Había llegado tarde, y eso significaba que no había podido cruzarme con absolutamente nadie en mi trayecto desde los casilleros al aula. Tenía la esperanza de reencontrarme con algunas de las personas que había conocido de la fiesta, devolverles las invitaciones, ver sus rostros, y demás. Lamentablemente, me había quedado dormido. Seguramente terminaba haciendo un collage luego y lo colgaba a la salida. No iba a cumplir absolutamente ninguna función, pero eso también era el chiste. La clase transcurrió exactamente igual que las otras. Esperaba que prontamente se terminara, así podía salir a buscar a Sasha. Tenía que mostrarle el resultado final de nuestra apuesta. Bah, de ambas apuestas. Aunque la única interesante era la primera, ya que esa tenía prenda. Me entretuve jugando con mis cartas bajo la mesa mientras daban la lección del día, pero mi oído se aguzó en cuanto escuchó una nueva presentación. Levanté la vista, golpeando con un tincazo el ala del sombrero. Una británica. Interesante. Y decía que le gustaban los trucos de magia. Me preguntaban si era igual que Kashya, o estaba en la misma onda que yo. Bueno, al parecer lo iba a averiguar bastante pronto. Por alguna razón mística que se me escapaba, a nuestro profesor se le ocurrió que dos alumnos que apenas llegaban al instituto serían los más indicados para mostrarles a los nuevos las instalaciones. Solté una risa sorda. Porque eso me había ido bárbaro la vez pasada, cuando los roles se encontraban invertidos. Tan solo esperaba que no me volvieran a arrojar jugo a la camisa. Con el apuro, me había olvidado de traer un repuesto. En cuanto el timbre anunció el final de la clase, me incorporé lentamente del asiento, estirándome. Era increíble como algo podía sonar tan aliviante y tan estridente al mismo tiempo. Me giré hacia la que parecía que iba a ser mi co-guía. Ya parecía estar conversando con dos de los nuevos. Por lo menos, parecían personas agradables. Lo cual era complicado, en cierto sentido, porque parecían ser algo difíciles de pinchar. Aunque bueno, había otras formas de entretenerse. Creo que había escuchado sus voces en la fiesta, aunque poca importancia les di. Prontamente, los tres se dirigieron hacia la puerta, dispuestos a comenzar con su guía. Me encogí de hombros, me pasé la lengua por los labios, y me dirigí hacia la inglesa. — Bueno, parece que me toca ser tu guía, Clementine. Lo cual fue una muy mala decisión del profesor, pero bueno. Hay que respetar a nuestros mayores —le dediqué una sonrisa con dientes.— ¿Empezamos? Contenido oculto Sé que Kuno no está, pero también me sirve para desaparecerme un poco con este ejemplar (? Justo Rojo postéo también, así que bueno.
Si bien ya sabía que tenía cierto margen de error para recibir alguna clase de reacción adversa por estar perturbándola de alguna forma u otra, porque en sí no le estaba preguntando si realmente deseaba tener alguna clase de interacción en ese momento e incluso pudo haber propuesto solo dejarle la caja y su bebida para dejarla sola y pudiera lidiar con lo que fuera que la estaba molestando. Pero si debía ser honesto, no deseaba tampoco pasearse por allí para ver donde comía. —Quizás lo que fuera que atendiste pueda ser olvidado con algo de pastel.—Distraerse un rato con algo más placentero era mucho más agradable, no es que hubiera tenido esa oportunidad muchas veces pero cuando llegaba a tenerlo servía demasiado solo para respirar. Se levantó de su asiento solo para buscar los pequeños platos que le había dado el lugar para servir y de querer algún pedazo, tan solo tendrían que sacar aquel cuchillo de plástico del costado de la caja y listo. —Te ahorraste una discusión con una de las nuevas sobre una gran traducción de uno de los textos de los libros...A decir verdad no se como se inició, aunque quizás si conoces a la rubia podrías decir que se parece a mi—Hasta él lo había notado, como ella también estaba en su propio mundo y por mucho que tuvieran un ir y venir de respuestas, ninguno iba a estar completamente de acuerdo —, por suerte se resolvió con otros chicos o realmente nos seguirías viendo en ese ciclo de nunca acabar.
Clementine Crimson La hora de la clase transcurrió sin pena ni gloria pero el profesor había cumplido sus espectativas para ser alguien capaz de llegar una clase entretenida aunque no más de lo que una fiesta acompañadas de bebidas pueda ofrecer, sobre todo si contaba con hidromiel. Al repicar del timbre Crimson indagó con la mirada a ambos lados por la posibilidad de algún interesada en conocerla, pero aquello no ocurriría hasta que el profesor pidió dar un tour a los nuevos estudiantes...su atención entonces recayó en un chico pelirrojo con sombrero. La chica lo observó de arriba a abajo con lujo de detalles. —¡Por supuesto! Es muy amable de tu parte...muy lindo sombrero por cierto—saludo al chico con una sonrisa coqueta aceptando su propuesta— escuché que la academia Sakura posee lugares fabulosos...no puedo esperar a conocer los clubes...¿Donde vamos primero? Eh...¿Cual era tu nombre? Pregunto ladeando la cabeza, una tactica para apelar a la amabilidad de los que buscaban conocerla sin importar lo obvia que resulte su pregunta.
La sonrisa que había alcanzado a dedicarle adquirió cierto aire resignado al escuchar su comentario de que lo que tuve que atender quizás se podía olvidar con algo de pastel y deseé que fuese así, lo deseé con una fuerza estúpida, incluso si sabía que tenía caso alguno. La mierda con la que tenía que lidiar, la estupidez del compromiso con Aoyama, mi ansiedad, las compulsiones, todas esas cosas no las había logrado olvidar ni estando al borde de intoxicarme con alcohol, ni con los polvos con quien se me pusiera en frente. Aún así no le iba a soltar nada de eso a Aaron nunca, la criatura se sorprendía por la casa pseudo-victoriana, por el desayuno de niña rica y cuanto cosa parecida se le cruzara por delante, ¿con qué cara le iba a decir "Ah, sí. Resulta que mi padre me expuso como una muñeca frente al que será mi prometido para ver si seguía interesado en mantener la asociación de las familias o no"? Ni que estuviese loca, a nadie le hablaba de esas cosas. Enarqué las cejas al escuchar lo de la discusión que me había ahorrado y rebusqué por el cuchillo, para sacar el pastel de la caja y cortarlo sin ninguna prisa, dejé un trozo sobre cada plato. —Pues no podías pedirle mucho tampoco, es rubia —bromeé con el asunto de que las rubias eran todas idiotas, aunque naturalmente yo también era una de ellas, que lo cubriera con el jodido tinte negro y rojo era otra cosa—. Me alegra que alguien lo solucionara, si no habría tenido que arreglarlo yo a la manera fea. Para ser un puto tanuki tenía muy mal genio, eso no era secreto para nadie. Antes de ponerme a comer volví a meterle mano al pastel, solo para hacerme con una de las fresas. No era que arreglara la de mierdas que tenía encima, pero era mejor estar de mal genio comiendo fresas que no comiendo nada suponía, aunque eso no me quitaba las jodidas ganas de fumar.
Era algo incómodo pensar que tenía un problema muy obvio frente a él, un problema que en ningún momento se iba a molestar a preguntar que era y tan solo había notado por la forma tan obvia en la que Katrina lo había expresado al entrar al aula y no sabía como proceder al respecto, o si siquiera debía intentar hacerlo. Con Daute ya había comprobado que no era especialmente una fuente con la cual acudir para arreglar alguna clase de problema o aconsejar, pero, podía tan solo intentar actuar con las herramientas que tenía. Y allí solo era un pastel. Recibió su pedazo de pastel dando gracias en voz baja para iniciar con el primer bocado de pastel con tranquilidad antes de reír de forma genuina cuando escuchó su comentario sobre Génesis, de todo lo que pudo haber comentado, no había esperado en lo absoluto que se concentrara en ese estereotipo. —Un rubio intervino la pseudo discusión conmigo y... en algún punto la comparó con un diccionario así que seguro te sorprende un poco la forma en la que pudieras tener razón y como realmente es un diccionario —Quizás así fuera como se viera él de lejos, pero era realmente curioso, probablemente no se había topado a alguien de ese estilo que le recordara a si mismo y al mismo tiempo molestarse con su presencia y la misma interacción en si —. Pero quizás tu si habrías parado todo muy rápido~ Probablemente de una oración hubiera terminado cualquier cosa que pudiera replicarle la rubia. —Por cierto, quizás no lo mencioné, no recuerdo... pero gracias por dejarme quedar en tu casa incluso en la mañana, ¿tú amaneciste bien luego de tu fiesta? —Ella le había dejado un par de pastillas para que se sintiera mejor pero no se había parado a pensar en cómo había amanecido, y, si no podía abordar el problema de otra forma que no fuera el pastel, iba a intentar practicar sus habilidades sociales tratando de mover la conversación cuando estaba mas acostumbrado en seguir lo que le estuvieran diciendo.
Entre que era evitativa como todo Cerbero y ya era consciente de las cagadas que me estaba clavando con Aaron solo encontraba más y más motivos para cerrar la boca. De hecho de haber recordado en algún momento la cuestión del pastel quizás me hubiera forzado a que mi enojo no fuese tan evidente, pero ya era muy tarde para eso. Al menos no parecía estarlo preocupando de forma excesiva, incluso se permitió reír por la tontería de lo de las rubias y me bajé mi propia risa con otro par de bocados de pastel. Con el estrés de la reunión planeada a última hora no había ni desayunado, así que me venía bien para eso también. ¿Un rubio? —¿El que tiene pinta de que debería estar en prisión? —pregunté aunque sabía la respuesta. Me extrañaba que ese idiota de toda la gente se metiera en una discusión de esas, pero bueno ya vería él. Con el asunto del diccionario me comencé a hacer una idea de la chica y no me apetecía conocerla. Estaba por añadir algo más cuando me agradeció por haberlo dejado quedarse en casa—. No tienes nada que agradecer, además no iba a despertarte para echarte de la casa. Aunque bien habría podido y quizás hasta debí. —¿Yo? Ah, bien. No bebí mucho en realidad, así que no me sentía mal por la mañana ni nada. —Quité un poco de la crema de mi trozo de pastel con el tenedor con aires algo distraídos, luego estiré la mano hacia él con ua chispa de diversión en la mirada—. Di ah~ ¿Divirtiéndome con el pobre cabrón que ayer parecía tan contento cuando le dije que no iba a desaparecer? Un poco, sí. Aaron en medio de su borrachera de inexperto había bajado las defensas, había visto su miedo sin siquiera pretenderlo y ahora tenía esa información, no era que fuese a usarla en su contra. No era esa clase de hija de puta, pero digamos que el idiota se había puesto en bandeja para que yo siguiera haciendo cuanta estupidez se me ocurriera. Como un cachorro habría dicho Wickham. Quizás sí.
—Sí, supongo que puede describirse de esa forma, pero supongo que a diferencia de mí él se divirtió bastante con aquella discusión con la rubia—No lo conocía para nada como para decir que podía ser llevado a la cárcel pero, dentro del japón tradicional podía solo decir que tenía bastantes pintas de pandillero, aunque en sí probablemente cualquier cosa que se saliera de la norma pudiera ser catalogado de esa forma —. He escuchado que pasa de igual forma, así que por eso, gracias. —Recordaba a Kai colándose por la ventana de la habitación a altas horas de la madrugada porque no podía quedarse en la casa a la que había ido a escondidas a estar en alguna fiesta y él teniendo que encargarse de tratar de ocultar el olor a alcohol que traía para evitar que lo arrastrara a su ola de problemas. Y en ese momento, si no hubiera querido, podría haberlo corrido de su casa a cualquier hora, pero no, hasta había podido quedarse a desayunar con ella y hasta pasar algo de rato. Asintió antes sus palabras aunque una parte de él estuviera sorprendido, habría imaginado que por ser su fiesta habría estado aprovechando más todo lo que estaba ofreciendo su misma casa además claro, de lo que bebió en la cocina con él, pero era bueno que no hubiera tenido alguna clase de problema. Luego su mirada tuvo que pasearse entre Katrina y la crema que le ofrecía con el tenedor antes de soltar un poco de aire por su nariz divertido, de nuevo los pequeños detalles que realmente no entendía de donde venían. Pero lo aceptaba. Incluso al ridículo sonido aunque fuera lo más bajo posible solo porque lo había mencionado y acercarse a tomar el bocado de crema que le ofrecía —¿Supongo que no esta mal decir que fue una buena idea comprarte pastel? —Preguntó ignorando lo mejor posible el lado que sabía que acababa de hacer algo que consideraba vergonzoso y no entrar en alguna clase de ciclo para cuestionarse cosas, centrándose mejor en separar una de los niveles de su trozo de pastel para tomar una de las fresas que venían en el relleno y colocarla sobre su plato.
Si decía que el gang boy se había divertido con la discusión era que básicamente debía haber agarrado a la chica de pato de la fiesta, sin duda alguna, ese jodido cabrón parecía incapaz de tomarse nada en serio de por sí. Ya me imaginaba la escena general, la chiquilla densa como la mierda tratando de ponerle orden al retraso mental del tatuado. Puse en duda por un segundo que fuese a aceptar la estupidez de darle la crema, pero ebrio o no lo cierto es que ya él mismo estaba entendiendo también que no había caso en resistirse a un montón de cosas. Ya le había dicho que iba a ninguna parte, que me siguiera el rollo aún así era porque lo aceptara o lo negara algo del teatro que me montaba no terminaba de desagradarle. Regresé la mano a mi espacio luego de todo el numerito, tragándome la risa y escarbé un poco en el pastel antes de comer otro bocado. Volí a mirarlo al escucharlo hablar, la pregunta me hizo dedicarle una sonrisa y asentí con la cabeza. —Pues parece que sí lo fue. —Pinché la fresa con el tenedor y me la llevé a la boca—. Está rico. Gracias por encargarlo para mí. Eso lo había dicho casi en voz baja mientras dejaba el tenedor en el plato para estirar la mano y abrir una de las bebidas. Llevaba todo el rato comiendo en seco digamos, así que ya me había comenzado a dar algo de sed la verdad. —¿Pasaste bien el resto del día? Una tarde con resaca no suele ser muy agradable~
Sonrió una vez más antes de seguir partiendo pedazos de su rebanada para seguir comiendo tranquilamente —De nada, creo que es lo más típico que pude pensar que se da en los cumpleaños japoneses... —O tan siquiera él había vivido la típica fiesta única y exclusivamente de tu núcleo familiar, solo con un pastel y una comida para celebrar, donde mínimo en su caso ibas a tener suerte de que te regalaran algo que no fuera de temática escolar —, y bueno, lo rojo de las fresas que fueron un acierto. De entre todas las cosas rojas que pudo haber escogido le alegraba no haberse equivocado. Suspiró ante la nueva pregunta, prefiriendo mejor dar un bocado de pastel y un trago de su bebida antes de dignarse a responder —Aunque quiera decir lo contrario, seguro sin las pastillas probablemente hubiera sido peor de lo que fue, hoy corregí el desastre de ejercicio que hice ayer, no se como cociné bien... —Despeinó un poco su cabello de tan solo recordarlo —, hubiera preferido solo dormir hasta hoy.
No me había parado a pensar realmente en las diferencias entre cumpleaños japoneses y americanos ahora que él lo decía, porque en realidad mi cumpleaños solía pasarlo con mi madre, las criadas y ya. Si acaso mamá llegó a ofrecerme invitar a los Kurosawa un par de veces para que cenaran con nosotras, comieran pastel y tal, pero siempre me negué. Digamos que ese era el primer año que montaba semejante fiesta con eso como excusa, así que no tenía puntos de comparación tampoco. Después de un par de tragos para bajarme lo que ya había comido, acabé por terminarme lo que quedaba del trozo de pastel en lo que él me respondía y cuando lo hizo dejé salir una risilla. Normal que el pobre idiota hubiese preferido dormir hasta hoy, había tenido suerte de que no era ninguna salida y le había seguido empujando alcohol, porque al menos había podido comer y todo el asunto. Me estiré en mi lugar antes de levantarme, caminar detrás suyo y echarle mi peso sobre los hombros, aproveché para estamparle un beso en la mejilla sin venir a cuento. —Bueno, sobreviviste~ —murmuré sin moverme de allí. A saber cómo salía eso la próxima fiesta.
Quizás cuando la conoció jamás habría previsto que permitiría esa clase de cercanía hacia su persona por parte de Katrina, probablemente no fuera algo que ni siquiera hubiera pasado por su cabeza cuando ingresó a esa academia...arriesgarse de nuevo a tener alguna clase de amistad, ver que clase de persona eran sin verse involucrado realmente aunque hubiera fallado estrepitosamente pero, no se arrepentía en lo absoluto. Incluso aunque tuviera que estarse esforzando a salir de su zona de confort al rendirse a la idea de comprender la motivación de sus acciones o preguntarse la razón que quizás le diera la idea perfecta de porqué estaba rodeada de aquel grupo peculiar. Ya se había abierto sin querer por el alcohol. Ya no podía evitar sentirse más relajado y menos paranoico por haber escuchado su respuesta y no cuestionarse que tan cierto podía hacer. No se inmutó demasiado cuando la vio levantarse y tan solo procuró tener sus brazos bien puestos sobre el escritorio para no ser tomado por sorpresa cuando sintiera cierto peso sobre él y el beso... bueno el beso, todavía que acostumbrarse a esa parte.—...Sobreviví...quizás la ayuda inició en la comodidad de tu cama como predije.—Al notar que no se movía tan solo alzó una de sus manos para acariciar un momento su cabello y al bajarla, tomó algo de la crema restante del plato con su tenedor y manchó la punta de su nariz. >> ¿Es cómodo quedarte allí?
No tenía mucho remedio el asunto, todo el teatro, el ir y venir de acciones. Las cosas eran lo que eran, punto, así que ya me estaba viendo venir que si las otras dos cabezas de Cerbero se enteraban de una pizca de toda esa mierda el tiro me iba a salir por la culata en un montón de sentidos. Si había tenido un momento para echar atrás, posiblemente había sido el día que le entregué el dibujo que había hecho, pero no me retiré y ahora estaba ahí con esa cagada encima. Su comentario me arrancó una risa, vibró en mi pecho y se proyectó al cuerpo ajeno, culpa de la distancia casi inexistente. El idiota alcanzó a acariciarme el cabello, haciendo que cerrara los ojos el instante que duró su tacto y arrugué los gestos cuando me manchó la nariz con crema, me la quité con el dorso de la mano derecha. ¿Que si era cómodo estar allí? Acomodé el mentón en su coronilla mientras dejaba caer el brazo de nuevo sobre su hombro. —Pues es esto o tu regazo —murmuré tragándome la risa—, y no creo que quieras morirte de un infarto a los diecisiete, ¿o sí?
Sonrió ligeramente cuando la escuchó reír, en parte por sentir aquellas vibraciones que sintió cuando ella lo hizo, quizás ya estaba de algo mejor de ánimo o tan siquiera el estrés debería de haber bajado un par de niveles, con cualquier cosa se sentía bastante bien al respecto porque significaría que que podía continuar con su día de una manera más amena si realmente se esforzaba en verlo de una manera exageradamente positiva. Estiró su mano para tomar la bebida y dar un trago cuando la volvió escuchar y sintió que casi se ahogaba. Porque la verdad es que si lo hiciera de repente, no hubiera sabido que hacer en lo absoluto, quizás solo empujarla fuera de allí pero, tampoco es que lo viera como algo correcto que hacer. —Tienes razón, por ahora no me gustaría sufrir un infarto —Volvió a tomar otro trago algo más tranquilo —, así que supongo que esa es la mejor opción para los dos.
Por otro lado estaba empezando a conocer bien los límites de Aaron, incluso si se vislumbraban desde que lo había conocido ahora eran cada día más claros. El qué podía permitirme y que no, aunque la verdad es que habían un montón de zonas grises que seguro ni él entendía, porque en sí parecía no entender muchas cosas a secas. El caso es que acabó por darme la razón y bien pude haberme quedado quieta, pero ya tenía que haber aprendido que si podía joder un rato simplemente no desperdiciaba la oportunidad, mucho menos si andaba cabreada con la vida entera. Ahora mismo la ira había retrocedido a sus niveles usuales por decir algo, pero de vez en cuando chisporroteaba como un cable pelado. Me separé de él, le revolví el pelo unos segundos antes de regresar a su lugar y mientras me sentaba de nuevo en la silla solté la tontería, pues porque pintó. —Para haber dormido en la misma cama te pones muy quisquilloso~ —dije mientras empujaba un poco la silla, para despegar las patas de adelante del suelo ligeramente. De cualquier forma desvié el tiro—. Nova se quedó lloriqueando luego de que te fuiste.
¿Era realmente quisquilloso? Quizás, como siempre no se había puesto a pensar que quizás en un nivel de cercanía, dormir al lado de alguien pudiera ser considerado más grande que permitir que alguien se sentara en tu regazo pero, no recordaba algún otra forma de dormir incluso a esa edad. De niño en la institución donde vivía estaba repleto de niños, siempre, nunca había mucho espacio para estar solo, luego en la casa de acogida también todos los niños con los que compartía habitación dormían a su lado incluso aunque no quisiera... con los Yume había más espacio porque solo era su hijo a su lado. Ahora era raro, simplemente estar en su apartamento solo, incluso aunque siempre quiso algo de privacidad. —Supongo que se trata de que soy japonés algo...¿tradicional?, normalmente tienes la habitación con los futones y todos estan allí, acostados, lado a lado... —Sin darle demasiada importancia a lo que decía, fue acomodando su cabello con tranquilidad —, en cambio, jamás he tenido la necesidad de ceder mi espacio a alguien para que...¿se siente en mi? Hay cojines...sillas... el suelo, no es necesario. La noticia de Nova en cambio capturó algo de preocupación en él —¿En serio? Quizás debí de quedarme algo más de tiempo... supongo que eso confirma que debo planear cuando visitarte, para que no se ponga triste... —Tener a un pequeño animalito que pudiera extrañarte o sentirse triste porque te ibas era un concepto nuevo pero nada desagradable.
Digamos que en este tipo de cosas era que salían a relucir las diferencias de cultura, pero también las otras, las que asociaba a eso que me había soltado en la madrugada de que le habían asignado una fecha de cumpleaños. Yo no me imaginaba compartiendo cama con prácticamente nadie, una cosa era echar un polvo y quedarse porque era tarde, pero otra cosa... Bueno, dormir nada más. Me tragué la risa mientras lo escuchaba explicarse, aproveché para terminarme la bebida y le quité un último poco de crema al pastel en lo que terminaba de hablar. —¿Lo ves? —pregunté luego de haberme llevado el dedo a la boca—. Por eso tu discusión con la rubita hubiera sido de nunca acabar si no se hubiese metido el gang boy~ te dicen una cosa y sueltas el discurso. Me giré de costado en la silla para alcanzar una de la línea contigua con la punta del zapato, luego le eché las piernas encima, ya en la cafetería el otro día me había quitado de encima suyo, así que no iba a repetir la historia. En grandes rasgos porque su puta madre iba a dejarse rechazar por don denso también, en parte por eso aprovechaba que estaba leyendo los límites con más facilidad. De cualquier forma, por supuesto que su atención terminó absorbida por el asunto de Nova a lo que asentí despacio con la cabeza. —A este paso parece que vamos a tener que compartir al gato —añadí apoyando el codo en la mesa y usar la mano para descansar la mejilla.
Su ceño se frunció un poco en el instante que escuchó aquel comentario, estando obviamente en desacuerdo con esa declaración —No estoy soltando un discurso tan solo... estoy explicando mi respuesta. —Y eso no tenía nada malo, ¿no? Debía explicarle porque no consideraba que era quisquilloso y que mas bien era algo muy normal en su día a día ese pequeño aspecto pero el otro era algo totalmente foráneo y si bien era una explicación larga no consideraba que fuera repartiendo discursos a diestra y siniestra por el simple hecho de que eso sería bastante agotador. —...La pelea no hubiera acabado solo porque ella no quería admitir que estaba equivocada, solo eso. —Añadió bufando ligeramente, pero definitivamente sin aquel chico seguro si se hubiera vuelto infinito. No se inmutó mucho cuando sintió sus piernas sobre él, era quizás mucho mejor a sufrir ese posible infarto. —Algo así, tengo que hacerme responsable de que el pobre esté triste... o regalarle oficialmente mi bufanda para que parezca que le hago compañía, ¿qué te parece?
Se me aflojó la risa al verlo fruncir el ceño por mi comentario, la verdad es que Aaron era transparente como un crío y si había algo con lo que no estaba de acuerdo se le veía en toda la cara. Lo escuché de todas formas, ¿qué iba a hacer si no? Seguí bebiendo en lo que hablaba y paseé la vista por el aula sin más. —La gente no va a admitir que está equivocada así tan fácil. Hay personas con las que no vale la pena dar explicaciones, una mayoría importante de la gente es así, de forma que sólo queda cortar la conversación y ahorrar saliva. —Guardé silencio un rato—. O divertirse a su costa que seguro fue lo que hizo el pandillero. Moví las piernas de un lado al otro, sin prisa, las tablas de la falda siguieron el movimiento y volví a reír al escuchar su solución para lo del lloriqueo de Nova y tener que compartirlo. —Supongo que esa también es una opción. Contenido oculto Edit: Kat no le puso las piernas encima al niño xD fue a la silla que jaló de la fila de pupitres al lado. Ya vi que no lo escribí muy bien (?
No estaba demasiado seguro si él también podía entrar en esa categoría de las personas que no admitirían que estaban equivocadas si tenía en cuenta su extraño contexto y además que no tenía muchas una convivencia muy buena con todo el mundo, así que solo le quedaba asumir que por su propia voluntad, incluso si pudiera no tenerla, pretender que sí tenía toda la razón en toda la discusión. —Cortar la conversación pudiera ser lo ideal, sí... aunque no creo que todos puedan —A él por ejemplo, se le dificultaba como con aquella rubia pero en otras ocasiones, no tenía problema para cortar la conversación al directamente evadirla porque podía —, y aunque puedan ser molestos, creo que todos merecen una explicación. Como mínima, inclusive no demasiado elaborada, cualquier cosa servía aunque luego se fuera a cortar la conversación. Después de sentir a su último comentario se levantó para poder recoger los platos y cubiertos para deshacerse de la evidencia en cuestión en el bote de basura del salón, para luego guardar todo de nuevo, cerrando la caja para que todo estuviera asegurado. —Entonces así será... —No creía que fuera a tardar mucho tiempo en que los demás estudiantes simplemente aparecieran así que, dentro del tiempo que quedaba buscó su libreta y se la mostró —, esto fue lo que te perdiste, no creo que sea mucho a decir verdad.
Kanade se acomodó brevemente la corbata antes de ingresar al aula. Dejó a su paso una estela de colonia masculina que acompañó de la eterna sonrisa que, al parecer, conseguía un gran efecto sobre varias señoritas. Dejó sus carpetas en el escritorio, apoyó apenas la yema de los dedos y de esa forma se sostuvo para mirar a sus estudiantes. Señaló al nuevo con un movimiento de barbilla. —Chicos, tenemos incorporaciones al equipo. Sugawara-kun, bienvenido al Sakura. —Redirigió su atención al azar y entornó la mirada al elegir a su víctima—. Akaisa-san, ¿le mostrarías lo básico de las instalaciones al muchacho? Te lo agradecería. ¿Lo había hecho a propósito? Vaya, esa era una acusación muy fuerte~ Se sonrió, bastante jocoso, y le guiñó el ojo a las chicas de la primera fila antes de comenzar a preparar las cosas. Sobre la pizarra, al costado, había algo escrito. "Jueves: proyecto de Biología!"