Aula 3-2

Escuché la respuesta con atención, intercalando miradas curiosas entre ambos, y una ligera sonrisa divertida asomó por mis labios. ¿Se conocían del año pasado y habían caído en la misma clase? ¡Qué suerte! Bueno, ni siquiera podía asegurar que el pelirrojo estuviese en esta clase, realmente, pero iba a asumir que sí y ya.

Sin darme cuenta, acabé balanceando las piernas y bajé los brazos hasta dejarlos cruzados sobre la mesa.

—Ah, ¿en una fiesta? Entonces... ¿vas a ir también mañana, senpai?

Peo bueno, ni que estuviese haciendo yo la lista de invitados o algo, preguntándole lo mismo a todo el mundo que veía. Bah, qué más daba, cuanta más gente supiese que iba a ir, más divertido sabría que sería, ¿o no?

 

Caer en la misma clase debía ser un martirio para la gente sobre la que sí tenía efecto de alguna clase, lo había visto en lo fastidiosa que era con Sonnen y con Swallowtail, así que digamos que tenía suerte solo porque la otra estaba más ocupada sacándole reacciones a quienes sabía que iban a dárselas. Era como si no existiera para ella, así que todo era bastante normal.

Se me ensanchó la sonrisa al escuchar la pregunta de la chica y asentí con la cabeza.

—Escuché que tú también, ¿o me equivoco? —Apoyé los brazos a ambos lados de mi cuerpo para descansar un poco la espalda—. Ya debes tener el vestido y todo preparado, ¿a qué sí?

Eris soltó una risa nasal, pude jurar que era una respuesta a mi tono liviano pero la verdad pasé bastante de ella y viceversa, porque se limitó a seguirse bebiendo lo que le quedaba de gaseosa sin prisa alguna.

 

Repetí su asentimiento con la cabeza en cuanto me preguntó si iría y seguí su movimiento hacia atrás un poco por inercia.

Eh, luego tendría que acordarme de decirle también a Anna que había conocido a más gente que fuese a ir a la fiesta y todo el rollo, que así los tendríamos identificados y sabríamos quien se monta cada desastre. Es decir, éramos las dos igual de chusma y estaba segura de que acabaríamos intentando ver quién se liaba con quién y toda esa información.

—Sí~ Si me reconoces, vas a tener que decirme lo linda que me veo con él~

Bueno, ¿y eso de dónde venía? Bah.

>>¿Y tú? ¿Vas a llevar traje o algo así? ¡Ah! —volví a centrarme en Eris justo después—. Asumí que sí y por eso no te pregunté, senpai, pero fue realmente maleducado. ¿Los tienes pensado también, lo que vas a llevar?

 

Un poco por rebote estaba asumiendo que esa chica no iba a aparecerse sola en una fiesta de tales dimensiones, al menos no tenía la pinta y si fuese el caso quizás fuese por algo de fuerza mayor, como el fact de que estaba enredada con Akaisa. No era que importase en sí, pero eran curiosidades que uno daba por asumidas solo por lo que se veía de ella.

¿Que si la reconocía?

Hombre, difícil no era.

No perdí el aire liviano ni un segundo, de hecho hasta balanceé las piernas unos segundos y deslicé la vista a Eris un momento, que se había sacado el móvil del bolsillo para enviar un par de mensajes con aire distraído. Pobrecilla, debía estar muy aburrida~

—Supongo que tenemos un trato entonces, Emi-chan~ —respondí y luego asentí a su siguiente pregunta—. Sí, no creo que me dejen entrar si aparezco con jeans y camiseta, así que tocó ponerle algo de esfuerzo.

Tolvaj despegó la vista del móvil entonces, lo dejó sobre la mesa y escarbó en el bolsillo para sacar un chicle.

—Sí, tengo que pasar por la máscara ahora en la noche pero todo lo demás está listo. —Se llevó la goma de mascar a la boca entonces—. Te diría que me busques si me reconoces, pero tampoco es que me vaya a perder con este flequillo blanco.

—¿Irás con alguna amiga tuya o algo? —pregunté cuando la castaña terminó de hablar.

Pura curiosidad~

 

Escuchar el apodo aquel de sus labios me lanzó un chispazo de realización a lo largo del cerebro, del hecho de que me estaba metiendo con alguien que no era tan inocente como podía parecer de primeras. ¿Me importó realmente en ese momento? La verdad es que más bien poco.

—Entonces si yo logro reconocerte también tendré que ir a decirte lo bien que te queda el traje, senpai~

Cuando Eris volvió a hablar no pude evitar dirigir la vista hacia su flequillo y solté una risilla. Realmente iba a ser muy difícil mantener el anonimato de mucha gente por culpa de eso, como por ejemplo era el caso de Katrina con sus mechas rojas o el de Anna con las suyas rosas. ¡Pero era puro teatro, podíamos fingir aunque fuese la primera hora! ¿O no?

>>Puedo hacerme la tonta, senpai, y luego sorprenderme mucho cuando te reconozca porque no esperaba que fueses tú —propuse, con una diversión casi infantil antes la idea—. Aun así estoy segura de que te verás muy linda también~

Todos íbamos a estarlo, ¿verdad? Siendo además la casa de los Akaisa donde se llevaría a cabo del baile, seguro que iba a parecer toda la escena como de un cuento de hadas o algo por el estilo. La ilusión duraría más bien poco, conociendo el tipo de gente que íbamos, ¡pero no dejaba de ser bonito!

Asentí entusiasmada con la cabeza cuando volví a centrarme en el chico al escuchar la pregunta.

>>¡Sí! Vamos a quedar antes para prepararnos y todo~

Esperaba que no se nos fuese mucho el santo al cielo y llegásemos muy tarde.

O sí, dependiendo del por qué. Tampoco iba a mentir al respecto.

 

No iba a esconderme tampoco, que la chiquilla pareciera tan subida al tren sin siquiera trastabillar me estaba metiendo en un campo en el que no se supone que estuviera jugando, teniendo en cuenta la base de su personalidad por lo menos, pero tampoco le iba a poner tantas pegas cuando la otra estaba allí diciendo que si me reconocía iba a decirme lo bien que me quedaba el traje.

¿Bueno estaba pretendiendo salvarla de Eris o que pasara a mi campo?

Vete a saber~

Hablando de Tolvaj, la susodicha soltó una risa bastante floja cuando la morena soltó lo de que podía fingir, como si ya estuviera esperando para ver qué tantas capacidades de actuación tendría Emily para mañana.

—Gracias, gracias~ —canturreó mientras volvía apoyar el codo en el pupitre—. Ya veremos tus dotes de actuación mañana, eso sí.

No tardó en regresar la atención a mí por el otro comentario y ladeé apenas la cabeza, como un animal curioso, el cabello siguió el movimiento.

Qué bonita, quedando con una amiga para arreglarse~

Bueno me estaba desviando bastante de mi objetivo inicial, sinceramente, pero qué culpa tenía yo que la otra se quedara ahí puesta en bandeja como si nada. No me llamaba a mí mismo oportunista por puro deporte, que me adaptara a lo que me ofrecía cada persona era otra cosa por supuesto.

—Vas a tener que presentarme a tu amiga —atajé desde mi posición y le eché un vistazo al móvil de Tolvaj, todavía sobre la mesa. Lo había desbloqueado justo en ese momento para mirar la hora—. Si te encuentro en la fiesta por lo menos.

Ya casi acababa el receso y no había podido ir a hacerle compañía a Sasha, así que solo me quedaba esperar que sí apareciera en la fiesta de mañana.

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Yo: yeh, Maze está aquí como watchdog nomás
Maze: excuse me????

 

¿Mis dotes de actuación? Pues curiosamente me gustaba pensar que tan malas no eran, aunque ciertamente dependían mucho de la situación. Para la tontería de fingir que no los reconocía de buenas a primeras pues obviamente iba a ser un chiste, ¡pero esa era la gracia!

—Claro, si no la pierdo por ahí, os la presento~

En lo que decía aquello, volví la vista al frente, y un poco por rebote vi también la hora en el teléfono de Eris. Di un pequeño respingo al darme cuenta de que casi se iba a acabar el receso y me levanté de la silla un poco de golpe. Ah, se me había pasado tan rápido el tiempo que ni cuenta me había dado cuenta, qué vergüenza.

>>Será mejor que vuelva a mi clase —dije, en tono suave, mientras recogía las cosas del almuerzo y demás—. Gracias por pasar el almuerzo conmigo, senpais. Nos vemos mañana, entonces~

Hice una reverencia de despedida y les dediqué una sonrisa en cuanto me incorporé, despidiéndome con la mano antes de alejarme hacia el pasillo. ¡Eso había sido divertido!

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me: not watchdogs in this household sin que emi se los intente ligar(?)

 

Luego de que el par de idiotas se fuese hice el cambio de zapatos, saqué las cosas del día del casillero y cerré de un portazo para disponerme a subir a clase. El comentario de la chica había venido sobrando por supuesto, como también había sobrado el mío respecto a sus mierdas a las putas ocho de la mañana, así que digamos que estábamos empatados.

Al pasar por el tabló de anuncios recordé de repente el famoso proyecto, había conseguido olvidarme de su existencia hasta ese momento y ya ni siquiera recordaba con quiénes se supone que estaba agrupado, pero sí tenía presente que éramos tres nada más. La sorpresa me la llevé cuando vi un cuarto nombre, no era occidental obviamente, y asumí que otra vez había gente nueva en ese nido de extranjeros. En fin, a Vólkov y White las tenía ubicadas, así que solo restaba dar con esta chica y decirle del famoso proyecto, aunque debía estar más perdida que la mierda si era recién llegada.

Entré a la clase echándole un vistazo rápido, Tolvaj no estaba y de hecho faltaba bastante gente todavía, así que noté casi de inmediato a la castaña que no ubicaba de nada.

Bingo, supongo.

Me acerqué a ella, manos en los bolsillos, y tan siquiera logré sacudirme algo de la mierda que traía encima para tratarla con normalidad.

—Buenos días —saludé junto a una ligera reverencia—. Tú debes ser la nueva, ¿no?

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Amane girl que no te dejo en paz sos

 

Había dicho que no quería depender de Satoko, las indicaciones que me había dado eran lo suficientemente claras como para apañármelas yo sola... y aun así, me asomé por la línea de casilleros que había intuido que era de primero para ver si podía acompañarme hasta mi clase. Sinceramente, era un asco, pero me sentía algo más protegida estando con ella. Es decir, al menos era una cara conocida en todo ese tumulto de gente.

Por suerte, la chica aquella de pelo azul cayó como un ángel del cielo. No tendía a tener problema socializando con la gente, de hecho era algo que me gustaba bastante y principal motivo por el que la barrera de lenguaje me estaba jodiendo tanto. Me las podía apañar de manera más o menos decente porque mamá me había estado pagando un profesor particular cuando tuvo que trasladarse a Japón por el trabajo, además de que había venido alguna que otra vez por eso de la custodia compartida y tal. Pero no pensé que tuviese que mudarme aquí, así que tampoco le di tanta importancia, y ahora me estaba jodiendo a base de bien.

En fin, al menos había podido comunicarme de manera decente con ella y, nada más entrar a mi aula, me dejé caer en un pupitre que parecía vacío. En cualquier otra situación no lo hubiese deseado, pero en aquel momento esperaba pasar bastante desapercibida del resto, al menos hasta que me sintiese cómoda con toda la situación. Algo así como un aura a mi alrededor que le dijese al resto que era una persona amigable solo que en aquel momento... pues no.

Mi expectación de un posible deseo desapareció tan rápido como apareció. Escuché una voz masculina a apenas unos centímetros de mi posición y, al alzar la vista, el temor de que se estuviese dirigiendo a mí se cumplió. Asentí un par de veces con la cabeza, en una respuesta instintiva, y me puse en pie en un movimiento apresurado en lo que intentaba poner orden en mi cabeza.

—Supongo que esa soy yo, sí. ¿Hay algún problema? ¿He ocupado tu sitio? Lo siento.

 

No me había parado a pensar si la pobre quería hablar con alguien en ese preciso momento o no, cosa que había sido bastante desconsiderada ahora que caía en cuenta, pero tampoco podía pedirle demasiado a mi neurona derretida. Igual no era que yo fuese así lo que dice intimidante, así que por lo menos no iba a empeorar cualquier reacción natural de ansiedad ni nada.

La pobre chica aún así respondió casi de manera instintiva y antes de que pudiese decirle nada más se incorporó de su asiento a velocidad, un poco más y hasta se podía haber mareado por ese movimiento. Todo el medio desastre que traía encima retrocedió un poco más esta vez contra mi voluntad, los gestos se me suavizaron en su totalidad y casi se me escapa una risilla.

Negué con la cabeza a las dos preguntas que me hizo y al menos tuve la decencia de no escupirle las palabras tan rápido, por si acaso no se sentía tan confiada con el idioma todavía.

—No, tranquila. Vuelve a sentarte si quieres, no te quería incomodar —dije mientras me sentaba en la silla del pupitre a su costado—. Es solo que la semana pasada asignaron un proyecto y parece que te pusieron en nuestro grupo, bueno, suponiendo que te llamas Eunbi... Lo siento, lo leí a la pasada y no recuerdo el resto. Creí que sería bueno decirte desde ya, como acabas de llegar a la escuela y eso.

 

No me di cuenta de lo repentinamente tensa que había estado con aquel acercamiento hasta que vi que negó con la cabeza y solté un suspiro completamente aliviada. Alisé la falda por detrás de los muslos y volví a sentarme en la silla, apenas un instante después de que me lo indicase y ver que él hacía lo mismo.

Lo escuché después con toda la atención del mundo y no pude evitar fruncir ligeramente el ceño cuando acabé de procesar lo que me decía. Agradecí bastante el hecho de que hubiese hablado algo más lento, eso me facilitó bastante el entenderlo, y acabé por suspirar de nuevo mientras me llevaba un mechón de pelo tras la oreja.

—Sí, soy yo. Encantada —hice una inclinación de cabeza a modo de saludo y, al volver a mirarlo, lo hice con una sonrisa algo culpable—. ¿Así que un proyecto? Vaya, gracias por avisarme. Espero no atrasaros demasiado con eso, la verdad.

Pero ni modo, aun a riesgo de molestar más que ayudar, iba a tener que participar e intentar hacer la parte que me correspondiese de la mejor manera posible. Siempre había sido una buena estudiante, incluso cuando mis padres se divorciaron y todos pensaron que eso iba a afectar a mi rendimiento, así que no iba a cambiar eso ahora.

Deslicé la mirada hacia el chico nuevo que había entrado, bastante sorprendida por los tatuajes que llevaba por el rostro y sin poder disimular muy bien el hecho de que había llamado mi atención por ello. De todas formas, no tardé en volver a mirar a mi compañero y ladeé ligeramente la cabeza.

>>¿Puedo preguntar como te llamas? Ya que estamos en el mismo grupo y me has avisado, me gustaría saberlo.

 

De verdad que casi le había provocado un venazo a la chica, si hasta suspiro aliviada cuando me vio negar, y me dio un poquillo de pena realmente haberle caído encima. Ya me hubiese jodido a mí que se apareciera alguien cuando estaba ansioso de por sí a hablarme por amor al arte, pero ya estaba hecho y tampoco me iba a excusar para irme, porque eso sería mal educado con ella.

Cuando me confirmó que era su nombre y se presentó le dediqué una sonrisa liviana y asentí con la cabeza a la preguntar del proyecto.

—Tranquila, nosotros te prestamos los apuntes y lo que haga falta. En sí no es nada complicado, un ensayo corto y ya.

Además había tenido la suerte de que le había tocado un grupo decente.

Había escuchado pasos entrar al salón, aunque en sí no les di importancia alguna porque mira, mucho era pedir que estuviera continuando una conversación ya de por sí. De todas formas no tenía intenciones de hacer vida social con otra persona a esas horas de la mañana, no las tenía ni cuando estaba con el humor estable, menos ahora.

La voz de la castaña llamó mi atención y enderecé un poco la espalda, que ni me había dado cuenta de que estaba algo encorvado.

—Lo siento, no me presenté ni nada tienes razón. —Volví a sonreírle—. Dunn Cayden.

 

Asentí con la cabeza ante su propuesta de los apuntes con un ligero "mhm", porque aunque no era la idea que más ilusión me hiciese pues tampoco me quedaba otra opción. Podía verlo como una inversión a corto plazo, porque iba a poder ayudar algo si tenía al menos unos apuntes de los que tirar, y al final del día era lo que más debería importarme al respecto. También me alivió bastante saber que solo se trataba de un ensayo corto, las cosas como eran.

Moví la mano para quitarle peso al asunto, porque realmente era normal que no se hubiese presentado de buenas a primeras siendo que su objetivo solo había sido avisarme sobre el proyecto en sí. Mientras tanto, otra chica llegó a la clase y escuché como se ponía a hablar con el tipo de los tatuajes que antes había llamado mi atención, pero no les presté mayor atención realmente.

—Dunn... ah, ¿qué honorífico se supone que tengo que usar? ¿Kun o San? Dios, perdona, en Corea es diferente y aun me lío un poco con eso. Y no me gustaría ser una maleducada, claro~

 

Igual el famoso ensayo era a libre elección, ¿o no? El fin de semana debía haberme freído la parte del cerebro en la que almacené ese dato, porque no me acordaba de una mierda, pero si era el caso pues seguro valía cualquier cosa que hubiese aprendido en su vieja escuela o eso quería pensar, nosotros nos podíamos medio encargar de la barrera de idioma y tal.

Le restó importancia al asunto de que no me había presentado y casi al mismo tiempo detecté que White se ponía a hablar con el tatuado con una facilidad hasta estúpida, no tuve la atención ahí mucho rato porque escuché a la castaña hacerse un lío con los honoríficos. Repliqué su gesto de restarle importancia con un movimiento de mano.

—Cayden o Dunn a secas está bien, no te hagas un cacao mental si no hace falta. —Muy "no me importan los honoríficos" no sé qué, pero bien que cuando Nakagawa se ponía a dar por culo era yo el primero en pensar que se le olvidaba que era un kohai. Como fuese tampoco era que la fuese a dejar con la duda, al final del día tenía que seguir amoldándose a Japón y no todo el mundo le iba a eliminar el lío de honoríficos—. San vale para gente de tu edad si no quieres ser muy confianzuda, pero para los chicos con kun nos da lo mismo y ya quedas bien.

Corea había dicho, bueno por los rasgos saltaba a la vista que era asiática de por sí.

—Ya te dejo de molestar con cosas de la escuela por lo menos —dije mientras volvía a relajar la postura y ladeaba un poco la cabeza—. Llevas poco en Japón, ¿no? Debe ser engorroso.

No era que yo supiera, para empezar había nacido ahí y también la gran mayoría de la gente que conocí hasta moverme a esa escuela, así que no tenía mucho de dónde comparar pero la sola idea me hacía pensar que era una cosa por la que no me gustaría pasar. Viajar estaba bien y eso, pero la tierra en la que habías caído tenía algo que no creía que pudieses replicar en otro sitio en algunos casos.

No era que fuese yo un experto de la socialización, se me daba como el culo y lo sabía todo Dios, pero las cosas cambiaban un poco cuando veía gente más perdida que yo. No era que pensara que fuésemos a ser mejores amigos ni nada, pero igual que ya tuviese contacto con uno de su grado quizás servía de algo. A veces esas cosas diminutas luego ayudaban a ir reduciendo la ansiedad.

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im kinda soft ngl i wanna squeeze them so bad