Tenía que admitir que no esperaba tanto entusiasmo por su parte y aquella misma sorpresa se tuvo que ver reflejada en mi rostro cuando la vi coger el bento como si nada. Qu-quiero decir, se lo había ofrecido de manera genuina y me alegraba que lo aceptase, pero supongo que no estaba del todo acostumbrada a gente tan directa. ¡Pero estaba bien! Era interesante relacionarse con personas de diferentes personalidades. Recuperé rápidamente la expresión suave de antes y asentí con la cabeza, aunque no del todo convencida y el movimiento casi podía pasar desapercibido, a decir verdad. Apoyé las manos sobre la caja que se había quedado delante de mí y dejé caer la cabeza sobre las mismas, usando la mejilla a modo de apoyo. —Sí, pero solo cosas muy básicas. No sé si eso cuenta como "paquete completo". Solté una risilla algo avergonzada al escucharme decir aquellas palabras y acabé por negar levemente con la cabeza, cerrando los ojos en el proceso, para alejar todos esos pensamientos de mi mente. Me quedé mirándola en cuanto volví a abrir los ojos, en un intento de no ser muy invasora tampoco, esperando a ver su reacción antes de ponerme a comer mi propio almuerzo como venía siendo costumbre. >>¿También has recibido una invitación, senpai?
Qué gracia que se hubiese tomado lo del paquete completo en serio, de verdad, es que no dejaba de sorprender la mocosa. Me limité a soltar una risa bastante floja ante su respuesta, escarbé un poco la comida a pesar de que sabía que no era de muy buena educación y me llevé un poco a la boca, aguantándome las ganas de dejar salir otra risa. Tenía buena mano. Me bajé un segundo bocado en lo que atendía a su siguiente pregunta y esta vez le eché una sonrisa condescendiente, estiré la mano al maletín colgando a un costado del pupitre y saqué el sobre, dejándolo sobre la mesa con el lado de la mariposa hacia arriba. —Si no vi mal, todos y cada uno de los estudiantes tiene una —dije regresando la atención a la comida, escarbando el arroz de nuevas cuentas—. Eso asumo por lo menos. Alguien se dio a la tarea de llegar temprano, colarlos y fundirse en las sombras incluso a plena mañana. Se me escapó una risa nasal y clavé la mirada en ella. —¿Sabes de quién es la dirección?
Ver que decidía seguir comiendo después del primer bocado fue más que suficiente para entender que no le desagradaba, así que me incorporé un poco para poder abrir mi propio bento y comenzar a almorzar también. En eso estaba, de hecho, con los palillos en la boca, cuando distinguí el sobre que había dejado sobre la mesa. Asentí con la cabeza de manera algo vaga porque, bueno, eso había logrado resolver yo también: que alguien había hecho el trabajo de repartirlas bien temprano en la mañana. Si mis suposiciones eran correctas, de todas formas, quien sea que las haya repartido no era el anfitrión directo. Pero eran solo suposiciones, claro. Levanté un poco las cejas cuando noté su mirada de nuevo y negué con la cabeza, volviendo a bajar los palillos. Fue justo después que sentí como los ojos comenzaban a chispearme de la emoción y me eché un poco hacia delante, usando el pupitre como apoyo para las manos. —Tengo algunos candidatos, pero nada seguro —informé, habiendo bajado la voz como si, no sé, estuviese compartiendo información confidencial—. ¿Acaso tú lo sabes, senpai?
Que se emocionara por esa estupidez me arrancó una risa que amenazó con convertirse en una carcajada y dejé el bento en el pupitre junto al sobre, luego crucé una pierna sobre la otra, anclé el codo a la mesa y apoyé el rostro en mi mano, todavía con la condescendencia escrita en la cara. Balanceé la pierna un par de veces, tirándole suspenso innecesario a su espera de la respuesta. ¿No sabía dónde vivía su adorada Katty-chan? Me enderecé para sacar el móvil del bolsillo, saqué la invitación del sobre y luego volqué la atención en este, prácticamente desarmándolo y descubriendo el código QR en su interior. Tomé el móvil de nuevo, lo escaneé y entonces extendí el aparato hacia ella, con el mapa en pantalla y la chincheta roja indicando el punto: Residencia Akaisa. ¿Podía seguirle revelando secretitos? Como el nombre del peón de las invitaciones, ¿o no? Recorrí la clase con la vista notando que el otro pelirrojo estaba ausente y me pregunté si al carita de debé le haría gracia o no que alguien se enterara antes de fecha de que toda la movida de la fiesta, que claramente estaba intentando robarse, había sido obra suya. —¿Alguna apuesta sobre la identidad del supuesto repartidor? —pregunté mientras volvía a dejar el móvil en la mesa. Lastimosamente para esa cuestión sí me faltaban piezas, no sabía que Maze tenía cierto grado de relación con todo el asunto y de haberlo sabido, bueno, seguro me habría podido divertir más filtrando toda la información pero era eso lo que había de momento.
Di un pequeño respingo cuando noté que se me quedaba mirando sin decir nada y me separé un poco de golpe, como un resorte. Me estaba comportando como una niña estúpida delante de alguien mayor que tampoco me conocía lo suficiente, y pues de repente me di cuenta de lo vergonzoso que era. Intenté disimular centrándome en el almuerzo de nuevo y, por ese motivo, tardé un poco en darme cuenta de la nueva presencia de su móvil y sus intenciones de que lo mirase. Cuando al fin lo hice y entendí el mensaje, volví a sentir la sorpresa extendiéndose por todo mi rostro, siendo sustituida poco después por una sonrisa orgullosa. ¡Sabía que tenía que ser cosa de ella! Solo me sabía la fecha de su cumpleaños por rumores y demás, que en un año de clases uno escuchaba muchas cosas y el apellido de Akaisa tenía el suficiente peso como para atraer muchos de esos mismos. Se me había quedado grabado de pura casualidad, ¿eh? Pero, sea como sea, los números coincidían y me había dado cuenta yo solita, ¡motivo de celebración era! Más relajada después de aquella revelación y la posterior satisfacción de la misma, volví a negar con la cabeza con una leve expresión de decepción, haciendo una mueca con los labios. —Lo único que imagino es que no ha sido ella. Y creo que Welsh-senpai y Wickham-senpai tienen que ver también, pero dudo que haya sido encargándose de repartir las invitaciones —deslicé la mirada de nuevo hacia el sobre y extendí una mano, repasando la figura de la mariposa dorada con el dedo índice—. Una amiga mía dice que esto es una mariposa cola de golondrina y que seguramente tiene que ver con la identidad del repartidor... pero ni idea de qué manera, o si tiene tan siquiera razón, claro.
Genuinamente me pregunté cómo mierdas Akaisa había decidido comerse a una chiquilla como esa, que se comportaba como una cría frente a alguien que no conocía de nada realmente y pensé que quizás, precisamente la fiesta esa, sería mi oportunidad de averiguarlo. En realidad era solo esa la pieza que me faltaba, por otro lado saltaba a la vista por qué Akaisa había pretendido cortarme en dos con la mirada al verme con ella. Estaba arriesgando el pellejo de su corderito, después de todo. Su reacción a saber que todo el rollo era idea de su amiguita me hizo gracia pero contuve el impulso de reírme en su cara. Era posible que se hubiese hecho a la idea de que solo Katrina haría una cosa de ese calibre o se subiría al tren de una junto a Welsh y Wickham, digamos que un poco era como descubrir el agua tibia. Lastimosamente era obvio que la chiquilla no contaba con la suficiente información del mundo de sombras para atajar el resto y trazar el mapa. También había un quinto involucrado. La edición no provenía de la mano del cachorrito de chacal y para la gracia había visto el día anterior una pequeñísima parte de la movida. —Dos de ellos parecen demasiado torpes y desentendidos para hacer una movida de esta magnitud por su cuenta, sí. Akaisa por su parte prefiere delegar tareas a... sirvientes para tener tiempo para el resto de sus cosas. —Seguí balanceando la pierna y volví a tomar algo de comida con los palillos—. Tu amiga usó el cerebro, sí. Aunque nuestro querido peón disfrazado de anfitrión tampoco trabajó solo, el gato tiene una quinta pata que se encargó de la edición. Me callé un momento para bajarme un par de bocados sin demasiada prisa, dejé los palillos sobre la caja y estiré la mano para golpetear la mariposa del sobre. —En esta misma clase hay un bonito pelirrojo de ascendencia irlandesa, que evidentemente no es el que está sentado en el escritorio allá, al que en la calle conocemos como Swallowtail, es decir, mariposa cola de golondrina —murmuré, conteniendo el ronroneo que amenazó con brotarme de la garganta—. No tiene pinta, es un chiquillo flacucho que rechaza cualquier aproximación física de casi todo Dios, pero adora la atención y por eso pretendió robarle una parte del evento a Akaisa. Escarbé en el maletín para sacar una botella de Coca-Cola que había traído de casa, la abrí y le di un trago largo antes de continuar. —Cayden Dunn.
Mi rostro tenía que ser digno de ver, la verdad, porque la estaba escuchando con una atención que ni a las clases le ponía. ¿Así que Cayden Dunn se había encargado de repartir todas las invitaciones? ¿Y lo había hecho para robarle parte del evento a Katrina? Dios, se sentía como una serie de Netflix o algo. ¿Estaba mal que estuviese tan emocionada por saber cómo acabaría todo el asunto? ¡Es que con esa información podía esperar muchas cosas en la fiesta de mañana! —Bueno, tiene bastante sentido que haya sido cosa de tanta gente, parece un evento bastante grande~ Y, qué decir, tampoco me sorprendía realmente que la gente de esa academia fuese capaz de movilizar tanto con tal de montar una fiesta o algo. Estaba lleno de gente rica, con influencias, y pocas cosas había más que gustasen a los adolescentes como nosotros que una buena fiesta. >>Senpai, ¿cómo es que sabes todo esto? S-si no es molestia preguntar, claro...
¿Estaba allí cotilleando con la mocosa? Bueno sí, la presencia de Maze no me había dejado demasiadas opciones en realidad, sabía que podía cagarme la diversión si hacía alguna movida demasiado brusca y no quería soltar la presa tan rápido, así que era lo que había. Encima la cara de la chiquilla era de película, parecía que había llegado al clímax de su serie de adolescentes y solo le faltaban las palomitas. Ponía en tela de duda qué tan suicida sería el mondadientes para continuar el teatro hasta mañana o si sería capaz incluso de convertirse en el cuatro jinete del apocalipsis. Mejor aún. Cerbero. Hades. Y Caronte. Pero seguro no se soportaban ni las caras aunque provenían todos del mismo huecos asqueroso del Infierno, así que no había que tenerles demasiada esperanza. Lo cierto es que si fueran capaces de unir fuerzas, como habían hecho allí a regañadientes posiblemente, tenían la capacidad de formar una red tan amplia y controlada dentro de la escuela que hasta daba gusto, pero poco o nada servían para ello. Todos querían ser los reyes de su propio espacio. No aceptarían menos. Le dediqué otra sonrisa condescendiente cuando preguntó cómo sabía todo eso y guardé silencio. —¿Pues de qué otra forma, muñeca? —Comí otro bocado—. Observando nada más~ Era verdad y mentira a la vez, una gran parte salía por observación. Akaisa no había dejado que le pusiera una mano encima nunca, obviamente, pero le había visto moverse en más de una ocasión y de allí sacaba la lectura, luego estaban Welsh y Wickham, dos idiotas que parecían una puta fotocopia, soltaban las ideas y la otra debía tomarlas para darles forma. A Welsh la había cagado, había intentado lo mismo con el inglés pero llegué tarde al juego y entonces apareció la conejita aparentemente. Al idiota de Dunn le compraba hierba de tanto en tanto, había pretendido ligármelo pero imbécil parecía un puto perro maltratado, lo tocabas y brincaba al otro lado de la habitación incluso si se estaba montando bien el teatro al punto de parecer que el intento de ligue era mutuo. Era una cosa rarísima, hecho de la más pura dicotomía. —Si chusmeas lo suficiente las vidas ajenas te enteras de muchas cosas, ¿no? Contenido oculto ola al fin te contesto ajdbjebjas
—Oh. Bueno, ¿realmente qué otra respuesta esperaba? No sabía que clase de relación podría tener Eris con Katrina, ya que con toda la información que tenía podía asumir que se conocían de alguna manera, pero dudaba que la otra le hubiese contado nada a ella en concreto así que se tenía que haber enterado de otra manera. Tampoco imaginaba a cualquier otro de los participantes haciéndolo así que... estaba eso, que se hubiese enterado sin que ellos lo supiesen. Me había emocionado en un principio, claro, porque tener toda esa información extra se sentía... emocionante, sin más. Pero de repente me dio algo de pudor, porque por el tono de voz y sus palabras... no parecía que fuese la primera vez que supiese algo que no debía por "chusmear las vidas ajenas". Claro que no pensaba que fuese tan relevante como para llamar su atención, y siempre había intentando comportarme de la mejor manera en la escuela, pero no pude evitar preguntármelo. ¿Alguna vez se habría enterado de algo mío de aquella manera? La sola idea me arrojó una oleada de calor encima que intenté disimular volviendo a centrarme en el almuerzo, comiendo gran parte del mismo antes de sentirme con el valor suficiente para hablarle de nuevo. >>Gracias por compartir la información conmigo entonces, senpai... —prácticamente mascullé, con la vista apartada—. También te lo había dicho... para preguntarte después si ibas a ir... ¿Por qué seguía metiéndome yo solita en aquellos embrollos? Creo que nunca llegaría a ser capaz de comprenderlo. Contenido oculto So i was gonna sleep but then some things happened and here we are, heyo babe u///u
Supongo que la chiquilla, si lo supiera, daría gracias de que había llegado a esa escuela recién y no tuviese todavía el tiempo suficiente para haberle chusmeado la vida a ella, aunque bastaba con que me diese algo más de tiempo para que me apareciera en el lugar menos esperado para mirar cosas que podían hasta parecer sin importancia. Toda la información era importante. Quizás fue pensar en la posibilidad de que la hubiese observado de antemano la que le volvió a lanzar la sangre al rostro, pero estaba haciendo suposiciones como siempre, así que realmente ni idea. Me agradeció por la información y volví a sentir la mirada de Maze, pesada a pesar de su discreción, encima de mí haciéndome sonreír con suficiencia. —Por supuesto —respondí a lo de iba a ir, para después darle otro trago a la Coca-Cola—. ¿Y tú? Tienes que buscar vestido, máscara y toda la cosa~
Asentí con la cabeza, recuperando de nuevo la emoción sobre mi rostro, aunque en aquella ocasión intenté que fuese mucho más suave que antes. Suponía que era un poco raro, emocionarme así al saber que una persona que conocía de una día iría a la misma fiesta que yo, pero no podía evitarlo. Me gustaba conocer gente y, no sé, pensar en la oportunidad de hablar más con Eris en una situación más distendida que la academia me hacía cierta ilusión. Qué iba a saber yo lo mal que podría salir aquello. —¡Lo tengo todo bajo control! —exclamé, levantando el brazo con el puño cerrado—. No me vas a reconocer mañana, ya verás~ Aunque, no sé, me da la sensación de que no vamos a aguantar mucho con las máscaras puestas y todo el rollo, ¿no te parece?
Si me pusiera a llevar la lista de las veces en que Hodges se había emocionado por algo que podía ser bastante peligroso en el futuro próximo para su integridad seguro ya me habría cansado, que la tonta no hacía más que seguir lanzándose de cabeza al desastre como si no tuviera otra opción. La cosa ya pecaba de rara incluso, pero quién coño era yo para quejarme. Me bajé lo que quedaba del bento en un par de bocados, bebí algo más del refresco y contuve la risa al escuchar lo de que no iba a reconocerla. Era bastante dudoso eso en realidad, al menos no con ese par de ojos violeta en la cara, resaltaban como un maldito faro y había que ser bastante imbécil para que pasar desapercibido, no podía ni confundirse con la dizque santurrona que se había follado Alisha y que llevaba ya rato sin aparecer en la escuela. Such a pity. Ya no tenía mucha gracia seguir rompiendo a la americana si la otra no estaba. —Es probable sí, pero estoy segura que Akaisa y Dunn amenazarían de muerte a cualquiera que se saque la máscara antes de la primera ahora. Así que si yo fuera tú, al menos intentaría que esos dos no me vieran romperles el teatro antes de lo ordenado implícitamente~
Apoyé los codos sobre el pupitre y usé ambas manos de soporte para la cabeza, acunándome las mejillas para ello. Ladeé un poco la cabeza al mirarla, notando como el pelo se deslizaba hacia ese mismo lado, y me encogí de hombros sin perder la sonrisa. —Supongo. Además, realmente no es mi plan molestar a la cumpleañera~ O a nadie en general, pero al caso venía siendo lo mismo. >>¿Te ha gustado? —pregunté justo después, bajando la vista hacia la caja de bento ya vacía y señalándola con la cabeza—. Acepto cualquier crítica~
¿No molestar a Akaisa? Si a la hija de puta la molestaba la respiración de cualquier imbécil cerca de ella, es una mina enterrada esperando por el mínimo movimiento y si soportaba a Hodges era simple y sencillamente porque se la estaba follando, punto. No era tampoco que creyera que pudiera fastidiarse con una mocosa de esa clase de forma abierta, lo que intuía era que podía llegar a fastidiarla más bien por lo que podía llegar a recordarle. Total la cabrona había sido una princesita antes de mandar todo al traste. Cuando preguntó por la comida guardé silencio, balanceando la pierna todavía cruzada sobre la otra y cuando estaba por abrir la boca noté tarde el movimiento de Mason, no me di cuenta como tal cuándo se había levantado del escritorio, pero el caso es que se acercó a donde estábamos, tomó la botella de Coca-Cola como si fuese suya y le pegó un trago largo que sirvió para desconcentrarme. Se lo había olido, ¿no? La mentira que le iba a soltar en toda la cara solo para ver su reacción. Maldito aguafiestas, dándoselas de santurrón cuando bien que no se había negado al puto polvo. El movimiento de mi pierna tomó algo de velocidad pero todavía no era para considerarse fuera de lo normal digamos, solo yo sabía que era una representación bastante acertada de un gato agitando la cola fastidiado. El imbécil me dedicó una sonrisa cuando se despegó la botella de la boca y yo solo la reflejé, pasaba por inocente pero ambos sabíamos que no lo era. —Perdón, tenía sed y sabía que podía robarte un trago, Eri-chan~ Me encogí de hombros y regresé la atención a Emily, no me quedó más que dejar pasar el tren. —La comida estaba bien —respondí mientras apoyaba el rostro en mi mano, dado que había vuelto a anclar el codo al pupitre—. Gracias.
Me tomó completamente desprevenida la aparición del chico, provocando que diese un respingo y todo, con los ojos abiertos. Necesité justo el tiempo en el que ellos hablaban para pestañear un par de veces y volver en mí, recibiendo la respuesta de Eris con la sonrisa de siempre. —Gracias~ No tenía ni idea si esa había decidido ser su respuesta inicial o no, a decir verdad, porque lo cierto es que me era imposible imaginar la clase de persona que realmente era Eris y de lo que era capaz. ¿Hubiese seguido comportándome como ahora aun si me hubiese dicho algo malo? Seguramente, sí. >>Senpai, buenas tardes~ —pronuncié después, llevando la atención hacia el chico y haciendo una inclinación de cabeza a modo de saludo—. Ah, si sigues teniendo sed podría ir a comprarte algo a la máquina. Sería mejor para los dos, ¿no?
No era un genio para la escuela pero ni de puta coña, pecaba de estúpido, no retenía nada que no me interesara y a veces no entendía mis propios apuntes, pero cuando se trataba de leer a la gente la cosa cambiaba completamente. Había bastado ver las reacciones corporales de Eris para saber que cuando la chica apareció ya estaba en su jodida salsa, después de todo era la misma junior que la había ayudado cuando se jodió el tobillo como yo. Los zorros, después de todo, teníamos que aprender a esquivar los colmillos de las serpientes. ¿Me interesaba lo que Tolvaj hiciera o dejara de hacer? No realmente. En su momento había intentado joderme a mí como jodía al resto, pero el caso es que yo nunca le brindé nada que le diera tal poder. Era un jodido fuckboy y lo tenía claro, no tenía remordimiento o pesar alguno, por demás mi vida privada era algo que nadie conocía, así que no podía tirar por allí. Era, digamos, intocable. Pero cuando vi a la chiquilla sacar los almuerzos y toda la cosa supe que la lectura que había hecho de ella no era herrada, parte de sus intenciones me recordaron a las de Sasha. Se metían con gente de mierda incluso sabiendo lo que hacían y no se me apetecía que una tragedia pasara ese día, la verdad, no con una tonta de esa clase. Solo por eso me quedé. Como Tolvaj se diera cuenta de la existencia de Pierce e hiciera dos más dos mi estado de inmunidad a su veneno iba a correr peligro, eso lo sabía bien, así que tenía que tener cuidado con sus manías de voyeur, más que todo por mí que por la misma Sasha, que ya había visto que no aguantaba mierdas de nadie. De cualquier manera mi interrupción bastó para que Eris dejara el culo quieto, que apenas escuché la pregunta de la chica supe que la otra iba a probar todos los botones hasta conseguir la respuesta que la dejara satisfecha. Permaneció callada, recogiendo algunos granos de arroz del bento con los dedos y yo le pegué otro trago a la gaseosa sin mayor complicación. —Ah, no te preocupes, así estoy bien. ¿Emily dijiste que te llamabas? —pregunté dejando la botella sobre el pupitre de nuevas cuentas para sentarme sobre el pupitre más cercano. Eris le pegó un trago al refresco, midiendo mis movimientos—. Perdona por interrumpir tu almuerzo con Eris. Soy David Mason. —Le dicen Maze —atajó la otra con tono liviano, disimulando bastante bien su fastidio. Contenido oculto tremendo switcheo ahí chale perdona mi messy ass gabi-chan (????)
Había esperado aquella respuesta, claramente, así que no hubo en realidad ningún cambio de expresión en mi rostro. Si acaso simplemente asentí con la cabeza, comprensiva, antes sus palabras. Es decir, normalmente alguien no aceptaba que un total desconocido fuese a comprarte algo que ibas a ingerir, así que no podía molestarme ni nada parecido. —¡Sí! Emily Hodges, encantada~ —me presenté, levantándome durante un par de segundos para hacer una reverencia rápida antes de volver a mi sitio—. ¡No te disculpes, senpai! Los almuerzos siempre son mejores con más personas~ Bueno, eso decía yo, que seguía sin tener idea de que a Eris sí le había fastidiado su aparición y que había sido gracias a él que la misma se estaba controlando. Abrí un poco los ojos después de decir aquello y dirigí la vista hacia mi caja de bento, mordisqueándome el interior de la mejilla. No había comido mucho así que quedaba una cantidad aceptable, ¿pero se tomaría a mal si le ofrecía aquello y lo interpretaba como que le estaba dando mis sobras? No quería ofenderlo... ¡pero tampoco podía quedarme tranquila sabiendo que no tenía comida! >>¿Qu-quieres? —pregunté, extendiendo la caja con un ademán tímido. Por suerte, la voz de Eris volvió a llamar mi atención y me sirvió para cambiar de tema antes de hundirme demasiado en la vergüenza del gesto anterior. >>¿Maze? —repetí, intercalando una mirada entre los dos mayores—. ¿Y eso? —añadí al final, parando la vista en el chico con la cabeza ligeramente ladeada. Contenido oculto pero bueno pau, my bisexual ass couldn't care less (???
Tampoco mis motivos eran tan nobles, vamos, digamos que era como matar dos pájaros de un tiro. En rasgos generales quería evitar la tragedia mayor, pero no por ello iba a desaprovechar la oportunidad de tantear el terreno ya que no había podido ir a ver cómo estaba Sasha. Reverencia y todo. Qué muñequita más educada. Miré a Eris de costado, en sus ojos se reflejó una única cosa, una pregunta: ¿Ahora lo ves? Contuve la necesidad de soltar una risa y seguí con la atención puesta en Emily, ni siquiera había parecido molesta de que un perfecto extraño se apareciera y le cortara el rollo, es más, parecía contrariada por no tener comida que ofrecerme. So pure. Right in front of these pieces of shit. Tal era la preocupación que terminó ofreciéndome lo que quedaba de su bento, así sin que nadie hubiese insinuado que tuviese hambre ni nada. Le dediqué una de mis sonrisas de siempre, suave, casi inocente, y estiré la mano para tomar lo que me ofrecía. Podía pasar por accidental, pero alcancé a rozar su piel en el proceso. Whoops. Además, despreciar era de mala educación~ Estaba por llevarme algo de comida a la boca cuando interrogó por mi apodo. No tenía en sí una respuesta, me lo habían encajado no mucho después de llegar a Japón y no recordaba ni quién había sido, aunque para la gracia había tenido que ser alguien con un mínimo dominio del inglés. Asumía que había salido por rebote, sonaba prácticamente igual que la primera parte de Mason. No era que creyese que nadie fuese a tomarse el tiempo de darme un apodo con significado si no era parte de una gang, como otros que me conocía, así que no le encontraba mayor explicación. Que yo me hubiese adherido a su significado era otra cosa. Me encogí de hombros llevándome la comida a la boca por fin y traté de dar una media respuesta luego de haber tragado. Tenía buena mano. —Asumo que sonaba parecido a mi apellido y se quedó, es la única razón que le encuentro y nunca me molesté en preguntar. —Alcé la vista al techo unos segundos, aparentemente pensativo, antes de regresar la vista a Emily y volver a sonreírle—. Además significa laberinto y me gusta. Soy bastante básico, no me escondo. Digamos. Eris me estaba desollando con la vista, ¿me importaba? Obviamente no.
Estúpida como era, asumí que el roce de su mano al aceptar el bento había sido realmente accidental, y aun así logró sacarme un ligero rubor al notarlo. Aún con todos los líos en los que me metía y mi tendencia a ser bastante cariñosa con la gente que consideraba mi amiga, seguía siendo japonesa y el contacto ajeno me lanzaba un chispazo de nerviosismo que no podía controlar. Así que acabé por acunarme las mejillas de nuevo mientras esperaba la respuesta, intentando disimularlo de la mejor manera posibles. Por suerte no había sido tan intenso y pronto desapareció, así que pude volver a mirarlo mientras respondía. —Ah, entiendo~ Uhm... Maze-senpai suena guay, ¡pero Mason-senpai suena aún mejor! Correspondí a su sonrisa sin mayor problema, porque así y todo la verdad es que el chico me transmitía buenas vibras. Puro teatro, ¿pero qué iba a saber yo, de todas formas? Giré después el rostro de nuevo, hacia Eris. >>¿Os conocéis de antes o algo, senpai?
¿Y esa reacción? Pobre chiquilla, había asumido que era extranjera por el nombre pero ahora no estaba demasiado seguro, tampoco era que me interesara en sí pero era algo que salía de la lectura que estaba haciendo de ella al vuelo. A lo mucho me había venido un poco en gracia pero lo dejé correr porque tampoco quería que le diese algo allí, frente a dos desconocidos. La verdad era que ya llevaba un rato en que no escuchaba mi apellido junto a ese honorífico, se me iba a subir a la cabeza~ Lo dejé correr para comer un poco más, sin prisa alguna, y la chica aprovechó para regresar la atención a Eris que seguía allí como un gato encabronado pero se negaba a irse porque eso significaría perder. No creí que fuese a disimular demasiado la respuesta real al si nos conocíamos de antes, no era que valiese la pena ponerse a ocultar esas cosas. —Sí —atajó con sencillez—. ¿Fue el año pasado o cuándo, Maze? —El año pasado, sí —aclaré entonces. —En fin, fue una noche que andábamos de fiesta por ahí y nos encontramos. Coincidimos algunas veces más luego de eso. Me sorprendió bastante que no soltara el resto de la mierda, pero supongo que quería montarse bien el teatro para cuando tuviera la oportunidad de, como mínimo, sacarle una comida de boca a la chica. Digamos que era falsa modestia y no la iba a arruinar yo tampoco, no deseaba tantas broncas con una salida como Eris Tolvaj.