Las emociones de Riamu eran extremadamente sencillas de leer; quizá fuera por eso que Kou, siempre vigilante y a la defensiva, se permitía relajarse en compañía de esta chica. Fuera por elección o por deber familiar, el paso de los años lo había rodeado más y más de personas complicadas, relaciones de negocio e intenciones ocultas. Debía significarle un alivio poseer al menos un vínculo que no dependiera de tantas variables, que no pendiera eternamente de un hilo. Yo, en cambio... A veces me agobiaba la idea de que él ya hubiese comprendido y asimilado cosas que en mi visión aparecían tan lejanas. Yo también ostentaba vínculos más sencillos, menos empantanados, y aún así no los valoraba. Me hundía con cada pequeña dificultad. —Ah, ya veo por qué te llevas tan bien con Kou —bromeé, al oír sobre la tarjeta ilimitada, y fingí pensarlo un momento antes de suspirar—. No, lo siento. No estoy interesado en el dinero. Su sorpresa e indignación fueron tales que eché un vistazo alrededor de pura inercia, preguntándome si habríamos llamado la atención de algún modo. Era... un fragmento de conversación bastante extraño si lo quitabas del contexto. Por otro lado, ¿qué clase de conclusión era esa? ¿Acaso ella quería besar a todas las personas que le parecieran atractivas? ¿No era eso lo raro? —Depende —respondí, conservando la calma—. Supongo que necesito... algo más para querer llegar a eso con alguien. Ya sabes, primero invitarla a un café y tal. Pretendió ser una broma, y la tontería que soltó luego sobre ella misma me alzó las cejas con una leve incredulidad. Mírala, qué osada. Se me ocurrió responderle que ese era precisamente el riesgo pues tendía a primero ser amigo de alguien antes de llegar a enamorarme, pero si lo soltaba en voz alta me daría vergüenza y prefería ahorrarme el disgusto. Además, no quería sentir ni remotamente que estaba aquí flirteando con la... lo que fuera de Kou. —Primero que quiero dinero, ahora que si le rompí el corazón, ¿qué imagen tienes de mí? —Meneé la cabeza, decepcionado—. Descuida, no hice nada de eso. No creo que sea posible romperle el corazón, para empezar, o al menos no es posible para mí. Si soy honesto, más bien diría que sólo estaba jugando conmigo. Clavé un codo en la mesa y recargué el rostro en mi mano, pensativo. —¿Crees que es raro? Eso de ver a alguien atractivo y no querer besarlo.
Enderecé la espalda nada más escuchar el nombre de Kou, sintiéndome repentinamente orgullosa ante la idea de que Kakeru le viera sentido a nuestra relación. Sin embargo, aquel sentimiento se fue tan rápido como vino, pues su negativa posterior hizo que me desinflase por completo y hasta dejase caer la cabeza hacia un lado, con evidente decepción. —¿Y entonces? ¿Qué tengo que hacer para conseguir la membresía especial? ¡Que sepas que no pienso rendirme! ¡Y no quieres saber lo insistente que puedo ser cuando me encapricho de algo! El chico inspeccionó sus alrededores después de mi acto de ofensa, aunque yo no le di mucha importancia a ese detalle, y a los segundos recibí cierta aclaración de su parte. Me llevé la mano al mentón en lo que deslizaba la vista hacia la ventana, manteniendo la mirada en el exterior durante unos segundos, con aire pensativo. Cuando volví a centrarme en el chico, lo hice con una sonrisa suave, incluso algo enternecida. >>Ya veo, eres un pequeño romanticón~ —canturreé, dándole un golpecito de nada en la punta de la nariz con mi dedo índice—. Te pega mucho, ¿sabes? Tienes cara de ser un buenito. Por eso también voy a creerme que no le rompiste el corazón a tu chica misteriosa... y más te vale que no me estés mintiendo para intentar quedar bien, ¿eh? Aquello último lo dije entrecerrando los ojos, intentando que mi mirada fuera lo más amenazante posible, aunque apenas tardé un par de segundos en relajar la expresión, dejando salir una risilla de nada con ello. No solo creía al cien por cien lo que había dicho de que tenía cara de ser buenito, si no que también me era muy fácil imaginar a alguna chica del Sakura jugando con él de ese estilo. Al menos no sonaba muy molesto por ello, por lo que imaginaba que era un amiga o alguien que, por lo menos, le cayera bien. >>¿Mhm? —murmuré al rato, alzando un poco las cejas ante su nueva pregunta, y justo después moví una mano en señal de negación—. ¡No es raro! O sea, a mí me ha sorprendido porque no me suele pasar, ¡pero cada persona es diferente! ¡Y nadie es raro por preferir una cosa o la otra! Tampoco vayas a creerte ahora que voy dándole besos a cualquier persona que me encuentre por la calle, ¿eh? Aunque... debo decir, si estoy aquí hablando contigo, mi buen amigo Kakeru, es gracias a que Kouchii me pareció lindo y le pedí un beso, ¡así que deberías estar agradecido por ello! Contenido oculto bueno, mi intención era que le preguntase otra cosa, en realidad, pero ya debía ir cerrando con este post, so se quedó así JAJAJA también me lo pasé muy bien roleando a estos dos bebitos uwu creo que ya hablamos que es muy lindo que ellos dos se lleven bien, ya que son personas que truly care about Kou, and I really like that, indeed, so cualquier oportunidad de hacerlos más amiwis me pone muy happy <3