Aula 3-2

Tema en 'Tercera planta' iniciado por Yugen, 9 Abril 2020.

  1.  
    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado fifteen k. gakkouer

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    Lo cierto era que no me sorprendió mucho que acabase por desistir del honorífico, aunque eso no significó que no lo acabase dedicando otra sonrisa agradecida por el gesto. En realidad estaba asumiendo muchas cosas de golpe, como que por tener un nombre tan claramente extranjero ya era suficiente para pensar que lo era cuando no tenía por qué ser el caso. Al menos había tenido la decencia de no haberlo asumido antes y, no sé, cometer algún error que le hubiese ofendido.

    —Cayden, entonces. Puedes llamarme Eunbi, si te parece bien. Gracias, voy a tener que hacerme un post-it y llevarlo pegado el móvil o algo —añadí, con una risilla, cuando terminó de darme la explicación.

    Como estábamos en el mismo aula y, consecuentemente, en el mismo curso, utilizar directamente su nombre era lo que me resultaba más natural así que no iba a desaprovechar la oportunidad para hacerlo y simplificarme un poco la vida. Además, sonaba mucho mejor así, si me preguntaban.

    Me acomodé un poco mejor en la silla, negando ligeramente con la cabeza cuando volvió a hablar, y escuché de nuevo su pregunta con suma atención. Dejé salir un suspiro y acabé por encogerme de hombros, comenzando a juguetear con el borde de la falda mientras pensaba la respuesta.

    >>Es... extraño. Llevo desde el viernes aquí. Ya había venido un par de veces de visita y siempre me ha parecido un país precioso, pero ahora vivimos aquí y... no sé, es raro.

    Había acabado centrando la vista en la tela que había entre mis dedos y fue cuando volví a mirar al chico que me di cuenta que le había soltado aquello un poco sin venir a cuento realmente, a lo que acabé respondiendo con una especie de sonrisa completamente avergonzada.

    >>Y la mudanza es un coñazo, la verdad —añadí, en un tono más ligero para intentar quitarle peso al asunto, y acabé por levantar una mano para volver a pasarme el pelo que se había escapado por detrás de la oreja—. Si no es demasiado preguntar, ¿tú eres de aquí? Es decir, tu nombre no suena japonés, pero no lo sé...

    Pau: voy a tirarle a cay, seguro sale mal
    Los niños: being soft, cuz no sé hacer otra cosa (?)
     
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  2.  
    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Me alegró ver que liberarla del honorífico la hubiese aliviado aunque fuese un poco, yo que pasaba tenso por todo no quería tener tenso a nadie solo por una norma social que podía ignorar perfectamente, a pesar de haberme criado allí. Igual tenía un nombre que evidentemente no era japonés y que ni se dijera de mis pintas, tampoco era que fuese a pensar que era raro que me tomara esas libertadas sin que nos conociéramos de nada.

    Era un vacío legal.

    Me imaginé a la chica con un post-it con mi explicación pegado en el móvil y me hizo algo de gracia. Era una estupidez, estaba interactuando con una desconocida y de alguna forma me estaba tranquilizando por raro que sonara, pero de nuevo era posible que tuviese que ver con la idea de que la pobre podía estar más ansiosa que yo así que no podía darme el lujo de ser un grano en el culo.

    Yako lo había dicho, que me preocupaba por la gente incluso si no lo dejaba ver. No había nada que hacerle, tenía razón. También fue el idiota que me metió en la cabeza eso de que el rojo era el color de la buena fortuna.

    —Eunbi será —dije entonces, tomando su oferta.

    Vi a la chica acomodarse en su silla y negar con la cabeza, por un segundo creí que se limitaría a eso, al menos lo pensé antes de escucharla suspirar que fue cuando me di cuenta que iba a añadir algo más. No contaba con que se le fuese a medio soltar la lengua, obviamente, pero le presté toda mi atención sin ninguna pega porque era esa clase de idiota.

    Lo que decía era cierto por otra parte, una cosa era venir de visita y otra vivir aquí. Además llevaba poquísimo tiempo en el país, decía que había llegado el viernes y ya estaba en la escuela, vete a saber con quiénes vivía, qué tan cómoda se sentía con ellos y demás, porque todo eso le sumaba más cosas al haber dejado Corea, que ya era algo grande de por sí.

    Habló con la vista puesta en el borde de la falda con el que estaba jugando, de hecho no fue hasta que volvió a mirarme que pareció darse cuenta de que había soltado varias cosas así nada más y la vergüenza se coló en su intento de sonrisa. Le regresé el gesto sin más, casi en automático buscando restarle importancia y ella siguió hablando posiblemente por el mismo motivo.

    —Está bien, no me molestar escuchar —dije casi en voz baja—. Pero sí, claro que deber ser raro pasar de visitar un país a que ahora sea tu casa, pero ya verás... Con el tiempo seguro te vas sintiendo más cómoda o eso espero.

    Amplié un poco la sonrisa sin siquiera darme cuenta y solté el aire despacio por la nariz al escuchar su pregunta. Si no iba a ser curiosa la chiquilla, pero bueno no era que me importase la pregunta que era hasta normal.

    —Japonés como bola de arroz —respondí junto a una risa—. Nací aquí, pero es evidente que de japonés solo tengo los papeles. Mis padres son extranjeros.


    Eunbi hiciste magia aquí y ni siquiera lo sabes sister
     
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  3.  
    Insane

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    —Podría decirse que la imaginación de mi vieja en cuanto nombres es bastante amplia —mantuve mis orbes sobre los de ella, entretenido al parecer una tipa con la cual la charla iba surgiendo—. Zeld suena bien~ —Recogí la mano para cerrar el puño y recostar la cabeza, porque cualquier cosa salida de unos labios femeninos sonaba bien en mis oídos.

    Casi me tomé algunos segundos para pensar en cambios ligeros en su nombre, como: Anita, nita, o alguna estupidez como esa, pero naj, mejor se escuchaba a lo original.

    —Bienvenidos sean tus apuntes entonces —recibí la libreta con la mano libre para ponerla sobre la madera, sacando el móvil y sacando las fotografías a cada página que iba pasando, ya dejando de verla a ella mientras le hablaba—. Supongo, aunque de igual forma preferiría agradecerte, me sabe mal recibir y no dar~
     
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  4.  
    Nekita

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    —Eso parece, ¿y tú heredaste algo de su creatividad? —Preguntó curiosa, de por si parecía tener una personalidad muy única, así que que quizás podía venir de la misma influencia de su madre aunque fuera más bien para seguir sacando conversación y saber que clase de respuesta pudiera darle —. No tienes que agradecerme, es solo algo de la escuela solamente y lo ibas a necesitar de igual forma en algún punto~

    >> Pero tampoco te detendré si algo se te ocurre para pagarme de vuelta, seguro se te ocurre algo creativo.
     
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  5.  
    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado fifteen k. gakkouer

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    Si tenía que ser sincera, era bastante probable que mi buena suerte de la semana o del mes se me hubiese acabado en ese mismo momento, tras haberme encontrado a Cayden mi primer día de clases. Yo no tendía a leer a la gente o a intentar descubrir su personalidad, no era algo que me interesase, pero al menos estaba sacando en claro que el chico no era una mala persona y por el momento bastaba.

    No sabía que se había dado cuenta de mi propio nerviosismo y que por eso se estaba comportando de aquella manera, aunque algo me podía intuir, pero lo cierto era que había funcionado a base de bien. Estaba mucho más tranquila después de saber que era capaz de comunicarme con alguien, así fuese a duras penas, y clara muestra de ello fue mi posición en la silla mucho más relajada y, bueno, mi expresión en general.

    —Sí, eso espero yo también. Al menos parece que no me voy a aburrir estudiando aquí~

    Entre caja y caja, Satoko me había contado por encima lo de la fiesta que habían organizado y lo de que sus amigos querían colarse de noche en la academia a modo de "acampada", así que tampoco había que ser un genio para darse cuenta que era algo común todo eso. Ni me extrañaba, si es que los niños ricos se aburrían mucho.

    >>Eso tiene sentido~ —contesté ante su propia respuesta, echándome un poco hacia delante en el pupitre y mirándolo con una sonrisa—. Tiene que estar guay, ¿no? Sabes dos idiomas, conocer dos culturas y todo eso.

    Antes de que pudiésemos seguir hablando, sin embargo, escuché como la profesora carraspeó para llamar nuestra atención (vete tú a saber cuanto tiempo llevaba ya ahí, ni cuenta me había dado) y, por mi parte, le hice caso.

    [​IMG]

    Efectivamente, Linda ya llevaba un buen tiempo dentro del aula, enterrada en alguna revista científica que seguramente ningún alumno o profesor de la academia pudiese entender a excepción de ella. Se había mimetizado tan bien con la misma que logró asustar a un par de alumnos cuando al final se dignó a mostrarse.

    —Veamos~ —de nuevo, la mujer repasó la lista de alumnos con la mirada entornada y se sonrió al parar en uno de los nombres—. Tú, Tolvaj-san. ¿Puedes enseñarle la escuela a nuestro nuevo compañero... Kasun-san?

    No se sabía con seguridad si la mujer había ignorado a la otra nueva muchacha o sabía que no hacía falta por su situación en concreto, y lo cierto era que nunca se sabría. Imposible descubrir lo que pasaba por la cabeza de aquella profesora.

    >>Y ya sabéis, el jueves es la fecha límite para el proyecto~

    Y esa fue toda la información que recibieron los alumnos al respecto del mismo, porque tan pronto como lo dijo, se puso al fin en pie para comenzar a dar la clase que correspondía.

    Mirad, los dados decidieron aventar a estos dos y yo tenía que hacerlo solo por los loles
     
    Última edición: 11 Mayo 2021
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  6.  
    Insane

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    —Podrás darte cuenta de eso en algún momento —respondí entretenido, porque vamos, la creatividad dependía de la actividad a realizar—. Bien, quizás te de algo de agradecimiento en el transcurso de la semana~

    En cuanto iba a continuar con el parloteo la que parecía la docente habló en voz alta. La escaneé con la mirada, se veía como una tipa aburrida a decir verdad, un cerebrito envuelto en su mundo, curioso al tener como mejor amiga a alguien similar en ese aspecto. En cuanto mencionó a Tolvaj no me inmuté hacia ella pese a sonreír como pleno bufón con la mirada ahora en la ventana, enterrando las manos en los bolsillos mientras pisaba con la derecha el metal inferior del pupitre, porque esperaba e hiciese un buen trabajo de guía. Y la clase inició. No me costó mucho seguir el ritmo de la misma, anotando apenas en el cuaderno lo que creía necesario. Un par de números, distrayéndome a ratos con tachones en serbio hasta que sonó la campana.

    Busqué a mi guía con la mirada hasta dar con ella, levantándome del asiento para caminar hasta el de ella, moviendo la cabeza hacia afuera.

    —A ver qué tan dichoso soy de caer en este salón contigo como guía, Tolvaj.

    Yáahl Erisatanásmepersigueelniño(?)
     
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  7.  
    Zireael

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    Me había atrasado por haberme desviado a los baños para darle un par de jalonazos a un porro, al final me había quedado en el cubículo un rato un poco porque sí y salí cuando asumí que ya la loca de la tutora debía haber llegado y estar por comenzar la clase. Cuando entré Patterson todavía no había hablado, pero estaba allí, viendo como una puta voyeur y noté a Dunn con su carita de borrego conversando con una castaña de lo más bonita que no me sonaba de una puta mierda.

    Para ser un puto inútil social parecía un perrito moviendo la cola, se le notaba en todo el cuerpo y tuve que contener la risa.

    ¿Que no se iba a aburrir había dicho ella? Joder que no y el maldito corderito este lo sabía bien, si era parte de la mala hierba que estaba metida en esta escuela después de todo. Aún así no apestaba a azufre, de forma que incluso cuando noté que por sus ojos pasaba una chispa de otra cosa no detuvo su papel ni un segundo, haciéndose el muchachito amistoso que habla con la nueva nada más.

    —Eso seguro que no~ —contestó con un tono liviano que no creía haberle oído nunca.

    Estuvo por responderle pero entonces notó que Patterson carraspeaba, callándolo en el acto y haciendo que se levantara para despedirse de la chica antes de regresar a su lugar. Al hacerlo intercambió miradas conmigo y pasó de parecer un cachorro a regresar a fundirse de forma extraña con los pandilleros con los que se revolvía, no era amenazante ni de puta coña, pero la energía que transmitía ya no tenía el mismo tinte inocente genuino de hace apenas unos segundos.

    Acaba de sentarme en mi lugar cuando noté que Patterson repasaba la lista con la vista, se detuvo y soltó mi apellido. Suspiré porque imaginé que seguro me enviaba con la castaña esta tan bonita, que ya que había tenido a Dunn moviéndole la cola seguro me servía para montarme una gracia con la fuerza suficiente para joder al otro imbécil; pero la cosa fue que no se detuvo en ella.

    Se detuvo en Kasun.

    Esta hija de puta debía querer ver el mundo arder.

    No busqué al chico con la mirada ni nada, mantuve la vista puesta en alguna parte de la pizarra aunque no estuviese prestando atención realmente. Para cuando sonó la campana no tuve ni que esforzarme, se levantó de su lugar y se acercó a mí. Me limité a soltar una risa baja, me estiré en mi lugar casi como un gato y me levanté después, caminando hacia la salida de la clase.

    —¿Qué te parece, Zekkun? Patterson debe estar como una puta cabra para enviarme a mí de guía de nadie —dije mientras entrelazaba las manos tras la espalda, con la sonrisa de hiena ya pegada en la cara. ¿El apodo me lo acababa de inventar? Pues sí—. Pero bueno, te haré un tour de lo más bonito, ya verás~


    yo con cada post de eris que hago:
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    Edit: Insane te la puedes llevar a donde creas conveniente para continuar este infierno (??
     
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    • Zukulemtho Zukulemtho x 1
  8.  
    Insane

    Insane Maestre Comentarista empedernido

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    Las mejillas sonrojadas de Dante fueron otro deleite visual, otro de tantos en la mañana. Me guardé el celular y me despedí diciéndole que iría a entregar el encargo, dejándolo en la biblioteca. Subí las gradas colocándome nuevamente los audífonos para escuchar música mientras le dejaba un mensaje a Whitman sin prisa alguna.

    Buenos días Cathy, ¿se te pegaron las sábanas?

    Giré por el pasillo hasta el salón de Allen, encontrándome a mi hermano tras ella centrado en el móvil a lo que le mandé un sticker y me buscó de una en el marco de la puerta. Moví la cabeza a lo que él le tocó el hombro a Génesis y ésta se levantó de su asiento en mi dirección.

    —Gracias Zeld —murmuró en el momento en que le pasé el libro. Por mero vicio le acaricie el cabello con ligereza.

    —No es nada, pero, ¿para qué un libro de ética?

    —El proyecto. Adelantaré algo en el receso. Empezaré a leerlo, gracias de nuevo.

    La vi darse vuelta a lo que regresé a lo mío, caminando hasta mi salón correspondiente, aunque entre una cosa y otra mis ojos depararon en la rubia del pasillo que hablaba con un tipo que me pasaba en altura. Volví mi vista a la barbie, en realidad, a las caderas de la barbie que había denotado en los casilleros luego de echarle los perros al principito. Parecía seguir bastante entretenida con el tipejo, por lo que ni me acerqué, perdiéndome luego en la 3-2 para buscar mi asiento y esperar a que empezaran las clases, subiéndole a la música.
     
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  9.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master yes, and?

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    Linda.png

    Linda Patterson ingresó al aula con cierto aire liviano, incluso cantarino. Sus tacones repiqueteaban sin prisa y entre las manos llevaba... ¿eso era un hueso? ¿Por qué lo hacía girar entre sus dedos como si fuera un bastón? Ah, quién sabe. Llegó junto al escritorio, se apoyó a un costado con las caderas, y observó al alumnado. Ahora golpeteaba el pobre ¿fémur? de una mano a la otra, como un puntero. ¿Siquiera era real?

    —Hoy tenemos entre nosotros de regreso a Nishimura-kun, luego de mucho tiempo~ ¿Te gustaría que alguien te muestre la escuela, cariño? Oh, yo sé que sí. —Repasó el aula detrás de sus gafas y de un momento al otro apuntó a una chica con el hueso—. Aoyama-san, ¿serías tan amable?

    Había una diversión extraña impresa en su sonrisa. Uno nunca sabía lo que le pasaba a esa mujer por la cabeza. Quizás estuviera pensando cuán bonitos lucían los huesos de esos chicos, o en la cena de la noche pasada o que podrían hacer linda pareja.

    Sin mayores preámbulos, se dispuso a dar inicio a la lección. Sobre la pizarra, en la esquina superior izquierda, rezaba una anotación escrita en kanjis.

    "No olviden el proyecto del jueves."
     
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  10.  
    Ikoma-kun

    Ikoma-kun Rolero, dibujante

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    Misato Aoyama

    Aoyama permanecía leyendo un pequeño libro con su acostumbrada expresión serena, leía un libro sobre distintas recetas que podría aplicar y mejorar en su negocio familiar, aunque siempre buscaba mantener su especialidad en la sencillas pero interesantes recetas de onigiris...receta que la hizo reconocida en su barrio.

    Al pasar la página la voz de la excéntrica docente llamo su atención, Misato levantó la mirada y no pudo evitar enarcar una ceja al ver una pieza del sistema óseo entre las manos de la señorita Patterson ¿A qué iba su obsesión por los huesos?

    —oh por supuesto Linda-sensei, no veo ningún inconveniente— afirmó con una cálida sonrisa mientras cerraba su libro— aún tengo un recorrido pendiente con Cayden pero...creo que puedo intentarlo sin perder mi rumbo.

    Fijo su vista en el chico de ojos rubí le dedicó una sonrisa amable manos entrelazadas tras su espalda.

    —Me llamo Misato un gusto conocerte—se presentó como una reverencia—¿Estas listo para acompañarme? A-apenas conozco Sakura pero se que ambos lograremos aprender ¿Vale?

    Misato noto de soslayo la mirada casi picaresca de la profesora, casi hubiese adivinado las intenciones de hacerle de Cupido...o al menos eso pensó gracias a las expresiones de Ayame que siempre daban a entender diferentes intenciones.

    —Tenga una linda tarde señorita Patterson—se despidió educada de la docente y mirando la pizarra con las letras indicando algo en especial— Muy pronto debemos entregar un proyecto escolar, vamos recorramos la academia y así podré ayudarte en nuestra tarea si lo deseas.

    Se detuvo un momento en la salida cruzando miradas con el chico, presentía que podría llevarse bien con el "nuevo" aunque este ya estuvo en la academia según mencionó Linda ¿Le habría ocurrido lo mismo que a ella y Ayame?

    >>¿Y bien? ¿Gustaría de decirme que lugar quieres visitar? Si es así dímelo por favor...
     
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  11.  
    Etihw

    Etihw The Golden Witch Comentarista empedernido

    Cáncer
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    Daichi1-1.png
    No me sentía cómodo en lo absoluto de tener que volver al instituto en la situación en la que me encontraba, pero cuando aquella pequeña bolita me miraba con tanta preocupación y me suplicaba con tanta insistencia, no podía negarme a su estúpida petición. Estaba seguro que esta vez haría caso a mis palabras y esperaría obedientemente por mí, por lo menos ahora estaba en buenas manos.

    Pero no había realmente nada de lo que alegrarse cuando no pude hacer nada para evitarlo. Sabía que esta mudanza no iba a traer nada bueno si no tenía cuidado, pero el primer día estaba tan cegado por la ilusión de volver a ver a Joey que no pude anticipar los problemas. O quizá mi ingenuidad fue la culpable.

    Pasé todas las horas inquieto en mi asiento, tratando de distraerme con cualquier cosa porque sentía que el tiempo avanzaba jodidamente lento para mi gusto, y no era como si no disfrutara de aprender cosas nuevas, pero mi mente ya estaba demasiado llena para meter cualquier cosa. Era imposible centrarme. Solo presté atención cuando la profesora me asignó a una muchacha para mostrarme el recinto, y era casi como si me obligase a aceptar, lo cual me hizo bufar con molestia.

    Pasado un rato, cuando al fin la profesora se marchó y podía abandonar la clase también, aquella chica se acercó a mí sonriéndome, y mi humor no era el mejor para hablar con una completa desconocida por compromiso. Aun así respiré hondo, tratando de suavizar mi expresión, y le devolví una pequeña sonrisa.

    Seguro que si mi pequeña bolita descubre que le gruñí a una jovencita se echaría las culpas.

    Y, si me paraba a pensarlo con más calma, no había forma de que eso volviese a suceder, porque no lo iba a permitir. Así que carcomerse la cabeza con lo mismo una y otra vez solo empeoraría la situación, ¿verdad? Venga, tenía que intentarlo, así tenía algo que contarle aquella noche.

    —Encantado, Misato-chan —le guiñé un ojo, sintiendo cómo al dejarme llevar por la situación podía relajarme un poco, mis hombros agradeciendo que liberase la carga que les estaba dando sin darme cuenta—. Yo soy Daichi, Daichi Nishimura. Si te soy sincero, no estoy interesado en hacer un trabajo en el que su entrega está a la vuelta de la esquina. Si estás tan ocupada con ello podemos dejar esto para otra ocasión.

    No estaba tampoco intentando deshacerme de ella, sabía la importancia de los trabajos y más en el curso en el que me encontraba, pero no estaba con ganas de estresarme con más cosas cuando apenas había hecho nada en el lugar todavía. Relativamente seguía siendo nuevo.

    Me acerqué a la puerta junto a ella y cruzamos miradas, lo que me hizo sonreír de forma más honesta. Empezaba a parecerme algo tierna la atención y cuidado que parecía tener la muchacha para ayudarme a pesar de que solo conocían sus nombres.

    A veces olvidaba que aún podía encontrar gentileza a mi alrededor.

    —La verdad es que quería aprovechar el tiempo libre para ir a buscar a un buen amigo, hace días que no sabemos nada el uno del otro así que me apetece verlo. ¿Te gustaría acompañarme mientras me guías? Realmente no sé por dónde empezar a buscarlo y, bueno, me gusta darle sorpresas como para preguntarle dónde está.

    Reí ligeramente tomando su mano sin apartar mis ojos de ella, cualquiera diría que mis intenciones eran otras, y normalmente era así. Pero ahora solo agradecía un poco de compañía, aunque fuese de alguien que acababa de conocer.

    —Dime, ¿conoces a Joey Wickham?

    Welp uh sorry for this (?) Pero weno ahora sí puedo decirlo, es un gusto rolear contigo Kuno <3
     
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  12.  
    Insane

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    Recibí la solicitud que leí de forma superficial al imaginarme que necesitaba más de tres miembros para poner a andar el club. Ya mi hermano por ley estaba dentro, a Génesis la pondría de pura pantalla... y bueno, podría meter a Shinomiya también solo para joderlo un rato y causar alguna linda expresión en ese perfecto rostro. Me contuve de sacar el móvil al ver al docente buscar en el listado la razón mayor del por qué me había metido en la sala de profesores, llegándome su respuesta como música en mis oídos.

    Kou.

    Que lindo nombre para un principito.


    —Gracias —una sonrisa torcida se me dibujó en los labios y me marché sin más, sacando el móvil con la izquierda a medida que subía las escaleras para regresarme al tercer piso, abriendo el mensaje de Cathy para responderle mientras me guardaba la hoja arrugada en el bolsillo.

    ¿Me viste y no me saludaste? Vaya~
    La sonrisa se me acentuó a medida que testeaba, entrando ya al salón de clase.

    Mi mañana normal, diría yo. Subí a abrir un club pero me faltan integrantes, ¿entrarías? Puedo recompensarte.
    Busqué con la mirada a Tolvaj, encaminándome hasta su asiento para coger el pupitre tras ella, como sino hubiese algún otro estudiante designado en aquel puesto pero me importaba poco en realidad. Me incliné hacia adelante con descaro para hablarle desde atrás como sino me la hubiese comido en las duchas hace dos días.

    —Sé una buena chica Satanás y preséntame al distribuidor~

    Nekita Le respondió a Cathy <3
    Yáahl No sé si Erisatanás ya llegó pero supuse (?) sino, me dices y edito ya que te lo tiré encima sin preguntar
     
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  13.  
    Zireael

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    Había llegado a la escuela algo más temprano de lo usual, la puta empollona de Ceres me tenía agarrada por el cuello con lo de poner la denuncia así que me tocaba ir al hospital para que ella pudiese regresarse a casa y hacer sus mierdas, sin dejar a mamá sola un segundo. Normal, suponía, si las desgraciadas eran uña y mugre desde que tenía uso de razón. Cuando por fin apareció para relevarme, saltándose un día de escuela pero dejando todo en casa impecable, la cabrona me traía el uniforme en una bolsa y pues ni modo.

    Me metí un par de pastillas, me cambié en uno de los baños del hospital porque total me había pegado una ducha a no sé qué horas de la madrugada, y salí para la academia. En los casilleros no estaba pasando la mayor cosa cuando llegué, así que me limité a comprarme un café en la máquina y subir a los baños de arriba, donde me fumé un cigarro antes de meterme en la clase.

    Me había puesto los cascos apenas unos segundos después de sentarme, con la música al borde reventarme los tímpanos y solo me los quité cuando vi que aquí y allá iba apareciendo gente, para así poder prestarle atención a cualquier numerito de los que se montaban este montón de bichos. Me bajé el café mientras tanto, de hecho estaba dándole el último trago cuando noté a Kasun entrar a la clase aunque no le presté particular atención en realidad, atenta todavía a lo que pasara en el resto del mundo.

    El idiota se sentó en el espacio de atrás y cuando se inclinó para hablarme solté una risa que estuvo a nada de convertirse en la carcajada de una hiena. Despegué la espalda del respaldo, giré el cuerpo y anclé el codo en el pupitre de atrás para apoyar el rostro en mi mano mientras cruzaba una pierna sobre la otra. El flequillo albino me hizo cosquillas en el rostro al seguir el ritmo de mis movimientos y le dediqué una sonrisa amplia.

    —Para tu desgracia no está aquí ahora mismo, así que no te lo podré presentar como Dios manda~ —empecé a decir sin alzar demasiado la voz, pero la diversión se me notaba a leguas aún así—. Pero no importa, no se te va a perder.

    Separé el rostro de mi mano y estiré la espalda como un gato antes de continuar.

    —El pelirrojo de ojos amarillos del que seguro ni recuerdas su nombre, delgadito y con cara de que si le soplas en el oído se mea. —Volví a anclar el codo en el pupitre ajeno—. Y a la vez grita gang por cada poro del cuerpo, con las chaquetas estas de bordados. En fin, ese es tu chico, Zekkun~

    Me saqué un caramelo de menta del bolsillo de la falda, lo desenvolví sin prisa y me lo llevé a la boca.

    —No creo que haga falta decirlo pero no te venderá nada en el terreno de la escuela, pero seguro queda contigo en alguna parte de Chiyoda o en algún otro barrio del corazón de Tokyo. Ah, y solo María, nada de mierdas sintéticas. —Balanceé la pierna que tenía cruzada suavemente y se me escapó una risa bastante maliciosa—. Aunque si se te apetece un arma igual te sirve~

    Dicho en voz alta el historial hasta que daba gusto de repente, nunca me había detenido a pensarlo en realidad.
     
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    Insane

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    Recibí el peridoto de sus ojos con el gusto impreso en la cara, siguiendo de soslayo el movimiento de sus piernas por puro vicio, escuchando que el chiquillo no estaba presente en ese momento. Qué lástima. Pero bueno, con la descripción física solo era cuestión de cazarlo, como un ratoncito. A fin de cuentas eran negocios, dinero y que el niñato pusiera la droga, lo que me recordó al rubio de los casilleros, ese que había estado con Génesis el receso pasado; cabrón. Me eché a reír ante el comentario de que tenía pinta de que si se le llegase a susurrar de sorpresa el desconocido terminaría orinándose en los pantalones.

    —Si me lo describes así me darán ganas es de cogérmelo, Tolvaj —pasé la punta de la lengua por la hilera de dientes superior—. ¿Qué dices? ¿Le van solo las chicas al cabrón?

    Ya preguntaba por puro morbo a medida que recostaba la espalda en el respaldar, ladeando ligeramente la cabeza sin perder de vista sus ojos.

    —Que casualidad, si apenas hoy compramos casa en Chiyoda, por si algún día te apetecer hacernos visita a mi hermano y a mí~

    Con los detalles y toda la vuelta referente al distribuidor estaba bastante fácil de ubicar, ya era cuestión de suerte si alcanzaba a abordarlo en el receso al tener planes de caerle al principito apenas sonara el timbre, sino, podría dejar lo de la droga para el día siguiente, tampoco era un desesperado por conseguir qué meterme en el cuerpo mientras pudiese entretenerme con otras cosas. Pasé del comentario del arma casi sátiro.
     
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    Al hijo de puta se le notó el gusto al recibir mi mirada, lo vi seguir el movimiento de mis piernas como era de esperarse y me tragué la satisfacción solo porque estaba ahí soltándole pedazo de speech sobre el camello de turno. ¿Qué si estaba vendiendo a Dunn al mismísimo Satanás? Sin espacio a dudas, de hecho era hasta para puto descojonarse, porque al pobre diablo todos lo acababan vendiendo de una forma u otra o se vendía él solo.

    Al final y hasta tenía razón al rechazar al mundo con tantas ganas.

    —No seré yo quien te detenga de desearte al mocoso~ —Seguí balanceando la pierna y reí con ganas al escuchar su pregunta—. No creo que le haga ascos a nada, es más, casi juraría por mis muertos que le van más las pollas al corderito este. Sigue siendo indiferente si no deja que lo toque ni Dios.

    Me iba a mear si Kasun lograba algo, la verdad.

    Pasé el caramelo de un lado de la boca al otro, alcé apenas las cejas al escuchar que el pedazo de cabrón iba a vivir en Chiyoda como buen niño pijo y volví a relajar los gestos casi de inmediato.

    —¿Chiyoda? Pero Zekkun, ¿no estarás forrado en dinero y hasta ahora me entero?
     
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    Pero bueno, si me estaba presentando al chico como un desconfiado de mierda que rehúye al contacto humano, me facilitaba información y todo sin aún tener primeras impresiones por cuenta propia, pero todo eso era bienvenido, así me daba una idea clara de como moverme con el ratón si aquí la cabrona decía que seguramente le iban más las pollas no sería yo quién dudaría de su palabra, si podría conseguir un chance para comerme el corderito.

    —¿No te lo has tirado entonces? Esperaba más de ti, Tolvaj~ —jodí jocoso, siguiendo el movimiento de sus labios al traer un caramelo dentro de la boca—. Quizás —respondí a lo de estar forrado en billetes—. Una amiga de mi hermano nos recomendó el sitio, tiene unos lindos ojos de atardecer la chica~

    Miré hacia el escritorio de la docente por unos segundos, volviendo hasta ella.

    —¿Dónde vives tú? Digo, para pasarme un día por tus aposentos a saludarte —recosté el codo izquierdo sobre la madera, inclinándome hacia adelante para apoyar el mentón en el dorso de la mano ya empuñada para acortar distancia—. A todo esto, ¿te fuiste sin bragas el lunes o solucionaste de alguna forme? —murmuré en serbio con una sonrisa ya cagada de por sí.

    Yo cada que junto a estos dos (?):
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    Zireael

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    A este paso iba a tener que decirle a Kasun que me dijera dónde y cuándo quedara con Dunn, porque quería ver el puto teatro que se iba a montar el pedazo de mierda con ese saco de nervios que ni idea de cómo sobrevivía en la calle realmente. Porque vamos, no era que creyera que fuese a tener más suerte que yo, pero seguro sí que le tocaba más los cojones y yo deseaba como una hija de puta ver cuál era el punto de quiebre de la mariposita.

    Me encogí de hombros sin más a su pregunta de que si no me lo había tirado, ya pronto se daría cuenta de que el puto estirado no nos tocaría ni con un palo de estos de salto con pértiga posiblemente. Como si se creyera la última Coca-Cola del desierto o vete a saber qué coño, porque no era simple rechazo y yo lo sabía bien, se le notaba en la puta cara.

    La sonrisa se me amplió al escuchar la respuesta a lo del dinero, dejé salir una risa nasal y alcé un poco las cejas al escuchar quién le había recomendado Chiyoda a su hermano. No podía ser otra que la muchachita esta tan bonita que comió la boca en la fiesta, la del vestido azul y la máscara de kitsune que había venido con Dunn al parecer.

    Kurosawa había dicho que se llamaba la chiquilla.

    —Ah, la muchachita de segundo con los ojos de fuego. —Me tragué la gracia—. Tuve el placer de conocerla en medio del juego de la botella.

    Lo vi acomodarse en el pupitre y mantuve mi posición, entretenida con el dulce que tenía en la boca.

    —¿Yo? En Bunkyō, cerca del parque Miyamoto —respondí sin complicación como si no acabara de preguntarme en serbio también si me había ido sin bragas y hasta después respondí eso húngaro, para variar—. Quién sabe~

    La verdad es que una cosa era buscarse el polvo en cualquier sitio, otra muy diferente andar sin nada sabiendo la cantidad de cerdos que había en la calle y ganas de que algún viejo enfermo se comiera un espectáculo extra no tenía, así que había optado por ponerme los pantaloncillo de gimnasia. Aún así, podíamos dejar que Kasun se hiciera la idea que quisiera.

    alguien que llame un sacerdote, necesitamos un exorcismo
     
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    Toda esa gente esquiva tenían su forma de ser alcanzados por cabrones como nosotros, solo era cuestión de saber qué botones tocar, y tocarlos de forma adecuada para no espantarlos a la primera que era lo que me imaginaba y la cabrona de Tolvaj acostumbraba a hacer, pero vete a saber si tenía sus etapas de fingida inocencia, de esas que yo nunca me llegaba a echar encima, pero si a apaciguar los impulsos hasta apagarlos por completo dejándome fluir con la corriente haciendo pequeñas movidas, tal y como hacía con Cathy u el principito, porque así se disfrutaba más a decir verdad, paso a paso, lento, sin prisas hasta engancharlos por completo. Ni me le sabía el nombre al chico aunque lo hubiese escuchado en algún momento, pero de alguna forma se empezaba, y qué mejor que tener información de base.

    Noté la sonrisa ampliarse ante lo del dinero y se me antojó susurrarle:

    —¿Interesada o qué? —me relamí los labios con la mueca burlona de costumbre, volviendo al tema de Kurosawa como sino estuviese echándole los perros nuevamente—. La chica fue hasta linda, ¿sabes? Nos dio su almuerzo y no cocina nada mal. Aunque ha decir verdad el que más ha hablado con ella en lo poco que llevamos es mi hermano, que por cierto, deberías hablarle más, es un buen chico~

    ¿Tirando a Zoldryck a la boca del lobo? Un poco sí, por pura gracia al saber que mi gemelo era completamente adaptable a la gente y sus circunstancias, lo suficiente para zafarse sin ser grosero como tal cuando presentía que iban a sobrepasar un límite, pero se me antojaba ver aquí a la depredadora tratando de conseguir algo más que una plática casual con un hueso duro de roer. A todo eso no tenía ni idea dónde quedaba ese barrio ni mucho menos el parque, pero para eso estaba google maps. Pestañeé con parsimonia como sino hubiese imaginado el hecho de que se fuese sin las bragas. Mis pupilas miel repasaron sus labios siguiendo el movimiento del caramelo a tientas.

    —¿Tienes otra menta? —volví a sus orbes con ligereza, acentuando la sonrisa torcida—. O comparte la que traes, no me importa~
     
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    ¿Qué si me interesaba? Un poco sí, aunque la verdad es que ya tenía a un par de diablos a los que les succionaba hasta el último Yen de la billetera sin demasiada dificultad, que los Kasun pudieran ser otro par de forrados a los que sacarles cierta cantidad de dinero era medianamente interesante, pero poco más, tampoco era lo que se dice una de mis principales prioridades.

    Ladeé la cabeza al escuchar que la chica había sido linda y no sé qué, en sí no me sorprendía demasiado, aunque sí que me hacía cierta gracia ver que la tonta me había comido la boca y luego había almorzado con, no sé, el diablo personificado. Aunque lo había notado en el fuego de sus ojos, en el repiqueteo que tomó fuerza apenas se alejó de sus guardaespaldas, que la puta loca seguramente tenía un don para domar bestias.

    Lástima que nosotros ya estábamos fuera de esa liga.

    —¿Vendiendo a tu hermano al demonio, Zekkun? Qué desconsiderado~

    El idiota llevaba ya un buen rato siguiendo el movimiento del caramelo que tenía en la boca, ni siquiera era que se estuviese molestando en disimular una mierda, así que cuando preguntó solo pensé que se había tardado. Me encogí de hombros, me levanté apenas de la silla para echar parte del peso sobre el pupitre ajeno y estiré la mano para sujetarle el mentón, uní nuestros labios, lo insté a abrir la boca y le pasé el caramelo sin mayor complicación para después volver a mi espacio.

    —Ahí tienes —dije con la sonrisa de mierda pegada en toda la cara y en ese momento detecté la chispa rojo sangre entrando al salón—. Speak of the Devil, Swallowtail~

    Me repasó con la vista como si no fuese más que un bicho y soltó el aire por la nariz como un toro cabreado.

    Go fuck yourself, Tolvaj —soltó de mala gana y el acento se le coló bastante en la voz, arrancándome una risa.

    No dijo nada más, caminó hasta su asiento y se dejó caer con cierta pesadez para luego seguir bebiendo la soda que traía en la mano.
     
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    Relajé los músculos ante el comentario sobre mi hermano. Un poco de diversión no le venía mal a nadie, aunque si éste se llegase a enterar que era yo quien la había incitado en algo de seguro me caería encima, pero terminaríamos cagándonos de la risa seguramente luego del reclamo, luego de que se le pasara la molestia. La seguí con una atención ridícula al verla levantarse, sintiendo su tacto en el mentón a lo que lo elevé ligeramente recibiendo sus labios sin complicaciones. En cuanto sentí el caramelo dentro de mi boca presioné ligeramente sobre su lengua, viéndola alejarse a lo que me entretuve triturando la menta entre mis dientes.

    —Buena chica —susurré sintiendo el móvil vibrar en mi bolsillo en lo que la cabellera rojiza entraba por la puerta. Me contuve de echarme la sonrisa cagada en la cara al sacar el celular del bolsillo pese a no perder rastro de lo que decía Tolvaj y cómo el tipo le respondía.

    Pero venga ratoncito, que malas pulgas.

    No sé si amiga como tal, pero por algo se empieza, ¿no crees? Oh y lo del club, seguro te la pasas bien, lo prometo~
    Por el rabillo del ojo lo noté continuar a lo que suponía y era su asiento hasta perderlo de vista. El chico no estaba nada mal. Busqué los ojos de Tolvaj por un segundo al yo estarle dando la espalda al desconocido, siendo imposible que me viese de esa forma a lo que mis viriles labios terminaron curvándose como un maldito demonio en su propio averno luego de identificar a la presa que me trataría de arrastrar al inframundo. Me levanté del asiento relajando las facciones en serenidad con una facilidad irrisoria sin decir una palabra más al volver a sumergirme en el móvil, volviendo al pupitre en el que acostumbraba a sentarme cerca a la ventana, con la vista testeando en respuesta a Cathy al no ver conveniente caerle encima al chiquillo aún.

    Me había servido hasta para disimular.

    Nunca te diría que no, además estaré pensando en lo que te daré de agradecimiento por seguirme en lo del club, aunque debo hacer algo apenas suene el timbre. Puedes ir por tu amiga y yo les caigo, solo dime donde van a estar.

    Nekita Le respondió a la Cathy <3



     
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