Las chispas del inicio de un gran incendio estaban apunto de brotar de mi varita. ¡Agh! Simplemente, ¡agh! ¿Por qué tenía que ser tan complicado? Definitivamente, la magia me odiaba. Sí, esa era la única explicación lógica. Si yo odiaba la magia, después de todo es justo y lógico que la magia me odie a mí. ... un momento, espera. Olvidaba que la palabra "lógica" no tiene significado alguno entre estas paredes. Maldito Hogwarts, ojalá se derrumbe. —¡Wingardium Leviosa! —dijo mi garganta, pero mi mente quería decir Pire. Así ese libro dejaría de existir... y con suerte, el incendio se extendería "accidentalmente" y saldría arder todo el lugar. Soñar es gratis, supongo.
... cuantos más intentos infructuosos acumulaba, más rabia crecía dentro de mí. Y eso implicaba más odio a Hogwarts, más odio a la magia, y más odio hacia... ¡el condenado libro! ¿Y si estaba equivocado? ¿Y si la puerta no era más que la segundona, y el verdadero malhechor detrás de todo esto había sido, desde el principio, el libro? Desde luego, me estaba desafiando. Esas hojas desgastadas, esa portada simple y rugosa... me retaban, se reían de mí, todas y cada una de ellas. Quinientas, sesiscientas, o setecientas páginas de odio y maldad, eso era aquel libro. —¡WINGARDIUM LEVIOSA! ¿Qué me faltaba? ¿Qué hacía mal? No lograba entenderlo.
El libro se levantó por los aires. Sonreí cuando lo logré. Parecía moverse en la dirección a la que apuntaba con la varita... así que lo hice estrellarse contra la pared. El libro se abrió tras eso, quedando sus páginas bocabajo. Luego, lo hice chocar contra la pizarra, contra el suelo, y, así, lo estuve torturando durante un tiempo. Si tan solo pudiese sufrir, aquello sería mucho más satisfactorio. Al menos, e desahogaba de esa manera. Concluí mi agresión estrellando el libro una y otra vez contra la maldita puerta. Sonreía sin poder evitarlo ante aquella escena. Plaf, plaf, plaf, plaf... Ah, podría estar haciendo aquello por horas. No obstante, no era algo práctico. Así pues, decidí arrojar el libro por ahí, lo pisoteé, y, luego, dije, antes de salir, tras lanzarle una mirada a ambos, libro y puerta: —Nos vemos en el infierno.
Ryder Parker. —¡Bien, Flitwick, ya estoy listo para aprender a hacer el smoothie playero! —exclamé, entrando a la sala. Wait, no. La sala esta... vacía. ¡No hay nadie! El único rastro humano era un escrito en la pizarra que decía: "¡Me fui a cosechar las calabacitas de Halloween!" y abajo estaban las instrucciones para los hechizos que ya había enseñado. Blanqueé los ojos, y luego de pegar un suspiro me acerqué a la pizarra para ver cómo era que tenía que realizar el hechizo pendiente por aprender... El resto, eran especificaciones de como mover la varita y el momento de decir el hechizo... ... Momento. ¿Abrir puertas y cerraduras bajo llave? Contenido oculto @Nami Roronoa
De repente, la puerta del aula se cerró con un sólido portazo. Al acercarse a examinar, Ryder pudo comprobar que se encontraba firmemente cerrada con llave; del otro lado de la puerta pudo oír con claridad como Peeves se alejaba del lugar, riendo a carcajadas. Contenido oculto No olvidéis: Modo de dominarlo: El rolero debe lanzar 3 dados de 30 caras. Los números que saquen en esos tres dados deben ser números pares; si sacan todos pares, habrán dominado el Alohomora. Si al menos uno en impar, deberán intentar de nuevo.
Ryder Parker. ¡¡Pum!! Me di vuelta, súper asustado, al escuchar semejante golpe. ¡Ah! Fue la puerta. Quizá fue el viento o algo así, ¿no? Tomé un poco de aire para calmarme, pero al botarlo no pude evitar hacer un gesto de disgusto. ¡Iugh! El aire en este lugar está asqueroso. Y justo a la puerta esta le dio por cerrarse... Mejor voy a abrirla si quiero vivir. Y eso me dispuse a hacer. Fui caminando tranquilamente hasta la puerta y tiré de la manilla. Hm... nop. No abre. Entonces quizá deba empujar, porque bueno... ya todos se saben esta. Típico de que tiras de la puerta y en realidad tienes que empujarla, la confusión del cartel Tire-Empuje es un clásico. Así que puse mis dos manos frente a la puerta y comencé a empujar y... ¿eh? No abre. ¡No abre! ¿¡Pero qué esta pasando!? Ya perdiendo todo el estilo y calma elegante, comencé a mover la puerta de un lado a otro empuñando mi mano fuertemente. ¡Pero no!, ¡estaba trancada! ¿Qué rayos está pasando...? "¡Wajajajajaja!" Esa voz... esa horrible voz yo la he escuchado de alguna parte. ...Ah, no. ¡El asqueroso y desocupado de este Peeves!, ¡esto es muy del estilo de él! Tan broma de Daniel el travieso. Patético. Molesto, pero patético. ¡Pero igual molesto! Apenas salga de aquí me encargaré de él. —¡Eres hombre muerto! —Bueno, técnicamente este estúpido ya está muerto, ¿no?—. Digo... ¡te voy a destruir, smog con cara de abuela! Pegué un zapatazo, picadísimo. Tengo que salir de aquí cuanto antes... pero, ¿cómo? Y entonces, fue cuando la palabra "Alohomora" se me vino a la cabeza, y con ella, los recuerdos en las alcantarillas de zoológico. ¡Claro! Los otros usaron ese hechizo para abrir esos candados. ¡Ahí está! Justo el conjuro que tengo que aprender para que mi mamá calme la vena, ¿qué mejor? Gracias Peeves tonto. Me hiciste un favor, pero de todas formas me vengaré de ti apenas pueda. —¡Alohomora!
Ryder Parker. —¡Uuuurgh! —exclamé, desesperado. Por un momento, la cerradura parecía abrirse, pero al final no ocurrió nada. Fue todo súper simulacro y calienta sopa. —Vamos de nuevo... ¡Alohomora!
Ryder Parker. ¡No inventes! ¿Lo mismo de nuevo? Es como que la cerradura le da por girarse y luego se traba la muy desgraciada. Esto es como una montaña rusa emocional de un mili-segundo. Definitivamente demandaré a esta escuela apenas termine el año escolar. —¡Alohomora!
Ryder Parker. Y de nuevo... ¡exactamente lo mismo! Es como si estuvieras lanzando dados, y necesitas tres números pares, y te salen dos... ¡tan cerca pero tan lejos! —Vamos, ábrete de una vez... ¡Alohomora!
Ryder Parker. Esto tiene que ser un chiste pésimo. Ahora la basura esta con suerte saltó un poquitito, ¡ni giró como la vez pasada! —Colabora, verrugas de cerdo... ¡¡Alohomora!!
Ryder Parker. ¡Ahora!, ¡ahora!... no. Maldita sea. ¿¡Qué rayos le pasa a esta estúpida puerta!? En la cloaca zoológica los candados se abrieron a la primera... —¡¡¡Alohomora, dije!!!
Ryder Parker. ¡Ugh...!, ¡la misma basura otra vez! Estuvo girando de lo más de bien, y se queda trancada apunto de dar la vuelta completa. ¡Qué clase de chapa es esta!, ¡está del asco! —Ábrete de una vez... ¡¡Alohomora!!
Ryder Parker. —Al diablo con esto. Usaré el Fuego Bluebell para incendiar esta porquería y salir de aquí... Apunté con mi varita a la puerta, pero justo antes de pronunciar el conjuro, apreté los labios con un nudo en la garganta. Ugh... odio cuando a mi conciencia le da por hablar. ¡Casi nunca lo hace!, ¿por qué le dio por molestarme ahora? —Argh... ¡Alohomora!
¡Está girando! Gira, gira, y... —¡¡Aghhhh!!! Lo siguiente que dije fue como "censurado" por un extraño pitido que salió de quién sabe donde. Ah, verdad que esto es para el público familiar, ¿no? Quizá por eso no se pudo escuchar lo otro que dije. —Ábrete ya, estúpida tabla... ¡Alohomora!
Ryder Parker. Pateé la condenada tabla. ¿¡Cuál rayos es su problema!? En Verrugas de Cerdo hasta abrir una puerta es engorroso, qué asco de magia la verdad. —¡¡Alohomora!!
Ryder Parker. —¡Ábrete, árbol muerto, estoy harto de ti! Apreté la varita con tanta fuerza que estoy seguro que se resaltó la vena de la fuerza. ¡Qué rayos le pasa a esta cosa! —¡¡¡Alohomora!!! Y... comenzó a girar y girar y... ¡Click! ¡Bingo! Se destrabó la cerradura. Obviamente los modales los mandé al caño y abrí la puerta de una patada para salir al fin de esa sala. Que fastidio todo esto. —Espérate a que te encuentre, vejestorio podrido, te vas a arrepentir de meterte conmigo —susurré, teniendo en mente al idiota de Peeves.
Emma Tyler~ Me adentré en el aula tiritando un poquito por el frío. Era invierno al fin, y en ese momento me habría encantado estar leyendo un buen libro en la sala común acompañada de una tacita de chocolate caliente. ¡Pero no! Estaba decidida a aprenderme los conjuros que no pude en su momento. Debía ser responsable y practicar muchísimo. Con ello, estaba segura de que lo lograría en algún momento. Y tal y como lo esperaba, esta estaba vacía… Contenido oculto Bueeeeeno, después de tanto tiempo sin rolear es hora de intentar ponerse las pilas, supongo~ Nami Roronoa
Emma descubrió que el aula de Encantamientos se encontraba completamente vacía. Sin embargo, al adelantarse hasta el frente de la clase, encontró sobre el escritorio del profesor Flitwick una única pluma blanca. Y junto a la pluma había, además, un pergamino con instrucciones… ¡era la oportunidad perfecta para dominar el Conjuro de Levitación! Contenido oculto: Instrucciones del pergamino Wingardium Leviosa Clase de conjuro: Aire Uso en el rol: El personaje podrá hacer levitar objetos; no podrá hacer levitar carruajes como Hagrid, pero podrá con objetos más livianos como piedras o libros. Uso en combates: Hace levitar un objeto cercano y se lo lanza al oponente, causándole 10 HP de daño. Cómo dominarlo: El rolero debe lanzar 10 dados de 10 caras en su post. De esos 10 dados, en al menos tres de ellos deben haber sacado un siete (7). Si lo logran, habrán dominado el hechizo.
Emma Tyler~ Avancé curiosa por la clase, preguntándome dónde podría encontrar los materiales necesarios para practicar. Pero pronto resolví mi duda al ver una bonita pluma en el escritorio del profesor Flitwick. ¡Oh, y estaba acompañada por las instrucciones! —Bien, plumita, trabajemos duro —le susurré entusiasmada mientras le echaba un vistazo a las instrucciones—. Vamos a ver... Wingardium Leviosa~
Emma Tyler~ La pluma se movió un poquito, como si una pequeña corriente la hubiese rozado. Era consciente de que la magia no era lo mío, y que aprenderme algún hechizo era un reto. Pero apenas había empezado. —Wingardium leviosa~