Aula 3-3

Luego de mi llegada, Arata no tardó en incorporarse también al grupo. Seguí sus movimientos brevemente y la sonrisa se me ensanchó, cerrando los ojos, cuando me revolvió el cabello. Luego regresamos al tema de discusión y fui analizando lo que decían, hasta que Aaron habló y alcé las cejas.

—Ah, ese es un enfoque interesante —adherí, vete a saber por qué se me coló una cuota de emoción en la voz—. Como... ¿el arte en la vida cotidiana? Podríamos buscar ejemplos o incluso sacar nuestras propias fotografías de nuestra vida diaria e intervenirlas.

Al final me quedé pensando un par de segundos, rumiando en torno a la idea, y agregué:

—Aunque ¿cómo podríamos intervenirlas exactamente?

 

El rollo este del arte no era lo mío, de alguna manera me daba la sensación de que no pensaba o sentía lo suficiente como para poder tomarle el gusto, mucho menos para aproximarme. En su defecto, quizás no había tenido tiempo para ello nunca, era una cosa de privilegiados en mi cabeza... Bueno, a medias. No sabía darle demasiada forma a mi argumento tampoco.

Como fuese, mantuve la atención que sucedía a mi alrededor después aunque no intervine mucho más. La chiquilla mostró las invertenciones digitales, luego Yume dijo lo de las láminas en caso de que no pudiésemos hacerlo de la primera forma.

—Se podría hacer con estas... No me acuerdo cómo se llaman, las bolsitas plásticas transparentes donde puedes meter hojas y luego eso meterlo en un portafolio. Son como un sobre, pero del tamaño del papel pues, no sé cómo explicarlo mejor —comenté a pesar de que se me notaba toda la pereza—. Resistirían marcadores y pintura encima. Eso o el papel de calca, que de ese deben tener en la sala de arte.

 

Permanecí atento al intercambio, pidiéndole permiso a Fiorella con una sonrisa silenciosa para hacerme con su móvil y así detallar mejor lo que pretendía mostrarnos. En lo que observaba las intervenciones, tanto Aaron como Arata hablaron. La voz del segundo captó mi atención, para qué mentir, alcé la mirada y la fijé en él con una sonrisita ligeramente burlona, aunque aún inocentona, plasmada en los labios. A ver, ¿acaso estaba participando? ¿Y hablando sobre arte, ni más ni menos?

—Hablas de folios, Akkun, ¿cierto? —murmuré, disimulando mi diversión, y pestañeé sin prisa en lo que le regresaba el móvil a Fiorella—. No sé manejar programas digitales, no, aunque... siento que dibujar sobre plástico puede ser bastante difícil si ninguno de nosotros tiene experiencia. En el primer caso, aquí hay un club de fotografía, ¿no? Podríamos consultar si alguien de ahí puede echarnos una mano con algún programa o aplicación web sencilla. En el segundo caso, pues... molestar a los del club de arte o practicar nosotros hasta que salga algo decente.

Anclé el codo al borde de la mesa y básicamente aplasté mi mejilla contra mi puño cerrado.

—De la forma que sea, siempre podemos hacer copias de las fotos para no ir a arruinar ninguna original.

 

Ya me lo había propuesto, lo tenía determinado entre ceja y ceja y cuando un asunto alcanzaba ese nivel de relevancia para mí, bueno, el margen de error era inexistente. Al menos eso decía, claro, al final siempre cabía la posibilidad de que Kenneth se hubiera ausentado de la escuela, ¡pero detalles!

Para cuando tocó la campana del receso, ya había guardado todo en mi bolso. Me incorporé prácticamente junto al sonido y salí del aula, con calma pero lo más rápido que pude. Mi plan ideal era que Joey no decidiera hoy también ser un dolor de ovarios, incluso si ayer se había comportado, pero ahí sí que no aseguraba el éxito de la operación. Y mejor que lo pensé así.

—Sa-chan~ —Su voz sonó prácticamente sobre mi oído y contuve el respingo a tiempo, tapando la sorpresa con un suspiro—. ¿No me digas que planeabas dejarme atrás? I'm part of this group too, you know!

Estaba comportándose como un crío aún y, aunque lo prefiriera así, no había forma de que olvidara sus verdaderas intenciones. No había forma de que bajara la guardia.

—¿Ah? Perdona, cielo —murmuré, viéndolo de reojo y con una mueca ladeándome la sonrisa—. Con tus calificaciones no pensé que podría interesarte.

Y es que no lo hace, imbécil.

—Me ofendes, me ofendes. —Meneó la cabeza, enterrando las manos en los bolsillos, y miró alrededor como un niño ansioso—. ¿Y bien? ¿Adónde vamos?

—A buscar a la única persona decente de este grupo.

—Eso no suena bien para ti, Sa-chan~

—I know.

No me consideraba 'decente' en este contexto, a quién íbamos a engañar. Ya se lo había dicho a Suiren, mis habilidades artísticas eran nulas y, por ende, lo mejor que podía aportarle al grupo era mi culo insistente y mis manías organizativas. Así llegamos a la 3-3, pues, con Joey tan aparentemente inofensivo como un cachorrito, repasé el espacio con la vista hasta que detecté a Kenneth y me acerqué a él.

—Kenny boy~ —lo saludé, apoyando las manos sobre su pupitre, y le concedí una sonrisa suave—. Vengo a secuestrarte.

—Venimos —corrigió Joey, sentándose en la mesa a un costado—. Muy feo eso de faltar a la primera reunión de proyecto, eh. ¡Vamos a descontarlo de tu salario!

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Amane pERMISO hace mucho una semana que no roleo contigo y te extraño unu

 

El martes por la mañana me había dignado a finalmente mirar el grupo que me había tocado para el proyecto, siendo que todo el mundo parecía tan preocupado por ello, y grande fue mi sorpresa al descubrir que había tenido la suerte de coincidir con Sasha en el mismo. No tenía ni idea de quienes podían ser los otros dos chicos, pero estaba mucho más tranquilo al respecto sabiendo que al menos conocía a la chica dentro del grupo.

Había planeado buscarla durante el receso, pues quería compensar mi desaparición del día anterior a pesar de que tampoco me sentía completamente culpable, pero parecía que la muchacha no estaba dispuesta a arriesgarse a que me escaquease de nuevo y fui capaz de distinguir su melena rojiza entrando en el aula apenas un par de segundos después de que terminase de recoger mis cosas. Eh, sí que se había dado prisa~

Le dediqué una sonrisa animada cuando finalmente entró en mi campo de visión, notando una ligera chispa de diversión extra en la misma cuando la escuché mencionar lo del secuestro, pero mi posible respuesta se vio interrumpida por la presencia de otro chico cerca de mi pupitre. No le había prestado demasiada atención porque no tenía ni idea de quien era, pero rápidamente me di cuenta que tenía que ser uno de los otros dos miembros del grupo y no tardé nada en recuperar la sonrisa animada de antes para él también.

—Me disculpo por eso, tenía otro compromiso que atender. Así que acepto el secuestro y el recorte de salario, sin quejas —sentencié, repentinamente solemne, hasta que terminé por levantarme de mi asiento y recuperar la expresión liviana de siempre—. Tú debes de ser... ¿Joey? ¿O quizás Lyon? Soy Kenneth, encantado~ —me presenté ante el chico, acompañando las palabras de un gesto de cabeza, y me centré en Sasha no mucho después—. ¿A dónde queréis secuestrarme~?

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qué coincidencia, i missed you and this too u///u

 

¿Estaba siendo an absolute pain in the ass? Sí, por supuesto. Y de hecho, me enorgullecía ampliamente. La trama se iba tejiendo poco a poco, no me consideraba una mente maestra ni nada pero, sin miedo a exagerar, podía lucirme cuando me sentía... inspirado. Y ahora mismo, con el mundo de posibilidades frente a mis manos, decir que el prospecto me emocionaba era un eufemismo. Sólo faltaba limar unos detalles, poner a Ali al corriente, y ejecutar.

Y esta pobre idiota, sin darse cuenta, era un engranaje más.

No necesité prestarle demasiada atención a Sasha para notar lo que pretendía, en especial cuando empezó a guardar sus cosas antes de tiempo. Cuando me incorporé, dispuesto a seguirla, busqué a Ali con la mirada y le dediqué una sonrisa ladeada.

—Wanna head home together, love? —la invité, tamborileando los dedos en su pupitre a la pasada, con aire juguetón—. Tengo un par de cosas que contarte~

Mis sospechas habían sido correctas y Sasha me guió, efectivamente, hacia el miembro faltante de nuestro grupo. Era un muchacho de cabello plateado y aire calmado. Pierce lo conocía, era obvio, así que aproveché la confianza entre ellos para acoplarme como si nada.

—Joey, correcto —concedí, dedicándole una sonrisa tranquila, y no me importó que su pregunta fuera dirigida a Sasha, me apresuré por intervenir—: ¿Les parece si vamos a mi club? El de fotografía, I mean. Soy el único miembro real, así que será tranquilo y además tenemos material a mano en caso de querer empezar el proyecto.

Un chispazo de energía corrió raudo por mi columna, lo disimulé sin problema y deslicé la mirada hacia Sasha, con la expresión liviana e inocente que llevaba impresa en la puta cara desde ayer. La chica se había quedado con las ganas de decir algo, puede que incluso de replicar, pero al final desistió y guardó silencio. Regresé la atención a Kenneth, entonces, considerando aquello como una pequeña victoria.

La primera de muchas, quería decir.

—Ayer Sashie nos comentó algo de que te gustaba dibujar, ¿puede ser~? —indagué, ladeando ligeramente la cabeza—. No sé, hombre, digo yo que si combinamos ambas cosas puede salir algo bastante chulo. ¿Qué piensas?

 

El chico rápidamente me confirmó que se trataba de Joey, lo que me hizo ampliar la sonrisa al saber que había sido mi primera opción, y fue él también quien respondió a mi pregunta a pesar de que me había dirigido a Sasha. La verdad es que no lo había hecho porque prefiriese que me respondiese ella en particular y, por lo tanto, tampoco me molestó que lo hiciese el otro muchacho, pero todo el asunto no me pasó completamente desapercibido y era un poco difícil de ignorar la tensión latente que parecía haber entre ambos.

Mientras aquella tensión no afectase a las reuniones del proyecto, sin embargo, no era nada que me incumbiese de ninguna manera, así que dejé correr el detalle y simplemente asentí con la cabeza un par de veces ante la propuesta del moreno. No parecía que ninguno de los dos, y especialmente Sasha, quisiese que aquel sentimiento se dejase ver fácilmente, así que no pretendía ser yo el que estropease aquellos intentos de alguna manera.

Escuché la voz del muchacho alzándose de nuevo y me centré en él, alzando ligeramente las cejas con algo de sorpresa antes de encogerme de hombros. La idea de que la pelirroja le hubiese dicho eso me pilló algo desprevenido, aunque no había motivo real para ello porque era algo bastante predecible en realidad, y tuve que relajar la postura después, soltando una risa ligera.

—Es solo un hobby, en realidad, pero si creéis que puede servir para el proyecto, me parece bien. Solo espero que no hagas fotos demasiado bonitas o te las puedo estropear~ —bromeé, y señalé la puerta del aula con la cabeza mientras cogía mi mochila del asiento—. ¿Dónde queda el club, entonces? Yo aún me pierdo con algunas aulas, así que mejor os sigo.

 

La verdad, había acabado más preocupado por el proyecto de lo que había estimado. Cuando salí de la escuela el día anterior, le comenté a Morgan sobre nuestra reunión y, aunque no aportó opiniones sustanciales, sí me dio un par de ideas aisladas. Hasta donde sabía, pese a lo mucho que escribiera nunca había agarrado un pincel en su vida, pero a Hanabi le gustaba bastante y a lo largo de los cumpleaños le habían comprado cualquier cantidad de lápices de colores, fibrones, acrílicos y acuarelas. Haber parado en su apartamento antes de ir a casa me facilitó de hablar con la niña y... bueno. Decir que estaba contenta de mostrarme sus cosas era un eufemismo.

Al final me tuve que quedar a cenar y todo, y me atrasé para ir donde los chicos.

Así que para el día siguiente era prácticamente un hombre nuevo. Llegué a la escuela y aguardé por el receso con las ideas salpicando acá y allá en mi mente, y como ya había quedado con Anna se me ocurrió matar dos pájaros de un tiro. Junto a la campana me incorporé y fui donde Fiorella. Tamborileé los dedos contra el borde de su pupitre suavemente, regalándole una sonrisa de igual calibre en cuanto capté su atención.

—¿Tienes planes? —indagué, apenas divertido—. Porque yo ya armé uno para ti~

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quem uwu

 

Tuve la ligera sensación de que mi aparición había conseguido sobresaltar a la chica, motivo por el cual estuve completamente dispuesto a disculparme si llegaba a mencionarlo. No lo hizo, sin embargo, tampoco le costó reflejar mi expresión y me quedé allí, en lo que ella hubiera decidido mostrarme. Eran mis modos, en definitiva, los de siempre. ¿Egoísta? Quizá. Daba igual. Tampoco la conocía lo suficiente como para presionar.

Seguí sus movimientos junto a una sonrisa liviana en lo que ella se incorporaba y se corría el cabello hacia atrás. La luz le arrancó algún que otro destello de un anaranjado intenso y volví a sus ojos. El apelativo claramente italiano me ensanchó la sonrisa y alcanzó a rasgarme un poco la mirada.

—¿Recuerdas la amiga que te mencioné el otro día, Anna? Iba a quedar con ella. ¿Te gustaría venir? Podemos almorzar y también conversar un poco del proyecto.

Mientras decía aquello último había sacado el móvil de mi bolsillo y lo agité suavemente a un costado de mi rostro.

—Ayer hice progresos personales, pero sólo podrás verlos si vienes conmigo. —Se me coló una risilla de nada y bajé el brazo, colocando por fin la expresión de cordero degollado que usaba para convencer gente—. Ese es mi super plan para hoy, ¿qué dices~?

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perdona la tardanza, cielo ;;

 

Me encogí de hombros con calma cuando reconoció haberse olvidado del asunto, en verdad me resultaba indiferente y si acaso, valoraba que me lo dijera sin más. Si era difícil que me enfadara, imagina ofenderme. Mi propuesta le arrancó una risa y se dispuso a seguirme, motivo por el cual regresé el móvil a mi bolsillo y la esperé para empezar a caminar; sin embargo, se detuvo frente a mí con intenciones de hablarme y alcé las cejas, demostrándole que la escuchaba.

Las intenciones para lo que me había aclarado eran bastante claras; no pretendía molestarme ni era una cuestión de orgullo, era probable que sólo se hubiera preocupado por hacerme saber que su interés de conocer a Anna era genuino. Lo entendí al vuelo y me pareció un bonito gesto, aunque claro, ocurría que más frecuentemente de lo que pudiera parecer al final era yo quien gustaba de molestar a las personas.

—¿O sea que no te interesan mis habilidades artísticas? —repliqué, aún con cara de cachorro mojado, haciendo un mohín y todo.

No me moví de mi lugar ni un centímetro, a la espera de su respuesta.

 

No estaba del todo seguro adónde había pretendido llegar Ali con su aclaración de que compartía grupo con Jez, pero lo cierto es que tampoco le respondí de ninguna forma particular. Siendo totalmente justos, era como si de suerte la hubiera escuchado. Suponía que había pretendido molestarme y ya, quizá compartir la gracia, y fuera la razón que fuera, no encontré una reacción que valiera la pena o me apeteciera demostrar. Mi sonrisa se mantuvo en su lugar y solté una risa liviana cuando propuso ser la modelo del grupo y Kenneth prácticamente la rechazó sin miramientos.

So harsh~

—Objetos suena bien, sí —coincidí, guardándome una gracia interna, y miré a Ali con cara de angelito—. Sorry, baby.

No pasó mucho hasta que el receso acabó, de ahí las clases de la tarde. Regresando juntos a casa, me encargué de poner a Alisha al corriente de todo el plan que había urdido en mi mente junto a las indicaciones pertinentes para su participación. Quizá debería haberme asqueado la forma en que hablaba tan tranquilo de joder a una chica casi porque sí, pero llevaba muchos años ya sin conocer nada remotamente parecido a los límites.

Tampoco había nadie que me los pusiera, de todos modos.

Y cuando lo intentaban, les arrancaba la mano de un mordisco.​

El miércoles llegó con un clima bastante gloomy y me tragué la sonrisa al notar que Sasha apenas iba atravesando el patio cuando yo ya había acabado con mis zapatos. Me dirigí a las escaleras y seguí pensando que el universo, irónicamente, me andaba sonriendo o algo. ¿Qué pasaba? ¿El diablo le había ganado la pulseada a Dios?

¿Por qué mierda siempre nos salía todo bien?

Golpeteé los nudillos contra el marco de la 3-3, había aún poco movimiento así que el gesto fue sonoro.

—Kenny~ —canturreé, liviano, y fui hasta él para sentarme en el pupitre de al lado—. ¿Qué tal? Pasaba a avisarte que hoy no vamos a reunirnos en el receso, not very sure why. Como no tengo tu móvil tuve que incurrir en métodos tradicionales~

Dios, la puta facilidad con la que acababa de mentirle.

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Amane casi me olvido de etiquetarte AJDJSAA iwal ibas a leerme pERO EL FIVE

 

A decir verdad, mi intención nunca había sido rechazar tan de lleno la propuesta de una chica bonita que solo intentaba ayudar, pero tampoco podía ignorar el hecho de que estábamos hablando de un proyecto académico y no podíamos hacer todo lo que nos gustase (por mucho que pudiese gustarme, o gustarnos según había visto, utilizar a la rubia de modelo). Por fortuna, su molestia inicial ante nuestro rechazo se disipó con rapidez y supe que no se había ofendido de verdad por el rechazo.

La campana anunciando el fin del receso tocó no mucho después y los tres salimos del club, sin que Sasha hubiese podido volver con nosotros antes de ello. Me quedé ligeramente preocupado por si le había pasado algo, aunque no sabría decir si lo suficiente como para inmiscuirme en ello la próxima vez que la viese. Sea como fuere, el resto del día se sucedió con normalidad, y la idea acabó desapareciendo de mi mente.

A la mañana siguiente, y sin ningún motivo en particular, decidí pasar el tiempo libre antes de las clases dentro del aula. Afuera estaba chispeando y la mayoría de los alumnos estaban apelotonados en los casilleros por ello, así que la clase parecía la opción más tranquila y, bueno, suponía que quería algo de calma aquella mañana. Aproveché la misma para seguir leyendo aquel libro que Kashya me había dejado, siendo que toda ayuda con el idioma me estaba ayudando enormemente a controlarlo mejor.

En eso estaba cuando escuché el par de toques en la puerta, y fui incapaz de reprimir mi curiosidad al saber que había muy pocos alumnos dentro del lugar aparte de mí, así que alcé la cabeza para descubrir quién era y no pude esconder la ligera sorpresa que sentí al dar con Joey. Le sonreí al instante, sin embargo, y esperé a que se acercase lo suficiente para devolverle el saludo.

—Oh, ¿en serio? Supongo que un día no nos atrasará mucho —comenté, encogiéndome de hombros para intentar quitarle peso al asunto, y no mucho después saqué mi móvil para extendérselo con una sonrisa—. Ten, por si quieres guardar tu numero y así no te hago buscarme por toda la academia si algo más pasa.

Esperé a que el muchacho aceptase el teléfono y me quedé un par de segundos en silencio, sopesando si aprovechar el momento para decirle algo más o no, hasta que finalmente decidí que no había nada de malo en hacerlo.

>>Ya que no nos vamos a ver en el receso, entonces, quería preguntarte... ¿prefieres que montemos una especie de bodegón para el proyecto o mejor sería buscar algo natural con lo que trabajar? Conocí el otro día a una chica del club de arte y creo que podríamos usar la sala sin mucho problema, en caso de hacer lo primero.

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Kenneth: 1.5 puntos
Joey:
Sasha:
Lyon:
TOTAL:

 

Puede que una ligera, ligerísima tensión se hubiese acumulado en mi cuerpo durante los escasos segundos que aguardaba por su reacción, a ver si la mentira colaba o no. Al parecer lo hizo sin un puto problema, volví a relajarme y pensé, mierda, qué fáciles eran ciertas cosas. Bajé la vista a su móvil en cuanto me lo extendió y solté una risilla breve, aceptándolo para agendarme allí.

—¿Y vas a invitarme a salir ahora? —bromeé, sin absolutamente ninguna segunda intención, y se lo regresé. Me había agendado como "Joey" a secas—. Mira que me ilusiono, eh.

Lo dejé correr, sin embargo, pues no cargaba ni una pizca de relevancia. Alcé las cejas al notar que quería decirme otra cosa y le presté la debida atención, cruzando los brazos bajo el pecho. Uhm, un bodegón sonaba bien, ¿no? Y probablemente para él fuera más viable. Además, sus bocetos de bodegones eran los que más me habían gustado. Yo, por otra parte, no tenía tanta experiencia fotografiando objetos; podía llegar a ser divertido armar la composición de la escena y demás.

—Me parece bien el bodegón —acordé—, podríamos definir un tema y armarlo en base a eso. Es más, podríamos incluso elegir una palabra del diccionario al azar e intentar representarla.

Con respecto a la chica del club supuse que se refería a Katrina, pero no le encontré demasiado interés a sacar el tema a colación.

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Kenneth: 1.5 puntos
Joey: 0.5 puntos
Sasha: 0 puntos
Lyon:
TOTAL: 2 puntos

 

Sabía que quizás podía haber indagado bastante más en el asunto, especialmente cuando desde ayer había llegado a notar la innegable tensión entre Sasha y el chico aquí presente, e incluso me atrevería a añadir en el pack a la visitante que tuvimos el mismo día, y sobre todo teniendo en cuenta que era un poco extraño que estuviese admitiendo no saber por qué se cancelaba la reunión en cuestión. La cosa era, una vez más, que no tenía demasiado interés en inmiscuirme y, a decir verdad, tampoco pretendía incomodar de alguna manera al muchacho, porque albergaba la esperanza de que pudiésemos acabar siendo amigos.

Así que lo dejé pasar sin más, sin preocuparme demasiado por la imagen que pudiese dar con ello, y en su lugar solté una carcajada ligera ante su comentario, aceptando mi móvil de vuelta y enviándole un mensaje para que pudiese registrar mi número también.

—¿Quizás~? —tanteé, con cierto tono divertido y una sonrisa juguetona asomando por los labios—. Aún ando conociendo al ciudad y descubriendo sitios a los que ir, así que no sería mala idea contar con tu ayuda alguna vez~

Lo dejé un poco en el aire, de todas formas, porque no solía planear casi nada a largo plazo y me gustaba simplemente dejarme llevar, así que si alguna vez se daba la oportunidad de salir o no con aquel chico, sería algo que descubriríamos cuando tuviésemos que descubrir.

Luego nos pusimos un poco más serios, pues aproveché para hablar del proyecto ahora que teníamos algo de tiempo para hacerlo, y asentí con la cabeza cuando el moreno aceptó la primera opción para la composición. No tenía preferencia alguna entre las dos opciones, pero de alguna manera agradecía que hubiese elegido el bodegón, porque nos daba mucho más control sobre lo que queríamos y podíamos utilizar a la hora de dibujarlo y fotografiarlo.

>>Ah, eso suena interesante —admití, con un ligero asentimiento de cabeza y las cejas ligeramente alzadas, e inmediatamente después le sonreí de nuevo con esa pizca anterior de diversión—. Podríamos pedirle a tu amiga que hiciese lo de escoger la palabra al azar, ya que ayer parecía tan interesada en ayudarnos~