Aula 3-3

Ciertamente pese a tener un vocabulario completamente reprochable el respeto debía apremiar bajo cualquier premisa, por lo tanto comenzaba a entender el hecho de que no podría mantener una conversación normal con él, no al menos como la había tenido hace poco con el desconocido japonés con el cual discrepé a primera instancia, por lo tanto mis facciones simplemente se mantuvieron imperturbables, ya que como bien decía mi madre, sino era funcional para el sistema de aquel país no debería estar pisando si quiera el suelo.

Y ya notaba lo mucho que el chico necesitaba orientación para ser un ciudadano al menos, no soez.

—Se nota que no te interesa, ya que careces de conciencia con un vocabulario indigno —respondí deslizando las manos por los tablones de la falda, permaneciendo en todo momento sentada y recta con la mirada mordaz bajo la suya.

Aquello me llevaba a preguntarme siquiera si los docentes se fijaban un poco en sus estudiantes.

 

Tratar de no prestar atención a todo lo que estaba sucediendo allí a su lado era casi imposible, más si podía ver la rama que ya se había tranquilizado y finalmente hicieron caso a la parte que había iniciado todo, mientras por otro lado estaba todavía aquel estira y afloja de discusión pasiva de la rubia ahora con el chico que había intervenido y todavía le parecía genuinamente shockeante todo lo que estaba diciendo.

Poco a poco se fue recostando su cabeza sobre el brazo que ya estaba recostado en el banco con cuidado de no invadir el espacio de la caja blanca que tenía, solo para poder ser algo más perezoso aunque ya no se sintiera para nada cansancio gracias a su café.

—...Él es un nativo... es prácticamente imposible que puedas clasificarlo como un vocabulario indigno cuando no eres de aquí, no te expresas como nosotros y no tienes la libertad del lenguaje informal.—Se alzó de hombros apenas, cerrando sus ojos unos momentos como si escuchar todo aquello le pesara demasiado aunque lo hiciera para restarle importancia, la rubia parecia tener más en cuenta cosas educativas o hechos y...eso era uno.

—Quizás deberías aprender algo de vocabulario con él, no sé, también puedes ignorarme no quiero interrumpir otra cosa~

Contenido oculto

 

Recosté ahora la cabeza en la pared, algo risueño ante su pregunta sobre qué nos había traído a ese país... porque en realidad, mi hermano me había jalado para seguir a Génesis, aunque había mucha más historia escondida tras la excusa ridícula que soltaría, y bueno, de cierta forma yo tampoco me quedaba tranquilo, evidentemente Allen era una chica algo directa para decir las cosas que pensaba como para llegar con un japonés completamente básico.

—Un cambio de aire —resolví, deslizando mis ojos hacia el chico que estaba acostado en su propio asiento, soltando aquello que me hizo mirar la espalda de Génesis. Definitivamente no se le podía dejar sola manteniendo una conversación con ese chico, sería algo de nunca acabar—. ¿Te gusta enseñar Kohaku? La verdad a mí me va peor que Gen en el japonés. Digamos que, estoy casi a lo empírico.

Ya que luego de escuchar a Allen y mirar el rubio de soslayo me da cuenta que estaba metiendo en su cabeza lo mismo que había ocurrido con mi gemelo. Cambiar lo incambiable, en donde terminaron acostumbrándose el uno al otro antes de alcanzar cualquier tipo de modificación. El hombre no me parecía lo mejor, pero tampoco se me hacía peligroso como en definitiva Zeld había descrito a Tolvaj.



Por un momento estuve esperando algún tipo de respuesta para contradecirla, sin embargo el otro interrumpió como bien parecía acostumbraba hacerlo. Aquello era algo descortés de su parte, eso seguro, parecía que nadie ahí además del caballero de Ishikawa y la amable chica de cabello rosa contaban con un poco de modales, algo básico que cualquier ser humano debería tener en su contexto familiar, social y escolar.

—Supongo —respondí deslizando mis orbes violáceas hasta los marrones del contrario—. Imagino en igualdad de medida que lo estaré consultando con el docente, sobre qué tan apropiado es el vocabulario informal que dices y no tengo la libertad de aplicarlo —fue entonces que su aditivo sobre aprender vocabulario informal me hizo arquear la ceja izquierda ligeramente.

En vez de él enseñarme a mí terminaría yo enseñándole a él sobre el correcto uso de las palabras, y aquello no estaba mal si se trataba de conductuar un filtro para evitar ese tipo de expresiones mal sonantes, escuchando ahora la voz suave parcialmente tras de mí.

—Gracias, me sería de mucha ayuda con respecto a la pronunciación y entendimiento en los textos de clase —murmuré bajando suavemente la cabeza, como si fuese una pequeña reverencia al haber notado que la gente en la calle solía hacer eso. Las hebras rubias se deslizaron por mis mejillas hasta que volvía a erguirme, volviendo mi atención al rubio. Desistía completamente de que Ishikawa pudiese instruirme sobre el vocabulario informal inadecuado al ser tan calmo pese a no tener indicio de querer aprenderlo, sin embargo si aquello podría usarlo como excusa sobre las jergas no sería nefasto dar "repasos" pequeños con el muchacho, si de esa forma podía tratar de crearle algo de conciencia—. Supongo que podemos intentarlo.

 

Quizás si las risas del otro chico no hubiesen llegado luego de aquella respuesta, probablemente se habría quedado pensando más tiempo en todo lo que escuchó y le habría dado más vueltas a su pequeña teoría que sus palabras llegaron de una forma muy confusa a la cabeza de Génesis y ahora creía que la estaba obligando de alguna forma a mantener aquel hablar demasiado formal que estaba teniendo ya por su cuenta.

Y dudaba mucho que un profesor simplemente fuera a darle la razón sobre que hablar de esa forma estaba mal, cuando...quizás era un lenguaje más que normal o tan siquiera él no lo percibía demasiado grosero.

Pero con su suerte, no podía asegurar nada.

—Eres libre de hacer lo que desees. —Concluyó volviendo a alzarse de hombros, quisiera o no, Genésis había terminado con más ayuda de la que seguro se había esperado con toda aquella pelea. Si era lista, seguro terminaba ya centrándose en eso.

 

—Es un trato entonces —murmuré. Probablemente debía hacer un ajuste a mis horarios diarios para sacar pequeños espacios en los cuales podría brindarle una apta orientación sobre el comportamiento humano referente a la dialéctica—. Mañana iniciamos —comuniqué al saber que tendría que llegar primero a casa, revisar lo que mi madre me enviaba al correo electrónico para acatar y chulear lo que ya había llevado a cabo luego del instituto.

Estaba acostumbrada a ello, a movilizarme por horarios estipulados. Además, tenía aún el deber de seguir buscando apartamento pese a sentirme cómoda viviendo con los prismáticos, pero las reglas eran eso, la correcta realización de una acción, y ya habían sido dictadas desde antes de aterrizar. Sujeté el móvil y se lo extendí al rubio, esperando que lo sujetara.

—De esa forma será más sencillo programarnos —deslicé mis pupilas hacia el otro chico de orbes marrones—. Nunca consideré no serlo, pero es válida tu apreciación.

Las personas siempre podían ser orientadas, y bueno, yo podía servir de guía siempre que hiciese falta pese a permearme de una soberbia que creía inexistente.

 

Clementine Crimson

—Exacto soy recien transferida ¡estoy lista para entrar!—susurro para el docente desde la pequeña abertura en la puerte mientras escuchaba los cuchicheos del resto de estudiantes en el aula, a ojos de la británico parecía un buen grupo—agradezco su comprensión...—culmino guiñando el ojo para proceder a entrar.

Con un andar elegante la chica de ojos rojos se coloco frente a la clase dedicando una amplia sonrisa a los presentes.

—¡Hola hola compañeros! ¿que tal? Mi nombre es Clementine Crimson—se presento con un tono elegante pero a la vez podian percibir muy poca intencion de alarde de niña acaudalada—fui transferida desde Gran Bretaña, estoy muy ansiosa por conocer su hermoso pais y su hermosa academia por supuesto oh...y claro son libres de llamarme como plazcan no lo duden...soy aficionada a los trucos de magia pero sobre todo a divertidas reuniones...si son amables no dudare en invitarlos...aunque de todo modos lo hare—culmino con una risa corta y una reverencia recordando asi que se encontraba en otras tierras.

Busco entonces su asiento correspondiente no sin antes saludar a los estudiantes más cercanos. Tenia curiosidad por saber como le iria a una chica del viejo mundo en Japón. A pesar de saber que no era la unica, era una pregunta inevitable.

Contenido oculto

la nueva no podra responder en un rato pues estare sin entrar unos dias..eso(?

 

El frío de la lata me sobresaltó ligeramente, siguiendo el movimiento de su mano al colocarla en mi escritorio, mirándola de perfil a lo que asentí murmurando un gracias apenas, destapándola para beber el contenido con calma hasta notar al docente, levantándome de mi asiento para tirar la lata en el cesto y regresar sobre mis pasos. En cuanto mencionó lo de proyecto el frío recorrió mi columna vertebral, porque primero no sabía quién era parte de mi grupo, segundo no tenía conocimiento sobre qué trataba el proyecto, y tercero las personas solían ser sumamente inútiles, y si a algo no estaba dispuesta era llevar en carrito a nadie. Suspiré. disponiéndome a tomar nota en lo que eran diagramas de flujo, realizando un par de esquemas y glosario de palabras al no conocer varias, apoyándome ligeramente en Zold al éste estar tras mío, sin embargo, él terminó apoyándose más en mí al estar algo más quedado.

Había memorizado información esencial, como el nombre del chico que estaría a cargo de mostrarme el instituto, además de tener a una chica como segunda guía por lo que entendí entre el vocabulario. Me levanté de mi asiento y me encaminé primero hacia ella.

—Espero esto no te moleste —murmuré, porque en igualdad de medida debía hacerlo así no quisiera por orden del maestro, o me tendría colocando la queja—. Mi nombre es Génesis Allen.

Llevé un mechón tras mi oreja, notando a Zoldryck salir del salón para mirar lo que parecía ser un tablón de anuncios, en cuanto regresó me sonrió a dientes descubiertos, provocando que mis mejillas ardieran tenuemente.

—Estamos juntos en el grupo del proyecto Gen, parece que con la otra chica nueva.

Mis orbes se deslizaron hasta el cabello negro por solo unos cuanto segundos, regresando hasta Izayoi, escuchando ahora a Kasun hablar.

—Zoldryck, puedes llamarme como gustes.

Contenido oculto

Rojo FireRed VengoaintensearcomoGen(?)

 

Si algo le había caído como balde de agua fría era que el sensei tuvo la brillante y espectacular idea de ponerla como guía a una tripleta de recién llegados como ella.

¡Coñazo!

No le molestaba el tener que estar con aquellos tres, después de todo era una oportunidad de oro para conocer gente nueva, establecerse y pensar ya en amistades, si no...

¡Podía haber dejado a gente más capacitada para hacer eso!

Asintió tímidamente a las indicaciones que había dejado el profe, que por sus maquinaciones ahora se encontraba en este apuro. En realidad pues no había más opción.

Ya una vez terminada la clase, se quedó un poco anonadada por semejante patanería de pues poner a alguien que sólo tenía un maldito día de haberse enrolado en la puñetera escuela como guía. Pero bueno, algo debería salir de este embrollo.

A su cargo... Tenía a una canadiense y a un serbio, así que tener de Norteamérica y de los Balcanes resultaba bastante pintoresco, lo que traía a ese par de occidentales a Japón pues era completo misterio para ella, pero algo tenían los tres en común.

Completos desconocidos en tierra extraña y sin muchas opciones.

Si eso no era digno de una película dramática pues ni la más remota idea de que podía serlo.

Se le habían acercado y pues la vista no engañaba, la verdad es que pues se veían del buen tipo y no se iba a andar con rodeos, tenía en frentes a una rubia elegante y de particular buen porte. Así que pues no era tan malo como se pensaba.

Procedieron a presentarse... Y pues... ¡Educación y respeto señores! Ya podían llevarse bien con eso, una excelente primera impresión.

—Señorita Allen, Señor Kasun, el placer en conocerles es mío —podía salir al ruedo en lo que de verdad era buena, y era en lo servicial—, mi nombre como pudieron apreciar, es Sakuya Izayoi, será todo un gusto en acompañarles.

Todo esto acompañado de una amistosa sonrisa y disposición cálida, había que hacer nuevos amigos, ¿No?

 

Noté el que Gen no se dirigió especialmente a la chica de hebras negras, quizá dejaría eso para el día de mañana luego de informarse bien sobre qué trataría dicho proyecto y de tal forma no causar lugar a dudas en caso de que la tercera integrante las tuviera, por lo tanto me relajé pese a que las clases me dieron más que un puño en la cara al no entender ni medio de lo dicho, pero bueno, luego me las arreglaría. También había captado de que un chico estaría dando el recorrido, pero supuse entonces que se encargaría de la tal Crimson. Escuché entonces la forma en la que se presentó la chica y le sonreí ligeramente, recibiendo la mano que Génesis entrelazó con la mía.

—Gracias por tu amabilidad Izayoi —comenté risueño—. Supongo que estamos en tus manos.

La mejilla de Allen se apoyó en mi hombro.

—Gracias por tu cordialidad, será un gusto seguirte en el trayecto del camino —habló entonces ella con notable comodidad por las palabras empleadas de la contraria—. Te seguimos a donde nos guíes.

Contenido oculto

Arrástralos donde quieras rojito <3

 

Después de que el tema finalmente quedara tranquilo y la clase transcurriera con normalidad sin alguna clase de golpe de mala suerte como quedarse atrapado con los nuevos para darles alguna clase de tour, estuvo contemplando la posibilidad de volver a preparar la ruta para llegar a su casa y hacerle llegar el pastel en cuestión, utilizar a su favor el refrigerador del club de cocina pidiendo alguna llave a un profesor o bien que en la sala de profesores lo conservaran en caso de que la temperatura aumentara en lo largo del día.

No quería que se arruinaran las fresas o algo similar.

Mas, por suerte, retrasarse un poco por pensar en donde ir primero le dio la oportunidad de ahorrarse una futura vuelta innecesaria aunque podía percibir aquel mal humor desde el sonido de aquel maletín. Salió entonces para dirigirse al primer piso ayudado por el elevador para ahorrar tiempo y comprar un par de bebidas que acompañar el pastel que traía, aunque, en ese estado, también sabía que se estaba arriesgando a que no fuera algo que deseara y que fuera dinero perdido.

Una vez que volvió, tomó la caja con su mano libre y se dirigió hacia el asiento de Katrina para dejarla en el centro de la mesa con las bebidas al lado, arrastrando una silla en silencio para poder sentarse frente a ella.

—Feliz cumpleaños de nuevo, creí que no llegarías a clase, Katrina.—Comentó tranquilo con una pequeña sonrisa antes de destapar la caja para que pudiera ver en su interior el pastel.

Contenido oculto

 

—La honestidad por delante, seré japonesa, pero soy igual de recién llegada que ustedes, no soy de Tokio, así que pues estamos en las mismas, apenas llegué el viernes, así que no tengo ni la más remota idea sobre las instalaciones —soltó una risa nerviosa sobre dicho apuro, pero, ¿Que más da?—, espero esto no les suponga un problema

Se dispuso a pensar rápidamente, lo que tenían más cerca era la azotea en un piso más arriba, así que pues se podía empezar por allí.

>>La idea más sensata que se me ocurre en estos momentos es en echar un vistazo desde la azotea en el piso de arriba, así que pues... ¿Gustarían de dirigirse conmigo?