Ave fénix

Capitulo 7

El frió viento la rodeaba por completo las voces susurraban el nombre de Miroku una y otra vez, pisadas por todo el lugar el ruido de la madera que crujía bajo el peso de alguien.

El corazón latía desenfrenado en su pecho, una sensación atenazaba su estomago haciéndolo contraerse sin parar y una sensación helada la cubría por completo, su cuerpo paralizado por el terror, sentía como si su corazón estuviera en su garganta lo cual impedía que gritara y la falta de aire en sus pulmones era otro factor a tener en cuenta.

Las puertas se abrían y cerradas, su respiración se entrecortaba con cada nuevo golpe, el viento susurraba contra todo lo que golpeaba y la letanía de las voces llamando a Miroku solo ayudaba a que palideciera por el puro terror que sentía en esos momentos.

De una de las esquinas de la habitación las maderas crujieron y se doblaron hasta partirse y un extraña cosa salio de allí rumbó a donde ella estaba, lo único que atino a hacer fue retroceder hasta toparse contra una pared, cuando la cosa que parecía un gusano o tentáculo iba a impactar contra ella la espada brillo y un escudo de energía se formo alrededor de ella protegiéndola, por mas que el tentáculo intentaba alcanzarla no podía traspasar el escudo creado por la espada.

Poco a poco se ovilló en el suelo por el miedo causado y en su fuero interno deseaba que alguien la ayudara que la despertara, lagrimas de puro terror caían por sus mejillas. El tentáculo cambio su forma y su piel se retiró dejando a la vista hueso blanco y duro en forma puntiaguda como una espada que se disponía a golpear el escudo.

La espada de hueso no llego a su objetivo algo la detenía en una posición algo extraña el miedo que sentía era tan intenso y las lagrimas le impedían una correcta visión de lo que pasaba, poco a poco con sus temblorosa mano se limpio la vista para ver delante de ella a un hombre con una armadura negra y vestido de blanco y una larga cabellera que con una espada en la mano era lo que impedía que el ataque se llevara acabo.

Una risa macabra fue lo que retumbo por todo el recinto y un enorme gato con fuego en sus pies se tiro enzima de ella, causando tal pavor en la joven que grito y chillo con tal fuerza que dejo pasmado al pobre animal.

Un humo extrañó empezó a llenar el lugar quitándole el poco aire que le quedaba, la manos de la muerte se cerraban sombreé su cuerpo con avaricia, el gato intentaba empujarla lo que la aterraba mas el ser de blanco no se movía ni ápice al igual que el tentáculo.

Vacilante y tanvalente se puso de pie, con paso inseguro se acerco al gran gato que la urgía a subirse a su lomo, a punto de desmayarse cae sobre el animal sin oxigeno ya para respirar, el gran gato se eleva en el aire y sale atravesando una pared mientras cientos de tentáculos surgen del suelo.

Una red de tentáculo iba a capturarlos cuando el ser de blanco aparece y corta uno asiendo que todos empezaran a explotar dejando el camino libre. Cuando el gran gato aterrizó en un claro a pocos metros de la casa lo único que la joven pudo hacer es caer desmayada en el piso.
El la semi conciencia que oscilaba entre la oscuridad total y destellos de luz, su conciencia era un péndulo que le traía retazos de conversaciones y el nombre de Miroku sonaba una y otra vez, abrió los ojos lentamente y vio al ser de blanco cuya mirada era de un ámbar hermoso y muy frío, eso fue todo lo que vio antes de ser tragada por la completa oscuridad