de Inuyasha - Aun te sigo amando [Drabble] [InuxKag]

A dedicación de mi dulce hermana, Alex, a la que quiero mucho, hermana gemela, te adoro, sos la mejor del mundo, quiero que sepas que por vos todo.

Aun te sigo amando.​

Dos años y medio desde que trabajamos juntos, dos años y medio desde aquel beso tan inesperado. El ultimo recuerdo que tengo de ti, es despidiéndome, mientras bajaba al pozo. No te eh visto por más de dos años.

Aun recuerdo tus garras, el olor de tu cabello plateado, las manos y caricias de aquella noche, que al volver de la misión me distes. Es que nunca la olvidare.

Me gustaría ver de nuevo tu rostro, sentir tus burlas, escuchar tus lamentos y hasta escuchar tu respiración chocar con la mía, me encanto el día en que te me confesasteis, bueno, apuesto que me has olvidado y tienes una familia.

Iré, si, necesito verte. Sí, no me importa si te veo con otra muchacha, necesito verte. Tomo un bolso, me acerco al cuarto.

—Vamos, Amor, te llevare a conocer a tu padre. —Susurré a una niña de cabello plateado, ojos dorados como el sol y una sonrisa igual a la mía, solo tenía dos años y medio, exactamente.

—Mamá, ¿Me alzas? —Pregunto refregándose un ojo, con su mano derecha, la alza y me encamine hacía el pozo.

Una vez al frente del mismo, saltee para dentro, cuando caí, había caído de pie, tenía a mi hija en mis brazos y la mochila en mis espaldas. Comencé a subir como pude, al menos una mano sabía cómo sostenerme.

Después de tan difícil acción, logre subir hasta arriba de todo, al subir, pude ver el paisaje tan hermoso, que aun atesoraba en mis recuerdos, el cantar de los pájaros que aun sonaba en mis recuerdos.

—Tú, ¡Kagome! —Escuché una voz que estaba detrás de mí. Rápidamente me voltee a ver de quien provenía esa voz, efectivamente no lo encontré.

—Pero, ¿Qué fue eso? —Me pregunté en un susurró.

—Aquí abajo. Soy Shippo. —Me saludo un zorro, pequeño. Le regalé una sonrisa, feliz de volverlo a ver. —Vaya, cuanto has crecido, ¿Y esa niña?

—Es mi hija. —Respondí de forma rápida.

—Así que era verdad, te fuiste a buscar otra familia. —Dijo un hombre, saliendo de atrás de los árboles, acercándose. Era él, no había duda.

Me quede mirándolo, y una lagrima de felicidad, no pude evitar soltar. Sonreí mirándolo, no pude evitar, tentarme a correr y abrazarlo con todas mis fuerzas, pero al recordar a la niña en mis brazos, solo me dedique a sonreírle.

—Es muy bella. —Se me acercó a ver a nuestra hija. — ¿Quién es el padre?

—Inuyasha. —Murmuré en bajo, sonrojada. —Te quería decir… Que, ella es nuestra hija, de aquella noche. —Susurré.

Su rostro, se formó una sonrisa grande, pero a la vez se le notaba la sorpresa, aun que sentí sus brazos rodearme tanto a mí como a ella. Pude también sentir como me había extrañado y al fin comprender cuanto yo lo había extrañado.