Aula 3-3

Asentí a las palabras de la rubia cuando dijo lo de que estábamos cerca porque bueno, era evidente, así funcionaban las escuelas y eso. Le eché un vistazo a mi clase en todo caso, sin ver a nadie conocido allí al menos de momento y luego regresé la atención a Asteria, me indició al chico del que había estado hablándome y antes de poder responderle pues culo inquieto ya nos había visto.

Suspiré cuando empezó a hablar, acelerado como él solo, y señaló el color de mi cabello como había hecho también Shiori Kurosawa la noche del viernes, miré de soslayo al otro muchacho, que dijo se llamaba Aaron y le dediqué un saludo con la mano por mera educación.

—Voy a la clase de al lado —contesté con fingida tranquilidad, porque me había puesto algo ansioso y luego le dije mi nombre—. Cayden Dunn. Me dice Asteria que te llamas Daute y por lo que sé conoces a Maze, ¿o me equivoco?

Mejor poner manos a la obra desde el principio, no tenía ganas de darle muchas vueltas a las cosas.

 

Me encogí de hombros ante su pregunta si era yo del que le había hablado Maze y traté de ignorar lo más que me fue posible que el chico no había dejado de mirarme el cabello, porque si lo pensaba mucho iba a empezar a incomodarme de lo lindo y no era la idea. Me despedí de Asteria con un movimiento de mano, aunque sin apartar la atención de Daute y cómo la había seguido con la vista.

Cuidado con eso, campeón.

—Para tus intereses, de lo que me dijo Maze, solo vendo una cosa. Ya sabes, hombre, María —dije esperando que entendiera con eso—. Por demás no creo tener nada que quieras.

Móviles desechables, aparatejos electrónicos en general que dejaban descuidados, relojes y joyería de los ricachones de Chiyoda, y no sé cuántas mierdas más. También podía cobrarle por darle mantenimiento a cuchillos y armas, pero venga, Hanson no tenía pintas de andar armado por la vida.

Vi sus movimientos y se me escapó una risa algo sardónica.

—¿Qué te piensas, que llevo la mierda encima? —pregunté con genuina diversión en la voz. Un poco hijo de puta sí que podía ser, sobre todo con los jodidos consumidores—. Es mi primer día de escuela, Hanson, algo de decencia tengo y no sabía si iba a verte hoy.

Había imágenes que mantener, ciertamente, y mejor ser el ansioso a secas que el ansioso que llevaba hierba encima su primer día. Como fuese estiré la mano hacia él.

—Pásame tu móvil, me agendo y te hablo hoy en la noche, ¿de acuerdo?

 

El otro ni se fijó en cómo me había agendado, ¿cierto? Tampoco en el hecho de que me había enviado un mensaje aparentemente a mí mismo para tener el número a mano cuando le dijera dónde tenía que aparecerse, en resumidas cuentas donde de juntaban el otro montón de idiotas a los que les vendía. El número, claro, no era el mismo que tenía Asteria, el que le había dado a Daute era el del trasto inservible que usaba para los negocios y que, con suerte, no habría cambiado para el fin de semana.

¿Qué había dicho la rubia? Que le gustaba tener mucho conocidos en redes sociales y no sé qué. No me interesaba esa mierda, le veía más gracia al grupo de idiotas que me alababan por manos largas en aquella suerte de Triángulo del Dragón que se formaba entre Shibuya, Shinjuku y Chiyoda.

—Swallowtail —corregí entonces mientras el otro avanzaba de regreso a su lugar—. Ese es el nombre que necesitas, no Cayden.

Hanson era extranjero también, evidentemente, así que para la gracia podía usar la versión inglesa del apodo que me habían encajado hace un par de años sin hacerse un desastre de pronunciación, en lugar de aquella cosa de Agehachō que usaban los japoneses.

Después de todo lo que estamos haciendo son negocios.

Deslicé la mirada a Asteria, luego al chico que Hanson había presentado como Aaron y me despedí de nuevo antes de dejar la 3-3 en dirección a mi propia clase.

Contenido oculto

Era necesario? Absolutamente

 

Noté su tensión y es que encima incluso con el nombre extranjero lo cierto era que Aaron resultaba un japonés bastante prototípico. Esa clase de acercamientos, incluso con los americanos que no eran tan efusivos como los latinos, no era tan anormal al otro lado del charco.
¿Qué no se había aprendido su propio número?

Dear lord, sweetie.

¿No había tenido que dárselo a otras personas, no sé, a la propia escuela o algo?

Recibí el aparato cuando él me lo tendió, un poco confusa de primera entrada, cuando siguió hablando fue que logré reaccionar un poco más y prácticamente lo dejé guiar el camino mientras todavía enganchada a su brazo me las arreglaba para registrarme en su móvil como Katrina a secas. Aproveché para enviarme un mensaje a mí misma, de forma que me quedara su número. Para cuando quise acordar ya estábamos en la clase, así que solté su brazo para que pudiera tomar sus cosas.

—¿Hmh? No te preocupes, handsome. —Apoyé la cadera en el escritorio del profesor y estiré el brazo en su dirección, para que tomara su teléfono—. Y la charla pues sí, fue bastante buena a decir verdad. Valió perderse el almuerzo.

 

En lo que él guardaba sus cosas me dediqué a mirar el atardecer por las ventanas, sin sacarle más conversación ni nada y vi pasar a un par de gente que seguramente se había quedado haciendo el tonto en las clases. A Ishikawa con una chica de cabello corto, a la gringa, luego a un bonito pelirrojo y otros a los que no les puse demasiada atención, incluida Usagi-chan.

La pregunta de Aaron fue lo que atrajo mi atención de nuevo y me hizo mirarlo, soltando una carcajada.

—Nací en Estados Unidos —solté luego de dejar de reír—, suelo pensar en ambos idiomas y eso, a veces no me molesto en filtrar el inglés pero venga, que puedo decirte guapo en japonés si es el caso~

Se me escapó otra risa mientras me disponía a dejar el aula.

>>¿Tienes todo? Para ir bajando.

Contenido oculto

Casi me vuelvo a olvidar de responderte alv mi neuronita. Te puedes arrastrar a la niña abajo si quieres o dejarlo hasta aquí, tú ves Neki uwu

 

Las clases estaban a punto de dar inicio. Kanade Shinzo ingresó al aula y los estudiantes comenzaron a ubicarse en sus asientos, el silencio fue asentándose paulatinamente. No era el tutor usual de la 3-3, pero ese día Reiko estaba a cargo de otra clase y lo habían buscado en la sala de profesores a último minuto. Una ladilla, en verdad, pero era lo que tocaba al ser el comodín del plantel docente. No había, sin embargo, nada en su expresión que indicara molestia o incomodidad. Se corrió el cabello con un movimiento limpio y acomodó algunas hojas sobre su mesa, irguiéndose entonces para echarle un vistazo a los estudiantes. En su rostro se mantenía una sonrisa fresca, casi juvenil.

—Bueno, bueno, hoy también contamos con la presencia de un nuevo transferido, así que vamos a asignarle a alguien para que le enseñe la escuela y lo ayude a insertarse, ¿va? Son buenos niños, sé que no tendrán problema al respecto~

Guiñó un ojo, robándole un suspiro disimulado a algunas jovencitas, y recogió un listado de la mesa para repasarlo rápidamente antes de volver a alzar la vista.

—Riamu Yumemi —llamó, buscando a la aludida para sonreírle e indicarle al nuevo alumno, el muchacho rubio de ojos chocolate—, ¿te encargarás de ayudar a Arata Shimizu? Muchas gracias de antemano~

Lo había formulado a modo de pregunta aunque se diera por sentado que no había derecho a réplica, ciertamente. Era evidente en la sonrisa de Kanade, esa tan inocente y simpática como intransigente. Riamu podría al final no prestarle atención a su pedido, claro, aunque quizá le tocara enfrentarse a alguna clase de consecuencia más tarde.

Sin mayores preámbulos, Kanade soltó un suspiro fresco y estuvo por girarse hacia la pizarra cuando recordó algo de repente.

—Ah, sí~ Me han pedido que les avise que las pruebas físicas se aplazaron a la hora de los clubes, por lo que quedan todos cancelados. Espero que no tuvieran planeado nada grande para hoy. Ahora sí, comencemos.

Contenido oculto

Aún quedan un par de horas para cerrar este período pero prefiero ya dejar esto aquí, asumiendo que transcurre justo luego de que suena la campana. Es una dinámica que se me ocurrió hace un tiempo y bueno, la elección fue a cargo de dado-sama y guiándome por las listas de clase que hay en el thread del tablón de anuncios. Lo aclaro cuz idk TRANSPARENCIA (???

Y eso <3

 

Al final me tuve que despedir de la muñequita antes de escuchar su respuesta porque sonó la bendita campana y no había mucho más que pudiese hacer, no tenía ganas de empezar a acumular incidencias tan pronto. No servían de nada, además, con el tiempo me había dado cuenta que mis padres me hacían más caso cuando sacaba notas decentes y no me metía en líos.

Así que entré a la clase, tiré el chicle a la papelera y me senté en mi pupitre, resoplando ligeramente. Era un verdadero coñazo pero bueno, al menos si me centraba en atender algo el tiempo pasaba más o menos rápido.

Estaba sacando mis cosas, demasiado metida en la tarea como para darme cuenta que el profesor que había entrado no era nuestra tutora, y no fue hasta que escuché mi nombre que levanté la vista, la confusión impresa en el rosado de mis ojos.

¿Huh?

Giré la cabeza hacia el otro alumno que estaba señalando y no pude evitar fruncir ligeramente el ceño. ¿Que lo ayudase? Pero si me daba a mí que ya le habían dado una bienvenida más que interesante y de todo~ Lo había visto entrar a los baños junto a un rubia y saliendo después hechos un verdadero desastre, no necesitaba sumar mucho más.

Bah, no podía negarme, ¿verdad? No quería meterme en problemas. Y bueno, que las pintas de pandillero que se cargaba me despertaron un poco la curiosidad, porque su cara no me sonaba de mucho.

Volví sobre mi pupitre y rompí un trocito de papel de mi libreta, escribiendo un mensaje rápidamente en el mismo antes de doblarlo un par de veces y lanzarlo hacia la mesa del chico cuando el profesor no estaba viendo.

"Ya has oído. Ni se te ocurra escaparte."

Contenido oculto

*c engancha a pau como un koala* eres MÍAAAAAA

 

Había estado haciendo el imbécil en el móvil hasta que un profesor apareció, un idiota que casi tenía cara de crío todavía, o bueno la tenía para mí al menos.

Cuando habló le dirigí una mirada de soslayo, bastante desinteresada y contuve la risa de puro milagro.
No necesitaba más recorrido que el que ya me había dado la condenada barbie, pero como fuese. Seguí la mirada del tipo a la chica que acababa de nombrar, una peliteñida con unas vibras medias punk medias pop que no terminaban de calzar en ningún de los dos espectros y no hice más que encogerme de hombros.

¿Cómo había dicho que se llamaba? Joder, que tenía el cerebro derretido.

No había prestado atención tampoco pero cuando salí la cría estaba en el pasillo y se había tirado el rollo.
No mucho más tarde un papel cayó en mi espacio, había notado el movimiento de la chica con el rabillo del ojo de por sí, así que era esperable. Lo tomé, desdoblándolo, y leí el mensaje.

¿Escaparme? Vaya poca confianza, de verdad.

Saqué un bolígrafo casi sin tinta y escribí con trazos toscos.

"Sí sí, como digas. Te veo en el receso entonces."

Lo lancé de regreso a ella luego de eso, mientras el profesor seguía despistado.

Contenido oculto

Absolutamente necesario (?

 

Me había pasado gran parte de la mañana intentando asimilar la sorpresa. Había estado en el aula desde temprano, luego de despedirme de Cay-Cay en el pasillo, y no lo sé, ¿me distraje con unos apuntes? ¿Viendo por la ventana? La cuestión es que no lo noté entrar. Luego vino el profesor, asignó al estudiante para el alumno nuevo y recién entonces, cuando medio lo señaló con el brazo y nos dio una mínima pista, giré el cuerpo. La imagen vino acompañada del nombre dicho en voz alta.

Arata Shimizu.

Mi cara debe haber sido de antología. Pestañeé, procesando la información, aunque a mi cerebro ciertamente le estuviera costando su buen esfuerzo correr al ritmo de los acontecimientos. Que Cay-Cay, que la hermana de Yako, ahora Mishi-kun. Joder, ¿qué estaba pasando? Eran demasiadas coincidencias apiladas para... ser eso. Coincidencias. Un genuino coletazo de alegría se filtró en mis ojos al mismo tiempo que sentía un presentimiento extraño reptando por mi garganta, el cual decidí omitir de momento. Era Arata, joder.

Era Arata.

El profesor volvió a llamar mi atención al iniciar la lección y no me quedó de otra más que volverme hacia el frente. Shimizu no me había regresado la mirada en todo ese rato, así que luego podría hablarle y no lo sé, ¿darle la gran sorpresa? No lo culpaba del todo por no reconocerme, no con el pelo así y el estirón que había pegado el año pasado.

Me tomó su buen tiempo concentrarme, hasta que aparté el asunto de mi cabeza y me enfoqué en las clases. Cada cosa tenía su momento y aunque ese siempre había sido mi lema, últimamente me costaba más de lo normal hacerle honor. Toda la estabilidad que había construido esos últimos meses se venía desmoronando ladrillo a ladrillo, y no era que me desagradara del todo pero... necesitaba tiempo para habituarme a los cambios. Tan simple como eso.

La campana me sobresaltó un poco y el bolígrafo se me cayó sobre el cuaderno de apuntes. Me quedé con la vista pegada en los kanjis de mi propio pulso durante algunos segundos y tragué saliva. El anuncio del receso me había lanzado una bomba de nerviosismo a la boca del estómago. Venga, Kohaku, esto es impropio de ti. ¿A qué le tienes miedo? ¿Que no te reconozca? ¿Que no se alegre de verte?

A haberlos abandonado, más bien.

Cay-Cay me había aceptado sin dudar ni un maldito segundo, pero siempre me había entendido mejor con él. Mishi-kun era... bueno, era un mundo aparte.

De cualquier forma recogí mis cosas casi a la carrera, con movimientos algo torpes, y las dejé sobre mi mesa justo un momento antes de echar un vistazo hacia atrás e incorporarme. Volví a tragar saliva, repasando mis palmas entre sí, y luego las enterré en los bolsillos como para no tenerlas ahí, sacudiéndose de acá para allá sin objetivo fijo.

Mierda, seguía nervioso.

Fue simple, en sí. Sólo caminé y me detuve frente a su pupitre, concediéndole una sonrisa casual. Intenté lucir juvenil y qué se yo, ¿relajado? Pero una cuota de cariño, alegría o lo que fuera se me coló en la voz.

—Pero bueno, Mishi-kun —murmuré, ladeando la cabeza al estrechar los ojos—, no me digas que repetiste año.

Contenido oculto

Iba a ir a buscar a Emi-chan pero entonces recordé que los pendejos van a la misma clase y venga, como si Kohaku fuera a ignorarlo JAJAJA

Etiqueta cuz yes Hitori