Ery Colle Ery miró a Ricky y en seguida le dió un leve golpe en su hombro —Veremos quien rie al último— decía con una sonrisa —Seguro Lumi y yo logramos el encantamiento primero— miró la pluma "¡Anda, no me hagas quedar mal y vuela!" pensaba mientras volvía a colocar su mano para iniciar el encantamiento —¡Wingardium Leviosa!—
Danielle Abbadie. Cuando el profesor Flitwick me felicito de la nada me sobresalté un poco, así que mi pluma comenzó a caer nuevamente, aterrizó sobre mi cabeza, cuando la quitaba de allí para volver con la práctica pude ver cómo Kara lograba el trabajo, la mire y le mostré una pequeña sonrisa, me alegraba no ser la única, asi ahora le prestaría atención a ella. Cuando estaba por volver con mi pluma me percaté de que otra chica había logrado el encantamiento, Ery si mal no recuerdo. También le mostré una sonrisa a ella, al parecer las chicas somos las más rápidas en la magia. —Sigamos con la práctica —me dije a mí misma, repase el movimiento y las palabras —. Wingardium Leviosa —reprimiendo un poco el acento francés y con el correspondiente movimiento de muñeca la pluma volvió a elevarse un poco.
Andrew Esta vez la pluma ni siquiera se movió de su sitio. Probé agitando la varita más fuerte pero nada. —¡Maravilloso, señorita Abbadie! Mirad todos, la señorita Abbadie lo ha logrado —escuché decir al profesor y volteé para ver que Danielle había conseguido hacer levitar su pluma—. ¡Enhorabuena, 10 puntos para Ravenclaw! Pero eso no quiere decir que debéis deteneros; continuad practicando, tenéis hasta el final de la clase… Volví a lo mío más motivado que antes, esta vez tenía que lograrlo. —Wingardium Leviosa...—dije casi en un susurro. Poniendo toda mi concentración en la pluma.
Hikari Ya algunos de mis compañeros lo estaba logrando, entre ellos Kara, ¡vamos Hikari algo estas haciendo mal! no podia dejar que los demas me arrebanzaran en algo tan facil como hacer que una pluma vuele, ¡casualmente eso era lo que hacian! ¡las plumas vuelan!... ...a no ser que me haya tocado una pluma de avestruz. ¡Maravilloso, señorita Abbadie! Mirad todos, la señorita Abbadie lo ha logrado —Escuche al maestro que hizo que saliera de mis pensamientos—¡Enhorabuena, 10 puntos para Ravenclaw! Pero eso no quiere decir que debéis deteneros; continuad practicando, tenéis hasta el final de la clase. —"Bien, ¡Vamos a la cuarta!"—Me dije a mi misma frunciendo el ceño y apuntando a la pluma en mi pupitre—¡Wingardium Leviosa!
Kara Willson Y cuando lo logré, un chico... ¿Ricky?, sí, Ricky me había saludado al parecer para felicitarme y yo le respondí con una sonrisa, deseándole suerte desde mi asiento para que pudiera lograr el hechizo él también como lo había hecho al parecer su amiga que parecía que habían iniciado una competencia para ver quien lo hacía primero. Lamentablemente por lo que podía ver Ricky había perdido. Ya habrían otras oportunidades. — Vamos Andy, se que lo lograrás — le animé en un susurro para que supiera que yo también le apoyaba, luego miré a Evelyn y le desee la misma suerte aunque ella todavía no parecía decidida a hacer ese hechizo. Luego miré a Hikary y noté como su pluma se había elevado un poco — ¡Vamos Hikari, casi lo logras!
Andrew Kara había logrado elevar su pluma, junto a otros estudiantes. Vi su expresión de felicidad y no pude reprimir una sonrisa. —¡Lo has logrado, felicidades! —exclamé palmeando su espalda—. Espero que esta vez funcione... —Vamos Andy, se que lo lograrás —susurró en un tono de ánimo. Le sonreí agradeciendo el gesto y probé de vuelta. —¡Wingardium Leviosa!
Hikari La pluma se habia levantado un poco, ¡casi lo lograba por centimetros! al menos, quedaba mucho tiempo de clase para poder lograrlo "¡Vamos Hikari, casi lo logras!"—Escuche a Kara animarme. Le voltie a ver y le sonrei para agradecerle, ¡y lo iba a lograr, yo lo se!. —¡Una vez mas, lo voy a lograr!—murmure—¡Wingardium Leviosa!
Andrew Era increíble, mi varita debía estar rota. Quizás se descompuso cuando caímos todos al finalizar la carrera o quizás era defecto de fábrica. Me puse de pie y apoyé una mano en el pupitre mientras apuntaba a la pluma con la otra. —Wingardium Leviosa —recité ya de memoria.
Daniel Brown ¿Como si esto fuese un circo? ¿¡Por quién me tomaba este profesor!? Si me caracterizaba por algo era por mi educación, no solía entrar de esta forma en clase y mucho menos en la primera, pero esas malditas escaleras me habían puesto de los nervios. Ignoré las miradas del resto y empezamos la clase. El primero hechizo era Wingardium Leviosa, uno de levitación. Mi mente intentaba procesar el extrafalario nombre, pero antes de que pudiese el profesor nos ordenó empezar a probarlo con plumas. A este ritmo, y con lo torpe que era, no iba a dar ni golpe. —Wi-wingardium Leviosa —dije con voz temblorosa intentando no hacer mucho el ridículo. Mientras, Danielle ya había conseguido dominarlo... ¡Ahora sí que lo iba a conseguir, no iba a dejar que esa niña fuese más que yo!—. ¡Wingardium Leviosa! —afirmé ya más convencido.
Daniel Brown La pluma enfrente mía empezó a temblar al pronunciar aquellas palabras. Todo parecía a puntar a que lo había conseguido, pero esta no hizo más que caerse de la mesa... ¡Fantastico! Un conjuro para levitar y se me cae. Cerré el puño con la pluma dentro una vez la cogí y, tomando aire, volví a intentarlo. —¡Vamos, Wingardium Leviosa, maldita! —moví la varita enfadado por el fallo. El profesor, mientras, estaba observando a otros alumnos sin apenas hacerme caso. ¿De verdad era esto necesario? Tanta gente era capaz de levantar la pluma y yo no, solo esperaba no tardar mucho.
Daniel Brown —¡AAH! —grité al volver a fallar, haciendo a muchos de mis compañeros voltearse a ver qué pasaba—. P-perdón —me disculpé y luego volví a intentarlo. Si mis padres me viesen en este momento... Agarré con fuerza la varita, coloqué la pluma frente mía y giré la mano de la misma forma que nos había dicho el profesor. Esta vez era la buena, lo presentía. —¡Wingardium Levinosa!
Daniel Brown —¿Pero por qué narices no funciona? Profesor, ¿podría echarme una mano? ¿Es así?— pregunté cuando al final se fijó en mí. De nuevo el conjuro y de nuevo el movimiento de manos. No sabía si lo hacía bien o no, pero desde luego debía fallar eso... ¿O quizás me equivocaba con las palabras? Wingardium Levinosa, ¡como para acordarse del dichoso nombre! Mientras tanto, más personas avanzaban y yo seguía aquí atascado. Ahora empezaba a arrepentirme de haber venido a Hogwarts.
Daniel Brown Mirada perdida y mente ausente. Ya estaba harto de repetir lo mismo una y otra vez, y cada vez que lo intentaba mis esperanzas de conseguirlo mermaban. —Señor Flitwic —volví a llamar la atención—, ¿cómo era el conjuro? ¿Wingardium Levinosa? Porque no me sale y creo que leí mal, mire —me volteé hacia la pluma con la intención de recitar el hechizo de nuevo—. ¡Wingardium Levinosa! —exclamé antes siquiera de tomar mi varita—. Eh, espera, ¿y mi varita? —miré alrededor y la encontré en mi silla. Había rodado por la mesa hasta caer. Una vez la recogí, volví a probar. Contenido oculto Me siento tonto, ¿saben? ._. Juntando mis cinco tiradas solo llevo dos 7 TnT
Evelyn La clase había iniciado al fin, y sin esperar mucho todos los estudiantes, yo incluída, comenzamos a recitar las palabras una y otra vez. La clase casi parecía un coro, estoy segura que de tanto repetirlo a nadie se le iba a olvidar más. No obstante, la suerte o quizás la magia no estaban muy de mi parte, y aún no había conseguido mover mi plumita casi ni un milímetro. Les sonreí a todos los que lo habían logrado, felicitando a los más cercanos a mi mesa, y volví a concentrarme en mi parte. —Vamos a ver... ¿No estará rota mi varita? —murmuré algo preocupada, agitándola para ver si se oía algo raro; quizás le faltase algún tornillo o se le hubieran acabado las pilas. Pero espera, esto no funcionaba como los objetos Muggles, ¿no? Solté un suave suspiro—. ¿Qué estaré haciendo mal? Con sutileza, volví a probar el hechizo tal y como el señor Flitwick nos lo había indicado. No me iba a rendir tan fácilmente, esto tan solo era un juego para mí y no iba a perder. —Vamos varita bonita, allá vamos; ¡Wingardium Leviosa!
Victoria Stone Y, cuando varios alumnos ya se hicieron presentes, el profesor nos explicó como hacer le hechizo de levitación. Repetí junto a la clase varias veces el hechizo hasta que se quedo grabado en mi mente. Segundos después unas plumas se hicieron presentes sobre nuestros pupitres. "Veamos..." pensé blandiendo la varita con fuerza pero no demasiada. — Wingardium Leviosa — dije ne voz mediana, intentando no molestar a los demás presentes, mirando a la pluma con concentración.
Daniel Brown Me llevé la mano a la frante y cerré los ojos. No había forma, lo intentaba y lo intentaba, pero la pluma seguía quieta en su sitio. De repente, el profesor puso su brazo sobre mi hombro y con el otro señaló a la pizarra, donde estaba escrito. ¡Ya está! Lo estaba diciendo mal, era Wingardium Leviosa, no Levinosa. Sabía que algo estaba pasando, era imposible que no lo hubiese conseguido en cinco intentos. —Vaya... Mu-muchas gracias, profesor, volveré a intentarlo —contesté mientras el profesor se marchaba a otra mesa. >>¡Wingardium Leviosa!
Evelyn —S-se ha... ¡Se ha movido! ¡Lo ha hecho, he movido la pluma un poco! —exclamé jubilosa, a pesar de que aquello no era mucho. No obstante para mí ya era todo un mérito y sobre todo un avance, por lo que no podía quedarme atrás, debía continuar. Con una gran sonrisa plasmada en mi rostro di un saltito bajando de la silla y apunté a la pluma con determinación, más segura que nunca. —¡Wingardium Leviosa!
Victoria Stone Ladeé levemente la cabeza al ver que la pluma apenas se movió. — Quizás moviendo la muñeca de esta otra manera... — murmuré con calma, volviendo a pronunciar el hechizo: >> Wingardium Leviosa
Daniel Brown Aunque esta vez había vuelto a fallar, estaba algo más animado al descubrir el problema. Aquellas palabras volvieron a salir de mi boca e hice el gesto propio con la mano. —Venga, ¡Wingardium Leviosa! —exclamé con tranquilidad. La pluma se estremeció y por unos momentos me pareció verla mover... ¿Sería esta la buena?
Evelyn —Hmm... —pensativa, llevé mi varita detrás de la oreja y crucé los brazos, admirando el objeto desde todos los ángulos—. Yo creo que mi pluma está defectuosa. Sí, debe ser eso, no hay otra —concienzuda de que debía tratarse de aquello, me giré hacia la clase y alcé un poco la voz, aunque nadie se giró. Todos andaban muy concentrados con lo suyo—. ¿Algún alma caritativa que me quiera cambiar la pluma? ¿Nadie? Resignada, volví a mi sitio y tomé de nuevo la varita de mi oreja, ya que nadie parecía querer cambiarme su pluma. En fin, ya le había cogido cariño a la mías así que... —Bien, otra vez nos vemos las caras, plumita. Te vas a enterar, ¡Wingardium Leviosa!