieres enriquecerte tu mismo—Recrimina con ira el hijo.
    —¡Todos me lo deben! ¡Yo los salve junto a los demás señores!—Exclama el Señor.
    —¿¡Salvarnos de que?! ¿¡De la verdad sobre tu egoísmo y tu tiranía?!—Pregunta el hijo.
    —¡Todo el mundo te iba a ver como una leyenda! Pero ahora...solo serás otro traidor caído.

    El señor de La Luz solar alza su mandoble, listo y preparado para asesinar a su primogénito. El acto es interrumpido por un estruendoso rugido a lo lejos. Un llamarada de fuego hace que Gwyn se quite de encima de su hijo y carboniza a gran parte del ejercito de este, sobre todo a las gárgolas y demonios, quienes les estaban dando grandes problemas a Havel y sus compañeros. El rey se aparte y ve que varios dragones sobrevuelan los cielos, haciendo que exprese felicidad en su rostro. Havel por su lado trata de divisar de dónde pudieron venir, y ve que a lo lejos hay un equipo al otro extremo de la montaña.

    —¿Qué están esperando? ¡Derriben a esas bestias!—Comanda Gough mientras apunta su arco junto con su grupo.


    En a lejanía, se ve a Siegward el caballero de Catarina liderando al ejercito entero, junto con Orbeck y Cornyx. Sin embargo, Edward, Anri, Parches, Ricard y Solaire no están presentes, la guardiana por su lado esta en medio del ejercito de Catarina, pues debe mantenerse segura. Siegward saca su escudo y su espadón para liderar a los ejércitos, cabe recalcar que parece tener una espada extra en su espalda.

    —¡Escuchen bien valientes soldados de la libertad! ¡A pesar de la larga espera, ya hemos llegado a nuestro destino! ¡Aquella batalla la cual solo podíamos imaginarnos días antes, y ahora, nos encontramos frente a frente con el lugar donde se derramara sangre, se romperán las armaduras y armas, donde morderemos el polvo algunos, donde tristemente muchos quizá fallezcamos en el intento de salir victoriosos! ¡Muchos de ustedes ya no volverán a ver a sus familias, ya no regresaran a casa ni tampoco vivirán para contar sobre este suceso ¿Pero díganme? ¿No es ese el deber de un caballero? ¡¿No es nuestro deber dar la vida por lo que más amamos?!—Narra y recita Siegward con fervor y gloria.

    Los soldados responde de manera positiva con un grito mientras sacan su armas.

    —¡Demuestren su valia! ¡SIN TEMOR A LA MUERTE!—Exclama el noble caballero mientras comanda el inicio del ataque.

    El ejercito de caballeros Catarinenses y Baldereños avanza hacia la catedral.

    —¡Grupo 2, destruyan a esos caballeros maltrechos!—Ordena el gigantón.

    El segundo grupo de caballeros apuntan hacia el ejercito de Siegward, quienes continuan su carga sin retroceder ni un poco.

    —¡FUEGO!—Exclama el arquero jefe.

    La tropa lanza sus monstruosas flechas hacia ellos, las cuales matan a algunos soldados, pero estos se rehusan a huir y continuan su camino con valentía.

    —¡DISPAREN OTRA VEZ!—Ordena Gough.

    La lluvia es lanzada nuevamente, pero ocasiona casi el mismo efecto que la primera vez.

    —¡IMPOSIBLE! ¡UNA VEZ MAS!

    Los arqueros están apunto de disparar, pero los caballeros de Balder, quienes también cuentan con arcos y una gran puntería, generan su propia lluvia de flechas, la cual mata a varios de los arqueros y hiere un poco al líder. Los seres voladores van a por ellos, pero son mayoritariamente derribados por mas flechas de los Baldoreños. Gwyn por su lado, al ver esto decide huir al interior de su ciudad, pero su hijo no se lo permitirá.

    —¡Vuelve aquí cobarde!—Ordena el rey mientras le lanza un proyectil eléctrico.

    Gwyn lo devuelve al lanzador con uno de sus brazaletes dorados y prosigue su huida mientras que su hijo lo persigue. Por otro lado, el ejercito de la capital se ve algo intimidado, a excepción de la enmascarada, quien los mira con odio y deseos de aniquilarlos. Finalmente el ejercito del caballero cebolla llega y arrasa con la ya debilitada tropa de la catedral. Los caballeros de Balder atraviesan a sus rivales con los estoques y roperas, los catarineneses usan sus espadas pesadas para cortar a los rivales. Los magos atacan desde lejos con sus hechizos y también se defienden con espadas rápidas, mientras que los piromanticos los inmolan con sus poderes. La guardiana, a pesar de sus inexperiencia, logra defenderse bien de ciertos rivales. Por otro lado, Ciaran sigue combatiendo con su modus operandi de degollar y destripar a los solados rivales, pero de apoco este ejercito supera a ella y a los soldados de la catedral.

    —...¡Retírense! ¡Intérnense en la ciudad!—Ordena la enmascarada mientras se aleja de la arena de batalla.

    En medio del caos unos dragones se aproximan a dónde los arqueros y las ballestas de Anor Londo. Los arqueros tratan de derribar a las bestias, pero estas giran muy bien y sus jinetes, Ricard y el caballero Solaire son muy habilidosos.

    —¡Hora de atacar!—Exclama el caballeros de ropera.


    De su dragón, el latente de lanza directo hacia los enemigos arqueros, los mismo con Parches y Anri quienes saltan del dragón de Solaire. Edward cae sobre uno de los arqueros, partiéndolo a la mitad. Otro de los caballeros los ataca con una de las grandes flechas, pero su ataque es parado y recibe un corte en su cuello, sin embargo, uno de los caballeros clava la parte inferior de su gran arco cerca de la espalda de Edward. La astoriana salva al latente apuñalando la nuca del caballeros y removiendo su arco. A pesar del daño, Edward esta mas que dispuesto a seguir.

    —Gracias, a sido emocionante este plan—Proclama el ser de la ceniza.
    —Ni hace falta decirlo, mira a nuestro amigo Parches—Informa mientras apunta al caballeros acorazado.

    La hiena va mas que sobrado, girando su guja para cortar a varios enemigos, pateando a otros rivales por los bordes de la torre y tumbándolos con el mango de su arma. Los dragones jineteados se dedican a destruir las defensas y quemar a varios de los tiradores. A ver todo el caos generado, Gough y su tropa se retiran de sus puestos para adentrarse mas en la ciudad. El duo de dragones aterriza para que sus 2 jinetes bajen y se reúnan.

    —Tu luciste amigo—Comenta Ricard a su amigo de Astora mientras ambos chocan sus escudos.

    Havel se alegra un montón al verlos.

    —No saben el alivio que me da verlos aquí muchachos—Comenta la roca.
    —Sentimos la tardanza, espero que no hayamos sufrido bajas terribles—Ruega el caballero solar.
    —Daños considerables, pero Ledo y Eygon están bien— Asegura Havel mientras señala a ambos caballeros.
    —Este encuentro es muy hermoso, pero recuerden que hay una batalla que terminar—Les recuerda el caballero de gran martillo.
    —Por supuesto, ustedes síganme, es hora de entrar en la capital—Informa la roca mientras va su puesto a lado del caballero cebolla Siegward.

    Este al verlo, lo reconoce y se sorprende afectuosamente, pues esta a lado de una leyenda entre leyendas.

    —Jamas pensé ser tan afortunado como para luchar hombro a hombro con usted, gran Havel la roca—Alega el caballero afectuosamente.
    —Tienes un corazón noble, jamas pensé lo capaz que serias de dirigir todo un ejercito y salvarnos—Responde el general.
    —Siento que por fin logro hacer algo de provecho en mi vida—Asegura el cartarinense.
    —Cumplamos esta tarea juntos—Propone la roca.
    —Como ordenes—Responde el caballero
    —¡SOLDADOS HORA DE ENTRAR A LA CIUDAD!—Exclama Havel de manera comandante.
    —¡A LA CARGA MIS VALIENTES CABALLEROS!—Prosigue el caballero cebolla.

    Ambos se adentran en la capital, arrasando con lo que se les interpone, los caballeros de Balder lanzan sus flechas junto con los hechiceros y los piromanticos hacia los catalizadores de Ingward, quienes intentan responder con sus magias, pero son superados. Mientras están distraídos disparando, Parches llega por atrás y los sorprende cortando la cabeza de varios canalizadores con su guja.

    —¡Retirada!—Ordena el mago carmesí.
    —No tan rápido cobardica—Alega Parches.

    Los magos intentan empalarlo con sus tridentes mágicos, pero la hiena los repele con facilidad y degolla con su arma afilada. Igward continua su huida, pero es interceptado por Anri de Astora, quien le propina un espadaso en la cara, pero su mascara lo protege y responde con una cuchillada de su daga. La chica para el ataque con su escudo y da otro corte, pero es detenido con la lanza de su rival quien la patea e intenta lanzar un hechizo, el cual es evadido por la caballeros, quien le propina un corte en el torso. Furioso, el mago hiere un poco el hombro de la chica con su lanza e intenta degollarla con la daga, pero Parches la saca cortando gravemente los lumbares del hechicero, el cual, al verse acorralado, siente mucho miedo.

    —Bastardos insolentes... se atreven a irrumpir la sagrada capital de esta manera...??
    —Y la dejaremos en ruinas, así que es mejor cerrar los ojos, y aceptar que acabo—Alega la hiena mientras se prepara a decapitar al mago.

    Este ultimo alta su lanza y genera un destello cegador, el cual aturde a la pareja, por lo que hecha a correr lejos de ambos.

    —Escoria...—Recita Parches con voz algo mareada.
    —¡No debemos dejar que escape!—Le advierte Anri a su amigo.
    —¡Espera! Si nos adentramos mas al fuerte nosotros solos, acabaremos masacrados—Explica el mercader.
    —¿Entonces qué hacemos?—Pregunta la astoriana.
    —Vamos junto al ejercito, para barrer contra todos—Propone la hiena a lo que ambos va juntos hacia el ejercito aliado.

    Por otro lado, Edward salde de una ventana mientras mata a 2 caballeros plateados y entre el ejercito divisa a su amor, por lo que va con ella para ver cómo esta. La chica esta peleando contra una luna oscura con mazo, el cual no le da muchos problemas, y os termina matando atravesando su pecho con la espada de fuego. Edward se sorprende de buena manera y se acerca.

    —¡Ser de la ceniza! ¿Como te encuentras?—Pregunta la guardiana.
    —Tuve una herida considerable, pero me encuentro de maravillas, esto huele a una victoria—Manifiesta el latente con felicidad
    —Tienes to da la razón ¿Dónde están Anri y Parches?—Pegunta la mujer preocupada.
    —Fueron a hacerse cargo de los hechiceros que estaban siendo un problemas, seguro están bien, ambos son muy fuertes ¿Haz visto a Havel?—Asegura y pregunta Edward.
    —El general esta al frente con Siegward—Indica su amada.
    —Bien, cuídate mucho, dentro de poco saldremos de aquí celebrando una victoria, te lo aseguro—Promete el latente mientras se despide con un beso en la frente y va donde sus 2 amigos.

    La escena vuelve con Gwyn y el rey sin nombre, quienes ahora se detienen en una de las torres.

    —Será mejor que comiences a parar esta locura, Padre. El ejercito logro sobrepasar tu defensas, tus arqueros fueron destruidos junto tu unidad de hechiceros ¡Ya nada se puede hacer!—Proclama el hijo.
    —¿Acaso crees que ya ganaron? Como se nota que has olvidado a tu propio hogar—Le asegura el señor de manera maliciosa.
    —¡Ya no puedes hacer más! Solo ríndete y déjanos resolver esto mejor—Pide el monarca.

    El Señor solo ríe un poco por su ingenuidad y con su brazalete, raspa la hoja de su espadón de fuego. Esto genera una llama elevarse hasta el cielo, generando una señal de fuego.

    —¿¡Qué fue lo que hiciste?!—Interroga el hijo.
    —Solo espera, y veras en tus carnes, la pero pesadilla de tu vida, y la de tus patéticos amigos—Asegura Gwyn.

    Unas grandes pisadas comienzan a ser escuchadas y provocan que el piso vibre, los soldados de la alianza comienzan a desconcertarse por lo que sucede y se miran entre ellos. Edward, quien se quedo a medio camino al buscar al general, también se preocupa por lo que viene.


    Tanto Siegward como Havel se ponen firmes, tratando de no ceder al miedo. De entre las calles de la capital, una tropa inmensa de gigantes con armaduras doradas, hachas largas y pesadas con escudos inmensos se acerca, junto con monstruosos golems hechos de cristal mágico junto con caballeros con grandes lanzas quienes montan jabalíes armonizados quienes lucen bastante intimidades. En la lejanas torres, gigantes con arcos también hacen acto de presencia. Por si esto no fuera poco, la armadura de hierro con hacha y escudo también aparece saltando de uno de los edificios. En medio de la fila de gigantones, otra tropa de soldados y caballeros de plata aparecen, junto con Ciaran, quien re refugia entre ellos. De entre los golems, aparece también Ingward junto con los nobles de Oolacile que quedan vivos. Y finalmente, el mando de este nuevo ejercito esta Gough, como líder de los gigantes. Esta combinación crea un aterradora barricada para nuestros héroes, quienes están sorprendidos al ver esto, incluso Parches le cuesta no sentirse indiferente ante esto.

    —Ahora...es cuándo el verdeo sufrimiento para tus amigos comienza, querido hijo—Cuenta el señor.
    —Maldito seas, no me dejas más opción de que acabar contigo.

    El señor enciende más su arma y chispas salen de su espalda.

    —Intenta derrotar a tu padre...—Reta el señor de La Luz solar.

    El monarca carga su lanza con electricidad y realiza una embestida, pero Gwyn lo repele con su mandoble y golpea el rostro de su hijo. El monarca lo resiste y corta parte de la cadera de su padre. En ejercito, los caballeros de Balder y Ricard intentan dañar a los gigantones con sus flechas, pero no le hacen ni cosquillas. Los dragones intentan reducirlos con sus alientos de fuego mientras que los piromanticos y hechiceros hacen lo mismo con sus poderes, pero parecen ser invulnerables. Los gigantes responden usando sus hachas contra las bestias aladas, al par que Gough las derriba con sus flechas. Los gigantones llegan hasta el ejercito de nuestros héroes, y una terrorífica masacre da inicio, pues lo centinelas derriban en masa a los enemigos con sus hachas a la par de aplastarlos con sus poderosos pisotones. El gigantón arquero usa sus flechas también para golpear y apuñalar debido a su gran tamaño y potencia. La armadura masacra a los caballeros aliados con brutalidad y fuerza usando su hacha y escudo. Los arqueros gigantes empiezan a lanzar sus flechas, matando a ciertos caballeros de un solo impacto. Uno de los dragones trata de inmolar a la armadura, pero se protege con su escudo, luego de esto, el caballero de hacha se monta sobre la cabeza del dragón, matando brutalmente decapitado. Havel pelea contra uno de los jabalíes armonizados, pero tiene serios problemas, pues también debe procurar que los centinelas gigantes no lo aplasten. El caballeros lo embiste con su gran lanza y el cerdo salvaje lo tumba con sus cuernos. La roca cae en el suelo por el golpe y esta a punto de ser empalado por la lanza del jinete, afortunadamente es salvado por Ledo, quien de un solo martillazo parte una de las patas del porcino y aplasta al lancero. Después de esto, Ledo le da la manos a su camarada para que se levante.

    —Te lo agradezco, pensaba que acabaría aquí—Admite el general.
    —De nada, pero no me gusta nada el ambiente actual de esta batalla—Reconoce el caballero mientras se ve acorralado por los gigantes.

    Estos últimos comienzan a intentar aplastar a ambos caballeros, los cuales tratan de salir desesperados y buscar algo de refugio.

    —¡Esto es una pesadilla!—Exclama Ledo.
    —¡Calmate! Saldremos de esta juntos—Asegura la roca.

    El duo se mueve con dificultad en medio de la masacre hasta llegar a un callejón. Ledo deja a su amigo descansar un poco mientras él revisa la situación.

    —Te voy a ser muy sincero...no sé que podemos hacer...esos centinelas se ven simplemente invencibles junto con Gough...siento que traje a todo a una muerte total—Alega la roca.
    —No digas eso, solo estamos teniendo una caída temporal, has logrado sobrevivir a varias cosas...esta será una de ellas—Replica el caballero.
    —Tal ves tengas razón...pero una guerra contra la mítica catedral...
    —Cálmate, vamos a salir, y vamos a derrotarlos juntos—Anima el caballero a su camarada.
    —Dale, vamos a ello.

    Ledo se adelanta un poco para asegurarse de que no haya ni un solo enemigo. Cuando se voltea para avisar a Havel, la trazadora dorada de Ciaran atraviesa su pecho.

    —No...qué demo....—Balbucea el caballero asustado.
    —¡LEDOOOOOOOO!

    Ciaran termina de matar al caballero con un corte en el cuello de su trazador plateado. Luego procede a patearlo en el suelo como si fuera menos que un pedazo de carne.

    —¡Ramera pútrida y desgraciada! ¡El era mi amigo!
    —Y un traidor asqueroso como tu, Havel, jamas debiste abandonarnos.
    —¡Te hare pagar por lo que le hiciste!—Jura el general mientras intenta ponerse firme, pero sus heridas se lo impiden.
    —Te has vuelto tan débil y blando ¡Produces lastima!—Alega entre risas maniacas la enmascarada siguiendo con una patada para tumbar a Havel—Se feliz con el viviendo al otro lado—Promete mientras se prepara para rajarlo.

    El caballero Eygon de Carim llega por atrás para aplastar a la malvada Ciaran, pero los reflejos de esta última la salvan pero al menos libran a el general de una muerte horrenda.

    —¿Te atreves a interrumpir mi gloriosa ejecución?—Pregunta la mujer hacia el paladín.
    —No dejare que le pongas un dedo encima, te aplastare contra el suelo como el pedazo de basura podrida que siempre fuiste—Jura el caballero gárgola.


    —¡Quiero verte intentarlo!—Ordena mientras salta contra él.

    Eygon usa su gran escudo para protegerse y en eso mira a Havel para que se vaya.

    —Huya general, llévese a su amigo..yo me encargo aquí—Pide el paladín.

    La enmascarada salta hacia atrás para volver a atacar, pero el caballero la embiste con su maza. La roca se levanta con dificultad, dejando sus armas y arrastrando a su fallecido amigo.

    —De poco te servirá esta distracción, una vez termine contigo, lo voy a perseguir, y lo liquidare—Promete la enmascarada.
    —Por eso mismo, me voy a asegurar de borrarte de este mundo, a ti y a todos tus aliado—Responde el caballero a lo que deja su gran escudo en el suelo, pues necesitara rapidez y para ellos mejor usara ambas manos.

    Ciaran le lanza varias cuchillas con el objetivo de fastidiarlo y que se distraiga. Eygon, gracias a su poderosa armadura, recibe nada de daño y corre hacia su rival para golpearla, pero ella esquiva y termina atrás de el, pero un giro rápido del paladín le permite golpearla y tirarla al suelo, para luego intentar aplastarla, pero la asesina rueda esquivando y corta un poco la rodilla de Eygon, quien genera la "Ira de Morne" provocando que Ciaran sea nuevamente tirada. Esta se levanta como si nada y recoge sus tasadoras, lo que causa impresión en el paladín, pues su ataque asesinaba a sus rivales rápidamente.

    —¿Que te sucede? ¿Pensabas que un poco de luz me eliminaría?—Interroga la mujer con maldad en su voz.
    —Tu...tu no puedes ser humana...¡Cualquiera hubiera muerto!—Exclama el caballero.
    —Cualquiera...yo no...humano ignorante—Responde la mujer.

    El Carimense decide ignorar su sobrehumana resistencia carga contra ella con un ataque en salto, Ciaran esquiva sin problema y destruye la hombrera de su rival, ala par que lo hiere, sin embargo este insiste en pelear, pero ya usa mas fuerza bruta que técnica, debido a su desesperación. La mayoría de estos ataques son esquivados o repelidos por la enmascarada quien al responde siempre con cortes y puñaladas, provoca que el caballero de debilite gravemente, hasta que llega un punto que cae rendido. Con un sangre fría escalofriante, la mujer corta parte del casco de Eygon, revelando su rostro de desesperación y fracaso.

    —Tengo entendido que tu deber era cuidar de una doncella—Comenta Ciaran con una risa maliciosa—Eso es tan dulce y noble.
    —Eso...no te incumbe a ti—Reclama el caballero con cierta agonía.
    —A mi me importaban alguien al igual que tú...pero ¿qué crees? Ese alguien me fue arrebatado junto con su mas preciado recuerdo...por lo que me gustaría compartir ese dolor con los demás...—Afirma la mujer mientras pone su trazador dorado en el cuello de Eygon.
    —¡Pudrete!...No eres más...que una marioneta de hilos...controlada por Gwyn...—Le asegura el caballero a su verdugo.

    La enmascarada se limita a quedarse callada, y dé un solo tajo, rebana el cuello de Eygon, matándolo a la par de crear un torrente de sangre. El cuerpo del paladín cae inerte en el suelo con una expresión de horror en su rostro. La mujer se retira lentamente del sitio, dejando a un masacrado caballeros ahí.


    Retornamos a la pelea de Padre e Hijo, la cual por desgracia, Gwyn obtiene la mayor ventaja.

    —¿Quieras escoger un bando?—Pregunta el señor mientras patea a su primogénito—¡Pues muy mala elección la que hiciste!—Exclama seguido de un corte en su pecho que rompe parte de su armadura.
    —Por favor...detente...—Ruega el rey casi rendido.

    En cuanto los ejércitos, Ricard y Solaire pelean contra caballeros plateados y guerreros del sol, en eso, ven a Havel herido con el cuerpo de Ledo, lo que causa gran horror en ambos.

    —¡No puede ser! ¡General!—Exclama el astoriano mientras corre a ver qué paso.
    —¡Váyanse! Retornen a la pelea...es muy tarde para el—Ordena la roca.
    —Pero señor...usted necesita ayuda—Comenta Ricard.
    —¡No! Lo haré mismo...los necesito en la pelea, probablemente perdimos a Eygon también...—Notifica el general.
    —No...imposible...—Niega a creer el caballeros Solaire.
    —Esa furcia de Ciaran...—Dice Havel con desprecio.
    —¡Lo vamos a vengar! ¡Lo prometemos!—Jura el príncipe.
    —Esa mujer es portadora de muerte...no se le acerquen—Ordena la roca.
    —No podemos dejarla viva después de todo esto—Indica Solaire.
    —¡Tampoco quiero perderlos a ustedes! ¡Entiendan!—Exclama la roca.
    —Lo sentimos señor...haremos lo mejor para mejorar la balanza de este conflicto...—Asegura Ricard.

    Havel continua su camino a un lugar seguro mientras que los caballeros vuelven al combate. Edward, quien no logro encontrar a Havel, pelea a lado de la guardiana, pero ambos se ven algo agotados.

    —Cariño...no sé cuánto mas podré dar...esto parece que jamas terminara...—Manifiesta la mujer con cansancio.
    —...Ojala pudiera hacer algo más...pero no se me ocurre...—Admite Edward.
    —Al menos...no hayamos juntos en esto...—Comenta su amada mientras se apega a el un poco.
    —Así es...pero no debemos rendirnos ¡Sigamos!

    Ambos vuelven al combate, cada uno con su estilo de pelea. En cuanto al monarca, su padre lo agarra del cuello y eleva para ahorcarlo.

    —Mira a tu alrededor, y dime si realmente valió la pena viajar hasta aquí para encontrar tu final—Comenta Gwyn.

    El rey en incapaz de hablar debido a la asfixia.

    —Pronto, la gente comprenderá lo que hizo, todo esto será recordado como una patética rebelión de un puñado de resentidos—Asegura el señor.

    Un torbellino golpea al señor y lo hace tumbar a su hijo, a la par de tumbarlo a el, se trata del "Rey de la tormenta" la mascota favorita del rey y su fuel aliado. Al verlo, el monarca sonríe plácidamente en el suelo. El ver esto, Gwyn tiene una macabra idea.

    —Si tanto amas a estas criaturas...entonces...¡Llora por ellas!—Exclama a lo que usando una lanza eléctrica, atraviesa el cuello del dragón, haciendo que se desplome cerca de su hijo y dueño. El hijo queda quebrado y emocionalmente mal, pues era su dragón preferido y su única compañía durante un tiempo.


    —No vale la pena unirse a estas abominaciones escamadas, siempre serán solo animales salvajes—Comenta el señor.

    El hijo no les responde, solo se levanta y acaricia la cabeza de su dragón para consolarlo. El Draco saca lagrimas de sus ojos, las cuales gotean en la mano de su dueño como si fueran de lluvia.

    —"¿Por qué tú? mi mas poderoso dragón, no merecías esto"—Dice de manera telepática a su mascota.
    —"Pero lo fue...tuve que hacerlo...hay algo que te falta... y podría ser la ultima esperanza..."—Explica el dragón.
    —"¿De qué hablas? ¿En que podría ayudarme tu muerte?"—Pregunta el rey desconcertado.
    —"Una explicación será imposible ahorita...solo...alza tu arma...y atraviesa mi craneo con ella...por favor..."
    —"¿Cómo vas a pedirme que haga eso?"
    —"Es la única opción, hazlo...y salva a tus amigos"

    El monarca, aun con mucho dolor, agarra su lanza, y con una mano temblorosa, clava el craneo de su mascota. Esta acción genera una explosión épica de truenos y humo, tan grande, que incluso la batalla se paraliza temporalmente por la impresión y magnitud de esta misma.

    —¿Que diablos a pasado?—Se pregunta Edward mientras mira aquella humareda.

    El rey aparece entre la nube de humo, rodeado por una aura eléctrica, y aparentemente recuperado del daño de sus previo combates. Gwyn, quien sigue sorprendido por su acción, los mira sorprendido.

    —Adelante...tenemos algo que resolver...padre...—Manifiesta el Monarca algo desafiante.

    Ambos se miran por un momento, preparándose para su ultimo encuentro.

    FIN
    Galeria de imágenes del capitulo

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    Caballeros de Balder liderados por Ricard.

    [​IMG]
    Caballeros de Catarina liderados por Siegward, quien viste igual que ellos.

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    Centinelas gigantes que pusieron en serios problemas al ejercito del Rey sin nombre.

    [​IMG]
    Golems de cristal cards por Seath antiguamente, los cuales también causaron grandes problemas.

    [​IMG]
    Gran Arco y Flechas de el gigante Gough, ojo de Halcón.

    [​IMG]
    El dragón fiel que era la mascota del Rey sin nombre , el cual fue asesinado por Gwyn.

    Gracias por leer el capitulo latentes de ceniza :3
     
    Última edición: 2 Mayo 2020
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    wasabi

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    ¡Hola Ashen! Ha pasado mucho tiempo y recién pude terminar de leer tu capítulo, tal vez sea la negación porque estamos muy cerca del fin y me causa un poco de nostalgia terminar una historia que seguí desde el comienzo. En fin, voy a dejar un pequeño comentario que ando algo ocupada c':
    No hay mucho que no diga antes, la música que agregaste ahora le da mucha emoción al fic y las escenas de acción se vuelven algo increíble de leer. En general, todas las peleas me encantan y el desgaste que le has dado a todos los personajes, estoy en un punto donde temo mucho por la vida de Edward y su Guardiana, también por los demás pero ellos tienen un espacio especial en mi corazón :c
    ¡Y los dragones! Sin duda mi parte favorita y lo más doloroso por ese final, fue algo duro e impactante por la importancia que les has dado y ese final... creo que fue necesario para que la batalla de "padre e hijo" avanzara, porque el primogénito estaba en una tremenda negación y se notaba como se contenía al principio.

    ¡Nos vemos en el casi final! Saludos c:
     
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    Título:
    Aventura Souls: La batalla de los reyes.
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    13
     
    Palabras:
    8433
    Advertencia: Esta es una historia basada en la trilogía conocida como "Dark Souls". La gran mayoría de los personajes y elementos presentados aquí no son de mi propiedad y pertenecen al genio creador Hidetaka Miyazaki, presidente de Fromsoftware. Esta historia contiene partes de mucha violencia tanto física como verbal, no recomendado para menores de 16 años, se recomienda discreción.

    Capitulo 11: La hora final
    Todo empieza con el señor Gwyn, Padre de Anor Londo y señor de la luz solar, quien encara a su enfurecido hijo, a quien hirió a su dragón y exilio hace ya años. Ambos intercambian miradas furiosas entre ellos mientras se preparan para una ultima pelea.

    —Desde tiempos inmemoriales, esperaba a que alguien de mi sangre pudiera continuar mi legado y eternizarlo...pero viéndote a ti, y el resto de mi hijos, me doy cuenta que el único en condiciones para gobernar soy yo...lo que significa...querido hijo...que nosotros no cabemos en este mundo...o mueres tu...o muero yo—Narra el señor mientras apunta a su hijo

    —Demuestra el poder que tienes para defender a tu preciada ciudad entonces—Desafía el hijo.

    Tema musical para ambientar la escena

    Ambos contrincantes dan un super salto al unísono, provocando que sus armas choquen en el aire y produzcan una onda expansiva. El monarca, quien ahora tiene mas poderes de viento gracias a su dragón, tira a su padre con un torbellino y mientras lo mantiene cautivo, le arroga una lanza eléctrica, pero su padre logra zafarse y esquivarla. El rey no le da un solo respiro y carga contra el usando su lanza, pero su ataque es repelido y contrarrestado con una combustión que arroja al rey contra un muro, rompiéndolo. Su padre intenta clavar su mandoble mientras esta en el muro, por lo que su hijo se desliza y logra corta un poco de la pierna derecha de Gwyn. Este lo intenta cortar mientras esta en el suelo pero falla, y recibe un ataque en su hombro por parte de su rival, sin embargo logra resistir y clava el torso de su hijo pero no muy profundamente. El monarca da un gran salto hacia atrás para ir a otra torre de la capital. Su padre lo sigue y mientras esta en el aire le lanza unos orbes de fuego. El hijo los devuelve al lanzador con un torbellino, pero esto no hiere ni un poco al señor. Ambos llegan a la torre, y el hijo invoca un rayo para su padre mientras salta, haciendo que se desplome por el impacto, seguido de esto, el rey salta para clavar su lanza, pero el señor choca sus brazaletes, causando una onda que tira al hijo hacia atrás, quien usa su lanza para amortiguar la caída. Debajo de ellos, la batalla prosigue, con nuestros héroes quienes ahora se los ve algo mas empeñosos, pues ven que todavía hay esperanza. Los hombres serpientes gigantes com hachas encadenadas enganchan la piernas de los gigantes para intentas derribarlos, y aunque logran desplomar unos cuantos, estos se resisten a ello. Siegward pelea con valor y coraje contra los solados, pero mira que los gigantes son un problema que se debe resolver de otra manera. A la par de eso, el Catarinense suelta su mandoble y saca la espada extraña que tenia en su espalda, mientras la observa con algo de tristeza, tiene recuerdos pasados de cuando tuvo que matar a un viejo amigo con ella debido que había enloquecido irremediablemente, pero igualmente recuerda el poder que yacía cobre esta hoja, por lo que va hacia Ricard y Solaire.

    —Camaradas, necesito de vuestra ayuda, tengo un plan para sacar ventaja—Asegura el caballero.
    —Claro, pero será mejor que seas veloz, esto se pone cada vez peor...—Advierte el príncipe.

    El duo protege a Siegward mientras este se pone en una postura de combate.

    —¿Seguro que sabes lo que haces?—Duda el caballero Solaire.
    —Solo requiero un poco de tiempo, funcionara—Promete el bonachón.

    La hoja de su espada comienza a ser rodeada de viento, al principio es una capa semi invisible, pero cada vez se resalta más, causando gran impresión en ambos caballeros.

    —Jamas vi algo igual...—Clama el príncipe.

    La hoja termina con un tono brillante sobre ella.

    —¡Listo! Ahora debo acercarme a uno de esos malditos gigantes—Indica el caballero.
    —Ten mucho cuidado amigo—Pide el caballero Solar.
    —No te preocupes, se bien lo que hago—Clama Siegward.

    Uno de los centinelas gigantes que esta causando problemas intenta ir a por el trio. El cartarinense, sin ningún temor alza su arma y al hacer un corte hacia abajo, lanza una cadena de viento, la cual corta gravemente el hombro del gigante y los hace arrodillarse.

    —¡Acaben con él!—Exclama el bonachón.

    Parte del ejercito de Siegward monta y masacran al gigante caído. Edward y la Guardiana, quienes estaban por otro lado luchando contra mas enemigos, también se dan cuenta por el estruendoso escándalo que provoco.

    —Increíble...lo que provocó....—Dice la mujer con mucha sorpresa.
    —Creo que ya se lo que hizo, eso significa que nada esta perdido ¡No te rindas!—Exclama el ser de la ceniza a lo que continuan el combate.

    Por otro lado, Ciaran se dirige hacia un lado con algo de prisa, a lo que es acompañada por un herido Ingward que huye de la batalla.

    —¡Oye! Déjame ir contigo, no pienso ser presa de esos rebeldes—Pide el mago.
    —¿Por qué debería importarme?—Pregunta la enmascarada.
    —¡Estamos en el mismo bando! Ayuda a un compañero—Recrimina el encapuchado.
    —Ayudarías mas si no estorbaras ¡Solo piérdete!—Le ordena la chica.

    Repentinamente Parches y Anri aparecen cerca de ambos.

    —¡Tomaste algo de mi Ciaran! ¡Ahora te lo haré pagar!—Exclama la hiena.
    —¡Debí acabar con tu miserable vida cuando tenia la oportunidad!—Exclama la asesina.
    —¡Y será el mas grave de tu errores!—Responde el mercader mientras se acerca a ella.

    La mujer hecha a corre, a la par que Ingward produce una lluvia de cristales mágicos para distraerlos y seguirla.

    —¡No corras maldita ramera de sangre fría!—Exclama Parches.
    —Tranquilo, de esta no se escapara—Promete la chica.
    —Tu, encárgate del mago, Ciaran es MI objectivo, no intervengas en ello—Ordena el caballero.
    —Vale, pero si ella te deja mal herido, te ayudare, quieras o no—Responde la Astoriana.
    —Como quieras, pero ya te lo deje claro—Afirma Parches.

    Ambos persiguen a los defensores de Gwyn, quienes van a una especie de museo.

    —Mantén los ojos abiertos, ella es muy impredecible, podría saltarnos en cualquier momento—Advierte Anri.
    —Lo sé, pero la verdad deseo que dé la cara para saldar cuentas—Responde el amigo.

    Cambiando de perspectiva, Gough, quien esta masacrando a algunos caballeros de Balder e hiere a ciertos Dracos, se da cuenta de como Siegward logra derribar a los centinelas con una preocuparte facilidad, al divisar la espada que blande, se horroriza.

    —"¡La hoja asesina de gigantes!"—¡Fuerzas de la capital, eliminen al caballero de Catarina líder!—Ordena el gigantón.

    Los caballeros de plata y demás soldados ponen su mirada en el caballero cebolla, quien siente algo de temor, pues van directo a él. Afortunadamente, es rodeado por sus aliados, los caballeros de Balder hacen sus características lluvias de flechas, mientras que los hechiceros y piromanticos usan sus poderes y habilidades.

    —Te cubriremos, tu carga esa espada y derriba a esas moles—Pide el hechicero Orbeck.
    —Los mantendremos lejos de ti el tiempo máximo que podamos—Alega Cornyx.
    —Se los agradesco—Responde el general de Catarina.


    Gough y algunos de sus arqueros intentan herir al general con sus flechas, pero los caballeros Baldereños usan sus escudos para cubrirlo junto con los Catarinenses. Siegward logra carga su arma, y derriba a uno de los centinelas, que dé paso hace tropezar a otro, teniendo presa doble para los soldados y hombre serpientes. El arquero trata de cualquier manera llegar hasta su objetivo, pero las flechas de sus enemigos simplemente se lo impedirán, por lo que los golpea violentamente con el arco. El caballero logra cargar otra vez y pretende herir a Gough, pero este esquiva el ataque. El caballero intenta nuevamente cargar, pero es violentamente golpeado por la armadura del asesino de dragones, quien logro sobrepasar la barrera defensora del Catarinense. A pesar de haberse hecho daño, no presenta heridas grave debido a la dureza de su armadura.

    —Maldición...eso sí fue doloroso...—Admite el caballero.

    Edward quien acaba de matar a uno de los jabalíes de guerra, ve que su compañero de Catarina esta en problemas, por lo que va directamente hacia él, muy a pesar de tener que dejar a su guardiana, quien se encuentra luchando. Por su lado, el general intenta pararse, pero la armadura se acerca y alza su gran hacha con ambas manos para aplastarlo. El caballero esquiva el devastador ataque, pero la onda de la explosión lo impulsa hacia atrás nuevamente, haciéndose mas daño. La armadura salta para partirlo a la mitad, pero su ataque es detenido por la hoja de la majestuosa espada de Edward , mostrando su fuerza sin igual. La mole retrocede y pareciera reconocer al latente.

    —Sal de aquí Siegward, te necesitan, yo me encargo de este—Ordena el ser de la ceniza.
    —¡Muy agradecido mi gran amigo!—Exclama el bonachón mientras se retira.
    —Ha pasado tiempo desde la vez que te derrote...tendré que volver a hacerlo, y asegurarme de que no regresaras mas—Recita el latente.

    La armadura solo permanece en silencio, aunque parece entender a su rival, sin embargo no habla o intenta comunicarse, solo alza su escudo como señal de combate.


    Edward da un salto giratorio con su mandoble para cortar el hombro de la armadura. El asesino de dragones lo bloquea, pero a pesar de ello, su gran cuerpo es empujado un poco por el impacto. El latente se impulsa en el gran escudo y con una voltereta, corta parte de la espalda de la armadura, quien da un golpe giratorio con su hacha pero falla en darle a Edward, quien corta parte de las rodillas de la mole con un movimiento rápido. La armadura intenta aplastarlo con su escudo, pero su rival es mas rápido y recibe un corte en su brazo. El caballero retrocede y da un corte lateral con su gran hacha, pero Edward esquiva y trata de clavar en su cabeza. La armadura decide propinarle un golpe de escudo, el cual bloqueado por el latente con su mandoble y solo lo hace retroceder un poco. La armadura intenta aplastarlo con su hacha y el latente en vez de esquivar, aun arriesgándose, para el ataque con su espadón. El caballero de hierro trata de romper su defensa, pero Edward logra resistir y desviar el arma, respondiendo con un corte en el torso y cadera de su rival, quien retrocede y agarra el hacha a dos manos mientras camina lentamente mirando al ser de la ceniza. Edward, conociendo ya sus movimientos y técnicas, prepara una estrategia. La armadura da un fuerte giro con su arma, el latente da un salto mortal hacia delante, pasando por encima de la armadura, proporcionándole una cuchillada que destruye uno de los bordes del casco de la armadura. Esta clava su hacha en el suelo y lanza un proyectil de viento, el cual es evadido, pero impacta a la par que destruye una de las torres en la capital. La armadura salta para golpear a su rival. Edward salta para evadir y amputa uno de los brazos de la armadura, la cual retrocede dejando un gran camino de sangre. A pesar del daño, esta en lugar de retirarse o rendirse, comienza a atacar al latente de manera errática y bruta. Edward simplemente calcula bien su siguiente paso, golpea con su arma el mango del gran hacha de su rival, y la parte, dejándolo desarmado. La armadura queda paralizada por la impresión, y esto es aprovechado por el latente, clavando su espadón en el pecho del caballero y lo termina saltando y partiendo su cabeza a la mitad. La armadura se desploma en el suelo de la capital, sangrando a montones.

    —Podrás ser una pesadilla contra los dragones, pero parece ser que te quedaste corto con las demás criaturas de este mundo—Dice el espadachín mientras abandona los restos de la armadura.

    Volviendo con Ciaran, esta llega al susodicho museo, siendo perseguida por Ingward.

    —Si al menos me sigues, anda a un sitio estratégico y prepárate para recibir a esos miserables—Ordena la enmascarada.
    —¿Qué tienes en mente?—Pregunta el mago.
    —Ya lo veras, ahora vete ¡Rápido!—Comanda la mujer.

    La asesina permanece en cerca de uno de los pilares del sitio, limpiando sus trazadoras. El duo llega hasta su posición, pero no saben si es seguro entrar como sí nada.

    —Ustedes 2 si que son insoportables...tan molestos como una plaga de insectos, y ¿Cuál es la solución? Exterminarlos totalmente—Dice la enmascarada mientras limpia su arma.
    —Lo mismo se podría decir de ti, Ciaran. Eres menos que un animal salvaje, cuyo único guía en la vida es el odio y la venganza—Le responde el mercader.
    —Que raro...¿no era esa tu razón de perseguirme eh Parches? Por haber mandado al las tinieblas a tu querido amigo—Pregunta la mujer con malicia.
    —Yo al menos me vengare del responsable real, tu solo matas a quien te place para aliviar la perdida de tu viejo amor, ademas, contigo fuera del mapa, el mundo habrá recibido uno de los mayores favores en su historia—Afirma la hiena.
    —¿Ahora quieres ser un héroe? Vaya manera de cambiar de parecer—Comenta la mujer con tono burlesco.
    —Esa nunca fue la idea, con tu muerte, todo para mi estará resuelto—Asegura el mercader.
    —Siento tener que decepcionarte—Dice la mujer a la par que hace una señal con su cabeza.

    Repentinamente, unos pinchos son lanzados hacia Parches, pero gracias a sus reflejos, esta los bloquea con su brazo. Un grupo de guardianes de la pintura rodean a la hiena y a la astoriana.

    —¿Jamas jugaras limpio verdad?—Pregunta la chica a la enmascarada.
    —Nunca dije que seria justa con ustedes, inmundos—Responde Ciaran.


    Los guardianes arremeten contra ellos. Parches logra cortar a la mitad a unos cuantos y su armadura le ayuda a resistir sus cuchilladas. Anri por su lado usa su escudo y corta lentamente las blancas telas de los guardianes, llenándolas de sangre. La hiena amputa el brazo de uno y luego decapita a otro que tenia atrás. La astoriana corta verticalmente el estomago de uno de los guardianes, golpea con su escudo a otro, tumbándolo, corta el cuello de uno que venia a atacarla y termina por clavar su espada en el pecho del guardián que tiro. Parches arrasa con los guardianes a base de mutilarlos y decapitarlos con su guja, hasta llegar donde su némesis, quien sin perder el tiempo, se desliza cerca de el, cortando parte de sus lumbares, pero no logra llegar hasta su piel, por lo que no causo daño y decide dar un corte giratorio para sacársela de encima. Ciaran salta con una voltereta hacia atrás y se salva del ataque. La hiena le propina un barrido horizontal con su arma, pero la mujer los esquiva y trata de rajar su rostro, afortunadamente, Parches bloquea y golpea a Ciaran con el mango de su arma, haciéndola retroceder un poco, y prosigue con un barrido hacia abajo, pero es detenido por la enmascarada, quien usa sus dos armas para ello y las desviaciones, propinando dos cortes. La armadura del mercader se raja un poco y esta vez logra cortar parte de su piel.

    —Tu coraza no durara mucho—Comenta la mujer entre risas.

    El mercader decide ignorarla y continuar la pelea, pero es interrumpido por una lluvia de cristales mágicos, pues Ingward también intervendrá en la pelea y debido a esta distracción, Ciaran clava un poco sus trazadoras en Parches y lo tumba, este ultimo mantiene distancia con su arma y después de un forcejeo se la saca de encima y se levanta.

    —¡Anri! Un poco de ayuda ¿No?—Pide al hiena a la par que señala hacia Ingward.

    Anri, quien estaba ocupada con los guardianes de la pintura, lo nota y decida ayudar buscando la manera de subir mientras es perseguida por un grupo de guardias.

    Cambiando de escena, regresamos a la confrontación de padre e hijo.


    Empezando por Gwyn, quien alza su espadón, produciendo una señal. Desde la radiante luz solar de la capital, unos grandes orbes de fuego que van directo a su hijo. Quien los esquiva con rapidez y estos chocan contra otras estructuras, pero al distraerse, es golpeado por su padre contra un pilar, derribándolo. Este ultimo le lanza un trozo de ruina, pero su padre lo destruye de un solo corte. El monarca hace un barrido horizontal pero no le da a su padre, sin embargo, destruye su corona de señor.

    —¡Falso gobernante! ¡Pagaras por eso!—Exclama Gwyn.

    Este comienza a dar un combo mortal con su espadón, siendo contrarrestado por su hijo, haciendo que ambos choquen sus armas rápidamente. Hasta que el hijo da un pisotón para hacer su característica explosión eléctrica, aturde a su padre y le apuñala la barriga a su padre, quien queda quieto por su sorpresa.

    —Tu me llevaste a esto...jamas debió acabar así—Dice el hijo con algo de pena.
    —Tu...te has vuelto fuerte...me llena de impresión...—Comenta el señor de manera adolorida.
    —Fue gracias a ti...pero nunca supiste escucharme—Responde el hijo.
    —Pero tu...jamas dejaste de ser un ingenuo—Responde el rey a la par que le lanza un orbe de fuego.

    El rey es lanza hacia atrás por este ataque y el señor huye de ahí, pero su velocidad es bastante reducida debido a sus heridas. El monarca se recupera y le sigue el paso, propinándole una embestida que los tumba contra el rosetón de la catedral principal de Anor Londo.

    Cambiando de escena, Parches continua la encarnizada pelea contra su némesis enmascarada, quien trata a toda costa de romper su armadura y dejar la piel de la hiena expuesta a sus cortes mortales. Parches por su lado, trata de cortarla con la hoja de su arma para hacer que se desangre, pero la magias de Ingward son un verdadero fastidio junto con los guardianes. Uno de ellos trata de atacar, pero parches se defiende y lo asesina, desgraciadamente, Ciaran lo atraviesa con su trazador dorado, llegando a su piel. La enmascarado trata de clavar su trazador plateado para envenenarlo, pero la hiena le agarra el brazo con fuerza. Los guardianes le apuntan con sus espadas para demostrarle que esta derrotado.

    —Hasta aquí llega el camino, Parches la hiena, a pesar de arribar más lejos de lo esperado, seguirás siendo un fracaso en vida—Le comenta la mujer mientras lo mira con deseos de matarlo.

    Ingward se prepara para ejecutar al mercader con una de sus magias. Pero mientras apunta, es atravesado por la espada de Anri de Astora, quien también agarra sus armas. Él hechicero carmesí cae de su puesto, partiéndose el craneo al caer al suelo y muriendo instantáneamente. La chica al saber que su amigo esta en aprietos, guarda sus arma y agarra las del fallecido mago. Calculando bien, lanza la daga del mago y mata a uno de los guardianes, luego arroja la lanza y mata al otro.

    —¡No puede ser!—Exclama la enmascarada consternada.

    La hiena aprovecha esto para empujar a Ciaran y sacarse su trazador. Luego se apoya a uno de los pilares por su herida. Anri baja cuidadosamente del sitio donde estaba y encara a la enmascarada.

    —No te queda mucho mas, estas totalmente sola y acabada—Le dice la astoriana a la mujer.
    —¡Ustedes 2 jamas me superaran! ¡No se los permitirá!—Exclama la enmascarada mientras corre hacia las escalera para ir a los niveles superiores.
    —¡Vamos! ¡No dejemos que huya!—Exclama la chica a su amigo.

    Parches, quien se puso una venda y vertió un frasco de liquido anaranjado en su herida para aliviarla un poco, accede a seguir con su venganza.

    —¿Seguro que puedes continuar?—Pregunta Anri preocupada.
    —Estoy bien, no la dejare ir por nada—Responde el mercader.

    Ambos le siguen el paso. Volviendo al campo de batallas, las cosas están mejor que nunca, los gigantes están casi acabados, las gárgolas y demonios caen como moscas, los soldados empiezan a retroceder por su inferioridad y el líder del ejercito se queda sin ideas. Gough, mientras mata a varios caballeros de Draco, ve a la guardiana distraída, por lo que la intenta aplastar. Pero rápidamente le cae un lluvia de flechas, los piromanticos le lanzan una tormenta de fuego en conjunto, haciendo que se cubra e interrumpir su ataque, y finalmente, Siegward logra desencadenar el poder de su espada de viento sobre él. Gough cae arrodillado por el impacto que corto parte de su cuello, y cómo cereza sobre el pastel, uno de los hombres serpientes gigantes, decapita al gigantón con su hacha. El gran cuerpo de Gough cae desplomado en el suelo y su cabeza rueda un poco por el campo de batalla. La guardiana se asquea un poco por la brutal escena, pero también se siente aliviada de lo que se salvo.

    —Gracias honorables guerreros y sobretodo a usted, honorable caballero Siegward—Comenta la guardiana.
    —Sin problemas, me es un placido honor ayudar—Responde el caballero.

    Ricard llega donde ellos con un aspecto aliviado.

    —Parece que ya termino, no tienen mas lideres que los comanden—Alega el príncipe.
    —Todavía no acaba, el rey sin nombre no ha regresado aun, y mis 2 grandes amigos tampoco—Comenta el latente.

    Volviendo con Ciaran unos minutos antes, esta se encuentra subiendo las escaleras para ir a los punto superiores del museo y ganar ventaja, pero mientras corre, se topa con un ventanal que da vista al campo de batalla, y ve el momento en que su amigo Gough es decapitado.

    —¡Malditos animales!—Exclama luego de golpear el borde de la ventana por coraje—"¿Cómo es posible que un grupo de huecos no este superando?"—Piensa la mujer con desconcierto.

    Los pasos fuertes del duo que persigue a Ciaran son escuchados, por lo que avanza hasta llegar a una agrupación de pasarelas muy delgadas y cuya caída seria una muerte segura debido a su altura. El duo también llega hasta ahí y casi caen por no ir muy bien atentos.

    —¿Les dan miedo las alturas? Quizá debieron optar por morir ahí fuera—Comenta la enmascarada.
    —¿Sabes que si caemos de aquí, nuestros huesos se volverán polvo?—Pregunta Anri a su amigo.
    —Ya lo sé, es exactamente lo que deseo que le pase a esta asesina—Responde la hiena.
    —¿Alguna plan?—Pregunta la astoriana.
    —Tu quédate aquí, no vas a arriesgarte a caer—Pide la hiena.
    —Pero no puedo dejarte en esto solo...—Alega la chica.
    —Anri, entiendo que deseas ayudarme, pero ya lo hiciste bien abajo y durante nuestra aventura, no pienso perder a otro compañero, hace esto solo—Explica mientras le acaricia el hombro de manera amigable.
    —...Promete que vas a ganar esto...—Pide la caballero.
    —Eso lo veras pronto, ahora vete, reúnete con Edward y los demás—Dice el mercader.

    Anri se retira acariciando un poco el brazo a la hiena, dejándolo solo contra su némesis.

    —Que ternura me da tu amistad con esa pobre aspirante a guerrera, a pesar de que los 2 son un dolor de cabeza insufrible, se ven tan lindos así—Dice la enmascarada de manera burlesca.
    —No vine a hablar de eso, tengo razones más importantes para estar aquí—Responde la hiena.
    —Mírate nomas, has logrado gran parte de tu objetivo, llegaste hasta nuestro hogar, lo destrozaste junto a tus aliados, mataste a mis aprendices y me tienes justo aquí, frente a ti—Comenta la mujer.
    —Solo me falta verte en el suelo sangrando—Alega el mercader.
    —Cruza estas pasarelas, e inténtalo—Reta la enmascarada a la hiena.

    Esta ultima retrocede sacando sus armas y manteniendo el equilibrio necesario, su rival lo sigue con su guja. Ciaran salta para clavar sus armas en él. Parches la empuja con su arma y esta cae en otra pasarela debido a su agilidad. La hiena usa el rango de su arma para tirarla desde su columna. La enmascarada aprovecha la distancia y lanza sus pinchos que son bloqueados por Parches. La enmascarada salta hacia él para patearlo fuera de la columna. El mercader esquiva retrocediendo y su rival comienza a hacerle un combo con sus trazadoras las cuales son bloqueadas por la arma de Parches y ambos chocan sus armas mientras mantienen el equilibrio. Parches la empuja y Ciaran responde con una patada semicircular que es bloqueada por el mercader quien intenta hacer que caiga, pero la enmascarada salta hacia otra columna. Parches la persigue lentamente, usando su arma para mantener el balance. Ciaran intenta acuchillarlo con sus armas mientras bloquea y trata de cortarla con el hoja de su arma, pero esta esquiva con agilidad y lo patea para que se desplome, pero este retrocede y corta parte del hombro de Ciaran. Esta agarra fuertemente el arma con una de sus manos y da un corte cerca de la muñeca de la hiena. El mercader jala su arma para que la suelte y le propina una patada, pero es esquivada por la enmascarada con un salto hacia atrás. El mercader le corta parte del muslo ni bien aterriza, causando una impresión en la mujer, haciendo que se distraiga, lo que aprovecha la hiena para cortarle parte de su torso.

    —No...espera...—Ruega la mujer.

    Parches simplemente la ignora y con una patada la tira del la columna. Ciaran cae desde la abismal altura viendo su vida y sus actos horribles por delante de sus ojos hasta que finalmente golpe brutalmente el suelo, dejándola totalmente muerta.

    —Espero que ahora si encuentres tu lugar feliz en el mas allá con tu amado—Comenta la hiena.

    Parches se siente aliviado, pue logro vengar a su viejo amigo, muy a pesar de que esto no lo devolverá a la vida, siente que al menos le dio La Paz que merece.

    "Descansa en paz Greirat, espero que esta simple venganza te de tranquilidad y que estes pasando de manera alegre tu nueva vida con tu mujer"—Piensa la hiena mientras se arrodilla y quita su casco para mirar al cielo.

    La escena cambia a la catedral principal de Anor Londo, donde el rey sin nombre y su padre el señor Gwyn, se encuentran algo aturdidos después de su choque dentro de la catedral. Ambos tratan de recuperar la noción lentamente, hasta que notan la presencia de cada uno. Sus rostros al mirarse cambian de una expresión confusa a una de odio y Gwyn rápido trata de agarrar su espada. El rey rápidamente intenta coger su lanza. El señor de la capital apunta a su hijo con el mandoble y genera una llamarada hacia él. Su hijo se cubre con su lanza y trata de resistir en esa posición, pero le cuesta debido a las altas temperaturas. Su padre simplemente intenta calcinarlo para poder vencerlo y ganar la pelea. El monarca se arriesga un montón, sale de su cobertura, y aunque esta siendo abrazado por él voraz fuego, genera una lanza eléctrica en su mano y la arroga. Su padre no ve lo que hizo debido a estar concentrado en quemarlo, por lo que se mantiene ahí, hasta que el proyectil atraviesa su pecho, causando un daño grave en su corazón. El proyectil que li atravesó completamente impacta en la gran estatua del señor de La Luz solar que estaba esculpida atrás, dejándola en meros añicos. Gwyn suelta sus armas y cae sentado en el suelo debido a su daño irremediable. Su hijo, quien termino con ciertas quemaduras en su rostro y bazos se acerca a el, muy apenado pues a pesar de que salió victorioso, Gwyn es el hombre quien le dio vida y lo entreno para ser parte de lo que es ahorita.

    —Siento mucho hacer esto...pero pocas elecciones tenia ¿Por qué nunca me escuchaste?—Pregunta el primogénito con pena en su voz.
    —Solo quería...un futuro para ti y tus hermanas y tu hermano...una vida prospera por delante—Explica el moribundo.


    —Pero podíamos compartir con los demás seres vivientes, no debías ser tan cruel y egoísta con todos—Le dice el hijo.
    —Era la era de los hombre o la de los dioses....entiende que...las 2 razas no cabemos en este...mundo...Así...son las cosas...mi querido Faraam...—Le cuenta el señor.
    —...¿Qué dijiste?—Pregunta el Hijo sorprendido.
    —Tu nombre...tu nombre es Faraam...primogénito del sol...heredero del trono de...Anor Londo...y ahora... mi vencedor...—Suspira Gwyn antes de cerrar sus ojos y morir definitivamente.

    El rey, quien lo tiene entre manos, queda atónito al escuchar su nombre una vez mas, y también apenado, pues su progenitor solo deseaba darle un futuro para él, aunque sin usar los métodos más apropiados.

    —¿Padre? ¡Padre no! Perdóname por llegar a este punto...—Ruega mientras abraza el cadáver de su progenitor.

    Dentro de la prisión donde se encontraba Yorshka junto con una dormida Filianore. Un destello blanco se genera sobre la princesa dormida, lo que llama la atención de la chica de velo. A pesar de que pareciera ser algo bueno, cuando el destello se aclara, vemos que la princesa dormida ahora esta muerta y en un estado momificado que le da un aspecto desagradable.

    —¡Filianore! No puede ser...¿Por que tú también te tienes que ir?—Pregunta la chica con pena

    En las afueras, el radiante sol que caracteriza e ilumina la capital empieza a ser reemplazado por una penumbra escalofriante y siniestra. La guerra en el las plazas continua, pero lentamente se detiene, pue los soldados de la capital se dan cuenta que su ciudad cada vez mas se embarra en tinieblas. El ejercito de Edward y Faraam se detienen igualmente al ver qué sus enemigos cesaron sus defensas, manteniendo su guardia en caso de que fuese una trampa. Los soldados enemigos tienen ganas de seguir, pero saben que fracasaran, pue la oscuridad en su tierra solo puede significar que su gran señor y líder ha fallecido, así que después de una larga espera, los enemigos lentamente sueltan sus armas como señal de derrota, algunos incluso optan por arrodillarse y pedir clemencia para ser dejados vivos. Finalmente, y luego de una larga y ardua labor, la capital de los dioses ha caído derrotada.

    —La victoria es para nosotros, valientes guerreros—Informa Siegward con orgullo.

    Los soldados aliados y sus respectivos lideres comienzan a celebrar con gozosos gritos de felicidad y entusiasmo, pues todo su esfuerzo a valido la pena al final de cuentas. Ricard celebra con sus caballeros alzando sus floretes al cielo. Los hechiceros de Vinheim sobrevivientes hacen formas visualmente atractivas con sus magias, los piromanticos hacen cosas similares pero con sus poderes de fuego. Los caballeros de Havel chocan sus escudos en señal de alianza. Los caballeros de Catarina se abrazan y cargan a su general Siegward con mucha alegría de su victoria contra el enemigo. Edward y la guardiana se dan un gran beso apasionado. Sin embargo, aunque igualmente este feliz, Solaire se lo ve algo pensativo mientras queda observando a la penumbra que se asentó en la capital. Ricard se da cuenta y va ver qué sucede.

    —Hey camarada ¿Qué ocurre? Pareciera que fueras de los que perdieron esta guerra—Le comenta el príncipe a su amigo.
    —Estoy muy congratulado por la guerra, pero...siento que traicione mis propios ideales...ayude a desvanecer al radiante sol de esta ciudad...—Explica el caballero.
    —Oh...me temía que llegaras a sentirte mal por esto...aunque entendieras que fuera lo correcto—Responde el príncipe.
    —El sol siempre fue para mí como un padre creador, y ahora pareciese que hubiera desparecido, devorado por las tinieblas, quizá el abismo—Admite el astoriano.
    —Comprendo tu tristeza, pero recuerda algo importante, todo era mas que una ilusión, una mentira a gran escala y bastante descarada por parte de su gobernante, lo creas o no, esta es la verdadera forma de la mítica ciudad de los dioses. Un montón de estructuras hundidas en un manto negro—Describe el príncipe.
    —Aun así, no puedes negar que el ambiente de este lugar es deprimente, aunque hayamos salido victoriosos—Responde el caballero.
    —Animos, un nuevo amanecer seguro esta esperando por su más grande admirador, seguramente para felicitarlo por su mas grande victoria—Anima el Baldereño a su compañero.
    —Seguramente tienes razón, no debería arruinar el ambiente victorioso con mi actitud ¡Lo logramos Ricard!—Exclama el caballero con tono de bonachón.

    Cambiando de escena, vemos a Cornyx y su amigo Orbeck, sentados junto a sus estudiantes, tomando un gran y merecido descanso.

    —¿Quién iba a pensarlo? Un antiguo asesino a sueldo de Vinheim que se volvió maestro, colaborando hombro a hombro con el cuervo ciego del Gran Pantano—Comenta el mago.
    —Son ocurrencias de este mundo, creo que después de esto, yo ya podría considerar en dejar de enseñar, conseguimos algo inmenso—Opina el viejo.
    —Ni falta de que lo menciones, por poco y no lo contamos, pero mira tú que cosas, ese caballero cebolla simpático tenia un elemento más en el tintero—Responde el hechicero.
    —Y gracias a él, ahora simplemente nos preocuparemos de nuestras labores cada uno, sin tener que seguir un ciclo infinito—Opina Orbeck.

    Ambos quedan donde están, relajados. Cambiando de perspectiva, nos vamos con Edward y su amada, ambos quienes comparten con Siegward el sentimiento de victoria.

    —Fuiste un espléndido líder, llenaste de valor a estos hombres, y nos diste esperanza, faltan palabras para agradecer tu fantástico trabajo—Congratula el latente.
    —Oh tú sabes que yo siempre estaré encantado de cooperar contigo, para lo que necesites amigo—Responde el caballero.

    Anri llega con ellos, emocionada de saber qué ganaron.

    ¡Lo logramos! ¡Salimos victoriosos no lo puedo creer!—Exclama la chica.
    —Anri, es un milagro ver que estas a salvo—Comenta el latente.
    —Ha sido un camino muy largo, pero ha terminado por fin, y eso me pone muy feliz—Asegura la chica.
    —Yo igual, estoy muy contento ¿Dónde esta Parches?—Pregunta Edward.
    —Ah...el...él se quedo...quería pelear contra Ciaran...me ordeno que me fuera...no quería estorbarlo—Explica la chica con nerviosísimo.

    Edward se preocupa bastante, pues sabe de lo que la espada del rey es capaz de hacer.

    —Lo siento...no debí dejarlo...—Reconcilia la chica pensando qué arruino la vida de su amigo.

    Siegward también se preocupa por sus amigo al ver la preocupación en su rostro.

    —¡Cariño! ¡Creo que es él!—Avisa la mujer.

    El grupo voltean a ver y se encuentran con un triunfador y despreocupado Parches quien se aproxima a ellos para reagruparse.

    —¡Pero si es mi compañero enigmático!—Exclama el latente.
    —¡Estas bien!—Exclama la chica sobresaltada mientras corre a abrasarlo.
    —Si si..estoy de maravilla, como nunca—Asegura la hiena mientras trata de liberarse del abraso de su amiga
    —Por lo que veo lo conseguiste, nos has hecho un favor inmenso—Comenta el latente.
    —Ya no será mas un problema, como todos los que alguna vez gobernaron aquí—Responde la hiena.
    —Hablando de eso ¿Alguien sabe sobre el rey?—Pregunta el latente.

    Desde la lejanía de una de las torres, el monarca salta y aterriza cerca del grupo. Edward decide el mismo hablar personalmente con él.

    —Lo conseguimos, nuestra alianza al final resulto vencedora—Le dice Edward.
    —Si...lo fue y mucho...pero empiezo a dudar del heroísmo en este acto...—Responde Faraam.
    —¿A que te refieres?—Pregunta el latente.
    —Tuve que matar a mi propio padre...quien al final...pareciera que simplemente buscaba darnos un futuro, aunque fuera excluyendo a los demás seres vivientes del mundo—Intuye el monarca.
    —Pero salvaste a los dragones, quienes fueron los mas injustamente afectados en todo este asunto—Responde Edward.
    —Al menos...aun así...esto no debía realmente acabar tan violentamente, pero ya esta hecho ¿Cuántas bajas tuvimos?—Pregunta Faraam.
    —No sabemos exactamente, pero fueron bastantes, gracias a esos gigantes, no encontramos a Ledo ni a Eygon ni a Havel, eso me tiene preocupado—Comenta el latente.
    —Yo estoy bien, pero Ledo esta muerto—Informa Havel, quien aparece de sorpresa usando una ropa cómoda y vendajes en lugar de su armadura clásica.
    —Gracias al cielo ¿Como te encuentras?—Pregunta el rey.
    —Yo estoy a salvo ahorita, pero la verdad, creo que no hay peor herida que las que no pueden sanar, como la perdida de un fiel amigo—Alega la roca.
    —Ledo...uno de mis mejores y mas fuertes caballeros, ahora nos a dejado después de su mayor enfrentamiento—Recita el rey con tristeza.
    —Creo que el mas que nadie merece un lugar digno de descanso—Asegura Edward.

    Unos caballeros llegan junto con un hombre serpiente gigante que carga con el cuerpo de Eygon y en su espalda con sus 2 armas.

    —Confirmamos otra baja importante señor—Informa el caballero mientras deja respetuosamente el cuerpo del caballero carimense sobre el suelo.
    —"Oh no..."—Piensa Edward mientras se acerca a ver a su amigo—Le había prometido a Irina que volverías amigo...ahora sé lo tendré que explicar...—Asegura el ser de la ceniza.
    —Lamento tu perdida compañero...al menos piensa que no murieron por nada definitivamente—Dice el rey para apoyarlo.
    —Igualmente, tendré que romper una promesa a una gran amiga—Declara Edward.
    —¿Pasa algo ser de la ceniza?—Pregunta la guardiana mientras se acerca a su amado.
    —Perdimos a Eygon...luego de haberle prometido a Irina que él iba a volver...no sé como se lo voy a decir—Explica el latente.
    —No te preocupes, yo se lo diré...creo que yo podría conectar mas con ella para consolarla posteriormente—Promete la guardiana.
    —Gracias, esperemos que su perdida no le impida seguir adelante—Dice Edward.

    Ambos se levantan y el latente encara al rey.

    —Entonces ¿Qué hacemos con los soldados supervivientes?—Pregunta el espadachín Edward.
    —Si tanto deseaban una era de fuego, entonces que mueran rodeado de llamas ¡Soldados, aléjense de esos hombre derrotados!—Exclama el rey.

    Los caballeros y hombre serpientes de alejan de los sobreviviente y el rey prende su lanza con rayos y los apuntas.


    Los dragones generan un rugido estruendoso en el cielo y desencadenan una tormenta de llamas que calcinan a los soldados de Anor Londo de manera espectacular a la par que incendian parte de la capital.

    —Ahora sí...ya termino...me parece que es hora de marcharnos ¡Guerreros! ¡No hay más que ver en este lugar! ¡En marcha!—Ordena el monarca.
    —¡Señor espere! Nuestros hombre tienen a alguien—Informa Ricard.

    El rey se voltea y divisa a Yorshka, quien esta siendo escoltada por 2 caballeros de la sangre de Draco. El rey parece sentir cierta familiaridad con ella, muy a pesar de no haber tenido interacción realmente.

    —¿Y tú eres?—Pregunta Faraam.
    —Hola...tu debes ser el primogénito del sol...yo soy Yorshka...la "hija" del señor de La Luz solar—Cuenta la chica con un tono tímido.
    —¿Hija? Estoy confundido ahora mismo—Alega el rey.
    —El me adopto como una, yo nací de una de las pruebas hechas en los archivos del duque, y temporalmente vivi en Irithyll, cuidada por vuestro hermano, el sol oscuro Gwyndolin, hasta que la desgracia llego allí también—Narra la chica.
    —Así que tú eras ese ser tan cercano a mi fallecido hermano menor, siento mucho por arruinar tu único hogar...realmente no era nuestra intención dejarte sin nada, lo prometemos—Asegura el rey.
    —Pase mis últimos días en una celda por discrepar en los ideales de Gwyn...así que esto fue casi un milagro...pero Filianore no lo logro...—Comenta la muchacha.
    —¿¡Filianore?! ¡¿Qué paso con mi hermana!?—Pregunta Faraam algo sobresaltado.
    —Esta muerta...luego de vivir tanto tiempo en su sueño...un destello de luz la rodeo...cuando se despejo...estaba completamente muerta...lo lamento—Cuenta Yorshka con tristeza y algo de arrepentimiento.
    —No...esto no es para nada tu culpa...supongo que la obligaron a mantener la ilusión de esta catedral con su eterno sueño...eso la termino de consumir a ella—Intuye el monarca.
    —¿Buscamos su cuerpo para darle sagrada sepultura?—Pregunta Ricard.
    —No...creo que tanto ella como mi padre desearían que este fuera su lugar de descanso...dejémoslo así—Ordena el rey.
    —Supongo que volvere a Irithyll, mi antiguo hogar antes de su desgracia —Comenta la chica.
    —Si quieres, podría darte un espacio en mi reino...al fin y al cabo, fui yo quien te dejo sin este hogar—Propone el monarca.
    —Entiendo que deseas redimirte conmigo, pero no te tengo rencor, tomaste una decisión drástica, pero necesaria probablemente, pero yo prefiero volver a donde alguna vez conviví con mi hermano adoptivo—Explica la chica.
    —Si tú lo deseas, yo no intervendré—Responde Faraam.
    —Creo que será lo mejor, la ciudad encantada se ha tornado en un lugar muy diferente al que solía ser antiguamente—Asegura el latente.
    —Entonces ¿Vienes con nosotros?—Pregunta el monarca.
    —Vamos, dejemos este lugar tan aterrador—Acepta Yorshka.
    —Ahora sí ¡Soldados! ¡Seguir el paso, volvamos a casa!—Ordena Faraam.

    El ejercito se desplaza lejos de la oscura ciudad de los dioses, iluminada únicamente por las llamas que dejaron los dragones, quienes también los siguen. Luego de caminar por una hora, un destello de los empieza a hacerse presente atrás de ellos. Los soldados se voltean por la curiosidad de saber de qué se trata. Allá a lo lejos, un verdadero y auténtico amanecer comienza a generarse con un radiante sol, causando gran admiración en los hombres, pero sobretodo en el gran caballero Solaire quien de la emoción se acerca mas para apreciar La Luz.

    —¡Lo sabia! ¡El sol jamas nos abandonaría! ¡Mi preciosa luz radiante e incandescente! ¡Alabado sea el sol!—Exclama con gloria mientras hace una pose de alabanza hacia su mas preciado objeto.

    Los demás los miran con felicidad y algo de ternura al ver su entusiasmo, mientras también gozan de la vista.


    Hacemos un salto de una semana, y nos trasladamos a un cementerio, donde una gran velada se lleva cabo por los héroes caídos en la batalla. Podemos ver a todos los que estuvieron presentes junto con mas de los soldados en el conflicto mostrando sus rostros de pena, también están presentes la princesa Felicia y la general de los ejércitos de Irithyll, entre Edward y la guardiana podemos ver a Irina, muy afectada por su perdida. Luego del funeral, cada grupo fue por su lado para seguir con sus vidas. La guardiana (Quien ya volvió a usar su túnica u gran falda negra clásica) e Irina están sentados cerca de un árbol platicando.

    —Tienes un gran dolor en tu corazón...créeme lo mucho que desearía poder simplemente desaparecerlo de tu ser para que seas feliz, pero solo puedo ayudar a que desaparezca un poco mas rápido—Asegura la guardiana.
    —Siempre he sentido que fui un estorbo para él, no sé porque realmente le importaba—Responde la ciega.
    —Porque eres alguien de valor, el hecho que carezcas de visión no te quita puntos como persona, incluso has demostrado ser alguien admirable con tu condición, pues aunque sufras de ceguera, te desempeñas en ser una talentosa cuenta cuentos en braille, y eso es algo increíble—Le comenta la guardiana.
    —Tu palabras son bastante dulces...realmente no puedo creer en lo que te has transformado...una mujer guerrera, un gran ejemplo para las demás guardianas de fuego—Alega la monja.
    —No puedo decir qué lo conseguí sola, pero ahora siento ganas de ayudar a más gente, para que también puedan aprender a defenderse y luchar contra sus problemas, siento ganas de enseñar, a pesar de que todavía sigo aprendiendo—Comenta la mujer.
    —No dudo que tengas dotes de maestra en un futuro, hay muchas mas guardianas de fuego ahí fuera, quizá puedas reclutarlas para que le enseñes a desenvolverse en el combate, yo por mi parte, prefiero seguir en mi labor de monja cuenta cuentos—Opina la ciega.
    —Suena a un buen plan, pero todo llegara a su tiempo—Responde la guardiana.

    Irina apoya su cabeza en el hombro de su amiga para conseguir comodidad.

    —Te agradesco todo el apoyo que me has dado, enserio lo digo—Agradece la mujer dulcemente.
    —Cuando me necesites...—Promete la guardiana.


    Ambas quedan en el árbol descansando aparentemente solas, sin embargo, a lo lejos están siendo vigiladas por un hombre joven de pelo largo y rasgos algo serios, quien tiene dos espada curvadas en forma de ganchos en su espalda. Atrás de este joven, esta él mismo confesor de túnica negra y mascara dorada que hablo con la general en la parroquia de los no muertos.

    —¿Haremos esta alianza entonces?—Pregunta el confesor.
    —Acepto, pero ni creas que seguiré sus ideales solo por qué los ayudo en esto, tengo mis propios intereses—Responde le misterioso hombre.
    —No hay necesidad de que lo hagas, aun así tienes tiempo para pensarlo, este plan nos llevara mucho tiempo—Asegura el clérigo.
    —Como digas, yo iré con mi gente para avisarles que la capital ha caído y podremos movernos mas libremente—Cuenta el joven.
    —¡Espléndido! Yo volvere a la iglesia azabache, la doncella Yuria se alegrara de esto—Asegura el confesor con una sonrisa bastante cínica.
    —Mejor Separemonos antes de levantar sospechas—Recomienda el joven.

    Ambos se separan del sitio lo antes posible.


    Cambiamos con Anri y Parches (Quien ahora usa su traje de cuero negro clásico en vez de su gruesa armadura), quienes se han vuelto un duo muy unido.

    —Jamas había sentido tanta paz después de un gran combate—Alega la chica.
    —¿Sabes Anri? Debo admitir que te subestime bastante cuando nos conocimos y revelaste ser una centinela azul, pensé que seria una inexperta que depende de combatir en medio de un gran grupo de personas, pero cuando vi que tu sola podías contra esos guardianes, vi que me equivoqué, tienes potencial para ser una guerrera muchacha, definitivamente ese engaño que hacías con tus ropajes era innecesario—Afirma Parches.
    —Gracias, yo admito que realmente pensé que nos traicionarías al final—Admite la astoriana.
    —Me lo imagine, pero no se preocupen, hicieron un acto tan bueno como para intentar traicionarlos—Alega la hiena.
    —¿Y qué harás ahora?—Pregunta la mujer interesada.
    —Nada que realmente interese, mi vida jamas se volvió por un objetivo...seguiré siendo Parches la hiena, el confiable, el inquebrantable, como quieras llamarme, prefiero la hiena personalmente—Cuenta el mercader.
    —Entiendo, yo seguiré con mi labor de centinela, así que si algún día precisas mi ayuda, no dudes en llamarme—Promete mientras le ofrece su señal.
    —Creo que no me vendría mal una mano amiga en ciertos momentos, gracias por la propuesta—Acepta el inquebrantable mientras toma la señal de su amiga.
    —Nos vemos Parches, no te metas en tanto problemas ni situaciones de riesgo por favor—Pide la chica.
    —Hasta pronto, sigue con tu entrenamiento, no dejes que tu habilidad se pierda—Responde la hiena.

    Ambos se despiden mutuamente con respeto y abandonan el patio del cementerio. Mientras Anri camina a su refugio es interrumpida por una voz familiar.

    —¡Hey Anri! Ven, vamos en grupo a nuestros hogares—Propone Edward quien esta con su guardiana, Irina y Siegward.

    Anri sonríe al verlos y decide ir con ellos.

    —¿Y están listos para continuar normalmente en esta nueva era?—Pregunta el latente.
    —Definitivamente pero ¿Dónde están los demás?—Pregunta Anri.
    —Cada uno fue por su lado, el rey se fue con sus caballeros, Orbeck y Cornyx siguieron su camino con sus estudiantes y la general escolto a la Yorshka junto con Felicia, supongo que Parches también fue por su lado—Explica e intuye Edward.
    —Si, ya sabes como es el, pero bueno, el consiguió lo que deseaba, y todos salimos ganando—Alega la chica.
    —¡Y0! Siegward de los caballeros de Catarina ¡Propongo celebrar esta ocasión!—Exclama el bonachón.
    —Es clásico de ti proponer cosas así, pero no voy a negar que no lo estoy pensando—Admite el latente.
    —¡Será una festividad legendaria!—Exclama el caballero.
    —¿Sabes? Creo que esto es el inicio de una gran amistad—Asegura Edward.

    El grupo se aleja lentamente del sitio para dirigirse a tener un gran y largo descanso.


    E l F i n a l

    Galeria de imágenes del capitulo final.

    [​IMG]
    Espada extraña imbuida en el poder de las tormentas que salvo la victoria de la batalla.

    [​IMG]
    Pasarelas donde Parches y Ciaran tuvieron su ultimo encuentro.

    [​IMG]
    Arena donde se llevó el último momento entre Gwyn y su hijo.

    [​IMG]
    Estatua de Gwyn la cual fue destruida a la par cuando el señor fue asesinado.

    [​IMG]
    Restos de la princesa Filianore después de que su sueño fuera interrumpido.

    [​IMG]
    La capital de Anor Londo sumida en la oscuridad luego de que su líder fuese derrotado.

    [​IMG]
    Felicia, la princesa del nuevo Irithyll (Es la primera vez que hago una ilustración de mis personajes en dibujos, perdón si no es el mejor dibujo que hayan visto)

    [​IMG]
    Pose característica con la que el caballero Solaire alaba al sol.

    Gracias a los que siguieron esta serie, significo mucho para mi hacerla.
     
    Última edición: 19 Mayo 2020
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    Gracias a todos los que hayan seguido esta lectura hasta su culminación, me ha encantado crearla y desarrollarla lo mejor que pude, pues es un universo que encanta que me apasionaba sacarle todo este provecho a sus personajes y lugares, por lo que me encanto crear una historia así, y espero que ustedes tambien la hayan disfrutado.
     
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    Aventura Souls: La batalla de los reyes.
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    13
     
    Palabras:
    1794
    Advertencia: Esta es una historia basada en la trilogía conocida como "Dark Souls". La gran mayoría de los personajes y elementos presentados aquí no son de mi propiedad y pertenecen al genio creador Hidetaka Miyazaki, presidente de Fromsoftware. Esta historia contiene partes de mucha violencia tanto física como verbal, no recomendado para menores de 16 años, se recomienda discreción.

    Epilogo: Consecuencias.

    Ha pasado mucho tiempo desde la victoria sobre la aclamada ciudad de los dioses, volviéndola una triste zona arruinada y sumida en una terrible penumbra. Luego de tanta violencia y situaciones desesperantes, es normal pensar que el mundo estaría en paz, esa tranquilidad después de la calma que mucha gente anhela cuando esta metida en un problema. La victoria del ejercito del primogénito y el latente es quizá el evento mas grande presenciado en sus tierra ¿Pero será la única sociedad con ideales retorcidos? ¿No hay otros grupos de los que preocuparse? ¿Qué hay de esos que a pesar de tener un enemigo en común, tienen una manera diferente de ver las cosas?

    Nos remontamos a una gran catedral oscura la cual esta decorada con unas torres de diseños extraños y colores oscuros. Sus alrededores y sus puertas principales son protegidas por unos caballeros con armadura con diseños esqueléticos, en su mano derecha portan unas espadas anchas con unas raíces en sus empuñaduras, en su otra mano portan una especie de orbe color rojizo que parece ya estar integrados a sus cuerpos. De entre la niebla aparece una figura, provocando que los guardias se pongan alerta, alzando sus orbes haciendo que se transformen en escudos.

    —No será necesario atacar, soy solo un viejo amigo de vuestra mentora y líder, caballeros—Comenta la figura mientras se acerca lo suficiente para ser reconocido.

    Los guardias bajan a defensa, pues se trata del confesor de túnica negra y corona dorada.

    —Ha pasado tiempo desde que se lo ve por aquí señor Oswald de Carim ¿Que se le ofrece?—Pregunta uno de los caballeros.
    —Solicito ver a la dama Yuria con urgencia, se trata de noticias que la alegraran de sobremanera—Asegura el clérigo.
    —Ella se encuentra el su sala de altares junto a varios peregrinos y su hermana Liliane, ojala que no le moleste ser interrumpida en sus rituales—Indica el guardia.
    —Gracias, ahora mismo iré a informarle cosas de vital importancia—Responde Oswald mientras se adentra en la iglesia.

    Los pasillos de esta gran estructura están repletos de los caballeros antes descritos, peregrinos con atuendos extraños con caparazón y linternas de aceite atadas a ramas, personas con aspecto de no muertos que lucen bastante alegres a pesar de su condición preocupante y personas con túnicas sombreros de color blanco quienes cubren su rostro usando mascaras doradas que forman una expresión burlesca. La decoración del lugar es igualmente extraña, con un símbolo circular atravesado y anclado al suelo por una espada extraña, esculturas y pinturas de cuervos y una mujer misteriosa rodeada por las aves mencionadas y estatuas de una criatura muy aterradora a la par que bizarra. Luego de que este confesor atravesara este tour, llega hasta una puerta resguardada por 2 personas de túnica blanca y enmascaradas.

    —Bienvenido otra vez, señor Oswald ¿Cuál es su asunto con la dama Yuria o con su amada hermana? —Pregunta el guardaespaldas.
    —Noticias importantes, información valiosa para ella y para la iglesia en general en efecto—Asegura el clérigo.
    —Déjenlo pasar, es un aliado de confianza y parece que tiene algo interesante que contar—Ordena una voz femenina y algo seductora desde el fondo de la recamara.

    Los guardias se apartan y dejan que Oswald ingrese, dentro es recibido por una mujer de vestido negro, guantes de metal oscuro, una mascara con grabados y una forma de pico y una katana guardada en su costado.

    —Mi querido confesor y sacerdote esta de regreso como puedo ver, por lo que veo, traes noticias del mundo exterior—Comenta la doncella.
    —En efecto mi querida Yuria, tenemos una confirmación sobre la victoria del primogénito y el latente contra el "Señor de La Luz solar" y la devastación de su hogar, parece que no dejaron a nadie con vida—Informa el confesor.
    —Eso suena a más que buenas noticias para mí, parece ser que ya no hay mas obstáculos frente nosotros—Intuye la mujer.
    —La "Blanca Vía" tiene ahora menos influencia y poder sin su mas grande ídolo, no serán tanto una molestia para nosotros ahora—Responde Oswald.
    —Entonces, podríamos estar listos para empezar nuestro plan, ya va siendo hora de que la humanidad vuelva a sus orígenes naturales, ala par de que Londor obtenga un líder capaz y honorable para nosotros—Manifiesta la mujer.
    —¿Qué es lo que trae en mente?—Pregunta el confesor.
    —Prepárate para realizar un viaje a una tierra lejana, haremos una visita importante, y cuando la hora de la verdad llegue, tendremos que hacerle una visita al querido latente de Lothric—Informa Yuria.
    —Ya veo, usted planea convertirlo en el gobernante de los huecos ¿No es así?—Responde el clérigo.
    —Es alguien con más que capacidad y fuerza, será un líder más que digno para el nuevo mundo que llegara, solo debemos...persuadirlo—Comenta Yuria.
    —Que así sea entonces...—Dice Oswald luego de soltar una risa aterradora.

    Cambiamos de lugar, esta vez a una mazmorra vieja ubicada en un lugar desconocido, esta se encuentra llena de caballeros usando armaduras de malla, quienes forjan y blanden espadas, martillos y hachas de guerra. En medio de estas personas se encuentra el mismo joven quien se reunió con Oswald en el cementerio, esta vez usando una armadura dorada con diseño extraño, pero sin un casco.


    —Señor, llego una carta de su compañero en Carim, parece ser importante—Informa uno de los caballeros.
    —Dame eso, ya estaba esperando una respuesta de ese viejo lunático—Responde el líder mientras toma la carta y la lee.

    El mensaje dice así: "Anda preparando todo Lautrec, mi gente y yo haremos un viaje hacia la antigua y arruinada Oolacile, luego de un largo tiempo de preparación, estaremos listos para actuar"-Oswald.

    —Perfecto...ya va siendo hora de empezar a actuar—Comenta el líder mientras ríe y limpia sus casco lleno de polvo.

    Cambiamos otra vez de escena, nos remontamos a la tierra de Farron, específicamente a las ruinas cerca de la catedral, allí se encuentran los restos de en descomposición de Shira y de su arma extraña. El cadáver anclado al hacha pareciera cobrar vida nuevamente, pero en lugar de permanecer clavado en el arma, se libera de ella y se arrastra cerca de los restos del caballero esclavo Gael, montándose en el gran lomo del humanoide y rodea el cuello de este con su esquelético brazo. Una aura morada oscura rodea tanto al monstruo como a Gael, haciendo que este ultimo recupere la conciencia lentamente, al levantarse, se da cuenta que tiene algo montado en su espalda, por lo que se sacude para intentar quitárselo, hasta que la mano huesuda del monstruo toca la cara del caballero esclavo por debajo de su capucha. En la mente retorcida del encapuchado, esta mano es la suave muñeca de su sobrina, produciéndole calma, la mano señala a un punto en concreto, y Gael sin ningún inconveniente salta desde donde esta hacia un barranco, dejando el lugar solitario.

    Nuevamente hacemos un cambio de escenario, esta vez en una especie de cueva muy oscura, la cual en el fondo se ven una especie de orbes blancos luminosos, que por la forma en la que están organizados, parecen ser ojos, los cuales rodean a un caballero de armadura plateada con telas azules, una coleta en la parte de atrás de su cabeza y un espadón color oscuro, se lo ve muy herido y su brazo derecho parece estar fracturado. El caballero permanece inmóvil donde esta, y unos orbes nuevos aparecen, esta vez de un color rojo luminoso y parecen estar en desorden, repentinamente una gran mano, la cual parece tener dientes y una garganta en su palma aparece dispuesta a agarrar al individuo herido. El ambiente se oscurece y todo resulta ser un sueño, lo aterrador, es que fue un sueño de nada mas ni nada menos que la infame Ciaran, quien despierta de sobresalto en el suelo del museo luego de ser derrotada y presuntamente asesinada por Parches. Después de orientarse, se da cuenta no solo de la oscuridad que reina en su antiguo hogar, sino de que todos sus aliados están muertos, no le queda nada, por lo que al principio queda aterrada por el ambiente, hasta que divisa a dos objetos muy conocidos por ella. Sus queridas trazadoras están tiradas cerca de ella, pareciera incluso que ambas estuvieran invitando a su dueña para que las obtenga. Ciaran con sus manos algo temblorosas agarra sus armas y mientras las mira, tiene recuerdos de gente a la que asesino, tanto los simples, como el asesinato que le trajo a su peor enemigo. Luego de esto ella se levanta, y comienza a dirigirse fuera del lugar donde esta.

    —"No haberme rematado será el peor error que habrás cometido tanto tu, como tus amigos..."—Piensa Ciaran mientras abandona el museo, y de su hogar.

    F I N
    Galeria de imágenes
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    Yuria, mentora y líder de la iglesia azabache de Londor (Arte hecho por evs-eme) (https://evs-eme.tumblr.com/ Apoyen a esta talentosa artista :3)

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    Caballeros quienes resguardan la iglesia.


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    Peregrinos de Londor.

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    Ciudadanos de huecos de la tierra ya mencionada.

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    Extraño símbolo que conforma gran parte de la decoración de la iglesia.

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    Enmascarados de túnica quienes son los guardias personales de Yuria.

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    Casco usado por el misterioso joven, líder de aquellos caballeros de malla.

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    Espadón perteneciente a caballeros visto en el sueño de Ciaran.

    Gracias por leer el epilogo de esta historia :3
     
    Última edición: 10 Junio 2020
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    AshenKnight

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    ¡Hola Ashen! Este es el posible último comentario que haré en tu historia, así que será un poco largo y emotivo.

    Antes debo comenzar diciendo que en todos mis años dentro de foros de internet tu fic fue el primero de su estilo (una historia larga) que comencé y terminé en su totalidad, siguiéndolo capítulo a capítulo y viendo como todos los personajes se desarrollaron, llegaron, murieron, se enamoraron y terminaron. Es por lo anterior que le guardo un cariño especial a tu fic y siempre lo llevaré conmigo.

    Quiero agradecerte por no dejarte rendir, a pesar de que FFL no es el foro más grande y tu fic no tuvo los comentarios que merece (yo espero que consigas más lectores en el futuro, ahora que tu historia está terminada) tú no la abandonaste y le pusiste muchísimo amor a cada capítulo tomando para bien cada recomendación y mejorando en todos los aspectos (los primeros capítulos son la prueba de tu enorme mejora en la narración, ortografía y estética), agregando canciones que te inspiran, preguntándome y compartiendo cosas de tu historia, agregando una galería bien editada, algunos con una amplia extensión donde desarrollaste todo un universo.

    Quiero que estés orgulloso de tu trabajo y te animes a seguir escribiendo en FFL, tal vez no recibas miles de comentarios pero el mío siempre estará en tus historias.

    Debo confesar que me dolió la muerte de Ciaran, tal vez era mala y lo merecía pero le tomé mucho cariño a su personaje y se volvió de mis favoritos a pesar de su forma de ser y los problemas que causó. Aunque, Parches también era de mis favoritos y seguro uno de los dos tenía que llegar a su fin :c (No estoy considerando el epílogo).

    Una agridulce victoria para el príncipe, la verdad no esperaba esa reacción y me encantó porque era bastante sensato que se sintiera así, pues durante la pelea él estaba peleando también en su interior contra sus propios ideales y demonios. Al menos hizo lo correcto, aunque eso no sea un consuelo total para haber terminado con todo lo que conocía y con lo que significaba su familia.

    El grupo y su escena final fue simplemente hermosa. Una escena totalmente de película con todos los guerreros tan poderosos y que seguro se enfrentarán a nuevas historias.

    Y el epílogo abre la puerta a algo increíble con mi hermosa y loca asesina favorita, de verdad espero más protagonismo para ella porque me encanta jajaj.

    Saludos <3
     
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    Escritor
    De nuevo me dado una vueltita por otra de tus historias, AshesNight.
    Me he leído el prólogo y el primer capítulo de esta historia y debo concluir que ha estado emocionante.

    Sobre el prólogo, cumple con su propósito y es una manera muy eficiente de introducir al lector en el universo mencionado en el escrito.

    En cuanto al primer capítulo, debo admitir que sentí mucha empatía por Albert y me dio algo de pena que, habiendo sido un gran compañero para Edward, tuvo que enfrentarse a él hasta la muerte... pero también me alegra un poco que haya muerto con su honor intacto hasta el último aliento. Al menos es un consuelo.

    En fin, muy buena historia, la verdad. Sigue así, compañero, que vas muy bien.
    ;)
     
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