Bueno venga, si no quería reprobar de nuevo como un estúpido al menos debía tomar apuntes de vez en cuando, ¿no? Tan siquiera para dar la pinta o tener algo que repasar cuando se acercaran los exámenes, no sé, de forma que luego de lanzarle el papel de regreso a la chica intenté hacer eso. ¿Por qué cojones no había notado a Ishikawa entrar si ya lo había visto con Dunn? Oh vamos, no le podía pedir demasiado a mi neurona luego de lo del baño ciertamente y todavía no estaba acostumbrado al hecho de que el enano tuviese el cabello de otro color tampoco. Tal vez porque había escaneado el espacio buscando caras peligrosas, raras o algo así y venga, Ko-chan tenía carita de bebé desde que lo conocía. Mientras hacía el intento de ser un alumno responsable a medias sentí una mirada encima pero por los tatuajes y toda la mierda era normal, de forma que tampoco me molesté buscar al mirón ni nada. En algún punto dejé de tomar notas y me distraje garabateando en las orillas del cuaderno o mirando por la ventana, cuando la campana sonó me desperecé antes de cerrar el cuaderno y dejar el bolígrafo encima. En eso estaba cuando la mancha cían se puso en movimiento para acercarse y los cables se me volvieron conectar. El chiquillo en general era educado, así que no me sorprendió que se acercara y tampoco que algo de emoción se le hubiese colado en la voz. —Pero mira nada más, si es Ko-chan —dije mientras me levantaba de la silla, dedicándole una de las sonrisas de toda la vida—. Aunque bueno, luego de ver a Dunn hecho una melcocha con alguien había quedado clarísimo. Me encogí de hombros. —Nunca fui, ya sabes, un buen estudiante y esa mierda. —Estiré la mano, le sostuve el mentón y lo revisé como si quisiera asegurarme de que estaba entero o algo así, cuando lo dejé ir le di un par de palmaditas en la cabeza—. No creí que fuese a verte aquí y el idiota de Cayden, como no lo vi en la noche, seguro se olvidó de decirme así que tendré que quejarme por eso. Seguramente a Ishi le faltaban todas las uniones para darle forma al desastre, de hecho le faltaban también al otro enano, pero por los momentos no hacía falta centrarse en eso. Importaba más el hecho de que, de una u otra forma, nos habíamos encontrado y ya. —Eh~ ya no tienes tu pelito castaño tan bonito, me costó reconocerte así, Ko-chan. —Contuve la risa y acerqué un poco el rostro al suyo—. Pero los ojos no se te pierden nunca. Le regresé su espacio no mucho después mientras hundía las manos en los bolsillos justo como él había hecho. Contenido oculto Paula excusas pendejas inventando cómo fue que Shimi-kun no vio a Ko-chan (?? QUE ROLEE A LAS 4 AM DISE *gritos de perra loca* MY JACKAL HUSBANDOS PLS weno ya
Fue casi automático, recibir su sonrisa consiguió desanudar gran parte de la tensión que me cargaba encima. Sabía que Shimizu podía fingir lo que le viniera en gana, incluso ese gesto, pero ¿qué sentido iría a tener hacerlo conmigo? Bueno, sexto sentido o lo que fuera, decidí aferrarme a esa transparencia y aceptarla sin mayores complicaciones. Decidí meterme en la cabeza que no estaba enfadado conmigo, como tampoco lo había estado Cay-Cay. Seguí sus ojos a medida que se incorporaba y solté una risa liviana, culpable, al oír lo de Cayden. Nos había visto en los pasillos, ¿eh? Alcé las manos en señal de bandera blanca y me encogí de hombros, relajándolas rápidamente. —Eh~ Y yo que quería darte una sorpresa, qué injusto. —Luego dijo el resto, me soltó la barbilla y aflojé bastante el cuerpo, apoyando las caderas en el pupitre más cercano—. A mí tampoco me dijo nada, así que recibirá reprimenda doble. Pobre Cay-Cay~ Seguí fijándome en sus ojos porque bueno, en general no le rehuía al contacto visual y hablando con alguien es lo lógico, ¿no? Su expresión mutó ligeramente y conservé la sonrisa al advertir que se inclinaba hacia mí, para destacar lo de mi cabello e insistir en lo de la carita de bebé. No era que no lo supiera pero ¿iba a decírmelo todo Dios ese día? —¿Qué dices, Mishi-kun? ¿Acaso no me queda bien~? —solté con todo el descaro del mundo y la sonrisa tranquila pegada al rostro, inmutable.
Solté una risa bastante floja al escuchar su comentario y seguí sus movimientos con la vista sin molestarme en disimular el hecho de que lo estaba viendo demasiado, que de por sí en reglas generales se podía decir que miraba demasiado a la gente en casi cualquier contexto. No era que tuviera razones para que ocurriera lo contrario. —Pobre diablo, le va a dar algo cuando se dé cuenta de que nos encontramos antes de que pudiera decirnos nada a cualquiera de los dos. —Hice lo mismo que él, apoyé las caderas en el pupitre. En cualquier caso, pronto regresé la atención a los ojos del muchacho y sentí, quizás, lo mismo que había sentido Cayden al verlo el día anterior. Una mezcla rarísima de alegría, genuina, casi pueril y un atisbo de algo parecido al miedo o a los nervios a secas. El resto habíamos seguido en contacto, sí, al menos bastantes pero Kohaku se nos había perdido en el camino y ninguno lo había hostigado para hacerlo regresar a nuestro lado realmente. ¿Debimos hacerlo? Quizás. Algo me decía casi a gritos que era nuestro deber. Y lo habíamos ignorado como campeones. No era lo que Yako hubiese querido. Ninguna de las emociones revueltas que sentí se me coló en los ojos o el lenguaje corporal, más allá de algo de la alegría que tampoco quería taparle tanto al pobre chico. Aunque venga, igual sabía que el mocoso era un zorro de los buenos, por algo había sido elegido después de todo. —¿Eh? Ah claro, Ko-chan~ —No le iba a invadir más el espacio por puro amor al arte, pero para hacer el imbécil no necesitaba ni siquiera moverme a veces. La voz me salió casi como un ronroneo, porque vamos, me gustaba putear a todo dios, aunque ciertamente Kohaku, con todo y su carita de ángel, era capaz de seguir el ritmo—. Te queda muy bien, no voy a mentirte pero venga, siempre me gustaron los chicos guapos y no soy ciego. Lo último lo había dicho casi en un murmuro mientras despegaba el cuerpo del pupitre y comenzaba a caminar fuera de la clase. Asumía que ya tendría planes para el receso y bueno yo estaba atascado con la pelo de chicle aquella, pero al menos hasta el pasillo podía acompañarlo o no sé, hasta dónde fuese posible que total no sabía que planeaba la chica y qué planeaba él. —¿Y? ¿Estás bien, enano? —Fue lo único que no pregunté con el eterno tono de broma, soné algo serio si se quiere.
Era increíble la sensación tan palpable de que el tiempo no había pasado, de que los dos años que me mantuvo alejado de los chacales habían sido puro humo. Quizá fuera una ilusión y realmente la cosa no iría a resultar tan fácil, pero no dejaba de contar con la certeza de poder reanudar el trato justo donde lo habíamos congelado. Cay primero, ahora Arata. Solté una risa suave como respuesta a su primer comentario y luego advertí a todas luces el tinte que le arrojó a su voz, a sus palabras. Lo repasé con la vista un poco como quien no quiere la cosa, en una mezcla de indiferencia y descaro. En líneas generales no había cambiado demasiado, pero sí se le notaban los dos años extra encima. En la contextura corporal, más que nada, y en la dureza de ciertos rasgos. Su ronroneo me arrojó recuerdos bastante palpables a la mente, arrastrados de quién sabe qué rincón oscuro, y una chispa de picardía reverberó en el ámbar de mis ojos. Como siempre, iba disfrazada de angelical inocencia. ¿Que siempre le habían gustado los chicos guapos? —Lo sé~ —canturreé, detallando cómo comenzaba a caminar fuera del aula; lo seguí de cerca—. Me alegra que conserves el buen gusto. ¿Ya íbamos a entrar en esa de nuevo? Probablemente. Como fuera, en sí tenía planes así que la charla de reencuentro podríamos dejarla para otro momento, con Cay incluido quizá. Nos detuvimos bajo el umbral de la puerta y saqué mi móvil para enviarle un mensaje rápido a Emily. Espérame en tu aula, Hodges-san Tengo planes para nosotros~ Su pregunta llegó a mis oídos y me devolví el aparato al bolsillo. Dejé atrás cualquier rastro de broma o picardía para sonreírle con genuina calidez y asentir, casi con la alegría de un niño pequeño. —Sip, todo ha estado muy bien, por suerte. ¿Y tú, Arata?
Incluso aunque tenía esta maldita sensación de que Yako, aún sin ser violento como tal, me hubiese estampado el puño en la cara si se enteraba que habíamos dejado a Kohaku a su bola tanto tiempo pude seguir haciéndome el tonto y no iba a pedirle disculpas en nombre de todos los chacales dispersos ni nada, ese trabajo no era mío. Si acaso lo haría Yuzu si es que llegaba a verlo pronto, porque ella sí iba a sentirse responsable del asunto y toda la mierda, porque ella había intentado sustituir a nuestro alfa sin éxito. Como fuese vi al chico recorrerme con la vista con cierta indiferencia, vamos, la manera en que solíamos mirarnos todos en la calle pero vi la chispa que cruzó el ámbar, la percibí debajo de la inocencia, de la carita de ángel que conocía bien. Me relamí los labios buscando contener la risa, sin pensar en lo jodido del gesto en sí mismo, pero bueno total que como había seguido caminando había dejado el asunto estar. Lo vi enviar un mensaje antes de responderme y cuando lo hizo todos los gestos, en general toscos o burlones a secas, se me suavizaron completamente. Es posible que de haberme mirado en un espejo hubiese sido capaz de encontrar en mí el rostro que tenía hace un par de años o quizás tres, siendo un mocoso de dieciséis. Puede que incluso hubiese encontrado en mi rostro al mocoso que había sido cuando casi los tuve a mi cargo, a él y a Dunn. —Me alegro. —Estiré la mano y le pellizqué la mejilla en gesto casi cálido—. ¿Yo? Todo bien, ya sabes, haciendo negocios de los buenos como siempre. Las mañas nunca se pierden. Con una pierna fuera de la clase y otra dentro me volví hacia el interior del salón, ya con las facciones de siempre en el rostro, y alcé la voz para llamar la atención de la chica de pelo rosa. —¡Hey, punk girl! —La llamé—. ¿Vienes o no? Contenido oculto oh woah Shimi-kun being soft? im dead
Recibí la respuesta del chico en otro trozo de papel y no pude evitar la sonrisa cuando la leí, escrita con trazos bruscos y casi sin tinta. Eh, no sabía por qué pero se me había hecho hasta un poco tierno. Sea como fuere, aunque había reaccionado un poco reacia de buenas a primeras pues la verdad es que no me molestaba mucho pasar el receso guiando a un chico por ahí, sonaba bastante divertido, y con la idea de un plan en mente... las clases se hicieron mucho más llevaderas. Como había prometido que no se iría, me tomé mi tiempo para recoger las cosas, y también le envié un mensaje a Alethea diciendo que pasaría el receso ocupada. Me hizo bastante gracia saber que en su clase había pasado lo mismo y me preguntaba quién había sido el desgraciado o la desgraciada que había tenido que cumplir el mismo papel que yo. El caso es que mientras me incliné en la silla, distinguí a otro de los chicos acercándose al rubio y pues tampoco era yo una maleducada por el puro placer de serlo así que simplemente me quedaba esperarlos. Saqué una paleta de mi maletín y me lo llevé a la boca, echando la silla hacia atrás sobre las dos pata traseras mientras los observaba. Pero bueno. Ni siquiera importaba que les estuviese clavando la vista, parecían en su propia burbuja y venga, no me iba yo a quejar tampoco. Cuando se alejaron hacia el pasillo, yo ya me estaba bajando de la silla para ir preparándome y acercarme cuando se despidiesen, pero entonces escuché una de las voces llamándome y acabé por ir a su lado como si nada. Me saqué la paleta de los labios y señalé al chico de pelo azul con ella, una ceja alzada al mismo tiempo. —¿Te quieres unir tú también al paseo? —soné puramente curiosa, porque la verdad es que ya que íbamos a hacerlo pues me daba igual si venía más gente, no o lo que fuese.
Vaya mierdas se gestaban en aquella academia, ¿no? Las pruebas físicas me tenían tocando los ovarios desde que puse un pie en el Sakura y salvo en contadas ocasiones las había evitado yéndome a fumar un cigarrillo o algo. Me gustaba el deporte, bastante de hecho, pero se la tenía jurada a Yoshida-sensei desde primero y no podía verle la puta cara. Era superior a mis fuerzas. Hotaru había terminado acompañándome para mi sorpresa, y no había sido tan repelente como lo creí en un principio. Había relajado el culo conmigo desde que notó que era bastante mecha corta, como si de verdad se interesase en acompasarse a mí o algo, vete tú a saber, y simplemente la dejé hacer. Había prometido a sus abuelos, mis jefes en la tienda en la que trabajaba desde hacía tanto tiempo que me encargaría de acompañarla en la academia y yo nunca incumplía mi palabra. Arrugué los gestos al encontrar el sobre en mis casilleros. ¿Qué cojones? Los alumnos a mi alrededor parecían pletóricos con la idea de un baile de máscaras, de verdad que ya no sabía qué esperar del Sakura. Hice una bola con el sobre y lo encesté en la papelera más cercana antes de cerrar los casilleros y subir las escaleras, como la amargada de mierda que era. Me tomé un rato en los baños para tomarme un cigarrillo, escuchando voces al otro lado de la pared a las que apenas presté atención, pero reconocí sin quererlo la voz de Hotaru y no pude evitar poner los ojos en blanco. Me cago en la puta, ¿no podía estarse quieta o qué? Tiré la colilla al retrete y me volví al aula sin ninguna prisa realmente. Me senté en la silla un poco como me dio la gana y comencé a pasear por las redes mientras comenzaba y no la clase. No podía evitar sentirme algo extraña. Con toda esa calma que se sentía tan ajena a mí. Hacía días que no sabía de Zuko, Natsu tampoco se aparecía por la academia... ¿No estaría en el ojo del huracán o algo así? Porque no me lo explicaba. Contenido oculto ¿Relleno para usar la cintita? yES
Después del cambio de zapatos y demás parafernalia, guardé el sobre dentro del casillero y me dirigí hacia el interior del pasillo. Estaba masticando un chicle y haciendo pompas de vez en cuando, como venía siendo costumbre, y podía no parecerlo a simple vista, pero todo aquello de la fiesta y tal me había puesto de bastante humor. Llegué al tercer piso con rapidez siendo que no tuve ninguna interrupción de camino y, quizás por primera vez desde que llevaba en ese sitio, no me apetecía del todo salirme al pasillo. Y para la gracia, había visto a la castaña tirando la invitación a la papelera en los casilleros. Ni modo, si es que prácticamente había sido la única en reaccionar de ese modo, no podía pasar desapercibida. La vi llegar no mucho después de mí y me acerqué a su pupitre, sentándome en la silla de delante que resultó estar libre. ¿Me estaba metiendo directamente en la boca del lobo? Desde luego, se veía que la chica tenía mala leche. ¿Me importaba? Claramente no, por eso me había lanzado a ello. —Tirar la invitación de lo que parece ser la fiesta del mes no suena muy lógico para alguien de nuestra edad, ¿sabes? Yo tampoco era, lo que se puede decir, sutil, a decir verdad. Contenido oculto What is this? My gay ass por los personajes de Andy??????
Pasé de largo los mensajes casi sin prestarles atención y estaba por sacar los auriculares cuando noté por el rabillo del ojo una silueta acercarse a mi pupitre. Alcé apenas la mirada, recorriendo las facciones de la chica que se sentó frente a mí y la reconocí al instante. Con ese cabello era imposible no hacerlo, ¿no? El capricho de Hotaru el día de ayer. Casi que me había salvado el culo quitándome a la jodida lapa sin saberlo. Le sostuve la mirada un par de segundos, con la misma intensidad permanente en mi propia tormenta eléctrica, pero contrario a lo que parecía apagué el teléfono sin más y me crucé de brazos, apoyando la espalda en la silla. ¿Qué le importaba lo que hiciera con mi sobre en primer lugar? —¿Me ves cara de que me gusten esas mierdas en general? —cuestioné, frunciendo ligeramente el ceño. En cambio ella parecía ser todo lo contrario, solo había que verla. Hasta ese entonces no fui consciente de lo jodida que debía haber sido mi vida en comparación para estar tan amargada y estresada con tan solo dieciocho años. Y ni lástima sentía—. Considera que mi ausencia es un hueco más para un tio que puedas ligarte allí, ¿mejor? Todo se resumía en eso, ¿no? Alcohol, comida y adolescentes hormonados encerrados entre cuatro paredes. La combinación perfecta para el desastre. Contenido oculto Yo así de: Lena, cariño, te quiero mucho pero con esa cara de culo no se te va a acercar nadie Gabi: cóMO DICES?? *c la lanza*
Alcé una ceja en primera instancia, genuinamente sorprendida, porque lo cierto es que me había esperado que pasase de mí y siguiese a lo suyo como si nada. Me sonreí justo después, realmente satisfecha de que no fuese el caso y la escuché con mucha más atención de la que había planeado en un principio. —No sé, no sé, no me gusta juzgar a la gente por sus apariencias, ¿sabes? Joder, vaya par de ovarios me cargaba para decir eso con toda la convicción del mundo cuando la realidad era que sí me pasaba juzgando a todo el mundo en base a sus apariencias. Lo había hecho con Arata el día anterior, lo había hecho con ella en ese momento y prácticamente lo hacía con todo el mundo que conocía. Pero cómo adoraba fingir. Solté una risa de genuina diversión cuando volvió a hablar y le dirigí una mirada de arriba abajo, haciendo otra pompa en el proceso, antes de volver a centrarme en su rostro. Tenía unos ojos preciosos, la jodida, una pena que se cargasen esa intensidad encima. >>Qué linda, ni que fueses competición para mí~ Estaba tirando de una cuerda de la que no sabía absolutamente nada, lo sabía bien, y lo estaba haciendo sin ningún motivo aparente. Pero llevaba una semana portándome bien y me estaba empezando a aburrir un poco. >>Pero es una pena, digo yo, seguro que un poco de diversión te quitaba esa cara de amargada~ ¡Ahí sí que me empezaría a preocupar de que me quitases algún ligue! Contenido oculto PERO BUENO NO EXPONGAS ASÍ MI ASS BIEN WEAK POR LOS EIGHT(????
Enarqué una ceja ante su respuesta. ¿Que no le gustaba juzgar decía? Bueno, eso habría que verlo. En cualquier caso sin quererlo ni beberlo la chica se había acomodado en la silla, sin intención aparente de querer marcharse, y yo le estaba dando cuerda porque... ¿por qué, realmente? ¿Tanto me había relajado la charla distendida con Violet y Suiren que ahora me dignaba a prestarle atención a la gente? Vaya. Seguí su mirada en todo momento, desinteresada en apariencia, porque la verdad recibir atención o no no era algo que me quitase el sueño. Que se recrease con las vistas o lo que fuese. En cambio sí que abrí ligeramente los ojos cuando mencionó que no era competición para ella, porque la niña tenía ovarios para dirigirse así a mí, y solté una risa ronca en respuesta. —De nuevo, ¿ves que me importe? —solté como toda respuesta, pero más que tocarme las narices me estaba haciendo bastante gracia, para qué mentir. Al menos me estaba quitando el aburrimiento de encima—. Todo tuyos, pues, no te atragantes si eso. La sombra de una sonrisa ladina me bailó en los labios y entorné la mirada apenas. ¿Cara de amargada? Bueno, sí, dime algo que no sepa. >>¿Debo tomarme eso último como un piropo, cariño? No será que tenías puesta la mira en otro sitio y yo ni enterada. Contenido oculto JAJAJA BUENO SOWWY. Anyways im vibing this like- (??)
Venga, pero si no sería una muñequita en el fondo. Me encogí de hombros con su primera pregunta, desinteresada. Para no importarle bien que había conseguido sacarle alguna que otra reacción inesperada, pero bueno, no iba a ser yo la que lo recalcase. Murmuré un simple "gracias~" y dejé que siguiese hablando, expectante. Me crucé de brazos, echándome hacia atrás en la silla, y ladeé la cabeza al notar sus cambios de expresión, soltando una sonrisa ladeada en cuanto capté las intenciones de sus palabras. —Tómalo como quieras, preciosa. Y digamos que no le hago ascos a nada~ Deslicé la mirada a lo largo de su cuello, hasta alcanzar la zona del escote, llevándome un dedo a la melena para jugar con un mechón de pelo azulado, y volví la vista hasta sus ojos casi al instante. >>¿Cómo te llamas? Yumemi Riamu para servirte, por cierto~ Contenido oculto Nunca sé que esperar de las interacciones de esta pendeja pero acabo living con todas ellas *sorbito*
Solté una risa nasal en respuesta. Un tanto excéntrica, pero me divertía un poco esa chica, no iba a mentir. No mucha gente me seguía el rollo sin cabrearse o viceversa. Ensanché algo más mi sonrisa ante su tono sedoso y lo dejé fluir sin más, cruzando los brazos bajo mi pecho en el momento preciso porque sí. Me daba a mí que aquella academia tenía más salidos de lo que pensaba pero no se de qué me sorprendía a aquellas alturas. Tampoco iba a quejarme, ¿no? Mientras no me pusiesen el puto dedo encima como Natsu sin mi consentimiento en teoría no mordería a nadie. En teoría. —Lena —respondí sin más. Como sucedió el resto de veces no estaba por la labor de adaptarme a las costumbres de aquel sitio. Era lo que había y punto. Me escurrí un poco en el asiento, inclinando la cabeza hacia atrás y observé el techo mientras hablaba—. So, asumo por tu ligero interés que estás más que dispuesta a ir a la fiesta esa de mierda. ¿Tenéis que ir de gala y con máscaras rollo carnaval de Venecia? —se me escapó una risa baja al volver a encontrar sus ojos, haciéndome la imagen mental con bastante nitidez—. Me parto el culo con la idea de ver a algunos de aquí en traje. ¿Que si las vistas merecerían la pena? Well yes, but actually no.
—Lena-chan —repetí, arrastrando las sílabas, nada más la chica se presentó—. Encantada~ Detallé sus movimientos con cierta curiosidad, pasando los dedos de mi cabello a los pendientes y después al collar, con el orden que siempre acababa teniendo cuando jugueteaba con todos los complementos. La escuché con atención y una ligera risilla se me escapó de los labios. >>Eso parece, sí~ Pone que el anfitrión se guarda el derecho de admisión así que igual y no te dejan entrar si no vas de gala y todo eso. Eché un vistazo alrededor, haciendo un análisis rápido de la sala. Bueno, ya lo había dicho varias veces el día anterior, aquello era una escuela de pijos, así que seguramente la mayoría estarían acostumbrados a esa clase de eventos con trajes y vestidos pomposos, ¿no? Claro que estaban las excepciones, como el chico lindo de pelo azul que no parecía moverse por ese espectro y el mismo Shimizu que estaba ahí de pura chorra. >>Eh, supongo~ Si quieres les hago fotos a los más graciosos y te las enseño el lunes. Contenido oculto Muérdeme Lena (?)
Uh, ¿que el anfitrión se reservaba el derecho de admisión? Vaya, el elitismo se podía ver desde aquí. Nada nuevo bajo el sol, en cualquier caso. No por nada odiaba esa escuela y estaba deseando largarme de allí de una buena vez. Soon, Lennie, soon. En cualquier caso la tal Riamu captó mi atención con aquello último y se me escapó una risa baja de los labios ante la sola idea. Incliné la cabeza y adecenté el cabello con el movimiento. —Pero bueno, qué buena samaritana, ayudando así al prójimo —respondí, deslizando la mirada de manera distraída por los pendientes y el collar con el que había empezado a jugar—. Tendré que nombrarte fotógrafa de honor entonces. Tienes una gran tarea entre manos, no me decepciones. Obviamente me importaba poco o nada si pasaba de lo que decía y no me traía las fotos, pero si lo hacía oye, eso que me llevaba. Así me alegraba un poco el lunes en la mañana. Noté entrar a los chicos de la otra vez, los que me sacaron del cuartucho del desastre y volví a encontrar la mirada de la chica como si nada. Me enderecé en el asiento con movimientos lentos, inclinándome un poco hacia delante. —¿Lo tienes pensado? El outfit y toda esa parafernalia —cuestioné, un poco porque sí. No sabía si estaba cómoda o si me estaba ablandando con los días, pero no me recordaba tan habladora, desde luego. Apoyé la mejilla en la palma de mi mano—. Ni puta idea de dónde se supone que se compran esas máscaras, la verdad. Contenido oculto JAJAJA Gabi por favor, esta es una escuela cristiana *Jokes on u*
—Después del tour que tuve que dar ayer, he descubierto lo mucho que me gusta ayudar a los demás~ Cómo siempre, no me importaba hacer cosas por los demás mientras me reportase algún beneficio con ello, generalmente su atención o algo de diversión, a veces incluso algo más. Aquella chica, por su parte, me estaba dando una conversación bastante divertida a pesar de que parecía todo lo contrario al principio. Y a decir verdad, ya de por sí planeaba grabar y fotografiar todo lo que pudiese antes de la posible borrachera que me fuese a pillar, así que no me importaría enseñárselo a la muchacha el lunes si podía sacarnos algunas risas o lo que fuese. Seguí su mirada un poco por encima, lo suficiente para notar que habían entrado a la clase aquel dúo tan extraño que me encontré el primer día de clases, y volví a fijarme en ella sin darle mayor importancia al asunto. >>¿Eh? Pues no sé~ Tendré que darle un repaso a mi armario a ver si tengo algo... si no, iré de compras. ¿Algún consejo? ¿Qué color crees que me pega, Lena-chan~? —solté otra risa y después me llevé un dedo hacia la barbilla, tomando un aspecto pensativo—. Y lo de las máscaras... ¿en una tienda de disfraces, quizás? Supongo que tendré que buscar por internet~ Contenido oculto Dijo nadie nunca (???)
Vaya espectáculo se habían montado los hijos de puta esos, es que mira que les gustaba recibir atención de cualquier clase, fuese por motivos moralmente correctos o no. Se notaba que no interesaba de dónde viniese ni quién se los entregara, lo importante era recibirlo. Admiración. Poder. Parecía la moneda de cambio de la puta calle si era honesto, digamos que todos nos movíamos por espectros parecidos, si acaso más amplios o más reducidos, algo menos violentos, tantos otros mucho más teatrales. Era una ensalada de lo más cagado del ser humano y nosotros estábamos allí, en nuestra puta salsa como si no fuese nada de lo que preocuparse. ¿Qué si iba a meterme a una casa de Chiyoda que no conocía de nada? Obviamente, había que ser puto imbécil para desperdiciar la oportunidad que chupar alcohol de ricachones, robarse unos cuántos móviles y sacar un polvo si era una noche de suerte. Qué sé yo. El jodido rollo le quedaba más fácil al mocoso de Dunn, claro, el hijo de puta podía dejar limpios a todos allí sin que se dieran cuenta siquiera porque encima seguro iban a estar más borrachos y puestos que la mierda, pero tampoco era como que yo no supiera hacer mis movidas aunque me costara un poco más. Ciertamente, el caso es que pasara lo que pasara, eso era una mina de oro en más de un sentido. Como fuese, me había desviado a los baños antes de que se montara el numerito, por suerte, así que salí y entré sin ver todo el rollo aunque hubiese sido una cosa digna de película y luego me entretuve en el pasillo, viendo todavía unas reacciones al desastre que se gestaba. Me decidí a entrar a la clase un rato después y la vista se me detuvo en Riamu que parecía tener una conversación con una castaña que... Vamos, no estaba nada mal. Bueno sí, el jodido instituto de niños pijos definitivamente tenía cosas prometedoras también. —Buenos días, Ri-chan~ —dije lo suficientemente alto para que me escuchara mientras caminaba hacia mi asiento. Contenido oculto ya se dieron cuenta que me gusta el relleno?? Nada, quería aventar a este estúpido JAJAJA ahí queda, no tienen que darle bola ni nada (?
¿Hm, consejo? Le dirigí una mirada algo más crítica, repasando sus finas facciones con detenimiento hasta detenerme en su cabello bicolor. —Blanco —aseguré casi sin pensarlo. Fue como desempolvar todo un archivo guardado en algún rincón de mi mente, se sintió hasta raro. Volví mi atención hacia el esmalte oscuro de mis uñas, jugando con ellas de manera distraída—. Te diría negro también, pero con los tonos brillantes de tu cabello siento que combina mejor algo claro. Era algo difícil imaginar que alguna vez había sido toda una amante de la moda, ¿no? Con esas pintas desarregladas que me traía, como si pillase lo primero que encontraba en el armario. Había sido la consejera de Tori todas las ocasiones en las que salíamos de fiesta o hacíamos competiciones por ver quién se ligaba antes a alguien, así que tenía bastante experiencia en ello. Pero las personas se movían por apariencias, primeras impresiones, aun cuando detrás de todas ellas se escondía algo muy distinto. Prefería que se quedasen con mi cara de culo y mi mala hostia. Riamu me estaba comentando que buscaría las máscaras en internet cuando un tipo con pintas de pandillero entró en la clase y la saludó. Le seguí con la mirada al notar la suya posada en mí, aunque aparenté ignorarlo bastante, y recordé entonces que se trataba del pobre diablo al que la chica había dado un tour el día de ayer. Intercambié miradas entre su figura y ella, con una sonrisa de circunstancias plantada en los labios, casi como si le estuviese preguntando si había aprovechado para tirárselo. Quiero decir, tampoco iba a culparla ni nada. >>Internet será. Esperemos que el envío llegue pronto o algo.
La chica respondió bastante convencida y lo cierto es que me hizo alzar las cejas con algo de sorpresa, porque se tomó su tiempo en pensarlo y lo hizo con cierta cuota de seriedad, lo que me hizo pensar que su respuesta era concienzuda. Blanco... sonaba a una buena opción, además. Era un color que podía ser bastante llamativo también, y pocas cosas había que me interesasen más que eso. Le dediqué una sonrisa agradecida, realmente genuina. —Blanco será entonces, linda. Gracias por el consejo~ Desvié la cabeza hacia un lado cuando escuché que me llamaban y la sonrisa se me ensanchó un poco más al descubrir que se trataba de Shimizu. Le devolví el saludo con la mano y volví a centrarme en Lena durante unos breves segundos. Capté su mirada al instante, por cierto, pero no hice ninguna clase de expresión que pudiese dar respuesta a la pregunta implícita. >>Esperemos que sí~ ¡Pero bueno! Un placer, Lena-chan~ —exclamé, poniéndome en pie apoyando ambas manos sobre su escritorio para impulsarme—. Y tenemos un trato, así que el lunes te buscaré~ Le guiñé el ojo a modo de despedida y me alejé de su pupitre, dirigiéndome al de Arata inmediatamente después. Me acerqué por la espalda y deslicé los brazos por sus hombros, inclinándome hasta alcanzar su oreja para susurrarle un "buenos días~" bastante sedoso. Me incorporé no mucho después y le di la vuelta hasta alcanzar al lateral de su pupitre, subiéndome en el mismo de un salto como si estuviese en mi jodida casa o algo. Cuando me daba la gana era una confianzuda de mierda, ¿eh? Me crucé de piernas y lo miré de soslayo, con una sonrisa ligera plasmada en los labios. >>Asumo que tú también tienes una invitación, ¿vas a ir? Digamos que no podría reconocerte, pero sería lindo saber que hay alguien que conozco por ahí~ Contenido oculto cualquier persona: avienta un personaje gabi: que me le aviente encima dise
La había saludado por la pura gracia en realidad, no esperaba que la mocosa fuese a acercarse ni nada, tan entretenida como parecía estar con la castaña pero cuando la vi dar por terminada la conversación tuve que tragarme parte de la sonrisa que la acción amenazó con arrancarme. De cualquier manera cuando se acercó y me echó los brazos en los hombros solté una risa bastante floja al escucharla. Cuando subió al pupitre la recorrí con la vista con todo el descaro del mundo, que total la idiota estaba ahí puesta en bandeja y al regresar la vista a sus ojos se me ensanchó la sonrisa, con el eterno aire burlón. —Obviamente~ —respondí mientras enlazaba las manos detrás de la nuca—. ¿Cómo desaprovecharía semejante oportunidad? La pregunta era de dónde cojones me iba a sacar el traje en realidad, pero bueno, nada que no pudiese arreglarse con un par de llamadas suponía, lo mismo con la máscara.