La descripción que hizo Dunn del tipo sólo podía haber provenido del mismo Yuta, aunque lo más notorio fue la vergüenza que le causó a Vólkov. La miré, serio, pero no logré comprender el motivo y le resté importancia. Luego se enfrascó en alguna clase de mini cacao mental hasta que resolvió escribirle al otro cabrón. ¿Le importaría cambiar de entrevistado? Dudaba que de por sí le importara el trabajo, pero no me correspondía dar esa clase de opiniones. —Bien. —Despegué las caderas de la mesa, desenredando los brazos, y bajé la vista a Dunn—. Si tienen que decirme algo, pídele mi número a Ko. ¿Por qué? Quién sabe. Entre que era un queso social, la gente no me importaba y podía llegar a ser un incordio, los resultados eran complejos para el resto. Regresé los ojos a la niña sólo un instante, asentí a modo de saludo y me retiré, de regreso a mi pupitre. Ahora sí podría almorzar. Contenido oculto por acá cierro con el wacho wachin
Gran parte de la conversación acabé llevándola yo, obviamente, cosa que no me molestó en lo absoluto. Sugawara era serio hasta decir basta y Cay, bueno, era Cay suponía. Podía ser el más social de los introvertidos, pero tampoco podía uno hacer milagros. Al final resultó que el moreno se interesó más por el trabajo de tío Vic que por el sensei de los Hattori, los motivos escapaban a mi comprensión y lo único que me preocupó fue tener que cambiarle los planes a Yuta, aunque quizás a él le fuese indiferente. Cay podía haber empatado o desempatado, pero se quedó en un punto muerto que no facilitó mucho nada y yo, bueno, no quería solo decirle que no a Sugawara. La cosa me hizo terminar en un cacao mental breve, pero Hattori se había mostrado cordial a pesar de todo, así que no creía que fuese un gran drama. Asentí, me dejé el móvil en la mano y escuché que Sugawara le decía a Cayden que si necesitaba algo le pidiera su número a Ko, el pelirrojo hizo un sonido afirmativo y se levantó de la silla. El muchacho asintió para mí a modo de saludo, Cay me estaba esperando y yo tropecé en mis ideas. En algún punto pensé en decirle que si quería pasar el receso con nosotros, bueno, conmigo, pero sentí los ojos de Cayden en la espalda y pensé que igual era complicado. Prefería no pasarme de confianzas, a veces era incómodo para los otros y una cosa era Altan y otra el muchacho serio que acababa de conocer. —Nos vemos, Sugawara-kun. Gracias por hablar con nosotros —dije comenzando a caminar dedicándole una última sonrisa y seguí a Cay. —See ya —dijo él también aunque ya estaba avanzando. Antes de irnos nos despedimos de Vero, solo entonces salimos de la clase, afuera seguían Joey y Alisha así que me despedí con un movimiento de mano aunque creí que interrumpía luego de hacerlo. En fin, que seguí caminando con Cayden hasta que alcanzamos la boca de la escaleras. —¿Ko? —pregunté porque me picó el bichillo del chisme, aprovechando su comentario cuando notó la ausencia del susodicho y la mención de Sugawara. —Ishikawa Kohaku —contestó con simpleza, aunque su voz se suavizó bastante—. Pelito de nube, fácil de tratar, mismo color de ojos que tú y yo. Amigo en común, también se lleva con Sonnen y es amigo de Anna. Traté de usar todas mis neuronas para recordar si lo había visto de cerca, pero todo lo que recordé fue una cabeza celeste en la mesa donde Altan había almorzado durante el campamento, fue mi recuerdo más cercano. Para este punto de la vida seguía ignorante de que el niño me había salvado de recibir un llamada indeseada, pero pues nada que hacerle. Como fuese, la descripción de Cayden igual fue bastante concisa, pero en ciertos momentos este muchacho era muy fácil de entender. Era como hablar con un niño. —¿Quieres almorzar conmigo, Cay? —pregunté cuando él bajó el primer escalón. Por alguna razón dudó, cerrado como parecía ser a pesar de sus sonrisas dulces y su amabilidad, pero asintió con la cabeza y lo escuché suspirar. Solo entonces se me ocurrió que no parecía fanático de los trabajos en grupo, así que todo este asunto de hablar y buscar personas debía cansarlo con rapidez. Antes de seguir bajando me detuve para buscar el contacto de Yuta, abrí un chat nuevo y escribí sin prisa. Hola! Jez Vólkov al habla Vamos saliendo de hablar con Sugawara No te molesta si cambiamos de planes? A los muchachos como que les sonó más el plan de respaldo por alguna razón Tú me dices Ten bonito día Contenido oculto y por acá cierro yo con los niños, de paso fastidio a Yuta (otra vez) porque nadie se salva de mí ehe
Por la forma en que alzó las cejitas al mirarme, me dio la sensación de que lo había atrapado con la guardia baja. Era algo que solía provocar el modo tan desenvuelto con el que me acercaba a hablar con los demás, incluso aquellos con los que jamás cruzado palabra alguna. Pero Zold no tardó en devolverme el saludo con unas energías muy similares a las mías, y hasta logró que las comisuras de mis labios se elevaran un poquito cuando me reconoció con el apellido. Se ve que también le estuvo prestando atención a los pases de lista, aunque yo tenía un par de referencias extras de él gracias a su hermano y las bonitas palabras con las que su amiguita, Gen, lo describió. Zold afirmó que podía ocupar sitio en su pupitre. Pero al instante añadió que pensaba salir a comprar su almuerzo, lo que detuvo en seco mi intención de estirar el brazo para apropiarme de la silla vacía. Regresé mis ojos hacia él, notando entonces que no había entre sus pertenencias algo parecido a un bento. Me había dejado llevar por el entusiasmo de acercarme a él y eso me impidió considerar que, tal vez, no había traído su almuerzo. ¡Ups..! Apenas escuché su pregunta, apreté los labios para contener una risita. El gesto fue cristalino, alegre, sin una pizca de burla. —Mi plan para hoy era proponerte almorzar juntos, así que te acompaño encantada —respondí, sonriéndole, y miré hacia las ventanas del salón—. Hace un día precioso, podríamos pasar el rato en algún sitio al aire libre, ¿qué te parece? Al terminar de hablar, me distraje brevemente para recibir el saludo de Jez. Antes de que se retirara del salón junto con Lionheart, llegué a corresponder la pequeña despedida con un besito arrojado al aire. Eso sí, me hizo un poco de gracia la rapidez con la que terminaron de atender su conversación, se ve que Haru era mucho más escueto de lo que pensaba. Al decirle que sería productivo disponer de su preciada hora de receso, también daba a entender que no la dejaría libre, así como así. A la muchacha le habían encasquetado esta "responsabilidad" de la absoluta nada, el profe sólo atinó a rascar su nombre del aire, y eso fue lo que me pareció divertido de todo este delirio, más allá de que la idea de los tours me seguía pareciendo un bodrio para cualquiera de las dos partes. Pero, hey, quién dice que nuestro caso no podría funcionar. Hasta sería divertido, ¿o no? A Akaisa le vino en gracia este comentario, dejó ir una suerte de risa nasal en respuesta, tras la cual echó a andar en dirección a la puerta. Se tomaba las cosas con más calma que Dunn, eso desde luego. La seguí con las manos en los bolsillos, observándola desde atrás con una sonrisa divertida. Yo no era el más alto de los varones de este colegio, algo que ya me estuve viendo desde que traspasé las puertas de entrada, y aún así le llevaba una buena diferencia a mi “guía”; quise creer que Koemi se alegraría cuando le dijese que ya podía dejar de considerarse la más enana de la academia, aunque era más probable que me mandara a la mierda. —Ninguno estaba preparado para esta experiencia, a ver si sobrevivimos —secundé a su comentario con una risa ligera, que se me escapó más bien por el apunte del “uso por el público” de algunos lugares. Tenía en claro la pregunta que pretendía soltarle. Eso, hasta que noté que la chiquilla se quedó hilando ideas en el aire. La aguardé en silencio, algo en mis instintos me señaló que estaba por soltar algo interesante. Y justo eso pasó, ladeé ligeramente al escucharla decir que las personas, a lo mejor, me interesaban… No estaba tan errada. —A ver, Akaisa —dije, alzando una ceja, la sonrisa ladeada manteniéndose en mi rostro— ¿Cómo describirías a la mayoría de las personas de esta academia? ¿A ti cuáles te interesan más?
Maxwell aceptó mis palabras, me alegré con la hiperactividad de costumbre, por lo que rebusqué en mi mochila un par de billetes que había dejado de manera desordenada en el bolsillo de adelante, los saqué y me los guardé en el bolsillo del pantalón. Luego, copié de su atención visual al mirar también por la ventana, asentí con ligereza preguntándome en el proceso si Kurosawa estaría por ahí, de lo contrario podía dejarle un detalle de nuevo sobre el escritorio finalizando el receso. —De acuerdo, ¿qué tal...? —me lo pensé un poco—, si vamos primero a la cafetería, y ya allá podemos pasar el receso en el patio del norte, hay buenos árboles por allá, podemos hacernos bajo uno de esos —le concedí el que caminara primero, con el propósito de seguirla—, uy, no te había preguntado, pero no hemos hablado antes sino mal recuerdo. Me reí entre dientes. —Tú eres la que es amiga de mi hermano, ¿cierto? —tanteé por pura manía, para luego no ir a confundirme como un tonto—, él te mencionó la otra vez que íbamos de camino a casa, creo que eres tú porque dijo Verónica, la chica albina de mi clase. Omití la mención de que tenía una cara bonita porque me parecía inapropiado mencionarlo, y más... pues siendo mi hermano como era de boca suelta. Contenido oculto Te los puedes ir arrastrando brunito <3
Estaba bastante contenta al desayunar esta mañana con Zoldryck, el que se quedara en mi casa para estudiar juntos era realmente muy gracioso, como si un soplido de aire fresco me llegara cada que pasaba tiempo con él, y bueno, ayer se había hasta quedado dormido en el escritorio de mi apartamento luego de cenar, por lo que a toquecitos lo levanté para decirle que se moviera al sofá, le extendí una cobija, le encendí el aire y me encerré en mi habitación para descansar también. La noche anterior me había hablado de Verónica, la muchacha dulce de la clase, también sobre que iba a estrenar una nueva peli en el cine de comedia a lo que me mostró el trailer, y bueno... me gustaba estar con él. Llegamos juntos a la escuela, hicimos el cambio de calzado y subimos a clase. Su mochila estaba un poco saturada porque traía la ropa y el uniforme del día enterior, aunque insistí en que lo dejara en la lavadora que me hacía cargo pero se negó; el día continuó su curso con normalidad, me tocó el hombro cuando sonó el timbre, recordándome el hablar con Akaisa sobre el proyecto, la chica... rara de la clase. Le pedí que me acompañara y él accedió, mi rostro se suavizó así que me levanté a lo que él me imitó, me colgué de su brazo y en cuanto llegamos a ella mi expresión regresó a ser lo más de simple. —Hola. Estamos juntas en el proyecto, así que quería saber si vas a participar o algo —fui directa al punto, si decía que no pues hablaría con la profesora y la tacharía del grupo como había querido hacer con Morgan en el trabajo anterior. Además... no conocía a nadie más del grupo. Contenido oculto Zireael
De haber sabido que Allen iba por la vida pensando que era la chica rara del salón me habría descojonado, la verdad, porque quizás tuviera razón, pero creía que había bichos más raros que yo. La niña se acercó con su llavero, Kasun, y seguía preguntándome hasta dónde se estiraría esta estupidez antes de que Shiori acabara perdiendo la pulseada contra el cuadro que pintaban juntos. Alcé apenas las cejas cuando hizo su pregunta, tan directa que a otro le habría sonado a ofensa, y miré a Kasun un instante cómo para preguntarle si era siempre así de aburrida. Mira que yo también habría adorado tachar nombres y esas mierdas en más de una oportunidad durante mi vida escolar, pero esto casi era demasiado; igual fue la formulación "participar o algo", qué risa. Encima a la niña apenas posaba los ojos en Kasun le cambiaba la cara y luego al resto nos trataba como si fuéramos maniquíes, era para mearse. La Rookie parecía más expresiva en comparación, pero parecían ser las dos igual de ciegas. —Yo sí, preocúpate por los demás, rubita —respondí sin darle importancia real a su uso de palabras, lo tiesa que parecía on a daily basis y esas mierdas. Estaba por decir algo más cuando la silueta oscura de Sonnen cruzó el umbral de la puerta, venía guardando el móvil en el bolsillo, y pasó directo hacia nosotros dejando claro que había notado nuestra pequeña reunión desde el pasillo. Levanté la vista a él, más de lo que había tenido que elevarla para ver a Allen, y el imbécil solo se puso la cara de póker de siempre. —¿Te picó el bicho de la responsabilidad, Sonnen? Aquí está Allen preguntando por el proyecto. —Me picó el bicho de no querer lidiar contigo pidiéndome que participe a la fuerza —corrigió, casi brusco, y deslizó sus ojos oscuros a la rubia y su llavero un segundo con tal de hacer un remedo de reverencia para saludarlos. —Pues bien, todo muy bonito, ¿ideas sobre quién nos ayuda con la entrevista? —pregunté entonces, cruzando los brazos bajo el pecho.
Zold se rascó tras la nuca con una sonrisa suave tras la mirada de Akaisa, aunque no lo noté, pero evidentemente se sentía algo apenado por no sé... decirle las cosas de la forma en que las dije. Quizá porque una parte de mí -la más grande de mi cabeza- la quería fuera del grupo, un poco no la veía para nada responsable, ni una niña de modales, pero parecía que me había equivocado, solo en lo primero. Me dijo que me preocupara por los demás y busqué el móvil en el bolsillo de mi falda, abría la imagen que tenía guardada de los nombres del grupo y murmuré un: "sino aparecen los sacamos". Fue entonces que un muchacho entró por la puerta, levanté un poco la vista hasta el moreno, pareció saludar de una u otra manera por lo que asentí con la cabeza, Zold dió un paso hacia atrás y me susurró que me esperaba afuera, por lo que no vi problema alguna, a fin de cuentas esta responsabilidad era mía. Solté mi tacto sobre su brazo con suavidad, el se giró luego de decir un "permiso". —Yo no tengo a nadie aquí —informé, pasé de Akaisa porque si lo preguntaba suponía que ella tampoco y me centré en el chico—. ¿Conoces a alguien que podríamos pedirle que venga para la entrevista?
Había llegado medio tarde a la escuela, atontado todavía a pesar del viaje, y no fue hasta que ya casi sonaba el campanazo del receso que me acordé que le había dado las gracias a papá de parte de Anna, pero por ponerme a tratar de ser funcional el resto de la tarde con deberes y esas mierdas acabé olvidándome de decírselo hasta ese momento. Lo dejé estar, con la cosa presente, así que cuando me levanté para ir a buscar a la gente del proyecto saqué el teléfono con tal de enviarle unos mensajes. Morning, America. A hora de almuerzo otra vez, sí Se me olvidó ayer, pero dice papá que no hay nada que agradecer Que fue un placer y te manda saludos Con los mensajes enviados noté a Akaisa con una rubia, también con el Kasun family friendly que estaba de llavero, y entré para sumarme aunque tenía la cantidad exacta de cero interés en esto. El asunto era que Katrina era un grano en el culo cuando se trataba de la escuela y yo pues tenía que graduarme con notas decentes para tener que esforzarme un poco menos en los exámenes de ingreso. A pesar de que seguía algo lento pude jurar que Katrina estaba entre querer responderle feo a Allen o partirse el culo de risa, me faltaba un huevo de contexto, pero solo con ver a la chica sujeta de Kasun pues sí que entendí un poco. Akaisa era tocahuevos y uno no podía quejarse si le ponía el material en las narices, vaya. De ahí que yo le diera respuestas tajantes. Kasun le dijo a la rubia que la esperaba afuera, se retiró y yo observé como ella rompía el punto de contacto, quizás fue tremendamente obvio o yo me proyectaba como un hijo de puta en todo Dios, pero... Bueno, eso. A este paso mejor Akaisa y yo le sujetábamos las velas, es más si quería le organizábamos la boda. El caso fue que la pregunta de Katrina supuse que fue protocolaria, porque ella tenía a su padre, cabeza de la MEDSUPASS y a quién sabe cuántos contactos más. La miré por el rabillo del ojo luego de que Allen dijera que ella no tenía a nadie, la rubia pasó de la chica como si fuese un adorno en la esquina y me hizo gracia que pareciera tan hasta el coño de Katrina, por lo que pude ver antes de sumarme a la conversación, aunque nadie podía culparla en realidad. —Mi padre. Estudió Ciencias de la Computación en Estados Unidos y fundó una empresa de tecnología enfocada a la elaboración y mantenimiento de bancos de datos entre otras cosas —expliqué sin mucha complicación y desvié la vista a Katrina—. ¿Y el tuyo? —Cabeza de MEDSUPASS, empresa de insumos y asistencia médica —explicó hacia Allen, seria que dio gusto, y volvió la mirada dispar a mí—. También tengo un contacto de una casa farmacéutica, no es familiar, pero casi. —Pues ahí lo tienes, puedes elegir a gusto —apañé sin variar el tono. No tenía forma de saberlo, pero el contacto en cuestión era el que venía a ser su suegro. El del matrimonio que su viejo tenía arreglado para ella, aunque la hija de puta seguía resistiéndose, negándose a reducirse a un accesorio. Contenido oculto Gigi Blanche en este episodio de mensajearme con tus niños (?? registro de que Al le mandó unos mensajitos a Annita *c vuelve invisible*
Escuché el intercambio. Akaisa habló con seriedad de los contactos que tenía y mi rostro no cambió en absoluto, en sí porque no tenía interés en el personal relacionado con las industrias farmacéuticas, estaba hastiada de un par de cosas con respecto a esa área por responsabilidad de mi madre, tema que a nadie la importaba saber. Regresé las pupilas hacia el tipo; Katrina mencionó que se nombraba Sonnen y según la imagen que tenía en el móvil su nombre completo era Altan Sonnen, por lo que ya me ubicaba un poco más —Podemos pedirle a tu padre un espacio —le hablé directamente a él—. ¿Consideras viable el que venga a la escuela para hacer la entrevista, o le será más cómodo que nos reunamos fuera? En otras palabras estaba diciendo que tenía disposición a la opción que tomaran, a fin de cuentas no consideraba que fuese algo que nos llevara mucho tiempo, por lo que probablemente en unas dos horas concluiríamos y entregaríamos a la profe dicho material. Di un paso ligero hacia atrás, y por encima del hombro miré hacia la puerta. Zold estaba recostado en el marco, con el móvil en la derecha, retorné mi atención visual a ellos para ir poniendo fin a la conversación e ir a almorzar.
La niña pasó completamente de las opciones que dio Katrina, ni siquiera las rechazó en sí o dijo que prefería otra cosa, solo no le llevó el apunte y juré que Akaisa, a mi lado, soltaba una risa por la nariz tan baja como se lo permitió el cuerpo. Una cosa era cierta, ahora mismo habría preferido ser cualquier hijo de puta de esta escuela que tener que ser Allen, porque Katrina parecía solo estar modulando su necesidad por soltarle algo en la cara. Una de sus granadas de fragmentación. Quizás lo más terrible de todo el asunto fuese que Katrina no era estúpida, de hecho era peligrosamente inteligente, tanto para que incluso yo percibiera en su tren de pensamiento algo parecido a una amenaza constante, pero pues cada quién hacía las cosas como quería. Igual la rubita no parecía querer alargar demasiado la tortura que parecía significarle respirar el mismo aire que ella, porque buscó a Kasun con la vista y entonces Katrina me miró solo para gesticular algo con los labios en esa fracción de segundos en que Allen no estaba mirándonos. Kurosawa's new toy. Ah, vaya. Pobre desgraciada y pobre imbécil también. —Puede venir sin problema —respondí a lo de si papá podía venir—. Puede posponer una junta o dos, casi todas son en línea ahora. Saqué el teléfono de nuevo, lo desbloqueé y lo extendí en dirección de la rubia con el teclado abierto. Era más fácil esto que tener que venir a buscarla todas las veces, sobre todo viendo la tensión que manejaban las chicas estas. No tenía tiempo para conflictos ajenos, apenas podía con los propios, así que tomaría las medidas que me parecieran necesarias. —Déjame tu número y así nos comunicamos más fácil. Puedes ir pensando si quisieras enfocar la entrevista a algún tema específico de Informática o hacer una entrevista algo más abierta, nosotros haremos lo mismo, ¿no, Akaisa? —Of course.
Cuando regresé la atención visual a Sonnen mencionó que su padre podría asistir a la escuela sin problema, por lo que ya teníamos una parte del proceso adelantada con tener a alguien seleccionado para la entrevista. Me extendió el móvil, lo sujeté con la delicadeza usual, grabando mi número y guardándome con mi nombre. Se lo regresé. —De acuerdo —murmuré. Suponía que podía apuntar un par de preguntas para ese día y enseñárselas a Sonen, parecía un muchacho centrado en lo del proyecto, bueno, al menos alguien serio como minímo. Prefería este tipo de gente sobre otras, no tenía ni manera de disimularlo—. Nos vemos entonces, gracias. Las gracias eran en sí porque ya teníamos el sujeto de la entrevista, giré sobre mis talones en lo que el cabello lacio me siguió, llegué hasta Zold, me preguntó qué tal y le conté que teníamos a un señor que estudió Ciencias en la computación, él me sonrió con la amabilidad usual en lo que busqué su mano para entrelazar mis dedos con los suyos. Mis facciones se suavizaron, saliendo hacia el pasillo. Parecía que sería una linda tarde.
Seguir notando la forma en que Allen pasaba de Katrina era para mearse. La chica tomó el móvil, se agendó, lo recibí de vuelta y la escuché acceder antes de despedirse, sin más. Hice lo mismo, pero me quedé dentro de la clase porque solo tal vez asumí que Akaisa no iría a quedarse callada y de hecho fue el caso. Me indicó que mirara hacia el pasillo, fue entonces que vi que entrelazaban manitas y no pude hacer más que seguir lamentándome por toda esta gente. —¿Cuánto crees que Kurosawa pierda la cabeza del uno al diez? —preguntó en voz baja antes de dar un paso hacia la salida. —¿Recuerdas el desastre que hubo una vez en los casilleros? —Ella asintió, yo suspiré, rascándome el cuello donde la loca de Shiori me había rasguñado al intentar írsele encima a Anna—. Get a towel or something, there will be blood. —¿Te sabías la de que me abofeteó de gratis? Esta película vale una fortuna, Sonnen, no te la pierdas. —No podría importarme menos en realidad —atajé con indiferencia, ella rio y me fui sin despedirme. Me pareció que ella se dirigía a la azotea, no me fijé en realidad. Me encaminé hacia las escaleras, sin saber muy bien a dónde dirigirme.
Kouchii me correspondió al beso, por supuesto que lo hizo, y hasta fue tan lindo como para inclinarse en mi dirección, permitiéndome así mantener la unión sin hacer sufrir a mis pobres piecitos. Me sonreí encantada cuando nos separamos, y aunque rodé un poco los ojos cuando dijo que era una buena chica, no hubo ninguna muestra de molestia real por ello; quería decir, ya sabía que era una santa, solo era un poco aburrido que no quisiera seguirme más el juego... Sea como fuere, subimos juntos a clase y, en fin, el pobre tuvo que aguantarme parloteando todo el camino, pues aproveché para contarle toooooodo lo que había hecho en esos días que no nos habíamos visto. A ver, la realidad era que no había hecho gran cosa... ¡pero no importaba! Le conté cómo había sido el cumpleaños de Abby, aunque obvié algunos detalles, y también le conté por encima que había estado molestando a Aleck con todo el asunto el día anterior; lo demás fue ropa que compré, tiendas que visité, películas que vi y un largo etcétera de cosas irrelevantes que ya se pueden imaginar. Las clases se hicieron bastante aburridas después de eso, pero era lo que había... ¡al menos ya estábamos a mitad de semana! Me llevé un bombón de chocolate a la boca, mirando por la ventana con aire distraído, una vez la campana anunciando el receso tocó. A ver, a ver... hacía buen día, ¿pero me apetecía salir? No lo tenía nada claro...
Nadie podía culparme en realidad por quedarme dormido, ¿cierto? Cuando estaba reviviendo de entre los muertos escuché que mamá le dijo a Rowan que se fuera solo para que no llegara tarde y lo dejé así, porque tenía razón. Acabé llegando algunos minutos después de la hora, pero tampoco había sido un gran drama y las clases ocurrieron sin mucho problema. Cuando sonó la campana Rowan recogió sus cosas, me esperó y salimos al pasillo, aunque por medio camino me acordé del proyecto este de cojones y suspiré con hartazgo, ya me había salido de la clase y me dio pereza regresarme, así que mejor buscaba a la que no era de la 3-1. Le dije a Rowan que me diera un momento, asomé la cabeza por la 3-2 justo cuando el zorro iba saliendo y lo pesqué del brazo, el pobre imbécil se quedó tieso como pan de tres días y me miró con algo que fue mezcla de rechazo y miedo. Vaya, a este paso iba a ofenderme de veras. Le pregunté que si a ese salón iba alguna Yumemi, la criatura me dijo que no, luego Rowan le sonrió y le preguntó que si entonces había una Rockefeller, a lo que asintió y señaló a una rubia que se estaba levantando de su asiento. Ro se excusó, se metió al salón y yo me fui a la 3-3 sin mirar qué más hacía. Entré a la clase como si fuese mi casa, obviamente, y hablé de la misma forma. —¿Está Yumemi? —pregunté al aire luego de un mapeo rápido del espacio. Contenido oculto vi una ri-chan y me materialicé para fastidiar con el futuro académico de esta gente *whoosh*
El espectáculo de la flor de papel había sido bastante entretenido para los... cinco segundos que me duró a mí. En el instante que Morgan vio el tulipán desaparecí por completo de su radar y, tras notar que miraba a un chico concreto, supe que era mi momento de retirarme. Si acaso los husmeé apenas antes de ir hacia arriba y dejarlos ser, que me gustaba el chisme pero tampoco andar de voyeur. La campana del receso sonó y me quedé completando un ejercicio apenas un ratito; estaba a punto de levantarme cuando noté a la señora del tulipán (con el tulipán en la mano) ingresar a mi clase y mirar al instante en mi dirección, lo que me dio la pauta de que su objetivo era yo y no el galán de papel. ¿Por qué? Quién sabe. Pospuse los planes que ya tenía en mente y aguardé a que me alcanzara, aunque, cómo no, en el camino se distrajo. Reparó en Yumemi, se deslizó para pasar a su lado y, sin detenerse, le dejó una caricia suave en el hombro. Le concedió una sonrisa tras haber captado su atención, no dijo nada y siguió. La recibí con la diversión pegada al rostro. —Pensé que pasarías el receso con tu admirador secreto —la molesté. —Ya lo vi en la mañana. —Y a mí me ves todos los días. —Es que no me canso de esa carita. Me jaló de la mejilla sin modificar realmente su expresión y se giró para sentarse sobre mi mesa. Di que anticipé sus intenciones y barrí mis cosas hacia el otro lado. Me dispuse a guardarlas, entonces, mientras ella paseaba la vista por el aula. —¿Tienes planes, Ko? —De hecho, sí. —Ya que estaba con el maletín en el regazo, extraje el paquete de galletas y se lo mostré—. Me las regaló una amiga y quería compartirlas con ella. Su sonrisa se amplió, sedosa, y murmuró un "¿hmm?" tan bajo que se asemejó a una mera vibración. —Alright, sounds promising. —Se deslizó hacia el suelo—. ¿Quién es la afortunada? Sabía que ya no tenía sentido intentar disuadirla. Miré sobre mi hombro, identifiqué a Fiorella y la señalé con la cabeza. Morgan se puso en marcha sin siquiera preguntarme su nombre y yo me apresuré en apiñar todo dentro del maletín y hundir el paquete de galletas en mi bolsillo. —Hola~ —Escuché que la saludó, entrelazando las manos a la espalda y aún girando el tulipán allí, y llegué junto a ella. —Fio-chan —la saludé con una sonrisa suave y me senté en la silla de adelante, cruzando los brazos en su mesa—. ¿Cómo has estado? —Fio-chan —repitió Morgan con suavidad, apoyando las caderas en un pupitre de la fila adyacente—. ¿Cómo te llamas, lassie? Contenido oculto quem wenas uwu
Mi pequeño momento de reflexión y debate interno acabó durando más bien poco, pues no pasó mucho hasta que mi atención se vio distraída por no uno, ¡sino dos flancos! Primero fue el roce en mi hombro, que me pilló completamente desprevenida y, por lo tanto, necesité un par de segundos demás para encontrar a la autora del gesto. Un vez me di cuenta de que había sido Morgana, sin embargo, mi rostro rápidamente se iluminó con una sonrisa y levanté la mano para saludarla, viendo cómo se alejaba en dirección al chico de pelo bonito. La segunda distracción vino por la mención de mi apellido, algo que consiguió sorprenderme incluso más que el gesto de la morena. Giré el rostro hacia la puerta, pues distinguí que la voz masculina había venido de esa dirección, y levanté el brazo para llamar su atención una vez descubrí quién había sido el autor del asunto. Quería decir, no podía ser otro que el muchacho que se había quedado plantado en mitad de la clase y que no reconocía de nada, ¿verdad? —¡Presente! —exclamé, asegurándome de que me situara en caso de que no hubiera notado mi mano alzada, y justo después me levanté para poder acercarme a su posición—. ¿Quién me busca~? Contenido oculto y riri está muy invested en su futuro académico, of course, of course uwu (?)
No saqué la gran cosa de mi mapeo del salón en realidad, más allá de que la única criatura que me llamó la atención con pelo de un color estándar fue O'Connor, por demás estaba la cabeza celeste, la rosa, otra pelirroja y la ausencia de Shimizu. ¿Me importaba algo de eso en realidad? En lo absoluto, pero acabé pensando en lo que implicaba el vacío del imbécil para los otros solo por aproximación. Vaya cosa triste, ni empezaban todavía. La persona que reaccionó a mi pregunta al aire resultó ser la chica de cabello y ojos color chicle, color chicle Barbie quería decir. La vi girar el rostro, luego alzar el brazo y soltar "Presente" como si yo estuviera pasando lista de repente. Iba cortar distancia hacia su lugar, pero fue ella la que se acercó primero así que me quedé donde estaba y cuando llegó a mí le sonreí por cortesía. —Sakai Torahiko —contesté junto a una reverencia más bien informal—. De tu grupo del proyecto. Me faltaba ubicar una de las caras que no era de mi salón, así que vine a molestar. ¿Has hablado algo con el resto? A ver, la cosa era mentira en su base y verdad en algunos detalles. Que hubiese recordado que tenía un futuro académico en pleno pasillo era un detalle insignificante, mientras que lo de aparecer para fastidiar era casi una verdad absoluta.
Hoy. Hoy no estaba de humor eran esas crisis que me daban en esos días en los que no quería tener a nadie serca, no me desperté con el mismo semblante no me preocupe mucho por mi aspecto solo me coloque algo para las ojeras y listo, no me oculte las pocas pecas qué se notaban en mi mejilla y pomulo porque eso era algo que había decidido ya no hacer, lo demás lo lleve de lo más normal; cabello suelto como normalmente lo llevaba, y solo por agregar me coloque una boina. Suspire en lo que acomodaba mis cosas, pasaría el receso dentro del salón pero no necesitaba tener nada encima de la mesa, en lo que guardaba todo, lleve mi vista hacia el pasillo por pura distracción. Ahora que lo pensaba, no había vuelto a ver a Enzo desde la última vez, ni idea si él y Adara ya se encontraron cara a cara. Para ser sincera ese asunto ya me lo sabía de sobra, los dos eran demasiado desafiantes y les encantaba tentar a su suerte, lo más irónico era qué. Ella siempre sería su karma. Parpadee en lo que cerraba los ojos y me acomoda mejor en mi silla. Segundos, después de la nada escuche pasos o mejor dicho, distinguí una voz saludándome, alce una ceja y me fije en la persona que tenía al frente, ladee la cabeza y la mire levemente. —Hola —levante mi mano en modo de saludo, en eso escuche la voz de Kohaku más bien deje de ver a la chica en cuanto él se sentó en la silla de adelante y seguí todos sus movimientos, en cuanto cruzó los brazos en mi mesa. —Ko —le devolví el saludo al igual que la sonrisa, repasé la pregunta, hasta ayer todo estaba bien, pero ah, no pensaba decir eso—. Todo muy bien y ¿tú? ¿cómo has estado desde la última vez que nos vimos? Deje la pregunta para después fijarme en la chica con aires de misterio al escuchar su pregunta, y más que nada cuando repitió con suavidad como me había llamado Kohaku. —Fiorella Bianchi es un placer —murmure con suavidad—. Amiga de Kohaku ¿no? ¿Puedo saber tu nombre?
Nada más escuchar el nombre del chico lo relacioné con el proyecto escolar, pues él y Kagehira habían sido los únicos con los que todavía no había hablado, lo que había hecho que sus nombres se me quedaran grabados en la mente incluso más que los otros. El muchacho hizo una especie de reverencia al presentarse y yo lo imité, claro, como chica de buena familia que era; después me confirmó lo que ya había supuesto: que me estaba buscando para hablar de proyecto en cuestión. —¡De hecho, sí! Supongo que no han tenido tiempo de decírtelo... —murmuré lo último, llevándome la mano al mentón en un gesto pensativo que, de todas formas, solo me duró un par de segundos—. Joey vino a buscarme el lunes para hablar de eso, le estuve diciendo que podríamos entrevistar a cualquier de mis padres y al final nos decidimos por mi padre, que es director de cine. Justo en ese receso nos encontramos a Diekmann-san también, así que le preguntamos y nos dijo que ya había propuesto a alguien contigo, pero que igual le parecía bien lo mío si todos estábamos de acuerdo —le conté, tomándome alguna que otra pausa durante el relato para recordar todo lo que habíamos hablado de la manera más exacta posible—. Así que... ¿qué opinas tú~?
Alcé apenas las cejas al escuchar que al parecer no habían tenido tiempo de decírmelo, era un poco cuestionable, pero me daba más bien igual. La seguí escuchando de todas formas, resultaba que la niña tenía un padre director de cine y supuse que esas eran las cosas normales en esta escuela. Que los artistas, los médicos, los CEO y todas esas mierdas; yo mismo estaba metido en el paquete de padres con profesiones medio imponentes, pero seguía sintiéndome fuera de lugar. —Ah, sí. Ese día había hablado con Diekmann temprano —respondí sin mucho problema. A ver, la oferta de la alemana la había tomado porque servía en el momento y pasaba de molestar a los Sakai para un proyecto escolar. La opción de Yumemi sonaba un poco menos aburrida, dentro de los estándares de un trabajo grupal quería decir, así que cuando me preguntó qué opinaba yo asentí con la cabeza. —Está bien, suena mejor que la opción inicial. Imagino que luego deciden cuándo hacer la entrevista como tal, así que quedo atento. —Escaneé el salón de nuevo, luego a ella y desvié la vista al asiento del que se había levantado—. ¿Te ibas a quedar en el salón? Vete a saber por qué pregunté si podría haber dado el asunto por finalizado, pero pues a veces uno tenía venazos de repentino interés social. A veces.